La cantante Ana Belén, posible nueva presidenta de la Comisión Nacional de Energía

La semana pasada el Ministro Clos se dirigió a la presidenta de la Comisión Nacional de Energía como Pilar Cuesta en el acto en que este organismo celebraba su décimo aniversario y en el que se presentaba una publicación que reflejaban los últimos diez años en el sector de la energía. Energía Diario revela los planes del Ministro Clos de sustituir a Maite Costa por Pilar Cuesta, cantante cuyo nombre artístico es en realidad Ana Belén.

Al parecer el lapsus del Ministro no fue tal. No se trata de que el Ministro no conociese suficientemente a Maite Costa, también catalana como el ministro y como el Secretario General de Energía, Ignasi Nieto. Fuentes bien informadas confirman que el Ministro se dirigió a la presidenta de la Comisión, por el nombre de su probable sustituta al frente del organismo. Todo el mundo es conocedor de que el nombre artístico de Pilar Cuesta es Ana Belén. La cantante madrileña, pareja del cantautor asturiano Victor Manuel, podría estar muy aventajada en las quinielas como sustituta de Maite Costa.

Al parecer, el Ministro parece que quiere introducir un cambio de rumbo en la Comisión, dada la fuerte conflictividad interna que registra el organismo desde el nombramiento de la actual presidenta. Por otra parte, sería un elemento de reconciliación con el electorado más de izquierdas e intelectual del Partido Socialista Obrero Español, en la medida que la cantante ejemplifica la relación con esta parte de los simpatizantes del partido. Por otro lado, sería una fórmula eficaz para mejorar y aumentar la popularidad del organismo y al mismo tiempo, tender puentes a Izquierda Unida, que ha anunciado que se desliga de la mayoría relativa parlamentaria. En contra del nombramiento de la cantante y actriz, estaría el escaso conocimiento del sector energético. Tampoco se descarta que pudiera declinar la oferta del Ministro.

Desde el Ministerio de Industria, ni se desmiente, ni se confirma esta información, en la medida que podría suponer un vuelco en la trayectoria del órgano regulador, que muchos ven necesaria. Lo que sí coinciden todas las fuentes es que el Ministro está llevando este asunto con extraordinario sigilo, dado que, una vez encontrado el sustituto de la presidenta, el propio Clos debería pedirle a Costa que abandonase el cargo, toda vez que aún le quedan más de cuatro años de mandato.

Por su parte, en la Comisión Nacional de Energía no dan mayor importancia a este incidente y no se han querido formular declaraciones ante los rumores que suscitó la confusión del Ministro en este acto tan importante.

Motivos y razones para un recurso

Durante estos días hemos conocido como los consejeros de la Comisión Nacional de Energía se revelan contra el decreto de Industria que reduce su papel, su independencia y sus funciones. Noticia que viene a cuestionar nuevamente la relación desde el Ministerio de Industria y los órganos reguladores cuya función debe ser garantía de independencia. La CNE está configurada como un órgano colegiado y esta norma viene a mermar la capacidad de sus consejeros.

Como informamos en la edición de hoy de Energía Diarío, los motivos que se argumentan en el recurso giran alrededor de la necesidad de que el Decreto debería haber sido analizado por la Comisión Nacional de Energía con carácter previo, la erosión de los papeles de los miembros del Consejo y su consecuente aislamiento de los servicios internos de la Comisión y sobre la modificación del régimen de incompatibilidades vigente para los ex-consejeros que procedan de la Administración General de Estado.

Parece que en todo esto no está ajeno el cambio de equipo ministerial con la incorporación a Industria de Clos e Ignasi Nieto, en conjunción con Maite Costa (esta propuesta de presidencializar la CNE ya estaba encima de la mesa mientras que estaba Montilla en el Ministerio, pero nunca se llevó a cabo). Además, la retórica confesa utilizada para justificar el mismo: hacer que los consejeros se dediquen a lo que les concierne y no estén en lo que no deben estar, no deja lugar a dudas de la forma de entender la relación entre Administración y el órgano regulador. Para esa misión ya está la presidenta.

