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Abengoa suscribe un préstamo de 137,1 millones de euros para responder a sus necesidades de liquidez

Europa Press / Servimedia.- Abengoa ha suscrito a través de su filial Abengoa Concessions Investments Limited un préstamo con un grupo de bonistas por valor de 137,1 millones de euros destinado a cubrir las necesidades de liquidez de la compañía. La suscripción de esta línea de liquidez se produce apenas 6 días antes de que venza el plazo para evitar el preconcurso, en un momento en el que Abengoa y los principales acreedores trabajan en atraer el apoyo del 60% de la masa acreedora para solicitar una prórroga.

El apoyo de los bonistas mediante esta línea de liquidez, que permitirá a la empresa responder a las obligaciones más inminentes con sus empleados y cubrir suministros críticos, es un indicio de que se podrá alcanzar el porcentaje suficiente para lograr la prórroga. El nuevo préstamo ha sido concedido por las firmas 683 Capital Partners, LP, Arvo Investment Holdings, CCP Credit Acquisition Holdings Luxco, Company No.2 Pty, Lajedosa Investments, Potter Netherlands Coöperatief, SPV Capital Funding Luxembourg y varios fondos gestionados por Attestor Capital y por OHA y Oak Hill Advisors.

«El contrato de préstamo», indica Abengoa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), «tendrá como finalidad satisfacer las necesidades generales del negocio de la sociedad y sus filiales». El interés asociado a la línea de liquidez será inicialmente Euríbor más el 14,5%, mientras que el interés de demora será el resultado de sumar el 5% a la tasa de interés anterior. El nuevo préstamo tendrá como fecha de vencimiento el 23 de septiembre o, en el caso de que los préstamos de septiembre o diciembre se prorroguen hasta esa fecha, 12 meses desde el momento de su disposición.

Como ya ha ocurrido en la concesión de las dos líneas anteriores de liquidez para responder a las necesidades más urgentes de la empresa, Abengoa ha presentado como garantía las acciones de Atlantica Yield, en la que es el principal accionista. En esta ocasión, otorgará una prenda sobre 14,3 millones de acciones de Atlantica Yield en favor de los prestamistas. Este volumen de acciones equivale a un 14,3% del yield.

Fuentes del sector indicaron que la nueva línea de liquidez permitirá a la empresa afrontar sus obligaciones más inminentes con empleados y con suministros críticos. La prioridad es ahora, indican, «gestionar el negocio con éxito hasta que se ejecute la nueva estructura de capital y se pueda maximizar el valor de la compañía». Las fuentes aseguran que la nueva inyección de liquidez confirma la confianza de los acreedores en la Nueva Abengoa y que «viene a reforzar las probabilidades de éxito del plan de viabilidad industrial y financiero para lo cual Abengoa está trabajando intensamente».

Al margen de las relacionadas con Atlantica Yield, el préstamo también incluye otras garantías vinculadas a varias filiales de Abengoa, como Abeima Teyma Zapotillo, Abeinsa Asset Management, Abeinsa Inversiones Latam, Abeinsa, Ingeniería y Construcción Industrial, Abencor Suministros, Abener Energía, Abengoa Bioenergía, Abeinsa Infraestructuras Medio Ambiente, Abengoa Bioenergy Trading Europe, Abengoa Concessions, Abengoa Solar, Abentel Telecomunicaciones, ASA Desulfuración o Abengoa Water. El contrato de préstamo requerirá además el cumplimiento de ciertas obligaciones financieras, entre ellas un ratio inicial loan to value del 60% y el mantenimiento del ratio loan to value en no más del 80%.

Abengoa reducirá su deuda a la mitad hasta los 4.920 millones de euros

Servimedia.- Abengoa logrará reducir su deuda un 47% tras el acuerdo alcanzado con sus acreedores para asegurar su viabilidad y evitar así el concurso de acreedores. Según los detalles del acuerdo remitidos por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la deuda se reducirá hasta los 4.920 millones de euros, lejos de los 9.360 en que se encontraba actualmente.

