EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

EL PAÍS llama reguladores a los presidentes de REE y ENAGAS

El domingo pasado nos desayunábamos con una foto en el suplemento «Negocios» del periódico EL PAÍS, precisamente con la de los asistentes a un desayuno, el organizado por la consultora KPMG y este diario relativo al sector energético y que se puede inscribir en la estrategia de esta consultora de potenciar su área de regulación en este sector, en la que recientemente ha recalado Carlos Solé, ex director de Energía Eléctrica de la CNE.

La convocatoria tenía como lema «Energías de futuro» y en ella estuvieron presentes, entre otros representantes de las empresas, de la Administración y del sector, los presidentes de ENAGAS y de REE, operadores de transporte y gestores del sistema eléctrico y gasista respectivamente.

Lo curioso es que en la crónica («Clamor por un pacto energético») que daba cuenta del debate, a Antoni Llardén y a Luis Atienza se les otorgaba la consideración de «reguladores». A ellos y a las empresas privadas que representan y que tienen las funciones anteriormente enunciadas regulatoriamente en el sector energético.

Es ésta una denominación que está reservada al Ministerio de Industria y a la Comisión Nacional de Energía (CNE). Desde fuera pueda considerarse que es un error «formal» del periodista, quizá por la propia situación de los reguladores (principal e independiente), quizá por la invasión/atribución de competencias/funciones regulatorias que se vienen denunciando de forma continuada desde estas dos instancias, quizá por el condicionamiento de la política energética que viene produciéndose también desde los operadores de transporte y de sistema (con propuestas e informes elaborados por debajo de la mesa de Industria). El hecho es que tal denominación no ha pasado inadvertida, dado que las dos empresas son privadas y su papel en el sector energético está perfectamente tasado en los dos casos. De entre los presentes, el único representante de un regulador era el Secretario de Estado de Energía, Pedro Marín.

Y la segunda curiosidad de la crónica, relacionada con lo anterior, también está referida a la composición del colectivo político asistente al desayuno. Así, en teoría, la representación del Partido Popular corría a cargo del diputado Álvaro Nadal, secretario de Economía y Empleo de esta formación política. La pregunta, por tanto, es quién ejercía de contraparte de Nadal por parte del Partido Socialista en este desayuno. Y, a sabiendas de que Antoni Llardén y Luis Atienza, presidentes de estas dos empresas, son dos afiliados de carné socialista, nombrados por motivos políticos (PSC y PSOE respectivamente), cabe preguntarse si la representación de este partido político estaba directamente vinculada a ellos.

En suma, estos dos presidentes de empresas privadas con funciones concretas de operación y gestión de las redes, ¿son representantes de los órganos de regulación? ¿Son los representantes del Partido Socialista en esa negociación política que reclama un pacto? ¿Es todo uno? ¿Es un acto fallido freudiano o un error inocente?

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