El «chapuzón» del ministro Soria

El Ministro Soria ha aparecido en varios medios de comunicación recién salido de las aguas del Atlántico en las playas de Lanzarote. Embutido en un bañador, modelo short, el Ministro disfrutaba de las aguas de las Islas Canarias. Lucía esa sonrisa de tranquilidad imperturbable que le acompaña. Recién bañado.

Casi el mismo día, aparecía tras las negaciones de Pedro ante el juez Ruz, María Dolores de Cospedal en la playa de Guadalmina. Éste es un cambio de concepto en lo que la clase política y dirigente se refiere, incluyendo el «footing» veraniego del Presidente: la compartición de sus días de veraneo y esparcimiento. Cosas de la comunicación política. Analogías populistas que pueden unir imaginariamente a nuestra clase política con el Presidente de Noruega que en campaña electoral se pone al frente de un taxi.

Las vacaciones del Ministro Soria han sido muy controvertidas por los hoteles que frecuenta y por la situación de los mismos. Algo que, con las responsabilidades de su cargo y condición ha sido muy criticado. Pero, no es el caso de este artículo, que busca simplemente, el sosiego estival en el paralelismo entre el chapuzón en la playa y el «chapuzón» de la reforma eléctrica presentada en julio y, sólo defendida, por los argumentarios de comunicación política del Departamento y su responsable, en una campaña laboriosa.

Así, Soria se ha dejado en Madrid, sin vacaciones, a responsables de regulación, servicios jurídicos, órganos reguladores, empresas generadoras y distribuidoras, despachos de abogados, Embajadas, inversores nacionales e internacionales y entidades financieras, etc… Una reforma, con muchas debilidades y agujeros, que cada vez es más cuestionada y contestada, con frentes abiertos que se adivinan letales para la misma.

Este si es el «chapuzón» del verano del Ministro Soria: el de la reforma eléctrica.

Fin de la cita

JOSÉ MANUEL SORIA LÓPEZ, ministro de Industria, Energía y Turismo.

Parece que José Manuel Soria López va a ser un asiduo de esta sección en Energía Diario, con esa incontinencia que tiene ante los medios de comunicación y su estado de precampaña permanente. Algo que se combina con la necesidad de defender la batería de medidas incorporadas en la “reforma eléctrica” que su departamento presentó para supuestamente acabar con el déficit tarifario y prolongarlo hacia el futuro, a cuenta de las empresas.

Soria afirma que otros países de nuestro entorno tomarán la misma senda a la hora de hacer “reformas” del proceso de suministro. Insinúa que se fijarán en la de nuestro país. Esperemos que no. Tanto por la forma en que se ha gestado, como por el resultado previsto. De hecho, ya circula la misma como un ejemplo de malas prácticas. Algo que se puede acrecentar si cabe todavía más, tras la avalancha de litigiosidad que se anticipa. ¿Hay algún país europeo que tenga montada semejante zozobra en su sector eléctrico de forma continuada y durante tantos años? ¿O que haya tenido y engordado este déficit tarifario por motivos políticos? Pues eso.

Y, para rematar la faena, Soria dice que determinadas instalaciones renovables tendrán que ser refinanciadas, dado que los costes (primas fijadas por las administraciones) eran insostenibles para el suministro y la factura. ¿Meter el dedo en la llaga con estas declaraciones? ¿Ritornello justificativo de comunicación política? ¿Los tribunales aceptarán el aserto del ministro tan fácilmente? ¿Los arbitrajes? ¿Los inversores? Todo son preguntas.

JOSÉ FOLGADO BLANCO, presidente de Red Eléctrica de España.

Ya empieza a circular en los medios la foto de José Folgado, presidente de Red Eléctrica de España, sentado al frente de la sala de máquinas, es decir, del Centro de Control de Red Eléctrica de España. Lugar muy atractivo para la fotografía política. De hecho, José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno, lo visitó en dos ocasiones, aunque no variase sustancialmente el mobiliario.