La compañía prevé cerrar el presente ejercicio con un Ebitda negativo de 244 millones de euros, si bien ya en 2017 volverá al terreno positivo con un beneficio bruto de 20 millones de euros. A partir de ese momento, la empresa continuará incrementando su negocio hasta sumar un Ebitda positivo por valor de 181 millones de euros en 2018 y 236 millones un año después. Además, Abengoa espera unos ingresos de 4.200 millones de euros y un Ebitda de 274 millones de euros en 2020. La compañía estima que su valor bursátil estimado podría alcanzar los 5.395 millones de euros.

En manos de los acreedores

En virtud de este acuerdo, los acreedores de la compañía prestarán una nueva cantidad de entre 1.500 y 1.800 millones de euros por un plazo máximo de 5 años. Así, los financiadores tendrían derecho a recibir un 55% del capital social y la citada financiación tendría un rango superior a la deuda antigua y estaría garantizada con determinados activos. Al término del proceso de reestructuración, los actuales accionistas de la sociedad ostentarían una participación del 5% en el capital social.

Por otra parte, fuentes conocedoras del acuerdo explicaron que hasta el próximo 27 de marzo se abre un plazo para sumar acreedores al pacto alcanzado entre las entidades financieras y los bonistas. Así, el día 27 el auditor tiene que acreditar el apoyo al plan de un 60% de la deuda financiera para solicitar un plazo de espera más allá del 28 de marzo, con el fin de elaborar detalladamente el documento completo del plan de viabilidad y conseguir la firma legalmente del 75% de los poseedores de la deuda.

Abengoa recibirá entre 1.500 y 1.800 millones de euros para su reestructuración tras un principio de acuerdo con sus acreedores

Servimedia / EFE.- Abengoa y sus acreedores llegaron a un principio de acuerdo, en virtud del cual prestarán a la compañía una cantidad entre 1.500 y 1.800 millones de euros de crédito nuevo por un plazo máximo de 5 años. Además, los financiadores, fundamentalmente fondos propietarios de bonos, tendrían derecho a recibir un 55% del capital social de Abengoa y la citada financiación tendría un rango superior a la deuda antigua y estaría garantizada con determinados activos, incluyendo acciones libres de Atlántica Yield.

La compañía trasladó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) “las bases para un acuerdo de restructuración de su deuda financiera y su recapitalización”, acordado con un conjunto de acreedores compuesto por bancos y tenedores de bonos. La sociedad subrayó que «las citadas bases contienen los elementos esenciales para alcanzar un futuro acuerdo de reestructuración que, en todo caso, estará sujeto a que se alcance el porcentaje de adhesiones que requiere la ley», por lo que tiene 18 días para sumar apoyos entre los bonistas y la banca que equivalgan al menos al 75% de su deuda y articular el acuerdo definitivo que evite el concurso de acreedores.  Por tanto, aunque no hay acuerdo definitivo éste es «inminente».

La empresa afronta así el sprint final para lograr adhesiones y cerrar todos los aspectos legales y financieros. Aunque lo más difícil ya está hecho, puesto que en el acuerdo figuran los dueños del 40% de su deuda a través de tenedores de fondos y bancos, la empresa debe lograr ese 75% que fija la ley y articular el acuerdo definitivo. Para ello, cuenta con unas dos semanas que se quedan en 10 días hábiles, con la Semana Santa de por medio, antes del plazo límite del 28 de marzo, cuando se cumplen los 4 meses que la ley da en el periodo de preconcurso.

Así queda el capital social

El acuerdo dibuja la nueva estructura de capital de Abengoa y articula los mecanismos para las inyecciones de liquidez que le permitan seguir funcionando. Para empezar, un 55% pasará a manos de los que aporten la nueva inyección de liquidez, entre 1.500 y 1.800 millones que serán aportados fundamentalmente por fondos tenedores de bonos. En el acuerdo se recoge también que el importe de la deuda antigua objeto de capitalización se correspondería con un 70% de su valor nominal. Dicha capitalización otorgaría el derecho a suscribir un 35% del nuevo capital. Por ello, un 35% quedará en manos de los actuales acreedores (banca y bonistas). Asimismo, otro 5% irá a los que aporten avales necesarios por 800 millones de euros.

