El Ministerio de Industria analizará que la interrumpibilidad se adjudique «a más largo plazo»

En este sentido, Teresa Baquedano reconoció que el cambio impulsado por el Ministerio de Industria, que adjudica la interrumpibilidad mediante un sistema de subastas, creó «incertidumbre» en el establecimiento de los precios pero apuntó que «está abierto a hacer modificaciones» para pasar a un sistema de precios predecibles. En el foro La importancia del coste energético en la competitividad de la industria española, organizado por AEGE, Baquedano indicó que se analizará que sean subastas «por productos y a largo plazo«.

Asimismo, la representante de Industria defendió el marco regulatorio elaborado para el servicio de interrumpibilidad, que «debe ser eficiente» y, por lo tanto, servirá para que el coste sea así un precio real de mercado. Además, destacó que las medidas puestas en marcha en el sector energético han servido para lograr un equilibrio entre costes y precios, eliminando el déficit eléctrico y gasista, dando estabilidad en los precios energéticos, «con una tendencia a la baja«.

Por su parte, la secretaria de estado de Industria y Pymes, Begoña Cristeto, señaló que el Gobierno trabaja en «completar» las reformas eléctricas y gasista al tiempo que destacó la necesidad de disponer de precios de energía que permitan a las empresas españolas competir en el exterior. En este contexto, señaló que el Gobierno tiene como reto implementar medidas que permitan «disponer de un más amplio y eficiente sistema eléctrico«.

Suministro CEP: competitivo, estable, predecible

La industria necesita precios energéticos competitivos para acudir al mercado exterior. Esta idea fue compartida por las empresas y la Administración Pública durante el Foro anual de AEGE. La presidenta de la organización, Esther Alonso, hizo hincapié en la necesidad de la industria de disponer de un suministro eléctrico «competitivo, estable y predecible» lo que sería un estímulo para el sector en España. Alonso recalcó que la electricidad es una materia prima «estratégica» de las empresas de Aege, cuyos costes energéticos llegan a suponer hasta un 40% del total de sus costes, por lo que necesitan una serie de estímulos para poder alcanzar el objetivo de reindustrialización europeo, representar el 20% del PIB en 2020.

Para ello, Alonso destacó que las empresas electrointensivas han hecho «los deberes» para reforzar su competitividad, por lo que ahora es el momento de «impulsar actuaciones políticas» que favorezcan la presencia de estas compañías en España «a largo plazo» y un proceso inversor. Consecuentemente, reclamó «una política energética al servicio de la industria», así como desarrollar instrumentos puestos en marcha en otros países europeos para competir «en igualdad de condiciones», como la contratación bilateral, mejorar la compensación de los costes indirectos derivados del CO2, una exención para la industria de pagar los costes regulados del sistema eléctrico y una revisión al régimen fiscal vigente sobre el sector energético, eliminando el 7% a la generación eléctrica.

Los representantes de la industria electrointensiva como el presidente de Ferro Atlántica, Pedro Larrea, o el consejero delegado de Atlantic Copper, Javier Targhetta, coincidieron en señalar en sus intervenciones que el precio del suministro eléctrico es más elevado en España que en otros países europeos como Francia y Alemania, lo que supone «un lastre» para la competitividad de la industria española. Añadieron que en esta pérdida de competitividad influyeron algunas de las decisiones implementadas en el sector, como el aumento de la fiscalidad sobre el mercado eléctrico, la «insuficiencia» de las medidas de apoyo para la compensación de costes del CO2 y los ajustes realizados en el servicio de gestión de la demanda de interrumpibilidad.

Targhetta lamentó que «los vaivenes regulatorios que hay en España son para volverse locos, totalmente desincentivadores para la inversión«. En su opinión, existen demasiados obstáculos para conseguir un suministro energético competitivo, como el hecho de tener un mercado a futuros «muy malo», o tener unas interconexiones eléctricas «que aún son insuficientes», del 3% de la potencia instalada ante una recomendación del 10%. Pero Targhetta señaló que también existen virtudes como tener «el mejor mix de generación eléctrica del mundo a pesar de los sucesivos Gobiernos. Con malas políticas energéticas, se han conseguido buenos resultados», argumentó el ejecutivo de Atlantic Copper.

Respecto a la interrumpibilidad, el presidente de Acerinox, Rafael Miranda, consideró que el sistema desarrollado «es una chapuza«, sobre todo «si se compara con lo que se hace en otros países». Además, recordó que la tarifa eléctrica en España soporta unos costes «que no tienen nada que ver con el sistema eléctrico» y que encarecen el recibo. Por su parte, Rosa García, presidenta de Alcoa España, lamentó que Europa «haya renunciado» a la industria electrointensiva e indicó que apoyan la lucha contra el cambio climático «pero de una manera pragmática para evitar la deslocalización y las fugas de carbono». Ambos, Acerinox y Alcoa, insistieron en que se necesitan «políticas de apoyo» a la industria electrointensiva.

El director de Operación de Red Eléctrica de España (REE), Andrés Seco, defendió el sistema de subastas que como operador del sistema eléctrica diseñó REE para la interrumpibilidad y destacó que, de esta forma, «los industriales de España pudieron elegir por primera su precio para al menos una parte no despreciable de su electricidad«. Además, Seco recordó que Industria asignó como máximo 550 millones de euros de incentivo a la industria interrumpible y que el sistema en sí únicamente ahorró 18 millones. En lo que más coincidió con los industriales presentes fue en resaltar como solución para su competitividad que en Alemania funcionan más los contratos bilaterales y la contratación a futuro mientras que en España acuden al mercado spot.

El consejero delegado de Gerdau Europa, José Jainaga, resaltó la necesidad de que los precios sean visibles a medio y largo plazo para que sea posible realizar proyecciones fiables de los resultados de los negocios españoles. «Nos vemos obligados a comprar electricidad en el mercado spot por la falta de contratos bilaterales y especialmente de un mercado de futuros competitivo, en el que en Alemania la industria compra el 80% de su electricidad, en Francia el 65%, mientras en España apenas llega al 30%. Desde la industria necesitamos precios estables«, apuntó Jainaga coincidiendo con lo apuntado por Targhetta y Larrea.

Pedro Antonio Merino, director de Estudios y Análisis del Entorno de Repsol, destacó la importancia que tiene para la industria española el gas y se remitió a la gran ventaja competitiva que ha supuesto en Estados Unidos la explotación de los hidrocarburos no convencionales mediante la técnica del fracking. También reflejó que entre 2007 y 2013, en lo que respecta a los costes energéticos subió a un ritmo de un 2% anual lo referido a la energía y a los costes de red pero en un 8% los impuestos y aranceles asociados a la energía.

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *