Los últimos nombramientos y ceses en la Comisión Nacional de Energía desatan críticas y suspicacias dentro del organismo.

Los últimos nombramientos y ceses a nivel interno en el organismo que preside Maite Costa, en las inmediaciones del cambio de gobierno han venido, rodeados de polémica. Polémica en algunos casos por el procedimiento de designación, de salida o de previsión de cobertura y, en otros, por que se trata de los primeros nombramientos que comunica el ‘triunvirato’ que establece en el R.D 1204/2006 (decreto, actualmente recurrido, que presidencializa la CNE, otorgando a la Presidenta y a los dos consejeros señalados como ‘notables’ más poderes frente al Consejo, en contra de su naturaleza colegiada). Algo que no pasado inadvertido en el seno del Consejo, ni por los profesionales del equipo de la Comisión, según han hecho llegar varias fuentes diferentes a Energía Diario. Una de las preguntas internas giran en torno a la oportunidad e interés del momento de hacer patente el papel de Costa y sus ‘dos notables’.

En primer lugar, la Comisión Nacional de Energía acaba de incorporar una nueva subdirectora de de Análisis Económico de las Empresas, Sectores Regulados y Estratégicos, Henar Soto en la Dirección de Regulación y Competencia, cuyo responsable actual es José Manuel Revuelta (al que se le vincula directamente con el anterior Secretario General de Energía, Ignasi Nieto). Soto había colaborado con Revuelta en su etapa en Endesa. La importancia de esta Dirección dentro de la CNE es que, entre otras muchas e importantes funciones, es en la que se preparan los informes de cara a las operaciones corporativas del sector (las famosas ‘función 14’). Según a podido saber Energía Diario, en el marco del proceso de entrevistas para su selección, ante un consejero la candidata llegó a reconocer que no sabía de qué iba el puesto para el que venía a la CNE, algo que se expuso en público y con toda crudeza en una de las sesiones del Consejo de Administración.

También ha sido comunicado su nombramiento por el mismo procedimiento, José Miguel Aguado Palanco, como Subdirector de Patrimonio y Contratación, sustituyendo a Pilar Trueba, quien se marchó hacia el Banco de España, junto con la ex responsable de sistemas informáticos de la CNE.

Por su parte, la Dirección de Relaciones Externas y Documentación, que dirige Rafael Durbán, ha sufrido una baja importante. Se trata de Angel Sáez Carrasco, ex McKinsey, hombre con una trayectoria profesional notable y más de diez años en el organismo. Su puesto, parece ser que quiere ser cubierto con gran celeridad lo que ha elevado el grado de las suspicacias en torno a los posibles candidatos y las causas de la salida de Angel Sáez.

Jorge Sanz, cesará como Director General de Política Energética y Minas

Jorge Sanz Oliva, actual Director General de Política Energética y Minas en la anterior legislatura, cesará en su cargo, tras haber sido designado Pedro Marín Uribe como Secretario General de Energía. El nuevo equipo energético del Ministerio de Industria, no contará al parecer con Sanz. Tal y como informaron literalmente fuentes del propio Ministerio de Industria, Sanz, estaba el pasado jueves “haciendo las maletas”, sin que todavía se haya producido (a fecha del sábado, ultimo Boletín Oficial del Estado, comunicado el nombramiento del propio Pedro Marín, aunque fue aprobado en el Consejo de Ministros del viernes).

Jorge Sanz, permaneció en esta ultima legislatura en este puesto en sus dos etapas, tanto cuando el Secretario General de Energía era Antonio Fernández Segura como con Ignasi Nieto, recientemente cesado en su cargo y ultimo Secretario General de Energía. En círculos próximos al Ministerio de Industria, se afirma que Sanz mantuvo una tensa relación con Fernández Segura, mientras que con Nieto se produjo una relación de cierta distancia y existió “de facto” una división de funciones, a pesar de la situación única de tratarse de una Secretaria General que cuenta con una sola Dirección General, lo que prácticamente replica la cabeza directiva de esta actividad.

A Sanz, que proviene de la etapa de Rodrigo Rato en el Ministerio de Economía, se le reconoce una relación directa con el entorno Intermoney del que proviene, lo que se había entendido como un activo a favor de su continuidad, en la medida que este entorno ha salido muy reforzado en el cambio de gobierno. Con Miguel Sebastián de Ministro de Industria (ex Director General de Intermoney) y el propio David Vegara (del que se habla como mediador entre Sebastián y Solbes), el papel de Sanz podría estar más o menos a salvo.

