El crudo marca nuevos máximos históricos pese a ralentización económica

El petróleo volvió a alcanzar esta semana nuevos máximos históricos, por encima de los 112 dólares por barril, debido al bajo nivel de la reservas de crudo y combustible en EEUU, y a pesar de los crecientes indicios de que la economía mundial se está ralentizando y con ello el consumo energético.

La Agencia Internacional de Energía (AIE), que representa los intereses de los principales países consumidores de crudo, revisó en su informe mensual de abril a la baja sus cálculos sobre la demanda mundial petrolera en 2008. La agencia con sede en París rebajó en 310.000 barriles diarios sus previsiones de demanda respecto a lo que estimó hace un mes, hasta un total de 87,2 millones de barriles diarios (mb/d), con lo que crecerá apenas un 1,5 por ciento en relación al año 2007.

El viernes se difundieron además datos que apuntan a que los consumidores en Estados Unidos ven con más pesimismo las perspectivas de la economía en los próximos meses, lo que puede influir en un menor consumo de combustibles.

A pesar de estos datos, que normalmente deberían empujar los precios del crudo a la baja, el Petróleo Intermedio de Texas (WIT) y el Brent, las dos marcas de referencia en EEUU y Europa, respectivamente, batieron nuevos récords históricos.

El barril de WTI llegó a cotizar en Nueva York en la sesión del miércoles pasado a 112,21 dólares, mientras que el Brent alcanzó el jueves en Londres los 109,98 dólares.

El petróleo de la OPEP, una cesta de trece tipos diferentes de crudo, que suele reaccionar con un día de retraso, alcanzó su nuevo máximo histórico el jueves al cotizar a 103,74 dólares por barril, según informó el secretariado del cártel en Viena.

El fuerte incremento de los precios esta semana fue consecuencia en gran parte del estado de las reservas de crudo y de combustibles en Estados Unidos, que esta semana mostraron un nivel más bajo de lo que había previsto el mercado.

Las reservas de petróleo en el principal país consumidor de combustibles bajaron en 3,2 millones de barriles y el total es un 4,9 por ciento inferior al del pasado año. Por su parte, las reservas de gasolina descendieron en 3,4 millones de barriles, también más de lo que se preveía, aunque eso sí, el total es un 10,2 por ciento superior al del pasado año. Los descensos en las reservas de crudo y de gasolina a partir de esta época tienden a presionar al alza a sus precios en el mercado mayorista y también en la venta al público, pues se acerca la temporada de verano en la que aumentan los desplazamientos por carretera y por tanto sube la demanda petrolera.

Mientras tanto, en el seno de la OPEP destacó esta semana el anuncio de la empresa estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), que quiere incrementar su producción petrolera hasta más de 6,8 mb/d de aquí al año 2021, con lo que duplicaría sus capacidades actuales.

Eso sí, los analistas de la consultora JBC en Viena aseguraron el jueves pasado que el país latinoamericano actualmente no produce más de 2,7 mb/d y como mucho podría incrementar su producción petrolero hasta 3,5 mb/d en el año 2020.

Previo Gobierno en energía

Del mismo modo que se ha puesto de moda en las retrasmisiones futbolísticas hacer un balance de cómo llegan los contendientes al día en que se produce el encuentro, podríamos utilizar el símil y decir que nos encontramos en “Previo Gobierno”. Parece que no más allá de mañana esta situación caracterizada por la interinidad relativa quedará resuelta. El comienzo de esta legislatura está siendo diferente, incluso para los mecanismos de renovación del gobierno. Acostumbrados a la estrategia de filtración dosificada, casi destilación, de los componentes en los gabinetes anteriores de Zapatero (y de sus sustituciones), la ultima semana ha estado presidida por el hermetismo.

La expectación es grande. ¿De qué color será el cuaderno del Presidente? Y la espera ha convertido, las filtraciones y posibilidades conocidas en este período, casi en especulaciones. Las principales quinielas y diatribas, han dejado en el ámbito de la energía dos candidatos, David Vegara y con menos intensidad el ex Ministro Luis Atienza. Lo que si parece descartado es la continuidad de Joan Clos, según todas las fuentes consultadas. La segunda cuestión estriba en si la energía, dentro de un modelo necesario de coordinación de la política económica, dados los tiempos que han comenzado y se avecinan, se deja campar a sus anchas (como en esta legislatura pasada), se coordina desde dentro del Ministerio de Economía integrada en su estructura, o al menos, el Ministerio de Industria, se sincroniza y tiene una plena sintonía con la política económica evitando la zozobra en que acaban estos cuatro años.

Se impone control y que se ate en corto, sin escándalos y sin personalismos tan acentuados como los que hemos vivido, con una acción mucho más gestora: tarifas, prospectiva energética, reordenación empresarial del sector, déficit, recuperación de la seguridad jurídica e impulso inversor de las empresas… son retos de futuro para el nuevo gobierno. También entra en juego el ministrable Miguel Sebastián que recogería en una cartera de nueva creación, una escisión de la parte más empresarial de Industria, la innovación, el desarrollo y la tecnología.

Una cuestión muy importante son las personas. Quién y cómo seguirá al frente de la acción de la política energética del Gobierno. Lo primero porque tendría la misión de arreglar los platos rotos de estos últimos cuatro años (con mascletá de cierre en el ultimo año y medio). Lo segundo porque debería ajustar su actividad a un nuevo escenario en el que se dedique a aspectos más estratégicos y globales, frente a la tendencia a influir en la retribución, y en aspectos más ordenancistas, verdadera cruz que acaba cegando al que se pone por delante (“mandar”, claro). Por eso, la resistencia a entregar las tarifas al regulador independiente (junto con su carácter de sustitutivo del pollo y del butano en el presunto control de precios), al que se mantiene en su jardín de infancia de fruslerías regulatorias (por eso y por la propia coartada del estado del regulador independiente, señalado desde muchos frentes que ahora no vienen al caso).

