¿Doctor Clos, supongo?
Una anécdota mundialmente conocida es la del encuentro entre los exploradores Stanley y Livingstone en Africa. En Octubre de 1971, Henry Morton Stanley, norteamericano nacido en Gales y enviado por un periódico, para encontrar a Livingstone en viaje de exploración por Africa. Al parecer, Stanley al encontrarse con él dado por perdido explorador, exclamó, ¿Doctor Livingstone, supongo? Algo que ejemplifica muy bien la situación con la cuestión de las tarifas eléctricas, que viene atravesando un rosario de sucedidos desde el momento en que se anunció que habría un calendario para establecer las mismas inferior al anual. A finales del año pasado con la fijación de tarifas 2007, ya asistimos a una ceremonia de la confusión con la campaña previa para anunciar la subida de tarifas y, por otra, la entrada en escena abruptamente de Moncloa abortando cualquier posible elevación de precios y prolongando ese artificio de contabilidad creativa que es el déficit tarifario.
Un poco de historia sobre los cambios tarifarios del ultimo año
La situación no está hoy mejor que hace casi un año. La primera revisión de 2007, producida después de las elecciones municipales estancó las tarifas para los usuarios domésticos y subió las tarifas empresariales. Posteriormente, la revisión, que a partir de ese momento iba a ser trimestral, en el mes de octubre ya optó por dejarlas invariables, como hemos informado recientemente, contra el criterio de expertos y del Consejo de la CNE. Lo que pasa es que vivimos la campaña electoral más larga de la historia democrática de nuestro país. Recientemente, se ha conocido que los Presupuestos Generales del Estado 2008 recogen una subida de tarifas. Ese es el desarrollo más o menos episódico de lo que ha pasado en torno a esta cuestión, que ya ha tomado los elementos mitómanos del pollo o de butano para el Gobierno y su intervención en el control de precios.
Tarifas y encuestas electorales
Ahora parece que los resultados de las ultimas encuestas de intención de voto publicadas parece que han tenido su correspondencias con la previsión de subida de tarifas eléctricas para 2008: El Ministro Clos, cuyo tratamiento como galeno también es el de doctor, señala que no subirá las tarifas eléctricas, por lo tanto, que quedarán congeladas, y el déficit tarifario ex ante o ex post, mantenido y expuesto a las rogativas por una buena climatologia, la evolución del dólar, los precios del gas y del petróleo. Si se reduce, es el Gobierno. Si aumenta, es el petróleo. En paralelo, cada cierto tiempo se conocen informes (casi todos del entorno del Ministerio de Industria o de la Comisión Nacional de Energía) en que se señala y cuantifica la diferencia entre la tarifa eléctrica que paga el consumidor y sus costes reales. Por tanto las coincidencias entre estos dos tipos de mensajes, no pueden hacer sino introducir desorientación, confusión y comportamientos psicológicamente disonantes entre nuestros protagonistas, expuestos a la lógica económica y al conflicto político simultáneamente.
18 días en la CNE para publicar el informe sobre (contra) las tarifas de Industria
Por su parte, la Comisión Nacional de Energía, tardó dieciocho días en publicar en su web el durísimo dictamen del Consejo de Administración de este organismo sobre la modificación de las tarifas para el último trimestre. El lunes, por fín fue publciado. En éste informe que consideraba ‘no ajustada a derecho’ la ‘colada’ del cambio de la regulación por capacidad (garantía de potencia), introducida bajo la máxima regulatoria de ‘entre col y col, una lechuga’, por lo que pedía que se enviase de forma separada esta regulación. Una demora así es una manera de desactivar cualquier posible crítica. Algún habrá que tratar, y valorar las responsabilidades, de como se ha aprobado una normativa sin que el órgano regulador haya emitido informe sobre la misma, dado que se ha introducido como un subterfugio y el regulador lo denuncia.
El déficit tarifario puede entrar en agonía
En definitiva, mientras el Doctor Clos y el Ministerio de Industria, va abordando delante de los medios de comunicación el tema de las tarifas como pueden, el panorama para los consumidores y para la economía española en esta cuestión debe seguir siendo preocupante. Seguirán consumiendo más por no saber los precios ciertos (cada vez más lejanos a la realidad), pagándolo más tarde (cada vez más años, cada vez más tiempo, en una especie de póliza de crédito colectiva tomada pero no elegida). Consecuentemente, cada vez más intereses y gastos financieros dentro de la tarifa, con el telón de fondo de una época de una incertidumbre y endurecimiento en las condiciones crediticias y alzas en los tipos de interés.
Sería necesario encontrarse un poco.