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Brufau (Repsol) pide pragmatismo, realismo y neutralidad tecnológica en la transición energética ya que «la factura la pagamos todos»

Europa Press.- El sector petrolero ha demandado que la transición energética hacia la descarbonización se realice de manera que se tenga en cuenta a todas las fuentes de energía disponibles y se respete la neutralidad tecnológica, para que sea «coste-eficiente«. En este sentido, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, pidió que la transición energética se aborde desde «el pragmatismo y el realismo», respetando la neutralidad tecnológica, «ya que la factura la pagamos todos».

Respecto a la neutralidad tecnológica, Brufau se cuestionó «qué sabremos los personajes de la calle o los políticos de qué tecnología va a existir dentro de 30 años». Así, advirtió que cuando se decide subvencionar a una tecnología en detrimento de otra se debe tener claro «quién lo debe pagar: si el dinero público o quiénes se van a beneficiar de esta tecnología cuando sea madura». En su opinión, Brufau consideró que el dinero público debe destinarse a financiar aquellas tecnologías maduras que no están al alcance de los ciudadanos como, por ejemplo, la renovación de la flota de automoción vieja por una nueva o el cambio a bombillas LED.

«Hay que buscar la ruta más eficiente en costes para reducir las emisiones, que consiste en ver aquellas tecnologías ya maduras que están en el mercado y potenciarlas», añadió, subrayando que hay que «buscar la ruta coste-beneficio más eficiente». Asimismo, consideró que el Gobierno peca de «quijotismo» y de «ser mejores que todos, y que Alemania» en retos medioambientales, ya que la Ley de Cambio Climático plantea unos objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones de CO2 a 2030, del 48% sobre 2005 frente al 33% de la Unión Europea.

Además, advirtió que alcanzar el objetivo de reducir 60 millones de toneladas de CO2 a 2030 que marca la Unión Europea, frente a los 120 millones de toneladas que se quiere autoimponer España, «se puede conseguir sin costes para el ciudadano» a través de eficiencia energética y movilidad, por la sustitución del parque de vehículos de más de 13 años de antigüedad por nuevos, con 20 millones de toneladas de reducción cada uno, y con el impulso a las renovables.

Brufau indicó que el coche eléctrico «va a llegar», pero advirtió que hay que tener cuidado con los mensajes que se lanzan, como el de prohibir los vehículos de motor diésel, ya que se consigue que «la gente no cambie de coche» y esto supone que «se emite mucho más». El presidente de Repsol aseguró que no cree que antes de 2020, «y más cerca del 2030», se encuentre una «paridad» en la competitividad del vehículo eléctrico frente al de combustión interna. «Hay una cierta agitación, por las razones que sean, y estemos primando una tecnología no madura por competitividad y con dinero público», añadió.

Las petroleras piden más neutralidad

Por su parte, el presidente de BP España, Luis Aires, consideró que, en su opinión, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética no cumplía con la neutralidad tecnológica ya que recogía «mucha prohibición y obligaciones», algo que debería ser «sustituido por la promoción». «Incentivemos más que obligar», pidió. Aires se refirió así a la intención de prohibir la matriculación y la venta de cualquier vehículo que no fuera 100% eléctrico en 2040, ya que «una medida de ese tipo no va en el camino de la neutralidad tecnológica y manda una señal muy delicada a la industria del automóvil y del refino, así como a la población, que no sabe qué coche comprar», indicó.

Asimismo, criticó la obligación a las gasolineras de cierto tamaño de contar con un punto de recarga eléctrico «ya que va en contra de la libertad de empresa y puede obligar a hacer inversiones que no son coste-eficientes«, así como la revisión de los incentivos que puedan favorecer el consumo de combustibles fósiles «porque no va a ayudar a la renovación de la flota de vehículos, que es el gran problema de la calidad del aire en las ciudades», añadió.

En esta línea, la directora general de Negocios Comerciales y Química de Repsol, María Victoria Zingoni, afirmó que para abordar el desarrollo de la tecnología que permita proseguir ese camino hacia la descarbonización y mejorar la eficiencia energética es necesario contar «con un marco regulatorio estable» y el respaldo de la neutralidad tecnológica. La directiva, que consideró que la descarbonización se trata de «un esfuerzo que debe ser realizado por todos», defendió que el gas natural es una fuente que debe jugar «un rol importante en toda la transición energética» ya que se puede integrar muy bien con las renovables.

Zingoni también valoró la estrategia de las petroleras tradicionales de convertirse en «proveedores de toda la energía que puedan necesitar los clientes», tanto en movilidad como en consumo doméstico, en la que enmarcó la adquisición por Repsol de los activos no regulados de Viesgo y la apuesta por «seguir creciendo en renovables, tanto en fotovoltaica como en eólica«. «El objetivo es producir esa energía de la forma más eficiente», añadió.