Bien es cierto que el actual Secretario General de Energía se sigue postulando, con fuerte convicción, en su continuidad, sobre la base del salvoconducto de los apoyos políticos del PSC. Pero, bien es cierto que el reparto de pesos políticos del PSC en el Gobierno, puede que se resuelva en otras posiciones según las informaciones aparecidas. Y, al mismo tiempo, el nuevo Ministro entrante pueda encontrar, si lo considera, alternativas bien en el propio PSC o en otros ámbitos territoriales del Partido Socialista (que tampoco ven con buenos ojos esa autodesignación o predestinación calvinista, incluso dentro de la propias familias socialistas catalanas a la vista de los resultados). O, incluso, como ha ocurrido en algunos Ejecutivos, se pueda acabar buscando técnicos solventes afines, pero sin carné. Que el Ministro entrante se deje constreñir en sus cien días primeros en su toma de decisiones, está por ver, sobre todo si se mantiene el grado de controversia y de conflicto en el que acabó el ultimo partido. Otra alternativa posible es postergar este cambio a dentro de un año. En todo caso, parece ser tiempo de prudencia y no de malas noticias: ni los incidentes en Barcelona, ni la presentación del incremento de emisiones en sector eléctrico recién publicadas, han dejado entrever estos posicionamientos en términos públicos, lo que también se entiende en clave política.

De lo que salga de ese cuaderno del Presidente también influirá en las prioridades de la denominada acción de gobierno, que no sólo se quedan en la conformación de su gabinete y de los Ministerios. Tiene que resolverse varias interinidades. La renovación de la Comisión Nacional de Energía (¿sólo cambio de consejeros salientes, solución quirúrgica de cara a lo que se avecina, cambio de funciones para adecuarla a lo exigido por la Comisión Europea, lo que requiere reforzar al organismo y darle mayor independencia, capacidad y perfiles en su composición, modificación de la modificación de la función 14?). Y, todo ello en el marco de la crisis en otros órganos colegiados del Estado, como ya han apuntado otros analistas, Tribunal Constitucional y Consejo General de Poder Judicial.

Parece que volvemos a las viejas máximas de la información. Todos en sus posiciones. Escenario abierto con restricciones. Algunos nervios. Vuelven a tener valor las exclusivas. ¿Habrá ‘sorpasso’?

La brecha medioambiental

Acaba de hacerse público un primer balance sobre el resultado y la evolución en el año 2007 del comportamiento de los derechos de emisión de carbono. A estos resultados se les podría aplicar esa lógica de corresponsal de guerra que afirma “un millón de muertos en una guerra, es una estadística; una historia personal es una noticia”.

Lo primero que resulta llamativo es la forma en que se hacen públicos estos resultados, sin que se puedan sacar una tendencia conjunta o general, es decir, la forma de diseccionar los resultados, parece que ofrece un juego de suma cero, o casi cero, un formato que busca escamotear el fracaso de una política que debe ir dirigida, no nos olvidemos a la reducción de emisiones. Así, se dice que en la industria, prácticamente ha quedado estable su evolución (crece un 0,3 % según los avances). En el sector energético ha crecido un 5% y en conjunto de estos sectores (industria y energía) es del 3%.

Inflación medioambiental en el sector energético

En segundo lugar, parece también particular las cifras de crecimiento que se manejan. Muy discretas, la más alta precisamente es el 5% del sector energético, con lo cual parece incluso, que la emisión de este gas efecto invernadero, podría estar controlada. Que no hay inflación medioambiental. Lo que parece, es que en las comparativas, no se señala que el objetivo que tenemos es de reducción, no de crecimiento.

Lo que también puede influir en esta forma de presentar los datos, es el hecho de que el propio Presidente del Gobierno utilizase estos datos en los debates electorales, y se haya procurado hacer un titular que no dejase en evidencia al propio Zapatero (hombre comprometido con el medio ambiente, según todos sus discursos) dado que había aireado que se habían reducido las emisiones, apoyándose en las cifras del año 2006. Un año, que climatológicamente fue muy bueno desde el punto de vista de los factores que influyen en la evolución del crecimiento o no de estos gases.

Por ello, es curioso (ahora que ya el extremeño está en Wikipedia), parece que los ‘extremeños’ se tocan. Nuestros máximos representantes justificaban los pobres resultados del año 2007 en la meteorología. Con lo cual la justificación, que parece exonerar de capacidad de acción, a los humanos y sus políticas. Y, la realidad, es que los únicos resultados de moderación, más que de reducción en estos años, los del 2006, los que exhibió Zapatero, si que son los directamente relacionados con la meteorología. El resto, dependen de la carencia de políticas coherentes de reducción de emisiones en el sector energético.

Lo que parece claro es que esta forma disociada de presentar los datos no hace justicia a la combinación de políticas seguidas en materia de gases efecto invernadero en el sector energético, cuyas señales a los agentes no han sido especialmente decididas a la hora de impulsar la reducción de emisiones, más bien todo lo contrario. Desde como se ha articulado el Plan Nacional de Asignaciones, y su desproporción entre tecnologías emisoras y tecnologías como los ciclos combinados. Cuestión que ha sido criticada por la propia Unión Europea (que incluso ha apuntado la existencia de ayudas de Estado) así como el abuso de los mecanismos de desarrollo limpio (algo que en el fondo, es una manera de evitar cambios en las tecnologías, verdadero objetivo de todo el andamiaje medioambiental y su escenificación pública).

Del mismo modo, el descuento de los derechos de emisión en la tarifa eléctrica, tampoco parece que tiene incentivos a las tecnologías no emisoras (solución verdaderamente ocurrente para el déficit tarifario, única en todo el arco de la Unión Europea, aplicada a ‘escote’ en las instalaciones –emisoras o no- y pensada para controlar las rentas de los operadores más que en la política medioambiental). Más bien, al revés, porque en su perversidad, se convierte en la peor de las soluciones posibles, dado que al distribuirse entre todos la contaminación del sector energético, el que contamina, cobra y es subvencionado por resto.