Folgado, exsecretario general de Energía en la época de Rodrigo Rato (momento en que el área estaba adscrita al Ministerio de Economía, entonces Vicepresidencia), vive hoy sus épocas más felices en el sector eléctrico, pertrechado por Andrés Seco. De hecho, en las fotos Folgado muestra felicidad y placidez, en niveles muy superiores a las que vivió con Rodrigo Rato al otro lado del teléfono. Hay que recordar una foto reciente publicada por el diario Cinco Días, en la que conversaba con José Manuel Soria, Alberto Nadal y con Cristina Narbona detrás y en la que exhibía una carcajada, más que una risa o sonrisa.

Esa felicidad es altamente paradójica dados los recortes que el Gobierno está instrumentado en el sector eléctrico. Que cada uno saque las conclusiones oportunas al respecto, sobre cómo las medidas instrumentadas simplemente han rozado al operador de transporte y sistema (cuyo beneficio crece en este ejercicio), sobre la autoría de la reforma, sobre las contraprestaciones en términos de inversiones que ha obtenido el operador de transporte, monopolista único y de sistema, y la fe del converso equipo de Industria en mantener intacto el TSO.

Con esa felicidad y tamaña alegría, se justifica el interés general por el puesto que ocupa.

LUIS ATIENZA SERNA, expresidente de Red Eléctrica de España

La verdad es que ha sorprendido muy positivamente la crítica a la reforma eléctrica de Luis Atienza Serna, casi desprovista de los elementos retroprogresivos propios de su época al frente del operador de transporte y de sistema español, mostrando una notable evolución, aunque conserve el gracejo en su titular.

El expresidente de Red Eléctrica de España, bajo mandato del Partido Socialista Obrero Español, ha evidenciado la carencia de política energética en materia del sector eléctrico del actual ejecutivo (y del anterior, y del anterior, y del anterior…). Además, en su artículo publicado ayer en el diario El País («Una reforma que no alumbra el futuro»), ha llegado a describir en el esperpento económico regulatorio, el mecanismo ideado por el Gobierno para reliquidar los activos regulados, insuficiente para recuperar el coste del capital. Al igual que ha confirmado las señales que emite la reforma en lo que se refiere al efecto expulsión de la inversión que se producirá (y que evidentemente no preocupa en nada al Ejecutivo).

En todo caso, ahora nos queda la duda de la razón de las usuales visitas previas a la reforma de Atienza al Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Puede ser que Atienza intentara, sin éxito, que el equipo formado por Alberto Nadal Belda y José Manuel Soria López entrara en razón. También puede ser, que el monstruo se les haya escapado de las manos y que nadie fuera capaz de anticipar que las cosas pudieran llegar tan lejos y de forma tan osada en las propuestas ministeriales finalmente materializadas de manera abrupta al fallar la financiación de los Presupuestos por parte del Ministerio de Hacienda. Incluso, otra posibilidad es que Atienza, de forma sagaz, siga construyendo su ‘branding personal’ de cara a un eventual retorno a REE, si retorna el PSOE. La verdad es que se lo ponen fácil.

Fin de la cita.

Tribulaciones y declaraciones estivales

JOSÉ MANUEL SORIA LÓPEZ, SIGUE SIENDO AQUEL

Es obligado empezar esta sección con el genio y la figura de José Manuel Soria López, actual ministro de Industria, Energía y Turismo que visita el Centro Principal de Enagás. Hay que reconocer lo esforzado que es el oficio de ministro, cuando uno se lo toma en serio y tiene una apretada agenda mediática, en la que debe efectuar declaraciones continuamente sobre todo lo que ocurre y ejerce de portavoz del Gobierno in pectore. Y sobre todo, claro, después de la escabechina de la reforma eléctrica que ha perpetrado.

Además, estando todo el día inaugurando cosas y haciendo visitas a los centros de control más sofisticados del país, la presencia pública está servida. Sirve, en todo caso, para evidenciar públicamente los buenos momentos por los que pasan las relaciones entre el Ministerio de Industria y los TSO españoles, eléctrico y gasistas, llamados al expansionismo. Esperemos que en próximos días se puedan rememorar las visitas del expresidente Zapatero, con Atienza y Carbajo a REE.