Sin embargo, no parece que haya sido así. En este sentido, parece que se perfila con claridad una alternativa, Milagros Avedillo Carretero, que inició su carrera en el ámbito de la energía en la Comisión Nacional de Energía y posteriormente accedió a la Oficina Económica del Presidente, será la sustituta de Sanz según han hecho llegar a Energía Diario fuentes solventes. Avedillo, pocos meses antes de las elecciones pasó a la Secretaria de Estado de Economía con David Vegara, coincidiendo con que se disparasen las especulaciones sobre que éste sería el nuevo Ministro de Industria o que podría asumir las funciones de regulador principal en sector energético desde la Secretaria de Estado de Economía.

La cúpula de la Comisión Nacional de Energía en México, mientras se produce la toma de posesión de Miguel Sebastián como Ministro de Industria

Una de las ausencias principales (además del vino tradicional posterior que fue anulado) en la toma de posesión del nuevo Ministro de Industria, Comercio y Turismo, Miguel Sebastián fue la representación de la Comisión Nacional de Energía, en su mayor parte destacada a México con motivo de la XII Reunión Anual de la Asociación Iberoamericana de Entidades Reguladoras de la Energía que tiene lugar en San Luís Potosí, del 13 al 16 de Abril de 2008. En esta ocasión, la reunión ha sido organizada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE) de México. De la CNE, estuvieron presentes los consejeros Sebastiá Ruscalleda y Jaime González.

Entre diez y quince personas componen el numeroso séquito que la delegación española que este organismo regulador independiente ha desplazado a esta convocatoria. Desde la propia presidenta del organismo, Maite Costa, los consejeros Javier Peón y Carmen Fernández Rozado y la práctica totalidad de los Directores del Organismo, Pedro Miras (Director de Petróleo), Marina Serrano (Secretaria del Consejo de Administración), Raúl Yunta (Director de Gas), Carlos Solé (Director de Energía Eléctrica), María Jesús Martín (Directora de Mercados Derivados de la Energía) y Rafael Durbán (Relaciones Externas y Documentación). Este es el formato ya habitual en las expediciones de este organismo a estas reuniones internacionales, como la que tuvo lugar el año pasado en Cartagena de Indias y que contrasta con la austeridad con la que comienza el nuevo Ministro.

Según ha podido conocer Energíadiario.com de los propios servicios de la Comisión, la expedición salió la semana pasada de Madrid en vuelo intercontinental. En la actualidad, María Teresa Costa, es la Presidenta y Secretaria General de esta Asocación durante dos años.

Más informaciones en www.ariae.org y en la página de la Comisión Reguladora de Energía de México.

El déficit tarifario y la falsa moneda

La copla decía, que la falsa moneda de mano en mano va y ninguna se la queda. Y, algo así parece que pasa con el déficit tarifario. Parece que va pasando de mano en mano, de gobierno en gobierno, de administración energética (en la anterior legislatura hubo dos), de legislatura a legislatura y ninguno acomete este problema, produciéndose un efecto acumulación que puede alcanzar niveles sofocantes y que requiere una acción gestora combinada, basada en la propia culminación del proceso de liberalización de las tarifas eléctricas.

El déficit tarifario surgió en un principio como una diferencia en la estimación de las tarifas eléctricas con los costes que arroja el mercado de generación, es decir un deslizamiento en los costes de generación de la energía sobre las previsiones anuales del tope que impone la tarifa. Esto ocurría cuando las tarifas se fijaban de forma anual (ahora se fijan trimestralmente, aunque fijas, fijas, lo que se dice fijas parece que ya son), se determinaban teniendo en cuenta que la Ley del Sector Eléctrico indicaba que las tarifas debían atender a los costes y, con el transcurso de lo que pasaba durante el año, la misma podía resultar deficitaria, lo que quiere decir ser insuficiente para cubrir los costes (no ser aditiva). En los primeros años, estos déficit eran pequeños y su origen era fundamentalmente un error de cálculo motivados por la propia evolución de precios. El déficit tarifario, se financia a 15 años.

