La Junta Castilla-León considera que el cierre de Garoña sería «disparate y frivolidad»del Gobierno

La Junta de Castilla y León considera «un disparate y una frivolidad» que el Gobierno anuncie el cierre de centrales nucleares como la de Garoña, en Burgos, sin definir antes su política en energías alternativas. Así lo aseguró hoy el vicepresidente segundo de la Junta, Tomás Villanueva, en declaraciones a los periodistas en Valladolid.

El vicepresidente destacó que la empresa propietaria de Garoña, Nuclenor, mantiene sus inversiones en la central porque ha pedido al Gobierno una prórroga de su funcionamiento hasta 2019, ya que la autorización de funcionamiento con que cuenta en la actualidad es hasta 2009.

Tomás Villanueva subrayó también que quien debe «opinar» sobre el futuro de las centrales es el Consejo de Seguridad Nuclear, para que la decisión sobre su continuidad o cierre no sea sólo «política». El pasado día 10 la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, indicó que el Gobierno ratifica su compromiso de una moratoria nuclear, por lo que no habrá autorizaciones para construir más centrales, y mantiene su compromiso respecto a Garoña, que cumple su vida útil en 2009.

Villanueva recordó que el secretario provincial del PSOE en Burgos, José María Jiménez, afirmó al día siguiente que la vicepresidenta «se ha equivocado» en sus declaraciones sobre Garoña, porque el Consejo de Seguridad Nuclear aún no ha decidido.

El vicepresidente de la Junta acusó al Gobierno de carecer de política energética, por los «disparates» cometidos en esta materia, a su juicio, durante el tiempo que José Montilla fue ministro de Industria, que han llevado a las empresas energéticas españolas a hacer «el ridículo» en el mercado internacional. Asimismo, criticó que el decreto del Gobierno sobre tarifas energéticas «penaliza» a comunidades como Castilla y León, que han potenciado las energías renovables, «y favorece a otras por intereses políticos». La política del Gobierno en esta materia genera «incertidumbre» en el sector energético, en el que «el futuro no es nada halagüeño», según Tomás Villanueva

España, que sólo es capaz de producir un 15% de su energía, dice «NO» a la nuclear

El Gobierno ha decidido que sigue adelante con sus promesas de ir reduciendo el parque nuclear español. Una energía que se considera peligrosa, aunque la seguridad es hoy mucho mayor que en los días de Chernobil, pero que también resulta muy barata de producir una vez puesta en marcha la central. Un factor crítico en un contexto de precios crecientes del petróleo y del gas, dos fuentes de gran consumo.La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró el pasado miércoles que el Ejecutivo de Zapatero «no ha cambiado sus planteamientos sobre la energía nuclear», y que continúa sieno partidario de la reducción de la participación de este tipo de energía en la estructura de producción frente a otras alternativas. Por lo tanto, el Gobierno mantiene la moratoria nuclear y, por el momento, no autorizará la construcción de nuevas centrales nucleares.

La moratoria es el pago de una cantidad que estamos satisfaciendo los inversores a través de la tarifa eléctrica para compensar a las compañías por las inversiones en centrales nucleares que no pudieron terminar. Si esas centrales se hubiesen terminado de construir y puesto en marcha, los consumidores pagaríamos más barata la energía y además no sería necesario imponer la recuperación del importe en la factura de electricidad.

Estas declaraciones llegan en un momento en que Europa se cuestiona su modelo energético, por asuntos como el apagón europeo de E.On de hace unos meses o la crisis que generan problemas como el bloqueo al tránsito del crudo ruso. La Unión Europea importa más del 50% de la energía que consume, y dentro de ese inmenso entramado, España tiene que importar un 85%. Un contexto que aviva el fuego del debate nuclear, un debate «lógico», según la vicepresidenta, debido al exceso de dependencia energética de España. Pero De la Vega no ha retrocedido en sus argumentos, aunque asegura que el Gobierno no cierra las puertas al debate.

