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Sedigas pide aprovechar las infraestructuras del sistema gasista en la transición energética para reducir las emisiones de gases efecto invernadero

EFE / Europa Press.- La Asociación Española del Gas (Sedigas) ha propuesto de cara a la elaboración de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética que se aprovechen al máximo las infraestructuras gasistas para aumentar la seguridad de suministro y reducir las emisiones de gases efecto invernadero. A su juicio, España podría alcanzar los objetivos de descenso de dióxido de carbono (CO2) si la nueva ley contemplara el gas como «energía clave».

Sedigas presentó varias propuestas para esa futura norma y para avanzar en la descarbonización, reivindicando que el gas “es la única energía capaz de ser pieza angular en el mix energético para dar una solución a largo plazo, pero fácil a corto plazo y con un impacto inmediato”.  Las propuestas que plantea Sedigas se centran en utilizar las «fortalezas» del gas en la transición hacia una economía baja en carbono en sectores como el transporte, el residencial y el de generación eléctrica, sustituyendo otros combustibles más contaminantes por gas, reduciendo las emisiones de gases invernadero y mejorando la calidad del aire “de forma económicamente sostenible”.

Las primeras medidas pasarían por establecer un modelo energético sostenible económicamente, que ayude a conseguir los objetivos de cambio climático, que mejore la calidad del aire y que contribuya a aumentar la seguridad de suministro y a crear empleo. Para ello, propone aprovechar las infraestructuras existentes y disponer de un precio del CO2 que permita el desarrollo económico de la industria. En este sentido, subraya que España ya ha acometido inversiones en infraestructuras gasistas que permiten diversificar el suministro. También destaca que el gas natural garantiza una combustión libre de partículas y con cero emisiones de óxido de nitrógeno (NO2).

Además, para reducir las emisiones del sector residencial propone cambiar a sistemas modernos de calefacción a gas, que pueden reducir las emisiones en un 55%. Asimismo, ha recordado que las calderas de condensación tienen un 65% más de eficiencia que sus tecnologías competidoras. La asociación también apuesta por potenciar los ciclos combinados para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico, dado que aportan firmeza, flexibilidad y una potencia ya instalada. Según Sedigas, aumentar la generación de electricidad a gas reduciría las emisiones hasta en un 66%.

También ha propuesto incrementar la utilización del gas natural en el transporte terrestre y marítimo, pues puede reducir las emisiones invernadero en un 23% comparadas con la gasolina y en un 7% comparadas con el diésel. En el caso de los camiones y autobuses, la reducción respecto al diésel es de un 16% con gas natural comprimido (GNC) y de un 15% con gas natural licuado (GNL). La reducción de emisiones en el sector marítimo alcanzaría el 21% comparado con el tradicional fuelóleo pesado marítimo.

Sedigas también ha propuesto incrementar el uso del gas renovable, el biometano, procedente de fuentes renovables, pues inyectando un 20% de gas renovable en el sistema de distribución se reducirían un 36% las emisiones globales de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles derivados del petróleo. Según recoge Sedigás, el secretario general de Ngva Europa, Andrea Gerini, asegura que más de dos millones de vehículos podrían emplear biometano procedente de residuos sólidos urbanos, «transformando la basura doméstica» en un combustible sostenible, producido localmente.

La consulta pública para el cierre de las centrales

El Ministerio de Energía tiene abierta hasta el día 15 una consulta pública (conforme a lo que establece el procedimiento de elaboración regulatoria español) dirigida a una eventual y futura regulación del procedimiento de cierre de las centrales eléctricas. La consulta pregunta a los que quieran personarse si ¿Considera oportuno mantener operativa una central por motivos de seguridad del suministro, cambio climático e impacto en el precio? y ¿Qué procedimiento debería seguirse en el supuesto de que el titular solicite el cierre de una central que es necesaria para el sistema?

