El Consejo de la Comisión Nacional de Energía en su Second Life.

Prolongación hasta febrero. La publicación de que Industria traslada la fecha de la “renovación”/”refundación” de la CNE al mes de febrero confirma que la actual composición de su consejo vive un período de prolongación vital. Las lecturas pueden ser muchas. La primera es procurar la “negociación” de su composición al margen del proceso parlamentario de los Presupuestos Generales del Estado. La segunda, a la vista de los últimos encontronazos entre el organismo y el Ministerio, es que más o menos, se descuente el efecto CNE en las siguientes decisiones, entre otras las tarifas que vienen. Tres meses hoy son muchos meses, dado que el sector energético tiene temas abiertos de destacada relevancia (además de tener capacidad de abrir nuevos frentes de importancia con prontitud).

Refundación o renovación. Lo que si es cierto, es que fruto de todas las informaciones (y rumores que van apareciendo) cobra cada vez más fuerza la idea de una refundación del organismo, del modo en que en su momento transformó Piqué la extinta Comisión Nacional del Sistema Eléctrico, sacando del marco a su entonces responsable, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Nada es imposible, y las voces, en público y en privado en las instancias políticas del Partido Socialista, apuntan cada vez más a esta posibilidad, en el marco de un acuerdo político ámplio. Sobre todo porque tranquilizar los órganos colegiados y los reguladores independientes puede ser una tarea más complicada de lo que parece a priori. De hecho, en el mismo pack, se podría incluir a la CMT.

¿Renovarse y morir? Lo que también está claro es que desde Industria hay un considerable enfado con las posiciones del organismo, con sus informes “pintorescos”, toda vez que en lugar de ayudar al Ejecutivo, le pone en considerables aprietos. O las contradicciones explícitas en el caso de las tarifas de gas. Apuros que han dejado al departamento que dirige Miguel Sebastián con fuertes quebraderos de cabeza. Por eso las llamadas de atención por escrito en el que Industria reconvenía al organismo a que concretara sus propuestas. Aunque en ese marco de in concreción, la “concreción” de calcular el déficit tarifario “a pelo”, cuando le piden las tarifas del primer trimestre de 2009 y dar una cosa por otra, ha sido la peor que ha podido elegir la CNE para hacerse la foto.

La ‘deuda interna’. Si este enfado en el plano de las actividades regulatorias y de supervisión del organismo ha podido hacer vislumbrar la falta de coordinación entre estas instancias, el plano interno no ofrece mejores perspectivas. Desde la recuperación de personas desplazadas del organismo a la Secretaria General de Energía, el comportamiento poco austero en el gasto de la CNE, con la flota de coches, nuevo edificio, mobiliarios y viajes, parece que también ha causado un fuerte malestar y revuelo en el Ejecutivo. Sobre todo en tiempos de crisis y de austeridad general en la Administración General del Estado. En todo caso, parece que hay un frente esperando que es la reorganización interna del organismo.

Apoptosis. Para muchos, con las últimas actuaciones ,el propio organismo ha protagonizado su propia “apoptosis”, un proceso que en lenguaje biomédico es la función que controla la muerte de una unidad biológica, de forma programada, una especie de “suicidio celular”. Tres meses. Todavía son bastantes y seguramente que todavía promete espectáculo, porque tampoco existe la convicción de que en esta situación, el organismo vive en un periodo de gracia.

Recordemos que ya se ha conocido recientemente que un matrimonio se ha divorciado por tener un ‘affaire’ en su Second Life. La actual CNE, está como Schuster.

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