Ha faltado piel

Desde el mismo momento en que el Gobierno pergeñó la revisión del IRPF desde julio, el anuncio de la bajada en un 4% de los peajes por los costes regulados del sistema eléctrico era una apuesta segura. Desde hace meses, se especulaba en los mentideros de la energía con la posibilidad de que el Gobierno buscase una bajada de la parte regulada de la tarifa eléctrica. Cuánto más cerca de los procesos electorales, mejor; y así ha sido. Incluso se planteaba la expresión «no serán capaces». Como cualquier construcción demagógica, cualquier oposición a la medida puede ser tachada de “antisocial” y la apropiación de la misma estaba más que descontada.

El pequeño remanente de superávit eléctrico emergente producto de las cuestionadas medidas legales de los últimos dos años, con toda su provisionalidad y novedad, eran puestas en el escaparate y almoneda de la nueva política de un Ejecutivo necesitado de “gestos”. Ni siquiera las autoridades han tomado la mínima precaución prudente de esperar al final de año con unos resultados definitivos de la liquidación completa del ejercicio, puesto que quemaba en las manos empezar a proveer de buenas noticias y la política de dar abrazos.

Precisamente, las propias declaraciones de Soria afirmando que los 800 millones al cierre de 2015 de superávit irían destinados a la evicción de la deuda antigua confirmaban lo inevitable, es decir, que no iba a ser así. Se trata en una política en la que lo que se expresa es diferente a lo que se hace, con todas sus asimetrías y desniveles lo que, en definitiva, ha abocado a la pérdida de la confianza en las instituciones económicas del país.

Los periódicos titulan así: “El Gobierno baja la tarifa, e incluso, el 2,2% de los costes regulados lo hacen extensivo a toda la factura” También es nuestra cultura económica. Por tanto, con esa afirmación que lo atribuye al Ejecutivo, lo que no ha cambiado es que la tarifa eléctrica sea algo político, lo que quiere decir que no está sujeta a lo que determinan los mercados y los parámetros que deben ser sufragados, según la norma vigente en cada momento: es decir, que hay un componente discrecional. Y así ha sido y es. Todo permanece.

Los eventuales superávits que debían ir dirigidos a pagar los déficits tarifarios pasados han buscado una amortización electoral inminente, la misma mañana que empezaba la Conferencia política del Partido Popular y Soria aparecía ante el teleprompter. Los defensores de esa cultura política, incluso. la dan por asumida, normalizada, usual, corriente en una democracia como la española: para eso hemos ganado unas elecciones, para utilizar el BOE con esta finalidad. La única solución hubiera sido que se hubiera producido la liberalización plena de los precios de la electricidad, pero, siendo así, ¿qué sería de nosotros, consumidores, sin el protectorado político y los períodos preelectorales y su respiros? ¿A qué estaríamos expuestos?

Lectura uno: el Gobierno endosa al siguiente Gobierno el problema futuro del déficit tarifario y su resurrección. Si nos encontramos con un escenario de fracaso en los tribunales, arbitrajes y conflictos y, además, se pulen los superávits incipientes en electoralismo, nos encontraremos en la casilla uno del déficit tarifario más pronto que tarde: nos volveremos a encontrar hablando de la “herencia”, como los populares con la retribución a la fotovoltaica. La estrategia de división por subsectores y tecnologías ha funcionado para la distracción, pero el problema ha quedado “latente” como se puede ver.  Y, el futuro político, ya anuncia presagios.

Lectura dos: lo que denomina Jordi Sevilla como el populismo de derechas en el que enmarca estas medidas y las que vendrán. La nueva política y la nueva comunicación del partido del Gobierno es, en realidad, la misma de siempre, lo que viene a basarse en las recetas más esquemáticas de la política politizada: anuncio de bajar impuestos y la electricidad como último reducto de la Junta Superior de Precios en vísperas de las elecciones.

Lectura tres: ¿Qué pasará cuando se compruebe la dimensión de estas noticias? ¿Cuándo se maticen las bajadas por la situación meteorológica o por la facturación horaria de la electricidad o porque es un euro mensual?

La respuesta es que ha faltado piel.

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