En sus declaraciones, De la Vega puso especial hincapié en el hecho de que el Gobierno ha cumplido sus compromisos. En este sentido, el Ejecutivo no se ha movido un ápice de su postura inicial. El presidente de la Comisión de Energía del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, se ha referido en Intereconomía Televisión a la actitud del Gobierno, y considera que lo que se está llevando a cabo no es una política económica, sino una «política política», que consiste, básicamente, en respetar los compromisos adquiridos.

El Gobierno confía, visto está, en energías alternativas. Y en este sentido, De la Vega señaló dos planes del Gobierno, como el Plan Estratégico de Ahorro y Eficiencia Energética, además del Plan de Energías Renovables, o PER, que en su opinión están dando muy buenos resultados.

Pero esa opinión no la comparten las eólicas. Advierten, de hecho, que los objetivos del Plan de Energías Renovables están en riesgo de no alcanzarse si el Ministerio de Industria lleva adelante, tal como está redactada, la propuesta para modificar la retribución de las energías renovables, entre las que la eólica tiene un papel fundamental.

El debate nuclear

El debate sobre la energía nuclear existe porque esta fuente de generación goza de importantes ventajas, como su capacidad de producción, seguridad de suministro y precios competitivos, al mismo tiempo que suscita graves temores entre la población por accidentes pasados como el de Chernobil.

Los especialistas en la materia afirman que la seguridad de las centrales nucleares actuales no es comparable a la de la central de Chernobil, explotada por un régimen inseguro e ineficiente, como el soviético del momento. La seguridad en las centrales ha avanzado mucho.

La otra cara de la moneda son las ventajas. Principalmente, la garantía de suministro y el precio de generación, mucho más bajo hoy en día que el precio que cuesta generar energía a partir del crudo o el gas natural, combustibles sometidos a constantes tensiones alcistas.

Una forma más barata de producir redundaría de inmediato en la reducción del déficit de tarifa, un desequilibrio que se produce porque los consumidores pagan menos de lo que cuesta producir la electricidad. Al mismo tiempo reduciría la dependencia energética de España respecto al exterior, pues parte del petróleo y gas natural -importados- que se usan en generación podrían reemplazarse por fuentes nucleares. Esto implica, además, una menor vulnerabilidad frente a los altibajos en los precios, así como una mayor seguridad de suministro en casos como el del cierre del oleoducto de Bielorrusia.

La potencia eólica instalada en España alcanza los 11.615 MW

El Plan de Energías Renovables implantado por el Gobierno plantea unos objetivos de potencia eólica para el año 2010 que se sitúan por encima de los 20.000 MW. Actualmente, la potencia instalada en España por generación eólica supera ligeramente los 11.500 MW. Para cumplir los objetivos del PER es necesario multiplicar por dos el crecimiento anual actual.A fecha 1 de enero de 2007, la potencia eólica instalada en España alcanza los 11.615 MW, según el Observatorio Eólico de la Asociación Empresarial Eólica con datos recabados por esta asociación y por APPA, la Asociación de productores de Energías Renovables.

El Plan de Energías Renovables diseñado por el Gobierno prevé que en el año 2010, la energía eólica en España tenga una potencia instalada de 20.155 MW, casi el doble que ahora. Quedan cuatro años, si contamos hasta el 31 de diciembre de 2010, para conseguir este objetivo, y faltan todavía 8.540 MW, lo que significa que sería necesario avanzar a un ritmo de 2.846 MW anuales si se pretende llegar a esa cota.

Pero estamos lejos de ese ritmo. Según un informe conjunto de APPA y AEE, en 2006 se produjo un crecimiento menor de lo esperado, con la instalación de 1.587,16 MW, muy inferior a lo necesario para alcanzar los objetivos del PER en la fecha prevista. Pero eso no es todo. La propuesta del Ministerio que dirige Joan Clos de recortar la retribución a las renovables, lejos de aumentar esa cota de crecimiento, puede provocar un efecto muy negativo en el crecimiento del sector.

