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Bruselas adopta las nuevas etiquetas de eficiencia energética de electrodomésticos, que vuelven al sistema A-G y estarán operativas en 2021

Europa Press.- La Comisión Europea ratificó las nuevas etiquetas de eficiencia energética para electrodomésticos, que serán visibles en las tiendas físicas y digitales a partir del 1 de marzo de 2021 y que introducen una escala única (de la A a la G) que reemplaza la actual clasificación para los productos más eficientes (A+, A++ y A+++).

La reforma, pactada en 2017 por las instituciones europeas, tiene el objetivo de conseguir que los consumidores europeos tengan una información más clara y comprensible, de forma que facilite la toma de decisiones al adquirir los aparatos. En concreto, las nuevas etiquetas energéticas europeas se utilizarán para electrodomésticos como lavadoras, lavavajillas, frigoríficos, lámparas y productos electrónicos como monitores de televisión, pero también a las máquinas de venta directa que refrigeran, por ejemplo, productos alimenticios. Bruselas ha destacado que la introducción de las primeras etiquetas energéticas de la Unión Europea ha impulsado el desarrollo de productos cada vez más eficientes, pero también ha resultado en un sistema de etiquetado» demasiado complejo».

El nuevo sistema elimina las escalas intermedias en la parte superior de la clasificación (A+, A++, A+++) y recupera un sistema más simple que irá desde la letra A hasta la G. La Comisión Europea considera que esta simplificación facilitará la comprensión por parte de los consumidores. Según Bruselas, el 85% de los ciudadanos se fija en las etiquetas de eficiencia energética para comprar electrodomésticos, pero las categorías actuales del etiquetado resultan «confusas» y ocultan las diferencias reales en eficiencia. Además, estima que entre el 10% y el 25% de los productos no cumplen con los requisitos de etiquetado y eficiencia energética. En parte se debe al «escaso» control por parte de las autoridades nacionales.

La Justicia europea anula la normativa comunitaria sobre etiquetado energético de aspiradoras ya que no reflejan su uso real

Europa Press.- El Tribunal General de la Unión Europea (TUE) anuló el reglamento sobre etiquetado energético de aspiradoras al comprobar que las mediciones efectuadas con un colector vacío no reflejan unas condiciones que reproduzcan fielmente las circunstancias de uso real de estos electrodomésticos.

Todas las aspiradoras vendidas en la Unión Europea tienen que llevar una etiqueta energética desde septiembre de 2014 para informar sobre el grado de eficiencia energética y del poder de limpieza de este producto. La normativa, sin embargo, no contempla la realización de mediciones con aspiradoras cuyo colector de polvo está lleno. La compañía Dyson, que comercializa aspiradoras que funcionan sin bolsa para el polvo, pidió a la Justicia europea que se anulase la legislación. La sociedad argumentaba que la normativa induce a los consumidores a error porque el rendimiento de las aspiradoras no se mide «durante su utilización» sino únicamente con un colector vacío.

Reproducir circunstancias de uso real

Una primera sentencia de 2015 desestimó el recurso de Dyson, pero el Tribunal de Justicia de la Unión Europea estimó el recurso posterior que presentó la firma y devolvió el caso al Tribunal General (de primera instancia), que se ha vuelto a pronunciar. En esta ocasión, la Justicia europea ha acogido la argumentación de Dyson y ha anulado el reglamento sobre el etiquetado energético de aspiradoras. En concreto, ha dictaminado que la Comisión Europea tenía la obligación de establecer un método de cálculo que permitiera medir el rendimiento energético en unas condiciones «que reprodujeran en la medida de los posible las circunstancias de uso real».

Ello implica que el colector de la aspiradora debe llenarse hasta un determinado nivel, teniendo en cuenta las exigencias relativas a la validez científica de los resultados obtenidos y la exactitud de la información proporcionada a los consumidores. Por eso, dado que el método finalmente establecido para el cálculo del rendimiento energético se basa en un colector vació, el Tribunal General ha concluido que «no es conforme con los elementos esenciales» de la legislación europea.

