Deseo, peligro

El director taiwanés Ang Lee (Brokeback Mountain, Sentido y Sensibilidad, Hulk…) presentó el año pasado una película magnífica “Deseo, peligro”. La película narraba una relación fronteriza entre una espía china y un colaboracionista, al que tiene que seducir y matar. La película, sofocante y densa, expresaba la dualidad entre el deseo, la pasión y el riesgo de la misión con el peligro para la espía, que además acaba viéndose atraída fatalmente por su objetivo potencial.

La Comisión Nacional de Energía la semana pasada publicaba en su nota de prensa tras el consejo, un texto tan inquietante como el siguiente “(El Consejo de la CNE en su reunión de hoy) ha acordado, a petición de la Secretaría General de Energía, la iniciación de un expediente sobre posibles irregularidades en la facturación del ATR de Ferrocarril Metropolità de Barcelona, S.A.; así como remitir solicitud de información a FECSA-Endesa”.

La expresión posibles irregularidades, obligó a que la propia compañía se precipitara a afirmar en un comunicado que el expediente que le ha abierto la Comisión Nacional de la Energía (CNE) «no obedece a ninguna presunta mala práctica de la empresa operadora de Metro». Del mismo modo, la empresa sostiene que la apertura de dicho expediente «tampoco tiene ninguna relación con el concurso para el suministro energético que se llevó a cabo el año pasado con la máxima transparencia y respeto al procedimiento establecido». En realidad, ahondando más en el proceso, según estas mismas fuentes, se trata de la apertura de un expediente informativo, para esclarecer las bases y parámetros de potencia y consumo sobre las que se establece esta facturación y por ello se pide información a la empresa distribuidora anterior (eso, sin efectuar lectura alguna de la falta de tacto con una empresa pública catalana y la procedencia del equipo rector actual de la CNE).

Por otra parte, hace poco, la propia Maite Costa (actual presidenta de la CNE), anunció en TV3 un expediente contra una empresa importante del sector de la distribución de hidrocarburos, lo que precipitó un importante trasiego en el sector, sin que posteriormente los hechos confirmasen la alarma de su anuncio. Del mismo modo, empiezan a ser frecuente por parte de este organismo, la existencia de amagos de investigación relacionados con investigaciones a determinadas instalaciones por la existencia de altos precios en el mercado mayorista, en determinados momentos de muy alta demanda. O, por ejemplo, con respecto al apagón de interrumpibles que tuvo lugar a principios del mes de noviembre, y en el que se iban a investigar centrales en situación de indisponibilidad. Y, también se pidió, la forma en que había gestionado la indisponibilidad Red Eléctrica de España. Hoy todavía no sabemos nada, ni de una cosa ni de otra.

De hecho, hoy mismo el diario Cinco Días publica una información con información procedente de este órgano regulador, referida a la negativa a la conexión de plantas renovables por parte de las empresas eléctricas, sin que haya más noticia que expedientes informativos (previos, o no, al expediente sancionador) y acuerdos para estudios internos en el seno del organismo. Así se ventilan dos expedientes a Iberdrola y Unión Fenosa (y no se tratan las “facilidades” que viene prestando Red Eléctrica a la energía eólica, por ejemplo).

Es paradójico que esta información (interna y necesaria para la construcción de los expedientes y las investigaciones) tenga mayor relevancia que las conclusiones finales. Veáse, por ejemplo, el caso del apagón de Barcelona, la situación de nuevos apagones recientes en la ciudad condal, la gestión de la garantía de potencia en las empresas que están acogidas a estas modalidades de tarifa, etc…

La Comisión Nacional de Competencia, por su parte, ha comenzado a demostrar una actividad inusual, que se ha manifestado especialmente, en referencia a la evolución de los precios de los productos alimenticios. También se ha apuntado a la “guerra de medios”. Dentro de esta actividad, y con razonable voluntarismo se ha iniciado un expediente para determinar la elevación de los precios en estos productos, y en se marco, se ha conocido que “el expediente a la patronal de los huevos tenía sólo dos notas de prensa”. El propio Solbes ha pedido mesura antes de que se publiquen informaciones previas.

Esto nos obliga a dos reflexiones: la primera, como la difusión de la información subyudíce, a falta de un proceso de investigación completo y de audiencia a las partes interesadas, se utiliza como ariete y está orientada a condicionar a la opinión pública (y, en mayor medida, cuando se establecen posiciones maniqueas irreconciliables por los sectores más intervencionistas: sector empresarial vs. reguladores). Esto implica la construcción de un juicio paralelo.

La segunda, la capacidad de combinar deseo (anhelo de notoriedad en los medios de comunicación, pretensión de ganar relevancia en alguna esfera de su actividad, impresión de actividad que evidenciar en las otras instancias aunque esté poco contrastada o las ganas de que una parte sea la recipendiaria directa del castigo, según el caso) con peligro (riesgo para las empresas, para su secto y de la credibilidad en el mercado y sus los procedimientos, consiguiente deterioro institucional del papel de los organismos o riesgo de ausencia de neutralidad en la toma de decisiones, aumento de la visibilidad de las carencias en el papel de cada institución).

Cuidado con el deseo y el peligro: es un boomerang.

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