Reparto

Galicia es la comunidad que lidera la lista de potencia instalada, con un total de 2.603 MW a 1 de enero de este año. Por encima de 2.000 MW le siguen Castilla La Mancha y Castilla-León. La última comunidad de la lista son las Islas Baleares, que poseen 3,65MW, sin haber incrementado su potencia desde 2005.

Por empresas, Iberdrola es la que tiene la porción más grande del pastel. Acumula casi una tercera parte, un 30,7%, seguida de Acciona, que posee un 17,5%.

Capacidad de generación

La energía eólica ha llegado a cubrir casi el 9% de la demanda de energía eléctrica durante el año 2006. Se generó un total de 22.200 GWh, un 6,5% mas que en 2005, a pesar de que el año pasado fue menos ventoso que el anterior. Si se combina esa menor eolicidad con unos precios de producción más bajos, se obtiene una reducción de los resultados.

En numerosas ocasiones, la energía eólica ha llegado a superar el 25% de la cobertura de la demanda. El último pico fue el pasado 8 de diciembre, cuando se consiguieron 8.142 MW, un 31% de la producción total en ese momento. En las puntas de consumo, la aportación de la eólica también es apreciable: un 8% el 30 de enero de 2006.

El Gobierno hace creer al consumidor que paga menos por la electricidad

¿Se ha preguntado alguna vez cuánto cuesta producir un zapato? Si echa cuentas, entre el material de fabricación y la mano de obra, le saldrá un precio mínimo. Pongamos, por ejemplo, que el zapato cuesta 50 euros. A usted pueden vendérselo a ese precio o más caro; pero nunca se lo venderán por debajo de 50 euros: el fabricante se arruinaría y la fábrica dejaría de producir.Eso es lo que está sucediendo con la electricidad. A usted se la venden a 35 euros, cuando su precio real es de 50. ¿Por qué no se arruinan las eléctricas? Pues porque se aseguran el cobro de ese déficit. Los bancos les adelantan esa diferencia -en el ejemplo, de 15 euros-, pero no la regalan. Un banco presta dinero a cambio de interés. Es decir, el banco cobrará en el futuro ese dinero, más los intereses. ¿Quién se lo va a pagar? El Estado, no. Lo haremos los consumidores.

Pero los consumidores no somos conscientes de ello, porque pagamos «en cómodos plazos». Eso sí, con intereses. Cuando, en un entorno de precios energéticos crecientes, la tarifa eléctrica se liga al IPC, se está generando un déficit que tendremos que pagar forzosamente después. Pero el Gobierno no transmite ese mensaje. Lo único que trasciende al consumidor, que por lo general desconoce los conceptos en los que se desglosa la factura eléctrica, es que paga menos. Y eso no es ni siquiera una verdad a medias. La factura de mañana incluirá los atrasos de hoy.

La tarifa eléctrica con un incremento de un 2,8%, similar al del IPC, ya está en marcha. Se aprueba este viernes en Consejo de Ministros. En un principio se habló de un aumento del 10%, pero una cifra semejante no resulta políticamente rentable. Así que se ha decidido elevar la tarifa un 2,8% en enero, y se podrá revisar trimestralmente. Hay que aclarar que ese 2,8% se aplicará a consumidores domésticos. Esa cifra es tan insignificante en comparación con lo que es necesario (bastante más de un 10%), que va a ser necesario cobrarlo por otras vías. Así que el Ejecutivo ha decidido que se lo cobrará a clientes industriales.

Toda una injusticia, si atendemos a los criterios de la CEOE. La patronal pide que se suba la tarifa a todos por igual. Si el gobierno aceptase, la tarifa media de las familias subiría un 6,2%.

Todos los expertos coinciden en que es necesario trasladar el precio real de producción al consumidor final. El consumo no es eficiente cuando el bien es gratuito o casi, lo que significa que se consume más, peor, y se incurre constantemente en el despilfarro.