La factura de la luz se encarece un 4,2% en octubre

Redacción / Agencias.– Un consumidor doméstico medio pagó 75,1 euros en su factura de la luz de octubre, por lo que esta factura se incrementó en un 3,2% respecto a los 72,07 euros de octubre de 2017, lo que supuso una subida en el recibo eléctrico de 3,03 euros, según los datos obtenidos para la tarifa regulada Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) con el simulador de la factura de la luz que ofrece en su web la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Para el cálculo de estos datos se ha utilizado el consumidor medio que suele emplear el Ministerio de Energía: un consumo de electricidad de 3.900 kilovatios hora (kWh) anuales y una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW), que el Ministerio atribuye al consumo de una familia media con dos hijos. De los 75,1 euros abonados en los 31 días de octubre del 2018, 15,38 euros se corresponden al término fijo de potencia contratada. Del resto de la factura de octubre, 43,67 euros obedecen al consumo, 3,02 euros al impuesto eléctrico y 13,03 euros al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

El recibo eléctrico refleja así el incremento que experimentó el mercado mayorista (pool) este mes, con unos precios que han elevado la tarifa regulada de electricidad, con 12 millones de consumidores. Para el resto de consumidores de electricidad, 13 millones que están en el mercado libre, esta evolución del mercado mayorista no tiene un reflejo tan directo en sus recibos, ya que tienen contratos con un precio fijado para un periodo, habitualmente, de un año.

En el caso del precio medio del mercado eléctrico español, el conocido como pool, el nivel de octubre es un 14% más caro que los 56,77 euros por MWh de media que marcó hace un año. El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante, al IVA y al Impuesto de Electricidad. El mercado mayorista funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para todas.

El Gobierno congeló para 2018, y por quinto año consecutivo, los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados. Para contrarrestar la espiral alcista de la luz en los últimos meses, el Gobierno aprobó en octubre un real decreto de medidas urgentes que contempla, entre otras medidas, la suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica, aprobado en 2012 por el anterior Ejecutivo del PP, y una exención del céntimo verde para el uso del gas para producir electricidad.

Por ello, la factura de la luz de octubre bajó un 3,59% respecto al mes anterior, septiembre, dado que el coste diario de la electricidad fue de 2,42 euros en octubre respecto a los 2,51 euros de septiembre. En esta comparación se utilizan los costes diarios para evitar el efecto de la diferente duración diaria de los distintos meses. De esta forma, el recibo eléctrico corta la espiral alcista que le había llevado a encadenar 6 meses consecutivos de subidas.

Con esta subida interanual en octubre, el recibo de la luz cerró los primeros diez meses del año con una subida del 2,54% con respecto al mismo periodo de 2016. La subida de precios en octubre ha contribuido a que el recibo de los diez primeros meses del año se haya situado en 701,11 euros, 17,35 euros más frente a los 683,76 euros en el mismo periodo del 2017. En los primeros diez meses, la factura media de electricidad se desglosa a razón de 150,82 euros por el término fijo, de 400,43 euros por el consumo, de 28,18 euros por el impuesto de electricidad y 121,68 euros por el IVA.

Repsol advierte del riesgo para su negocio de la subida propuesta por el Gobierno de los impuestos al diesel

Europa Press.- Repsol ha advertido de los riesgos que podría suponer para «su negocio, resultados y situación financiera» una posible subida por el Gobierno de los impuestos al diésel. Según comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la petrolera incluye dentro de los posibles factores de riesgo para el grupo la intención del Gobierno de elevar la carga fiscal del diésel, a pesar de que todavía no se concretó regulatoriamente.

No obstante, Repsol señala que «no puede anticipar el alcance exacto de los cambios de dichas normativas o de su interpretación, los cuales podrían afectar de un modo adverso a su negocio, resultados y situación financiera». El Gobierno de Pedro Sánchez anunció que revisará estos gravámenes con la intención de equiparar progresivamente la fiscalidad del diésel y de la gasolina.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, indicó que este nuevo diseño de impuesto al diésel supondría un coste de 3,3 euros al mes para el consumidor medio, es decir aquel que realiza unos 15.000 kilómetros al año, quedando excluidos profesionales que utilizan el transporte como medio de trabajo, entre ellos transportistas y taxistas. Concretamente, la titular de Hacienda señaló que la subida de este tributo estaría en torno a 38 euros cada mil litros, lo que significará esos 3,3 euros mensuales para los consumidores que tengan un perfil medio.

