Entradas

El mundo alcanza un acuerdo histórico para luchar contra el cambio climático en la Cumbre de París

Redacción / EFE.- 195 países aprobaron en París el primer acuerdo universal de lucha contra el cambio climático, en el que de manera histórica tanto naciones desarrolladas como en desarrollo se comprometen a gestionar juntas la transición hacia una economía baja en carbono. El Acuerdo de París, llamado a cambiar el modelo de desarrollo del planeta hacia uno libre de combustibles fósiles, se aprobó cuando su principal artífice, presidente de la COP21, Laurent Fabius, dio el martillazo del consenso y dijo: «Acabamos de hacer algo grande».

Inmediatamente después, Fabius se fundía en un fuerte abrazo con la secretaria de la Convención de cambio climático de la ONU, Christiana Figueres y con la embajadora francesa en la COP21, Laurance Tubiana, dos mujeres clave para conseguir el pacto, mientras muchos de los presentes lloraban de emoción, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry. Lograr este acuerdo ha costado dos décadas de cumbres del clima y 12 meses de los más intensos esfuerzos diplomáticos «que se hayan hecho en la historia», según la ONU, en los que Fabius tuvo un liderazgo fundamental.

El acuerdo tiene como objetivo «mantener la temperatura media mundial muy por debajo de dos grados centígrados respecto a los niveles preindustriales», aunque los países se comprometen a «todos los esfuerzos necesarios» para que no rebase los 1,5 grados y evitar así «los impactos más catastróficos del cambio climático». Para lograr ese objetivo, recoge compromisos nacionales de lucha contra el cambio climático y obliga a los países tanto a rendir cuentas de su cumplimiento como a renovar sus contribuciones al alza cada 5 años. Cada Estado se compromete a tomar las medidas necesarias a nivel nacional para cumplir lo que dice en su contribución, y los que quieran podrán usar mecanismos de mercado (compraventa de emisiones) para cumplir sus objetivos.

Para asegurar que se alcanza el objetivo de menos de dos grados, la primera revisión de las contribuciones nacionales tendrá lugar en 2018, y la primera actualización de las mismas será en 2020. No habrá sanciones, pero existirá un comité de cumplimiento que diseñe un mecanismo transparente para garantizar que todo el mundo hace lo prometido en París, y que advierta antes de que expiren los plazos si está o no en vías de cumplirse.

Como objetivos a largo plazo, las naciones se proponen que las emisiones toquen techo «tan pronto como sea posible», reconociendo que esta tarea llevará más tiempo para los países en desarrollo, y que se efectúen reducciones rápidas a partir de entonces. Además, los países se comprometen a lograr «un equilibrio entre los gases emitidos y los que pueden ser absorbidos» en la segunda mitad de siglo, lo que viene a suponer cero emisiones netas, o dicho de otro modo: que no se pueden lanzar más gases que los que el planeta pueda absorber por sus mecanismos naturales o por técnicas de captura y almacenamiento geológico.

El acuerdo obliga legalmente a los países desarrollados a contribuir a financiar la mitigación y la adaptación en los Estados en desarrollo, y anima a otros países que estén en condiciones económicas de hacerlo a que también aporten voluntariamente. La intención de financiar debe ser comunicada dos años antes de transferir los fondos, de manera que los países en desarrollo puedan planificar con qué cantidades podrán disponer. No obstante, la mayor parte de las responsabilidades de financiación no están en el acuerdo sino en la decisión que lo desarrolla (que no es legalmente vinculante), donde dice que las naciones ricas deberán movilizar un mínimo de 100.000 millones anualmente desde 2020, así como revisar al alza esa cantidad antes de 2025.

El texto reconoce la necesidad de poner en marcha un «mecanismo de pérdidas y daños», asociado a los efectos más adversos del cambio climático. El nuevo acuerdo entrará en vigor cuando al menos 55 partes, que sumen en total el 55% de las emisiones globales lo hayan ratificado. «Acabamos de adoptar el acuerdo más significativo de la historia, hoy es día de celebración pero mañana mismo toca ponernos a trabajar para cumplirlo», apeló en el plenario el comisario europeo de Acción Climática, Miguel Arias Cañete.

Éxito de la diplomacia francesa

El primero que decidió asumir la aventurada hazaña de intentar poner de acuerdo a cerca de doscientas naciones con intereses contrapuestos tras el devastador fracaso de la cumbre del clima de Copenhague (2009) fue el presidente francés, François Hollande, que eligió con gran tino a las dos personas para lideraron esta gesta. Frente a la costumbre de designar como presidente de la COP al ministro nacional de Medio Ambiente, Hollande optó por su titular de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, conocido por su sangre fría, para liderar la cumbre de París, apoyado por Laurence Tubiana, una diplomática implicada en las negociaciones del clima desde Kioto (1997).

Pese al esfuerzo y la convicción de Francia, el acuerdo no hubiera sido posible sin el impulso recibido por líderes globales como los de Estados Unidos, China, la India o Alemania, que captaron que luchar contra el calentamiento no es una cuestión sectorial y medioambiental, sino transversal, que afecta a todas las políticas. Cada uno tenía sus razones: Barack Obama llegó a la Casa Blanca comprometiéndose a combatir «la mayor amenaza que pesa sobre las generaciones futuras» y no quería dejarla sin un pacto; y el primer ministro indio, Narendra Modi, es muy consciente de que necesita el apoyo financiero para alumbrar con renovables al 20% de su población aún sin acceso a la electricidad.