Mientras, el director de Estrategia y Desarrollo de Negocio de Cepsa, Héctor Perea, incidió en que todas las fuentes de energía «serán necesarias» para garantizar esa transición energética «ordenada» si se quiere alcanzar ese doble objetivo de hacer frente al crecimiento de la demanda global de energía y reducir las emisiones de CO2. Perea señaló que en el horizonte de 2030 la demanda global de petróleo sufrirá una ralentización, aunque se mantendrá en niveles parecidos a los actuales debido al incremento de la demanda asiática.

De cara a 2030, vaticinó un crecimiento global de las renovables de en torno al 500%, un negocio en el que señaló que las petroleras ya están activas con unas inversiones en 2018 en el sector que ascendieron a unos 7.000 millones de euros, aproximadamente el 15% del total de la cifra inversora. No obstante, indicó que la demanda global de gas crecerá en torno a un 35%, relevando en la generación eléctrica al carbón, y que la nuclear también lo hará en un 45%, por lo que subrayó que es «fundamental contar con todas las fuentes de energía disponibles«.

A este respecto, señaló que Europa está liderando la transición energética, aunque advirtió que se trata de «un camino de largo recorrido, y liderar en solitario no nos acercará a ese objetivo», ya que adoptar un marco regulador «más exigente» que en otras áreas geográficas tiene el riesgo de que haya deslocalizaciones. «No vaya a ser que cerremos industrias y acabemos importando esas emisiones de productos de otras regiones», advirtió.

El Gobierno lanza con la industria química y del refino una agenda sectorial para acompañarla en los retos futuros

Europa Press.- El Gobierno y la industria química y del refino han lanzado una agenda sectorial, la sexta tras las de automoción, papel, cemento y aeronáutica, con el fin de «trazar una hoja de ruta” con la que afrontar el futuro y buscar soluciones que permitan crear «valor social y económico» al sector.

Maroto, que valoró el carácter estratégico e innovador de la industria química y del refino, así como «su capacidad de creación de empleo y riqueza», destacó el compromiso del Gobierno con los sectores manufactureros. Concretamente, la agenda define 8 ejes prioritarios de actuación, en cada uno de los cuales se proponen medidas concretas para el desarrollo de este sector industrial, con el objetivo de alcanzar un crecimiento sostenible y justo.

Entre las medidas incluidas figura el Real Decreto-Ley 20/2018, que viene a legislar por primera vez dos temas reclamados por el sector, la regulación de las redes eléctricas cerradas y el Estatuto de la industria electrointensiva. Las medidas también se focalizan en la innovación, el empleo, la investigación, los recursos naturales, la economía circular o la energía para unos sectores que representan el 6,5% de la riqueza española, una cifra de negocio de más de 100.000 millones de euros y con unas inversiones de unos 2.800 millones de euros anuales.

Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Luis Aires, destacó que esta agenda «es el pistoletazo de salida hacia un trabajo conjunto y eficiente entre la Administración y la industria química y del refino». No obstante, Aires aprovechó para volver a pedir que la transición energética se haga de una manera «eficiente, priorizando las alternativas con mayor capacidad de reducción de emisiones al menor coste para la sociedad en su conjunto» y respetando la neutralidad tecnológica, indicó refiriéndose al borrador del anteproyecto de Ley de Cambio Climático en el que se recoge la prohibición de vender vehículos de diésel, gasolina, e incluso híbridos, a partir de 2040.

Aires consideró que esta agenda debe ser el punto de partida para que el sector petrolero cumpla con el reto de «seguir suministrando las necesidades que demanda la sociedad para su desarrollo, reduciendo al mismo tiempo las emisiones de gases de efecto invernadero«. A este respecto, Maroto señaló que «ya todo el mundo está convencido de que la industria «tiene que contribuir al reto del cambio climático», por lo que el marco de esta agenda da espacio «al debate y a la búsqueda de soluciones».

Por su parte, el presidente de Feique, Carles Navarro, destacó el papel de los sectores químico y del refino, que representan el 20% de las exportaciones industriales y el 25% de la inversión y gasto en I+D+i del conjunto de la industria española. Navarro también pidió una legislación «eficaz», que no genere «impactos económicos indeseables» y subrayó que la transición energética no debe «ser disruptiva», permitiendo a las empresas adaptarse.

El sector petrolero pide que se respete la neutralidad tecnológica para abordar la transición energética hacia la descarbonización

Europa Press.- El sector petrolero ha reclamado que se respete la neutralidad tecnológica para abordar la transición hacia la descarbonización de la economía, ya que «no hay que confundir escenarios con aquello que va a ocurrir». En este sentido, el directivo de Repsol, Luis Cabra, advirtió de que la tecnología es el motor del cambio, pero también es «incierta» y te puede «dar sorpresas».

Por ello, Cabra pidió no ser «deterministas» a la hora de abordar el desafío de las reducción de emisiones de CO2 y no dar por hecho que el vehículo eléctrico es una «solución única» para ello. «Se debe reconocer que la tecnología es incierta y dejar que las empresas y el mercado jueguen a encontrar las soluciones más eficientes», añadió.