Un informe reciente de Ernst&Young situaba a España como el país más atractivo para invertir en renovables

Desde hace tiempo, España es un caso de estudio por el rápido crecimiento e implantación que las renovables, y más concretamente la eólica, han tenido en nuestro país. La Comisión Europea ha señalado a España como el ejemplo a seguir en este terreno, y algunas consultoras como Ernst & Young, sitúan a nuestro país como el más atractivo en términos de rentabilidad según su informe “Country Attractiveness and Finance Trends in the European Renewable Energy Market”.

Según Ernst & Young (E&Y), con una sola excepción, España ha mantenido la primera posición en su índice ARI que asigna, desde 2003, a cada país una puntuación de su mercado de renovables basado en un conjunto de parámetros de mercado y tecnología disponible. El ARI (All Renewables Index, en inglés) cubre 20 mercados, de los que 15 son europeos. Sin embargo, en las 10 primeras posiciones aparecen únicamente países europeos, entre los que destacan en las tres primeras posiciones España, Alemania y el Reino Unido.

España atesora la primera posición desde que se promulgará el Real Decreto 436/2004, actualmente en trámite de revisión, y que supuso la actual revolución en el sector. Según E&Y las condiciones de la regulación y del mercado en España aportan al inversor: seguridad y un alto rendimiento potencial. En su informe, también remarcaba el hecho de que el 90% de la generación eólica estuviera bajo la opción de mercado, es decir aquella bajo la que el productor obtiene el precio de mercado y una prima.

Operaciones corporativas y «campeones nacionales»

Esta favorable situación estaría detrás de la creación de campeones nacionales en el ámbito de las energías renovables, entre los estarían Iberdrola, Acciona y Gamesa. De hecho, Iberdrola es actualmente líder mundial en energía eólica y una de las principales empresas en el área de renovables con 4.075 MW instalados.

Además, como factores beneficiosos de la situación actual, se apunta la creciente competencia entre proveedores de deuda, que han reducido sus márgenes en favor de los proyectos y el interés generalizado de inversores y prestamistas por este tipo de proyectos, basado en un incremento en la confianza hacia los Gobiernos y principalmente por el compromiso de éstos de incrementar la capacidad instalada en energías renovables. Por último, la liquidez general del mercado y la falta de oportunidades de inversión, también han jugado un papel importante.

Escenario reciente

En el escenario más reciente se destacan los sustanciales incrementos en los precios de la electricidad debidos a la escasa hidraulicidad y al incremento en el precio de los combustibles fósiles. Estos factores han actuado como motores que han impulsado el creciente atractivo de estas inversiones, que han atraído a inversores dispuestos a pagar «sobreprecios» por hacerse con los proyectos.

La Junta de Andalucía autorizó la participación en el capital de la empresa que construirá la primera planta polisilicio en España

La Junta de Andalucía autorizó hoy a la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa a participar, a través de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA), en el capital de la empresa Silicio Energía mediante una suscripción de acciones por valor de 12,75 millones de euros. Con este acuerdo se da cumplimiento al compromiso adoptado el pasado mes de julio entre la Junta y las firmas Isofotón y Endesa para promover la constitución de una sociedad mercantil dedicada a la fabricación de polisilicio monocristalino, producto utilizado en la industria de la energía solar fotovoltaica.

Silicio Energía, empresa resultante de este acuerdo, tiene como socios mayoritarios a Isofotón y Endesa Generación, que concentran el 51% del accionariado. El 49% restante quedará repartido entre IDEA, diversas cajas de ahorro andaluzas y un tercer socio industrial. Su principal proyecto será la construcción en el municipio gaditano de Los Barrios de la primera factoría de polisilicio de España, con una inversión total prevista de 250 millones de euros.

La futura planta, séptima de sus características en todo el mundo, generará alrededor de 300 empleos de alta cualificación, será construida sobre una superficie de 100.000 metros cuadrados y su capacidad productiva anual será de 2.500 toneladas. La primera producción de polisilicio saldrá de la factoría en un plazo aproximado de doce meses, aunque harán falta otros dieciocho para que las instalaciones se encuentren funcionando a pleno rendimiento.

