Factótum

Este período previo a la constitución del nuevo gobierno es propicio tanto para las especulaciones como para los balances, con el acento en el personalismo inherente a sus protagonistas. Si la semana pasada repasábamos la ejecutoria de Ignasi Nieto, como Secretario General de Energía (que por méritos propios ha acaparado la atención informativa de los cuatro años de legislatura, pese a estar únicamente año y medio al frente de este puesto), el reparto quedaría incompleto si no habláramos de Luis Atienza Serna, presidente de Red Eléctrica, verdadero factótum del sector ante el Ministerio de Industria en este año y medio, proyección de los últimos cuatro años. A Atienza hoy se le identifica plenamente con REE, del mismo modo que se identificaba a Manuel Luque con la empresa de detergentes Camp, logrando imprimir un cierto personalismo a su vinculación a esta empresa privatizada, sin clientes y reminiscencias de su historia como organismo público.

Por tanto, se trata del segundo personaje/empresa, tanto monta, monta tanto, que tratamos en este seriado, pues el que debería haberse considerado teórico primero, Joan Clos, ha quedado en el ámbito de la energía subsumido por la pinza de estos dos, quedando para las ocasiones, inauguraciones, ceremonias y actos oficiales.De hecho, en los últimos días Atienza se ha añadido a la quiniela de la lista de sustitutos del ex Alcalde de Barcelona, al frente del Ministerio de Industria.

Atienza, ex Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en el último gobierno de la etapa socialista anterior, le precedía un prestigio personal, relacionado con su propio talante. Hombre considerado de muy buen trato, se ha visto impelido por el propio papel de Red Eléctrica de España como juez y parte en el sector eléctrico español, y su conformación de posición de superioridad relativa, lo que ha matizado ostensiblemente su tendencia a la afabilidad, aunque no su capacidad creativa, de la que hemos sido testigos en estas páginas. A ese sentirse crecidos, también ha contribuido el hecho de que REE sea la única empresa que ha recibido en dos ocasiones durante los últimos cuatro años, la visita del Presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

Reconociendo méritos, la gran habilidad de Red Eléctrica de España ha sido en este último año, percibir carencias, identificar los huecos y achicar con perspicacia los espacios que han dejado el Ministerio de Industria y la propia Comisión Nacional de Energía, en el ámbito regulatorio y de ordenación del sistema eléctrico, verdadera razón del mal. Por ello, desde Red Eléctrica de España se ha conseguido ser contemplados como auxilio necesario del Ministerio de Industria en sus funciones regulatorias. Sólo hay que ver el número de menciones que se hacen en las normativas que se elaboran a esta compañía, o como condiciona los procedimientos de acceso a la red (el sector eólico conoce mucho de ésto).

La tendencia no deseada, el efecto colateral es que esa tendencia, esa derivación, pasa a ocuparlo todo, es que se realimenta a sí misma. Y, lo que empieza por ser el auxilio regulatorio complementario, acaba siendo configurado por obra y gracia del propio Ministerio de Industria en un viraje forzado desde REE y operado desde este regulador en el ultimo tramo de tramitación en el Senado de la reforma de la Ley del Sector Eléctrico, para dibujar la definición técnica de las redes por voltaje (frente a la definición funcional, por finalidad y uso en la práctica), un monopolio de red, el transportista único, enrocado en la configuración de un TSO monolítico, con todas sus características y aditamentos: ejercicio de influencia sobre el regulador y capacidad para no ser neutral su comportamiento.

De hecho, como colofón, el final de la legislatura acaba con la implantación del modo de retribución a la actividad de transporte que ha definido e instado la propia Red Eléctrica y que fue cuestionado en su metodología por la CNE y sobreseídas sus apreciaciones por el Secretario General de Energía, Ignasi Nieto. ¿Quién regula al regulador principal? . Además, REE ha sucumbido a sus afanes expansionistas: una operación cada vez más indisimulada de integración con ENAGAS o la intervención en determinados tipos de subastas que gestiona el OMEL, diseñan la tendencia al desborde en la actividad del operador de red y transporte de electricidad en nuestro país.

Así, la legislatura acaba de forma maniquea. Un enfrentamiento abierto y generalizado entre Red Eléctrica y las empresas (réplica de la situación de enfrentamiento del sector empresarial con Industria), distribuidoras y generadoras que se ha reflejado en un profundo malestar que la propia UNESA ha tratado en más de una ocasión y con pronunciamientos explícitos, ante la inacción de los reguladores. Ejemplo de ello son los problemas de relación en las grandes ciudades o los informes paralelos sobre los comportamientos en el mercado de las empresas han enrarecido sustancialmente el ambiente.

Otra cuestión que ha puesto a prueba a Red Eléctrica de España, han sido los apagones y la evidencia de las carencias de la red de transporte para suministro y evacuación de energía. Principalmente, el apagón de Barcelona, los problemas en las redes en Vigo o el apagón de interrumpibles de final del año 2007. Sin comentar la situación permanente de Girona o la contumacía existente en Escombreras para evacuar energía de cuatro grupos de generación. Más otros problemas derivados de la falta de inversión en redes de los últimos años, que ahora promete restañar en pocos años, gracias a la nueva retribución.

Y, finalmente, REE también ha logrado concitar en rededor los opositores ideológicos al funcionamiento del mercado eléctrico, una minoría creativa influyente, mitad intervencionista (identifica problemas del mercado para magnificarlos y mantenerlo cuestionado permanentemente, promueve la determinación de los precios de la energía según costes reconocidos por las distintas tecnologías e impulsa la acción combinada para la reducción de las empresas, sin percibir como ha cambiado el sector eléctrico en diez años), mitad planificación centralizada, que necesitaba una cara positiva y bien relacionada como Atienza para manifestarse.

Lo que ven. ¿Estamos otra vez ante el factótum?

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