Hoy el déficit tarifario se trabaja a conciencia, es decir, es deliberado. O bien se fijan tarifas que se reconocen insuficientes desde el primer momento (en el mismo momento en que se promulga el decreto o la orden ministerial ya se sabe que están generando déficit). O bien, desde hace dos años, se convierte en un déficit ex ante (se calcula ese déficit generado el día que se aprueban y se reconoce a la vez que se fija la tarifa, de una sola tacada. Es como si hubiese un pago al contado por los consumidores y otro pago a plazo –el déficit-). Hay quien sostiene que reconocer el déficit ex ante es incumplir la propia ley en la medida que supone fijar tarifas que no cubren los costes.

Las cifras de déficit que se vienen generando los últimos años son desbordantes. En esto, cada gobierno debe ser responsable de su déficit tarifario, generado con sus decisiones tarifarias. En 2008, previsiblemente acabaremos (de acuerdo a las previsiones más optimistas), con mas de 16.000 millones de euros acumulados, una cifra que multiplica el déficit tarifario con el que este gobierno entró al poder. Bien es cierto que se ha pasado por situaciones en que los costes de generación han sido muy diferentes. Durante los gobiernos del Partido Popular, asistimos a una evolución muy favorable del dólar y a unos precios internacionales de la energía y del petróleo mucho más bajos que los de hoy. Eso, en todo caso, es un tema de mala suerte, o de planificar un mix de energía más barato, o un escenario internacional que no se puede esconder y que hay que responder de forma responsable.

Por ello, eso no quiere decir que la solución, ante un escenario diferente pueda ser la misma, incluso incrementada. Es decir, por su propio volumen y por sus distorsiones presentes y futuras: en primer lugar, el déficit se traslada, se financia a quince años; en segundo lugar el importe del déficit acumulado y financiado se va incrementando de forma acumulativa, la proporción creciente en la tarifa deja menos margen para el propio crecimiento de la misma, aumentan los intereses como costes financieros y, en momentos como el actual, con crisis de liquidez, su colocación se hace más difícil y más cara. Con todo el mayor efecto es el del espejismo de los consumidores que no saben lo que gastan y lo que comprometen al futuro. Pero hay más. Empiezan a definirse atajos regulatorios: se imponen soluciones creativas desde la esfera de los reguladores, que de facto, suponen el no reconocimiento de facto de parte del precio de la energía generada. Por ejemplo, la detracción de los derechos de emisión, la posible reinvención de los Costes de Transición a la Competencia (CTC) o la determinación de precios de la energía para las casaciones de empresas que generan energía y que distribuyen de un mismo grupo por poner algunos ejemplos.

Comienza una nueva legislatura y aunque no se conoce todavía si se producirán cambios en la administración energética, parece que la voluntad para resolver este problema no está encima de la mesa. No es país, o no es el momento, para abordar problemas gestores de este calibre, con la inflación galopando y con la desaceleración económica en la nuca. En los programas políticos de los partidos no figura el abordaje del déficit tarifario para que deje de ser un mal endémico y acumulable. Las declaraciones que leemos de los partidos así lo acreditan. El punto de partida es reconocer el problema y su importancia y, en esa fase, todavía no estamos.

¿Hasta cuando esta patata caliente?

La candidatura de Luis Atienza a Ministro de Industria cobra fuerza

Ni Clos, ni Sebastián, ni Carme Chacón, ni David Vegara. Ni siquiera catalán como parecía que estaría predestinada la procedencia del nuevo Ministro de Industria. Sería, al parecer, Luis Atienza, actual presidente de Red Eléctrica de España y persona de confianza del Presidente del Gobierno en materia de energía, quien sería el nuevo Ministro de Industria. El Presidente con un nombre así quiere superar la situación actual del Ministerio de Industria, con un hombre con experiencia previa.

Ayer, en círculos cercanos al propio operador de transporte, se daba por segura esta posibilidad hasta ahora desconocida, y que podría ser la solución cubierta y celosamente guardada hasta el final del proceso, que de forma tan personal está siguiendo el Presidente en la configuración del nuevo gobierno. De hecho, esta fue la respuesta a la noticia que ayer publicaba El Confidencial, en la que se citaba como posible Secretario General de Energía a Carlos Ocaña, actual Secretario de Estado de Presupuestos y cercano a Pedro Solbes. Las mismas fuentes indicaron a Energía Diario que una solución así sería ‘imposible’, en la medida que Atienza, sería con toda probabilidad el Ministro. En ese contexto, las mismas fuentes apuntan que la candidatura de Ignasi Nieto a la permanencia en la Secretaria General de Energía, sería la más probable, dada la buena relación entre Nieto y Atienza.