Dado que la legislación española ya prevé los mecanismos para el cierre de centrales, la principal cuestión global que se deriva de la pretensión de establecer una regulación expresa para fijar límites a la salida de instalaciones en un mercado de generación liberalizado como el español es conocer la motivación del Ministerio para forzar a que exista esta regulación y someter a pública demagogia las propias directrices de la Unión Europea, fijadas en el cuarto paquete legislativo, sobre la participación de operadores en las actividades liberalizadas. El hecho de que se haya planteado el cierre de algunas plantas y retirar potencia del sistema seguramente ha sido determinante para que el Ejecutivo acuda a la regulación.

El Ministerio de Energía de la Administración Rajoy sigue con una política basada en la búsqueda de espacios de discrecionalidad. Discrecionalidad que se instrumenta de muchas formas: desde convocando subastas de nueva potencia renovable ad libitum y con letra pequeña para ir distribuyendo potencia (equilibrando agravios), pasando por arañar las finalidades de los excedentes de liquidación según convenga electoralmente, realizar intervenciones tarifarías para determinados ámbitos geográficos, hasta buscar dotarse de fórmulas para sortear las legítimas peticiones de cierre y/o hibernación de centrales que se suceden por sus titulares a la vista de su inviabilidad económica.

Esta discrecionalidad también le permite no definir los escenarios de la denominada y todavía vaporosa transición energética en el caso español, término que es un significante vacío de comunicación política, en donde confluyen el impulso a la Ley de Cambio Climático con la creación del Comité de Expertos para su definición.  Escenarios que, con una importante sobrecapacidad en la generación (otro de los mantras de esta Administración, agudizado con el pase de Nadal a ministro), deberían determinar en cada momento el mix de generación, las fórmulas de mercado mayorista resultantes, el procedimiento de despacho y los mecanismos de retribución de cada tecnología según su papel.

Por eso, el Ministerio busca apelar a fórmulas inespecíficas e inconcretas que le permitan actuar de forma discrecional en cada momento sin la necesidad de definir una política energética, sin organizar y hacer coherente una política de fiscalidad verde energética más allá del actual esperpento regulatorio, sin explicitar una política medioambiental más allá de la retórica (y que concierna a todos los sectores)  y, lógicamente, sin basarse en el modelo de gobernanza empresarial según se trate de las actividades liberalizadas o reguladas en cada caso.

Por eso Energía apela en esta consulta, emocionalmente, al cambio climático (sin abordar el proceso de descarbonización y el futuro de las térmicas), a la seguridad de suministro (con un nivel de sobrecapacidad como el existente) o al precio; ahí sí que está la madre del cordero de todas las justificaciones del Ministerio, la utilización de los precios de la energía como argumento electoral a toda costa. Eso sí, sin liberalización completa y sin detraer de la tarifa las cuestiones no relacionadas con el suministro, con una política de sobrecapacidad inducida que mantenga a todas las tecnologías subyugadas y enfrentadas por no perder su hueco.

En consecuencia, de una cuestión global como es la motivación del Ejecutivo para intentar promulgar esta norma se derivan otras muchas más: ¿Qué papel tiene la normativa comunitaria y, en consecuencia, la Dirección General de Competencia de la Unión Europea en los límites, barreras o prohibiciones de salida del mercado, en su intervención ya sea vía instrumentación legal o de facto? ¿Se coordinará la iniciativa regulatoria con el calendario de elaboración normativa para la futura Ley y los trabajos de la Comisión de Expertos? ¿Cuáles son los aspectos colaterales (mercado, pool, tecnologías, escenarios) de dicho proceso? ¿Se respetarán el carácter liberalizado con todas sus consecuencias de la actividad de generación?

¿Qué mejor que una consulta aparentemente beatífica  sobre una regulación para exonerar de responsabilidad la ausencia de una política energética y legitimar una posible intervención a los mercados? Ya estamos otra vez con la melé.

Oxford (Reino Unido) instala 100 puntos de carga para coches eléctricos y se convertirá en un «laboratorio viviente» de movilidad

Europa Press.- El Ayuntamiento de Oxford (Reino Unido) ha anunciado que instalará un centenar de puntos de recarga de baterías de vehículos eléctricos y que convertirá la ciudad en un «laboratorio viviente» de movilidad, en el marco del programa Go Ultra Low Oxford (GULO), que busca fomentar la implantación de vehículos eléctricos.