Tampoco hay que olvidar a la secretaria de la convención de cambio climático de la ONU, Christiana Figueres, que asumió el puesto 6 meses después de que el fracaso de Copenhague pusiera seriamente en duda la capacidad de las Naciones Unidas como marco de entendimiento de los países en esta cuestión. Para trasladar con fuerza el mensaje de que era «el momento» del acuerdo la costarricense se ha rodeado, en la sombra, de un equipo de 10 influyentes personalidades de todo el mundo, entre ellos el expresidente de México Felipe Calderón, o la exsecretaria de Estado española de cambio climático, Teresa Ribera, hoy parte de la delegación francesa y clave en las negociaciones con Latinoamérica.

Cuando llega la hora de la verdad y arranca la reunión de París, Francia demuestra haber aprendido de manera sobresaliente de los errores de Copenhague, y dirige las negociaciones con una transparencia sin precedentes. La primera semana deja hacer a los negociadores y Fabius se inventa un órgano llamado Comité de París compuesto de 14 ministros para facilitar y liderar las negociaciones. Los ministros no estaban nombrados al azar, sino escogidos con astucia entre los países que más resistencia ofrecían en algunos puntos, como Arabia Saudí, Venezuela, Bolivia o Brasil. Así neutraliza a los principales agentes de discordia y hace pesar sobre sus hombros la responsabilidad de resolver los desencuentros.

El jueves, cuando se acerca la hora del acuerdo y los países escenifican sus posturas más duras, Fabius decide inteligentemente dar el viernes como día de reflexión, recibir en su despacho a todos y posponer al sábado el acuerdo. A las 11.30 del sábado, un flamante Fabius entra en el plenario a presentar el acuerdo en medio de la ovación de los presentes, lo que demostraba que los países habían visto el texto final de consenso que Francia terminó de redactar a las 06.30 y que lo aceptaban. Francia da 6 horas para que el documento sea traducido a los idiomas oficiales de la ONU y revisado por los juristas y convoca un plenario para su aprobación a las 17.30.

El plenario se mantiene en vilo durante dos horas que pudieron truncar el acuerdo. Estados Unidos había advertido de que la versión inglesa contenía un error de traducción respecto a lo acordado, y que donde decía que las naciones desarrolladas «deben» seguir encabezando los esfuerzos de reducción de emisiones tendría que haber figurado un condicional: «deberían». Nicaragua, uno de los solo nueve países que no han presentado objetivos de contribución nacional en la lucha contra el cambio climático, indicó que se negaba a aceptar el cambio y que pensaba bloquearlo.

La obstrucción de Nicaragua hubiera mandado al traste el pacto, que obligatoriamente debía aprobarse por consenso, si no fuera porque el resto de países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, (Venezuela, Ecuador, Bolivia o Cuba) le dejaron sola. Al verse acorralada, Nicaragua decide abandonar el bloqueo y, dos horas después de lo previsto, Fabius toma posesión del estrado para dar un rápido martillazo y fundirse en un fuerte abrazo a tres con Tubiana y Figueres, mientras gran parte de los negociadores presentes mostraban su emoción.

Europa, China y Estados Unidos insisten en que el pacto de París sea vinculante mientras los países subdesarrollados exigen financiación

EFE.- La Unión Europea, China o Estados Unidos, entre otras partes de la cumbre del clima de París, reclaman un pacto de lucha contra el cambio climático «legalmente vinculante«, aunque esta expresión tiene un sentido distinto para cada uno de ellos. Mientras, representantes de los países menos desarrollados piden a sus socios más ricos que asuman su mayor responsabilidad en el calentamiento global y acepten incluir exigencias diferenciadas en el acuerdo de reducción de emisiones que se negocia en la COP21.

Las delegaciones de los 195 países centran sus intensas negociaciones en el carácter legal del acuerdo, entre otros temas y, según diversas fuentes, se busca una fórmula cercana a lo que persigue Estados Unidos. Las fuentes también apuntaron a que esa expresión tiene un sentido distinto para cada una de las partes. El comisario de Acción por el Clima de la Unión Europea, Miguel Arias Cañete, reitera que quieren que el acuerdo y los 185 compromisos nacionales de reducción de emisiones presentados para el mismo sean jurídicamente vinculantes internacionalmente o quedarán en papel mojado. China y Estados Unidos también persiguen un pacto vinculante, pero, a diferencia de la Unión Europea, no lo quieren en su totalidad sino hasta cierto punto.

Estados Unidos busca un acuerdo por el que los países estén obligados a remitir compromisos de reducción de emisiones periódicamente, a tomar medidas internas para asegurar que cumplen lo prometido y a rendir cuentas regularmente, pero no pretende que los objetivos nacionales ofertados sean vinculantes. La legislación estadounidense dice que todo acuerdo vinculante con «objetivos» o cifras de cumplimiento obligatorio debe ser remitida al Senado, lo que el Gobierno Obama quiere eludir ante la posibilidad de que la mayoría republicana lo rechace. Esa delegación argumenta que su propuesta contentaría a países como China o India que no quieren «atar» las cifras de reducción de emisiones ofrecidas con esa fórmula legal.

Preguntado al respecto, Yvo de Boers, una de las personas que mejor conoce las negociaciones, de las que fue jefe como secretario de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC) entre 2006 y 2010, quita peso al hecho de que el futuro pacto sea «legalmente vinculante». Muchos países piden que lo sea a nivel internacional, «pero ¿qué significa? ¿Que si alguien no cumple lo llevas a la corte penal internacional? Eso nunca ocurre», señaló De Boers.