Lo que hay que tener claro es que fruto de una política farisea en materia de reducción de derechos de emisión, estamos afectando a la tan cacareada palabra competitividad, mantra de la ‘nueva-política-para tiempos de crisis’. Cuanto más crezcan nuestra demanda de derechos de emisión frente a la reducción a la que estamos comprometidos, cuanto más se amplíe nuestra brecha medioambiental, más costosa es en conjunto para toda la economía y para toda la sociedad. La táctica de mantener todo igual, nos lleva a estos resultados.

En breve, este fin de semana, probablemente se conocerá si hay nuevo gobierno. Si se crea un “Superministerio” de Medio Ambiente, o lo que sea. La pregunta es si cambiarán las políticas, la operada desde el Ministerio de Industria desde la Secretaria General de Energía y desde el propio Ministerio de Medio Ambiente colaborador necesario en esta construcción peculiar del tratamiento de las emisiones de carbono. Sobre todo, para evitar que los que conocen la misma y sus resultados, no sean llamados al escándalo cuándo nuestros políticos y responsables del Estado se columpian con las estadísticas o las utilizan torticeramente en su favor.

Para evitar que en estos cuatro años, se produzca el efecto mancha de aceite de duda sobre esta política, se precipite y cale socialmente entre los ciudadanos y votantes, bienpensantes y confiados ante tanta retórica medioambiental y vayan conociendo las verdaderas razones de esta brecha entre el discurso y la realidad (los ciudadanos cada vez tienen menos confianza en lo que escuchan y escrutan mejor lo que pasa, al estar mejor informados). Para verdaderamente actuar con sentido de futuro en materia medioambiental, pensando a la vez en clave de competitividad.

Por sus resultados les conoceréis.

Deseo, peligro

El director taiwanés Ang Lee (Brokeback Mountain, Sentido y Sensibilidad, Hulk…) presentó el año pasado una película magnífica “Deseo, peligro”. La película narraba una relación fronteriza entre una espía china y un colaboracionista, al que tiene que seducir y matar. La película, sofocante y densa, expresaba la dualidad entre el deseo, la pasión y el riesgo de la misión con el peligro para la espía, que además acaba viéndose atraída fatalmente por su objetivo potencial.

La Comisión Nacional de Energía la semana pasada publicaba en su nota de prensa tras el consejo, un texto tan inquietante como el siguiente “(El Consejo de la CNE en su reunión de hoy) ha acordado, a petición de la Secretaría General de Energía, la iniciación de un expediente sobre posibles irregularidades en la facturación del ATR de Ferrocarril Metropolità de Barcelona, S.A.; así como remitir solicitud de información a FECSA-Endesa”.

La expresión posibles irregularidades, obligó a que la propia compañía se precipitara a afirmar en un comunicado que el expediente que le ha abierto la Comisión Nacional de la Energía (CNE) «no obedece a ninguna presunta mala práctica de la empresa operadora de Metro». Del mismo modo, la empresa sostiene que la apertura de dicho expediente «tampoco tiene ninguna relación con el concurso para el suministro energético que se llevó a cabo el año pasado con la máxima transparencia y respeto al procedimiento establecido». En realidad, ahondando más en el proceso, según estas mismas fuentes, se trata de la apertura de un expediente informativo, para esclarecer las bases y parámetros de potencia y consumo sobre las que se establece esta facturación y por ello se pide información a la empresa distribuidora anterior (eso, sin efectuar lectura alguna de la falta de tacto con una empresa pública catalana y la procedencia del equipo rector actual de la CNE).

Por otra parte, hace poco, la propia Maite Costa (actual presidenta de la CNE), anunció en TV3 un expediente contra una empresa importante del sector de la distribución de hidrocarburos, lo que precipitó un importante trasiego en el sector, sin que posteriormente los hechos confirmasen la alarma de su anuncio. Del mismo modo, empiezan a ser frecuente por parte de este organismo, la existencia de amagos de investigación relacionados con investigaciones a determinadas instalaciones por la existencia de altos precios en el mercado mayorista, en determinados momentos de muy alta demanda. O, por ejemplo, con respecto al apagón de interrumpibles que tuvo lugar a principios del mes de noviembre, y en el que se iban a investigar centrales en situación de indisponibilidad. Y, también se pidió, la forma en que había gestionado la indisponibilidad Red Eléctrica de España. Hoy todavía no sabemos nada, ni de una cosa ni de otra.

De hecho, hoy mismo el diario Cinco Días publica una información con información procedente de este órgano regulador, referida a la negativa a la conexión de plantas renovables por parte de las empresas eléctricas, sin que haya más noticia que expedientes informativos (previos, o no, al expediente sancionador) y acuerdos para estudios internos en el seno del organismo. Así se ventilan dos expedientes a Iberdrola y Unión Fenosa (y no se tratan las “facilidades” que viene prestando Red Eléctrica a la energía eólica, por ejemplo).

Es paradójico que esta información (interna y necesaria para la construcción de los expedientes y las investigaciones) tenga mayor relevancia que las conclusiones finales. Veáse, por ejemplo, el caso del apagón de Barcelona, la situación de nuevos apagones recientes en la ciudad condal, la gestión de la garantía de potencia en las empresas que están acogidas a estas modalidades de tarifa, etc…

La Comisión Nacional de Competencia, por su parte, ha comenzado a demostrar una actividad inusual, que se ha manifestado especialmente, en referencia a la evolución de los precios de los productos alimenticios. También se ha apuntado a la “guerra de medios”. Dentro de esta actividad, y con razonable voluntarismo se ha iniciado un expediente para determinar la elevación de los precios en estos productos, y en se marco, se ha conocido que “el expediente a la patronal de los huevos tenía sólo dos notas de prensa”. El propio Solbes ha pedido mesura antes de que se publiquen informaciones previas.

Esto nos obliga a dos reflexiones: la primera, como la difusión de la información subyudíce, a falta de un proceso de investigación completo y de audiencia a las partes interesadas, se utiliza como ariete y está orientada a condicionar a la opinión pública (y, en mayor medida, cuando se establecen posiciones maniqueas irreconciliables por los sectores más intervencionistas: sector empresarial vs. reguladores). Esto implica la construcción de un juicio paralelo.