El programa se realizará entre el Ayuntamiento y el County Council, después de obtener una subvención de 800.000 libras de la Oficina del Gobierno para los Vehículos de Bajas Emisiones, como parte de un proyecto del Gobierno de 40 millones de libras para impulsar la transición hacia vehículos eléctricos. El programa comprende 6 tecnologías de carga diferentes y de forma inicial se instalarán 30 estaciones de recarga, 10 de ellas para el público general, 10 para el club de coches compartidos Co-wheels y otros 10 para particulares. El Co-wheels es un club de automovilistas que opera en todo Reino Unido y proporciona a los conductores con vehículos de bajas emisiones, híbridos y eléctricos un servicio de «paga según lo uses».

Según Climate Action, la fase piloto servirá de experiencia futura para hallar qué solución funciona mejor para las necesidades de los residentes en Oxford y tendrá una duración de un año. La instalación de las estaciones de carga comenzará este mes y estarán listas para su uso en octubre. Una vez terminen las pruebas y se decida la mejor tecnología, se instalará en la ciudad un centenar de puntos de carga que se espera que esté en funcionamiento en 2018.

Así, los residentes que utilicen estas estaciones de recarga de prueba proporcionarán información después de su uso durante un año, que será recogida y analizada por los investigadores de la Unidad de Estudios de Transporte de la Universidad de Oxford. Los resultados serán presentados posteriormente al Gobierno de Reino Unido para que sirvan de información a las autoridades sobre las decisiones de inversión futura y los investigadores de la Universidad de Oxford publicarán los resultados en publicaciones científicas y académicas.

El concejal local para un Oxford Limpio y Verde, John Tanner, ha confiado en que alrededor de 2027 la mayoría de la población podría comprar más coches eléctricos que de gasolina o diésel por lo que este proyecto servirá a la ciudad para prepararse para ese futuro. Por su parte, el director de la Unidad de Estudios de Transporte de la Universidad de Oxford, el doctor Tim Schwanen, subrayó la importancia de este programa, el primero de estas características a nivel mundial, porque servirá de lección y experiencias aprendidas que serán útiles para el futuro de la movilidad eléctrica mundial.

Narbona critica que España juega un papel «de lastre» en los debates europeos sobre las energías renovables

Europa Press.- La presidenta del PSOE y exministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, ha criticado que España juega actualmente un papel «de lastre» en los debates europeos sobre energías renovables, como los que se producen en los Consejos de Ministros de la Unión Europea, cuando nuestro país ha sido «pionero».

Además, ha asegurado que los proyectos presentados por el Gobierno español en relación con las interconexiones energéticas en la Unión Europea «no se corresponden» con la petición que hizo en junio de este año el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, junto con Portugal, de adoptar «medidas urgentes y vinculantes» para aumentar el nivel de interconexión de los países que se encuentran por debajo del objetivo de interconexiones de un 10%, como es el caso de España.

En este sentido, ha incidido en que estas interconexiones son uno de los «elementos más importantes» en la actualidad y las ha calificado de «pescadilla que se muerde la cola» porque son infraestructuras con financiación privada y pública, a través por ejemplo del Banco Europeo de Inversiones), pero ha destacado que «hace falta» que los países presenten proyectos. Del mismo modo, Narbona ha hecho hincapié en que los mecanismos normativos en España «no están ni mucho menos a la altura» de lo que sucede en Alemania, Francia o Reino Unido. En este sentido, ha afirmado que «las grandes empresas» están entrando «claramente» en la producción de energías renovables en los países de la Unión Europea.

Además, ha lamentado que Europa «ha llegado tarde» en materias como la electrificación del transporte que es, en su opinión, «la asignatura pendiente», y ha concretado que el papel de «liderazgo» lo «está asumiendo» China. Igualmente, advirtió de que la dependencia energética europea es «una extraordinaria debilidad» y precisó que actualmente «un 53% de los recursos energéticos que se consumen en la Unión Europea» proceden del exterior, mientras que en el sector del transporte la dependencia es «de un 90%».

