El Gobierno hace creer al consumidor que paga menos por la electricidad

¿Se ha preguntado alguna vez cuánto cuesta producir un zapato? Si echa cuentas, entre el material de fabricación y la mano de obra, le saldrá un precio mínimo. Pongamos, por ejemplo, que el zapato cuesta 50 euros. A usted pueden vendérselo a ese precio o más caro; pero nunca se lo venderán por debajo de 50 euros: el fabricante se arruinaría y la fábrica dejaría de producir.Eso es lo que está sucediendo con la electricidad. A usted se la venden a 35 euros, cuando su precio real es de 50. ¿Por qué no se arruinan las eléctricas? Pues porque se aseguran el cobro de ese déficit. Los bancos les adelantan esa diferencia -en el ejemplo, de 15 euros-, pero no la regalan. Un banco presta dinero a cambio de interés. Es decir, el banco cobrará en el futuro ese dinero, más los intereses. ¿Quién se lo va a pagar? El Estado, no. Lo haremos los consumidores.

Pero los consumidores no somos conscientes de ello, porque pagamos «en cómodos plazos». Eso sí, con intereses. Cuando, en un entorno de precios energéticos crecientes, la tarifa eléctrica se liga al IPC, se está generando un déficit que tendremos que pagar forzosamente después. Pero el Gobierno no transmite ese mensaje. Lo único que trasciende al consumidor, que por lo general desconoce los conceptos en los que se desglosa la factura eléctrica, es que paga menos. Y eso no es ni siquiera una verdad a medias. La factura de mañana incluirá los atrasos de hoy.

La tarifa eléctrica con un incremento de un 2,8%, similar al del IPC, ya está en marcha. Se aprueba este viernes en Consejo de Ministros. En un principio se habló de un aumento del 10%, pero una cifra semejante no resulta políticamente rentable. Así que se ha decidido elevar la tarifa un 2,8% en enero, y se podrá revisar trimestralmente. Hay que aclarar que ese 2,8% se aplicará a consumidores domésticos. Esa cifra es tan insignificante en comparación con lo que es necesario (bastante más de un 10%), que va a ser necesario cobrarlo por otras vías. Así que el Ejecutivo ha decidido que se lo cobrará a clientes industriales.

Toda una injusticia, si atendemos a los criterios de la CEOE. La patronal pide que se suba la tarifa a todos por igual. Si el gobierno aceptase, la tarifa media de las familias subiría un 6,2%.

Todos los expertos coinciden en que es necesario trasladar el precio real de producción al consumidor final. El consumo no es eficiente cuando el bien es gratuito o casi, lo que significa que se consume más, peor, y se incurre constantemente en el despilfarro.

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