La segunda, la capacidad de combinar deseo (anhelo de notoriedad en los medios de comunicación, pretensión de ganar relevancia en alguna esfera de su actividad, impresión de actividad que evidenciar en las otras instancias aunque esté poco contrastada o las ganas de que una parte sea la recipendiaria directa del castigo, según el caso) con peligro (riesgo para las empresas, para su secto y de la credibilidad en el mercado y sus los procedimientos, consiguiente deterioro institucional del papel de los organismos o riesgo de ausencia de neutralidad en la toma de decisiones, aumento de la visibilidad de las carencias en el papel de cada institución).

Cuidado con el deseo y el peligro: es un boomerang.

El precio del crudo se mantiene volátil y termina en torno a los 104 dólares

Los precios del petróleo consolidaron esta semana el marcado encarecimiento de la semana anterior, tras unas jornadas de extrema volatilidad en los mercados de futuros, donde la debilidad del dólar ha vuelto a fomentar el refugio del capital de los inversores en las materias primas.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el barril del crudo Brent (referencia en Europa) para entrega en mayo cayó a menos de 100 dólares el martes, pero finalizó ayer a 104,90 dólares, 1,13 dólares más que el valor del cierre del viernes precedente.

Una vez más, la incertidumbre sobre el impacto que tendrá en la economía mundial la crisis en Estados Unidos se reflejó en los mercados petroleros con masivos movimientos de especulación mediante contratos de futuros, que provocaron fuertes altibajos de los precios, relacionados, en general, con los vaivenes del dólar.

Así, cuando el «billete verde» se acercó a su mínimo histórico frente al euro (1,5905 dólares por un euro, el 17 de marzo) y la moneda europa cotizó a 1,5774 dólares, el barril del crudo de Texas (WTI) subió 2,40 dólares, hasta terminar a 106,23 dólares en Nueva York.
Consolidó con ello el encarecimiento de la semana anterior (3,7 por ciento), cuando concluyó a 105,62 dólares.

La tendencia alcista superó las fuertes bajadas causadas por la subida de los inventarios de crudo en EEUU y el restablecimiento de las exportaciones iraquíes después de un atentado a un oleoducto en la ciudad de Basora, así como por el temor a que una crisis económica frene la demanda mundial de energía.

La caída del dólar fue impulsada por la publicación de nuevos datos negativos sobre la economía estadounidense, donde se consume el 25 por ciento de petróleo mundial, como la pérdida de 80.000 empleos en marzo para colocar el desempleo en una tasa del 5,1 por ciento, la más alta desde septiembre de 2005. Estos indicadores parecen confirmar la visión pesimista presentada por el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, cuando reconoció que la economía de la primera potencia mundial pasa por un período «muy difícil» y es posible que esté ya en recesión. «Una recesión es posible, pero recesión es un término técnico que depende de datos que no estarán disponibles por un tiempo», dijo Bernanke ante el Congreso en Washington.

El temor a que la crisis económica, unida a los altos precios del crudo, provoque un freno de la demanda mundial de esta materia prima y por ende una fuerte caída de sus precios, ha dominado las últimas reuniones de la OPEP (en diciembre, febrero y marzo pasado), que concluyeron todas sin cambios en la cuota de producción conjunta, fijada en 29,67 millones de barriles diarios (sin Irak). La organización petrolera no sólo rechazó aumentar los suministros como lo solicitaron Estados Unidos y otras naciones consumidoras, sino que algunos de sus responsables han advertido reiteradamente de que más bien se inclinarían por reducirlos.

Los ministros de Energía y Petróleo de la OPEP tendrán una oportunidad de efectuar consultas este mes, durante el Foro Internacional de la Energía, del 20 al 23 de abril en Roma. Allí coincidirán con los máximos titulares del sector de otros productores, como Rusia y México, de importantes naciones consumidoras -entre ellas EEUU, la UE y China-, y representantes de la industria petrolera. Pero los analistas vaticinan que tampoco en esta ocasión los productores decidirán abrir sus espitas, una política que contribuye a mantener elevados los precios del barril.

Y según la consultora especializada JBC, a ello se ha añadido esta semana la advertencia de la Universidad del Estado de Colorado de que la próxima temporada de huracanes en el Golfo de México, durante el verano y el otoño boreal, será más activa de lo habitual. «Los meteorólogos habían vaticinado un total de 13 tormentas tropicales y 7 huracanes, pero ahora están considerando revisar esas cifras al alza», destacaron los analistas de JBC.

Una gran parte de la industria petrolera de EEUU se concentra en la región que puede verse azotada por los ciclones y los mercados tienen aún muy presente la devastación causada por los huracanes «Katrina» y «Rita» en 2005.

Factótum

Este período previo a la constitución del nuevo gobierno es propicio tanto para las especulaciones como para los balances, con el acento en el personalismo inherente a sus protagonistas. Si la semana pasada repasábamos la ejecutoria de Ignasi Nieto, como Secretario General de Energía (que por méritos propios ha acaparado la atención informativa de los cuatro años de legislatura, pese a estar únicamente año y medio al frente de este puesto), el reparto quedaría incompleto si no habláramos de Luis Atienza Serna, presidente de Red Eléctrica, verdadero factótum del sector ante el Ministerio de Industria en este año y medio, proyección de los últimos cuatro años. A Atienza hoy se le identifica plenamente con REE, del mismo modo que se identificaba a Manuel Luque con la empresa de detergentes Camp, logrando imprimir un cierto personalismo a su vinculación a esta empresa privatizada, sin clientes y reminiscencias de su historia como organismo público.

Por tanto, se trata del segundo personaje/empresa, tanto monta, monta tanto, que tratamos en este seriado, pues el que debería haberse considerado teórico primero, Joan Clos, ha quedado en el ámbito de la energía subsumido por la pinza de estos dos, quedando para las ocasiones, inauguraciones, ceremonias y actos oficiales.De hecho, en los últimos días Atienza se ha añadido a la quiniela de la lista de sustitutos del ex Alcalde de Barcelona, al frente del Ministerio de Industria.