Narbona también ha defendido que debe producirse una transición energética y un cambio de modelo que pase por un abandono de los hidrocarburos y los combustibles fósiles hacia la «consolidación» de las energías renovables «aunque no existiera el cambio climático», una cuestión que, tal y como ha añadido, tiene consecuencias también a nivel de seguridad global. Así, asegura que los motivos de esta transición son que «cada vez somos más capaces» de usar energías renovables «a un precio menor» y que los cambios tecnológicos actuales «cuestionan a las grandes empresas» energéticas. En este sentido, incidió en que actualmente los consumidores tienen «mucha capacidad» para convertirse en productores de su energía.

Asimismo, ha alertado de que los fenómenos naturales del cambio climático «se están intensificando» y ha mencionado las consecuencias de la tormenta tropical Harvey, que ha provocado unas inundaciones en el estado de Texas (Estados Unidos) que podrían alcanzar un coste de hasta 20.000 millones de dólares (16.605 millones de euros) para la industria de seguros estadounidense, lo que lo colocaría como uno de los diez huracanes más costosos en la historia del país, según estimaciones de JP Morgan Chase.

Por ello, Narbona aboga por que haya políticas «globales» y asevera que el modelo energético «imperante» en la sociedad explica en torno a un 80% del proceso de calentamiento global, mientras que ha completado que el 20% restante es consecuencia del modelo alimentario humano basado en la deforestación y en el consumo de carne y, por lo tanto, la mayor emisión de gas metano a la atmósfera. De esta forma, considera que las causas y efectos del calentamiento global muestran «una terrible asimetría» y una «injusticia» porque los países «que más han contribuido» al calentamiento global «no son necesariamente los más afectados» por sus consecuencias. Es decir, que considera el cambio climático como «un enorme desafío ético de nuestra sociedad».

El Gobierno de Baleares anuncia que aprobará el próximo año una «ley pionera» en España para impulsar la transición energética

Europa Press / EFE.- El Gobierno balear abordará una normativa autonómica en materia de cambio climático y transición energética que será «pionera» en el Estado «porque no quedará tan sólo en una declaración de intenciones, sino que irá ligada a una serie de obligaciones» para hacer posible el tránsito energético hacia las renovables y avanzar hacia el compromiso de cero emisiones contaminantes en 2050 con «medidas urgentes y vinculantes«.

La previsión es que el Gobierno apruebe el proyecto de ley en el primer trimestre de 2018 para su posterior tramitación parlamentaria. Así lo ha señalado el consejero de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, acompañado por el director general de Energía y Cambio Climático, Joan Groizard, quien han explicado los objetivos de la futura ley del cambio climático y transición energética de Baleares y los resultados del proceso participativo realizado previo al inicio de la redacción de la normativa.

El consejero ha remarcado que la elaboración de esta normativa será una «prioridad» del nuevo curso político en respuesta a las «evidencias científicas y la concienciación de la ciudadanía» que, según ha dicho, «pide poner dentro de la agenda política la lucha contra el cambio climático y la transición energética». En este sentido, ha precisado que en el otoño e invierno esta materia se convertirá en «un elemento de debate y de aportación de propuestas» con el propósito de aprobar una normativa «ambiciosa y perdurable» en el tiempo que fije un calendario de de actuaciones relacionado con el Acuerdo de París, para conseguir alcanzar reducción de gases contaminantes en 2050.

Así, el consejero ha recordado que en esta legislatura se han dado algunos pasos que marcan el camino y ha explicado que actualmente toda la energía que consume el Gobierno balear procede de fuentes renovables, se han iniciado líneas de subvención de placas fotovoltaicas y se han ido aumentado los puntos de carga de vehículos eléctricos hasta conseguir que Baleares sea la comunidad autónoma «donde tenemos la ratio más elevada de puntos de recarga por ciudadano», ha destacado. Con todo, ha insistido en que estas medidas «no son suficientes», por lo que se necesita de «un marco legal y jurídico que fije las actuaciones futuras».

