Las reacciones a la propuesta de Industria (I)

Las eólicas no han tardado en mostrar su preocupación ante la propuesta de la Secretaría General de Energía para reducir la retribución a las renovables. En un comunicado conjunto de la Asociación de Productores de Energías Renovables, APPA, y la Asociación Empresarial Eólica, AEE, las patronales se quejan de que la propuesta incumple el marco de estabilidad vigente, y de que además impedirá que se alcancen los objetivos del Plan de Energías Renovables 2005-2010, lo que podría tener graves efectos económicos para los consumidores y para la economía nacional.

Según el texto, el nuevo régimen retributivo propuesto reduce la rentabilidad de la mayoría de las instalaciones de generación “a niveles muy inferiores a los establecidos, y además hace inviables las inversiones en el grueso de las instalaciones futuras”. En opinión de las asociaciones, esto provocará la deslocalización de las empresas para desarrollar sus negocios en países con menos riesgo regulatorio.

APPA y AEE, de hecho, han solicitado al Ministro de industria “la inmediata paralización del proceso reglamentario en curso” y recuerdan que sus propuestas han sido absolutamente ignoradas.

La AEE considera que la propuesta debe ser ampliamente rectificada

En rueda de prensa, el Secretario General de AEE, Ramón Fiestas, ha explicado que uno de los factores que hace que esta propuesta sea tan perjudicial, por un lado para el sector eólico, y por otro, para la economía española y para los bolsillos de los consumidores, es el hecho de que los parámetros de costes y rentabilidades que inspiran el proyecto de Real Decreto son erróneos y no tienen en cuenta los costes reales y las producciones de nuevas instalaciones.

Por ejemplo, la CNE se basa para sus estimaciones en cálculos de una remuneración promedio para la eólica de 96 céntimos por kilowatio/hora. Sin embargo, en la práctica, la eólica no cobra el precio medio, sino un 8% menos que el mercado, puesto que la eólica produce cuando la energía cuesta menos: de noche. La generación eólica percibe además un 10% menos porque, según Ramón Fiestas, “tenemos desvíos, y esos desvíos hay que pagarlos” (un desvío es la diferencia entre lo que la compañía esperaba producir y lo que finalmente produce, teniendo en cuenta las circunstancias meteorológicas). La AEE sostiene que el método de estimación del ministerio se basa en unos escenarios óptimos que nunca o casi nunca se cumplen, con lo que los resultados se alejan mucho de la realidad. Y la retribución propuesta no refleja los costes reales, como el encarecimiento de las máquinas o el de las materias primas.

Consecuencias

La propuesta diseñada por la Secretaría General de la Energía tendrá, de aplicarse finalmente, una serie de graves consecuencias. En primer lugar, acabará con la confianza de los inversores en el ordenamiento jurídico y les causará graves perjuicios económicos.

Además, su aprobación destruiría empleos, deslocalizaría inversiones y haría perder el liderazgo de España en el sector eólico.

La desincentivación de la energía eólica desviará las inversiones hacia métodos contaminantes de generación eléctrica. Por ello se hará imposible cumplir con el plan de Energías Renovables. Una generación mediante gas o combustibles fósiles aumenta la dependencia del exterior y encarece la factura eléctrica, además de aumentar las emisiones de CO2

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