Por su parte, el consejero delegado y vicepresidente de Cepsa, Pedro Miró, defendió que el sector petrolero «ha hecho los deberes» y trabaja «duro» para reducir las emisiones de CO2, con objetivos tanto a 2030 como a 2050. Miró consideró que el petróleo va a seguir manteniendo su hueco en los próximos años y siendo necesario y estimó que, según las previsiones, el impacto del vehículo eléctrico en el consumo de crudo no será importante en el horizonte de 2030.

Mientras, el presidente de BP España y de la AOP, Luis Aires, consideró necesario hacer la transición energética manteniendo el principio de que la eficiencia desde el punto de vistas de costes «es fundamental». A este respecto, señaló que la prohibición de vender a partir de 2040 vehículos de gasolina y diésel, incluidos los híbridos, que recogía un borrador de la futura Ley de Cambio Climático, va «totalmente en contra» de la neutralidad tecnológica y logra «demonizar» al vehículo diésel.

Las petroleras creen que prohibir los vehículos que no son eléctricos «socava la libertad y el progreso» del sector

Europa Press.- El presidente de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Luis Aires, ha lamentado que la intención del Gobierno de prohibir en 2040 la circulación de vehículos que no sean eléctricos «socava los principios de libertad y progreso» del sector. En este sentido, Aires consideró que esta medida, recogida en el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica del Gobierno, va en contra del «progreso y la neutralidad tecnológica» y, además, crea «incertidumbre» en el sector automovilístico.

En presencia de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, el presidente de la AOP defendió que el sector ha demostrado ser «valiente», como cuando en plena crisis invirtió 8.000 millones de euros en modernizar las refinerías en España, y aseguró que no «le asusta competir», ya que la gestión de riesgos «está en su ADN». No obstante, lamentó que la decisión de prohibir desde 2040 vehículos que no sean eléctricos puros «no es una medida sensata» y restringe «la libertad de desarrollo del sector», poniendo además en riesgo «la competitividad y el empleo».

Asimismo, subrayó que esta «incertidumbre» lleva a que se retrasen las decisiones de compras de vehículos por los consumidores, lo que «afecta a la modernización del parque automovilístico». Por ello, pidió que se permita que las distintas tecnologías «compitan» en igualdad de condiciones y solicitó medidas que incentiven la renovación del parque automovilístico, «sea de la tecnología sea», ya que ayudará a mejorar la calidad del aire en las ciudades.

Por otra parte, consideró que la obligación para las estaciones de servicio de instalar puntos de recarga, con sanciones que pueden llegar hasta los 30 millones de euros en el caso de no llevarse a cabo, «no parece respetar el principio de libertad«. ¿Quién va a pagar esas inversiones, que no se van a amortizar en su vida útil?. ¿Vamos a generar un nuevo déficit de tarifa como el de las primas renovables?, se cuestionó.

Mientras, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, aseguró que el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética supone «un golpe en la línea de flotación de la economía española». Así, el ejecutivo de Repsol pidió al regulador «humildad» y apostó por no ser «pretenciosos» y respaldar la «neutralidad tecnológica». «No hipotequemos al ciudadano», apuntó. Imaz consideró que si la gente tiene «incertidumbre» no decidirá comprar y cambiar de coche, por lo que el parque automovilístico seguirá siendo viejo y contaminante. «Estamos en un círculo perverso», añadió.

Por su parte, el consejero delegado de Cepsa, Pedro Miró, pidió hacer «el esfuerzo de pensar en medidas eficientes y no efectistas. «Medidas que no pretendan impresionar o llamar la atención», destacó. Además, Aires (BP) indicó que se pagan unos 17.000 millones de euros por impuestos especiales a los carburantes, por lo que se cuestionó «qué impuestos se van a subir para recaudar esa cifra cuando prolifere el coche eléctrico».

Aires (BP España) cree que el petróleo y el gas representarán el 50% del mix energético en 2040

Europa Press.– El presidente de BP España, Luis Aires, ha abogado por trabajar en el desarrollo de las tecnologías para reducir las emisiones, si bien ha advertido de que el petróleo y el gas acapararán alrededor del 50% en 2040. Aires indicó que las «empresas deben seguir innovando y desarrollando tecnologías que permitan reducir emisiones de la forma más eficiente posible» porque, afirmó, la sociedad demanda soluciones y costes «eficientes para mantener la competitividad» de la economía española y el bienestar de los ciudadanos».

Al respecto, matizó que un porcentaje «muy relevante» de la reducción de las emisiones proviene de la eficiencia energética alcanzada en todos los sectores de la economía española, al tiempo que señaló que las tecnologías maduras deben seguir contribuyendo a la reducción de las emisiones hasta que las tecnologías emergentes sean competitivas. Así, indicó que las estimaciones de BP para el año 2040 recogen que el PIB se duplicará debido al aumento de la población mundial y al incremento en la prosperidad de las personas que viven en países en vías de desarrollo, lo que implicará una demanda de energía de más de un 33%.

