15 países se reúnen en Lisboa para relanzar el mercado de carbono mediante la creación de la Asociación para la Acción Internacional del Carbono (ICAP)

La lucha contra el cambio climático tiene un nuevo frente: se llama ICAP y acaba de constituirse como una coalición de varios países, principalmente en la UE y EE.UU. El ICAP proporcionará un foro internacional en el que gobiernos y autoridades públicas que adopten medidas obligatorias para limitar y comerciar con emisiones puedan intercambiar experiencias y conocer cuál es la estrategia que da mejor resultado en la planificación de las emisiones.

El ICAP nace con el objetivo de contribuir a establecer un mercado de carbono y un sistema de máximos, a escala global, y que funcione de la manera más eficiente posible. En este sentido, la oportunidad que ofrece para que los distintos miembros intercambien experiencias permitirá encontrar la mejor fórmula para implantar un sistema que permita reducir las emisiones con las menores repercusiones sobre la economía. Sus sus fundadores esperan que el ICAP dé un fuerte empujón a la demanda de productos y servicios de bajas emisiones en carbono.

Para ello, el ICAP creará un foro de expertos que tratarán cuestiones relevantes en el diseño, compatibilidad y potencial de interacción de los mercados regionales de carbono. Este foro se reunirá regularmente y definirá un programa de trabajo que incluya investigación y estudios conjuntos. Identificará barreras, incluidas aquellas impuestas por las distintas regulaciones, y también elaborará recomendaciones para los miembros del ICAP.

Los miembros de esta iniciativa se reparten entre los siguientes grupos. En primer lugar, los procedentes de la Unión Europea, como Francia, Alemania, Grecia, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal, España y Reino Unido; los pertenecientes a la Iniciativa Regional de Gases de Efecto Invernadero (EE.UU.), los estados de Maine, Maryland, Massachussets, Nueva Jersey y Nueva York; los miembros de la Iniciativa Occidental del Clima –Arizona, British Columbia, California, Manitota, Nuevo México, Oregón y Washington-; y, por último, Nueva Zelanda y Noruega.

El ICAP no es el único mecanismo que estos países han puesto en marcha para evitar o reducir el cambio climático. Aunque un mercado de carbono es una herramienta importante para promocionar la reducción de costes de las tecnologías limpias, pero en determinadas circunstancias pueden ser más apropiadas otras soluciones de carácter voluntario, regulatorio, o de mercado. Todos los miembros de ICAP se sirven de políticas adicionales de reducción de emisiones que complementan sus mercados de carbono, como estándares de limpieza del aire, de las emisiones de los vehículos y los combustibles, o la subvención de nuevas tecnologías limpias en carbono. De hecho, una opción a la que la Unión Europea está dando prioridad en estos momentos es la tecnología del secuestro de CO2, para usar el carbón como materia prima sin emitir gases de efecto invernadero.

Las asignaciones gratuitas a las eléctricas crecen un 1,45% sobre el reparto de julio

El reparto definitivo de los derechos de emisión de CO2 gratuitos del Plan Nacional de Asignación (PNA) 2008-2012 eleva en 790.000 toneladas anuales, un 1,45 por ciento, las asignaciones otorgadas el pasado mes de julio al sector eléctrico.

Las instalaciones de producción eléctrica contaran con 54,42 millones de toneladas de CO2 al año gratuitas, frente a los 53,63 millones estipulados en el reparto por instalaciones aprobado por el Gobierno el 20 de julio, según el Real Decreto publicado en el BOE, que modifica otro Real Decreto de noviembre de 2006 por el que se aprobó el PNA para el periodo 2008-2012.

Las eléctricas reciben también 370.000 toneladas de CO2 más de las previstas en noviembre del año pasado (54,05 millones). No obstante, la asignación definitiva es un 36,2 por ciento inferior a la aprobada en el PNA del periodo 2005-2007.

La distribución por instalaciones, que determina las emisiones que recibe cada compañía, todavía no se ha aprobado.

El Gobierno, conforme a lo estipulado por la Comisión Europea, ha reducido en un 19,8% la partida total de derechos de emisión de España para el periodo 2008-2012, hasta 152,25 millones de toneladas anuales, de modo que la generación eléctrica concentrará más de un tercio de esta partida. De la asignación total para España, 145,97 millones se repartirán entre los distintos sectores, mientras que 6,27 toneladas formarán parte de una reserva adicional que se aplicará en función de las necesidades generadas por los nuevos entrantes.

