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El PSOE pide que un Gobierno en funciones no decida sobre reabrir Garoña mientras desde Greenpeace piden paralizar su reapertura

Europa Press / EFE.- La formación ecologista pide al nuevo Congreso que paralice una reapertura de la central nuclear de Garoña y priorice el medioambiente. En este sentido, el PSOE registró una nueva batería de iniciativas parlamentarias en el Congreso para «recuperar» derechos civiles y económicos, entre las que se encuentra la que insta al Gobierno a no adoptar, en su condición de gobierno en funciones, ninguna decisión para reabrir la central nuclear, cuyo reactor permanece parado desde 2012.

Se trata de una proposición no de ley, para su debate en pleno, en la que pide que se mantenga, «sin ninguna modificación», la condición de cese definitivo de su explotación, que la planta atómica tiene desde el 6 de julio de 2013, y exigiendo a la empresa titular Nuclenor (Endesa e Iberdrola) a continuar «sin ulterior demora» el proceso que debe conducir a la obtención de una autorización de desmantelamiento de la central. Además, quiere que el Gobierno desarrolle un plan de incentivación de actividad económica en la comarca, para garantizar los puestos de trabajo de cara a un futuro cierre de la central.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aún tiene pendiente resolver la solicitud de renovación de la explotación de la planta burgalesa, cuyo reactor nuclear es el más antiguo de España. En esta misma iniciativa, los socialistas reclaman la supresión del decreto con el que el PP cambió un reglamento sobre instalaciones nucleares y radiactivas «para permitir la renovación de Garoña», que ya estaba en situación de cese definitivo de explotación. «Esa modificación se realizó para permitir que Nuclenor pudiera solicitar una renovación de explotación en vez de tener que solicitar una nueva autorización de explotación, lo que hubiera comportado mayores exigencias, especialmente una declaración de impacto ambiental», sostiene el PSOE.

La proposición no de ley reafirma el compromiso del PSOE de que es preciso abordar una transformación del modelo energético español, que implicaría el cierre de las plantas nucleares a los 40 años, como máximo, del inicio de su funcionamiento. Otra de sus peticiones en la proposición no de ley es que se revise la decisión sobre la instalación del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares en Villar de Cañas, «garantizando la solvencia de los criterios técnicos y de seguridad» establecidos por el CSN. Los socialistas ya llevaron esta medida en el programa de las elecciones generales de diciembre.

Greenpeace pide paralizar la reapertura

La formación ecologista Greenpeace ha solicitado a las nuevas formaciones que conforman el Congreso de los Diputadosen esta XI Legislatura que «soliciten con urgencia al CSN la paralización del proceso de renovación de explotación de la central nuclear de Garoña» hasta la conformación del nuevo gobierno, además de que prioricen el medio ambiente en la actividad parlamentaria. Según recuerda la organización ecologista, el CSN rinde cuentas de sus actividades al Congreso y al Senado.

«El nuevo Parlamento está compuesto por una mayoría que no quiere dar nuevas licencias a las viejas centrales, en concreto 178 de los diputados se comprometieron a cerrar Garoña», señala la organización ecologista. Desde diciembre de 2014 existe un acuerdo entre PSOE, Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), PNV, ERC, Coalición Canaria-Nueva Canarias, Amaiur, BNG, Geroa Bai y Equo, en el que se comprometían a clausurar la planta atómica burgalesa en cuanto cambiase la mayoría parlamentaria. «Esta decisión no tiene en cuenta al nuevo Parlamento. La mayoría de los nuevos diputados expresan un rechazo absoluto a la reapertura de la central nuclear», sostiene la responsable de campañas de Greenpeace España, María José Caballero.

Por otro lado, Greenpeace solicitó a la nueva Cámara que siga las «líneas verdes» en la aprobación de iniciativas parlamentarias y de los acuerdos para formar gobierno «por el bien de la sociedad y del entorno». En su opinión, los retos que debe afrontar el nuevo Parlamento son, entre otros, «el cambio climático, la pobreza energética y la muerte prematura de más de 30.000 personas por contaminación, más apoyo a las renovables, la eliminación de las trabas al autoconsumo energético y del llamado impuesto al Sol, el abandono del uso del carbón, el fracking o reducir las emisiones de CO2″.

La bici del diputado López de Uralde (Equo), un símbolo de la lucha por la movilidad sostenible

Europa Press.- Las organizaciones ambientales han celebrado que el diputado de Podemos-Equo Juan López de Uralde haya acudido al Congreso de los Diputados en bicicleta porque es un gesto «positivo» en favor de la movilidad sostenible. Además, los ecologistas consideran que el hecho de que no haya un aparcamiento previsto para bicicletas en la Cámara Baja es un síntoma del camino que falta por recorrer.