A su juicio tendría más sentido que fuera legalmente vinculante a nivel nacional, pues argumenta que «la promesa que has hecho en París, la llevas a tu Parlamento y la transformas en una ley que recoja el procedimiento para cumplirlo». De Boers vaticina que si hay un acuerdo final con todos los compromisos recogidos «y se dice que los países los implementarán en sus legislaciones y cada 5 años los revisarán y renegociarán la ambición, la Unión Europea lo aceptará» aunque no sea vinculante internacionalmente.

El embajador mexicano y miembro de la delegación de este país, Luis Alfonso de Alba, comparte la visión de que un acuerdo bien atado «en el que todas las partes pasan por un proceso de revisión del cumplimiento de sus obligaciones» es lo fundamental. Además, recuerda que el pacto prevé que cuando los países renueven en el futuro sus contribuciones nacionales no pueden prometer menos de lo ofrecido en 2015, lo que garantiza que irán revisando al alza aunque las promesas no sean jurídicamente vinculantes.

Determinará la fuerza legal del acuerdo «su contenido, no su nombre ni si es o no vinculante internacionalmente», subrayó por su parte la experta en temas legales del World Resources Institute, Eliza Northrop, quien augura que el resultado será una combinación de textos vinculantes y no vinculantes muy similar a lo que busca Estados Unidos. Northrop explicó que el acuerdo en sí será un pacto legal internacionalmente, por lo que para formar parte del mismo los países deberán ratificarlo posteriormente.

En cualquier caso, esa fórmula se sigue discutiendo en París, donde hay un nuevo texto de negociación con cinco páginas menos (50 en lugar de 55) pero con más paréntesis (1.400 frente a 1.250). El documento cuenta con 250 opciones abiertas que afectan fundamentalmente a las cuestiones más peliagudas: la financiación, mitigación y adaptación al cambio climático en los países en desarrollo y la diferenciación entre países ricos y pobres respecto a cumplir los compromisos.

Piden a Occidente más responsabilidad

Representantes de los países menos desarrollados pidieron a sus socios más ricos que asuman su mayor responsabilidad en el calentamiento global y acepten incluir exigencias diferenciadas en el acuerdo de reducción de emisiones que se negocia. «Es responsabilidad de todos, colectivamente. Pero tienen una mayor responsabilidad nuestros socios desarrollados, que son los que tienen la responsabilidad histórica de acudir con objetivos muy ambiciosos», afirmó el ministro de Medioambiente de Gambia, Pa Ousman Jarju, que lidera el grupo de países menos desarrollados en las negociaciones climáticas y alertó de que, si no se resuelven estas diferencias, será difícil llegar a acuerdos.

«Somos diferentes, tenemos diferentes capacidades y tenemos que asegurar que hay un acuerdo que refleja esto», dijo. En este sentido, señaló que es justo que la India defienda que tiene una posición diferente a la de otras grandes economías, debido al alto nivel de pobreza del país, por lo que consideró «justo» que trate de proteger a esta población. WWF pidió también que se tenga en cuenta la diferenciación en las negociaciones sobre el clima, de modo que se pongan sobre la mesa los conceptos de «responsabilidad y capacidad» a la hora de decidir qué esfuerzos deben hacer las partes.

Asimismo, Ousman Jarju hizo hincapié en la necesidad de que el acuerdo incluya un reconocimiento explícito sobre la ayuda ante los daños y pérdidas ocasionados por los efectos del cambio climático en los países más vulnerables. «Si la cuestión de las pérdidas y daños no se tiene en cuenta de manera adecuada, no habrá un resultado en París», resaltó. También consideró esencial asegurar que el paquete de medidas que salga de la COP21 incluya «financiación nueva, adecuada y predecible». En este sentido, aplaudió  la cooperación sur-sur anunciada por China, pero avisó de que ello «no sustituye» a las aportaciones que, a su juicio, los países ricos deben hacer y que no han de incluirse en ese paquete créditos a devolver.

Ban Ki-moon no se moja

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apremió a todos los países, ricos y pobres, a ser flexibles y demostrar su compromiso para alcanzar en París un acuerdo para combatir el cambio climático. «Todavía queda mucho trabajo por hacer. Siguen sin resolverse asuntos esenciales y no queda mucho tiempo», dijo Ban, que instó a los países desarrollados a «reconocer su responsabilidad de encabezar» el proceso y a las naciones en vías de desarrollo a «hacer más en línea con sus crecientes capacidades». En ese sentido, recordó que dentro de los países en desarrollo hay distintos niveles de riqueza y posibilidades y puso como ejemplo los fondos de cooperación prometidos por China.

El diplomático coreano, mientras tanto, evitó pronunciarse sobre una de las cuestiones esenciales de las discusiones: si el acuerdo que salga debe ser jurídicamente vinculante o no. Ban dijo que, por ahora, «se discuten muchas ideas» en ese ámbito y subrayó que lo importante es que haya un pacto que sea firme y universal. «El mundo ha estado demasiado tiempo sin un acuerdo climático universal que incluya a todos los países como parte de la solución. No podemos retrasarlo más», insistió Ban. El responsable de la ONU recordó que no hay «un acuerdo perfecto», pero dejó claro que el resultado de la negociación debe situar al mundo en el camino correcto para «una prosperidad a largo plazo, estabilidad y paz».

