Iberdrola en la recta final de la compra de Scottish Power

Semana definitiva para Iberdrola en relación con Scottish Power (SPW). Tras la sentencia favorable del tribunal de Edimburgo la semana pasada, todo esta preparado para la absorción de la eléctrica escocesa. El resultado de la operación es una empresa con un valor de unos 65.000 millones de euros y una capitalización de 45.000 millones de euros. Eso es lo que valdrá en el mercado Iberdrola una vez que culmine con éxito, ya asegurado, la operación de fusión amistosa entre la española y la escocesa. El viernes Iberdrola acabó con una capitalización de 34.650 millones de euros. Hoy se dará el «pistoletazo» a la mayor ampliación de una empresa española no financiera y el miércoles cotizarán en bolsa los 263 millones títulos previstos para el canje con los accionistas de SPW. Estos títulos alcanzaran un valor aproximado de unos 10.100 millones de euros.

Satisfacción, esa es la palabra para definir la situación en Iberdrola. A pesar del «mar de fondo» en el sector y de los supuestos problemas con su mayor accionista, ACS, Iberdrola saca pecho. La eléctrica vasca es una balsa. De la operación se ha dicho que mete a Iberdrola en la «champions league» de la energía o que se crea un líder en renovables. A partir de ahora será, además, el campeón energético nacional.

Efecto dilutivo

Cuando se plantea una operación de estas características, lo primero que se preguntan los inversores es si habrá efecto dilutivo. En otras palabras, si el beneficio por acción (BPA) se verá reducido por la mayor emisión de acciones y si con la «tarta» que tendrá Iberdrola, tras integrar SPW, a cada accionista le tocará más o menos que antes de la fusión. La previsiones para Iberdrola en 2007, antes de la fusión, eran de un BPA superior a 2 euros por acción. Los analistas no se ponen de acuerdo acerca de cómo quedará este valor tras la compra de SPW, aunque la opinión general es que el beneficio por acción se “mantendrá” o será superado “ligeramente”. Aún así la operación, según los expertos, se debe ver desde una perspectiva de «largo plazo», sobre todo por lo que significa de «salto cualitativo» y de «incremento de oportunidades» para Iberdrola. La operación acabará generando, según la opinión generalizada, valor.

Los puntos más fuertes de la operación según los analistas son: la creación de un líder mundial en renovables, las posibles sinergias, el impacto positivo por el ahorro fiscal derivado del fondo de comercio y la capacidad de sus gestores.

La compra de SPW crea junto a Iberdrola un líder en renovables, al que se ha unido la compra hace dos semanas de la compañía estadounidense CPV Wind Ventures, reforzando aún más su posición. Iberdrola, que en la actualidad se sitúa a la cabeza del sector eólico mundial con una potencia de 5.000 MW eólicos gestionados, sumará otros 2.000 MW del grupo escocés. Su parque actual de renovable está distribuido entre siete países Grecia, Brasil, Francia, Portugal, Polonia, Estados Unidos y Alemania, contando con una cartera de proyectos que se acerca a 18.500 MW, tanto en España como en el extranjero.

Respecto a las sinergias, la operación de fusión con SPW generará, una vez se finalice la integración de ambas compañías prevista en 2009, un ahorro de unos 140 millones de euros anuales.

El fondo de comercio también, es otra de las bazas de esta operación y una de las primeras trabas que Iberdrola tuvo que salvar. Las iniciales reticencias de los nacionalistas escoceses pudieron llegar a denuncia ante la Comisión Europea por supuesta ayuda de Estado. Lo cierto es que no es la primera vez que ante la salida de empresas españolas al exterior ha aparecido el fantasma de las ayudas de Estado por la posibilidad de deducción, como ahorro fiscal, de la amortización del fondo de comercio generado por la operación y que, a diferencia de otros países, si permite la legislación española. El ahorro fiscal estimado se cifra en 90 millones de euros anuales.

Confianza en el equipo gestor

Muchos análisis se centran, además, en la confianza hacia la «capacidad» del equipo gestor de Iberdrola -que recientemente ha obtenido los premios al Máximo Ejecutivo del Año y a la Compañía Energética del Año, los dos más relevantes de la edición 2006, de los Platts Global Energy Awards– para “superar las actuales expectativas”. Su actual presidente obtuvo ya hace un año también el premio al mejor primer ejecutivo del sector de las utilities del European Investor Relations Market Report.

Perspectivas para el valor

La subida del último mes de Iberdrola, de un 10 %, responde al hecho de que algunos de los principales accionistas de la eléctrica están comprando acciones para mantener el mismo control tras la ampliación. El último Bancaja, que ha elevado su participación en Iberdrola hasta el 2,38 %. Con el Ibex cerrando el viernes en 15.090, Iberdrola se ha comportado mucho mejor que la media del selectivo. La semana pasada subió un 6,34% y todo ello a pesar de que esta semana entrante comenzarán a cotizar las acciones de la ampliación.

La razón de todo ello, según fuentes del mercado, son los insistentes rumores que afirman que la compañía podría revelar un aumento del recorte de costes que la compañía obtendría de la fusión con SPW durante su presentación de resultados del primer trimestre, prevista para el jueves de esta semana. En definitiva, semana de «sprint» final para Iberdrola.

Solbes ‘sale del armario’

Parece que el Ministerio de Economía y Hacienda ha roto por fin su silencio en una cuestión tan importante como es la de la tarifa eléctrica. La tarifa eléctrica ha sido una cuestión que, aunque estaba relacionada directamente con la cartera de Industria, Economía había contado con un papel primordial en su determinación. En primer lugar, por sus impactos en las previsiones macroeconómicas, en el IPC y su impacto en las actividades económicas y en el funcionamiento de los mercados.