Para el responsable del área de clima y energía de Amigos de la Tierra, Alejandro González, que 3 diputados empiecen a ir en bicicleta es un «síntoma bastante positivo y un gesto simbólico» y espera que tanto Uralde como sus compañeros inviten al resto de diputados a emularles. «Es un buen punto de partida», indicó, al tiempo que ha añadido que el hecho de que «al final» le hayan dejado meter la bicicleta en el garaje para coches es un síntoma de que «no está previsto» un aparcamiento para este medio de transporte. Respecto al nuevo periodo del Parlamento, ha deseado que la nueva actividad parlamentaria impulse un «nuevo espíritu» en la movilidad del futuro.

Además, el coordinador estatal de Ecologistas en Acción, Paco Segura, celebró que las cosas están cambiando y que en el Parlamento estén entrando diputados con «una sensibilidad ambiental diferente«. Por ello, cree que estas motivaciones deben verse en distintos gestos como ir en bicicleta, igual que ya hacen algunos alcaldes e incluso han hecho algunos primer ministro de otros países. Sin embargo, le parece «sorprendente» que ni siquiera esté previsto que entren bicicletas en el Congreso. «El hecho de que no haya espacio para bicis pero sí un garaje para coches es muy significativo», subrayó.

En esta línea, para la directora de campañas de Greenpeace, María José Caballero, el gesto de Uralde, que fue director ejecutivo de esta misma ONG, supone el «símbolo» de que Madrid debe ser «mucho más habitable» y una ciudad no solo para los conductores, sino para los ciudadanos. Asimismo, opina que una ciudad grande debe de facilitar la movilidad sostenible y confía en que Uralde favorecerá desde la Cámara Baja la movilidad sostenible ya que sus declaraciones «siempre» han estado dirigidas hacia la lucha contra el cambio climático, para lo que la movilidad es «fundamental».

En la misma línea, el secretario general de WWF, Juan Carlos del Olmo, cree que los gestos son «muy poderosos e importantes y siempre han ayudado a mover las ideas», por lo que califica la llegada en bici al Congreso de un «símbolo de los nuevos aires que llegan al Congreso y que espera que se materialicen de verdad en propuestas y acción política cuanto antes». En este sentido, indicó que espera que Podemos «asuma cuanto antes los postulados» de Equo, cuyo programa ambiental es «muy potente». Del Olmo pide que estas formaciones pongan la defensa del medio ambiente entre sus prioridades puesto que «sin un medio ambiente adecuado, todo lo demás está en peligro».

Canarias podría surtirse de renovables en exclusiva para 2050 según un estudio alemán

EFE.- Las Islas Canarias podrían cubrir todas sus necesidades energéticas de fuentes renovables para 2050, según un estudio del Centro Aeronáutico y Espacial Alemán (DLR) para Greenpeace. Según la proyección del Instituto de Termodinámica Técnica dependiente del DLR, el archipiélago español podría lograr en algo más de tres décadas un sistema energético «sostenible», «sin emisiones» y «económicamente razonable«.

El estudio habla de un «escenario de revolución energética» en el que la actual dependencia del petróleo, la principal fuente de energía en Canarias, podría ser progresivamente sustituida con la instalación de 12 gigavatios nuevos de solar y eólica. Así, las energías fotovoltaica, térmica y eólica supondrían más del 80% del suministro, según este cálculo, que prevé completar las necesidades de las islas con las energías geotérmica, biomasa y mareomotriz, en parte para evitar depender excesivamente de una sola tecnología.

La propuesta muestra «cómo se puede acabar con la dependencia del petróleo y con ella reducir a cero las emisiones y los costes de la compra de combustibles fósiles, sin tener por ello que recurrir al gas natural en la transición», explica el DLR. Esta transición energética para Canarias precisaría de una inversión de unos 20.000 millones de euros hasta 2050, pero supondría un ahorro de 42.000 millones de euros en adquisición de recursos fósiles.

Además, el kilovatio hora en 2050 sería así más barato que con el modelo energético actual, añade el estudio: entre 17 y 20 céntimos de euro frente a 23 céntimos del modelo actual. El informe perfila un futuro en el que la solar y eólica serán las tecnologías dominantes y en el que la eficiencia energética reducirá de forma sensible el consumo total, pese al tirón de la demanda ligado al auge del coche eléctrico.

Narbona descarta que pueda darse luz verde a la reapertura de Garoña en las próximas semanas

Europa Press.- La exministra de Medio Ambiente y consejera del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Cristina Narbona, ha señalado que el informe sobre la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos), que está elaborando el CSN, «no tiene fecha próxima de finalización» y no parece que pueda se aprobado en el pleno «en las próximas semanas».

