El Consejo de la Comisión Nacional de Energía en su Second Life.

Prolongación hasta febrero. La publicación de que Industria traslada la fecha de la “renovación”/”refundación” de la CNE al mes de febrero confirma que la actual composición de su consejo vive un período de prolongación vital. Las lecturas pueden ser muchas. La primera es procurar la “negociación” de su composición al margen del proceso parlamentario de los Presupuestos Generales del Estado. La segunda, a la vista de los últimos encontronazos entre el organismo y el Ministerio, es que más o menos, se descuente el efecto CNE en las siguientes decisiones, entre otras las tarifas que vienen. Tres meses hoy son muchos meses, dado que el sector energético tiene temas abiertos de destacada relevancia (además de tener capacidad de abrir nuevos frentes de importancia con prontitud).

Refundación o renovación. Lo que si es cierto, es que fruto de todas las informaciones (y rumores que van apareciendo) cobra cada vez más fuerza la idea de una refundación del organismo, del modo en que en su momento transformó Piqué la extinta Comisión Nacional del Sistema Eléctrico, sacando del marco a su entonces responsable, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Nada es imposible, y las voces, en público y en privado en las instancias políticas del Partido Socialista, apuntan cada vez más a esta posibilidad, en el marco de un acuerdo político ámplio. Sobre todo porque tranquilizar los órganos colegiados y los reguladores independientes puede ser una tarea más complicada de lo que parece a priori. De hecho, en el mismo pack, se podría incluir a la CMT.

¿Renovarse y morir? Lo que también está claro es que desde Industria hay un considerable enfado con las posiciones del organismo, con sus informes “pintorescos”, toda vez que en lugar de ayudar al Ejecutivo, le pone en considerables aprietos. O las contradicciones explícitas en el caso de las tarifas de gas. Apuros que han dejado al departamento que dirige Miguel Sebastián con fuertes quebraderos de cabeza. Por eso las llamadas de atención por escrito en el que Industria reconvenía al organismo a que concretara sus propuestas. Aunque en ese marco de in concreción, la “concreción” de calcular el déficit tarifario “a pelo”, cuando le piden las tarifas del primer trimestre de 2009 y dar una cosa por otra, ha sido la peor que ha podido elegir la CNE para hacerse la foto.

La ‘deuda interna’. Si este enfado en el plano de las actividades regulatorias y de supervisión del organismo ha podido hacer vislumbrar la falta de coordinación entre estas instancias, el plano interno no ofrece mejores perspectivas. Desde la recuperación de personas desplazadas del organismo a la Secretaria General de Energía, el comportamiento poco austero en el gasto de la CNE, con la flota de coches, nuevo edificio, mobiliarios y viajes, parece que también ha causado un fuerte malestar y revuelo en el Ejecutivo. Sobre todo en tiempos de crisis y de austeridad general en la Administración General del Estado. En todo caso, parece que hay un frente esperando que es la reorganización interna del organismo.

Apoptosis. Para muchos, con las últimas actuaciones ,el propio organismo ha protagonizado su propia “apoptosis”, un proceso que en lenguaje biomédico es la función que controla la muerte de una unidad biológica, de forma programada, una especie de “suicidio celular”. Tres meses. Todavía son bastantes y seguramente que todavía promete espectáculo, porque tampoco existe la convicción de que en esta situación, el organismo vive en un periodo de gracia.

Recordemos que ya se ha conocido recientemente que un matrimonio se ha divorciado por tener un ‘affaire’ en su Second Life. La actual CNE, está como Schuster.

¿Hacia un «canon renovable»?

La existencia de un déficit tarifario acumulado tan voluminoso empieza a abrir un debate (peligroso) sobre la posibilidad de sacar las primas a las energías renovables de la tarifa y llevarlas a los Presupuestos Generales del Estado. Un debate que se puede saber por donde se empieza pero no dónde acaba con el consiguiente efecto “aprendiz de brujo” sobre un mecanismo que hoy está alabado por la propia Unión Europea como uno de los más eficientes del continente. Ello se ve avivado por la situación de elaboración de la Ley de Energías Renovables y de Eficiencia Energética, (¿tanto monta, monta tanto?) que no se sabe si podría dar el canal para que se lleven a los presupuestos estas cuantías.

A este debate es al que se corresponde también todas las insinuaciones más o menos directas o más o menos explicitas sobre lo que significan las primas a estas energías en la tarifa eléctrica. Verdadero lugar común, cuestionamiento poco meditado en tiempos de urgencia tarifaria, puede tener sentido la propuesta desde el punto de vista de efectuar una “rebaja de la factura”, pero en todo caso no desde la teoría de la hacienda pública. En todo caso, el paso siguiente que es hacer la pregunta “¿quién y como paga todo esto? es lo menos meditado de la propuesta, y por tanto el que puede acabar por los cerros de Úbeda.

Una cifra, el montante de las primas, que si se eliminase de la tarifa eléctrica y la pagasen otros, dejaría un desahogo importante a los que tienen que ajustar los precios eléctricos a la realidad con motivo de la liberalización inminente. Eso es obvio, pero no es menos cierto que es un argumento con un contenido falaz. Este argumento se une a otras cuestiones que no tienen el mismo cariz, por ejemplo, la financiación de los sistemas extrapeninsulares, cuyo alcance probablemente excede más allá del consumo de la energía o del desarrollo de tal o cual sector energético como parte de una política, para ir a la esencia de otra cuestión: la cohesión del Estado. Tampoco es comparable con la moratoria nuclear, cantidad adeudada a las empresas eléctricas por inversiones iniciadas y no ejecutadas en su momento de construcción de nuevas centrales nucleares, en virtud de las decisiones políticas (aunque en su momento justificadas económicamente).