Por su parte, la deuda financiera correspondiente a las líneas de liquidez concedidas al grupo con fecha 23 de septiembre y 24 de diciembre de 2014 por un importe total de 231 millones de euros (más gastos financieros devengados) será objeto de refinanciación mediante la extensión de su plazo por dos años. Esta deuda estaría garantizada con las acciones de Atlántica Yield y sería objeto de amortización anticipada en caso de venta de las acciones esta sociedad o emisión de un canjeable sobre dichas acciones. El preacuerdo establece una partida por valor de entre 100 y 110 millones de euros en un crédito para las necesidades de la compañía que se hará efectivo este marzo.

Finalmente, al término del proceso de reestructuración, los actuales accionistas ostentarían una participación del 5% restante en el capital social. Entre esos accionistas, está Inversión Corporativa, la sociedad de la familia Benjumea, cuya participación del 51% quedará en alrededor del 2,5%. Eventualmente, podrían aumentar dicha participación en un porcentaje a acordar no superior a un 5% adicional, en caso de que en un plazo de 5 años se haya satisfecho en su totalidad tanto las cantidades adeudadas en virtud de la nueva financiación que se aportase en el marco de la reestructuración como la deuda existente, incluyendo sus costes financieros.

Además, se prevé unificar en una sola las dos clases de acciones de Abengoa existentes en la actualidad. Las acciones B de Abengoa, las más líquidas, cayeron un 12,67% en bolsa, hasta los 0,317 euros, tras dos sesiones de fuertes subidas que anticipaban el acuerdo. Abengoa, con pérdidas de 1.213 millones en 2015, se acogió al preconcurso de acreedores el pasado noviembre, asfixiada por graves problemas de liquidez con una deuda bruta de 9.395 millones de euros y pagos pendientes a proveedores por 4.379 millones.

KPMG propone que los acreedores inyecten 1.800 millones de euros en Abengoa, cuyos títulos se disparan un 30% en Bolsa

Redacción / Agencias.- Los títulos B de Abengoa subieron un 29,64% en Bolsa ante lo que parece un acuerdo «inminente» entre empresa y acreedores (banca y bonistas) que permita evitar el concurso y garantizar su viabilidad. En este sentido, KPMG plantea que los acreedores de Abengoa inyecten entre 1.500 millones y 1.800 millones de euros en la compañía como parte del plan de refinanciación para evitar que la empresa entre en concurso de acreedores, según indicaron fuentes financieras.

La firma, que representa a los bancos acreedores en el proceso de negociación, considera que las aportaciones podrían realizarse a través de distintas fórmulas, entre las que figuran créditos o bonos. El diario Expansión, que adelanta esta información, señala que esta cantidad es superior a los cerca de 1.000 millones de euros inicialmente barajados y que a las entidades que inyecten este capital les corresponderá el 55% de la Nueva Abengoa, frente al 45% de las que realicen la quita.

Los actuales accionistas mantendrían, conforme a este planteamiento, un 5% del capital, frente al 51% de la actualidad. Abengoa y sus acreedores están acelerando esta semana el plan de viabilidad global para la compañía, que ultima la propia KPMG, así como la inyección de liquidez inmediata que necesita el grupo para cubrir sus necesidades durante el periodo del preconcurso de acreedores. El proceso se ha desbloqueado después de que el principal accionista de Abengoa, Felipe Benjumea, desistiera en sus intenciones de mantener una participación de control en la Nueva Abengoa.

El acuerdo parece más próximo después de despejarse durante la semana pasada algunos escollos que mantenían estancadas las negociaciones. Unos escollos que giraban en torno a la participación que Inversión Corporativa, la sociedad de la familia Benjumea. Junto a esto, también se despejó el camino con la salida definitiva del expresidente Felipe Benjumea del grupo y que llevó aparejada la sustitución del presidente: Antonio Fornieles asumió el cargo hasta entonces ocupado por José Domínguez Abascal.

El plan global es vital para abordar la reestructuración que deberá discutirse por todas las partes, en busca de un consenso antes del plazo límite del 28 de marzo que permita a la compañía esquivar el concurso de acreedores. Las necesidades de liquidez para la continuidad de las operaciones de Abengoa apremian. La más inmediata es la de 165 millones de euros que necesita para cubrir las necesidades de la compañía durante el periodo del preconcurso de acreedores y que se negocia con los bonistas.