Con esta nombramiento, parece que cobra fuerza una posición del Presidente del Gobierno en la cual busca hombres cercanos y muy de confianza y seguiría con la política de pedir sacrificios a los más próximos, como ya ha sido el caso del actual Ministro de Defensa, José Antonio Alonso, al que le pidió abandonar el Ministerio para ser portavoz parlamentario.

En primer lugar, parece que en esta decisión ha pesado mucho, la relación directa que el Presidente del Gobierno tiene con el Presidente de Red Eléctrica de España, así como la cercanía del equipo del operador de sistema y transporte eléctrico, tiene con la estructura del partido, y que ha elaborado el programa electoral de PSOE en materia de energía. A favor, tendría también el hecho de que ha tenido responsabilidades de gobierno en anteriores gobiernos socialistas. En concreto, Atienza fue en la última legislatura de Felipe González, Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.

(Pocas empresas privadas pueden presumir de que el Presidente del Gobierno haya visitado en dos ocasiones sus instalaciones en la presente legislatura.)

La tarifa eléctrica en manos de la política

La primera consecuencia de que hayamos conocido la noticia de que la tarifa eléctrica permanecerá estable para este segundo trimestre es demostrar como se hacen buenos dichos populares como ‘los extremos se tocan’. Y esa relación de extremos es la que podemos encontrar entre el comportamiento político de esta administración en materia de la tarifa eléctrica y la actuación del denominado tardofranquismo para dilatar el impacto de la crisis energética del año 1973.

La tarifa eléctrica recoge entonces todos esos elementos taumatúrgicos que recogían el pan, el pollo o el butano: el control de sus precios, para tener tranquilizada a la población y como elemento que garantice la estabilidad política. Hoy, en el coste del suministro eléctrico no ocurre como en el caso de la gasolina y gasóleo cuando utilizamos el transporte y pagamos el combustible: que recogen la evolución del precio de las materias primas. Se imaginan, por ejemplo, que los combustibles no recogieran el precio del petróleo (como ocurrió en la crisis energética de 1973 con Franco en previo a la tromboflebitis), que el pan no recogiera el precio de la evolución en el mercado de los cereales o que como había pasado hasta hace poco que la vivienda no recogiera el precio del suelo (con el fin de ser “sociales” y todo eso). En este caso, y sólo en este caso, el gobierno, vuelve a un modelo despótico, nos protege (pero por su bien).

En el fondo, esta primera consecuencia incide en el hecho de que es más fácil negar la realidad, politizarla que afrontarla o gestionarla, de la manera más ortodoxa para la economía, los agentes y las empresas. El Gobierno tiene que salir del laberinto y del secuestro mental de la bajada de tarifas reales que ocurrió ente el año 2000 y el 2004. Sencillamente, porque estamos ante otra realidad muy diferente.

El segundo análisis es apreciar como la tarifa eléctrica se ha quedado devorada en manos de la política. Política es que la tarifa quede petrificada por que hay elecciones. En cuatro años, ya saben: autonómicas, municipales, legislativas y europeas: en suma, pocas oportunidades para que la tarifa se adapte a la realidad, a lo que está pasando. Y, luego, una vez conocido el resultado de las elecciones porque el gobierno entrante quiere hacer méritos ante la población. O porque el Secretario General vigente quiere permanecer y también quiere hacer méritos y tener un enfrentamiento político poco oportuno.

O porque las encuestas se desmandan y la crítica arrecia. O porqué… hagan la lista de las posibles situaciones. La política no puede, considerar que todo lo puede, que los votos pueden perturbar la realidad, y por ello no debe superponerse a lo que son movimientos de los mercados y de los comportamientos de los propios agentes, cebados por los precios artificialmente bajos de que disfrutamos.

El tercer análisis tiene que ver con el cambio climático. ¿Cómo diantres se pretende abordar el cambio climático con políticas que incentivan el consumo a base de energía barata? Ya puede el señor Presidente del Gobierno plantear un Ministerio del Cambio Climático, sino hay convicción política de que no se puede hacer una tortilla sin romper huevos no hay manera. Sin tarifas ciertas no hay política contra el cambio climático. El mejor método para enviar señales ciertas en un mercado libre son los precios.

