Nuclear pursuit

Esta semana se ha celebrado en Sevilla un encuentro organizado conjuntamente entre el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) en forma de Seminario sobre Servicio de Revisión Integrada de Organismos Reguladores. En España, además contamos según la propia OIEA de un conjunto de buenas prácticas en materia de supervisión nuclear. Algo de lo que la propia presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear se ha felicitado en las entrevistas en los medios de comunicación que, con motivo de este encuentro, se han realizado.

La organización de un evento de estas características contrasta enormemente con la realidad paranoide de nuestro país en materia de la energía nuclear, fuertemente convulsa, incoherente con la realidad de las importaciones energéticas, y más concretamente, en lo que se refiere al papel de la energía nuclear en el mix energético español futuro, pasando por el hecho de tomar decisiones sobre la prolongación de la vida útil de las citadas centrales.

Realidad paranoide que responde a un ejercicio de gato y ratón entre los que piensan que hay que abortar el debate nuclear y los que intentan reactivarlo a la vista de la evolución de los precios de la energía, su contribución a reducir los gases efecto invernadero y el cambio climático y aumentar la seguridad de suministro.

Sucesivamente, estas fuerzas centrífugas y centrípetas operan en cada momento, de forma que el cierre del debate nuclear (que anunciaba la ministra Espinosa, de forma muy voluntarista hace poco en una entrevista), es inviable si no se tiene encima de la mesa una propuesta seria de Prospectiva del sector energético (seria, que analice costes, dependencia, seguridad de suministro …).

En esto, nuestro ex presidente Felipe González ha mostrado ciertamente su clarividencia y ha salido a cuerpo limpio, con visión estratégica y perspectiva de Estado y de largo plazo. Y, hasta ahora, como decía aquella, hasta aquí puedo leer. El PSOE tiene en esto uno de sus Getsemanis y, en algún momento, tendrá que salir, se quiera o no, porque todo lo que se entierra en vida, reaparece en forma de zombi.

En las mismas entrevistas (como la del pasado lunes día 3 de noviembre en Radio Nacional de España de la mano del periodista Juan Ramón Lucas), podemos escuchar a la presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear como esquiva la pregunta, fuertemente intencional, claramente referida a la “negativa de las empresas a invertir en seguridad nuclear”. Pregunta que procede del pasado reciente de satanización del problema y de los operadores, cultivado con esmero por determinados frentes políticos y retroprogresivos (ahí se inscribe la propuesta de sacar la energía nuclear del mercado).

Mensaje que de ser repetido, ha ido calando desde el punto y hora que los detractores de la energía nuclear lo lanzaron y no han encontrado referentes claros que lo refuten (lo que plantea otra vez la necesidad de articular someramente una posición más proactiva en la sociedad). En la tangente utilizada, Carmen Martínez Ten acabó refiriéndose a la próxima reunión que mantendrán los Presidentes de las empresas titulares de centrales nucleares con el Ministro, cosa que tendrá lugar el próximo día 11 de noviembre, pero que eludió el clima (artificial) creado contra las empresas eléctricas y sus instalaciones nucleares hace pocas semanas, fruto de la existencia de los incidentes de este verano, de la campaña de ‘aireo’, de los nuevos criterios de comunicación del Consejo de Seguridad Nuclear y de una cierta descordinación en el plano local.

En cambio, alabó las centrales nucleares españolas, el sistema de vigilancia, aclaró como alguno de los incidentes recientes incluso (pese al escándalo mediático cebado desde instancias políticas) tuvo lugar en el exterior de la propia instalación y el grado de gravedad del más importante fue de 2 en una escala de siete. Y, que funcionó la inspección y supervisión, además de haber requerido un plan concreto a estas instalaciones. Reconoció que el sector viene generando energía de forma muy eficiente desde hace más de treinta años, sin problemas, ni accidentes, y que contamos con centrales que, a nivel europeo son referencia en calidad y eficiencia.

Por eso, si contamos con buenas centrales, si consiguen aportar energía de forma muy eficiente al mercado español, si compramos energía a Francia de centrales nucleares, si contamos con un buen sistema de inspección y supervisión, incluso con buenas prácticas exportables internacionalmente (como la selección española de fútbol), si el número de incidentes es bajo comparativamente y se garantiza las normas de seguridad con todo rigor y si somos anfitriones de todo derecho en el tema de la seguridad nuclear… ¿A qué viene el escándalo permanente en el caso de la esta energía en nuestro país? ¿Quién ceba la bomba del clima social y de la opinión pública contra la energía nuclear (somos el país más “concienciado” de Europa en esto)? ¿Por qué? ¿Qué está pasando aquí?

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *