El Parlamento Europeo (PE) abogó en un informe no vinculante por separar la propiedad de la generación y la de la distribución de la electricidad y el gas, y animó a la Comisión Europea a hacer propuestas en este sentido.
El informe, redactado por el español Alejo Vidal-Quadras (PP), critica el proteccionismo de que han hecho gala algunos gobiernos europeos y pide más independencia para los organismos reguladores.
Con su pronunciamiento, el Parlamento pretende influir sobre las propuestas legislativas de reforma del sector energético que la Comisión Europea prevé presentar el próximo otoño, algunas de las cuales necesitarán el visto bueno de la Eurocámara.
El texto de Vidal-Quadras, aprobado a mano alzada, respalda los planes de los comisarios de Energía, Andris Piebalgs, y de Competencia, Neelie Kroes, de obligar a separar por ley la propiedad de la generación de la de la distribución de electricidad, una posibilidad que Alemania y Francia -países donde grandes operadores aglutinan las dos funciones- rechazan de plano.
Los eurodiputados creen que la desvinculación fomentaría la entrada de nuevas empresas en el mercado y propiciaría un aumento en las inversiones en redes de distribución, si bien reconocen que en el caso del gas habría dificultades específicas. Por otro lado, sin citar ningún caso concreto, la Eurocámara manifestó su «preocupación» por el número de países que aún no han transpuesto las directivas de liberalización acordadas en 2003 e instó a la Comisión Europea a expedientarlos.
También censuró la promulgación de «legislación proteccionista», así como el interés de varios Estados en promover la emergencia de grandes operadores en sus países -«campeones nacionales»-. «La propiedad pública en los mercados de la electricidad y el gas representa uno de los principales elementos de distorsión en el ámbito de la UE«, añade el informe, en alusión implícita a compañías con participación estatal como la francesa EDF o la italiana Enel.
En cuanto a la actividad de los reguladores de los mercados energéticos, apostó por que sean «independientes», «fuertes» y «transparentes» y criticó, de nuevo sin ejemplos concretos, «el exceso de intervencionismo de algunos gobiernos» en sus decisiones.
Los diputados apoyaron la intención de la Comisión de reforzar la cooperación entre reguladores nacionales en la UE para salvar los actuales obstáculos técnicos o reglamentarios. Asimismo, abogaron por suprimir las subvenciones a las fuentes de energía no renovables, para «garantizar la competencia en condiciones de igualdad» y pide acabar las tarifas reguladas.
En el debate previo a la votación, Vidal-Quadras afirmó que «este tipo de tarifa se utiliza para impedir la entrada en el mercado a nuevas empresas y, en algunos casos son tan bajas que no reflejan los costes de transmisión, lo que lanza una señal falsa al consumidor».
«Estamos en un período donde es necesario un cambio radical en los hábitos de consumo y para lograr una optimización de los recursos energéticos necesario que los ciudadanos sean conscientes de su valor real», argumentó el eurodiputado del PP.
Por su parte, Joan Calabuig (PSOE) señaló que «lo que hace falta es seguir en la senda iniciada y construir una política energética común que ofrezca a todos confianza» y un marco claro para cumplir en 2009 los objetivos propuestos por la Comisión«.
«Para avanzar en la implantación de un mercado interior del gas y la electricidad competitivo, la línea del señor Vidal-Quadras es la correcta», apuntó por su parte la también socialista Teresa Riera.
