Cañete alerta de que habrá que renunciar al 100% de los combustibles fósiles para frenar el cambio climático

Redacción / Agencias.- El comisario de Acción por el Clima y Energía de la Unión Europea, el exministro Miguel Arias Cañete, subrayó que para llegar al objetivo que se pretende alcanzar en la Cumbre del Clima de París, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para limitar el aumento de la temperatura a 2 grados centígrados en 2100, será necesario prescindir del 100% de los combustibles fósiles de aquí a final de siglo.

Cañete apuntó que esa limitación de los 2ºC no figura en ningún tratado internacional de forma vinculante y podría recogerse por primera vez en el acuerdo que se alcance en París del 30 de noviembre al 11 de diciembre. En este sentido, indicó que la Unión Europea negociará para que ese límite se recoja en París, para lo cual «hay que establecer una senda de descarbonización de la economía al 100%». «Al final de este siglo tendríamos que estar en condiciones de no utilizar los combustibles fósiles«, apuntó el comisario.

AriasCañete recalcó que esto supondrá el desarrollo de energías renovables, eficiencia energética y tecnologías de almacenamiento de energía, y explicó que para pasar «del cero al infinito hay una senda», ante lo cual la Unión Europea apuesta por una reducción global de las emisiones contaminantes en un 50% para 2050, con respecto a los niveles de 1990, porcentaje que se incrementaría a cerca del 80% para los países desarrollados.  «Asistimos a un proceso de sustitución de los combustibles fósiles por energías limpias y a lo largo del mismo habrá que utilizar combustibles fósiles como apoyo a las renovables», apostilló.

En ese camino, en 2016 presentará un paquete de energías renovables para la Unión Europea y para llegar al objetivo de 2 grados centígrados mediante la descarbonización del 100% de la economía a final de siglo. Respecto a la senda, se ha referido al mercado gasístico, la interconexión eléctrica y «especialmente» la de la Península Ibérica, resaltada como uno de sus objetivos, igual que la mejora de la eficiencia energética, así como un aumentar el papel de las renovables. En este contexto, ha reiterado que el sistema de Naciones Unidas es de unanimidad y, por tanto, es preciso alcanzar un acuerdo de contexto ambicioso en el que todos estén «cómodos».

El comisario europeo reconoció las dificultades de la negociación para alcanzar un acuerdo vinculante, tras los «fracasos» del Protocolo de Kioto, adoptado por 35 países que suponían el 12% de las emisiones contaminantes, y la Cumbre de Copenhague celebrada en 2009. Cañete destacó que estamos a tiempo de paliar los efectos del cambio climático, un desafío global en el que la acción climática deberá primar en todas las políticas, especialmente las energéticas. Por ello, considera que la Cumbre de París es «la más importante de la Historia, porque implica un cambio radical» frente a un desafío urgente sobre el que aún hay tiempo de actuar si se hace sin demora.

Sin embargo, aunque valoró los avances en materia de lucha contra el cambio climático en los últimos 30 años, apuntó que la negociación en la COP supone un «salto cualitativo» y auguró que será «sofisticada y difícil porque el acuerdo será multilateral según las reglas de Naciones Unidas, de modo que cualquier país de los 170 que acudirán, puede paralizar o bloquear la negociación. Por otro lado, Cañete indicó que la Unión Europea defiende que el acuerdo climático de París, que sustituirá al Protocolo de Kioto, incluya mecanismos de revisión cada cinco años para verificar cuál es la evolución de los países respecto a sus políticas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

«Parece muy sencillo. Fijar una limitación de grado, establecer una métrica para verificar cómo se implementan las políticas y luego, si no son suficientes las medidas que están encima de la mesa, revisar el nivel de ambición. En la práctica es complejísimo, difícil y va a requerir de una negociación muy sofisticada, muy compleja, muy larga y sus resultados son muy difíciles de predecir», dijo, antes de destacar que los acuerdos en el marco de la ONU deben tomarse por unanimidad y son más complicados de alcanzar si son «ambiciosos».

El exministro ha recordado que los compromisos de reducción de emisiones aportados por 170 países antes de la cumbre de París engloban al 94% de las emisiones y al 80% de los países que hay en todo el mundo. También reivindicó los compromisos de descarbonización de la Unión Europea, que exigen disminuir las emisiones entre un 80% y un 95% en 2050. En todo caso, destacó que, si bien los compromisos van en la buena dirección, aún no son suficientes.

Por ello, consideró que París será «la casilla de salida» de un largo proceso y constante de las distintas políticas «Somos, por tanto, la primera generación que toma conciencia del desafío y estoy convencido de que eso se traducirá en un esfuerzo global. Pero París no es el fin del proceso, es la casilla de salida de un proceso largo y constante de revisión periódica de las políticas energéticas en los distintos países para limitar el calentamiento global a 2ºC para el año 2100″, concluyó.

Por su parte, la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, hizo hincapié de que el cambio climático es una amenaza para la seguridad y el bienestar de los ciudadanos y la economía global, y resaltó que la Península es «especialmente sensible» por su posición geográfica. García Tejerina indicó que la próxima Cumbre del Clima de París supondrá «un punto de inflexión», y recordó que la ONU avaló que España ha cumplido con el protocolo de Kioto.

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