Pero es importante hablar también de las razones que rodean este recurso. Razones más allá de los motivos concretos. Razones, que van más allá de los argumentos jurídicos y legales. En primer lugar, el argumento clave de defensa de la independencia del organismo. Independencia necesaria frente a las empresas, agentes y gobiernos para ejercer en serio su papel regulador y árbitro.

En segundo lugar, el comportamiento de la Comisión Nacional de Energía ha estado fuertemente cuestionado y su relación con el gobierno en el ojo del huracán desde febrero. Incluso desde la Unión Europea, el reforzamiento del papel de la Comisión Nacional de Energía justo antes de que se presentase la OPA de E.ON y estuviese anunciada, está siendo un fuerte caballo de batalla con el ejecutivo comunitario.

Lo que está claro es que este decreto no mejora en nada el funcionamiento de este órgano colegiado, que se supedita a un ‘presidencialismo’ trasnochado. Todo el mundo debería dar muchas explicaciones a como se ha podido deslizar una norma así en un momento así, complicando aún más la situación del organismo. Un decreto que, además, introduce un nuevo elemento de judicialización en el ámbito de la energía y que da un paso más para que este sector se instale en el escándalo permanente. Una situación a la que hemos llegado, por carencia y por maldad, para un sector estratégico para nuestra economía y para la sociedad.

Clos y el mínimo común divisor

Hace poco más de un mes y medio tuvo lugar en un hotel de la Castellana de Madrid uno de los encuentros que, con carácter anual, organiza el Club de la Energía. Este evento fue el primero al que tuvo ocasión de asistir el nuevo ministro de Industria, a la sazón –que diría un castizo— otro catalán. El sucesor de Montilla, al dirigirse a los asistentes a la comida, quiso expresar su voluntad de alcanzar una solución equilibrada a los problemas que padece el sector eléctrico, anunciando para ello que su objetivo iba a ser la búsqueda del mínimo común divisor (sic) de las soluciones propuestas por las distintas empresas.

Energíadiario.com ha podido saber que esta anécdota fue comentada –discreta pero profusamente— por los asistentes, entre los que predominaban los ingenieros industriales, profesionales que tienen a gala disfrutar de amplios y profundos conocimientos matemáticos. Como recordaba recientemente un importante directivo empresarial, cada uno es muy dueño de calcular lo que le venga en gana, pero cuando a uno le nombran ministro debe procurar calcular algo que resulte útil a la ciudadanía.

Al ministro de industria (que abandonó hace mucho tiempo la aritmética para dedicarse a la medicina primero y a las municipalidades después) alguien debería decirle que el mínimo común divisor de cualquier conjunto de cifras es siempre la unidad (es decir 1) y que para llegar a esa conclusión no hay que esforzarse mucho; suponemos que el propio ministro deducirá, él solo, sin que tenga que ayudarle nadie, que este cálculo (el del mínimo común divisor) no sirve para nada.

Si al señor ministro se le ocurre (todo es posible) calcular el máximo común múltiplo de cualquier conjunto de cifras (sea cual sea el número de éstas y sean éstas las que sean) bueno será que alguien le diga que esta magnitud siempre es infinito; además, si el doctor Clos intentara realizar el cálculo de esta otra magnitud por el método iterativo puede terminar agotado.

Hasta hoy mismo los libros de matemáticas de la enseñanza secundaria obligatoria (la ESO) explican los conceptos y los métodos de cálculo del mínimo común múltiplo y del máximo común divisor, pero posiblemente por su irrelevancia nada se dice de los otros dos conceptos. Estas últimas semanas los directivos y, más aún, los accionistas de las compañías eléctricas comentan preocupados, aunque con buen humor, que el ministro del ramo haría bien en repasar las matemáticas. Otros, incluso, llegan a afirmar que, a lo peor, ninguno de estos cuatro conceptos le va a reportar gran utilidad.

