El consejo de Abengoa aborda este lunes el plan de viabilidad para optimizar su negocio

EFE.- Abengoa llevará este lunes ante su consejo de administración el plan de viabilidad con medidas para aligerar y optimizar su negocio, un paso previo clave para afrontar la reestructuración de la deuda que evite el concurso de acreedores. Para elaborarlo, la compañía andaluza, en preconcurso de acreedores desde noviembre, ha analizado todos sus proyectos y los clasificó en función de su rentabilidad, necesidades de capital y generación de ingresos. El siguiente paso para evitar el concurso es empezar a deshacerse de algunos de esos proyectos.

Así, ya puso a la venta su línea de negocio de biocarburantes, el de bioetanol a partir de grano, con presencia en Brasil, Estados Unidos y Europa, así como varios terrenos e incluso plantas de generación eléctrica. También colgó el cartel de «se vende» en algunos de sus inmuebles en Madrid y Sevilla, considerados activos no estratégicos. El objetivo es dejar una «nueva Abengoa» de menor tamaño, centrada en los negocios más rentables y que preserve su tecnología e innovación. De hecho, el plan dibuja un resultado bruto de explotación (ebitda) de aproximadamente la mitad al registrado en 2014 (1.400 millones de euros). Como más vale y valdrá la compañía, señalan diversas fuentes, es con proyectos que permitan generar valor.

Pero tras este redimensionamiento del negocio está la deuda, el verdadero eje de una negociación que permitirá salvar del concurso a la empresa saneando su estructura financiera. Una deuda que, en esa nueva Abengoa, debería rondar los 3.000 millones frente a los 9.000 millones que la asfixiaron y abocaron a la solicitud de preconcurso. Un fuerte ajuste que deben pactar las partes, es decir Abengoa y sus acreedores (banca y bonistas), en una negociación que se vislumbra larga y complicada.

Sobre la mesa se dibujan, junto a las puntuales desinversiones, varias vías para reducir esos 6.000 millones de deuda: quitas, capitalización de la deuda, préstamos participativos a largo plazo o una combinación de varias que, al final, terminará previsiblemente dando el control de la compañía a bancos y fondos. Para la banca acreedora, que rechaza de entrada quitas directas sobre la deuda, la capitalización es la opción que más puede encajar antes de llegar al concurso, un escenario que parece más alejado pero aún presente.

También destacan las discrepancias entre los acreedores. Prueba de ello es que la banca, organizada en torno al denominado G-7 (Santander, Bankia, Popular, CaixaBank y Sabadell, junto a HSBC y Calyon), rechazó los intereses que planteaban los bonistas de Abengoa para inyectar liquidez a la compañía, unos 160 millones de euros para mantener la empresa en los próximos dos meses que restan de preconcurso. Finalmente, en paralelo a todas estas negociaciones, avanza la vía judicial con el 16 de febrero como fecha fijada para que declaren en calidad de investigados, por un posible delito de administración desleal, el expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, y el que fuera consejero delegado de la compañía, Manuel Sánchez Ortega.

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