En este sentido, consideró que el sector energético se enfrentará a un doble reto ya que deberá dar respuesta a esa mayor demanda energética que el mundo necesita para continuar desarrollándose así como seguir reduciendo las emisiones de CO2 para limitar el calentamiento global atendiendo al Acuerdo de París de diciembre de 2015. Sin embargo, reconoció que en esa transición energética los combustibles fósiles, que actualmente representan el 85% de la energía primaria, mantendrán una importante cuota en el mix energético. Así, el petróleo y el gas acapararán en torno al 50% en el año 2040, mientras que el carbón será el que experimente una mayor volatilidad pudiendo suponer entre un 10% y un 20% en los escenarios más continuistas.

Por ello, apuntó que puede «desterrarse la idea» de que el planeta va a agotar sus reservas de petróleo ya que consideró que «es muy probable que se queden grandes» cantidades sin extraer finalmente porque los altos precios del petróleo «incentivarán el desarrollo tecnológico, tanto en la producción convencional como en la no convencional». Agregó que las reservas petroleras conocidas y recuperables con la tecnología actual son más del doble de la demanda acumulada de petróleo hasta 2050, pudiendo llegar hasta el triple si se tienen en cuenta el desarrollo tecnológico y los nuevos descubrimientos.

En cuanto a la transición energética en España, donde se ha anunciado este año la Ley de Cambio Climático y de Transición Energética, indicó que se «ha llevado a cabo un enorme esfuerzo» para reducir las emisiones en todos los sectores. Para el año 2030, los países de la Unión Europea persiguen reducir sus emisiones un 40% respecto a los niveles de 1990, lo que para España supone 150 millones de toneladas de CO2 anuales y, según un estudio realizado por la Asociación de Operadores Petrolíferos (AOP) y KPMG, ya se ha alcanzado una reducción de 120 millones al año.

En la generación eléctrica las inversiones han permitido que la energía eólica y solar alcanzasen, conjuntamente, el 11% del mix de energía primaria, frente al 4% a nivel mundial, y el 25% en el mix de generación eléctrica. En el caso de Canarias, la aportación de las energías eólica y solar al mix de energía primaria es del 2% y del 9% en el caso del mix de generación eléctrica.

De todos modos, señaló que todos los sectores de la economía han contribuido a la reducción de emisiones por la eficiencia energética ya que citó que, en el caso del sector del refino, en los últimos 10 años se han reducido en un 7%, al tiempo que la producción aumentaba un 7%, con lo que la intensidad de las emisiones del refino se ha reducido en un 14%; al igual que en el transporte donde sus emisiones caían en un 15%, mientras el tráfico se reducía en un 3%, alcanzándose por ello una eficiencia energética de un 12% en este sector. Sin embargo, reconoció que «queda mucho camino por recorrer».

Imaz (Repsol) advierte de que el impuesto al diésel aumentaría las emisiones de CO2; Aires (BP) lo ve “sin sentido”

EFE.- El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha manifestado que «una penalización añadida al diésel va a aumentar las emisiones de CO2» y provocaría daños al sector de fabricación automovilístico en España, que ha recordado que es el segundo fabricante europeo de automóviles.

Imaz ha afirmado que aquí todos están haciendo esfuerzos y ha recordado que las emisiones de CO2 de los vehículos actuales de gasolina son un 24% menores que hace 20 años y las de los diésel un 25,2%, con lo cual se han rebajado las emisiones por cada kilómetro recorrido.

Ha añadido que un impuesto al diésel lo que haría es que hubiera más consumidores que dejen de comprar ese tipo de coches y adquirieran de gasolina, lo que no redundaría en una reducción de las emisiones de CO2.

Además, ha apuntado los efectos que tendría sobre la recaudación la sustitución de todos los vehículos que usan diésel y gasolina por eléctricos, que pasaría de los 16.000 millones de euros que se obtienen por vehículos ligeros a través del impuesto de hidrocarburos a 3.000 millones.

Ha afirmado que el problema que hay son los vehículos diésel antiguos, que contaminan más que los actuales, y ha afirmado que promover una renovación del parque automovilístico sería «más justo socialmente», pues se ayudaría a colectivos de baja renta, sería más eficiente para la competitividad de la economía y ayudaría a mejorar la reducción de emisiones de CO2.

Por su parte, el presidente de BP España, Luis Aires, ha considerado que no tienen ningún sentido las medidas para subir la fiscalidad al diésel y ha criticado la propuesta del comité de expertos en transición energética, por la que se establecía gravar las emisiones de óxido de nitrógeno, de azufre y partículas de los vehículos, que ha señalado que no tienen que ver con el cambio climático.

También ha criticado la propuesta de sufragar con un impuesto nuevo el déficit eléctrico sólo gravando a los carburantes y que sean sólo los usuarios de diésel y gasolina los que paguen algo que fue generado por decisiones de política energética y de inversión de las empresas, así como que sean los que paguen unas carreteras que también van a usar los vehículos eléctricos.