Tras su intervención en el debate ‘Cambio Climático y ciudades’, organizado por Fundación Alternativas, Narbona ha apuntado el informe está «todavía en fase de evaluación de la implantación de todas las medidas que se le han solicitado a Nuclenor para que pueda optar a la renovación».

«Este proceso no tiene una fecha próxima de finalización y no puedo avanzar cuándo lo debatiremos en el pleno, pero no parece en estos momentos que pueda darse esta circunstancia en las próximas semanas», ha insistido en declaraciones a los medios.

En cuanto al futuro de la central para 2016, la exministra ha insistido en que el documento que haga el CSN «sólo sería vinculante si fuera negativo», y «preceptivo, pero no vinculante», si es a favor». «Así que la última palabra la tiene el Gobierno de la nación. Previsiblemente el nuevo Gobierno», ha concluido.

Narbona responde así a la organización ecologista Greenpeace, que este miércoles aseguraba que el visto bueno a la licencia de reapertura de la central la haría el actual Ejecutivo. El objetivo sería que, si se instala un nuevo Gobierno en La Moncloa tras el 20 de diciembre y decide desmantelar Garoña, sus propietarios podrían reclamar «pérdidas por lucro cesante».

Greenpeace pronostica que el Gobierno actual autorizará la reapertura de Garoña, y la consideran ‘innecesaria’

Europa Press/EFE.- La organización ecologista Greenpeace cree que el actual Gobierno planea dar el visto bueno a la licencia de reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, hasta 2031, y que lo hará para que, en caso de que el próximo Ejecutivo salido de las urnas el 20 de diciembre, decida desmantelarla los propietarios puedan reclamar «pérdidas por lucro cesante».

En este sentido, la organización denuncia que «tras tres años sin producir electricidad, dos años y medio sin licencia de explotación y un año y medio sin realizar las evaluaciones pedidas por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para la consideración de una nueva licencia, el organismo regulador está acelerando la publicación de un informe condicionado, sobre la licencia hasta 2031, para que Industria pueda dar, en los últimos días de gobierno, la autorización a Nuclenor».

Precisamente, la central nuclear de Santa María de Garoña, en Burgos, cumple este miércoles 16 de diciembre tres años desde su cierre, algo que para la organización ecologista demuestra que su papel es «innecesario».

«El pleno del CSN, sin unanimidad, está permitiendo que Garoña opere hasta los 60 años de antigüedad para permitir que Industria conceda una licencia a esta central en el tiempo de descuento de esta legislatura», sostiene Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace.

«Garoña seguirá sin producir electricidad en 2016, porque no cumple todos los requisitos de seguridad. Pero sí es posible que sus dueños se lucren si el Gobierno ‘in extremis’ les autoriza a poder reabrir», ha añadido Montón.

 

Nuclenor sigue la puesta a punto de la central

Por su parte, la empresa propietaria Nuclenor (Iberdrola50%-Endesa 50%), defiende que sigue trabajando en su puesta a punto, a la espera de obtener los permisos pertinentes para su reapertura.

Así, señala que continúa trabajando en cumplir los 22 requisitos que le impuso el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) en agosto de 2014, a través de una Instrucción Técnica Complementaria (ITC), para la renovación de la autorización de explotación de la central de Garoña, según informó la instalación en una nota aclaratoria del pasado 4 de noviembre. «Los resultados de la citada revisión, recientemente finalizada, confirman que la condición de la vasija y sus internos es apta para continuar su operación a largo plazo».

Para el desarrollo de toda esta actividad Nuclenor mantiene al día de hoy una plantilla de 252 trabajadores y emplea a unas 200 personas de empresas colaboradoras.

 

La Plataforma contra Garoña llenará Álava de pegatinas tras prohibirse la marcha

La iniciativa «Araba sin Garoña» no recurrirá la decisión de la Junta Electoral Provincial de Álava de prohibir la manifestación contra la reapertura de esta central nuclear convocada para el sábado y en su lugar repartirá «miles de pegatinas» para que los ciudadanos se expresen masivamente.

En lugar de la manifestación los convocantes han decidido repartir entre la población alavesa pegatinas con el lema «Garoña ez ezkerrik asko» (Garoña, no gracias), para que los ciudadanos las luzcan desde el viernes y vayan a las urnas con estos distintivos.

«Si no quieren taza, taza y media», ha dicho el portavoz del colectivo, Alberto Frías tras hacer un llamamiento para que se llenen las calles de «miles de pegatinas» y que esta acción se convierta en «un grito» que sustituya a la manifestación prohibida.

