El consumo energético crece un 0,2% en España, continuando en la senda de mejora de su eficiencia y reduciendo emisiones

Europa Press / EFE.- El consumo energético creció un 0,2% en España durante 2016, frente al 1,7% que aumentó en 2015, lo que supone, unido al incremento del PIB español un 3,2% en el último año, una mejora de la intensidad energética y pone de manifiesto que España continúa por la senda de mejora de su eficiencia energética, según el informe Statistical Review of World Energy 2017 de BP.

Por fuentes de energía, el informe recoge un descenso del 23,9% en el consumo de carbón mientras que el de la hidráulica subió un 27,3%. Según BP, estos cambios en el consumo respecto al año anterior han producido una nueva configuración del mix energético español. El petróleo, el gas natural, la energía nuclear y la hidráulica, por su parte, ganaron en el último ejercicio en comparación a 2015 cuota en su aportación a la demanda, acabando con una participación en el mix de 46,3%, 18,6%, 9,8% y 6%, respectivamente. Mientras tanto, el carbón redujo su porcentaje hasta el 7,7%, en contraste al crecimiento del 6% que experimentó un año antes.

BP destaca también que en España se redujeron un 2,7% las emisiones de dióxido de carbono (CO2), mientras que a nivel mundial aumentaron un 0,1%, el promedio más bajo desde 1981-1983, y cambia el mix energético hacia fuentes más limpias. En 2016, la demanda mundial de energía volvió a tener un crecimiento «débil» por tercer año consecutivo, aumentando solo un 1%. Por su parte, las renovables siguieron creciendo «fuertemente» y cayó el uso del carbón.

2016 fue un ejercicio de ajustes para el mercado del petróleo, que fue absorbiendo el exceso de oferta que había dominado en los últimos años. Los precios bajos del crudo (44 dólares, según el crudo Brent) impulsaron el crecimiento de la demanda en un 1,6% e influyeron en la producción, que creció a nivel mundial solo un 0,5%, cayendo de manera muy importante en Estados Unidos. La producción de la OPEP se incrementó en 1,2 millones de barriles por día, mientras que en la producción en los países no miembros se redujo en 800.000 barriles diarios, su mayor caída anual en los últimos 25 años.

Modelo energético con menos emisiones

El consumo mundial de gas natural, por su parte, aumentó un 1,5% en 2016, un porcentaje «pequeño» en comparación con su tasa media de la última década, y representó un 24,1% del mix de energía primaria. Así, los mercados de petróleo y de gas también consolidaron ciertas tendencias que hacen evidente la transición a un modelo energético con menores emisiones de carbono, como son un menor crecimiento de la demanda mundial de energía y el traslado del centro de gravedad de esta demanda a las economías emergentes con altos índices de crecimiento. De este modo, China e India incrementaron su demanda en un 1,3% y 5,4%, respectivamente, mientras que la demanda de la OCDE creció un 0,2% respecto a 2015.

En cuanto al carbón, el más contaminante de todos los combustibles fósiles, su consumo cayó por segundo año consecutivo, en un 1,7%, debido, principalmente, a la disminución de la demanda de Estados Unidos y China. La producción también se redujo en un 6,2% y su participación en la demanda de energía primaria fue menor, al 28,1%. Por el contrario, las energías renovables, encabezadas por la eólica y la solar, aumentaron un 12%, pese a que el suministro representó el 3% de la energía primaria. China fue el mayor productor mundial de energías renovables en 2016, desplazando así a Estados Unidos.

La producción de energía nuclear creció un 1,3%, dejando el mix energético a nivel mundial con el petróleo y el gas como combustibles dominantes en cuanto a su participación en el consumo de energía primaria con un 33,3% y un 24,5%, respectivamente, seguidos del carbón (28,1%), la hidráulica (6,9%), nuclear (4,5%) y renovables (3,2%). Finalmente, la generación de electricidad aumentó un 2,2% con todo el crecimiento proveniente de los países en desarrollo. Los países de la OCDE no registraron variaciones.

Entre 40 y 60 dólares

Por su parte, el presidente de BP España, Luis Aires, auguró que los precios del petróleo se mantendrán en la banda baja de entre 40 y 60 dólares por barril ya que los inventarios de crudo «siguen siendo muy elevados». Aires ha manifestado que los precios del petróleo «se van a comportar en línea parecida a los últimos años» pues sigue habiendo mucho crudo en inventario, pese a la mayor «elasticidad» que la extracción por fracking o fractura hidráulica aporta.

Por otra parte, ha destacado el cambio que se está produciendo en el mundo del gas con el despegue del gas natural licuado (GNL), cuya venta ya no se hace mayoritariamente en contratos a largo plazo, pues el 40% de los contratos de GNL tiene una duración menor de 10 años y se está produciendo liquidez. Aires ha señalado que de aquí a 2020 el GNL crecerá un 30% y ha añadido que hará que el mercado de gas, que hasta ahora era muy de regiones, sea más integrado, y que los precios vayan convergiendo.

Aires, que recordó que el precio del gas en Europa es más caro que en Estados Unidos, manifestó que para que se abarate es necesario seguir fomentando el desarrollo de infraestructuras para importar gas natural licuado. Indicó que ello, junto a otras actuaciones, como la alternativa para traer gas por gasoducto a través del corredor Azerbaiyán-Italia, en el que colaboran BP y Enagás, y que proporcionará gas adicional a Europa en 2019, así como la ejecución de las interconexiones en el continente, hará que países como Rusia bajen los precios.

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