En su opinión, tiene más sentido que se suba el precio por tonelada de CO2 emitida y que se recaude de todos los emisores.

La consejera delegada de Iberdrola España, Ángeles Santamaría, cree que hay que favorecer la introducción de renovables en el mix eléctrico, ya que reducirá los precios, y ha dicho que se deben adoptar «decisiones valientes» para avanzar en una mayor electrificación.

Por su parte, el consejero delegado de Acciona Energía, Rafael Mateo, ha criticado la actual fiscalidad sobre la energía, que considera que actualmente tiene sólo «efectos recaudatorios» y cree que hay que aumentar la fiscalidad a las fuentes de energía emisoras, pues no tiene sentido que se pague un 7% por generar electricidad tanto si se hace por una planta que contamina que por una instalación que no emite CO2.

Ha indicado que hay que reformar la fiscalidad y establecer unas señales económicas claras y «contundentes» para que España no se quede atrás en la nueva «revolución industrial» que va a suponer la transición energética.

Mateo ha añadido que si el carbón es la principal fuente emisora de CO2 «habrá que cerrarlo» y ha agregado que los puestos de trabajo de esa actividad podrán ser suplidos en sectores como la fabricación de aerogeneradores y baterías.

Energía asevera que cerrar las nucleares compromete el objetivo de reducir emisiones y defiende una transición ordenada para el transporte

EFE / Europa Press.- El secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, defiende una «transición ordenada» en el ámbito del sector transporte de cara a cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2 al horizonte de 2030, sin discriminar ninguna de las alternativas existentes. Asimismo, Navia indicó que el cierre de las centrales nucleares sacaría a España de la actual «situación de cumplimiento creíble» de sus objetivos de emisiones de CO2. «Es fundamental no revertir el buen trabajo hecho hasta ahora», subrayó.

Navia destacó la importancia que tiene para cumplir los objetivos de emisiones que no se produzcan “reversiones en las políticas”. En este sentido, indicó que «no podemos tomar decisiones que nos lleven atrás en el cumplimiento de los objetivos» como, por ejemplo, el cierre de las centrales nucleares, lo que incrementaría las emisiones del sistema eléctrico, y señaló además que, las emisiones contaminantes deben reducirse con el menor coste posible pues, si no, acaban no cumpliéndose los objetivos, como ha ocurrido en otros países europeos.

En el ámbito del transporte, Navia se ha mostrado a favor de una «transición ordenada» y ha señalado que parece lógico no discriminar ninguna de las alternativas existentes, promocionando al vehículo eléctrico pero también con el fomento del vehículo de gas y reconociendo que hay un margen para que sigan funcionando durante un tiempo los vehículos que usan combustibles fósiles. «Tenemos margen para promocionar todas las alternativas de movilidad eficiente», ha dicho el secretario de Estado, que ha manifestado que también es “lógico” acompasar los cambios en el sector al desarrollo industrial del país, por lo que en Europa el Gobierno velará por que no se generen ventajas para otros países que cuentan con industrias que España todavía no tiene.

Ha destacado la buena posición en que se encuentra España para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones para 2020 y 2030, ya que en el caso de los sectores ETS, los sujetos a la compraventa de derechos de emisión, la reducción llega al 42% y en los no difusos al 15%, lo que excede del compromiso que tiene España para 2020. Navia considera que «hasta ahora el trabajo se ha hecho bien» y ha pedido continuar así, «sin precipitaciones que supongan cambios drásticos». A este respecto, Navia ve «fundamental» que España sea un «actor relevante» en todas las tecnologías que se planteen, ya que «no podemos ser meros usuarios de las mejoras tecnológicas que se produzcan en el mundo».

Por su parte, el presidente de AOP y BP España, Luis Aires, destacó la importancia del sector del petróleo y la petroquímica como uno de los motores de crecimiento de la economía española, a la que aporta el 2,5% del PIB y más de 271.000 empleos directos e indirectos, representando, además, más del 50% de la energía final consumida en España. Asimismo, Aires señaló «el pilar» para el sector que representa la industria del refino, con un programa de inversión de más de 6.500 millones en los últimos años para su modernización. Por ello cree que el sector «no puede quedarse al margen del debate público» sobre reducción de emisiones para ver qué puede hacer.

Informe sobre emisiones en España

España tiene capacidad para conseguir reducir, a costes eficientes, 46 millones de toneladas anuales de CO2 hasta 2030, cantidad muy superior a la que tiene fijada, según el estudio elaborado por la consultora KPMG con la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Perspectiva para la reducción de emisiones de CO2 en España a 2030. En concreto, KPMG estima que los sectores ETS, sujetos a comercio de emisiones, tienen potencial para llegar a un ahorro con costes eficientes de 22 millones de toneladas anuales de CO2 (14,5 millones correspondientes a generación eléctrica y 7,4 millones a la industria). En el caso de los sectores «difusos» o «no ETS», el ahorro potencial según el informe asciende a 24 millones de toneladas.