JOSÉ FOLGADO, EN JUEGO DE TRONOS

El presidente de REE declara que la empresa-público-privada-lo que sea que preside no se ha ido de rositas de la reforma eléctrica que el Gobierno ha anunciado para acabar supuestamente con el déficit tarifario y que, desde el operador de transporte y sistema eléctrico, no han sido los ideólogos de la misma, pese a la unanimidad de opiniones que apuntan a Andrés Seco y a consultoras relacionadas con REE, así como el sumo cuidado que se ha tomado en que el impacto de la «reforma» sobre REE sea exquisito, frente al salvajismo ejercido con las empresas y resto de sectores y subsectores que participan en el suministro eléctrico.

En todo caso, se podría pensar que, políticamente, REE cuando se iba de rositas era con Luis Atienza Serna, que era el hombre de la rosa, por el logotipo del partido que le designó. Ahora, simplemente, se mantiene su condición de «Alien, octavo pasajero» del sector eléctrico en lo que a regulación se refiere y, por ello y por su vinculación con la política, pueden salir volando cual gaviota sobre el mar. En todo caso, lo bueno de estas declaraciones, como toda afirmación voluntarista, es que confirman lo que niegan. Nadie puede negar la continuidad de las políticas de entendimiento entre Ministerio y los TSO españoles, eléctrico y gasista.

ALBERTO LAFUENTE, CADENA DE FAVORES

El actual presidente de la Comisión Nacional de Energía (CNE) está al frente del organismo quizá en la época más ominosa de la institución a la espera de su definitivo ajusticiamiento a base de zotal, si la Unión Europea no remedia el estropicio perpetrado por éste nuestro Gobierno. Ahora, Alberto Lafuente, tras haber efectuado un ejercicio de colaboracionanismo con el Ejecutivo actual (incluyendo guardar la propuesta de modelo retributivo de las redes de distribución eléctrica) de cara a no entorpecer su labor de aspirantazgo en la conformación de la nueva Comisión Nacional de Competencia y Mercados.

Pues bien, ahora resulta que, Bernardo Lorenzo, actual presidente de la CMT, designado por la Elena Salgado en el foto finish del anterior gobierno, le puede arrebatar al aragonés un puesto para el que duramente se ha preparado poniéndose a disposición la olvidada independencia de la institución a base de renuncia y resignación.

En todo caso, atención, peligro, las fugas de agua (profesionales, directivos e información) del organismo empiezan a ser semejantes a las producidas por el impacto del Titanic con su respectivo iceberg y anticipan un caos de pronóstico. Sálvese quien pueda. ¡Los directivos y políticos, primero!

#MartiAtienzaFolgadoPérezFabra (y Aguilar)

Sin duda, el «trending topic» triunfante y más general es, con diferencia, el del secretario de Estado de Energía, Fernando Marti Scharfhausen, cuya intervención en la Comisión de Industria, Energía y Turismo todavía resuena en el Congreso de los Diputados y en las instancias regulatorias energéticas. Su tarjeta de presentación no dejó indiferente a propios y extraños y ha corrido como la pólvora en el universo mundo. Está claro que ha nacido una estrella y que los diputados ya están esperando la siguiente intervención, evidentemente, con el objetivo de retuitearla.

Parece que el operador de transporte y sistema eléctrico tiene todos los boletos para ser un candidato importante a colocar caras en los «trending topics». Así, por Red Eléctrica de España, empezamos con Luis Atienza, con su salida millonaria de la empresa y su indemnización, que es seguramente la envidia del propio José Folgado, dado que cuando abandone el cargo no tendrá un trato tan excelso como él mismo se puede imaginar.

Lo curioso es la combinación que se da en REE: gran empresa, técnicamente impecable, muy eficiente. Por otro lado: comportamientos monopolísticos, idealización de pseudoempresa pública, inductora de la planificación energética, acceso a directo al despacho del Ministro, garganta profunda de los informes que determinan actuaciones regulatorias, condicionante del acceso a la red, del resto de operadores y de sus inversiones, madre de todas las retribuciones y de todos los activos de transporte, combinada con su titularidad privada, sus inversiones exteriores, su accionariado de fondos de inversión privados y sus indemnizaciones millonarias.

José Folgado, presidente de Red Eléctrica, también ha sido «trending topic» ya que, en los pocos días que lleva al frente de Red Eléctrica, ha recibido malas noticias de su filial boliviana, estropeándole la sonrisa de sus fotos de despacho, y la presentación de resultados con crecimientos y rentabilidades inéditas en el Ibex 35 y en el sector energético. Los costes regulados y los activos es lo que tienen.

Otro «trending topic» de los digitales es Florentino Pérez, que se bate en retirada y dobla el brazo en el pulso por Iberdrola. Pero, no solamente eso: parece que ha empeorado fuertemente su cartel en las filas del Partido Popular, y el ejemplo de donde hasta hace poco todo el mundo le quería cerca. Por si fuera poco, parece que las relaciones entre el empresario y la familia March, tal y como se ha aireado estos días, empiezan a debilitarse, en la medida en que le piden cuentas sobre las inversiones en Iberdrola y Hotchief. Pérez empieza a ser percibido y descrito como un «alter ego» de Luis del Rivero, lo cual no es bueno para ninguno de los dos. Y, para colmo, esto le ocurre ahora que gana la liga.

Otra cuestión que también es objeto de «trending topic» en estos últimos días, es cómo se ha hecho de explícito el mecanismo de alimentación ideológico-energético-retroprogresiva entre el periodista Miguel Ángel Aguilar y Jorge Fabra. Fabra acaba de presidencializar y representar la plataforma «Economistas frente a la crisis» tras su fracaso en el asalto a la presidencia del Colegio de Economistas de Madrid. Dicha presentación tuvo como maestro de ceremonias al gran periodista Miguel Ángel Aguilar, cuya mácula en lo económico y en lo eléctrico no empaña su fino análisis político. También estuvo acompañado de un nada rencoroso Alfredo Pérez Rubalcaba, necesitado de ideología redistributiva agitadora de amplío espectro. En lo que parece que Fabra no ha fallado es en el trasvase «Chacón-Rubalcaba» tras el fracaso de la candidatura de la ex ministra de Defensa a secretaria general del PSOE y que ya anticipábamos en Energía Diario. Hay que pensarse lo del banquillo económico del PSOE. Vivir para ver.

¿Nadal a energía?

Lógicamente, la decisión sobre el equipo económico del nuevo gobierno y sus reverberaciones sobre el Ministerio de Industria son especialmente relevantes para el sector energético. En este campo, fuentes solventes han constatado el interés de Álvaro Nadal en este área, según informaciones a las que ha tenido acceso este diario. Nadal, de hecho, habría expresado de forma explícita el interés por pilotar este área y su preferencia por la misma.

En Génova, los trabajos para el perfilado del nuevo gobierno van a marchas forzadas, conscientes de que la toma de posesión del nuevo Gobierno será antes de Nochebuena y también de que el trabajo más duro comenzará de forma inmediata y sin tiempo que perder. Por tanto, es clave la toma de posiciones que se está produciendo desde las distintas facciones y familias del partido en la conformación del nuevo ejecutivo.

Nadal es un viejo conocido del sector energético y sus posiciones son muy distantes de lo que preconiza FAES, el principal think tank del Partido Popular, en lo que se refiere a energía, y que se contiene en el documento sobre estrategia y política energética publicado en la primavera de este año. De hecho, se le atribuyen posiciones muy contrarias y cercanas a modelos intervencionistas de costes y precios (sector retroprogresivo de la energía) en lo que se refiere al sector eléctrico: inclusive se le ha podido escuchar sugiriendo elípticamente fórmulas creativas para reducir el déficit tarifario. En román paladino, lo que se denomina pasar la gorra a las empresas.

Incluso, estas posiciones antimercado y modelo empresarial en el sector energético parecen enormemente contradictorias con la formación económica e internacional que Nadal presenta en su hoja de servicio (amplió sus estudios en Harvard). En la última legislatura, Nadal ha sido Secretario de Empleo y Economía, se le atribuye gran proximidad a Cristóbal Montoro y, junto con Fátima Váñez, han conformado el exiguo núcleo duro en lo económico del Partido Popular en el Parlamento durante la legislatura que ahora termina.

Otra de las cuestiones que es clave es su vinculación a uno de los principales Cuerpos de Funcionarios de la Administración. Nadal es Técnico Comercial y Economista del Estado, frente al papel que se anticipa en el nuevo Gobierno a los Abogados del Estado, cuyo máximo exponente es Soraya Sáenz de Santamaría.