Atienza, ex Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en el último gobierno de la etapa socialista anterior, le precedía un prestigio personal, relacionado con su propio talante. Hombre considerado de muy buen trato, se ha visto impelido por el propio papel de Red Eléctrica de España como juez y parte en el sector eléctrico español, y su conformación de posición de superioridad relativa, lo que ha matizado ostensiblemente su tendencia a la afabilidad, aunque no su capacidad creativa, de la que hemos sido testigos en estas páginas. A ese sentirse crecidos, también ha contribuido el hecho de que REE sea la única empresa que ha recibido en dos ocasiones durante los últimos cuatro años, la visita del Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Reconociendo méritos, la gran habilidad de Red Eléctrica de España ha sido en este último año, percibir carencias, identificar los huecos y achicar con perspicacia los espacios que han dejado el Ministerio de Industria y la propia Comisión Nacional de Energía, en el ámbito regulatorio y de ordenación del sistema eléctrico, verdadera razón del mal. Por ello, desde Red Eléctrica de España se ha conseguido ser contemplados como auxilio necesario del Ministerio de Industria en sus funciones regulatorias. Sólo hay que ver el número de menciones que se hacen en las normativas que se elaboran a esta compañía, o como condiciona los procedimientos de acceso a la red (el sector eólico conoce mucho de ésto).

La tendencia no deseada, el efecto colateral es que esa tendencia, esa derivación, pasa a ocuparlo todo, es que se realimenta a sí misma. Y, lo que empieza por ser el auxilio regulatorio complementario, acaba siendo configurado por obra y gracia del propio Ministerio de Industria en un viraje forzado desde REE y operado desde este regulador en el ultimo tramo de tramitación en el Senado de la reforma de la Ley del Sector Eléctrico, para dibujar la definición técnica de las redes por voltaje (frente a la definición funcional, por finalidad y uso en la práctica), un monopolio de red, el transportista único, enrocado en la configuración de un TSO monolítico, con todas sus características y aditamentos: ejercicio de influencia sobre el regulador y capacidad para no ser neutral su comportamiento.

De hecho, como colofón, el final de la legislatura acaba con la implantación del modo de retribución a la actividad de transporte que ha definido e instado la propia Red Eléctrica y que fue cuestionado en su metodología por la CNE y sobreseídas sus apreciaciones por el Secretario General de Energía, Ignasi Nieto. ¿Quién regula al regulador principal? . Además, REE ha sucumbido a sus afanes expansionistas: una operación cada vez más indisimulada de integración con ENAGAS o la intervención en determinados tipos de subastas que gestiona el OMEL, diseñan la tendencia al desborde en la actividad del operador de red y transporte de electricidad en nuestro país.

Así, la legislatura acaba de forma maniquea. Un enfrentamiento abierto y generalizado entre Red Eléctrica y las empresas (réplica de la situación de enfrentamiento del sector empresarial con Industria), distribuidoras y generadoras que se ha reflejado en un profundo malestar que la propia UNESA ha tratado en más de una ocasión y con pronunciamientos explícitos, ante la inacción de los reguladores. Ejemplo de ello son los problemas de relación en las grandes ciudades o los informes paralelos sobre los comportamientos en el mercado de las empresas han enrarecido sustancialmente el ambiente.

Otra cuestión que ha puesto a prueba a Red Eléctrica de España, han sido los apagones y la evidencia de las carencias de la red de transporte para suministro y evacuación de energía. Principalmente, el apagón de Barcelona, los problemas en las redes en Vigo o el apagón de interrumpibles de final del año 2007. Sin comentar la situación permanente de Girona o la contumacía existente en Escombreras para evacuar energía de cuatro grupos de generación. Más otros problemas derivados de la falta de inversión en redes de los últimos años, que ahora promete restañar en pocos años, gracias a la nueva retribución.

Y, finalmente, REE también ha logrado concitar en rededor los opositores ideológicos al funcionamiento del mercado eléctrico, una minoría creativa influyente, mitad intervencionista (identifica problemas del mercado para magnificarlos y mantenerlo cuestionado permanentemente, promueve la determinación de los precios de la energía según costes reconocidos por las distintas tecnologías e impulsa la acción combinada para la reducción de las empresas, sin percibir como ha cambiado el sector eléctrico en diez años), mitad planificación centralizada, que necesitaba una cara positiva y bien relacionada como Atienza para manifestarse.

Lo que ven. ¿Estamos otra vez ante el factótum?

Solipsismos públicos

Según la Real Academia de la Lengua, el solipsismo es una forma radical de subjetivismo en laque sólo existe o solo puede ser conocido por el propio yo. Curioso, por tanto que lo que recorre estos días los medios de comunicación (medios que conforman una visión compartida de la realidad y de la información) sean ejercicios de visiones tan subjetivas, tan personales, tan concretas, tan puntuales que sólo pueden explicar o conocer sus protagonistas, que entenderán lo que han dicho, porqué lo han dicho, la realidad de lo que pasó y que perseguían con lo que se ha publicado.

Alta distorsión en la línea de Alta Tensión con Francia. Quizá puede tratarse del argumento informativo referido a la energía cuyo torrente de declaraciones e informes ha sido mayor. Sólo serían equiparables a los enunciados en los programas electorales referidos a la energía nuclear y los ejercicios de solipsismo de cada una de las formaciones políticas mayoritarias del parlamento. Ayer, Monti valoraba la necesidad de la infraestructura y las posibilidades de soterramiento. Por su parte, Nieto, que hace tiempo ya afirmó que estaba todo atado y bien atado, primero expresó su contrariedad respecto del soterramiento (en la medida que cualquiera podría pedir que las infraestructuras de alta tensión se hicieran de esta manera y encarecerían sus costes). Seguidamente en la radio, hemos podido escuchar sus declaraciones en un perfecto catalán, cuyo sentido es perfectamente el contrario, se hará lo que se tenga que hacer, dado que es una infraestructura que llevamos más de veinte años persiguiéndola. ¿Error en lo trascrito por las agencias? ¿Cambio de versión de Nieto, gracias a su acerado instinto político, hacia un tono más amigable cuanto el medio es más multimedia? ¿Se acentúa la campaña de Nieto para seguir como Secretario de Energía? ¿Se prepara el camino por si tiene que volver a su Girona natal? ¿Qué ocurrirá al final: Habrá proyecto?