Esta liquidez deberá llegar también con el visto bueno de la banca ya que, además de estar vinculada a unos fuertes intereses, tiene la condición para su desembolso de compartir las garantías que poseen las entidades financieras en Atlantica Yield (antigua Abengoa Yield). Además, en su plan de viabilidad, la compañía cifra unas necesidades de liquidez de 826 millones de euros para este año y de 304 millones de euros para el próximo. Asimismo, estima otras necesidades de garantías técnicas para poder iniciar pedidos por unos 525 millones de euros.

Sus acciones suben un 30%

Los títulos B de Abengoa subieron un 29,64% en Bolsa y terminaron la sesión en 0,363 euros, con lo que recuperan niveles de principios de diciembre, días después de la presentación del preconcurso. Las acciones clase A se han revalorizado un 26,42%. El plan de reestructuración de Abengoa prevé la reducción a un tercio de la deuda mediante diversas opciones, entre ellas la capitalización de préstamos, que daría a los acreedores el control. Abengoa, que comunicó unas pérdidas de 1.213 millones en 2015, se acogió al preconcurso de acreedores el pasado noviembre asfixiada por graves problemas de liquidez con una deuda bruta de 9.395 millones de euros y pagos pendientes a proveedores por 4.379 millones.

La compañía nombra nuevos vicepresidentes

Por su parte, el consejo de Administración de Abengoa comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) nuevos nombramientos en la vicepresidencia de la compañía, así como en otros órganos. En concreto, se ha aprobado el nombramiento como vicepresidente primero del Consejo de Joaquín Fernández de Piérola, que unirá este cargo al que actualmente ostenta de consejero delegado. Además, ha sido nombrado miembro de la Comisión de Inversiones en sustitución de José Domínguez.

Por su parte, la compañía también ha dado el visto bueno al nombramiento de Alicia Velarde como vicepresidenta segunda y consejera coordinadora. Además, Velarde será también presidenta de la Comisión de Auditoría y presidenta de la de Inversiones. Por otra parte, se cubrirá por cooptación la vacante existente en el consejo por el fallecimiento de José Luis Aya, nombrando consejero a la sociedad Inayaba, y designando como representante persona física a Ana Abaurrea. Asimismo, se le nombra miembro de la Comisión de Estrategia y Tecnología.

Abengoa y sus acreedores acercan posturas ante un acuerdo que se presume inminente

EFE.- Abengoa y sus principales acreedores afrontan una semana clave tras desbloquear los principales escollos de la negociación, alrededor del expresidente Felipe Benjumea, buscando un acuerdo que se precisa inminente para poder cumplir con los plazos que eviten el concurso de acreedores. Con el 28 de marzo como fecha límite y tras bastantes días en los que las negociaciones parecían estancadas, se despeja algo más el camino para esa «solución global» que dé futuro a la ingeniería andaluza.

El escollo, según señalan fuentes conocedoras de la negociación, estaba en la participación que Inversión Corporativa, la sociedad de la familia Benjumea y otros socios fundadores, buscaba mantener tras el proceso de reestructuración y que, finalmente, podría diluirse hasta el 5% desde el 51% actual. Hasta ahora, Inversión Corporativa se negaba reducir su participación por debajo del 12%, algo que era inaceptable para los acreedores.

Tras esto, el plan de reestructuración de Abengoa debería estar terminado de forma «inminente» para poder llegar al 28 de marzo con un acuerdo definitivo que evite el concurso. Una vez plasmado el acuerdo, deben ponerse las garantías y dar plazo para que se puedan sumar más acreedores, explican fuentes conocedoras de la situación. «Si no hay avances muy significativos esta semana se complica muchísimo poder cumplir los plazos», subrayan.

El plan de reestructuración de Abengoa prevé la reducción a un tercio de la duda mediante diversas opciones, entre ellas la capitalización de préstamos, que daría a los acreedores el control de la compañía. Abengoa, que tuvo unas pérdidas de 1.213 millones en 2015, se acogió al preconcurso de acreedores en noviembre asfixiada por graves problemas de liquidez con una deuda bruta de 9.395 millones de euros y pagos pendientes a proveedores por 4.379 millones.

Abengoa convoca asamblea de bonistas para el 28 de marzo mientras Abengoa Bioenergy se acoge a la ley de bancarrota

Ree La filial de Abengoa se acogió a la ley de bancarrota de Estados Unidos, cediendo a la presión de los acreedores, en una jornada en la que la compañía convocó para el próximo 28 de marzo, fecha que la empresa tiene como límite para evitar el concurso, una asamblea general de los bonistas de una emisión de 500 millones de euros con vencimiento en 2016 y un interés del 8,5%.