El hecho es que una de las fórmulas para reducir este abultado déficit tarifario (y la diferencia entre la tarifa que se cobra a los consumidores y la que se debería cobrar) es consignar la cantidad que se aporta para este tipo de energías y que sea sufragada por los españoles a través de los impuestos (primera pregunta, a través de los impuestos o a través del déficit público, en plan general, o acabaríamos fijando un impuesto finalista “ad hoc”, un nuevo cánon, esta vez “renovable”? ¿a qué se le aplicaría este cánon? ¿qué diferencia tiene “de facto” con que estuviera en la tarifa? ¿traerá tanto polémica como el «canon digital»? ¿acabará siendo Industria el Ministerio de los cánones?). Es preciso, en este sentido, señalar que el objetivo de estas “primas” es vario, el primero y principal, es fomentar el desarrollo de este sector hasta que su aportación sea innecesaria porque su retribución sea suficiente en términos de participación en el mercado eléctrico como el resto de tecnologías. Las primas también tienen que ver también con el cumplimiento de objetivos en materia del mix de generación en materia de energía y reducción de emisiones contaminantes en el sector eléctrico.

Por tanto, parece que la propuesta pertenece al ignoto territorio de la “contabilidad creativa” y sus cambalaches, más o menos premiosos, sin cuestionar las mismas, ni sus montantes. En el fondo hay que reconocer que puede tratarse de un atajo o una evasiva para dulcificar el problema del déficit tarifario, una solución fácil pero arriesgada, pero es una propuesta que no se sabe donde puede llegar en su configuración final. En todo caso, no se sabe como acabará la cosa, pero difícilmente se puede dar encaje en los presupuestos generales a cuantía de estas características, una vez cerrados y aprobados por el Parlamento.

El petróleo encadena su séptima caída semanal consecutiva

El valor del Crudo Intermedio de Texas (WTI), la referencia en Estados Unidos, cayó el martes a menos de 60 dólares por barril (159 litros) por primera vez en veinte meses y acumula ya un abaratamiento del 61,2% respecto a su récord de 147,27 dólares alcanzado el 11 de julio pasado.

Esa distancia es incluso mayor, de cerca del 63%, para el barril del crudo Brent, referente para Europa, mientras que el cesta de trece calidades de crudo que usa como referencia la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se depreció hasta los 47,73 dólares, el nivel más bajo desde junio de 2005.

La semana se inició sin embargo con una marcada recuperación de las cotizaciones, impulsada por el anuncio de Pekín de un ambicioso paquete de ayuda financiera, de 586.000 millones de dólares, para contrarrestar los efectos de la crisis financiera internacional.

La noticia despertó expectativas de un aumento de la demanda energética en el gigante asiático, el segundo consumidor mundial de petróleo, después de Estados Unidos, lo que llevó al WTI y al Brent a subir el lunes un 2,24 y un 3,01 por ciento, respectivamente.

Pero el optimismo se disipó ya en la jornada siguiente, cuando volvió a imponerse la preocupación por el impacto de la crisis en la economía real, especialmente en EEUU, y los precios del crudo de desplomaron entre el 5 y el 6 por ciento en una sola jornada, y repitieron una caída similar el miércoles.

El informe mensual de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) agudizó el pesimismo en el sector, ya que revisó a la baja su pronóstico sobre la demanda global de crudo en 2008 y 2009.

Según los nuevos cálculos de la AIE, el consumo mundial será este año de una media de 86,2 millones de barriles diarios, lo que significa 330.000 barriles menos de lo que calculaba en octubre y sólo un 0,1% más del consumo efectivamente registrado en 2007.

Además, rebajó en 670.000 barriles diarios las expectativas para el año próximo, al vaticina un aumento anual de apenas el 0,4%, y ello a expensas únicamente de las economías emergentes, ya que en los países industrializados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé un descenso de la demanda en un 2,7% este año, y otra caída, del 1,6%, en 2009.

La alarma se disparó en la OPEP y su presidente, el ministro argelino de Energía, Chakib Jelil, convocó de urgencia una reunión «consultiva» para el 29 de noviembre en El Cairo.

En Viena, una fuente cercana a la organización confirmó a Efe que el grupo estudia un recorte de su oferta de crudo que se pactaría en la nueva reunión, sin esperar a la conferencia extraordinaria prevista para el 17 de diciembre en Orán (Argelia).

La nueva reducción de los suministros profundizaría así la rebaja de 1,5 millones de barriles diarios (mbd) acordada el 24 de octubre y cuya aplicación se inició el pasado 1 de noviembre.

Irán y Venezuela anunciaron ya su respaldo a un nuevo recorte en la producción de petróleo, pero la noticia sobre los acelerados preparativos de los productores influyó sólo de forma moderada en los precios, frenando su caída el jueves.