¿Sebastián al aparato? El domingo pasado el Presidente de Endesa, José Manuel Entrecanales explicaba a La Vanguardia algunas de las interioridades de la operación de control junto con Enel de Endesa. En esta versión, vuelve a aparecer Miguel Sebastián, quién habría llamado a Entrecanales, en el plazo de una hora desde que empezaron a comprar paquetes accionariales de Endesa. Sebastián se ha apresurado a negarlo rápidamente en el diario El Mundo, señalando que la versión es la contraria, que fue el propio Entrecanales quién llamó al entonces Director de la Oficina Económica del Presidente, demandado para que le explicara la operación. También aparece en un papel secundario Pedro Solbes, que sería informado por Rodrigo Uría de la operación. Lo que parece claro, de las conjunción de las dos versiones, es que todos orbitaron en torno a la posición de la Oficina Económica del Presidente, salvo el criterio de tener cierto decoro de mantener informado al Vicepresidente del Gobierno. Saquen sus propias consecuencias de estos solipsismos.

La CNE retrasa su renovación (titular del diario Público. Se confirma lo que indicábamos hace unos días en esta misma publicación, como han publicado varios medios. Empieza a distribuirse una versión que sigue el siguiente argumento. Si se produce una OPA sobre Iberdrola, no sería razonable ‘políticamente’ que se produjera la renovación de consejeros que “toca” según calendarios (tres consejeros designados por el Partido Popular). Al mismo tiempo, esto serviría para aplacar temporalmente el clamor de la necesidad de los cambios más profundos que requiere el organismo y que también han venido filtrándose a los medios en este ultimo mes. Esa patada al balón hacia delante podría perseguir desactivar el temor de que el movimiento de sillas sea más profundo del inicialmente previsto, de forma que no sólo afecte a los consejeros que cumplen su período de mandato. Está confirmado según las fuentes que mencionan los medios, que estas informaciones o reflexiones provienen de la propia Comisión Nacional de Energía y, por tanto, que de que detrás se produjera esa hipotética prórroga, hay intereses futuros y concretos en las operaciones que pudieran producirse. ¿Esta maquinación se trata de una realidad o de una expresión de deseo de los interesados? ¿Acabarán pidiendo la OPA?

Permanezcan atentos a los solipsismos.

Las tarifas de ultimo recurso en la reforma de la Ley del Sector Eléctrico

En un principio, el esquema de liberalización en el sector eléctrico era relativamente sencillo: se configuraba un pool de producción en el cual distribuidores y comercializadores adquirían la energía a un precio determinado por las reglas de mercado y en el otro extremo de la cadena se vendía la electricidad a los consumidores finales a un precio que, como mucho, sería equivalente al de la tarifa aplicable. Decimos como mucho porque los comercializadores eran precisamente los encargados de vender la energía a un precio competitivo que se situase en algún punto intermedio entre el coste de adquisición y la tarifa de referencia. El resultado de todo ello sería obviamente un abaratamiento de los precios de la electricidad para los consumidores finales y un beneficio para los comercializadores.

La realidad demostró ser bien distinta, pues pronto se comprobó que el diferencial entre precio de adquisición de la energía en el mercado mayorista y tarifa aplicable a consumidores finales era exiguo, e incluso que dicho diferencial era negativo, superando frecuentemente el coste de la energía al de la tarifa aplicable.

Podría uno preguntarse ¿por qué motivo no se seguía incrementando la tarifa de forma que hubiese un diferencial apreciable con el coste de adquisición de la energía? La respuesta es tan sencilla y evidente que casi hace superflua la pregunta: el incremento de las tarifas eléctricas es una de las medidas menos populares que puede tomar un gobierno. A partir de ahí la historia es bien conocida: se empezaron a producir los conocidos déficit de tarifa cuyo coste es soportado por los consumidores finales aunque habitualmente laminado en períodos de diez años, de tal forma que la ausencia de subida de tarifas genera una apariencia ficticia de electricidad barata, ya que lo que la tarifa no consigue cubrir lo pagan de todos modos los consumidores actuales y los de dentro de diez años.

En definitiva, puede decirse que la perversión del sistema de liberalización implantado por la Ley de 1997 viene de una tarifa que en un principio estaba pensada como referencia máxima de los precios liberalizados y que, en la práctica, se ha convertido en el refugio de la gran mayoría de los consumidores, evitándose así los efectos benéficos que podían aportar al conjunto del sistema eléctrico los comercializadores. Es por otro lado incuestionable que un sistema de mercado nunca funciona bien si la señal de precio no está correctamente formada. Cuando esto ocurre, por ser los precios artificialmente bajos, los consumidores tienen un menor incentivo para el ahorro, acentuándose aún más la desviación entre lo recaudado por las tarifas y los costes de producción.

Parece (y decimos sólo “parece”) que la Ley 17/2007 de modificación de la LSE (entrada en vigor el 6 de julio pasado) introduce una modificación radical en este punto, ya que, según la nueva Disposición Adicional 24ª de la LSE, a partir del 1 de enero de 2009, queda suprimido el sistema tarifario integral, estableciéndose las tarifas de último recurso. Según la misma Disposición Adicional, a partir del 1 de enero de 2010, sólo podrán permanecer acogidos a tarifa de último recurso los consumidores con suministros en baja tensión, y a partir del año 2011 podrán acogerse a tarifas de último recurso los consumidores de energía eléctrica cuya potencia contratada sea inferior a 50 kW.