Según comunicó Abengoa a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la asamblea tendrá lugar en su sede de Madrid, en el Paseo de la Castellana 43, a las 10:00 horas y entre los puntos del orden del día está la eventual modificación de las condiciones y tipo de interés. En el supuesto de que no pudiera celebrarse en primera convocatoria por no alcanzarse el quórum necesario, se haría una segunda convocatoria. El 28 de marzo se cumple el plazo de 4 meses con el que Abengoa, que solicitó el preconcurso de acreedores en noviembre, cuenta para evitar la que sería la mayor insolvencia de la historia de España.

Problemas también para Abengoa Bioenergy

Por su parte, Abengoa Bioenergy, se acogió a la ley de bancarrota e informó de activos y deudas por una cuantía de entre 1.000 y 10.000 millones de dólares en su solicitud del capítulo 11 de la ley ante el tribunal de quiebras de San Luis (Misuri), lo que le da la posibilidad de reestructurarse bajo su actual dirección. La petición de Abengoa, que opera plantas de etanol, se produce poco después de que varios proveedores de maíz presentaran solicitudes de liquidación contra dos filiales de Abengoa ante los tribunales de Kansas y en Nebraska.

La CNMV no será «ningún obstáculo» para que Abengoa «salga adelante»

Servimedia.- La presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Elvira Rodríguez, aseguró que la institución no va a ser «ningún obstáculo» para que Abengoa «salga adelante», aunque quiso dejar claro que «no vamos a dar ninguna autorización que lleve a actuar de forma heterodoxa». En este sentido, Rodríguez explicó que desde que Abengoa anunció su intención de presentar preconcurso de acreedores, la Comisión realizó requerimientos de información.

Rodríguez indicó que «no me gusta nada que las empresas españolas entren en preconcurso». Por ello, subrayó, «por parte del supervisor no se van a encontrar ni el más mínimo obstáculo para que una empresa salga adelante o siga adelante». Además, consideró que si Abengoa supera el preconcurso «es lo mejor que le puede suceder a los inversores minoritarios que están atrapados por esta situación». En todo caso, la presidenta de la CNMV aseguró que «no vamos a dar ninguna autorización que lleve a actuar de forma heterodoxa». Rodríguez explicó que están esperando a ver si hay operaciones corporativas y «si son como deben de ser no van a recibir ningún obstáculo», aunque «hay muchas circunstancias a tener en cuenta».

Moody’s cree que el plan de Abengoa refleja un negocio operativo «viable»

EFE / Servimedia.- Mientras los problemas en los Juzgados continúan para sus antiguos dirigentes y la Audiencia Nacional volvió a rechazar el uso de pólizas para que el expresidente de la compañía, Felipe Benjumea, pueda cubrir su fianza, la agencia de calificación Moody’s considera que el plan de viabilidad presentado por Abengoa apoya su visión de que el negocio operativo subyacente de la empresa de ingeniería y energías renovables es «viable».

No obstante, la agencia Moody’s vuelve a advertir del riesgo de que las negociaciones con los acreedores fracasen y la compañía termine en un proceso de insolvencia formal. La compañía andaluza, en preconcurso de acreedores desde el pasado noviembre, presentó recientemente un documento en el que estableció una valoración neta del grupo de 5.395 millones de euros. Dicho plan, en el que cifró sus necesidades de liquidez para este año en 826 millones, tiene que ser negociado con sus acreedores.

Moody’s indicó que el plan incluye «inyecciones de liquidez considerables en 2016 y 2017, junto a una reestructuración de la deuda que todavía tiene que acordarse». Abengoa pretende reducir a un tercio su deuda actual, que ronda los 9.000 millones. Moody’s le mantiene una calificación de Caa3, para «equilibrar la alta posibilidad de un impago y una pérdida para los acreedores con la asunción de que el negocio operativo subyacente es viable«. Además, señaló que es «muy probable» que se produzcan más impagos de intereses durante el periodo de preconcurso. «Nuestra perspectiva negativa refleja el riesgo de que las discusiones puedan no tener éxito y que Abengoa pueda acabar en un proceso de insolvencia», explicó.