El informe indica que ya desde 1990 en España se han reducido un 40% las emisiones de CO2, ahorros que en el caso de los sectores ETS supone un 43% y en los no ETS del 30%. Actualmente, la reducción de emisiones en los sectores ETS está en el 42% desde 2005, muy cerca del objetivo a 2030, mientras que en emisiones difusas es sólo del 13%, frente a un objetivo del 26% para 2030.

KPMG también evalúa los ahorros en el sector del transporte, aunque no recoge dos subsectores (marítimo y aviación), y, además, proyecta cómo será la evolución de la introducción de las nuevas tecnologías de transporte. En general, el transporte tiene un potencial de ahorro de cerca de 8,8 millones de toneladas al año, según el estudio de KPMG, que señala que los coches de gasolinas e híbridos en el escenario analizado reducirán emisiones a menor coste que los eléctricos. También el tren, en términos de coste-eficiencia en reducción de emisiones, es, según arroja el estudio, más eficiente que los autobuses eléctricos.

En el caso de la industria, el potencial de ahorro es de 7,4 millones de toneladas anuales de CO2 a 2030, destacando el sector del cemento, con una reducción del 60%, y el refino, con un potencial del 30%. Respecto al sector residencial, su potencial de reducción de emisiones se estima en 9,2 millones de toneladas de CO2, siendo los electrodomésticos los que más aportarían, seguidos de la calefacción y la iluminación. Por lo que respecta al sector comercial, el potencial de ahorro se estima en 6 millones de toneladas de CO2 anuales y las medidas que más contribuirían serían, por este orden, las de iluminación, equipos eléctricos y climatización.

El sector energético pide estabilidad para abordar con éxito la descarbonización y el gas pretende ser parte de la solución

EFE / Europa Press.- El presidente de Sedigas, Antonio Peris, consideró que el gas tiene que ser «parte de la solución» en el camino hacia la transición energética, ya que sustituye a fuentes «más contaminantes». Peris participaba en una jornada organizada por Enerclub en la que el sector energético español exigió nuevamente estabilidad para poder afrontar con garantías la futura transición energética ante la próxima aparición del informe del comité de expertos analizando diferentes escenarios de cara a la futura ley sobre la materia.

La presidenta de la patronal eléctrica (Unesa), Marina Serrano, recordó que en 2017 la demanda de electricidad aumentó un 1,1% respecto a 2016. Serrano ha indicado que 2018 será un año de importancia vital para todos los sectores energéticos, en el que habrá que alcanzar consensos sobre el futuro mix energético, las diferentes fuentes de energía que cubren el suministro, y la reducción de emisiones.

Serrano ha advertido que la transición energética va a requerir grandes esfuerzos de inversión, lo que exigirá un marco regulatorio «estable y predecible», y ha recordado que sólo en redes la inversión que se precisará hasta 2030 será de 42.000 millones de euros. A este respecto, señaló que será importante que se establezca una tasa de retribución a esta actividad «razonable» y «de acuerdo con los métodos fijados en otros países europeos de nuestro entorno». Además, consideró necesario el diseño de un mercado que de unas «señales a largo plazo, que permita que el sistema sea seguro». Así, solicitó también la regulación de los mecanismos de capacidad, que ayudan a «asegurar la seguridad de suministro».

Por su parte, el presidente de la patronal gasista Sedigas, ha destacado que en 2017 el sector conectó 172.487 nuevos puntos de suministro y está al alcance del 79% de la población española, llegando a alcanzar un 31% de penetración en viviendas. Peris, que ha subrayado que se está a las puertas de la publicación del informe del comité de expertos sobre la Ley de Transición Energética, reclamó que en esta transición el gas se contemple no sólo como una energía de transición, sino que “forme parte de la solución” ya que se trata de una fuente de energía que sustituye a otras «más contaminantes«.

A este respecto, indicó que la mayor presencia del gas aportaría 150 millones de euros a la economía y reduciría las emisiones en 11 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Además, señaló el papel que jugaría en movilidad, contribuyendo a reducir las emisiones y mejorando la calidad del aire. Así, Peris subrayó que «el gas tendrá un rol protagonista en la economía baja en carbono y un papel clave en la transición energética global, en especial por la creciente inyección de gas de origen renovable en su infraestructura».

La demanda de gas natural en España alcanzó la cifra de 350.870 gigavatios por hora (GWh) al finalizar 2017, lo que representa un incremento del 9,1% respecto al 2016 y evitó la emisión a la atmósfera de cerca de 25.300 kilotoneladas de CO2. Peris apuntó a la falta de lluvias y al aumento de la demanda de gas de los ciclos combinados en un 26,8%, con una cuota del 17,2%, como los hechos que marcaron el pasado ejercicio. Peris destacó que estos ciclos combinados tienen un rendimiento de hasta un 25% más que las térmicas alternativas, por lo que «suponen menos consumo de energía primaria» y evitan la emisión de casi 5.000 kilotoneladas de CO2″.