Respecto al proceso participativo previo, el consejero de Energía señaló que de forma prácticamente unánime se reclaman cuestiones concretas; como que la futura ley sea transversal y que los objetivos de reducción de emisiones sean «vinculantes» para todos los sectores. Del proceso participativo también se concluye que la normativa tenga una capacidad sancionadora antes los incumplimientos y se propone fomentar la educación ambiental e todos los niveles de formación reglada, así como realizar campañas de sensibilización. Además, entre las propuestas surgidas tras la participación ciudadana está la creación de un fondo de carbono que financie e incentive con ayudas la reducción de emisiones y la eficiencia energética en edificios y maquinarias, y la reducción de incentivos a los combustibles fósiles.

La necesidad de contar con recursos específicos para la ley, crear un fondo climático que permita su desarrollo efectivo, avanzar hacia un sistema 100% basado en renovables, combatir el conocido como impuesto al sol, reducir el consumo energético global, fomentar la eficiencia energética en los viviendas, sustituir combustibles y un programa de cierre de centrales térmicas, blindar Baleares contra las prospecciones de fósiles son algunas de las propuestas apuntadas en materia de energía. Priorizar el transporte público, impulsar planes de movilidad en empresas, avanzar hacia el 100% de coches eléctricos, en especial de alquiler, y trabajar en las emisiones del transporte aéreo y marítimo son algunas de las iniciativas sobre trasporte de la futura ley.

 Simplificar la burocracia en la tramitación de sistemas de energía renovables y que la administración dé ejemplo en el liderato del cambio con la apuesta del transporte sostenible y eficiencia energética son otras de las propuestas. Tras el proceso participativo se redactará la ley, irá a exposición pública y pasará como proyecto de ley al Parlamento, que se prevé para el primer trimestre de 2018, tras la aprobación del Gobierno.

«Es necesario que la ley tenga vocación de permanencia y vaya acompañada de recursos económicos y humanos para hacerla viable», añadió Groizard, quien recordó que en Baleares en la actualidad tan sólo un 2% de la producción eléctrica proviene de renovables, frente al 40% nacional, por lo que es preciso, indicó, fijar una estrategia que permita avanzar en los objetivos de 2050 en materia energética.

El sector eólico invertirá más de 4.500 millones de euros en el desarrollo de los 4.600 MW de las subastas

Europa Press / EFE.- El sector eólico estima que la instalación de los más de 4.600 megavatios (MW) de esta tecnología adjudicados en las tres subastas realizadas entre 2016 y 2017 supondrán unas inversiones superiores a los 4.500 millones de euros y la creación de entre 25.000 y 30.000 empleos, entre directos e indirectos, durante el periodo de instalación.

La Asociación Empresarial Eólica (AEE) señala que los 1.128 MW eólicos, adjudicados entre los 5.037 MW que dio como resultado la última subasta de renovables celebrada, «da continuidad a la actividad del sector de cara a lograr el cumplimiento de los objetivos europeos». En las dos subastas celebradas este año, se han adjudicado un total de 8.037 MW de nueva potencia renovable distribuidos entre 4.107 MW eólicos, 3.910 MW fotovoltaicos y 20 MW correspondientes a otras tecnologías, a los que hay que unir los 700 MW (500 MW de energía eólica y 200 MW de biomasa) que se adjudicaron en la de enero de 2016.

Asimismo, la AEE confía en que «todos los actores implicados como promotores, fabricantes, entidades financieras, administraciones públicas, autonómicas y municipales, trabajen «mano a mano» para que a finales de 2019 todos los proyectos adjudicados en las tres subastas realizadas estén en funcionamiento, «momento en que se comprobará la eficacia real de las mismas«. Para la AEE, el resultado de las subastas muestra que la eólica es, en la actualidad, «la tecnología que puede aportar más energía al cumplimiento de los objetivos de 2020 a un menor coste para el sistema».

No obstante, la patronal subraya que, «más que nunca», es necesaria una planificación energética para los próximos años que tenga en cuenta las necesidades energéticas y de descarbonización del país a largo plazo, que garantice un mix equilibrado entre las diferentes tecnologías, dentro del ámbito de un futuro mercado eléctrico que debe permitir la incorporación de tanta potencia renovable sin poner en riesgo las inversiones. Por ello, pide que se «dé visibilidad» al sector renovable con un calendario de subastas que, más allá incluso de los objetivos europeos a 2020, considere los compromisos internacionales en materia medioambiental, tanto para 2030 como el Acuerdo de París, como los hitos necesarios de cara a la transición energética.