Las tarifas de último recurso están reguladas en el artículo 18 de la LSE, en la redacción dada al mismo por la Ley 17/2007. Podría pensarse que las tarifas de último recurso se corresponderían en cierto modo con su denominación y serían prácticamente residuales dentro del sistema eléctrico nacional. Sin embargo, una mera consulta a los datos publicados por la CNE en relación con “El Consumo Eléctrico en el Mercado Peninsular en el año 2006” nos revela que esto no es así. En efecto, el mercado a tarifa constituye hoy por hoy las tres cuartas partes de la demanda peninsular, y de ese mercado el consumo a baja tensión representa aproximadamente el 54% de la energía consumida y cerca del 70% de la facturación. Si se computan de forma conjunta los consumos correspondientes al mercado liberalizado y al mercado a tarifa, el consumo a baja tensión representa el 47% de ambos en energía consumida y el 68% en términos de facturación. Quiere ello decir que la tarifa de último recurso no irá destinada, como prima facie podría pensarse, a un sector residual del mercado, sino probablemente al más importante tanto en número de abonados como en términos de energía consumida y de facturación.

La pregunta es obvia: ¿en qué cambia el nuevo sistema respecto al anterior? Desde un punto de vista jurídico, se vislumbra una cierta esperanza en la redacción del nuevo artículo 18 de la LSE con respecto a la redacción del antiguo artículo 17. En efecto, la nueva norma dice que en la estructura de las tarifas de último recurso se incluirán varios conceptos (básicamente los mismos que en la tarifa integral todavía vigente) “de forma aditiva”. Además, las tarifas de último recurso “se fijarán de forma que en su cálculo se respete el principio de suficiencia de ingresos y no ocasionen distorsiones de la competencia en el mercado”. Con ello parece quedar vedada la posibilidad de establecer tarifas insuficientes que generen déficit necesitado de ser compensado con posterioridad.

Sin embargo, todo dependerá en definitiva del desarrollo normativo del artículo 18. Su apartado 3 prevé un Real Decreto para el establecimiento de la metodología de cálculo de las tarifas de último recurso y una Orden Ministerial, previo acuerdo de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, para el establecimiento de las tarifas. Por de pronto, lo que ha logrado la nueva disposición legal es rebajar el rango normativo de la norma necesaria para aprobar las nuevas tarifas. Si hasta ahora, las tarifas integrales eran aprobadas por Real Decreto, a partir del 2009, las tarifas de último recurso serán aprobadas por Orden Ministerial, y ello a pesar de que, como hemos visto, no parece precisamente que las tarifas de último recurso vayan a ser residuales.
Es de esperar que las nuevas tarifas de último recurso no incurran en los mismos defectos intrínsecos que las todavía vigentes tarifas integrales, pero no lo sabremos con seguridad hasta que se dicte la normativa de desarrollo del artículo 18 de la LSE.

Miguel Temboury es Abogado del Estado en excedencia. Después de ocho años al servicio de la Administración donde, entre otros cargos, fue Abogado del Estado Jefe en la Secretaría de Estado de Economía, Energía y PYME, y Director de Gabinete del Ministro del Interior, pasó a la excedencia en 2004. Como excedente se incorporó en primer lugar al despacho Pérez-Llorca para después fundar el suyo propio en 2007

Hay motivos

El artículopublicado ayer en el suplemento Negocios por el diario El País, y firmado por Jesús Mota (hombre muy conocedor del sector energético y del organismo) mete el dedo en la herida de la Comisión Nacional de Energía. Pide su demolición actual (lo que en lenguaje culinario se denominaría su deconstrucción). Introduce el dedo, la remueve y ahonda en toda su profundidad. Herida que permanece abierta casi desde el principio de la legislatura y que nunca llegó a cerrar, ni siquiera en falso. Desde que finalizó lo de Endesa, la Comisión Nacional de Energía, esta en una extraña fase de espera, en un ‘impasse’ con algún que otro sobresalto de baja intensidad. Quedó malograda completamente e inhabilitada para el futuro, esperando el tiro de gracia y con dinamita en los soportales a falta de su voladura controlada.

Tampoco se trata de hacer leña del árbol caído, o de uncirse a un lo que es un clamor prolongado en todo el sector y contra el que sus actuales responsables no han hecho otra cosa que intentar ocultar el problema debajo de las alfombras y endulzar el pastel. En la mayor parte de las entrevistas que hemos tenido en esta publicación, se ha puesto de manifiesto la necesidad de cambio, más o menos patente y urgente según el interlocutor, sobre el funcionamiento de la Comisión Nacional de Energía y su papel. Mota señala dos elementos, independencia política y capacidad técnica. Y, añadiríamos otro más, la capacidad decisoria, de ejecución y de supervisión, sin tutelas gubernamentales, lo que es una consecuencia de la independencia, aunque también una prolongación.

En este artículo, no nos vamos a centrar en lo que ha sido el mandato de Maite Costa en el despeñe de la Comisión Nacional de Energía por el precipicio de su comportamiento (algo que se califica solo). Pero es evidente que se han sentado las bases para que la liquidación de la Comisión Nacional de Energía se ejecute, se renueve completamente el organismo y su composición (esto evidentemente es una forma eufemística de decirlo). Esto implica certificar el fracaso de la recomposición operada con los dos ultimos Ministros, prolongación del modelo cementerio de elefantes, cámara de compensación de favores o de control de las decisiones con comisaría política incluida. Lo que si hay que tener claro es en la medida que lo que ha pasado en este organismo, ha sido una mezcla de decisiones políticas gubernamentales (de los distintos gobiernos, tanto de Partido Popular como del Partido Socialista Obrero Español, desde que Piqué desmontó la Comisión Nacional del Sistema Eléctrico para cargarse a MAFO, como Rato influyó para acabar con determinadas operaciones presentadas durante su mandato, o ahora, su papel en la OPA de Endesa, con modificación de la función 14 ‘in extremis’, etc, etc. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.), junto con la profesión de autodisciplina de sus sucesivos responsables, en especial Maite Costa. Nada edificante. El esquema político de referencia impreso en la mente de sus protagonistas, les impide ver cuál sería su papel o reclamarlo para no incordiar y permanecer, e incluso repetir.