Bocados de realidad (energética)

Signos de deshielo entre las eléctricas y el Gobierno por el decreto del carbón.

Parece que las aguas vuelven a su cauce, tras el importante sofoco que tanto Industria como Moncloa se pillaron a cuenta de las decisiones judiciales de los tribunales europeos y de la Audiencia Nacional en relación al decreto del carbón.

Para hacer de la necesidad virtud, como una supuesta posición de fuerza, el aparato gubernamental transparentó su gran enfado, poniendo en un plato de la balanza la reclamación legítima de derechos frente a los perjuicios y la legalidad cuestionada de la norma, y en el otro plato, los compromisos políticos personales del Presidente del Gobierno y la paz de las zonas mineras.

Parece que han empezado los acercamientos y, el proceso de negociación al que Industria apeló cuando se produjeron las casi simultáneas medidas judiciales, se ha puesto en marcha y ya han existido contactos directos entre la Administración y el sector. Por otra parte, las eléctricas han empezado a cursar opciones de compra a las empresas mineras, como señal de buena voluntad y compromiso para abordar de manera global los problemas actuales y acentuados en el mercado de generación, fruto de esta decisión política.

Pedro Marín ronronea con su salida del Ministerio

La verdad es que ya no se sabe si es un cese, una dimisión, una salida o una fuga. Si bien parece que el Secretario de Estado está buscando apoyos entre las empresas españolas para su candidatura en el IRENA, no es menos cierto que su designación es complicada en la medida que ya hay un «algo» ejecutivo español en este organismo, Hugo Lucas.

Por otra parte, empieza a ser también un tema recurrente de forma que en las ruedas de prensa, los medios informativos ya preguntamos abiertamente al Secretario de Estado por su salida de Industria, su candidatura al IRENA y la búsqueda de sustituto en sus responsabilidades actuales, una tarea que se torna cada vez más difícil.

Por otro lado, la debilidad de un Secretario de Estado en posición de transferible, parece que es un fuerte lastre para abordar con peso político los problemas del sector energético. Permanezcan atentos a las pantallas.

Prepárense señores consejeros: se aprueba de la Ley de Economía Sostenible

Parece que la aprobación de la Ley de Economía Sostenible entra en su recta final y en pocas semanas se producirá la nueva reconfiguración de los órganos reguladores, entre ellos, de la Comisión Nacional de Energía. Una reconfiguración sobre la que penden dos cuestiones: la reducción del número de miembros y los propios acuerdos parlamentarios del Gobierno con otras fuerzas políticas (sobre todo con el Partido Nacionalista Vasco a efectos presupuestarios) desvelados en semanas pasadas.

Así, los consejeros de la CNE, mitad con la duración de su nombramiento vencida desde hace año y medio, la otra mitad con el mandato en puertas de vencimiento, empiezan a intranquilizarse ante una eventual salida masiva y expeditiva. Cabe la sugerencia de que los nuevos nombramientos sean coherentes y menos «hooligans» con la vuelta del marco legal estable, contra el proceso de liberalización y mercado, para el que fueron nombrados. En todo caso empieza el baile y la toma de posiciones.

En todo caso, empieza el momento de la «real politik» y el realismo.

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

El verano para las energías renovables

El verano del 2009 para el sector de las energías renovables ha tenido su “aquel”, que se dice. Podemos marcar la confluencia de varios acontecimientos que han estado en el trasfondo de este “ferragosto”. Acontecimientos de distintos grados y niveles, pero que participan como anticipo del otoño caliente sectorial, en una emulsión de muchos ingredientes e intereses, en unas ocasiones coincidentes y, en otras, contradictorios.

El primero de los acontecimientos a rememorar es la publicación de las previsiones de creación de empleo en el sector renovable que anunciaba la Unión Europea y que particularizaba por país, siendo el balance previsto para España, positivo. Algo que, en los tiempos que corren, evoca la palabra empleo, es un cierto “bálsamo de fierabrás” que tiene gran valor y que permite eludir análisis económicos más profundos. Cierto es que, en sentido contrario y con metodología económica fuertemente discutible, se difundió el Informe que dirigió Gabriel Calzada del Instituto Juan de Mariana, que configuraba al sector renovable como “destructor” de empleo, «estudio» cuyo mercado era el americano y que cumplió razonablemente sus objetivos deconstructivos a nivel internacional.