Esta propuesta que baraja el Gobierno sobre el impuesto al combustible diésel estaría enmarcada en un paquete de medidas de cambio climático. En la actualidad, el impuesto al diésel está fijado en 307 euros cada mil litros, con lo que se vería incrementado en 38 euros cada mil litros, hasta los 345 euros cada mil litros de aprobarse dicho incremento.

El nuevo bono social sólo reduce el recibo un máximo de 2 euros con respecto al anterior, según estima Facua

Europa Press.- El nuevo bono social eléctrico aprobado por el Gobierno sólo reducirá el recibo de la luz para un usuario medio entre 66 céntimos y 1,98 euros más que el anterior modelo, según datos de Facua-Consumidores en Acción. El recibo de septiembre del usuario medio ascendería a 83,55 euros, un 15,9% más que en septiembre del 2017 con lo que, en la mayoría de los casos, los descuentos del bono social ni siquiera sirven «para paliar este brutal incremento», señala Facua.

Así, con el anterior modelo de bono social que aprobó el Gobierno del PP, si el usuario recibe un 25% de descuento en la potencia en los primeros kWh consumidos pagaría 74,36 euros si no tiene hijos menores, lo que supone un 11% menos; mientras que abonaría 72,60 euros si tiene un menor o todos en casa cobran la pensión mínima, lo que representa un 13,1% menos. En el caso de tener dos menores, el recibo ascendería a 71,28 euros, un 14,7% menos, y si son familia numerosa la factura supondría 65,57 euros, un 21,5% menos, según calcula la asociación.

Mientras, con el nuevo bono social, el mismo usuario pagará 73,70 euros en el caso de no tener hijos menores, un 11,8% menos; mientras que ascendería a 71,68 euros si tiene un menor o todos en casa cobran la pensión mínima, un 14,2% menos. Para el caso de tener dos menores, el recibo ascenderá a 70,14 euros, un 16,1% menos, y para las familias numerosas supondrá 63,59 euros, un 23,9% menos. Asimismo, Facua critica que «no se proporcione el bono social a familias con bajos ingresos pero que resultan superiores a los pequeñísimos niveles de renta establecidos por el PP».

Los consumidores están dispuestos a pagar más por la cerveza elaborada de forma sostenible con menos energía, según un estudio

Europa Press.- Cada vez más cervecerías invierten en prácticas para ahorrar energía y reducir los gases de efecto invernadero, pero ¿tendrá recompensa? Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Indiana, en Estados Unidos, sugiere que es posible. Basándose en una encuesta, encuentran que la mayoría de los bebedores de cerveza de Estados Unidos estarían dispuestos a pagar más por la cerveza producida con prácticas sostenibles.

«La conclusión para la industria cervecera es que es financieramente factible introducir prácticas de ahorro de energía en el proceso de elaboración», afirma la primera autora del estudio, Sanya Carley, profesora de la Escuela Bloomington de Asuntos Públicos y Ambientales de la Universidad de Indiana. «Incluso, si termina añadiendo costos, más de la mitad de todos los consumidores de cerveza están dispuestos a absorber esos costos adicionales», agrega. El estudio, titulado La voluntad de pagar por una cerveza sostenible, cuenta como coautor con Lilian Yahng, de la Universidad de Indiana.

La investigación destaca el potencial de ahorro de energía y la sostenibilidad en una industria que consume mucha energía y que está creciendo rápidamente, especialmente en el segmento de cerveza artesanal. El número de cervecerías artesanales creció en más del 200% entre 2005 y 2015, y su producción aumentó en más del 12% cada año. La industria tiene un potencial considerable para reducir el uso de energía y mitigar su impacto climático. Algunas cervecerías ya han agregado paneles solares, instalaron plantas de tratamiento de aguas residuales, recipientes de elaboración de cerveza aislados y vapor recapturado del proceso de elaboración de la cerveza. Pero ese tipo de medidas requieren inversiones iniciales que probablemente aumenten los precios.