Por eso, resultaba muy extraño este silencio del Vicepresidente del Gobierno, Pedro Solbes, venía manteniendo ante la mirada atenta de propios y extraños, que asistían con perplejidad a que la máxima autoridad económica del país, se inhibía en un asunto de tan trascendental importancia. En este contexto, Solbes ha anunciado que las tarifas tienen que crecer para evitar el sempiterno recurso a que nuestro consumo lo paguen nuestros hijos.

¿Cuáles han sido las razones de ese silencio? ¿Podría ser el “bocadillo” que realizaba Montilla desde Industria y Miguel Sebastián desde la Oficina Económica del Presidente? ¿Se había producido un achique de espacios? ¿Puede ser que la delegación hacia el secretario de estado de Economía, David Vegara anulase esta función en el Ministro? ¿Puede ser que la perspectiva del final de la legislatura, cada vez más cerca y de que no esté interesado en repetir le permita plantear esta cuestión de una vez, en vez de continuar con la política de dejar en el ‘pudridero’?

¿Cuál puede ser el detonante de sus declaraciones? ¿Habrá influido la salida, casi simultánea, e Montilla y Sebastián? ¿La necesidad de recuperar un cierto liderazgo entre las empresas, ante la sensación cada vez menos indisimulada de marasmo en el ámbito de la energía que tiene ante sí el equipo actual de Industria? ¿Puede ser que el papel y las conexiones del propio David Vegara sean insuficientes para reclamar los cambios que necesita la tarifa eléctrica? En todo caso, bienvenida sea la nueva implicación del Vicepresidente en la vida energética española. Se le echaba en falta.

Blindajes por acciones

Eon admite que Endesa está un «poco más lejos» que hace dos semanas. Sin embargo sigue empeñada en no desistir en su pugna por la eléctrica española. Esta es la lectura rápida de la decisión de seguir adelante con la opa y renunciar al levantamiento de los blindajes de Endesa.

La irrupción de Enel en el escenario de la opa no le ha dejado otra salida. En un primer momento se rumoreo que, asesorado por Goldman Sachs, Eon podría entrar en el capital de Enel para así obligarle a negociar sobre su posición en Endesa. Esta táctica -pues no puede calificarse de estrategia- de ser cierta habría sido inútil a la vista de los blindajes de que Enel dispone. Y no solo porque su gobierno controle un 30 % de su capital, sino también por las restricciones de voto existentes a los accionistas que superen el 3 %.

Aunque de forma diferente, Eon tiene, al igual que Enel, blindada la entrada en su accionariado. La «acción de oro» que el gobierno alemán dispone sobre Ruhrgas en caso de que otra empresa intente adquirir Eon, mantiene sobre la eléctrica alemana, aunque sea de forma indirecta, un blindaje de rango parecido al del que puede disponer Enel.

En todo caso, la incursión de Eon en Enel únicamente podría haber generado un conflicto europeo de grandes dimensiones al que Merkel, de forma sabia, no estaba dispuesta a unirse.

Momentos decisivos

El presidente de Eon, Wulf Bernotat, fuertemente cuestionado en Alemania gana con esta medida unos valiosos días que le servirán para planificar su «estrategia» en lo que queda de esta opa. Esto le permitirá estudiar y presentar, si llega el caso, medidas legales ante los reguladores y los tribunales que puedan paralizar la «solución española».

Seguir con la Junta Extraordinaria de Accionistas de Endesa para levantar los blindajes era, a estas alturas, «contraproducente», sobre todo sabiéndose Eon, de antemano, en minoría ante la solución española. El resultado de la votación para el levantamiento de los blindajes habría servido además de indicador previo sobre las posibilidades de éxito de su opa, lo que habría sido aún peor. Cuantos menos días para el final del periodo de aceptación, tanto mejor para Eon. Si llegado el plazo máximo de aceptación no existe oferta alternativa mejor en el mercado los accionistas venderán a Eon, por lo que a partir de ahora Eon cuenta los días hasta final de mes.

Las opciones de Eon en la opa pasan por, cuando menos, asegurarse un porcentaje de participación significativo en la eléctrica española. Se estima que en las condiciones actuales su oferta podría tener una aceptación cercana al 30 %.

Sin embargo, no todo esta perdido. La postura crítica de la oposición con el gobierno español puede anticipar la decisión de Caja Madrid, que ya de por sí se había encontrado proclive a vender a los alemanes. Por ello Eon sigue perseverante tratando de no «flaquear» en estos momentos.

Se trata de «momentos decisivos» para todas las implicadas. Ni Acciona ni Enel tienen aún una mayoría que les permita hacerse, de hecho, con el control de Endesa. Entre ambas tienen un 42 %. Además, aunque ambas han declarado su intención de llegar al 24,9 % desde hace días, aún ninguna ha comunicado que lo haya conseguido. Se hace inevitable pensar que, con la estructura accionarial actual, el free float apenas llega al 30 %, por lo que conseguir un 8 %, un 4 % cada una para llegar al 24,9 % no es tarea fácil a menos que se pueda convencer a algún paquete grande, lo que en el fondo encarece la operación.

Por todo ello, Eon prefiere renunciar a los blindajes a costa de no mostrar aún sus cartas y acabar consiguiendo un porcentaje de aceptación de su opa que, en caso de reparto, le permita llevarse el trozo más grande del pastel.

Caja Madrid decisiva

Una vez mas, Caja Madrid sigue siendo decisiva. El número de acciones cada vez es mas limitado, y el 10 % de la caja madrileña puede desequilibrar la balanza en uno u otro sentido. Axa y Deustche Bank con aproximadamente un 10 % entre ambas es muy posible que acepten la oferta de Eon. Llegar a un porcentaje superior al 40 % para Eon pasa porque Caja Madrid le venda su participación.