Satisfacción y prudencia ante el acuerdo de París que marca un camino aún por andar

EFE.- Tras la firma del primer acuerdo global contra el cambio climático, políticos, científicos, ONG y asociaciones del mundo analizan, entre la satisfacción y la prudencia, las consecuencias de un consenso que abre un camino hacia economías libres de emisiones aún por recorrer. «El acuerdo de París es un hito. Ahora el destino de la Tierra depende de cómo de rápido y con qué solidez lo apliquemos», afirma el profesor Ottmar Edenhofer, del instituto Potsdam de Investigación sobre el Cambio Climático.

Más cauto se muestra el portavoz de Equo en el Parlamento Europeo, Florent Marcellesi, quien asegura que el éxito de un pacto que considera «insuficiente» dependerá ahora de «cómo se interprete y se ponga en práctica en cada país y de la movilización social y política para exigir que se cumpla correctamente». El acuerdo está revestido de un complejo envoltorio legal que hace que sea legalmente vinculante en su conjunto, pero no en buena parte de su desarrollo (las llamadas decisiones), ni en los objetivos nacionales de reducción de emisiones.

Su fuerza reside en el mecanismo con el que periódicamente se revisarán los compromisos de cada país, que sí es jurídicamente vinculante, y coloca una alta presión internacional sobre los países para que hagan los esfuerzos necesarios. Aunque su efectividad está aún por ser demostrada. Las revisiones serán claves porque los objetivos puestos sobre la mesa no garantizan que el calentamiento global se quede «muy por debajo» del objetivo de los 2 grados Celsius ni del deseable de 1,5 grados, sino que llevarán a que a finales de siglo la temperatura se haya elevado en 2,7 o incluso 3 grados.

El acuerdo de París es un «punto de inflexión histórico» que por primera vez ha puesto de acuerdo tanto a los mayores países emisores como a los más vulnerables, a los más ambiciosos y los más escépticos, a los ricos y los pobres, contra el cambio climático. Pero una vez disipada la emoción que ha provocado esta victoria del multilateralismo en una época en la que la cooperación internacional está de capa caída, el experto de Carnegie Institution, Chris Field, avisa de que «no es el momento de la autocomplacencia», sino de actuar en innovación, energías limpias y desarrollo sostenible.

En este sentido, se antoja fundamental movilizar sumas que alcancen los «trillones», en palabras de Nigel Topping, director ejecutivo de We Mean Business, una coalición de empresas y organizaciones que ya trabajan en la acción climática. Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, dice que el acuerdo «manda una muy necesitada señal para disparar las inversiones públicas y privadas necesarias para llevar las economías hacia un mundo neutro en carbono» y reconoce que ejecutar el trabajo es ahora «una responsabilidad común».

El director ejecutivo de Greenpeace, Kumi Naidoo, va un paso más allá al proclamar el «fin de la era de las energías fósiles» tras la cumbre del clima de París (COP21). «Los inversores tienen que empezar a sacar el dinero del carbón, el petróleo y el gas. Y la gente que esté pensando en invertir tiene que hacerlo en renovables», señala Naidoo, quien agrega que «en los palacios de los países petroleros va a cundir el pánico, como debe ser».

El sector privado también ha participado de la COP21 y ha buscado mostrarse favorable al clima, como con el anuncio hecho por diez multinacionales, incluidas Dell, Kellogg, Sony, Thalys y Coca Cola, que durante la cumbre se comprometieron a fijarse objetivos de reducción de dióxido de carbono. O el paso dado por Google, que desveló durante la cita de París la compra de 842 megavatios de energías limpias para sus centros de datos, con el objetivo final de triplicar sus renovables de aquí a 2025.

Como nota negativa, dos de los sectores que más emisiones generan, la aviación y el transporte marítimo, se han quedado finalmente fuera del acuerdo, pese a que la Unión Europea defendió introducir una mención en el texto que sirviera como trampolín para impulsar las negociaciones internacionales en torno a esos dos ámbitos. «Que no se mencione la aviación y el transporte marítimo es una debilidad clave del acuerdo: sin acción en estos sectores, limitar el aumento de temperatura a 1,5 grados es imposible», afirma Andrew Murphy, de Transport & Environment. Murphy recalca que ahora ambos sectores tendrán que hacer de algún modo «una contribución justa» a los objetivos del acuerdo.