La tendencia bajista regresó el viernes rápidamente a los mercados con nuevas malas noticias: la oficina estadística comunitaria (Eurostat) confirmó que la economía de la eurozona ha entrado en recesión, por primera vez desde la creación de la Unión Económica y Monetaria (UEM) en 1999.

Así, el barril del Brent concluyó ayer a la baja en el mercado de futuros de Londres, al terminar sus contratos para entrega en diciembre a 54,25 dólares, 2 dólares menos que la jornada anterior y 3,11 dólares menos que al cierre de la semana precedente.

El Crudo Intermedio de Texas (WTI, referente para Estados Unidos) se depreció aún más y concluyó a 57,04 dólares por barril en Nueva York, restando así 4 dólares al precio del viernes anterior.

¿Por qué este acoso a ciertas tecnologías?

Se viene produciendo un acoso desde distintas instancias la activación de una campaña que se refleja en los medios de comunicación hacia determinadas tecnologías de generación de electricidad. En concreto, por un lado, se ha despertado la tapa de los truenos con respecto a las energías renovables (como la solar o la eólica), así como a otro grupo de energías como la nuclear o la hidráulica. No se sabe si en otros países de nuestro entorno estas tecnologías merecen esta tormenta, más o menos artificial, pero lo que está claro es que hay algo en el ambiente que hace que determinadas posiciones ideológicas cristalicen en una presunta lucha ideológica trasladada a que los agentes, las instituciones o los políticos tengan que tomar partido por alguna de las distintas tecnologías.

“Informe de Costa y Precios”

En primer lugar, las energías renovables son señaladas con el dedo de la culpabilidad de la existencia del déficit tarifario al percibir primas, y hasta el organismo regulador, deliberadamente induce a la confusión en sus informes y “propuestas de tarifas” con la expresión energías verdes, renovables o de Régimen Especial, cuando evidentemente no son lo mismo. No todas las primas que percibe el régimen especial pertenecen a las denominadas “energías verdes”. Pero, incluso menciones de este tipo se pueden encontrar en el voto particular de la presidenta del organismo Maite Costa o en el voto de los consejeros González, Fabra y Ruscalleda, en esa magnífica síntesis que puede ser el “Informe de Costa y Precios”, ahora que la presidenta se unce a las tesis que abogan por la vuelta a los costes reconocidos y la intervención.

Añadamos a esto el modelo “redada” que se está utilizando para la inspección de determinadas instalaciones en régimen especial (instalaciones solares realizadas para acogerse a un marco de regulación imposible, verdadera causa del problema, que generaba incentivos desorbitados para los agentes y una situación apocalíptica a final de septiembre), cuyos resultados casi se radian en directo como bálsamo a los problemas internos y externos de la CNE, aunque sea a costa de abrir un avispero con las comunidades autónomas, con las que por cierto parece manifestarse poca coordinación entre administraciones en el caso que nos ocupa.

Datos preliminares con “filtraciones oficiales”, informaciones presentadas de manera parcial, confusión entre tipos de sanciones y consecuencias de las mismas, mezcla de anécdotas, aunque con la pretensión de provocar un considerable efecto de generación de pánico sectorial ofrecen un panorama poco edificante. La actividad inspectora, en todo caso, nunca debe ser un brazo armado de la política, operar sin alharacas y, siempre con rigor y seguridad. Por que si no, lo siguiente será que se retransmitan las inspecciones acompañadas de los Cuerpos de Seguridad del Estado debidamente camuflados con pasamontañas y, que los consejeros paseen por los huertos solares ante las pruebas de las infracciones administrativas, tocando los paneles ausentes y arropados por los reporteros.

En todo caso, queda ampliamente en cuestión el ”ecologismo rampante” de ciertas corrientes de izquierdas y como una visión cicatera y de control de rentas de los sectores energéticos puede ser diametralmente opuesta a la configuración de sectores empresariales, tecnológicos, de empleo y de investigación que nos convierten en punteros y líderes. Son los retroprogesivos 8ª asamblea.

El déficit tarifario: siempre es bueno que haya niños

Por lo tanto, con un modelo de primas como el español, alabado en Europa, responsable de contar con una industria propia en el sector renovable, envidiable por su vigor y fuertemente competitiva que se va acercando a parámetros de mercado, es intencional incorporar de manera oportunista el debate de las primas en el marco del problema del galopante déficit tarifario (una melé considerable, causada por la dejación política continuada) es una cuestión oportuna/oportunista porque siempre es bueno que haya niños.

En segundo lugar, otro grupo de energías que se ve envuelta en este proceso de demonización son la nuclear y la hidráulica. Las dos son estigmatizadas “porque al tener costes bajos” y percibir el precio del mercado, “ganan mucho”, volviendo a la teoría de para qué tener un modelo de mercado, pudiendo tener el Gran Hermano, el Soviet Supremo que decida las rentas y la distribución de la renta ¡por instalación!. Por ejemplo, las dos tecnologías no emiten CO2, pero hasta el regulador “independiente”, que conoce, permite y promueve que se detraigan de forma generalizada los derechos de emisión desde los tiempos del extinto Ignasi Nieto y ahora se niega tres veces que esto se esté haciendo así.