Para determinar si los consumidores estarían dispuestos a pagar más por la cerveza elaborada de manera sostenible, los científicos se basaron en una encuesta a más de 1.000 bebedores de cerveza,. A raíz de sus respuestas, descubrieron que el 59% dijo que pagaría más. Los consumidores que ya pagan más por su cerveza tenían más probabilidades de estar dispuestos a pagar una prima por la sostenibilidad. Además, aquellos que dijeron que pagarían más por la cerveza sostenible realizan actividades relacionadas con el estilo de vida asociado con el bien común. Por ejemplo, pasaron un tiempo en trabajo voluntario o se dedicaron a reciclar y comprar alimentos y productos producidos localmente.

La parte fija de la factura de la luz se incrementó más de un 150% en 15 años, según Facua

Europa Press.- La factura de la luz de un usuario medio se incrementó un 92,2% en los últimos 15 años, representando 40 euros más, según datos de Facua. Según su análisis, realizado para un usuario que consume 366 kWh mensuales y tiene una potencia contratada de 4,4 kW, la factura ha pasado de los 43,47 euros de 2003 a 55,31 euros entre julio y diciembre de 2008, 74,81 euros en agosto y septiembre de 2013 y 83,55 euros en septiembre de 2018.

Así, en el año 2003, el usuario medio, que tenía contratada la tarifa 2.0, pagaba al mes 43,47 euros, 35,65 euros más el 21,93% de impuestos indirectos vigentes en esa fecha. Mientras, con las tarifas vigentes entre julio y diciembre de 2008, el usuario medio (que tenía contratada la tarifa 2.0.2) pagaba 55,31 euros mensuales, 45,37 euros más el 21,93% de impuestos indirectos). Por su parte, en agosto y septiembre de 2013, un usuario medio con la denominada TUR pagaba 74,81 euros al mes, 58,82 euros más el 27,19% de impuestos indirectos vigentes. Con las tarifas de septiembre, el usuario medio sujeto al PVPC paga 83,55 euros, 65,69 más el 27,19% de impuestos vigentes actualmente.

Según calcula Facua, la parte fija de la factura se ha incrementado en 15 años en un 152,8%. En cuanto a la parte variable del recibo, el precio del kWh de energía consumida se ha encarecido en un 79,4% desde agosto de 2003. Por otra parte, Facua reclama al Gobierno que emprenda medidas «realmente eficaces» para abaratar el recibo, como bajar el IVA de la luz al 4%, y «no vuelva a poner parches similares a los que han visto los usuarios legislatura tras legislatura».

2018 apunta con 59,5 euros/MWh a ser el segundo año con el precio del mercado eléctrico más elevado desde 1998

Europa Press.- El precio medio del mercado eléctrico español ha alcanzado en septiembre los 71,3 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un encarecimiento del 45% con respecto al mismo mes del año pasado. Según datos del Barómetro Energético de la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), este precio es un 10,8% superior al registrado el pasado agosto.

La cotización del futuro para 2019 del mercado eléctrico español se sitúa en los 60 euros por MWh, un 1,9% más caro que hace un mes, y un 11,1% superior a la cotización del mercado alemán, que era de 54 euros por MWh. Así, considerando la evolución del mercado diario y las cotizaciones de los precios futuros hasta fin de año, el precio medio previsto del mercado eléctrico español en 2018 es de 59,5 euros por MWh, un precio un 14,1% mayor que el de 2017. AEGE destacó que, de confirmarse esta previsión, 2018 sería el segundo año con el precio medio del mercado eléctrico más caro desde 1998, tan sólo por detrás de 2008.

El precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras que alrededor del 40% corresponde a los peajes y cerca del 25% restante obedece a impuestos. El mercado mayorista funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto. El Gobierno congeló para 2018, y por quinto año consecutivo, los peajes y cargos eléctricos con los que los consumidores sufragan los costes regulados.