Las organizaciones ecologistas piden mayor esfuerzo en el cierre de las negociaciones climáticas de París y critican a la Unión Europea

EFE.- La Red de Acción sobre el Clima (CAN, por sus siglas en inglés), alianza que engloba a varias de las principales ONG medioambientales del mundo, reconoció el rápido avance en las negociaciones para alcanzar un acuerdo, pero pidió más esfuerzo en cuestiones como la financiación. De hecho, otorgó su premio diario «Fósil» a la Unión Europea por la «falta de ambición» que, según la ONG, el bloque está mostrando en las negociaciones climática de la cumbre de París (COP21).

El director de Estrategia y Políticas de la organización Union for Concerned Scientists, Alden Meyer, consideró que «hay claramente algo de progreso: se ha resuelto el asunto del límite para la temperatura, y también la neutralidad de emisiones para la segunda mitad de siglo«. Sin embargo, puntualizó que en la financiación «queda mucho trabajo por hacer», sobre todo en lo referido a los fondos para la adaptación de los países en desarrollo antes de 2020.

La cumbre del clima (COP21) de París avanza con buen paso para lograr un acuerdo global de lucha contra el calentamiento estos días, según indicó el presidente de la reunión, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, durante la presentación esta noche de un nuevo borrador de acuerdo. El nuevo documento, en el que prácticamente han desaparecido los corchetes (apenas quedan 48 frente a los 365 que tenía antes), ya tiene «la forma» del acuerdo legal que prevén adoptar 195 países más la Unión Europea.

Neutralidad de emisiones desde 2050

«Estamos muy cerca de la meta, y confiamos en que se resuelva», señaló Meyer, que agregó que la cuestión de la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo «sigue entre corchetes», aunque concedió que parece haber consenso en que los 100.000 millones de dólares que deberán ser movilizados anualmente son responsabilidad de las naciones ricas. Alabó que se incluya el objetivo de la neutralidad en emisiones de gases de efecto invernadero durante la segunda mitad del siglo, lo que «envía un mensaje fuerte al sector financiero sobre por dónde deben ir las inversiones». «Hay que resolver las cuestiones pendientes», enfatizó.

Por su lado, la responsable climática de Oxfam, Kelly Dent, señaló que en el texto sometido a análisis hay «ganancias», como la referencia a los objetivos de financiación posteriores a 2020, y «pérdidas», como que desaparece la alusión a los derechos humanos en el artículo dos del documento. También llamó la atención sobre que la controvertida cuestión de la creación de un mecanismo de «pérdidas y daños» para los países más vulnerables al cambio climático sigue abierta, algo que a su juicio es «muy importante».

Por su lado, Greenpeace, criticó que «lo que hay ahora en la mesa todavía no es suficientemente bueno». La organización ecologista cree que los actuales objetivos de emisiones no dejarán por debajo de 1,5 grados centígrados el calentamiento global y «este borrador no hace absolutamente nada por cambiar eso». «Presenciamos una muestra de impotencia internacional», sentencia Greenpeace, que cree que se está «cerrando la puerta a nuestra mejor oportunidad para evitar el calentamiento». Mientras, Ecologistas en Acción indicó que «la cumbre del clima de París se dirige hacia un acuerdo de mínimos, claramente descafeinado y sin ambición ni herramientas objetivas para convertirse en un instrumento eficaz contra el cambio climático».

Críticas a la ambición europea

Por otro lado, el contra-galardón otorgado a la Unión Europea «trata de empujar a sus líderes a que «prediquen con el ejemplo y presionen para lograr un acuerdo climático lo más sólido posible» en las negociaciones que han entrado ya en su recta final. En concreto, la CAN critica que los Veintiocho supuestamente se opusieran a que se incluyese en el texto del acuerdo una mención a la necesidad de descarbonizar completamente las economías, a pesar de que lideran la autodenominada «coalición por una ambición muy alta» en la COP21.

Esa agrupación de varios centenares de ONG afirmó que la Unión Europea también se unió a los países que se oponían a que el texto pida un aumento de las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2020, una postura que el director de la CAN, Wendel Trio, consideró «contradictoria». «La falta de un verdadero liderazgo de la Unión Europea no nos ayuda para conseguir un acuerdo significativo», señaló. Durante esta cumbre climática, la CAN ha otorgado su premio Fósil del día a India, Venezuela, Arabia Saudí, Bélgica y Dinamarca, entre otros.

Greenpeace reclama abandonar los combustibles fósiles en 2050 para evitar el calentamiento de 1,5 grados mientras WWF pide más ambición

Europa Press / EFE.- Las organizaciones ecologistas están en vilo: WWF pide que el acuerdo que salga de la Cumbre de París incluya la revisión de las contribuciones nacionales de reducción de CO2 para mejorar «la ambición» y desde Greenpeace inciden en que es necesario el «abandono total» de los combustibles fósiles en 2050 si se quiere impedir el calentamiento global de 1,5 grados.