Asimismo, AEE insiste en que los 23.000 MW eólicos instalados en España desde los años noventa lo hicieron «en un momento de menor madurez tecnológica y diferentes condiciones financieras» y, por lo tanto, con mayores costes, por lo que «deben respetarse los incentivos hasta el final de su vida útil regulatoria» y no modificar su rentabilidad razonable cada 6 años durante su vida útil regulatoria.

El Gobierno abre la consulta pública de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética hasta el próximo octubre

Europa Press.- Los Ministerios de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) y de Energía, Turismo y Agenda Digital (MINETAD) han abierto el proceso de consulta pública previo a la elaboración del anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que no contiene ningún texto, sino un formulario de aportaciones y preguntas generales que permanecerá abierto hasta el próximo 10 de octubre.

Según fuentes ministeriales, este procedimiento es «novedoso» porque deja a la ciudadanía realizar todas sus aportaciones y contestar a preguntas abiertas sin la base de un borrador. El procedimiento abierto está guiado mediante unas preguntas que se detallan en un formulario, aunque también se pueden adjuntar archivos con ideas propias, y busca dar respuesta a «los problemas que se pretenden solucionar» con la nueva norma, «la necesidad y oportunidad de su aprobación», «los objetivos» de la misma y las «posibles alternativas» tanto regulatorias como no.

El formulario, que se debe descargar para adjuntar después, propone un total de 24 preguntas a las que cualquier persona podría responder, con o sin conocimientos previos, y está dividido en 6 bloques. El primero, con 8 preguntas, tiene un carácter general e incluye cuestiones como: «¿Considera adecuado y viable que la Ley regule conjuntamente el cambio climático y la transición energética para cumplir los objetivos que asumió España?». El segundo apartado, en relación a los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y que contiene 4 preguntas, plantea a los ciudadanos si consideran que la Ley debe contener «objetivos cuantitativos», o en qué horizonte temporal creen que deben establecerse los objetivos de reducción de GEI.

Analizar también las consecuencias económicas

En cuanto al tercer epígrafe, que tiene que ver con la adaptación al cambio climático y cuenta con otras 3 cuestiones, el Gobierno pregunta a los ciudadanos cuáles son los «elementos esenciales en materia de adaptación que deberían ser introducidos» en la futura Ley, al tiempo que pide una «enumeración»; otra de las preguntas del apartado es: «¿Cómo podría la Ley facilitar información, herramientas y capacitación para incorporar la adaptación a la toma de decisiones?».

El cuarto bloque de preguntas, con un conjunto de otras 3 interrogaciones, tiene que ver con el impacto social, económico y medioambiental, y en él se pregunta a los ciudadanos si consideran útil que se analicen «en particular» los efectos económicos y sociales relacionados con el impacto en los precios de la energía que supondría cada una de las alternativas para cumplir los objetivos fijados.

El siguiente apartado se refiere a las cuestiones de «carácter transversal»: «¿Debería la Ley contener mecanismos de revisión?» o «¿Qué papel ejemplarizante debe tener la Administración?», son 2 de las 5 preguntas que contiene esta sección. El último epígrafe tiene que ver con las alternativas. Para ello, el Gobierno tiene una sola pregunta: «Qué otro tipo de soluciones, regulatorias o no, cree que serían necesarias para asegurar el cumplimiento de los compromisos en materia de cambio climático y transición energética?».

Según los dos ministerios competentes, el objetivo es «elaborar un instrumento que marque el camino para alcanzar los compromisos internacionales adquiridos» en materia de cambio climático y energía y «aprovechar las posibilidades de desarrollo que puedan surgir del nuevo modelo económico, con el menor coste posible y generando crecimiento económico, empleo y bienestar a los ciudadanos». El Gobierno creó en abril un grupo interministerial para la elaboración de esta Ley. Además, ha anunciado la constitución de una comisión de expertos para elaborar un informe sobre diferentes escenarios de transición energética.