75,37 euros de factura mensual

De esta manera, este incremento en el precio mayorista de la electricidad supone un aumento en el recibo de electricidad de septiembre de casi el 3,5% con respecto a agosto de los consumidores, encadenando así su sexto mes al alza. En concreto, la factura media para un consumidor doméstico superó en septiembre los 75,37 euros. De este importe de la factura, 14,88 euros se corresponden al término fijo de potencia contratada. Del resto de la factura, 44,38 euros obedecen al consumo, 3,03 euros al impuesto eléctrico y 13,08 euros al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Con respecto al mismo mes del año pasado, el encarecimiento registrado este septiembre en el recibo es de un 15,39%, más de 10 euros.

Para contrarrestar esta espiral alcista de la luz, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció en septiembre la suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica, aprobado en 2012 por el anterior Ejecutivo del PP, enmarcada en un paquete de medidas impulsadas por el Ejecutivo, entre las que también figuran la garantía de cobertura a los consumidores más vulnerables, mejorar el bono social eléctrico y crear un nuevo bono para calefacción, que estará vigente para este invierno.

En concreto, esta suspensión del impuesto supondrá una rebaja en la factura de la luz para un consumidor doméstico de entre el 2,5% y el 4%, y alrededor del 5% o el 5,5% para el consumidor industrial. Además, la ministra subrayó la «clara voluntad» del Gobierno de abordar con seriedad la reforma estructural del mercado, asegurar señales fiscales coherentes y regular ordenadamente el almacenamiento para avanzar hacia un modelo energético distribuido, limpio, eficiente y digitalizado.

El tercer recibo más caro

Por su parte, Facua destacó que la subida de septiembre convierte a esta factura eléctrica mensual en la tercera más cara de la historia. Según los datos de Facua, 83,55 euros es lo que ha pagado un usuario medio (366 kWh de consumo y 4,4 kW de potencia) con las tarifas reguladas PVPC de todo el mes de septiembre. En cuanto al precio de la energía consumida, en septiembre el kWh se ha situado en 17,58 céntimos (13,83 más impuestos), un 21,7% por encima de los 14,45 céntimos (11,36 más impuestos) de septiembre del 2017.

Los análisis de Facua ponen de manifiesto que la factura de la luz más cara a nivel histórico fue la del primer trimestre de 2012, cuando se situó en 88,66 euros para el usuario medio tras la corrección de la tarifa fijada por el Gobierno por una sentencia del Tribunal Supremo. Tras ella, los 87,81 euros de enero de 2017 y los 83,55 euros de este mes de septiembre. La cuarta factura más elevada fue de 81,18 euros, correspondiente a la tarifa de julio de 2015, y la quinta 80,73 euros, de agosto de 2018.

Facua trasladó al Gobierno un documento con sus reivindicaciones para reducir la factura eléctrica de las familias españolas y luchar contra la pobreza energética. La bajada del IVA de la electricidad es una de las medidas reclamadas. Bajarlo al 4% ahorraría al usuario medio casi 130 euros anuales, aunque la principal medida propuesta por Facua es la creación de una tarifa regulada para todas las familias que no superen los 10 kW de potencia contratada y determinados límites de consumo.

La asociación advierte además de que el bono social del Gobierno de Rajoy ha sido un fracaso aún mayor que el que se aprobó durante la etapa socialista de Zapatero. Por un lado, porque supone descuentos poco significativos e impone niveles de renta excesivamente bajos para acceder a él, salvo a las familias numerosas, que pueden beneficiarse todas. Por otro, porque el desconocimiento de su existencia para muchas familias y el hecho de que deba ser solicitado expresamente a las compañías eléctricas, con la aportación de documentación acreditativa de los niveles de renta y la situación familiar, han provocado que un ínfimo porcentaje de sus beneficiarios potenciales acceda a él.