Cañete plantea que los operadores privados pueden construir interconexiones energéticas al margen de operadores del transporte como Enagás y REE

Redacción / Agencias.- El comisario europeo de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, explicó que la Unión Europea plantea que los operadores privados también realicen proyectos de interconexión energética. «Los operadores principales de redes son claves. No se trata de acabar con Red Eléctrica (REE) o Enagás ni mucho menos. Se trata de ver cómo se aplica la legislación comunitaria» al respecto, apuntó el comisario, ya que permite la iniciativa privada en materia de interconexiones.

Asimismo, Cañete ha asegurado quela Comisión todavía está analizando la respuesta del Gobierno de España porque la discusión que hay en la Unión Europea es ver si la legislación española es «sólida» para que intervengan los operadores privados. En ese sentido, Arias Cañete ha recordado que «la legislación energética es muy compleja» y que en ocasiones surgen dudas sobre la interpretación, lo que conduce a trasposiciones incorrectas de las directivas comunitarias. Según la información recogida y publicada por Cinco Días, existe un expediente abierto que cuestiona el monopolio de las interconexiones internacionales de la electricidad y el gas que tienen Red Eléctrica y Enagás.

España cumplirá objetivo de renovables

Por otro lado, Cañete indicó que confía en que España «está en la senda» de cumplir el objetivo de que en 2020 el 20% de la energía producida provenga de fuentes renovables, y recordó que, en su último informe, la Comisión Europea señaló que la presencia de renovables en España en 2014 era del 15,3% y que es uno de los 25 Estados que cumple, mientras que Reino Unido, Francia y Holanda no lo hacen. Además, Cañete resaltó que si el cálculo ponderara el peso de los biocarburantes, la cuota de producción renovable española alcanzaría el 17,1%, y apuntó que, una vez pasado 2020, el objetivo será del 27%. A este respecto, sostuvo que seguir creciendo «es mucho más complejo».

El comisario ha advertido de que se requieren 200.000 millones de euros al año de inversiones y el mercado «no da señales para que las empresas del sector hagan inversiones» porque «hacen falta certidumbres». En este sentido, avanzó que el año que viene presentará una propuesta legislativa para iniciar «el camino hacia un mercado plenamente integrado e interconectado» que favorezca las inversiones y la innovación tecnológica. Además, ha señalado que uno de sus principales objetivos es acabar con el aislamiento energético de la Unión Europea, especialmente de la Península Ibérica, y ha apuntado a que en 2020 habrá un avance de interconexión del 10% y en 2030 será del 15%.

«Europa se ha convertido en el líder del mercado global de tecnologías bajas en emisiones y en eficiencia energética tanto en los sectores nuevos como en los clásicos», ha añadido. Así, hizo un llamamiento a armonizar el sistema de apoyo a las renovables orientándolo hacia el mercado de subastas ya que el coste de estas tecnologías se ha reducido gracias a que son ya más maduras. Por otro lado, en lo que respecta al carbón, Cañete indicó que su uso en térmicas de Europa aumentó al ser más económico pero que los precios son coyunturales y todo gira en función de los precios del petróleo.

Además, el comisario energético recordó que la lucha contra el aumento de la temperatura del planeta supone dejar de utilizar en algún momento combustibles fósiles. Sin embargo, también apuntó que por el momento se van a desarrollar tecnologías que permitan seguir usando el carbón y que permitan reducir las emisiones de la atmósfera. «La siguiente fase sería conseguir que el cabrón no se emitiese a la atmósfera», apuntó Cañete, tras señalar que este tipo de tecnologías existen pero son muy caras. En lo que respecta a la energía nuclear, Cañete indicó que cada Estado decide lo que quiere utilizar con «absoluta independencia» pero que desde la Unión Europea tienen que controlar que se haga en condiciones de una absoluta seguridad.

Por otro lado, el comisario europeo ha apuntado que la principal preocupación de Europa es conseguir que se reduzcan las emisiones sin que se produzca una desinversión industrial. Por ello, recordó que la Unión Europea ha establecido un sistema europeo de derechos de emisión, mediante el cual si contaminas tienes que comprar derechos de emisión. Finalmente, Cañete ha recalcado que «el crecimiento económico y la descarbonización no son procesos antagónicos» y señaló que la Unión Europea tiene instrumentos legislativos con los que han conseguido grandes avances en los últimos años.

Cañete alerta de que habrá que renunciar al 100% de los combustibles fósiles para frenar el cambio climático

Redacción / Agencias.- El comisario de Acción por el Clima y Energía de la Unión Europea, el exministro Miguel Arias Cañete, subrayó que para llegar al objetivo que se pretende alcanzar en la Cumbre del Clima de París, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados en 2100, será necesario prescindir del 100% de los combustibles fósiles de aquí a final de siglo.

Cañete apuntó que esa limitación de los 2ºC no figura en ningún tratado internacional de forma vinculante y podría recogerse por primera vez en el acuerdo que se alcance en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. En este sentido, indicó que la Unión Europea negociará para que ese límite se recoja en París, para lo cual «hay que establecer una senda de descarbonización de la economía al 100%». «Al final de este siglo tendríamos que estar en condiciones de no utilizar los combustibles fósiles«, apuntó el comisario.

AriasCañete recalcó que esto supondrá el desarrollo de energías renovables, eficiencia energética y tecnologías de almacenamiento de energía, y explicó que para pasar «del cero al infinito hay una senda», ante lo cual la Unión Europea apuesta por una reducción global de las emisiones contaminantes en un 50% para 2050, con respecto a los niveles de 1990, porcentaje que se incrementaría a cerca del 80% para los países desarrollados.  «Asistimos a un proceso de sustitución de los combustibles fósiles por energías limpias y a lo largo del mismo habrá que utilizar combustibles fósiles como apoyo a las renovables», apostilló.