El Ejecutivo explica en alusión a las eléctricas que, dada la limitación del volumen total de derechos y la voluntad de repartirlos de forma que no se vean dañados el empleo y la competitividad, se ha mantenido el criterio de trasladar los esfuerzos adicionales de reducción al sector menos expuesto al comercio internacional y con mayor capacidad para internalizar costes.

El Plan Nacional de Asignación (PNA) de derechos de emisión fue remodelado a petición de la Comisión Europea en el Real Decreto 1030/2007, tras lo que se abrió un periodo de información pública para calcular el esfuerzo individual de cada uno de los sectores.
Despues de esta fase, se elevaron ligeramente las asignaciones de los sectores de generación eléctrica, cogeneración, combustión, siderurgia, cal, ladrillos y tejas, azulejos y baldosas, y papel.

La cogeneración tiene asignadas 12 millones de toneladas anuales de promedio en el PNA 2008-2012, un 7,6% menos. Las emisiones reales entre 2000 y 2005 fueron de un promedio anual de 10 millones.

Las refinerías de hidrocarburos tienen asignadas 16 millones de toneladas, un 6,6% más, tras haber emitido 15 millones entre 2000 y 2005. Las instalaciones para la producción de acero elevan un 9% la asignación, hasta 12 millones.

La fabricación de cemento y cal tendrá asignadas 31 millones, un 6,8% más, mientras que la de vidrio reduce un 3,4% la asignación, hasta 2,8 millones. Las cerámicas reciben 5,7 toneladas, mientras que el papel y sus derivados 5,4 millones, lo que supone incrementos del 1,7% y del 3,8%, respectivamente.

BASF, RWE y Linde probarán un nuevo método para separar el CO2 en la producción eléctrica

El grupo químico BASF, la compañía de suministro energético RWE y el productor de gases industriales Linde probarán un nuevo procedimiento para separar el dióxido de carbono (CO2) de las emisiones de la producción eléctrica.

BASF informó de que las tres compañías alemanas han llegado a un acuerdo para poner en marcha un proyecto piloto en una de las fábricas eléctricas de combustión de carbón de RWE, en la que se probarán nuevas tecnologías de BASF para separar el CO2 de las otras emisiones de la producción.

Linde se encargará de planificar y construir en la fábrica de RWE la zona en la que se llevará a cabo el proyecto.

Las compañías prevén un periodo largo de pruebas para detectar con qué procedimientos y tecnologías se pueden mejorar los métodos de separación de CO2, con el objetivo de comercializar este sistema para fábricas de lignito antes de 2020.

Según el grupo químico, RWE invertirá unos 80 millones de euros (113 millones de dólares) en este proyecto.

BASF explicó que la tecnología que ha desarrollado permitirá recoger más del 90 por ciento del CO2 que contienen los gases de una fábrica eléctrica para después almacenarlo en el subsuelo.

BASF y RWE participan desde 2004 en el proyecto de investigación «Castor» de la Unión Europea (UE), que estudia cómo separar y almacenar el CO2 que contienen los gases procedentes de la combustión en plantas eléctricas, dijo la empresa química.

La industria alemana asegura que la reducción de un 30% de emisiones de CO2 en 2020 es factible

La industria alemana ve factible una reducción de hasta el 30 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de Alemania para 2020, tal y como propone la canciller Ángela Merkel.

En un estudio de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), presentado en Berlín, se califica la propuesta de Merkel de «ambiciosa pero factible».

El informe «Costes y potencial de la reducción de las emisiones de gases invernaderos«, realizado por la consultoría McKinsey & Company, apunta a que un 26 por ciento de ese descenso se produciría en los sectores productivos alemanes, mientras que el 5 por ciento restante se obtendría con un combinado de energías renovables.

El gerente en Alemania de McKinsey & Company, Frank Mattern, destacó la rentabilidad de invertir en eficiencia energética y aseguró que esta reducción de emisiones de un 30 por ciento se sitúa dentro del límite de costes asumibles. Indicó que, por encima de esta cifra, los costes serían de 50 euros por tonelada de CO2, una cifra excesiva para las cerca de trescientas compañías y asociaciones consultadas en la elaboración del informe.