Tarde de gala en la Comisión Nacional de Energía

La Comisión Nacional de Energía celebró ayer el décimo aniversario de la regulación en el sector energético. Un lleno importante en el salón de actos de la Comisión. Iba a estar presente el Ministro Clos, quién llegó con un cierto retraso e hizo que el acto se prolongase casi hasta las nueve de la noche.

Muchas caras conocidas: Pizarro, Sánchez Galán, López Jiménez, Eguiagaray, Ariño, Ignasi Nieto (que si fué, aceptando la invitación que comentábamos ayer en energíadiario),…. La presidenta, ejercía de anfitriona y se le notaba preocupada por todos los detalles. Ella, consciente de que se trataba de una ocasión especial, se ocupaba de conminar a los asistentes a que entrasen a la sala y se sentasen para que cuando llegase el Ministro, se cumpliese el protocolo y todo estuviese listo.

En la presidencia, además de Maite Costa, el Ministro Clos, José Luis García Delgado y Pedro Meroño, ex presidente del organismo. Ausencia de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien se dirigió a los asistentes por medio de un comunicado en que aludía a la necesidad de avanzar en la reforma de los mercados energéticos y en la nostalgia que le ocasionaba pensar en la Comisión. Pedro Meroño, se refirió a Costa no como una sucesora procedente de la contienda política, sino como una amiga. Y José Luis García Delgado, también académico como Costa, destacó el pundonor de la presidenta y, como director de la publicación, las críticas que se recogen hacia el organismo en sus distintas etapas en el volumen que se presentó ayer.

La conferencia, que seguía el ciclo que viene desarrollando el Organismo, no tuvo preguntas a posteriori, y trataba de la relación entre los resultados empresariales en el sector de la energía y la regulación. La dictó Vicente Salas Fumás de la Universidad de Zaragoza, quien se dirigió a Maite Costa como profesora.

El Ministro bromeó con la capacidad contundente del libro que se presentaba y utilizó un tono más desenfadado que en otras ocasiones en su intervención, en el que hizo gala de su sentido del humor. Se nota que ya son cuatro meses. Prometió que los problemas en el sector de la energía se arreglarían en cómodos plazos y en algún momento se refirió a las admoniciones de los organismos de la UE a la política energética española.

Y, la presidenta, estuvo en su papel. Visiblemente, emocionada en ocasiones por la efeméride, además de la importancia de la regulación y de la coordinación entre reguladores, dedicó gran parte de su discurso a agradecer al Ministro su asistencia, a los servicios de la Comisión y en concreto a las tres personas que habían hecho posible el acto y que la sala estuviese disponible ayer, hoy y mañana para todos los Consejos Consultivos. Finalizó de forma lacónica señalando a los asistentes ‘afuera hay una copa’.

Diez años no es nada.

‘Petons’ para Ignasi Nieto desde la Comisión Nacional de Energía

Hoy por la tarde tendrá lugar en la sede de la Comisión Nacional de Energía un acto que quiere conmemorar la creación del órgano regulador del sector de la energía y que incluirá la presentación de un libro sobre los diez últimos años de actividad regulatoria en este sector, además de una conferencia del catedrático Vicente Salas Fumás.

Con este motivo, la Presidenta de este órgano supuestamente independiente ha invitado a Ignasi Nieto Magaldi, actual Secretario General de Energía y anterior director de Regulación de la CNE, al acto que tendrá lugar en la calle de Alcalá, a las siete de la tarde, y que posteriormente irá seguido de cena de los consejeros (pasados y actuales) de la Comisión en el Casino de Madrid.