En ese camino, en 2016 presentará un paquete de energías renovables para la Unión Europea y para llegar al objetivo de 2 grados centígrados mediante la descarbonización del 100% de la economía a final de siglo. Respecto a la senda, se ha referido al mercado gasístico, la interconexión eléctrica y «especialmente» la de la Península Ibérica, resaltada como uno de sus objetivos, igual que la mejora de la eficiencia energética, así como un aumentar el papel de las renovables. En este contexto, ha reiterado que el sistema de Naciones Unidas es de unanimidad y, por tanto, es preciso alcanzar un acuerdo de contexto ambicioso en el que todos estén «cómodos».

El comisario europeo reconoció las dificultades de la negociación para alcanzar un acuerdo vinculante, tras los «fracasos» del Protocolo de Kioto, adoptado por 35 países que suponían el 12% de las emisiones contaminantes, y la Cumbre de Copenhague celebrada en 2009. Cañete destacó que estamos a tiempo de paliar los efectos del cambio climático, un desafío global en el que la acción climática deberá primar en todas las políticas, especialmente las energéticas. Por ello, considera que la Cumbre de París es «la más importante de la Historia, porque implica un cambio radical» frente a un desafío urgente sobre el que aún hay tiempo de actuar si se hace sin demora.

Sin embargo, aunque valoró los avances en materia de lucha contra el cambio climático en los últimos 30 años, apuntó que la negociación en la COP supone un «salto cualitativo» y auguró que será «sofisticada y difícil porque el acuerdo será multilateral según las reglas de Naciones Unidas, de modo que cualquier país de los 170 que acudirán, puede paralizar o bloquear la negociación. Por otro lado, Cañete indicó que la Unión Europea defiende que el acuerdo climático de París, que sustituirá al Protocolo de Kioto, incluya mecanismos de revisión cada cinco años para verificar cuál es la evolución de los países respecto a sus políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

«Parece muy sencillo. Fijar una limitación de grado, establecer una métrica para verificar cómo se implementan las políticas y luego, si no son suficientes las medidas que están encima de la mesa, revisar el nivel de ambición. En la práctica es complejísimo, difícil y va a requerir de una negociación muy sofisticada, muy compleja, muy larga y sus resultados son muy difíciles de predecir», dijo, antes de destacar que los acuerdos en el marco de la ONU deben tomarse por unanimidad y son más complicados de alcanzar si son «ambiciosos».

El exministro ha recordado que los compromisos de reducción de emisiones aportados por 170 países antes de la cumbre de París engloban al 94% de las emisiones y al 80% de los países que hay en todo el mundo. También reivindicó los compromisos de descarbonización de la Unión Europea, que exigen disminuir las emisiones entre un 80% y un 95% en 2050. En todo caso, destacó que, si bien los compromisos van en la buena dirección, aún no son suficientes.

Por ello, consideró que París será «la casilla de salida» de un largo proceso y constante de las distintas políticas «Somos, por tanto, la primera generación que toma conciencia del desafío y estoy convencido de que eso se traducirá en un esfuerzo global. Pero París no es el fin del proceso, es la casilla de salida de un proceso largo y constante de revisión periódica de las políticas energéticas en los distintos países para limitar el calentamiento global a 2ºC para el año 2100″, concluyó.

Por su parte, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, hizo hincapié de que el cambio climático es una amenaza para la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y la economía global, y resaltó que la Península es «especialmente sensible» por su posición geográfica. García Tejerina indicó que la próxima Cumbre del Clima de París supondrá «un punto de inflexión», y recordó que la ONU avaló que España ha cumplido con el protocolo de Kioto.

Los empresarios del carbón destacan que en una economía sin combustibles fósiles su futuro pasa por la captura de CO2

Europa Press.- La Federación Nacional de Empresarios de Minas de Carbón, Carbunión, ha apostado por la captura de CO2 del carbón en el futuro donde los combustibles fósiles serán «necesarios» en una economía de transición hacia la descarbonización. Así, fuentes de Carbunión han defendido que es necesario abandonar la idea de que el carbón es «mucho más contaminante que el gas natural».

Estas afirmaciones llegan tras las declaraciones del comisario Arias Cañete, que subrayó la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles para el año 2100 por la lucha contra el cambio climático. De este modo, la patronal subrayó que en la actualidad hay centrales nuevas más eficientes y con emisiones de CO2 equivalentes a las de los ciclos combinados. «Ese es el futuro del carbón, centrales supercríticas que ya están funcionando en Alemania y Dinamarca dentro de la Unión Europea, y muchos otros países», han señalado.

En este contexto, auguran que el futuro de la captura es «mucho menos prometedor debido al bajo precio del CO2, pero hay que seguir apostando por esta tecnología, tras tener primero instaladas centrales más modernas y con menores emisiones». Finalmente, aseguró que el carbón reduce los precios del mercado de electricidad, de modo que si este combustible fósil no existiera, los precios en la punta de demanda subirían entre 15 y 20 euros por megawatio hora, «algo que sería muy perjudicial para consumidores y empresas».

Cañete asegura que España «está en la senda» de cumplir los objetivos de la Unión Europea en materia de renovables

Europa Press.- El comisario europeo de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, indicó que España «está en la senda» de cumplir los objetivos marcados por la directiva de la Comisión Europea en materia de renovables, que son los de alcanzar un 20% del consumo energético final procedente de fuentes renovables en el año 2020.