Mattern apuntó que el estudio es «un punto de salida para que continúe el debate público» y destacó la rentabilidad de muchas de las medidas analizadas, que incluyen desde un incremento del uso de las energías renovables tanto en industria como en el ámbito doméstico hasta la proliferación de los motores híbridos.

El presidente de la BDI, Jürgen Thumman, destacó que se trata del primer estudio que responde «específicamente» a cuestiones relativas al plazo y a los costes «reales» que las reducciones de las emisiones contaminantes supondrán para un país.

Durante la presidencia de turno alemana de la Unión Europea, que concluyó en junio, Merkel hizo especial hincapié en introducir el cambio climático en las reuniones de la UE, que en marzo se comprometió a reducir en un 20 por ciento las emisiones de CO2 y aumentar al 20 por ciento la cuota de renovables hasta 2020.

Merkel fue aún más lejos al comprometerse a lograr una reducción del 30 por ciento en Alemania en el caso de que otros países redoblaran sus esfuerzos.

El informe presentado detalla que en 1990 las producción de dióxido de carbono de Alemania ascendían a 1.232 megatoneladas, que se redujeron a 1.025 megatoneladas en 2004.

La consultora estima que entre este año y 2020 es factible aspirar a un descenso anual de 195 megatoneladas de C02, de las que aseguran que el 65 por ciento se reduciría «sin costes adicionales» utilizando tecnologías que ya están operativas.

La consultora aboga por el avance en las investigaciones sobre el sector energético, especialmente en las técnicas de «captura y almacenamiento de carbono» y sostiene que, con un incremento anual de la eficiencia energética de un 1,6 por ciento puede alcanzarse un 2 por ciento de crecimiento productivo cada año.

Los países industrializados acuerdan reducir las emisiones de CO2 hasta un 40% en el año 2020

Los países industrializados firmantes del Protocolo de Kioto, reunidos en Viena, han acordado la necesidad reducir de aquí al año 2020 las emisiones de gases de efecto invernadero entre el 25 y el 40 por ciento con respecto al nivel de 1990.

El texto consensuado se alcanzó tras salvar la oposición de Rusia, Japón, Canadá, Suiza y Nueva Zelanda (que alegaban que la reducción perjudicaría a sus economías) y subraya que ese recorte es necesario para detener el efecto del calentamiento global.

“Alcanzar el menor nivel de estabilización (de gases de efecto invernadero) declarado por el IPCC (el Grupo Intergubernamental del Cambio Climático) y sus correspondientes limitación de daños” requiere que los países industrializados hagan ese recorte, se lee en el documento.

Esa limitación de las emisiones es el nivel marcado por la comunidad científica para contener el calentamiento global por debajo de los dos grados, una cifra que se considera tope para que los desarreglos que podría causar a la vida humana el fenómeno climático no sean irreversibles.

El recorte del 25 al 40 por ciento por debajo de los niveles de emisión de 1990 nunca antes había sido plasmado en un reunión de Naciones Unidas y será el elemento base sobre el que se debatirá en la Conferencia sobre Cambio Climático de Bali, en diciembre, para consensuar un acuerdo que sustituya a Kioto, que expira en 2012.

Gas Natural ve contradictorio que tengan más derechos quienes más contaminan

El consejero delegado de Gas Natural, Rafael Villaseca, consideró «curioso y contradictorio» que en el Plan Nacional de Asignación (PNA) 2008-2012 «los que más contaminan sean los más beneficiados», en referencia a Endesa, que recibe la mitad de los derechos gratuitos concedidos al sector eléctrico.

En la rueda de prensa en la que explicó los resultados del primer semestre de la compañía, Villaseca señaló que el cumplimiento de los compromisos de Kioto exigirá la adopción de nuevas políticas para evitar la contaminación, ya que en determinadas circunstancias mecanismos como los derechos de emisión no resultan eficaces.

Según explicó, el precio actual de los derechos de emisión es muy bajo y no envía «señales adecuadas» a las instalaciones que más CO2 producen para que las reduzcan.

El reparto definitivo del nuevo PNA concede a Endesa 26,7 millones de toneladas de CO2, la mitad de las del conjunto del sector eléctrico, un 33 por ciento menos de las que recibió entre 2005 y 2007 (39,9 millones al año).

Endesa es la compañía que sufre un menor recorte en términos porcentuales, pero la que más en términos absolutos (13,2 millones de toneladas).