En la invitación oficial al Secretario General de Energía, a la que ha tenido acceso energiadiario.com, Maite Costa completa con su puño y letra la carta-invitación dirigida a Nieto, que entró en la Secretaría General de Energía el pasado 12 de diciembre. Así, en el encabezamiento, Maite Costa se dirige al Secretario General con la expresión ‘Benvalgut Ignasi’. En la despedida, antes del pie de firma, la Presidenta envía ‘Molt petons’ a Ignasi Nieto.

Recordemos que el pasado año el Ministerio de Administraciones Públicas adoptó como norma para la Administración General del Estado el criterio de eliminar los tratamientos (excelentísimo, ilustrísimo,…) para los cargos de la misma. Dado que este código no alcanza a las Administraciones Territoriales, desconocemos si ‘benvalgut’ es un término equivalente al de ‘Honorable’ o ‘Molt Honorable’, que podría resultar de aplicación a los cargos de la Generalitat, o bien es un término exclusivamente cariñoso, que puede considerarse lógico dada la excelente relación que supuestamente mantienen los dos.

En la despedida, la Presidenta envía ‘molt petons’ a Ignasi Nieto, fórmula que suele acompañar en ocasiones de algún tipo de arrumaco y de la que no existe ninguna duda que transparenta la excelente relación entre Ignasi Nieto y su anterior jefa. Está claro por lo tanto que el clan catalán que dirige la energía tiene una perfecta sintonía entre sí, siendo indiferente que esté en la Administración o en el órgano regulador independiente. Tanto da.

Dimite Jorge Vasconcelos, presidente del Ente regulador luso de la energía.

El presidente de la Entidad Reguladora de los Servicios Energéticos (ERSE), Jorge Vasconcelos, renunció esta semana a su cargo, acusando al Gobierno socialista de acabar con la independencia de la regulación en el sector eléctrico. Vasconcelos criticó el límite administrativo del incremento del 6 por ciento de las tarifas domésticas impuesto por el Gobierno, después de que la ERSE había presentado su propuesta para 2007.

«Esta intervención significa, desde mi punto de vista, el fin de la regulación independiente del sector eléctrico portugués», afirmó Vasconcelos. Por su parte, el Gobierno portugués decidió limitar el aumento de la tarifa de electricidad a los consumidores domésticos al 6 por ciento el próximo año, pese a que la entidad reguladora había propuesto un incremento del 15,7 por ciento, en virtud del «interés nacional» y dijo que un incremento como el propuesto por la ERSE podría «comprometer» la recuperación económica. Además, el Gobierno Portugues decidió ampliar el periodo de amortización del déficit tarifario, en lugar de 3 años propuestos por la ERSE, a 10.

Comparación con España

Son muchas las lecturas que podríamos sacar en el caso español, en el que hay grandes similitudes y grandes diferencias. En nuestro país, el incremento previsto de las tarifas será el del IPC (alrededor del 2,8%, menos que en Portugal) y sería necesario que estuviese por encima del 20%. El déficit tarifario se amortiza en catorce años y supone una parte ya muy importante de la tarifa. Aquí, la Presidenta de la Comisión Nacional de la Energía, aún no ha dicho nada al respecto de las tarifas. Todo se resolvió políticamente por la Vicepresidente Teresa Fernández de la Vega y todos los presuntos responsables del equipo económico han callado desde ese momento.

Y, en la ceremonia de la confusión, se ha escamoteado la razón final de esta subida, que no es precisamente la necesidad de recuperación de nuestra economía (crecemos muy por encima del 3,5% y de Portugal), sino que estamos en tiempos políticos de debilidad y próximos a las elecciones.

¿Nadie dimite aquí?. Al menos en Portugal, cada uno ha estado en su papel de forma transparente.