Y es que habrá que señalar quien ha provocado que este debate ideológico, acabe en la toma de partido por ideologías corporizadas en tecnologías concretas y en cierto forofismo y rivalidad inexplicable. Sobre todo porque la razón del mal estriba en la ausencia trágica de un proyecto global, común e integrador de un modelo energético estratégicamente pensado, evitando que se cuestione el papel de tal o de cual.

En este sentido, desde la CNE se debería percibir una mayor corresponsabilidad con la política energética (y su modelo de mercado, contexto internacional, desarrollo sectoral, política económica y ambiental asociada), más allá del partidismo y de la ideología, o de la ideología transmutada en posicionamiento alrededor o en contra de tal tecnología. Un mayor sentido y concepción de visión global, partiendo del hecho de que el futuro es un mix diversificado y excedentario en el que cada fuente de energía tiene una misión en el conjunto del sistema eléctrico, evitando introducir debates maniqueos que no llevan a ningún sitio. Una política energética global que sepa definir cuáles son sus costes, el precio de la electricidad que va a ser resultante de un mix de mercado decidido muchos años antes, la capacidad de que mediante la inversión pueda generarse capacidad excedentaria y el equilibrio a cuestiones como la dependencia exterior, el medio ambiente o la seguridad de suministro.

En un contexto de estas características, cada tecnología tiene su papel, como tecnologías base o punta, y cada tecnología tiene sus puntos fuertes y débiles para participar en ese mix energético. Todas tienen su recorrido y con el avance tecnolóco se incorporará otras como las del carbón limpio. Las empresas tienen su propio mix de activos de generación que pueden ser transferidos, con lo cual el argumento de las barreras de entrada es falaz y hacer un ejercicio discriminatorio distributivo que quiera suplantar al mercado también carece de sentido. Y, finalmente, hacer de todo esto un ejercicio de trinchera es irresponsable si, además, se alimenta desde las propias instancias públicas, aunque estén como están, pero daño hacen.

¿Por qué?

El Consejo de la CNE, entre las ecuaciones y la ideología

La trinchera existente en la Comisión Nacional de Energía en torno al cuestionamiento del mercado eléctrico, cebado con enorme densidad por determinados Consejeros y, como gran novedad, por su Presidenta Maite Costa, nos devuelve a un modelo basado en el marco legal estable, con consecuencias temerarias parar el futuro y para la inversión. Trinchera que se alimenta por la propia situación de interinidad del organismo y que se precipita hacia el esperpento.

En este sentido, lo primero que se puede apuntar, que en todo este asunto se podría identificar la existencia de una estrategia (más o menos burda, más o menos ‘naif’) en el bochornoso circo montado alrededor de la a pseudopropuesta de tarifas del 31 %. El circo consistía en montar este escándalo mediático y, con posterioridad, ofrecer en bandeja de plata la intervención, la vuelta atrás, la quiebra con el funcionamiento del mercado, el abandono de las Directivas de la Unión Europea, la satanización de la energía nuclear y la hidráulica, el Informe de Costes y Precios, como herramienta para presuntamente bajar los precios de la electricidad en el mercado mayorista (por cierto, semejantes en nuestro caso a los europeos desde su puesta en funcionamiento y por cierto, el informe no persigue bajar los precios de la enegía, solo quiere “justicia redistributiva”), las medidas de excepcionalidad regulatoria y colocar a Industria encima del tigre para que no se pueda bajar. Seguramente, con lo que no contaban es que cualquier explicación posterior al escándalo es inútil, como inútil (incluso contraproducente) es el informe que se ha remitido desde la CNE al gobierno.

Consecuencia, los tres consejeros y su Presidenta, afean al propio gobierno que tenga que moverse en el terreno de la ortodoxia y el organismo se queda como defensora de las causas imposibles, contra el ordenamiento legal europeo y español (¿su misión no era la contraria, por cierto?, o es que tantos años de regulación ad libitum siguen dejando huella en la forma de actuar en este sector)

La cuestión no es ya el Informe sobre Precios y Costes, (manipulado, distorsionado, que obvia información sobre inversiones de las instalaciones, sobre los criterios contables y de amortización y hace supuestos de pizarra: sin contar con costes de mantenimiento, nuevas inversiones e incluso afirmando que no pagan CO2 cuando se ha detraído a pachas entre todos), es si lo que se pretende es sustituir el funcionamiento de un mercado (como todos los mercados, marginalista) por un mecanismo basado en la intervención directa. Falta seriedad, falta rigor, sobra oportunismo y argumentos demagógicos.

Es soñar con unas empresas cuya función sea la de ser titular de unos activos que generan energía a sueldo, lo que aboca a modelos ineficientes. A la vuelta al añorado marco legal estable. A que la tarifa soporte la gestión que incrementa costes para que se retribuyan “convenientemente”, como es justo y necesario. Que compra coches a todos los directivos (porque paga la casa, la tarifa) o que pone peces caros en las peceras institucionales. Que no repara en gastos y por ello nos cuesta más a todos. La competitividad y el mercado abarata los precios y genera, si funciona bien, el círculo de nueva inversión, lo que ha permitido a nuestro país instalar más de 23.000 MW en los últimos años. Lo otro, ya saben, sujeto a decisión administrativa permanente y a sus devaneos.