La responsable de la campaña de Cambio Climático de la organización ecologista, Tatiana Nuño, denuncia que a pesar de que el borrador mantiene el objetivo de no sobrepasar de 1,5 grados el aumento de la temperatura media del planeta, «detrás de algunas de las palabras» pueden verse todavía «los intereses de los estados productores de petróleo». Para Greenpeace, «lo peor» que aparece en este borrador es «cómo está formulado lo relativo a la fecha límite» para la eliminación de las emisiones de carbono. «Es necesaria una fecha clara», ha insistido y ha aconsejado establecer un «plazo ajustado» para 2050 ya que, según Greenpeace, ésta es la «única forma de no sobrepasar» ese grado y medio.

«El plazo de 2050 para la descarbonización total es factible si se pone la necesaria voluntad política. Los hechos juegan a favor. Gracias al crecimiento de las energías renovables, las emisiones mundiales pueden estar ya dejando de crecer», ha explicado Nuño. Por último, la ONG ha destacado que «hay una desconexión entre lo que está sucediendo en la sala de conferencias de la COP y lo que ocurre en el mundo real». Por ello, ha pedido a los negociadores que «eleven el listón» y que si «son capaces de comprometerse con una meta de 1,5 grados» también «deben ser capaces» de establecer una fecha de eliminación de los combustibles fósiles.

«Jugar al póquer» el futuro

Por su parte, el director de Greenpeace, Kumi Naidoo, también instó a los líderes de los países negociadores a «dejar de jugar al póquer» con el futuro de la humanidad y cerrar un acuerdo ambicioso en la cumbre climática de París, que persiga contener el calentamiento global en 1,5 grados a finales de siglo. «No pueden seguir jugando a un póquer político con el futuro de nuestros hijos y sus hijos. Tienen que preguntarse: si no cierran un acuerdo ahora, cuándo; si no aquí, dónde; y si no nosotros, quiénes lo hará», dijo Kumi Naidoo.

«El planeta como tal no necesita ser salvado, porque si fracasan, lo que va a pasar es que nosotros desapareceremos, la humanidad como especie desaparecerá y una vez que esto suceda los océanos y los bosques se recuperarán», afirmó. Naidoo advirtió de que con la naturaleza no se puede negociar, ni se le puede dar una «patada hacia delante, como si fuera fútbol político». Por eso, pidió a los líderes de todos los países, tanto desarrollados como en desarrollo, que se comprometan con un acuerdo ambicioso. «No es una cuestión -argumentó- sobre si yo o Greenpeace podremos vivir con un mal acuerdo o no. Es una cuestión de si nuestros hijos podrán vivir, sin más».

WWF pide revisar «con ambición»

La organización WWF ha reclamado que se incluya la revisión de las contribuciones nacionales de reducción de CO2 para antes de 2020, cuando entrará en vigor, para evitar que el aumento de la temperatura se acerque a 3 grados centígrados.Además, WWF advierte de que existe un «peligro real» de que si no se incluye esta revisión, el acuerdo podría estar bloqueado en los próximos 10 o 15 años ya que las actuales contribuciones son «insuficientes» para limitar a 2 o a 1,5 grados centígrados el aumento de la temperatura.

En este sentido, insta a los Gobiernos a apoyar un proceso de revisión científico «sólido, transparente e inclusivo», que se base en la equidad y la justicia para los próximos años, «lo ideal sería en 2018 y antes de que el nuevo acuerdo entre en vigor» para incrementar el nivel de ambición. «Los días que quedan deben servir para asegurar un acuerdo sobre este elemento crítico. Necesitamos que los países den un paso adelante y defendemos esto como una cuestión de urgencia», subrayó la ONG.

Presión global para el acuerdo

Por su parte, la presidenta de WWF, Yolanda Kakabadse, confía en que de la cumbre del clima salga un acuerdo global de lucha contra el cambio climático porque «los que toman las decisiones saben que, si no toman medidas ahora, estamos fritos» por el calentamiento. La exministra ecuatoriana de Medio Ambiente y líder de una de las principales organizaciones ecologistas afirma que el momento actual de las negociaciones «es de un pánico lógico». «Estamos en un momento de mucha tensión, pero confío en que haya un acuerdo decente, responsable y de alguna manera visionario», explica.

A Kakabadse no le «preocupa» que los países «estén posicionados hoy de manera muy dura» porque «eso forma parte de una estrategia, siempre se ponen radicales antes de ceder». Su «miedo» es «que se licuen los acuerdos y los países empiecen a aflojar y a ser menos ambiciosos», pero agrega que veía «más riesgo de que eso pasara en cumbres anteriores, no en esta donde hay tanta presión global». «Creo que los tomadores de decisiones tienen claro que la COP21 tiene que ser significativa, no hay más tiempo para esperar«, subraya una de las mujeres más influyentes en materia medioambiental.