El proyecto de Los Barrios permitirá que Andalucía cuente con una producción propia de esta materia prima sin tener que depender de proveedores externos, ya que actualmente la producción mundial de células fotovoltaicas para paneles solares se concentra en Japón (48% del total), Europa (27%) y EEUU (11%).

La empresa andaluza Isofotón ocupa el noveno puesto en el ránking mundial y el segundo en el europeo. Su unión con Endesa Generación para constituir Silicio Energía guarda estrecha relación con la posición de liderazgo que ostenta en la producción de placas solares.

De acuerdo con los últimos datos correspondientes a 2004, el consumo mundial de silicio para aplicaciones fotovoltaicas ascendió a 13.000 toneladas, mientras para el 2015 se prevé un aumento de la demanda hasta las 150.000 toneladas.

El Consumo eléctrico creció el 2,5% en 2006, hasta los 252.878 GWh

El consumo de energía eléctrica en España durante 2006 ascendió a 252.878 gigavatios hora (GWh), lo que supone un incremento del 2,5 por ciento respecto al ejercicio precedente, según el Avance del Informe del Sistema Eléctrico Español de este año que elabora Red Eléctrica de España (REE). Una vez calculada la influencia de la laboralidad y la temperatura, el crecimiento de la demanda se elevó hasta el 3,6 por ciento.

El 20 de diciembre pasado se registró la mayor demanda histórica de electricidad en la Península, al alcanzarse un consumo de 854 GWh, mientras que la demanda horaria (en un momento concreto del día) correspondió al récord marcado en verano. El 17 de julio, tras varios días consecutivos de calor y máximos de demanda, a las 13.26 horas, el consumo alcanzó los 40.730 megavatios (MW), aunque el máximo histórico de demanda horaria sigue establecido en los 43.708 MW del 27 de enero de 2005.

Según explica REE, empresa que actúa como gestor técnico del sistema, estos datos confirman el acercamiento progresivo entre los valores máximos de invierno y verano. La potencia instalada en el sistema eléctrico peninsular aumentó este año el 5,7 por ciento (4.123 MW), hasta alcanzar un total de 78.290 MW. No obstante, el pasado mes de abril se perdieron 160 MW por el cierre de la central nuclear José Cabrera, situada en la provincia de Guadalajara y propiedad de Unión Fenosa.

La mayor parte del incremento de potencia (3.132 MW) lo aportaron las seis nuevas centrales de ciclo combinado puestas en marcha en 2006, mientras que el resto provino de parques eólicos. Los ciclos combinados, que generan electricidad con gas natural, representan ya el 24 por ciento de la potencia instalada, lo que ha convertido al gas en la materia prima con más peso en la producción (el 30 por ciento). El régimen especial (renovables y cogeneración) cubrió el 19 por ciento de la demanda y, dentro de este, la eólica representó la mitad de la generación mediante energías limpias. El 8 de diciembre la eólica alcanzó su récord histórico de producción, 8.010 MWh a las 15.00 horas.

En Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla (sistema extrapeninsular) la demanda creció el 4,1 por ciento, hasta alcanzar los 15.149 GWh.

Las exportaciones de electricidad fueron de 3.303 GWh, más del doble del año pasado, debido a los envíos a Marruecos y la disminución de las importaciones desde Francia.

En cuanto a la red de transporte, propiedad de REE, en 2006 aumentó en 407 kilómetros. En los últimos cuatro años se han puesto en servicio 1.400 nuevos kilómetros.

La CEOE pide un «gran pacto nacional» para impulsar el uso de la energía nuclear

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) apostó hoy por establecer un «gran pacto nacional» que favorezca el impulso de la energía nuclear en España, con el objetivo inicial de doblar la actual potencia instalada con esta tecnología en menos de diez años.

El presidente de la CEOE, José María Cuevas, y el responsable de la Comisión de Energía de la patronal, Antonio Garamendi, presentaron hoy un extenso informe que subraya la necesidad de establecer un mix «equilibrado» de generación eléctrica, que apueste por la energía nuclear y ayude a paliar la vulnerabilidad del sistema energético español. El mix de generación es el reparto de la potencia instalada entre las distintas tecnologías: nuclear, hidroeléctrica, gas, fuel, carbón y renovables.