Energía advierte de que cualquier decisión en materia de energía nuclear condicionará el resto de la política energética

EFE / Europa Press.- El secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, ha advertido que cualquier decisión que se tome sobre la energía nuclear en España condicionará el resto de medidas de política energética que se adopten, dado su elevado peso en el suministro y a ser la única fuente estable que no emite CO2.

Navia se ha referido a las cuestiones fundamentales que tiene que abordar España a la hora de afrontar la transición energética, que se analizarán en la elaboración de la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Ha indicado que hay que lograr una mayor eficiencia energética y asegura que también se analizará el papel de los combustible fósiles, pues aunque su consumo se irá reduciendo para llegar al objetivo de descarbonización fijado para 2050, hay que ver que cómo se irán sustituyendo en la fase de transición pues, según Navia, durante la misma «tienen un papel que jugar y jugarlo con las condiciones adecuadas».

Respecto a las renovables, ha indicado que no pueden decidir el ritmo al que se incorporarán pero que conviene tener el «mayor grado de ambición posible» en su incorporación, sin que eso afecte a la competitividad de la economía del país y habilitando mecanismos de mercado que permitan tener fuentes de suministro de respaldo para cuando no puedan producir, además de ejecutarse las interconexiones con Europa. También señaló que habrá que analizar qué papel se da a la energía nuclear, pues su peso en la demanda de energía global es elevado y es «la única fuente energética gestionable estable sin emisiones de CO2», por lo cual lo que se decida sobre ella condicionará el resto de medidas de política energética.

Navia reconoció que el sector energético sí que tiene fijados unos objetivos a largo plazo, en concreto para 2050, que le obligan a cambiar el paradigma con el que ha venido funcionando, en el que el crecimiento económico iba siempre ligado a un mayor consumo de energía, y ahora tendrá que ir a un modelo más complicado. «Ya no podemos seguir avanzando en consumo, hay que consumir menos y de manera más inteligente», agregó. Además, afirmó que la transición tecnológica en materia de energía ya no es controlable desde la política energética, que sólo puede orientar su desarrollo, pues ya se ha superado la fase en la que las nuevas tecnologías de generación de energía necesitaban apoyo público para implantarse.

Navia aseveró que España se encuentra en un buen momento para hacer su planificación energética para los próximos años, pues en materia de renovables está en condiciones de cumplir los objetivos que se marcó para 2020 de que el 20% del consumo procediera de fuentes renovables y tiene unos sistemas energéticos «equilibrados financieramente». Destacó que esto permite «planificar con más tranquilidad» que si persistiera el déficit de tarifa que hubo, aunque sigue existiendo el problema de los elevados costes energéticos que tiene España con respecto a su entorno, que condicionan las políticas a futuro. En este sentido, recordó que el Gobierno está comprometido en no incrementar los costes regulados y, según haya margen, irlos reduciendo.

Navia ha defendido que para abordar la transición energética hace falta coordinación y consenso «a todos los niveles», sobre todo entre las administraciones públicas para mantener la «estabilidad» del sector en el tiempo. Navia ha subrayado también la importancia de la colaboración entre el sector público y privado y ha destacado que en la comisión de expertos, creada por el Ejecutivo para elaborar un informe sobre diferentes escenarios de transición energética, debe haber «debate de datos y no de ideologías».

El secretario de Estado de Energía ha explicado que el sector energético se enfrenta a «desafíos fundamentales» y que está «sometido a presiones» que ningún otro tiene, subrayando que en España está enmarcado en un contexto de recuperación cíclica «muy intensa». «El consumo está estabilizado y la eficiencia energética tiene cada vez más peso en varios sectores», ha subrayado Navia.

En este sentido, Navia ha explicado que la transición energética es un proyecto a largo plazo y que también deberá existir coordinación y «coherencia de políticas» entre los países que conforman la Unión Europea, ya que va a «cambiar» todo el mercado continental. Finalmente, ha subrayado que es «más difícil» tomar decisiones con la transformación tecnológica, porque «no se sabe que va a pasar». «Hay que ser conscientes que esta transformación tecnológica va a cambiar las regulaciones del sector», concluyó.