El cuarto, son las consecuencias futuras de estas decisiones. La más obvia, más déficit o más intereses futuros para financiar la deuda que vamos contrayendo los consumidores actuales en perjuicio de nuestros hijos. Sobre todo por lo que es una decisión mantenida que perdura en el tiempo. La más retorcida, la propia de las tentaciones intervencionistas a las que nos hemos visto acostumbrados: regateo en la garantía de potencia (poniendo el riesgo la tan cacareada garantía de suministro) o soluciones bochornosas como la detracción de derechos de emisión, la resurrección de los Costes de Transición a la Competencia (CTC) o la fijación de precios en las casaciones de oferta en el mercado eléctrico. Todo ello, ingeniería y contabilidad creativa que va erosionando la confianza y la calidad regulatoria, para reducir por la via de la expropiación bananera el precio de la electricidad.

La única solución, y es una que sólo se puede hacer al principio de una legislatura es abordar la separación de las tarifas de la política. Que se fijen por un órgano regulador independiente no sujeto a las veleidades de la controversia política. ¿Se imaginan ustedes lo que podrían hacer señores como Ignasi Nieto y los que hablan de ‘responsabilidad política’ (realmente responsabilidad electoral, democracia por votocracia) en el puesto de Jean Claude Trichet, en cuanto vieran un poco oscuro el horizonte económico? ¿Se imaginan a Nieto subiendo los tipos de interés en el Banco Central Europeo (Esta comparación es sólo un supuesto. Hagan, por ello, una abstracción del personaje concreto y de la situación concreta, para no caerse en el vértigo)?

Y, sobre todo, la consecuencia final es que: no sean tontos, sean manirrotos. Aprovéchense ¡alegría! Consuman kilowatios a troche y moche. Sepan leer los mensajes que emite esta Administración. No se dejen engatusar con mensajes bienpensantes para incautos que sufren el oprobio de la propaganda oficial para ciudadanos concienciados con el ahorro y ello medio ambiente. Con la inflación en ristre y con el déficit tarifario creciente, es que señores, la energía es gratis y tiene que seguir barata. El kilowatio es el incienso de nuestra sociedad.

No se corten. O que nos lo expliquen de una santa vez el porqué nos incentivan a consumir.

Profesionales de la Comisión Nacional de Energía son obligados a asistir a las conferencias que organiza este regulador independiente

Fuentes del equipo de profesionales y directivos de la Comisión Nacional de Energía han confirmado a Energía Diario que reciben órdenes dierctas de asistir a las conferencias que organiza este organismo. En la última conferencia que se celebró en el organismo, se dio orden de tocar retreta, para que los que estuvieran trabajando por la tarde dentro del organismo se personaran en el recinto del Salón de Actos de la CNE. Las mismas fuentes señalan de la existencia de listas en determinadas direcciones sobre los asistentes y no asistentes a estas ponencias.

Recientemente, el diario ‘El Mundo’ publicaba que la presidenta del organismo había solicitado al asistencia a las conferencias de los Consejeros Delegados y Presidentes de las principales empresas energéticas, entre ellos a, Ignacio Sánchez Galán, José Manuel Entrecanales o Antonio Brufau, entre otros. Lo que si parece claro, es que si Maite Costa ha permitido que se difundiera esta convocatoria a través de los medios, frente a lo trabajadores de la casa, no iba a encontrar obstáculo para ordenar que asistan a sus convocatorias. Maite Costa ha desplegado un intenso programa de eventos y conferencias desde que fue nombrada al frente de este regulador independiente, fuertemente criticado dentro y fuera de la CNE.

Las mismas fuentes informan que la situación llega a ser paradójica en la medida que una vez que estas conferencias se celebran son grabadas y se distribuyen a través de la intranet del organismo, para que puedan ser visionadas desde los propios puestos de trabajo.

Todo ello recuerda a la parodia que el humorista Pedro Ruiz hacía de los medios de comunicación en la Cuba de Fidel Castro. Decía: “En Cuba, hay una prensa libre. Y es libre, porque la puedes comprar por la mañana o por la tarde. Y si no la compras, también la puedes ver, libremente, en el Telediario”

Hoy, está prevista la intervención a las 19,00 horas de la Nadia Calviño, Directora General Adjunta para Concentraciones y Conductas Restrictivas de la Dirección General de Competencia en la Comisión Europea, con una conferencia que lleva como título “Principales retos de los mercados energéticos europeos desde la perspectiva de la Defensa de la Competencia“.

¿También habrá retreta?