Rechazo al uso de pólizas

Por su parte, la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso presentado por el expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, confirmando así la decisión de la juez Carmen Lamela de denegarle la presentación de una póliza de seguro para cubrir la fianza impuesta. La Audiencia Nacional ya había decidido no admitir las pólizas de seguro presentadas por Benjumea y el exconsejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, para avalar sus fianzas de 11,5 millones y 4,5 millones de euros, respectivamente. Benjumea recurrió este rechazo que ahora confirma la Audiencia en una decisión contra la que no cabe recurso, por lo que los exdirectivos de Abengoa deberán depositar estas cantidades.

En el auto en el que se rechaza, se explica que las medidas cautelares reales, como una fianza, tienden a limitar la libre disposición de un patrimonio para «asegurar las responsabilidades pecuniarias de cualquier clase que puedan declararse en un proceso penal». Los jueces añaden también que la suscripción de dicha póliza se perfila «como un mecanismo más de los empleados» por Benjumea en perjuicio de la entidad que administraba, la propia Abengoa que aparece tomadora del seguro, «con efectos beneficiosos en exclusiva para el asegurado» y las compañías aseguradoras.

La Audiencia Nacional admitió a trámite en diciembre de 2015 la querella presentada por dos bonistas contra los exdirectivos de Abengoa, Felipe Benjumea y Manuel Sánchez Ortega, a quienes les impuso una fianza civil equivalente a las indemnizaciones que recibieron al salir del grupo. La juez Lamela considera que pudieron incurrir en un delito de administración desleal y, en el caso de Sánchez Ortega, otro de información privilegiada tras su fichaje por el fondo Blackrock.

Abengoa esgrime su plan frente a las pérdidas de una posible liquidación mientras la Audiencia Nacional retira pasaporte a Benjumea

EFE.- La juez de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, que investiga al expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, por un posible delito de administración desleal, le ha retirado el pasaporte como medida cautelar. Mientras tanto, la compañía sigue buscando su viabilidad con un plan con el que quiere convencer a sus acreedores de que cuenta con negocio suficiente para evitar el concurso, un escenario que la llevaría a la liquidación y que «supondría enormes pérdidas» para todos.

Este documento «conservador» y «realista» supone la «mejor manera de maximizar el valor» de la compañía, según Toni Álvarez, representante de Álvarez&Marsal, firma que ha asesorado a Abengoa para la elaboración del plan, remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que cifra en 5.395 millones de euros el valor de la «nueva Abengoa» que salga del preconcurso, es decir, «siete veces más en operación que en liquidación».

El plan dibuja un modelo de negocio capaz de generar unos 1.000 millones de euros de caja entre 2007 y 2020, un impacto positivo derivado de desinversiones de activos no estratégicos de 473 millones en 2016-2017 y la salida de proyectos con altos requerimientos de efectivo, lo que reducirá sus necesidades de caja en 2.095 millones en el mismo periodo. También plantea un ajuste de la base de costes de unos 200 millones hasta 2018. Una serie de variables que, no obstante, afrontan eventuales riesgos como la dificultad para las desinversiones, unos costes de salida de proyectos mayores de los inicialmente previstos o falta de visibilidad sobre la financiación para las necesidades inmediatas de liquidez.

En cuanto a las necesidades de liquidez, Abengoa las cifra en 826 millones de euros para este año, a los que se sumarían 304 millones de euros para 2017. Junto a esto señala a la necesidad de «garantías técnicas» por valor de 525 millones para poder trabajar. La compañía dibuja una nueva Abengoa, centrada en la actividad de ingeniería y construcción, con el foco en menos líneas de negocios y con fuertes controles financieros para los nuevos proyectos que se pongan en marcha. Así, el grupo espera que los nuevos proyectos cuenten con un margen de entre el 8,7% y el 14% y que cumplan escrupulosamente con los criterios establecidos.

También establece una severa disciplina financiera, centrada en la generación de caja, y con criterios aplicados proyecto a proyecto, con el objetivo de que las necesidades de efectivo de unos «contaminen» el beneficio de otros, según Toni Álvarez. El plan, elaborado junto a Alvarez&Marsal, busca presentar una nueva compañía viable «saneada y rentable» para accionistas y acreedores frente a un proceso de liquidación que «supondría enormes pérdidas para todas las partes presentes en la negociación».