La demanda convencional aumentó un 5,1% el año pasado, sobre todo en los meses de agosto y septiembre como consecuencia de las altas temperaturas y la utilización de gas natural para la refrigeración del sector doméstico y comercial. La demanda industrial, que supone el 62% del consumo de gas nacional también siguió una tendencia alcista, lo que, según Sedigas, demuestra la recuperación económica del sector.

Asimismo, el presidente de la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) y de BP España, Luis Aires, destacó que 2017 fue un año «histórico» que refleja «la fortaleza» de las refinerías españolas en un entorno de bajos precios. De cara al futuro cree que el petróleo se moverá entre los 40-70 dólares, aunque ve muy difícil que se supere esta cota por el impacto de la tecnología en las formas de producción y lo más probable es que el mayor tiempo esté entre 50 y 60 dólares. Aires consideró que la transición energética debe llevarse a cabo desde un punto de vista de equilibrio entre el coste y la eficiencia, por lo que «no se debe despreciar ninguna tecnología».

Por otro lado, el presidente de la Asociación de Empresas de Energía Renovables (APPA), José Miguel Villarig, advirtió de que el sector se «teme lo peor» sobre la próxima revisión que se aplicará a las renovables para el próximo periodo regulatorio sobre su tasa de rentabilidad. «Esta rentabilidad tiene como fallo que nos la cambian cada 6 años y nos la revisan cada 3», señaló

Además, consideró que en el sector «va a haber un antes y un después de las subastas», que van a dinamizar 8.300 millones y crear 9.000 empleos, aunque subrayó que el reto será ejecutar esos 8.000 megavatios (MW) adjudicados «en el corto plazo que se ha dado». No obstante, criticó el cómo se han llevado a cabo las subastas, ya que «ha sido una vez más con improvisación», y pidió que para el futuro se diferencie entre tecnologías y se establezca un calendario para ellas.

Por su parte, el presidente de Carbunión, Pedro Iglesia, ha apuntado que 2017 fue un año algo mejor para el sector del carbón tras el «nefasto» 2016 en el que el Gobierno «denostó el carbón» e incumplió los compromisos con el sector. Aún así, ha indicado que en 2017, pese a crecer la producción con carbón un 20%, la cuota correspondiente al carbón nacional en el mix de generación de electricidad fue sólo del 2,4%. Por otra parte, ha señalado que el carbón debe tener un papel importante en la transición energética por ser el único combustible autóctono y dar garantías de seguridad al suministro.

Iglesia señaló que el sector afronta el reto de la amenaza de cierre para 2018 de todas aquellas empresas que recibieron ayudas desde 2011 o, en caso contrario, afrontar como proceder a devolver estas ayudas recibidas. Por ello, pidió el apoyo del Gobierno para materializar en «medidas concretas» el respaldo al carbón para que siga jugando un papel dentro del mix energético, dado que a los actuales precios es inviable.

Luis Aires (BP) es el nuevo presidente de la AOP y Andreu Puñet (Petronor) releva a Mazarrasa como director general

Europa Press.- La Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) ha elegido nuevo presidente a Luis Aires, presidente de BP España, y nombró a Andreu Puñet, consejero delegado de Petronor, nuevo director general.  El nuevo presidente también es vicepresidente de Estrategia y Portafolio de BP para Europa y África. Ahora sustituye en el cargo a Federico Molina, actual director de refino de Cepsa, que ha estado en el cargo desde 2014.

Por su parte, Puñet, que ha desarrollado toda su carrera en el grupo Repsol, toma el relevo en la dirección general de la patronal de las grandes petroleras de manos de Álvaro Mazarrasa, que se jubila después de más de 16 años en AOP y 18 años en Shell. La asociación eligió a su nueva Junta Directiva que, además de por Aires, tendrá en las vicepresidencias a Francisco Vázquez (Repsol), Javier Antúnez (Cepsa) y Joao Diogo (Galp). Asimismo, formarán parte como vocales: Giampiero Spanedda (Saras Energía), Enrique González (BP), Pedro Palacio (BP), Carlos Navarro (Cepsa), Joaquín Motos (Galp), Manuel Pérez Jurado (Repsol), Federico Tarín (Repsol) y Emilio Borrego (Saras Energía).

El consumo energético crece un 0,2% en España, continuando en la senda de mejora de su eficiencia y reduciendo emisiones

Europa Press / EFE.- El consumo energético creció un 0,2% en España durante 2016, frente al 1,7% que aumentó en 2015, lo que supone, unido al incremento del PIB español un 3,2% en el último año, una mejora de la intensidad energética y pone de manifiesto que España continúa por la senda de mejora de su eficiencia energética, según el informe Statistical Review of World Energy 2017 de BP.

