El Parlamento Europeo reclama un etiquetado de electrodomésticos más claro para los consumidores

EFE / Europa Press.– El pleno del Parlamento Europeo apoyó la introducción de cambios en la legislación comunitaria sobre el etiquetado de eficiencia energética, para que resulte más fácil al consumidor saber si un electrodoméstico es o no eficiente. El pleno aprobó por 580 votos a favor, 52 en contra y 79 abstenciones un texto elaborado por el eurodiputado italiano del grupo de la Libertad y la Democracia Directa, Dario Tamburrano.

En ese documento, se pide que una escala de la A a la G para etiquetar la eficiencia energética de los electrodomésticos reemplace la categoría de pluses (A+, A++, A+++) actualmente en vigor. El objetivo es asegurar que los consumidores no son engañados al considerar que una categoría A es la más eficiente del mercado, cuando de hecho A+ es la menos eficiente. El Parlamento Europeo apoyó que las etiquetas contengan información sobre la clase de eficiencia energética del modelo de producto y su consumo total de kilovatios hora (kWh). En adelante, los suministradores y comerciantes deberán referirse a la clase de eficiencia energética del producto en todos los anuncios y en el material promocional para los modelos de productos.

Bajo el nuevo sistema que defienden los eurodiputados, el etiquetado tendrá una validez de al menos 10 años y se aplicará hasta que el 25% de los productos en el mercado de la Unión Europeo entren en la categoría A o cuando el 50% sea clasificado en la A y B. En el momento de introducir el reajuste en las etiquetas, la clase A quedaría vacía  e incluso en grupos de productos en los que el progreso tecnológico sea muy rápido se dejarán vacías las clases A y B, según el acuerdo de los eurodiputados.

Asimismo, la Eurocámara pidió que se establezca una «base de datos de productos» consistente en una página web para el consumidor, donde la información sea accesible de manera individual y esté disponible en todos los idiomas donde los productos sean vendidos. Por otra parte, indicó que las nuevas normas en la materia deberán incluir excepciones para los artículos de segunda mano y los medios de transporte cuyo motor se mantenga en el mismo lugar durante su operación, como sucede con los ascensores o los elevadores.

El primer etiquetado energético europeo, que entró en vigor en 1995, consistía en una escala desde la G, el extremo menos eficiente, hasta la A. Posteriormente se amplió la escala hasta A+++ para reflejar las mejoras aplicadas a los productos. Pero la introducción de la categoría A+ y las aún superiores redujo la eficacia del etiquetado concebido para animar a los consumidores a comprar los productos más eficientes porque actualmente la tendencia es que la mayor parte de ellos están clasificados en la clase A o con pluses más eficientes.

«Esta decisión da una nueva vida a la etiqueta de eficiencia energética, haciendo el sistema de etiquetado más fuerte, seguro, claro y orientado al futuro», dijo Tamburrano. El objetivo ahora es empezar las negociaciones con el Consejo para terminar de dar forma a la normativa, según la Eurocámara. Las nuevas etiquetas para los grupos de productos existentes se deberían introducir en el plazo de 21 meses y 6 años desde la entrada en vigor de la legislación, dependiendo del producto.

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