Gas Natural ha recibido 2,8 millones de toneladas gratuitas, un 41,6 por ciento menos que en el PNA anterior.

Iberdrola ha recibido 6,4 millones de toneladas, un 48,4 por ciento menos que en el periodo anterior, mientras que a Unión Fenosa se le han concedido 7,8 millones, un 41 por ciento menos.

HC Energía (antes Hidrocantábrico) ha visto reducidas sus asignaciones gratuitas un 46,6 por ciento, hasta 4,7 millones de toneladas; Enel Viesgo un 40,6 por ciento, hasta 1,9 millones.

En conjunto, el sector eléctrico contará con 53,63 millones de toneladas de CO2 al año, un 39,1 por ciento menos que entre 2005 y 2007.

El Plan Nacional de Asignación 2008-2012 recorta los derechos de emisión a las grandes eléctricas y a Gas Natural

Las cinco grandes eléctricas –Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, HC Energía y Enel Viesgo– y Gas Natural han recibido menos derechos de emisión para el periodo 2008-2012 de los asignados entre 2005 y 2007, según el reparto por instalaciones del Plan Nacional de Asignación (PNA).

En conjunto, el sector eléctrico contará con 53,63 millones de toneladas de CO2 al año, un 39,1 por ciento menos que entre 2005 y 2007, y 420.000 toneladas por debajo de la asignación anunciada en noviembre, cuando el Gobierno aprobó el PNA 2008-2012.

El pasado viernes, el Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto que modifica varios aspectos del plan. Uno de ellos es la asignación de derechos de emisión gratuitos al sector eléctrico, que pasa de los 54,05 millones de toneladas anuales anunciados en noviembre a 53,63.

Por empresas, la mitad de los derechos, 26,7 millones de toneladas, son para Endesa, aunque esta cifra es inferior en un 33 por ciento a la que recibió entre 2005 y 2007 (39,9 millones al año). Endesa es la compañía eléctrica que sufre un menor recorte en términos porcentuales, pero la que más en términos absolutos (13,2 millones de toneladas).

Iberdrola ha recibido 6,4 millones de toneladas, un 48,4 por ciento menos que en el periodo anterior, mientras que a Unión Fenosa se le han concedido 7,8 millones, un 41 por ciento menos.

HC Energía (antes Hidrocantábrico) ha visto reducidas sus asignaciones gratuitas un 46,6 por ciento, hasta 4,7 millones de toneladas; Enel Viesgo un 40,6 por ciento, hasta 1,9 millones; y Gas Natural un 41,6 por ciento, hasta 2,8 millones.

El resto de las centrales eléctricas de ciclo combinado ha recibido 3,2 millones de toneladas de derechos de emisión.

HC Energía dispone de 2,8 millones de toneladas adicionales por las plantas de generación que utilizan gases siderúrgicos.

El reparto anunciado en noviembre se ha mantenido para los principales sectores industriales.

El sector de refino de petróleo contará con 16,13 millones de toneladas, el siderúrgico con 12,19 millones y el cementero con 29 millones.

Se crea la Asociación Española del CO2

Empresas eléctricas y del sector del carbón, instituciones científicas y firmas de ingeniería han creado la Asociación Española del CO2 (AECO2) con el objetivo de promover tecnologías que permitan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, informó la asociación.

La AECO2, de la que forman parte empresas como Endesa, Iberdrola o Unión Fenosa, impulsará actividades para mejorar la eficiencia energética y desarrollar tecnologías de captura, transporte y almacenamiento de CO2. La asociación promoverá la colaboración entre los sectores científico e industrial y las administraciones públicas.

La AECO2 también pretende evaluar el impacto económico de las emisiones de CO2 para España.

El enfoque de la asociación se enmarca en los análisis de organismos y expertos internacionales como los Paneles Intergubernamentales de Cambio Climático, las Plataformas Tecnológicas Europeas y la Comisión Europea (CE).

La AECO2 cuenta con una Asamblea General, integrada por todos sus asociados, y una Junta Directiva, compuesta por nueve vocales. La asociación ha nombrado presidente a Santiago Sabugal, de Endesa, y vicepresidentes a Rosa María Menéndez, del CSIC, y Eloy Álvarez-Pelegry, de Unión Fenosa.

Entre los socios fundadores figuran Endesa, Iberdrola, Unión Fenosa, Hidrocantábrico, Unesa, Elcogás, Hunosa, el CIEMAT y el CSIC.