Cañete precisó que lo que la Comisión Europea dice en algunos informes es que el Gobierno español tiene que «revisar o mira si sus actuales políticas son suficientes para llegar o no al objetivo». «Pero a fecha de las evaluaciones en 2013 y 2014, España está en la senda del objetivo», añadió al respecto. Para el comisario europeo, cuando hay unos objetivos climáticos que alcanzar «los primeros avances son más fáciles pero los últimos peldaños de la escalera cuestan más», y, por ello, lo que la Comisión le dice a España es que analice «si es necesario tomar medidas o no, pero no estamos diciendo que España no esté cumpliendo».

Respecto a la normativa sobre autoconsumo aprobada por el Gobierno, Cañete eludió pronunciarse, ya que está siendo evaluada actualmente por la Comisión, aunque señaló que en este momento Bruselas «está reflexionando» cómo se gestiona esta materia a nivel europeo, «ya que no es solamente un caso español». Además, apuntó la importancia de las interconexiones, «una de las políticas fundamentales que hay que hacer en materia energética», para alcanzar el objetivo de desarrollar un «mercado de la energía único» en Europa. «En 2020 estaremos en unos objetivos del 10% y haré todo lo posible para dejar los mimbres para que en 2030 se llegue al 15%. Esta es una de las políticas fundamentales que hay que hacer en materia energética», dijo.

Cumbre del Clima de París

Al margen de la zozobra provocada por los recientes atentados de París, Cañete también quiso subrayar la importancia de la Cumbre del Clima que acogerá la capital francesa al considerar el cambio climático como «uno de los retos que tiene por delante la Humanidad». «Frenar el calentamiento global requiere  una tarea permanente; como se está trabajando para dentro de tres generaciones muchos piensan que no hay urgencia pero el impacto para el planeta puede ser terrible», apuntó el comisario. De hecho, Cañete admitió que en España no «se es tan consciente de la intensidad del problema», pero explicó que «islas del Pacífico están desapareciendo y algunos países están comprando tierras en la isla más próxima para poder alojar su población».

En cuanto a la implicación de países como China o Estados Unidos a la hora de limitar las emisiones, recordó que cuando se aprobó el Protocolo de Kioto admitieron compromisos vinculantes 35 países. En esta ocasión, «se pidió a todos los países que expusieran lo que iban a hacer y más de 167, que representan el 94% de las emisiones, han presentado sus objetivos; los países han dicho qué quieren hacer y se va a poner en marcha esas políticas«.

En cuanto a las restricciones de tráfico impuestas en Madrid con motivo de la contaminación ambiental, Cañete ha apuntado la necesidad de «poner límites más ambiciosos para que los fabricantes de coches puedan reducir las emisiones y favorecer los procesos de electrificación del vehículo, que están teniendo una implantación reducida; ya después viene la ordenación del tráfico». En su opinión, es necesario resolver el problema, «pero no con medidas cortoplacisas, sino a largo plazo y cuando se ponen límites a las emisiones hay que cumplirlas a rajatabla sin buscar atajos».

Bruselas valora interconexiones eléctricas adicionales entre España y Francia para alcanzar el objetivo del 10% en 2020

Europa Press / EFE.- La Comisión Europea calcula que España será el único país de la Unión Europea que no alcanzaría un nivel de interconexión del 10% en 2020, por lo que al renovar su lista de proyectos de interés común (PIC) en el marco de la estrategia de la Unión Energética, incluyó un proyecto genérico para conectar España y Francia que podría incluir líneas eléctricas adicionales a las 2 que se establecían en la Declaración de Madrid, que unirán Navarra y Aragón con el país galo.

La lista de proyectos prioritarios, sin embargo, no especifica qué puntos concretos de la geografía española y francesa serán los compongan este proyecto, pero fuentes comunitarias señalan que la indefinición se debe a que deben estudiar si se necesitarán proyectos adicionales para alcanzar el objetivo. Así, las mismas fuentes destacan que estos dos proyectos, unidos a la interconexión del Golfo de Vizcaya, acercarán la meta; pero los estudios determinarán si es necesario poner en marcha «uno o dos proyectos más». De hecho, otras fuentes subrayan que España sería el único país de la Unión Europea que no alcanzaría el 10% marcado para 2020 con los proyecto que están actualmente sobre la mesa. El nivel actual es de menos del 4%.

De esos tres proyectos españoles que recibirán financiación comunitaria, dos son conexiones eléctricas a través de los Pirineos que mejorarán los vínculos energéticos de la Península con el resto de Europa: una línea de alta tensión que unirá Navarra con Las Landas, y otra que conectará Sabiñánigo con Martillón. También avanzar el MidCat; una primera fase del MidCat ya figuraba como infraestructura prioritaria europea, así como el cable submarino entre el Golfo de Vizcaya y Aquitania, el transformador en Arkale (Guipúzcoa) para aumentar la capacidad de interconexión con Argia (Francia), y algunos proyectos de energía renovables entre España y Portugal.

De esta manera, la lista de proyectos prioritarios recoge la totalidad del gasoducto Midcat por Cataluña, que hasta ahora solo estaba incluido en su primera fase. Por otro lado, la Comisión Europea hace mención expresa a la importancia de impulsar las conexiones eléctricas del eje norte-sur del Mediterráneo: líneas internas para incrementar la capacidad eléctrica entre el norte y el área mediterránea como Mudejar-Morella, Mezquite-Morella, Morella-La Plana y La Plana-Godelleta.

El vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética, Maros Sefcovic, explicó que se han añadido a la lista 195 proyectos de interés común, que contribuirán a lograr los objetivos energéticos y climáticos europeos y a crear pilares clave de la Unión de la Energía de la Unión Europea. De entre ellos, 108 son proyectos eléctricos, 77 de tipo gasístico, 7 infraestructuras relacionadas con el petróleo y 3 sistemas inteligentes de suministro de energía.

Una economía baja en carbono

Maros Sefcovic presentó la evaluación que el Ejecutivo comunitario efectuó sobre este proyecto 9 meses después de lanzar la estrategia. Así, el eslovaco subrayó que la Unión Europea «debe seguir siendo el líder en la transición hacia una nueva economía de bajo uso de carbono», incluso después de la Cumbre del Clima, que tendrá lugar en París desde el 30 de noviembre. «La COP tiene que seguir marcando la pauta, podemos demostrar que en el tránsito hacia una economía de bajo carbono se está creando empleo y crecimiento, tenemos que seguir siendo líderes de la nueva economía«, enfatizó el dirigente.

A su vez, Sefcovic destacó que para que esta transición «tenga éxito» debe ser «justa desde el punto de vista social» y tiene que pensar más en el consumidor. En este sentido, señaló que queda aún «mucho trabajo por delante» en cuestiones como dar facilidades para entender las facturas o para poder cambiar de proveedor. Asimismo, Sefcovic aseguró que es necesario tener en cuenta a los ciudadanos que se encuentran en situación de pobreza energética.

Además, el vicepresidente del Ejecutivo comunitario remarcó la necesidad de «seguir aspirando a diversificar las fuentes de energía, las rutas de abastecimiento y los proveedores» para reducir la dependencia del gas ruso. Por ello, aseguró que la Unión Europea mantiene contacto con países vecinos, «no solo por cuestiones de suministro, sino también para energías renovables y eficiencia energética». «Resumiendo: 2015 es un buen comienzo pero 2016 será el año en el que tengamos resultados tangibles en la Unión Energética«, concluyó.

El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, añadió que «unas infraestructuras energéticas modernas y sólidas son fundamentales a la hora de permitir que la energía circule libremente por Europa». Los proyectos presentados, añadió, «nos ayudarán a integrar nuestros mercados de la energía, diversificar las fuentes y rutas y poner fin al aislamiento energético de algunos Estados miembros». Entre las infraestructuras eléctricas, se otorgó prioridad a aquellas que permitirán llegar a una conexión del 10% entre Estados miembros, con el objetivo de acabar con la vulnerabilidad de los países de la Unión Europea, que importan de Rusia la mayor parte de la energía que consumen.

Los proyectos eléctricos seleccionados resolverán las necesidades de infraestructuras en cuatro regiones: Europa occidental, el centro y el sureste de la Unión Europea, la región de los Bálticos y el mar del Norte. En el caso de Europa occidental, el documento de la Comisión dice que los proyectos «terminarán con el aislamiento de la península Ibérica a través de 3 nuevos interconexiones entre Francia y Portugal e integrarán más a Portugal y España en el mercado interior de la energía».

Las infraestructuras gasistas «ayudarán de manera significativa» a alcanzar los objetivos de la Unión Europea en el ámbito de la política energética, y terminar con el aislamiento de los países Bálticos, Finlandia y Malta. Ayudarán también a lograr los objetivos de diversificar las fuentes y acelerarán el desarrollo del llamado «Corredor Sur», para buscar alternativas a la llegada de gas a territorio comunitario. Los proyectos gasísticos abordarán las necesidades en Europa Occidental, el centro y sureste, el corredor del sur y la región del Báltico.

Ecologistas en Acción denuncia que el 80% de las reuniones de los comisarios Cañete y Sefcovic «son con lobbies privados»

Europa Press / Servimedia.- La organización Ecologistas en Acción presentó el informe Políticas precocinadas: un año de acceso privilegiado de las grandes empresas energéticas a los comisarios europeos para el clima, realizado por Corporate Europe Observatory. Este informe señala que el 80% de las reuniones del comisario de Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, y del vicepresidente de la Comisión Europea para la Unión Energética, Maros Sefcovic, fueron con lobbies del sector privado en su primer año como comisarios.

Así, el informe critica que Cañete y Sefcovic son «todo oídos con las empresas más contaminantes». De este modo, Ecologistas en Acción denuncia que las grandes empresas energéticas, sobre todo de combustibles fósiles, han disfrutado de «un acceso privilegiado» a los responsables de las políticas europeas de clima y energía. El estudio señala que el 74% de los encuentros de los comisarios con la industria energética ha sido con empresas de combustibles fósiles. En total, estiman que Sefcovic tuvo 34 encuentros con empresas «contaminantes» por cada una con el sector de renovables. Por cada reunión con organizaciones de energía renovable, Cañete mantuvo 22 con la industria de los combustibles fósiles.

En total, el informe denuncia que las empresas «contaminantes» suman el 30% de todas las reuniones con lobbies que han mantenido los dos comisarios y sus gabinetes. Para Belén Balanyá, de Corporate Europe Observatory, estos datos son «muy preocupantes», dados los temas de los que estos comisarios son responsables. Finalmente, el informe propone que se prohíba a los funcionarios de la Unión Europea reunirse con lobistas de las empresas «contaminantes» para discutir políticas de clima y energía. «Los que están causando el problema no son los que tienen que decidir cómo lo arreglamos», concluye Balanyá.