Por ello, la crítica al mercado y a la marginalidad del mismo, por tanto, es completamente atávica y cala en tiempos de crisis, fruto de la baja cultura económica existente. A nadie se le ocurre acudir a una tienda y adquirir cualquier producto preguntando ¿Cuál es el precio de esto? ¿Cuál es el coste? Pues entonces le pago lo que cuesta más el 7 %. Pues fíjense en esa pregunta si se la dirige usted a su enchufe: ¿Cuánto ha costado fabricar este kilowatio? ¿y transportarlo? ¿de dónde vienes, compañero? ¿eres nuclear? ¿eres eólico? ¿eres hidráulico?

El problema para la CNE, además, si atendemos al contenido y literalidad de la norma, es si que puede y si debe elaborar una propuesta de tarifas incluso por tramos. Además se la ha pedido expresamente el Ministerio de Industria. Se ha desvelado pese a los intentos denodados por manipular el contenido de la norma y de la obligación y su presentación llena de justificaciones injustificadas. Pero la CNE se ampara en que se dedica únicamente a aplicar las ecuaciones y en esa aplicación torticera de la legalidad vigente elaborar informes que cuestionan la legalidad vigente, el modelo que puedan inspirar proyectos legales alternativos suplantando los papeles del regulador principal y de la iniciativa parlamentaria. Doble personalidad: respetar la legalidad vigente para no hacer propuesta de tarifas e intentar abolir la legalidad vigente con los Informes. Que duro es esto.

Pero hay más allá de las razones legales jurídicas. Es preciso tener en cuenta que nadie, ningún inversor, podría confiar en un país en que al frente de sus órganos reguladores que tienen que aplicar una normativa y un modelo, estén al frente los que están ¡en contra el modelo! Como poner a la zorra a cuidar a las gallinas. Un modelo basado en un ‘sindios’ de comandantines. Es hora de abordar los problemas con soluciones acordes con nuestro marco jurídico, con nuestro entorno europeo, con estabilidad regulatoria. No es momento de promover la revolución soviética y que al final la CNE se configure en el Soviet Supremo En este estado, no es aventurado lógicamente, pedir que se disuelva el Consejo de la CNE.

El precio del petróleo continúa a la baja en la semana del triunfo de Obama

La volatilidad marcó una vez más el movimiento de los valores del «oro negro», como el Brent, la referencia para Europa, que inició la semana el lunes con una caída del 7,4 por ciento, subió casi el 10 por ciento el martes, para regresar a la senda bajista el miércoles y el jueves, perdiendo cerca del 7 por ciento cada día.

Finalmente, el barril de Brent para entregar en diciembre concluyó ayer a 57,35 dólares, un 12,2 por ciento menos que al cierre de la semana anterior (65,32 dólares).

Similar fue el comportamiento del crudo de Texas (WTI, referente para Estados Unidos), que se ha depreciado 6,77 dólares o un 10 por ciento en la semana, hasta terminar el viernes a 61,04 dólares por barril.

Ambos tipos de petróleo han profundizado así la diferencia que los separa de sus máximos históricos alcanzados en julio pasado, cuando llegaron a rozar los 150 dólares/barril.

Los analistas coinciden en que el desplome de los precios está causado por las muestras de una fuerte retracción de la demanda mundial de petróleo, a raíz del impacto de la crisis financiera en la economía real.

Especialmente afecta al sector el deterioro de la situación en Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de energía, y el temor de que esta situación contagie a las economías emergentes de Asia.

El jueves, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó en ocho décimas su previsión de crecimiento para la economía mundial en 2009, hasta el 2,2%, y redujo en dos décimas su pronóstico para el año actual, al cifrarlo en el 3,7%.

Por su parte, la asesora especializada JBC Energy revisó a la baja sus cálculos sobre el aumento de la demanda mundial de crudo en 2009 y ahora prevé que crecerá sólo en 362.000 barriles diarios en todo el año respecto a 2008.

Al mismo tiempo, consideró que la elección histórica del nuevo presidente de EEUU, Barack Obama, el primer jefe de Estado negro en la mayor potencia mundial, «podría significar malas noticias para la industria petrolera en la medida en que se espera que promueva más energía renovable a nivel federal».

En su análisis, JBC recordó que el político demócrata tiene planes de comercializar los permisos de emisiones de carbono, que favorecería las instalaciones de energías limpias como la atómica y las basadas en gas natural».

«El presidente electo apoya también duplicar los estándares de eficiencia en el uso de combustible para los próximos 18 años, algo que podría reducir aún más las ya débiles previsiones de la demanda de gasolina en Estados Unidos», añade la asesora.

Mientras, los operadores de los mercados siguen atentos a los pasos que dan los países de la OPEP para aplicar su decisión de reducir en 1,5 millones de barriles diarios (mbd) su oferta conjunta de crudo, una medida pactada en una reunión de urgencia el pasado día 24 y que entró en vigor hace una semana, el 1 de noviembre.

Pero hasta el momento no hay muestras de que la medida surta el efecto deseado de frenar la caída de los precios, y el presidente de turno de la organización petrolera, el argelino Chakib Jelil, estimó que la rebaja de la oferta de la OPEP «va a necesitar mucho tiempo para tener sus efectos» sobre el precio del crudo.

Según algunos analistas, la noticia de que Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de petróleo, estaba cumpliendo su parte del pacto sí logró impulsar al alza las cotizaciones el martes, cuando trascendió a la prensa que el reino wahabí había notificado a sus clientes que los fletes de crudo serán en noviembre inferiores en 900.000 bd a los volúmenes de agosto.