Y es que corremos el riesgo, en lo que se refiere a la creación de empleo con las energías renovables como en tantas otras cosas, de polarizar la cuestión y convertirla en un asunto de ‘hooligans’ o de, al menos, algo que no responde a la lógica de una política energética o política económica. Todo ello en el marco de una cierta ansiedad política por conseguir medidas efectistas que permitan generar pensamiento positivo (y mágico en la ciudadanía).

Por otra parte, Pedro Marín, en su entrevista amable en el diario Expansión, hacía una defensa de las energías renovables, mientras que en el horizonte también aparecen en el escenario dos corrientes/tendencias de fondo: un exceso de capacidad de generación, más una tendencia a “reajuste” a la baja de los mecanismos retributivos a las energías renovables en una negociación que esta por comenzar. De hecho, este efecto ya se ha provocado por una doble vía y por hechos consumados: la primera, la “captura” de los ahorros derivados de las nuevas condiciones tecnológicas sectoriales (lo que tendrá que ser objeto de análisis pormenorizado por tecnologías en cuanto empiece el curso). La segunda, mediante el sistema de cupos y registro de preasignación, según reza en el Real Decreto Ley 6/2009, lo que, unido al límite al déficit tarifario y a la propia tarifa ahora ya definidos, establece un marco de “miramientos” a este asunto. No nos engañemos, porque la alternativa, el carril especial, es salir de ahí para pedir que se integren estas primas en los impuestos, dado que es una especie de axioma de política económica (“keynesianismo a calzón quitado”, más bien).

Por tanto, este verano y estos primeros movimientos forman parte de un proceso de negociación, de diseño del “frame” que empieza ya, para revisar las condiciones económicas resultantes del R.D. 634/2007, decreto que muchos aventurábamos que no iba a tener mucho más de dos años de vigencia.

Todo ello ha hecho que este verano sea noticia el importante frenazo ocurrido en el sector fotovoltaico, debido al frenazo posterior a la burbuja, como una metáfora de la economía española, pero, además, ha sido consecuencia de una mala regulación, porque para conseguir algo no todo vale y hay que calibrar los efectos adversos de una mala regulación precedente. Además, las dificultades de financiación han llevado a que incluso proyectos que han entrado en el registro de preasignación, estén ahora parados. Al mismo tiempo, lo que está claro es que el sector renovable español en industria y tecnología tiene una capacidad, experiencia y potencial exportador fuera de toda duda y habrá que separar claramente del sector eléctrico como generador de energía del sector industrial renovable en su vertiente competitiva y comercial interior y exterior, sin mezclar problemas y sin mezclar soluciones.

Por otra parte, la polémica decisión de la Xunta de Galicia de anular el concurso eólico que acabó también como acabó en su primer momento, vuelve a poner en evidencia la necesidad de dar estabilidad a estos procedimientos en el ámbito de las Comunidades Autónomas, donde además los intereses particulares y las redes cercanas a los Ejecutivos autónomos intervienen con vida propia, habiendo participado en un proceso inflacionario muy dudoso. Esperemos que la resolución sea más edificante que todo el proceso.

En medio de todo esto, está la pavorosa situación de la Ley de Economía Sostenible, ubicación legal de la “no nata” ley de Eficiencia Energética y Energías Renovables, y un modelo legislativo “ómnibus” cuyas flaquezas, despistes y vacuidad han dado más de un titular y un disgusto al Ejecutivo este verano, lo que, unido a la necesidad de corregir la modificación del subsidio asistencial de 420 euros para los parados, nos lleva a reacciones que van del pánico a la risa nerviosa sobre la claridad en la orientación de la política económica. Esperábamos que la ley de eficiencia energética y energías renovables (la que pudo haber sido y no fue) permitiera conseguir seguridad jurídica y regulatoria a las renovables y, ahora, arrastrando los pies, nadie sabe qué conseguirá incorporar, promover e impulsar. Esperemos que no sea una colección de eslóganes entre la comunicación política y el márketing y nos situemos realmente en un modelo regulatorio, sólido, estable y seguro.

Con una situación así de contradictoria, a base de mensajes y realidades cruzadas, parece que eran necesarias unas vacaciones.