Arias Cañete advierte de que «no hay incentivos» para invertir en energía

EFE / Europa Press.- El comisario europeo de Acción por el Clima y de Energía, Miguel Arias Cañete, asegura que «no hay incentivos» para invertir en energía «tal y como está el mercado hoy mismo». En este sentido, Arias Cañete incidió en que es necesario mantener los 200.000 millones de euros que se destinan a inversiones y en que hay que solucionar el problema que supone que la Unión Europea no cuente con un mercado interno eléctrico.

Por ello, el comisario apostó por crear más interconexiones para integrar «28 mercados diferentes y fragmentados» y recordó el reto de alcanzar ese nivel de, al menos, un 10% de interconexión de todos los países, objetivos de los que España, con una interconexión actualmente del 3%, o los países bálticos, conectados a Rusia y no a los países de la Unión Europea, se encuentran lejos. Por otro lado, Cañete señaló que la Comisión Europea quiere eliminar todos los precios regulados, e insistió en que la Unión Europea necesita «un sistema armonizado para ver cómo apoyamos las renovables de forma armonizada«.

En este sentido, subrayó que acontecimientos como la crisis de Ucrania, debido a la dependencia con Rusia, han demostrado que el gas natural «es un arma política muy importante», por lo que señaló que una de las prioridades de la Unión Europea es la seguridad de suministro en el sector gasista, como necesidad para la expansión de las renovables y su necesario sistema de backup para que el sistema eléctrico sea sostenible y seguro. La estimación de consumo de gas en la Unión Europea es de 380 bcm de gas en 2030, y Arias Cañete consideró necesarias más plantas gasistas y regasificadoras. Por eso, ha apuntado que en enero se van a aprobar medidas para la creación de nuevas plantas.

Ante la Cumbre de París

Arias Cañete indicó que uno de los principales retos energéticos de la Unión Europea son el cambio climático, «para lo que será necesario un acuerdo en la próxima cumbre de París». El exministro de Agricultura y Medio Ambiente indicó que va a establecer «las bases y los instrumentos» de una hoja de ruta para conseguir en 2100 la plena descarbonización. A este respecto, se mostró optimista con respecto a esta cumbre frente a otras anteriores, ya que el problema del cambio climático ahora es una realidad que se reconoce y además hay un movimiento «a título voluntario» de casi todos los países para hacerle frente.

El comisario defendió también que la Unión Europea debe plantearse una reducción de las emisiones de CO2 del 80% en 2050, una cifra superior al compromiso del 50%, ya que considera que los países desarrollados pueden reducirlas más. «Los compromisos de mitigación más ambiciosos son los nuestros, los de Europa. Junto con Estados Unidos tenemos las políticas más ambiciosas contra el cambio climático», subrayó. Asimismo, recordó que en 2020 la reducción debe llegar al 20% y actualmente la Unión Europea ya ha llegado al 23%.

Cañete «desea» que el gasoducto Midcat esté acabado en el 2020

EFE.- El comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete, ha expresado hoy su «deseo» de que el gasoducto Midcat, que une España y Francia, esté acabado en el año 2020, si bien ha admitido que es un proyecto que ha tenido «muchas dificultades» y que está sujeto a «negociaciones complejas».

El comisario español ha intervenido junto al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, en un seminario internacional titulado «El gas natural y la seguridad energética de Europa» y organizado en Barcelona por la Fundación Gas Natural Fenosa. Cañete ha asegurado que la construcción del Midcat está «entre las prioridades» de la Comisión Europea y ha asegurado que si bien la primera fase -la que conecta 235 kilómetros a través de la frontera francesa- tiene un coste de 470 millones de euros, la segunda dispara los costes a «palabras mayores» y comporta importantes actuaciones en la red gasística francesa. Así pues, el proyecto está bastante avanzado en lado español, dado que está construido ya hasta Figueres (Girona), y solo queda llegar hasta la frontera, pero va bastante retrasado en el lado francés.

En su intervención, el ministro Soria también ha resaltado la importancia de tener listo este gasoducto, dado que España «tiene una clara oportunidad» de aprovechar sus plantas de regasificación y su enlace con los gasoductos conectados con el Magreb. Además, en este punto, ambos dirigentes políticos han resaltado las «oportunidades» que se podrían abrir para España como alternativa de suministro al gas ruso y como punto de llegada del gas natural licuado (GNL) procedente de otras partes del mundo.

El comisario europeo del ramo, ha realizado una importante llamada de atención con respecto a lo ocurrido en Ucrania, «Todavía hay demasiados países europeos que dependen plenamente del gas ruso, que entraña peligrosos riesgos, como ha dejado claro la situación en Ucrania», asegurando que la Unión Europea se propone que cada país miembro tenga varias fuentes de suministro.

El ministro Soria, ha recordado en su intervención, que un 99,5% de los hidrocarburos que se consumen en España se deben importar, y por ello ha comentado que sería un «lujo» que España renunciara a explorar si dispone o no de hidrocarburos convencionales, siendo apoyado en este alegato por el presidente de Gas Natural Fenosa, Salvador Gabarró, que ha defendido «impulsar la exploración del ‘shale’ gas en Europa», siendo absurdo importar este combustible de otras partes del mundo si lo tenemos en Europa, recordando que las técnicas actuales ya permiten extraer este gas no convencional «sin estropear» el subsuelo en materia medioambiental.

Con respecto al resto del seminario, los ponentes que han participado han destacado el potencial del gas natural como fuente de energía de futuro, gracias a su seguridad de suministro y su reducido impacto medioambiental.