La CEOE propone que la energía nuclear represente en 2015 el 15 por ciento de la potencia total instalada, lo que exigiría casi doblar el actual desarrollo de esta tecnología de generación eléctrica, hasta 15.000 megavatios (MW). Para ello, la patronal apuesta por incrementar la capacidad de las instalaciones ya operativas, así como por crear nuevas centrales nucleares.

Cuevas subrayó que los políticos deben explicar a los ciudadanos «a qué coste se va a hacer frente si se elimina alguna de las tecnologías», y se preguntó si la supresión de la energía nuclear va a suponer después la necesidad de comprar más kilovatios a países como Francia o Marruecos, que a diferencia de España han realizado una apuesta firme por esta forma de generación.

La patronal española apuesta por hacer que la aportación de la energía nuclear se una con la media de la Unión Europea (UE).

El máximo responsable de la CEOE en materia de energía, Antonio Garamendi, reconoció que el desarrollo de la energía nuclear es una «decisión política muy complicada», pero subrayó que «hay que hacerlo ya» para garantizar en el futuro la seguridad del suministro eléctrico. Garamendi criticó la «demagogia» en el debate sobre este tipo de energía y señaló que «la sociedad debería estar más informada» porque «la realidad es que necesitamos la nuclear»; en su opinión, «España no se puede permitir el lujo de prescindir de ninguna tecnología de generación».

La CEOE recuerda el alto nivel de dependencia energética de España, que se sitúa en torno al 85 por ciento debido a la gran importancia del petróleo para la economía, así como la elevada intensidad energética del país, que se traduce en la necesidad de un alto consumo por cada unidad de PIB. Para garantizar el suministro eléctrico, la patronal calcula que es necesario aumentar la potencia instalada en torno al 50 por ciento en 2015, hasta unos 110.000 MW. Según el «mix objetivo» propuesto por la CEOE, la energía térmica mantendría su peso actual del 50 por ciento gracias a un incremento del 39 por ciento sobre los megavatios ya instalados; las renovables alcanzarían el 35 por ciento del total con un alza de la potencia instalada del 40 por ciento, y la nuclear doblaría su desarrollo para copar el 15 por ciento del total. La patronal también propone favorecer la creación de interconexiones transfronterizas en el mercado eléctrico para hacer frente a la situación de «isla energética» que padece España.

Respecto al gas, el informe aboga por equilibrar el suministro de esta materia prima entre las plantas regasificadoras y los tubos, y asegurar las conexiones con Francia y el Norte de África. Asimismo, critica la «excesiva intervención administrativa» y los «cambios normativos injustificados que han supuesto una escalada de costes y un deterioro de la capacidad de competir». Garamendi también mostró su rechazo a la «discriminación» aplicada entre la tarifa doméstica y la industrial, ya que a su juicio el coste de generación hay que «pagarlo entre todos».

Según la propuesta remitida por el Ministerio de Industria a la Comisión Nacional de la Energía (CNE), la tarifa doméstica subirá en enero una media del 2,8 por ciento, mientras que la que paga la gran industria se incrementará en torno al 6,5 por ciento.

La energía eólica bate un nuevo récord y cubre una tercera parte de la demanda

La energía eólica ha vuelto a batir su propio récord de producción en España. Según la Asociación de Productores de Energías Renovables, APPA, el viernes 8 de octubre, a las dos y media de la tarde, los parques eólicos de toda España producían un total de 8.142 MW. Teniendo en cuenta que en ese momento la demanda de todo el país se situaba ligeramente por encima de los 27.000 MW, la cobertura aportada por la eólica casi alcanzaba una tercera parte de las necesidades totales de energía eléctrica.

El máximo alcanzado se logró gracias al funcionamiento conjunto del 70% de los aerogeneradores. Habitualmente, las distintas cuencas eólicas –Galicia y Noroeste, Valle del Ebro y Nordeste, Sur de Andalucía- actúan de modo complementario. Y esto permite que, dentro de una intermitencia natural, la energía del viento garantice un mínimo de potencia operativa de forma permanente.