La insorportable gravedad del déficit tarifario

La tarifa eléctrica viene arrojando un déficit de tarifa anual y endémico que, una vez revisado y calculado, se reconoce (¿?) a regañadientes por el Ministerio de Industria, al sector eléctrico. Un déficit causado porque la tarifa se fija de adelante a atrás, de forma que se determina el precio del kilowatio y luego los costes de generación, distribución y resto de conceptos se ajustan ‘por lo político’. Cuestión que está presente desde la reforma del sector eléctrico, como un ‘fleco’ a resolver de la regulación y que muchos han aprovechado para cuestionar el mercado eléctrico. Dado que generar energía es una actividad liberalizada (aunque parece que cada vez menos), resulta que hay diferencia entre lo que el gobierno decide y lo que pasa, en realidad. La aprobación de una tarifa para el año 2007 que limita su crecimiento al IPC, va a prolongar este grave problema durante más tiempo.

Es decir, si cuesta más producir la energía por el alza del precio del petróleo o del gas natural, o por la baja capacidad de generación hidráulica, esa diferencia entre lo reconocido y lo retribuido, determina el déficit de tarifa. Si en el año 2005, el déficit se cifró en 3.100 millones de euros, el año 2006, acabará en 3.800 millones de euros, si se incluyen ciertas medidas de reducción como la absorción de los derechos de emisión.

Si las tarifas, se ajustaran periódicamente en función de los precios de generación de la energía, no existiría déficit de tarifa, evidentemente. Pero la tentación cada vez es mayor: los costes de la energía se eleven, el déficit crece cada año más y su proporción en la tarifa de ejercicios venideros va aumentando progresivamente.

Este déficit impide que los usuarios conozcan el verdadero coste de la energía y que puedan tomar decisiones de consumo responsables. Una vez reconocido, se tituliza (por catorce años o así), se le van incorporando intereses financieros y, se va pagando, en cómodos plazos, por los consumidores futuros.

El problema es que los cómodos plazos van ganando una cuota de participación creciente en la tarifa, de forma que hoy, casi el 14% de la tarifa actual pertenece a cuentas a saldar de ejercicios anteriores, en lenguaje puramente contable. Algo muy parecido a una familia a la que se acumulan las letras del piso, del coche, de la nevera, de las vacaciones.

¿Consumidores engañados o reconfortados?

En paralelo, se ha ido generando un temor atávico en la Administración a que se pudiera producir una subida de tarifas o la incorporación de algún mecanismo más o menos automatizado para adecuar de manera más real los costes de la energía a su realidad, como ocurre en el mercado de los carburantes. Sólo hay que comprobar el espectáculo político al que hemos asistido, desde los Ministerios de Industria y de Economía, resueltos por la vía política, es decir por la Vicepresidenta del Gobierno. Los consumidores pueden estar tranquilos que hay alguien que piensa por ellos y les dosifica la verdad y les mantiene en su irrealidad, consumiendo sin freno (sarna con gusto no pica, pero mortifica).

El problema reside en que los costes ocultos se instalan en todo el sistema productivo, no se aborda la eficiencia energética, se deteriora la competividad, los costes financieros van elevando el importe de la tarifa de forma lenta e inexorable, se sustituye la lógica empresarial por el ‘convoluto’ que genera transferencias no dimensionadas entre usuarios, empresas, bancos. Y los responsables políticos y administrativos se acostumbran a lo cómodo… a no gobernar.

Acciona se enfrenta a las acusaciones de E.ON en Estados Unidos

Este lunes habrá, previsiblemente, noticias sobre la batalla que Eon libra contra Acciona en los juzgados de Estados Unidos. Eon denunció ante un juzgado de Nueva York que la información que había aportado Acciona al regulador bursátil estadounidense (SEC) era incompleta y no resultaba veraz acerca de las intenciones de la constructora con su entrada en el capital de Endesa. Tras la denuncia, Acciona complementó el formulario para el regulador bursátil con información adicional. Este lunes la juez Denise Cote, que instruye el caso, se entrevistará con los abogados de ambas compañías y decidirá si se sigue adelante con el proceso o, por el contrario, lo archiva. Parte de la expectación creada se debe a que el Tribunal solicito a Acciona información sobre el préstamo solicitado al Santander y con el cual la constructora ha financiado su entrada en Endesa.