Noticias similares se oyeron también de Venezuela, Argelia, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos, según recoge JBC.

El precio del barril de crudo usado por la OPEP como referencia bajó un 8,4 por ciento en siete días (de jueves a jueves), hasta situarse en los 54,89 dólares.

«Las bombillas antiguas, al museo»

Bajo el lema «Las bombillas antiguas… ¡al museo!», el centro quiere fomentar la concienciación de la necesidad de cambio en los hábitos de consumo de energía y difundir una iniciativa aprobada en el Congreso en la que se instaba al Gobierno a sustituir en tres años los 350 millones de bombillas poco eficientes que hay en España.

El intercambio de bombillas de incandescencia usadas por lámparas de bajo consumo en el museo se llevará a cabo durante tres días, si bien la recogida de piezas utilizadas se prolongará hasta el 15 de noviembre, según ha explicado el director del MUNCYT, Ramón Núñez.

La entrega de estas 3.000 lámparas de bajo consumo a los ciudadanos supondrá un ahorro energético de más de 420.000 litros de petróleo o 450.000 kilos de carbón.

Esta iniciativa ha comenzado con la entrega de la primera bombilla de incandescencia por parte del secretario general de Política Científica y Tecnología, José Manuel Fernández, a un «reinventado» Thomas Alva Edison, en versión cabezudo.

Fernández ha señalado que se estima que cada hogar en España tiene 25 bombillas tradicionales y ha recordado cómo el invento de Edison «cambió nuestras vidas», al tiempo que ha añadido que la ciencia es motor de desarrollo, por lo que debe ocupar un lugar importante en las políticas públicas.

Según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro, la sustitución de una bombilla tradicional por otra de bajo consumo representa al final de su vida útil un ahorro de más de 60 euros.

Además, con las nuevas bombillas se reducirá las emisiones de CO2 y se ahorrará más de un 3 por ciento de la electricidad que se consume en España, según ha recordado el director del MUNCYT.

El MUNCYT cree que hasta el 15 de noviembre se podrían acercar por el museo más de 10.000 personas a depositar sus bombillas usadas, con las que se pretende, en un futuro, hacer una escultura o proyecto similar.

Sin embargo, algunas de ellas serán elegidas, por su interés, para formar parte de la colección del museo y podrán ser exhibidas en la exposición que en 2009 se dedicará a la luz.

Núñez, quien ha opinado que la bombilla «sirvió para reinventar la noche», ha detallado que además de la recogida de lámparas usadas, el MUNCYT ha preparado talleres y charlas en torno a la historia, la fabricación y la utilidad de la luz eléctrica.

En la rueda de prensa, y preguntado por los periodistas, el secretario general de Política Científica y Tecnológica también se ha referido a la sede central del MUNCYT que estará ubicada en A Coruña.

En este sentido, Fernández ha destacado que A Coruña ha tenido un compromiso «excepcional» con la divulgación científica, y ha añadido que la implantación de la sede central de este museo en la ciudad gallega se hará de manera coordinada con el resto del sistema museístico coruñés.

Tanto Fernández como Núñez coincidieron en la importancia de que el MUNCYT esté representado en toda España de alguna u otra manera.

Sobre un posible cambio de sede del museo en Madrid, el secretario general de Política Científica y Tecnológica ha dicho que se está estudiando «una mejora de la ubicación actual», si bien ha matizado que aún no tienen un «plan concreto», y ha añadido que, con la sede de A Coruña, habrá una «redistribución» de los fondos, aunque esta ciudad y Madrid serán las más importantes.

Además de en el Museo de Ciencia, en Madrid habrá más de 500 actividades gratuitas.

Lo mismo pasará en distintas ciudades españoles, como en Totana (Murcia), donde se tratará de mostrar, desde el punto de vista cinético, el funcionamiento de un botijo.

Nuclear pursuit

Esta semana se ha celebrado en Sevilla un encuentro organizado conjuntamente entre el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) en forma de Seminario sobre Servicio de Revisión Integrada de Organismos Reguladores. En España, además contamos según la propia OIEA de un conjunto de buenas prácticas en materia de supervisión nuclear. Algo de lo que la propia presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear se ha felicitado en las entrevistas en los medios de comunicación que, con motivo de este encuentro, se han realizado.

La organización de un evento de estas características contrasta enormemente con la realidad paranoide de nuestro país en materia de la energía nuclear, fuertemente convulsa, incoherente con la realidad de las importaciones energéticas, y más concretamente, en lo que se refiere al papel de la energía nuclear en el mix energético español futuro, pasando por el hecho de tomar decisiones sobre la prolongación de la vida útil de las citadas centrales.

Realidad paranoide que responde a un ejercicio de gato y ratón entre los que piensan que hay que abortar el debate nuclear y los que intentan reactivarlo a la vista de la evolución de los precios de la energía, su contribución a reducir los gases efecto invernadero y el cambio climático y aumentar la seguridad de suministro.

Sucesivamente, estas fuerzas centrífugas y centrípetas operan en cada momento, de forma que el cierre del debate nuclear (que anunciaba la ministra Espinosa, de forma muy voluntarista hace poco en una entrevista), es inviable si no se tiene encima de la mesa una propuesta seria de Prospectiva del sector energético (seria, que analice costes, dependencia, seguridad de suministro …).