E.on pide que se armonice el mercado europeo de certificados de emisión CO2

El grupo alemán de suministro energético E.on pidió que se armonice el mercado europeo de certificados de emisión de dióxido de carbono (CO2) para impulsar las inversiones empresariales en tecnologías que protejan el medio ambiente.

E.on informó de que la Comisión Europea (CE) ha invitado al sector energético a que presente propuestas para desarrollar, más allá de 2012, el mercado europeo de certificados de emisiones contaminantes, un mecanismo de compraventa de derechos de expulsión de CO2 que quiere reducir las emisiones globales de los gases que causan el efecto invernadero.

Según la compañía germana, sus propuestas se encaminan a impulsar a escala europea los sistemas de negociación de certificados de emisión y a aumentar su eficiencia y transparencia, ya que «sólo así se podrán alcanzar las ambiciosas metas climáticas de la Unión Europea (UE) sin arriesgar la competitividad» del continente.

E.on reclamó que las fábricas europeas reciban un trato igualitario y que se centralicen las reglas de distribución de derechos de emisión y los objetivos de reducción de emisiones de los sectores que participan en la negociación de certificados de CO2. Al mismo tiempo, solicitó que los derechos de emisión se repartan de manera que no se incentive que permanezcan abiertas fábricas más antiguas y, por tanto, más contaminantes.

Según E.on, «para reducir las expulsiones de CO2 en la producción de energía con unos costes más bajos para los clientes y la industria, se deben usar todas las técnicas disponibles en Europa«, desde la energía hidráulica a la nuclear.

Una vez que se armonice el mercado y haya aumentado su transparencia y eficiencia, «se darían las condiciones» para el libre reparto de certificados de emisión en subastas, que deben llevarse a cabo de forma unificada en toda Europa, propuso E.on.

Las emisiones mundiales de CO2 crecieron más que el consumo energético en 2006

Las emisiones mundiales de CO2 (dióxido de carbono) crecieron más que el consumo energético en 2006 por el mayor peso relativo de los países en vías de desarrollo, que tienen índices más elevados de contaminación.

Por el contrario, el consumo de energía primaria aumentó menos que el PIB -un 2,4 por ciento frente a un 5,3 por ciento-, lo que muestra una mayor eficiencia energética.

Éstas son algunas de las conclusiones del Statistical Review of World Energy 2007 elaborado por la petrolera BP.

Por segundo año consecutivo, el crecimiento del consumo energético se ralentizó el pasado año hasta situarse en el 2,4 por ciento, ocho décimas menos que en 2005 (3,2 por ciento), aunque todavía por encima de la media de los últimos diez años.

Según el informe, una de las causas de esta desaceleración ha sido la notable subida de los precios energéticos, en especial los ligados al petróleo.

No ocurrió lo mismo con las emisiones de CO2, cuya intensidad aumentó en relación con la demanda de energía. El crecimiento de la demanda en los países en vías de desarrollo, donde el peso del carbón ha aumentado de forma sustancial, explica esta evolución.

El director de Análisis de Refino del Departamento de Estudios Económicos de BP, Kevin Goodwin, encargado de presentar el informe, señaló que las tendencias apuntadas en 2006 no cambiarán «por si solas». No obstante, señaló que los datos del año pasado demuestran que el sistema energético mundial responde a los incentivos que aporta la variación de precios. Según Goodwin, «lo mismo sucedería si al CO2 se le adjudicara un precio».

La demanda de petróleo creció el año pasado un 0,7 por ciento, la mitad que en 2005 (1,5 por ciento), y se situó en 83,7 millones de barriles diarios. El impacto de la subida del crudo se tradujo, por ejemplo, en un descenso del consumo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) de 400.000 barriles al día. La producción global de petróleo aumentó un 0,4 por ciento hasta alcanzar los 81,7 millones de barriles diarios.

El consumo de gas natural creció el año pasado un 2,5 por ciento impulsado por la fuerte demanda en Rusia y, sobre todo, en China, donde el incremento superó el 20 por ciento.

También creció de forma considerable, un 4,5 por ciento, el consumo de carbón. La demanda aumentó un 8,7 por ciento en China, un porcentaje considerable pero alejado de los dos dígitos de los últimos años.

Por último, el consumo de energía de origen nuclear creció un 1,4 por ciento por la mayor aportación de los países de la OCDE.