No es lo mismo

La existencia de un monopolio en un mercado se caracteriza en el ámbito de cualquier sector económico por la consecución de costes superiores y precios más altos a los que se obtendrían de configurar un mercado liberalizado con más operadores. Esto implica que el monopolio produce una serie de ineficiencias en un sistema económico. Esto es algo que constituye una constatación desde el punto de vista de la ciencia económica

Existen situaciones en que es posible, e incluso justificable (aunque cada día menos) la existencia de un monopolio. Es el ejemplo del monopolio natural: aquel que se produce como consecuencia de que el tamaño mínimo eficiente del mercado en el que opera es tan alto, de forma que no existen incentivos a la entrada de otros operadores o bien en el comienzo del desarrollo de una actividad en que la inversión a realizar para su puesta en marcha es muy elevada y no se puede fraccionar. Otro de los criterios es que el monopolio desarrolla una actividad en que los operadores privados no entrarían: la seguridad pública o el Ejército, son dos ejemplos. Con la existencia de mercados cada vez mayores, con un número importante de consumidores, es difícil encontrar situaciones en que es eficiente la conformación o mantenimiento de monopolios.

En otras ocasiones, legalmente puede existir un mercado, pero, de facto, existe un comportamiento monopolístico por parte de los agentes, cuando no existe competencia real. La ineficiencia se muestra en forma de empresas con un tamaño superior al que en otras condiciones sería capaz de actuar otra empresa de forma equivalente, pero con menores costes o de forma más eficiente y competitiva, siendo además capaz de trasladar estos ahorros a los mercados, vía precio y vía inversiones.

Red Eléctrica: de empresa pública a empresa monopolistica

Al mismo tiempo los monopolios desarrollan una capacidad de condicionamiento a la Administración muy importante, lo que garantiza su propia pervivencia e incluso su tendencia expansiva al crecimiento, es decir a ocupar la actividad, expulsando posibles agente privados. Por ejemplo, aquellas actividades con empresas monopolísticas suelen estar dirigidas y presididas por representantes de su accionista más específico, el Estado. Por tanto, provienen de la política o de la escala de mando de la Administración, en lugar de la gestión privada e incluso alimentan cierta suspicacia hacia quienes tienen un perfil más empresarial. Existe incluso una cierta complicidad internacional entre empresas públicas o empresas monopolísticas, de comprensión y de cercanía, incluso con las administraciones públicas de otros. Por ello, podemos apreciar como los estatalistas y monopolistas, se alinean y se unen entre sí, en una coalición o colisión, como se quiera ver.

Influencia sobre el regulador: monopolio con la reforma de la Ley del Sector Eléctrico y retribución de su actividad de transporte

Un ejemplo paradigmático en nuestro país y dentro del sector energético, es el de Red Eléctrica de España, ex empresa pública, conformada como monopolio a raíz de la modificación de la Ley del Sector Eléctrico en junio de 2007, lo que ha conllevado una relación de influencia adicional en el ámbito regulatorio creciente, espiral, que se retroalmienta, que ha condicionado el recientemente aprobado decreto de retribución de las actividades de transporte, de forma que el regulador principal, en este caso el Ministerio a través de la Secretaría General de Energía, se ha saltado a la torera todas las críticas que le había dirigido la Comisión Nacional de Energía (CNE), excepto el procedimiento de determinación de valores unitarios de los activos. Todo ello, a pesar de que en Red Eléctrica, además de la SEPI, hay accionistas privados y fondos de inversión, pero su comportamiento por su influencia en el regulador y por su propia conformación legal reciente, es monopolística. El mejor de los mundos posibles.

Además, fruto de esta vinculación, Red Eléctrica elabora informes de apoyo a la Secretaria General de Energía contra las empresas que operan en el sector, está dirigida por un ex ministro y, con su carácter expansionista, ha retirado a las distribuidoras de la actividad de transporte en la red de 220 kV en las ciudades, sin contar que lleva detrás de la operación para la integración de Enagás (algo cada vez más indisimulado, aunque ahora haya una cierta parada en esta pretensión, fruto de la época electoral), desde hace tiempo para ocupar toda la actividad de operador de sistema y transporte tanto el mercado eléctrico como en el del gas.