Perspectivas para la energía eólica

Casi el 80% de la electricidad procedente de fuentes renovables es producida por los generadores eólicos. Actualmente, esta tecnología cuenta con una capacidad instalada de 11.000 MW. Según el plan de Energías Renovables, para el año 2010 se prevé que haya un total de 20.155 MW. Para cumplir estos objetivos se puso en marcha un sistema de retribuciones a través del Real Decreto 436/2004. Pero la Secretaría General de la Energía estudia poner en marcha una propuesta que reduzca drásticamente esas retribuciones y los objetivos de puesta en marcha de nuevos parques eólicos podrían verse alterados, según representantes del sector.

Las reacciones a la propuesta de Industria (I)

Las eólicas no han tardado en mostrar su preocupación ante la propuesta de la Secretaría General de Energía para reducir la retribución a las renovables. En un comunicado conjunto de la Asociación de Productores de Energías Renovables, APPA, y la Asociación Empresarial Eólica, AEE, las patronales se quejan de que la propuesta incumple el marco de estabilidad vigente, y de que además impedirá que se alcancen los objetivos del Plan de Energías Renovables 2005-2010, lo que podría tener graves efectos económicos para los consumidores y para la economía nacional.

Según el texto, el nuevo régimen retributivo propuesto reduce la rentabilidad de la mayoría de las instalaciones de generación “a niveles muy inferiores a los establecidos, y además hace inviables las inversiones en el grueso de las instalaciones futuras”. En opinión de las asociaciones, esto provocará la deslocalización de las empresas para desarrollar sus negocios en países con menos riesgo regulatorio.

APPA y AEE, de hecho, han solicitado al Ministro de industria “la inmediata paralización del proceso reglamentario en curso” y recuerdan que sus propuestas han sido absolutamente ignoradas.

La AEE considera que la propuesta debe ser ampliamente rectificada

En rueda de prensa, el Secretario General de AEE, Ramón Fiestas, ha explicado que uno de los factores que hace que esta propuesta sea tan perjudicial, por un lado para el sector eólico, y por otro, para la economía española y para los bolsillos de los consumidores, es el hecho de que los parámetros de costes y rentabilidades que inspiran el proyecto de Real Decreto son erróneos y no tienen en cuenta los costes reales y las producciones de nuevas instalaciones.

Por ejemplo, la CNE se basa para sus estimaciones en cálculos de una remuneración promedio para la eólica de 96 céntimos por kilowatio/hora. Sin embargo, en la práctica, la eólica no cobra el precio medio, sino un 8% menos que el mercado, puesto que la eólica produce cuando la energía cuesta menos: de noche. La generación eólica percibe además un 10% menos porque, según Ramón Fiestas, “tenemos desvíos, y esos desvíos hay que pagarlos” (un desvío es la diferencia entre lo que la compañía esperaba producir y lo que finalmente produce, teniendo en cuenta las circunstancias meteorológicas). La AEE sostiene que el método de estimación del ministerio se basa en unos escenarios óptimos que nunca o casi nunca se cumplen, con lo que los resultados se alejan mucho de la realidad. Y la retribución propuesta no refleja los costes reales, como el encarecimiento de las máquinas o el de las materias primas.

Consecuencias

La propuesta diseñada por la Secretaría General de la Energía tendrá, de aplicarse finalmente, una serie de graves consecuencias. En primer lugar, acabará con la confianza de los inversores en el ordenamiento jurídico y les causará graves perjuicios económicos.

Además, su aprobación destruiría empleos, deslocalizaría inversiones y haría perder el liderazgo de España en el sector eólico.

La desincentivación de la energía eólica desviará las inversiones hacia métodos contaminantes de generación eléctrica. Por ello se hará imposible cumplir con el plan de Energías Renovables. Una generación mediante gas o combustibles fósiles aumenta la dependencia del exterior y encarece la factura eléctrica, además de aumentar las emisiones de CO2