Jordi Aguiló es el nuevo presidente de APPA Biomasa hasta 2021 mientras que Javier Díaz seguirá presidiendo la asociación Avebiom

Europa Press.– Javier Díaz ha sido reelegido como presidente de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) para un nuevo mandato de 4 años, por lo que se mantendrá al frente de la asociación hasta el año 2021. Por otro lado, la asamblea general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) ha nombrado al director general de Operaciones de Energía de ENCE Energía y Celulosa, Jordi Aguiló, nuevo presidente de APPA Biomasa para los próximos 4 años.

APPA destacó que esta designación se produce en «un momento crucial» para esta tecnología, «que lucha por volver a tener subastas específicas y poder aportar la energía renovable y gestionable, firme y segura para el sistema eléctrico«.»La biomasa eléctrica puede aportar características fundamentales a nuestro mix renovable como la gestionabilidad con potencia firme. Si tenemos en cuenta los objetivos renovables que se están barajando para 2030, que está muy cerca, debemos impulsar la biomasa de forma decidida, tanto para la generación eléctrica como en sus usos térmicos», aseguró Aguiló.

Javier Díaz seguirá presidiendo Avebiom

Además de la reelección de Javier Díaz, se han incorporado a la nueva junta directiva, formada por 7 miembros: Román Monasterio Larrañaga (Enerlan Solutions), como vicepresidente; así como Diego Lamelas (Calor ERBI) y Roberto Bravo (Naturpellet), como vocales. Repiten Alberto Bodero, como secretario, y Javier Díaz Manteca (Las Pedrajeras) y José Casado Vadillo (Open Smart Rural), como vocales. «Agradezco enormemente la confianza que habéis depositado en esta Junta Directiva; responderemos con trabajo, dedicación e ilusión, pues creo firmemente que nuestro sector seguirá posicionándose como un gran alternativa a los combustibles fósiles, copando cada vez más espacio en el sector energético de nuestro país», aseguró Díaz.

La petrolera británica BP participa en proyectos tecnológicos para adaptar la compañía a la transición energética

EFE.– El presidente de BP España, Luis Aires, explicó que la compañía está participando en desarrollos tecnológicos sobre movilidad en empresas emergentes o startups para adaptarse «a la transición energética que sin duda va a venir«. Aires ha manifestado que la intención de BP, que tiene ya 100 años, es seguir suministrando energía en el nuevo escenario que se abre.

Aires ha explicado que BP no quiere quedarse sólo en los campos de las renovables y del biocombustible, donde ya está instalada, aunque tampoco va a lanzarse como han hecho otros competidores a comprar empresas que fabrican baterías para coches eléctricos o entrar en plataformas eólicas, ya que «las apuestas por una determinada tecnología son muy arriesgadas». Ha señalado que en la búsqueda de esas alternativas a la transición energética están mirando hacia la movilidad, las baterías, la recarga de vehículos eléctricos, el suministro de electricidad y los vehículos autónomos.

Aires señaló que para ello participan con más de 30 empresas emergentes en distintos desarrollos tecnológicos en esos campos, para que cuando logren algo de interés, «apostar con fuerza por su crecimiento». Respecto a la decisión del nuevo Gobierno francés de poner fin a la venta de coches diésel y de gasolina en 2040, se ha preguntado si prohibir una tecnología favorece el desarrollo tecnológico. Por otra parte, cuestionó el alto coste de las subvenciones para adquirir coches eléctricos, si se compara con el CO2 que reducen, y cree que se podrían tomar medidas para reducir las emisiones de CO2 a un coste «mucho menor«.

Con relación a las medidas de ayuntamientos para evitar el deterioro de la calidad del aire, ha señalado que el problema lo genera la antigüedad que tiene el parque automovilístico español, que se ha ido por encima de los 12 años tras la crisis. El presidente de BP España explicó que un coche actual contamina lo mismo que 30 coches de hace 20 años, por lo que cree que se deberían poner medidas para incentivar el reemplazo por coches nuevos.