La factura de la luz se encarece un 15,39% en septiembre

Redacción / Agencias.- Un consumidor doméstico medio pagó 75,37 euros en su factura de la luz de septiembre, por lo que esta factura se incrementó en un 15,39% respecto a los 65,32 euros de septiembre de 2017, lo que supuso una subida en el recibo eléctrico de 10,05 euros, según los datos obtenidos para la tarifa regulada Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) con el simulador de la factura de la luz que ofrece en su web la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Para el cálculo de estos datos se ha utilizado el consumidor medio que suele emplear el Ministerio de Energía: un consumo de electricidad de 3.900 kilovatios hora (kWh) anuales y una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW), que el Ministerio atribuye al consumo de una familia media con dos hijos. De los 75,37 euros abonados en los 30 días de septiembre del 2018, 14,88 euros se corresponden al término fijo de potencia contratada. Del resto de la factura de septiembre, 44,38 euros obedecen al consumo, 3,03 euros al impuesto eléctrico y 13,08 euros al Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).

El recibo eléctrico refleja así el incremento que experimentó el mercado mayorista (pool) este mes, con unos precios que han elevado la tarifa regulada de electricidad, con 12 millones de consumidores. Para el resto de consumidores de electricidad, 13 millones que están en el mercado libre, esta evolución del mercado mayorista no tiene un reflejo tan directo en sus recibos, ya que tienen contratos con un precio fijado para un periodo, habitualmente, de un año.

Eso sí, la factura de la luz de septiembre subió en un 3,5% respecto al mes anterior, agosto, dado que el coste diario de la electricidad fue de 2,51 euros en septiembre respecto a los 2,43 euros de agosto. En esta comparación se utilizan los costes diarios para evitar el efecto de la diferente duración diaria de los distintos meses. De esta forma, el recibo suma su quinto incremento consecutivo.

Septiembre no ha hecho más que agudizar la espiral alcista en el precio de la electricidad que ya se había pronunciado en agosto y registró uno tras otro los máximos diarios del año en el mercado, tocando su techo el 19 de septiembre, cuando alcanzó una media para el día de 75,93 euros por MWh. Además, la época de verano conlleva una caída en la producción renovable que, en el caso de la eólica, ha sido inferior a la media de este periodo, lo que ha aboca a recurrir a la generación térmica para la cobertura de la demanda, siendo su coste la principal referencia de precio del mercado, que ha sido casi un 11% superior a la de agosto.

Con esta subida interanual en septiembre, el recibo de la luz cerró los primeros nueves meses del año con una subida del 2,36% con respecto al mismo periodo de 2017. La subida de precios en septiembre ha contribuido a que el recibo de los nueves primeros meses del año se haya situado en 626,42 euros, 14,44 euros más frente a los 611,98 euros en el mismo periodo del 2017. En los primeros nueve meses, la factura media de electricidad se desglosa a razón de 135,44 euros por el término fijo, de 357,08 euros por el consumo, de 25,18 euros por el impuesto de electricidad y 108,72 euros por el IVA.

Para contrarrestar esta espiral alcista de la luz, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció la suspensión del impuesto del 7% a la generación eléctrica, aprobado en 2012 por el anterior Ejecutivo del PP, enmarcada en un paquete de medidas que se impulsará por el Ejecutivo, entre las que también figuran la garantía de cobertura a los consumidores más vulnerables, mejorando el bono social eléctrico y creando un nuevo bono para calefacción, que estará vigente para este invierno.

La factura de luz disminuirá un 20% a raíz de las medidas anunciadas por el Gobierno, según Agremia

Europa Press.- La Asociación del Sector de las Instalaciones y la Energía (Agremia) ha estimado que las medidas anunciadas por el Gobierno en materia energética pueden reducir la factura de la luz entre un 15% y un 25%. La patronal se refiere a una serie de medidas, especialmente orientadas al proceso de comercialización, como la flexibilización de los tramos de potencia contratada, que actualmente pueden escoger los consumidores particulares.

Según Agremia, este factor referencia muchos de los parámetros del recibo de la electricidad, por lo que su modificación puede incidir en el importe final. «Solo reduciendo el término de potencia, por ejemplo de 4,6 kW a 3,4 kW, se rebajaría en torno a un 25%» explica su presidente, José María de la Fuente. Otra de las medidas que indica es la mayor transparencia en el proceso de comercialización, que evita los fraudes y abusos, al obligar a las compañías a ofrecer información transparente sobre las curvas de consumo de cada usuario. «Cualquier acción que contribuya a la transparencia del mercado redundará en la mejora de la confianza de los consumidores», añade De la Fuente.