Una situación desigual y asimétrica

Otro paralelismo evidente existe entre estatalismo y monopolio. En el ámbito europeo, la legislación no establece diferencia alguna por el régimen de propiedad de las empresas, ni derivados de su titularidad, ni de su comportamiento en el mercado como monopolístas, a la hora de valorar como operan en los mercados o como intervienen en el ámbito exterior a través de la adquisición de otras empresas de otros países. Así, los monopolios o pseudomonopolios estatales campan por sus anchas, con legislaciones proteccionistas de su actividad en sus países de origen (y en coalición con sus reguladores propios), con menores requerimientos de rentabilidad que los operadores privados y con la salvaguarda de que vía el procedimiento de la ‘acción de oro’, u otros semejantes, son inexpugnables. Es por tanto, una curiosa forma de entender eso de la libertad de circulación de capitales, lo que se convierte en una defensa encubierta del estatalismo. Así, recientemente hemos asistido a la anulación de la ley Rato por el Tribunal de Luxemburgo, una ley que ponía coto a las empresas de titularidad estatal de otros países que quisieran realizar una operación corporativa con empresas españolas privatizadas. Era hora de que alguien del gobierno español y con experiencia europea como Pedro Solbes, lo reforzara.

Por eso, están apareciendo con más insistencia, voces críticas, cada vez más autorizadas, con esta tabla rasa asimétrica y peligrosa, desincentivadora de procesos de liberalización. Hoy, muchos años más tarde la aprobación del Tratado de Roma y de los sucesivos acuerdos de reforma de la Unión, no tiene sentido una mantener una situación asimétrica anacrónica, que perjudica a los países que han realizado procesos de liberalización de sus mercados.

En Francia, EDF es un pseudomonopolio de carácter estatal. Opera absorbiendo un 80 % del mercado eléctrico francés y la titularidad del Ministerio de Economía es también del 70 %. Decía el profesor Barea el pasado sábado en Cinco Días, como el aumento de beneficio de EDF había sido en 2007 del 0,2 % con respecto a 2006 y las ventas crecieron un 1,2%. EDF tiene aproximadamente una potencia instalada de 128.500 MW y 156.500 empleados.

Los ratios de eficiencia de EDF no tienen comparativa con los de su objetivo corporativo Iberdrola. Mientras que en 2007, la compañía ha aumentado sus ventas en un 58,5 % % y su beneficio un 58,5% (principalmente derivado de sus operaciones exteriores) Tiene una capacidad instalada de 42.000 MW aproximadamente y 30.000 empleados. Hagan cuentas.

Consecuencia: los monopolios y empresas estatales se unen en sus comportamientos análogos. Tienen que ser alimentados para garantizar su pervivencia y son engordados a partir de la eficiencia de los operadores privados, vía expulsión de actividad o vía mayor retribución. ¿Y como se alimentan? Gracias a la tesorería generada por sus negocios bien protegidos por sus respectivos gobiernos, que son juez y parte, reguladores y propietarios. Con esa tesorería se pueden comprar empresas privadas y eficientes, para seguir creciendo. Ahí está otra conclusión, para quien se sitúe en el grupo de los colaboracionistas públicos o privados, que los hay.

(Atención, pregunta, ¿se imaginan a un Secretario General de Energía, como el actual, en Francia erosionando vía regulatoria los ingresos de EDF?)

¿Quién manda aquí?

Uno de los principios que generalmente rige al que ejerce el poder y que además no conoce especialmente los mecanismos y respuestas de todos los que reciben sus decisiones (agentes económicos, mercados, entre otros), es desear que estas se apliquen con el mayor grado de ‘disciplina posible’. Es decir, sin que exista discrepancia en su ejecución prusiana y que todos acepten postulados políticos sin que nadie contravenga la voz de mando. La consecuencia es que determinadas lecturas, insisten en que los argumentos y motivaciones políticas, lo pueden todo, por encima de la propia estructura sectorial, razones de mercado y competencia, comportamientos de los operadores, estrategias empresariales, estabilidad jurídica y regulatoria, respeto a la normativa comunitaria, etc… Algo que tiene muy poco que ver con modelos sajones en que los gobiernos se echan a un lado en todas estas cuestiones y dejan actuar a los accionistas.

Así, en el exorcismo despertado con motivo de la presunta o aparcada operación de adquisición de Iberdrola por parte de ACS y EDF, la sensación que cunde es toda la contraria: algo que se ha configurado en la trastienda y que ha suscitado una fuerte oposición. En primer, por todas las reacciones generadas al respecto, incluso de los gobiernos de las Comunidades Autónomas y hoy mismo del propio gobierno escocés. Todos contra la operación, que intrínsecamente conllevaría al troceamiento de Iberdrola y la modificación del proyecto empresarial que ha cambiado las dimensiones y tamaño de la eléctrica española, convirtiéndola además en una de las más eficientes de Europa.