Oposición activa de Acciona

El martes pasado Acciona indicó a los supervisores bursátiles su intención de ser oposición activa a la oferta pública de adquisición de Eon. Según se comunicaba, los proyectos de Eon y el grupo constructor para el futuro de Endesa son opuestos. Por ello, no pretende aceptar la oferta de la alemana, desechando la opción de ser un socio minoritario de una Endesa controlada por Eon. Como última opción, en caso de no encontrar apoyos entre los accionistas de Endesa, Acciona aceptaría la oferta plantada por Eon en su OPA por el 100 % de la eléctrica española.

Por otro lado, Gas Natural inició la semana pasada una cruzada contra Eon, también en Nueva York. En su escrito de denuncia, Gas Natural, de forma similar a lo que Eon ha hecho con Acciona, describe la oferta de la alemana sobre Endesa como falsa y engañosa. En particular, hace hincapié en que se omitió información directa que recibió de Endesa para lanzar su OPA.

Abuso de posición de dominio de Eon

Esta demanda se une a la que recientemente Gas Natural presentó, también contra Eon, por abuso de posición de dominio en un juzgado de Barcelona. Según Gas Natural, Eon habría utilizado su posición de dominio en otros mercados para financiar su compra por Endesa, vulnerando así el artículo 82 del Tratado de la Unión Europea que prohíbe “la explotación abusiva de una posición de dominio”.

Los reguladores de la Unión Europea denuncian la utilización política de la CNE

Este fin de semana se ha deslizado en los medios de comunicación la
noticia de que los reguladores europeos han criticado la politización de
la Comisión Nacional de Energía. Es evidente que más allá de nuestras
fronteras no ha pasado desapercibida la política promovida por el Ministerio de Industria. Mal presagio para la decisión final que pueda emitir la Comisión Europea sobre si inicia o no un procedimiento judicial contra España por el Decreto que amplía las funciones de la CNE.

Lo que si es curioso es que la noticia ha pasado desapercibida dentro de
nuestras fronteras, salvo para Expansión, El Economista y La Razón, que se han hecho eco de las admoniciones que el grupo de reguladores europeos ha hecho de la política intervencionista del Gobierno español. Puede ser conveniente valorar los criterios informativos que hay detrás de que se conozca algo que es público en toda Europa y aquí no.

Desde el nombramiento como Presidenta de la CNE de Maite Costa, miembro del clan catalán en Industria, hay que registrar la actuación más que discutible de la CNE en las OPAS a Endesa de Gas Natural y de E.ON, la promulgación del Decreto que amplía las funciones de la CNE justo antes de que la empresa alemana presentara la OPA y, por si fuera poco, la ‘presidencialización’ de la Comisión, creando un órgano de gobierno por encima del Consejo de Administración, que otorga más poder a la actual presidenta, dinamita el carácter colegiado del propio organismo y aísla a los consejeros de los servicios de la Comisión. Si existía algún atisbo de duda sobre la pretensión del Gobierno de controlar el órgano regulador, basta saber que Ignasi Nieto, en el momento de su despedida de la Comisión y consecutivo nombramiento como Secretario General de Energía, pidió que todos (dirigiéndose a los consejeros) remasen en la misma dirección.

Resumen: fuera de nuestras fronteras saben la concepción ‘sui géneris’ de nuestros gobernantes sobre el papel de los ‘organos reguladores’. No hay que ser muy sajón para darse cuenta de que los órganos reguladores no son prolongaciones de la Administración de turno o del Gobierno. Evidentemente, la actuación de este Gobierno en los órganos reguladores no está siendo en ningún caso pacífica, estando permanentemente en cuestionamiento, o lo que es peor, en conflicto de un tipo u otro.