Con el 28 de marzo como fecha tope para evitar el que sería el mayor concurso de acreedores de la historia de España, este plan servirá de base para que KPMG elabore una «solución global» y se inicien las negociaciones que permitan el saneamiento financiero, reduciendo la deuda a un tercio (de los 9.000 millones actuales a 3.000 millones) y permitiendo la viabilidad de la ingeniería andaluza. En lo que se vislumbra como una negociación compleja para intentar reducir esos 6.000 millones de deuda: quitas (que la banca rechaza de entrada), capitalización de la deuda, préstamos participativos a largo plazo o una combinación que, finalmente, terminará dando el control de Abengoa a bancos y fondos.

Retirada de pasaporte a Benjumea

La Audiencia Nacional ha impuesto al expresidente de Abengoa, Felipe Benjumea, medidas cautelares consistentes en la retirada del pasaporte y la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado. La juez Carmen Lamela atiende así la petición del fiscal José Perals y le prohíbe la salida de España al considerar que no existe certeza de que Benjumea no eluda a la justicia en el futuro. Acusado de administración desleal a raíz de la querella de dos bonistas de la compañía, Benjumea declaró esta semana junto con el exconsejero delegado, Manuel Sánchez Ortega, a quien se le investiga además por el uso de información privilegiada tras su fichaje por Blackrock.

Sobre el cobro de indemnizaciones millonarias de 11,5 millones y 4,5 millones de euros a Benjumea y Sánchez Ortega, respectivamente, la juez advierte de que existen indicios de su posible participación en el cobro de unas cantidades «que no se corresponden con las pactadas con la compañía, ni son acordes con el estado económico y financiero de la misma» en el momento del cese. Una versión que cuestiona la del expresidente de Abengoa, que alegó que es una práctica normal «para asegurar su permanencia en el cargo», y aseguró que su salida fue consecuencia de una exigencia verbal impuesta por las entidades financieras, especialmente por el Santander, de la que no existe constancia por escrito.

El expresidente de Abengoa afirmó que la empresa «no tiene ningún problema salvo el de liquidez», y achacó la situación que actualmente atraviesa la compañía, en preconcurso de acreedores, a la reforma del sector eléctrico y de las renovables puestaen marcha por el Gobierno. Sánchez Ortega, por su parte, aseguró que su entrada en Blackrock cuando los títulos de Abengoa comenzaron a desplomarse en Bolsa, que es el origen de la acusación que pesa sobre él por uso de información privilegiada, fue «una coincidencia».

Abengoa y sus acreedores confían en terminar de diseñar una solución este mes para la compañía

EFE.- Las reuniones entre los acreedores de Abengoa (banca y bonistas), la compañía y los distintos asesores se intensificarán en las próximas semanas con el objetivo de contar con una solución sobre la mesa antes de que termine este mes. Según fuentes conocedoras del proceso, esta semana habrá nuevas reuniones entre las partes para seguir trabajando en el plan de viabilidad trasladado la semana pasada por Abengoa a sus acreedores.

Este plan dibuja una deuda de 9.000 millones de la que alrededor de un tercio es sostenible, es decir, se puede mantener con el negocio; mientras que el resto es capitalizable, esto es, debería convertirse en acciones de la compañía. Esta conversión de deuda en acciones previsiblemente dará el control de la compañía a los acreedores y diluirá significativamente a los actuales accionistas, si bien el porcentaje exacto dependerá del resultado de las negociaciones. Junto a esto, apunta a unas necesidades próximas de liquidez de 700 millones de euros, adicionales a los 165 millones que sigue negociando con los bonistas.

El plan financiero complementó el plan industrial avalado por el consejo de administración a finales de enero, en el que se dibuja una empresa más pequeña, centrada en las actividades de ingeniería y construcción. Prevé además una serie de desinversiones, cifradas en unos 1.500 millones de euros, en las que se incluye la división de bionenergía de primera generación. Una vez analizados los detalles, KPMG podría tener lista a finales de este mes una «solución global» en aras de evitar el que sería el mayor concurso de acreedores de la historia de España. Una solución que deberá consensuarse y aprobarse con el 28 de marzo como fecha límite, cuatro meses después de presentarse el preconcurso.