En esto, nuestro ex presidente Felipe González ha mostrado ciertamente su clarividencia y ha salido a cuerpo limpio, con visión estratégica y perspectiva de Estado y de largo plazo. Y, hasta ahora, como decía aquella, hasta aquí puedo leer. El PSOE tiene en esto uno de sus Getsemanis y, en algún momento, tendrá que salir, se quiera o no, porque todo lo que se entierra en vida, reaparece en forma de zombi.

En las mismas entrevistas (como la del pasado lunes día 3 de noviembre en Radio Nacional de España de la mano del periodista Juan Ramón Lucas), podemos escuchar a la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear como esquiva la pregunta, fuertemente intencional, claramente referida a la “negativa de las empresas a invertir en seguridad nuclear”. Pregunta que procede del pasado reciente de satanización del problema y de los operadores, cultivado con esmero por determinados frentes políticos y retroprogresivos (ahí se inscribe la propuesta de sacar la energía nuclear del mercado).

Mensaje que de ser repetido, ha ido calando desde el punto y hora que los detractores de la energía nuclear lo lanzaron y no han encontrado referentes claros que lo refuten (lo que plantea otra vez la necesidad de articular someramente una posición más proactiva en la sociedad). En la tangente utilizada, Carmen Martínez Ten acabó refiriéndose a la próxima reunión que mantendrán los Presidentes de las empresas titulares de centrales nucleares con el Ministro, cosa que tendrá lugar el próximo día 11 de noviembre, pero que eludió el clima (artificial) creado contra las empresas eléctricas y sus instalaciones nucleares hace pocas semanas, fruto de la existencia de los incidentes de este verano, de la campaña de ‘aireo’, de los nuevos criterios de comunicación del Consejo de Seguridad Nuclear y de una cierta descordinación en el plano local.

En cambio, alabó las centrales nucleares españolas, el sistema de vigilancia, aclaró como alguno de los incidentes recientes incluso (pese al escándalo mediático cebado desde instancias políticas) tuvo lugar en el exterior de la propia instalación y el grado de gravedad del más importante fue de 2 en una escala de siete. Y, que funcionó la inspección y supervisión, además de haber requerido un plan concreto a estas instalaciones. Reconoció que el sector viene generando energía de forma muy eficiente desde hace más de treinta años, sin problemas, ni accidentes, y que contamos con centrales que, a nivel europeo son referencia en calidad y eficiencia.

Por eso, si contamos con buenas centrales, si consiguen aportar energía de forma muy eficiente al mercado español, si compramos energía a Francia de centrales nucleares, si contamos con un buen sistema de inspección y supervisión, incluso con buenas prácticas exportables internacionalmente (como la selección española de fútbol), si el número de incidentes es bajo comparativamente y se garantiza las normas de seguridad con todo rigor y si somos anfitriones de todo derecho en el tema de la seguridad nuclear… ¿A qué viene el escándalo permanente en el caso de la esta energía en nuestro país? ¿Quién ceba la bomba del clima social y de la opinión pública contra la energía nuclear (somos el país más “concienciado” de Europa en esto)? ¿Por qué? ¿Qué está pasando aquí?

Industria pide a la CNE que “se moje” con las tarifas

El último incidente entre la Secretaría General de Energía y el Ministerio de Industria con la CNE parece que no le ha salido “gratis” al organismo que preside Maite Costa y es que Industria le ha pedido formalmente a la CNE que cuando formule su informe respecto a las tarifas (trimestralmente, la Comisión Nacional de Energía debe emitir su propuesta de tarifas y enviarla al Ministerio), concrete el alcance de las mismas y la propuesta que efectúa. Es decir, dado que hasta el momento el organismo parecía optar por hacer varias propuestas a modo de “horquilla de precios”, Industria le reconmina para que evite la ambigüedad y centre sus propuestas. Así se lo ha pedido en un escrito que ha dirigido la Secretaría General de Energía al organismo regulador.

Así, una práctica que había seguido el organismo desde que se había implantado este mecanismo de propuesta previa por la CNE, es que el informe de tarifas contenía alternativas, en función de la construcción de varios escenarios de evolución de precios energéticos. De forma que un informe podía contener hasta tres propuestas de tarifa, más conservadoras o más ambiciosas según la evolución de los precios de la energía. De facto, esto suponía la capacidad de no tener que tomar partido por una propuesta en concreto. Desde que entró en vigor este mecanismo de propuesta previa, los informes de propuestas de modificación de las tarifas eran elaborados por la Dirección de Regulación y Competencia.

En el fondo, la construcción de escenarios alternativos, era una forma de evitar la formulación de una posición firme, más o menos impopular para el organismo, en caso de ser quien abandere a cuerpo limpio la misma. Una cuestión, la del “coste político” de la subida de tarifas, aplazada y que el organismo lleva dentro de su propia actividad, como reconoció la propia Maite Costa en su entrevista reciente al diario ABC.

En ese contexto, en Industria parece que ha pesado notablemente el espectáculo protagonizado por la CNE en el caso de la ultima revisión de las tarifas gasistas, en las cuales el Consejo en dos ocasiones contradijo la subida que había preparado Industria (con incidente incluido, puesto que el informe con la propuesta de la CNE salió con la propuesta recibida del Ministerio ya dentro del organismo). Todo ello, con la plena conciencia de la necesidad de que los precios subieran más, dado el escenario de precios internacionales de la materia prima.