Un fuerte varapalo al ‘modelo hispano-catalán’, trinomio iniciado por
Montilla y Maite Costa y seguido por Clos, cuya solución no puede ser
ocultarla en los medios de comunicación españoles. ¿Mirará el Gobierno
para otro lado? ¿Sabrán refrenarse?

La tarifa se ha politizado, ¿quién la despolitizará?

Los movimientos pendulares a los que está sometiendo el Ministerio de
Industria a la regulación energética están empezando a sumir a los agenteseconómicos en una profunda desconfianza. Desde que en septiembre la Secretaría General de Energía fue ocupada por nuevos inquilinos, los medios de comunicación vienen recibiendo numerosos mensajes consistentes en anunciar próximas medidas, todas ellas inconexas y muchas contradictorias.

Finalmente, ayer por la tarde, hasta los más despistados pudieron concluir que hemos estado asistiendo a una ceremonia de la confusión, y quizá de intoxicación, ya que, con la perspectiva que se va adquiriendo con el transcurso de las últimas semanas, esta sucesión de medidas anunciadas sólo puede calificarse de errática.

Estas reflexiones son conclusión lógica de lo que viene ocurriendo con el
crecimiento previsto de la tarifa correspondiente al 2007. Inicialmente, se
comunicó que el crecimiento de la tarifa podía girar alrededor del 6%, lo
que facilitaría una solución del déficit tarifario en tres o cuatro años;
posteriormente se habló desde el Ministerio de crecimientos relacionados con el IPC y finalmente se difundió que el crecimiento estaría en el 10%. Ayer la práctica totalidad de los informativos televisivos recogían las declaraciones de la Vicepresidenta del Gobierno, con el mejor gesto adusto del que es capaz, en las que negaba que las tarifas fueran a crecer por encima del IPC. Una afirmación (en realidad una negación) tan contundente pronunciada por un miembro tan relevante (una Vicepresidenta) del Gobierno zanja cualquier duda. Bueno, …cualquier duda… no, ya que aún queda una duda. ¿Acaso la tarifa eléctrica no es un asunto especialmente económico? ¿Es que no hay un Vicepresidente (económico) del Gobierno para coordinar las distintas parcelas de la política económica?

Es posible, sin embargo, que los que nos formulamos estos dos interrogantes no hayamos caído en la cuenta de que la tarifa ha terminado siendo (o, a lo peor, nunca dejó de ser)una realidad política, que se manifiesta como un problema político, cuya solución está en manos de la Vicepresidenta política.

Episodios como éste recuerdan periodos ya olvidados en los que se libraban sangrientas batallas por el precio de la barra de pan, del pollo y de la bombona de butano y en los que la lucha contra la inflación consistía en un control de precios que se utilizaba políticamente para ‘tener la fiesta en paz?.

Lo que pone sin embargo de manifiesto la operación tarifa de 2007 es que los españoles tenemos en estos momentos un Gobierno en horas bajas y con poca capacidad de reacción: transcurrida la primera mitad de la legislatura y próximas las elecciones autonómicas y municipales, el Gobierno se encuentra en el sector energético con varios conflictos abiertos con distintos operadores y con la propia Comisión Europea. No es difícil concluir que el Gobierno cuenta con muy poca capacidad de maniobra política para enfrentarse al problema de la tarifa eléctrica. El Ministerio de Economía vuelve a callar ante la necesidad de cambiar la tarifa eléctrica. La solución es política y Solbes no dice esta boca es mía. Se deja todo como estaba, subida en torno al IPC y a mirar para otro lado.

La pregunta pertinente es ¿quién rescatara a la tarifa del mundo político para que de una vez los españoles decidan por si mismos cual es
su consumo energético? La respuesta, contestando a la pregunta inicial, es que ni Montilla, ni Joan Clos, ni, evidente y desgraciadamente,
tampoco Solbes.