La COP21 tiene un borrador de acuerdo para ser ultimado por los ministros

EFE.- La primera semana de negociaciones en la cumbre del clima de París (COP21) culminó con la aprobación de un borrador de acuerdo que terminarán de ultimar los ministros de cerca de 200 países a partir del lunes, en tanto que los artículos más problemáticos siguen aún sin cerrar. El documento aprobado es fruto de cuatro años de trabajo de los negociadores, que, en la cumbre de Durban (Sudáfrica) de 2011, recibieron el mandato de elaborar el texto de un acuerdo universal de lucha contra el cambio climático.

El texto ha pasado de las 55 páginas con las que llegó a París a las 48 actuales, de las que 22 corresponden al pacto en sí que se prevé aprobar el próximo viernes, 21 a un paquete de decisiones que lo desarrollarían y 5 a un anexo con 96 propuestas de cambios introducidas por las partes a última hora. La embajadora francesa en la cumbre, Laurence Tubiana, reconoció que el borrador aún recoge todas las opciones, muchas contradictorias entre sí, cuenta con más de mil paréntesis y deja sin resolver las dos áreas más conflictivas: la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo, y la financiación a estos últimos para crecer bajos en carbono y se adapten al calentamiento.

No obstante, admitió que el documento «indica el deseo de todos de alcanzar un gran pacto», aunque «todavía no estemos al final del camino» y «la mayor parte de los temas más problemáticos continúan sin resolver». «Sobre esta base deberán negociar los ministros», que el lunes a primera hora llegan París, dijo Tubiana, quien advirtió de que su Gobierno «no tiene un plan B» y confía en contar con la versión final el jueves por la mañana, para que los juristas la revisen y los traductores la preparen en los seis idiomas oficiales de la ONU, con el fin de que sea suscrita el viernes.

Tras Tubiana intervinieron en el plenario los portavoces de todos los grupos de negociación, quienes coincidieron con la idea lanzada por la jefa del equipo negociador de la Unión Europea, Elina Bardram, quien dijo que es «un texto aceptable para todos». A pesar de haber logrado una base para el futuro pacto universal de lucha contra el calentamiento en esta semana, la mayoría de los negociadores consultados reconocen que la labor diplomática que queda pendiente para los ministros es «tremenda». «Nos hubiera gustado que el texto hubiera llegado a este punto con muchos más puntos cerrados», lamentó en el plenario la embajadora de Sudáfrica, Nozipho Mxakato-Diseko, portavoz de los más de 130 países del grupo de negociación G7 más China.

La directora de la Oficina Española de Cambio Climático, Valvanera Ulargui, apuntó que «todas las opciones siguen estando encima de la mesa, no se ha avanzado en ningún punto político». Tanto Ulargui como el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete, valoraron que «las cuitas de la Unión Europea» siguen dentro del acuerdo, tanto en materia de ambición como de mitigación. «La próxima semana será la del compromiso, cuando se deban cerrar los temas más difíciles», dijo Arias Cañete.

Mientras la Unión Europea y Estados Unidos desean que la diferenciación entre países desarrollados y en desarrollo «se vaya diluyendo», países como India, China y los países petroleros presionan para que se mantenga y para que el compromiso de cumplir los objetivos nacionales no sea obligatorio para ellos. Del mismo modo, quieren que el cometido de financiar a los más vulnerables sólo recaiga en los países considerados ricos en un anexo de la convención de cambio climático de la ONU de 1992, cuya mención actualmente, en un mundo tan diferente, enerva a la Unión Europea.

El enconamiento del debate de la diferenciación choca en muchos casos de bruces con la propia realidad: a día de hoy, 186 países, incluyendo la inmensa mayoría de las naciones en desarrollo, han presentando compromisos de reducción de emisiones para incluir en este acuerdo. Sólo Venezuela, Uzbekistán, la República Popular Democrática de Corea, Libia, Siria, Panamá, Nepal, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves y Timor Oriental no han presentado compromiso, en algunos casos por motivos evidentes de su situación de conflicto.

Aunque también contribuyen a la financiación de los más vulnerables, China aportó recientemente 3.000 millones de dólares, lo cierto es que las potencias emergentes no quieren «dejarse computar» oficialmente en este aspecto, aseguró Valvanera Ulargui. «La Unión Europea no quiere que la diferenciación se diluya de manera traumática e inmediata para estos países, pero sí que vayan contribuyendo a medida que mejoren sus economías», explicó la jefa del equipo español.