Por fuentes de energía, el informe recoge un descenso del 23,9% en el consumo de carbón mientras que el de la hidráulica subió un 27,3%. Según BP, estos cambios en el consumo respecto al año anterior han producido una nueva configuración del mix energético español. El petróleo, el gas natural, la energía nuclear y la hidráulica, por su parte, ganaron en el último ejercicio en comparación a 2015 cuota en su aportación a la demanda, acabando con una participación en el mix de 46,3%, 18,6%, 9,8% y 6%, respectivamente. Mientras tanto, el carbón redujo su porcentaje hasta el 7,7%, en contraste al crecimiento del 6% que experimentó un año antes.

BP destaca también que en España se redujeron un 2,7% las emisiones de dióxido de carbono (CO2), mientras que a nivel mundial aumentaron un 0,1%, el promedio más bajo desde 1981-1983, y cambia el mix energético hacia fuentes más limpias. En 2016, la demanda mundial de energía volvió a tener un crecimiento «débil» por tercer año consecutivo, aumentando solo un 1%. Por su parte, las renovables siguieron creciendo «fuertemente» y cayó el uso del carbón.

2016 fue un ejercicio de ajustes para el mercado del petróleo, que fue absorbiendo el exceso de oferta que había dominado en los últimos años. Los precios bajos del crudo (44 dólares, según el crudo Brent) impulsaron el crecimiento de la demanda en un 1,6% e influyeron en la producción, que creció a nivel mundial solo un 0,5%, cayendo de manera muy importante en Estados Unidos. La producción de la OPEP se incrementó en 1,2 millones de barriles por día, mientras que en la producción en los países no miembros se redujo en 800.000 barriles diarios, su mayor caída anual en los últimos 25 años.

Modelo energético con menos emisiones

El consumo mundial de gas natural, por su parte, aumentó un 1,5% en 2016, un porcentaje «pequeño» en comparación con su tasa media de la última década, y representó un 24,1% del mix de energía primaria. Así, los mercados de petróleo y de gas también consolidaron ciertas tendencias que hacen evidente la transición a un modelo energético con menores emisiones de carbono, como son un menor crecimiento de la demanda mundial de energía y el traslado del centro de gravedad de esta demanda a las economías emergentes con altos índices de crecimiento. De este modo, China e India incrementaron su demanda en un 1,3% y 5,4%, respectivamente, mientras que la demanda de la OCDE creció un 0,2% respecto a 2015.

En cuanto al carbón, el más contaminante de todos los combustibles fósiles, su consumo cayó por segundo año consecutivo, en un 1,7%, debido, principalmente, a la disminución de la demanda de Estados Unidos y China. La producción también se redujo en un 6,2% y su participación en la demanda de energía primaria fue menor, al 28,1%. Por el contrario, las energías renovables, encabezadas por la eólica y la solar, aumentaron un 12%, pese a que el suministro representó el 3% de la energía primaria. China fue el mayor productor mundial de energías renovables en 2016, desplazando así a Estados Unidos.

La producción de energía nuclear creció un 1,3%, dejando el mix energético a nivel mundial con el petróleo y el gas como combustibles dominantes en cuanto a su participación en el consumo de energía primaria con un 33,3% y un 24,5%, respectivamente, seguidos del carbón (28,1%), la hidráulica (6,9%), nuclear (4,5%) y renovables (3,2%). Finalmente, la generación de electricidad aumentó un 2,2% con todo el crecimiento proveniente de los países en desarrollo. Los países de la OCDE no registraron variaciones.

Entre 40 y 60 dólares

Por su parte, el presidente de BP España, Luis Aires, auguró que los precios del petróleo se mantendrán en la banda baja de entre 40 y 60 dólares por barril ya que los inventarios de crudo «siguen siendo muy elevados». Aires ha manifestado que los precios del petróleo «se van a comportar en línea parecida a los últimos años» pues sigue habiendo mucho crudo en inventario, pese a la mayor «elasticidad» que la extracción por fracking o fractura hidráulica aporta.

Por otra parte, ha destacado el cambio que se está produciendo en el mundo del gas con el despegue del gas natural licuado (GNL), cuya venta ya no se hace mayoritariamente en contratos a largo plazo, pues el 40% de los contratos de GNL tiene una duración menor de 10 años y se está produciendo liquidez. Aires ha señalado que de aquí a 2020 el GNL crecerá un 30% y ha añadido que hará que el mercado de gas, que hasta ahora era muy de regiones, sea más integrado, y que los precios vayan convergiendo.

Aires, que recordó que el precio del gas en Europa es más caro que en Estados Unidos, manifestó que para que se abarate es necesario seguir fomentando el desarrollo de infraestructuras para importar gas natural licuado. Indicó que ello, junto a otras actuaciones, como la alternativa para traer gas por gasoducto a través del corredor Azerbaiyán-Italia, en el que colaboran BP y Enagás, y que proporcionará gas adicional a Europa en 2019, así como la ejecución de las interconexiones en el continente, hará que países como Rusia bajen los precios.