Por eso la pregunta no es baladí. ¿Quién manda aquí? ¿Solbes, que se ha manifestado claramente contra el troceamiento de Iberdrola? ¿La Oficina Económica del Presidente de Gobierno, experta en prestar apoyo logístico a estas operaciones (y, por cierto, que urge su reconfiguración y desmantelamiento como sacristía de cara a la próxima legislatura). Incluso la pregunta es, ¿el gobierno manda?. Existen importantes dudas sobre la respuesta a una pregunta así, en la medida que parece que la propia dinámica bursátil precipitó las primeras escaramuzas de la operación antes de los planes que se estaban tejiendo. Era difícil substraerse a una situación que abarata el coste de lo prevsito, aunque suponga incumplir parte de las condiciones, como era que se trasladase a después del 9 de marzo. Y en medio de todo ¡las elecciones!. ¿Es que nadie se puede quedar quieto?

Pero hete aquí que, aunque se descuenta que si el actual partido en el gobierno ganas las elecciones, la secuencia de la operación ACS y EDF sobre Ibedrola, está más que decidida (también se señala la existencia de un supuesto pacto a la francesa con el Partido Popular, caso de que ganase las elecciones) tampoco eso quiere decir mucho. Porque si uno de los aliados de cualquiera de los dos partidos de cara a la siguiente legislatura, es el PNV, parece que más claro no ha podido expresarse la postura del mismo tanto por parte de Iñigo Urkullu, presidente del partido como de Xavier Albistur, senador y presidente de la Comisión de Industria en el Senado. No al troceamiento de Iberdrola y no al cambio de localización de su sede en el País Vasco, actualmente en Bilbao.

Por ejemplo, si acudimos al referente más cercano en el tiempo, la sucesión de acontecimientos que tuvieron lugar entorno a las sucesivas OPA’s a Endesa, hasta llegar a su solución final. Una operación que cuando se sabe por dónde empezó, pero que llegó un momento en que no se sabía por donde terminar y que tuvo muchas sorpresas en el camino. Demasiadas, lo que evidenciaba más la presión y ansiedad por quien se llevaba el gato al agua, que la existencia de un modelo de sector energético, de competencia o de un proyecto empresarial. Y, desde ese momento nuestras empresas están en la vitrina, expuestas como las de ningún otro país.

Lo que será difícil de explicar a la ciudadanía, es que fruto de la política de los últimos doce años, no se haya sido capaz de mantener una empresa energética española con volumen y dimensiones que compita en el mercado internacional como ocurre en otros sectores como las telecomunicaciones (como reclama el propio Isidre Fainé en el primer número de la nueva revista Actualidad Económica). Siendo operadores mucho más eficiente y menos protegidos por las actuaciones regulatorias (las cosas que se han hecho aquí en el último año serían impensables en Francia o en Italia). Que fruto de estos últimos cuatro años se hayan liquidado las empresas energéticas españolas privatizadas y se entreguen a los aparatos estatales de otros países. Que se haya sido muy laxo en ese comportamiento asimétrico de las autoridades de los países europeos y veamos escapar los buques insignias, e incluso, gracias a la intervención de algunos, se pueda acusar a las autoridades de nuestro país de colaboracionistas en el desmantelamiento de un sector muy competitivo. Desde las oposiciones de los gobiernos populares (tan responsables como el socialista actual) a las operaciones que se propusieron en sus dos legislaturas (y que tuvieron como protagonistas a Gas Natural, Iberdrola y Endesa), al tráfago al que estamos asistiendo, estos últimos cuatro años con todas sus intrigas.

A lo mejor es que lo razonable que vuelva el sentido común. Que manden los accionistas sobre la base de los proyectos empresariales y no las componendas. Que mande la verdadera libertad de mercado y no las cartas marcadas por unas manos invisibles, pero por todos conocidas. Hagan su lista de participantes.

El retrato del ex ministro José Montilla se presenta en la sede del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio

Hoy 14 de febrero a las 12.30 horas, tendrá lugar en la sede del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, Paseo de la Castellana, 160, planta 2ª, el acto de presentación del retrato de José Montilla, ex ministro de Industria, Turismo y Comercio entre 2004 y 2006.

El cuadro oficial se colgará junto al resto de los retratos de los diferentes ministros de Industria que ha tenido la Administración española.

Los medios gráficos podrán tomar imágenes del acto de presentación del cuadro.