Por su parte, las ONG se mostraron optimistas respecto a «cómo avanza el proceso», aunque cautelosas «por la lentitud con la que se progresa en el contenido». Martin Kaiser, portavoz de Greenpeace, recordó que a estas alturas en la última cumbre en la que se trató de alcanzar un pacto global «había un texto de 300 páginas, frente a las poco más de 20 de acuerdo que hay en París, donde el clima de negociación es mucho más constructivo». Kaiser alertó, sin embargo, de que «el acuerdo no está garantizado». También Tasneem Essop, jefa de la delegación de WWF en la cumbre, aseguró que «los ministros van a tener que correr una carrera contra reloj para asegurar un acuerdo fuerte».

Fabius se muestra «realmente optimista»

El presidente de la cumbre del clima (COP21) y ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, afirmó que, ante los últimos avances en las negociaciones, comienza a sentirse «realmente optimista» aunque queda todavía mucho trabajo pendiente. «Con las últimas informaciones que me han llegado, empiezo a ser realmente optimista, pero aún falta mucho por hacer. Por lo tanto, diría que ésta va a ser la COP de la acción», manifestó el ministro galo. Así se pronunció en el «Día de la Acción», en el que más de 50 personalidades de todo el mundo, como los actores Leonardo DiCaprio y Sean Penn, se reúnen en París para simbolizar el apoyo de la sociedad civil a la lucha contra el calentamiento.

«Solíamos tener solo gobiernos, pero ahora tenemos actores, de diferentes lugares, que quieren compartir su experiencia. Esto es importante», manifestó por su parte el ministro de Medio Ambiente peruano, Manuel Pulgar. Fabius confió en que el impulso que espera que suponga la COP21 para la lucha contra el cambio climático se mantenga al término de la cumbre y llegue más allá. «La sociedad está lanzada y la acción no se parará más. Estoy completamente convencido de que el movimiento lanzado va a continuar en los años siguientes y ampliarse», afirmó.

La secretaria de la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (CMNUCC), Christiana Figueres, recalcó que «lo que estamos haciendo en estos tres, cuatro o cinco días es muy notable, pero nada comparado con lo que tenemos que hacer», avanzó. Figueres añadió que es importante darse cuenta de que «debemos» actuar porque la ciencia apunta a que solo se dispone de un estrecho margen para contrarrestar el cambio climático, pero también por un «imperativo moral», dado que si no se toman iniciativas con rapidez, sus efectos se cebarán con los más vulnerables.

China está aprobando este año construir 4 plantas de carbón por semana pese a que baja su consumo

EFE.- China aprobó la construcción de 155 plantas de carbón en lo que va de año, cuatro a la semana, pese a la saturación del sector y a la bajada del consumo de esta fuente de energía. De entrar en funcionamiento tendrán un gran impacto en el medio ambiente del país, según Greenpeace.

Las emisiones de CO2 de estas plantas supondrán el 6% de las actuales emisiones de China, o, lo que es lo mismo, las emisiones totales de Brasil, señala Greenpeace. Además, las emisiones de partículas tóxicas de estos nuevos proyectos serán mayores que las emisiones de todos los vehículos juntos de Pekín, Tianjin, Shanghái y Chongqing, las grandes ciudades chinas. Su puesta en funcionamiento provocará, alerta la ONG, que aumenten los casos de asma y bronquitis crónica en la población, así como que ascienda el número de muertes relacionadas con la contaminación en 6.100 por año.

Greenpeace que la aprobación de estas nuevas plantas parece deberse a la decisión de China de descentralizar la autoridad para dar luz verde a este tipo de proyectos. Esto ocurre cuando la producción de electricidad por la quema de carbón no ha crecido desde 2011 y «no tendrá espacio» para hacerlo hasta 2020, según los objetivos del Gobierno para impulsar energías verdes.  «Al mismo tiempo que el consumo de carbón baja y China redobla sus compromisos con el clima, las empresas estatales están invirtiendo ciegamente en carbón», consideraron desde Greenpeace.

La organización pide una «inmediata prohibición» de nuevas plantas de carbón, uno de los principales factores de la grave contaminación que sufre el país. Según datos de Greenpeace, estas 155 plantas suponen una inversión de alrededor de 70.000 millones de dólares y aumentarán en un 40% la deuda actual de las compañías estatales involucradas. En este contexto, las firmas estatales bloquearán las reformas encaminadas a construir un sistema energético más verde en el país, considera Greenpeace, que ve la situación como «una burbuja de carbón» muy peligrosa para China, tanto a nivel económico como social.