En este sentido, desde el verano parece que han existido dos movimientos centrífugos y centrípetos: el primero, plantear el fondo de la cuestión, es decir el papel del organismo y de los órganos reguladores en general, su composición, la elección de sus componentes, la verificación de su capacidad, el contenido de lo que quiere decir independencia frente al Ministerio de Industria y el Gobierno. Cada vez que este movimiento cogía actualidad y vigencia, venía otro de calma, sucedido de otro adicional, en el que presentaba la versión más superficial del organismo: artículos sobre los gustos de su presidenta, organización de conferencias y saraos varios, celebración de aniversarios y reuniones de su Consejo y en ese plan.

En nuestro país, tenemos un déficit serio de instituciones económicas y ello revierte en que en los momentos en que éstas deben tener un papel capital, por motivos de actualidad, de coyuntura o de estructura, esta carencia trágica se aprecie más. Motivos que estriban en la importancia del sector energético, la reordenación corporativa que inevitablemente se prepara en el sector (con unos u otros actores) o la situación económica y como abordar el tremendo incendio en el que ha acabado el sector energético.

En términos institucionales, un sólo ejemplo. Hoy no se debería cuestionar la realidad del mercado eléctrico como mecanismo de organización y ordenación del sector eléctrico y, sin embargo, en paralelo, las minorías creativas atorrantes al sector lo hacen periódicamente y se sitúan en las inmediaciones de los círculos de influencia para hacerlo efectivo. Pero es que casualmente, hoy existen consejeros que no están de acuerdo con la existencia del mercado eléctrico, prefiriendo otros mecanismos más intervencionistas, herencia del franquismo. En eso nos recuerda a la paradoja histórica de tener Ministro de Justicia anarquista. Es decir, están en contra de lo que tienen que defender por el propio estatuto actual del organismo y sus funciones. Un verdadero ataque al institucionalismo.

La agenda política va más lenta que la económica y por ello, se consiente que el estado de deterioro del organismo haya alcanzado un tobogán de bajada imparable, cuyo resultado será catárquico. Lo que si parece es que es el momento en que la cosa va en serio, y probablemente se deba actuar con celeridad, sobre todo de cara a la inminente renovación del organismo. No vale solamente con el cambio de consejeros cuando toque: reducir el número de miembros, sistema de selección abierto, solvente y basado en méritos y duración improrrogable de mandatos, deberían ser cuestiones de mínimos sobre los que basar esta reforma. Puede ser una medida higiénica y ejemplar para lo que será necesario realizar en la próxima legislatura. Ya es hora. Hay motivos.

El precio del crudo recupera el terreno perdido

Los precios del petróleo recuperaron esta semana parte del terreno que habían perdido la semana anterior, debido a un nuevo debilitamiento del dólar, y el temor a problemas de suministros atizados por un atentado contra un oleoducto iraquí.

Los combates en el sur de Irak entre el ejército regular y las milicias chiíes, que desde el lunes han dejado más de 100 muertos, han tenido un fuerte impacto sobre los precios, especialmente el pasado jueves, cuando un atentado hizo volar el tramo de un oleoducto cerca de Bassora, la segunda ciudad del país.

Por el puerto de Basora se exporta casi la totalidad del crudo iraquí y los operadores temen un bloqueo de ese importante suministro al mercado internacional. No obstante, la inquietud se redujo el viernes después de que llegaran noticias de que se estaba logrando una normalización del flujo de petróleo hacia la terminal de Basora.

Además, nuevos datos negativos de la economía estadounidense difundidos facilitaron el abaratamiento del «oro negro» porque incrementaron la impresión de que los aprietos económicos de los consumidores reducirán la demanda energética. Así, en Nueva York, tras repuntar el barril del crudo de Texas (WTI) un 1,6 por ciento el jueves, hasta más de 107 dólares, volvió a bajar el viernes, hasta quedar en 105,62 dólares. Pese al marcado descenso, ese precio supera en un 3,7 por ciento al valor del cierre de la semana anterior (101,82 dólares).

Paralelamente, el crudo Brent -la referencia para Europa– terminó la sesión en el Londres a 103,77 dólares, 1,23 dólares menos que el jueves, pero 3,39 dólares más que el viernes precedente.
La debilidad del dólar hizo que el precio aumentase en los primeros días de la semana, una tendencia que se revirtió con una recuperación posterior del billete verde.

La economía de Estados Unidos parece estar al borde de la recesión, con muy poco crecimiento este trimestre y una recuperación en la segunda mitad del año que podría ser más lenta de lo esperado, evaluó el jueves el presidente del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart. «La economía muestra una desaceleración que se parece a períodos anteriores que condujeron al borde de una recesión», aseguró Lockhart en un discurso ante el Rotary Club de Chattanooga (Tennessee).

El PIB de la primera economía del planeta aumentó un 0,6 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado, porcentaje que contrasta con el 4,9 por ciento de los tres meses anteriores. La incertidumbre sobre el impacto de esta crisis en el resto del mundo se mantiene como uno de los principales factores que encarece el crudo: por un lado, fortalece los contratos de futuros de esa materia prima como valor refugio para los inversores y especuladores, especialmente ante el debilitamiento del dólar.

Por otra parte, acrecienta el temor de la OPEP a un eventual freno de la demanda y por ende, a una caída descontrolada de los precios, frente a lo cual la organización de países exportadores de crudo mantiene limitada su oferta actual y no da señales de estar dispuesta a aumentarla para aliviar la tendencia alcista.

Sin embargo, el presidente venezolano, Hugo Chávez, afirmó el jueves que su país, uno de los miembros fundadores de la OPEP, no está interesado en que los precios del petróleo sigan aumentando. «La situación económica mundial está complicada. Por eso no estamos interesados en que el precio del petróleo siga creciendo», dijo Chávez.

También Sabah Jaled Al Ahmad Al Sabah, ministro de información de Kuwait (otro miembro de la organización), dijo esta semana que la subida de los precios del petróleo perjudica tanto a los países consumidores como a los productores, ya que éstos ven como la factura de sus importaciones se encarece «sensiblemente».

El presidente de turno de la OPEP y ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, anunció una posible reunión informal del grupo en Roma, durante el Foro Internacional de la Energía del 20 al 23 de abril, pero estimó como no probable que se decida un incremento de los suministros petroleros de la organización.