En cambio, con la última subida de precios de la electricidad, se produjo lo contrario, la subida que remitió la CNE a la Secretaría General de Energía, fue más alta de la que al final redactó Industria, tarifa social incluida por una parte y el adefesio del Informe de Costes y Precios para cuestionar el mercado eléctrico, por otra. Lo que parece claro es que Industria se ha cansado ya del continuo desasosiego existente en la CNE y que se le acaba la paciencia, por lo que ya ha decidido pasar a mayores exigiendo propuestas serias, firmes y en plazo (otro de los problemas).

A la vista está ya el proceso para determinar las tarifas del primer trimestre de 2009, un momento especialmente importante, porque se tiene que producir la liberalización completa de las tarifas eléctricas, además de abordar el tema pendiente del déficit tarifario, verdadera patata caliente. Un momento en el que la sintonía entre la CNE, el Ministerio y el sector debería ser la que resolviese el nudo gordiano existente actualmente en el sector eléctrico

El petróleo vive una semana volátil en medio de la incertidumbre económica

Los principales crudos, que en el mes de octubre sufrieron caídas históricas, cerraron la semana con leves alzas, que volvieron a colocar los precios por encima de los 65 dólares por barril.

Pero lo más destacado del mes fue la caída histórica del crudo, que perdió un tercio de su valor en tan solo cuatro semanas.

El retroceso del petróleo se produjo después de que el Gobierno estadounidense publicase cifras que reflejan una bajada en el gasto y la confianza de los consumidores de ese país.

EEUU, primer consumidor energético del mundo, indicó esta semana que la actividad económica del país se contrajo a un ritmo anual del 0,3 por ciento entre julio y septiembre, arrastrada por la mayor caída en el consumo en casi tres décadas.

Además, datos recientes reflejaron que el espectacular avance de la economía en China -el según mayor consumidor de petróleo en el mundo- se frenó algo en el último trimestre.

La inquietud de los operadores por el impacto que la actual crisis económica puede tener en la demanda mundial de crudo ha venido lastrando el precio del petróleo en las últimas semanas.

Y mientras el precio del petróleo bajaba, aumentaban las reservas de crudo en EEUU, lo que ha reducido la inquietud acerca de posibles tensiones entre el nivel de oferta y de demanda.

En julio pasado, el crudo de referencia de Estados Unidos, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), había alcanzado su máximo histórico de 147,27 dólares por barril.

En la jornada del viernes, el precio llegó a caer hasta los 63 dólares, menos de la mitad de ese máximo histórico, pero finalmente cerró con un alza del 2,8 por ciento en 67,81 dólares.

El petróleo del Mar del Norte, el Brent, referente para Europa también cerró la semana con un alza del 2,5 por ciento, para cotizar en 65,32 dólares por barril, después de haber caído a lo largo de la jornada hasta apenas 60 dólares.

Por su parte, el petróleo de la OPEP, calculado como promedio de trece tipos de crudo, se situó el jueves en 59,92 dólares/barril.

El temor del mercado a una recesión mundial parece ser mayor al de un nuevo recorte de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), vaticinado ya por algunos países miembros del grupo.

El ministro de Petróleo y Minas de Venezuela, Rafael Ramírez, advirtió el jueves pasado que su país propondrá un «recorte adicional» de la oferta de crudo en la próxima reunión del cártel.

Con esta medida, que debería alcanzar un millón de barriles diarios, la organización podría estabilizar el precio «en torno a los 70 dólares» por barril, explicó el ministro venezolano.

La OPEP había decidido la semana pasada en Viena un recorte de su producción de 1,5 millones de barriles diarios, aunque sin el efecto deseado de frenar la caída del precio.

El próximo encuentro de la OPEP está previsto para el 17 de diciembre en Argelia, pero podría adelantarse si así lo consideran sus países miembros.

En esa reunión participarán también las principales petroleras de Rusia, el más importante productor petrolero no miembro de la OPEP.

El vicepresidente de la petrolera rusa Lukoil, Leonid Fedún, abogó el jueves pasado por el ingreso de su país en la OPEP y sugirió que Moscú se sume a los recortes de extracción.

«El futuro del sector y la estabilidad de los precios pasan por una integración más estrecha entre Rusia y la OPEP, o incluso por el ingreso en esta organización», declaró Fedún en Moscú.

Si en la reunión de Argelia se anuncia un nuevo recorte de la producción y Rusia se suma a esa medida «el precio del petróleo se situará en la banda superior a los 80 dólares, aseguró el empresario ruso.

Y mientras los países productores tratan de frenar la bajada de los precios, las dos petroleras más grandes del mundo, la estadounidense Exxon Mobil y la anglo-holandesa Shell, anunciaron esta semana beneficios récord.

Exxon Mobil ganó entre enero y septiembre un 29 por ciento más que en el mismo período del año pasado, para hacerse con 37.400 millones de dólares netos.

Shell, por su parte, aumentó su beneficio neto en un 27 por ciento, hasta 29.087 millones de dólares, beneficiada por el alza del crudo hasta el pasado julio.