¿La CNC contra el aumento de la generación de electricidad mediante carbón nacional?

Al final, la Comisión Nacional de Competencia (CNC) ha expresado cierta disconformidad con el nuevo y polémico Real Decreto para impulsar la generación de electricidad mediante la quema del carbón nacional y todas sus consecuencias de distorsión del mercado, más emisiones contaminantes, expulsión de tecnologías de generación, incremento y desestabilización tarifaria para los consumidores, desequilibrio financiero para la colocación del déficit y, por si fuera poco, previsible conflicto con las autoridades de competencia comunitarias por su más que probable consideración como ayudas de Estado, además del despropósito generalizado que supone si se profundiza en la cuestión, incluyendo la ruptura del mercado eléctrico. Un poco diluido eso sí.

En todo caso, la CNC ha hecho esta crítica, modelo árbitro que compensa penalties, dentro de su posición referida a las distorsiones que provoca la política de primas a las renovables (que tiene una parte regulatoria, otra retributiva, otra distributiva y otra de administración y calendarización, tan importantes y distorsionadotas, que habría que estudiar cada una por separado), como se ha podido ver con el nuevo Prometeo: la termosolar. De hecho, el Informe del regulador destaca por incoherente la política de impulso a las renovables y, simultáneamente, el apoyo para incrementar la generación mediante carbón. Y, por otra parte, señala que en el caso de determinadas tecnologías renovables el impulso económico podría haber sido excesivo. Habría que analizar qué parte de cada uno de los aspectos anteriores ha sido el responsable.

En todo caso, la crítica de la CNC a estas dos cuestiones, y en especial a la del carbón, se realiza en genérico en la medida que lo ha hecho por una vía indirecta e incidental, un poco traída por los pelos: la inclusión de esta referencia en el Informe relativo al proyecto de Real Decreto Ómnibus derivado de la ley paraguas que adapta la Directiva de Servicios al Sector Eléctrico, bajo el epígrafe «La política de ayudas a determinadas tecnologías de producción».

En realidad, dicho Real Decreto repasa la normativa actualmente existente en este sector y, dado que esta normativa está en fase de elaboración e informe, «la referencia es líquida», como dice el sociólogo Zygmund Bruman. De hecho, se podría decir que tiene carácter de pronunciamiento gestual, un poco para que no se diga qué no se ha dicho. En todo caso, y a pesar de todas sus matizaciones y de la sordina empleada, es razonable aplaudir este posicionamiento colateral, tibio, que se desearía más expreso y firme y dotado de toda la carga «viral» que tiene el organismo hoy respeto de los sectores empresariales a los que fustiga con fruición.

En todo caso, no se sabe si esta posición ha sido motivada por el escándalo montado (hay varias campañas en internet desatadas al respecto), los ecologistas más genuinos están de pies en pared, porque es insoportablemente presentable la medida, por todo lo que se ha destapado en el trámite en la Comisión Nacional de Energía (CNE), por que esto acabe en Europa sin que la Comisión Nacional de Competencia haya dicho esta boca es mía o por aumentar el carácter legendario de sus actuaciones más recientes, aunque no ha tenido tanta repercusión como tienen otras iniciativas recientes.

Lo dicho, interprétenlo como quieran, pero se echaría en falta una posición más expresa en una cuestión de repercusiones tan profundas para el mercado y el funcionamiento eficiente del sector eléctrico. Porque según se puede leer, la CNC está en contra de esta forma de aumentar la producción de energía eléctrica mediante carbón nacional, al menos por coherencia con el impulso de las renovables. O eso parece.

La entente Repsol

El sector energético parece que entra en una fase maniquea, de forma que determinadas “ententes” siempre tienen como componente esencial una pareja protagonista enfrentada. Es el caso de Florentino Pérez e Ignacio Sánchez Galán en el caso de Iberdrola y también es el caso Luis del Rivero-Antoni Brufau en el caso de Repsol, en un escenario episódico que comienza ahora.

Haciendo abstracción de las historias más truculentas el proscenio (proceso de compra de Sacyr en Repsol, participación accionarial y en el Consejo de Sacyr, el episodio ruso, los cruces de acusaciones sobre el cuestionamiento de la gestión de las dos compañías,…), el problema deviene, en principio, de que la política de dividendos anunciada por Repsol (Brufau) no satisface a Sacyr (Del Rivero) por insuficiente. La posición de Repsol tiene dos vectores, que parten de su plan estratégico y la evolución de la empresa: el primero, la caída generalizada de resultados de las petroleras y, segundo, la necesidad de continuar con un esfuerzo inversor que le está dando buenos resultados en el área de exploración y extracción de crudo (upstream).

La posición de Sacyr deviene fundamentalmente de cómo hizo la compra de Repsol, con un fuerte apalancamiento, sin dinero y fiado a la propia política de dividendos para atender los vencimientos de este endeudamiento. El hecho es que una empresa, constructora e inmobiliaria fundamentalmente, diversifica, con buen criterio, sus inversiones en un sector como el energético que tiene dos características clave: sus ingresos son recurrentes pero, a la vez, la necesidad inversora es muy importante. Es un sector, el energético, donde la inversión tiene un papel muy relevante y las empresas que operan son conocedoras de la necesidad de articular el ciclo resultados-caja-financiación-inversión con eficiencia. Es una regla del sector que muchas veces ni los reguladores conocen su grado de importancia y piensan que todo es igual. O que es igual ocho que ochenta, por lo que regulan de aquella manera.

Muy diferentes a este ciclo de resultados-caja- financiación-inversión son los modelos de generación de plusvalía y distribución de resultados habituales en otros sectores y que, desde este medio, no tenemos la osadía de tildar de especulación. Primero, porque la especulación es otra cosa; segundo, porque la especulación tiene un papel en los mercados atribuido y necesario y, tercero, porque la especulación tiene una connotación peyorativa que no compartimos.

Desde distintas instancias se anima o se insinúa a que Repsol abandone la política de exploración que tantos buenos resultados le está dando especialmente en Brasil. Inciso número uno, habría que tener en cuenta las oportunidades que genera la política y comportamiento del gigante carioca en el ámbito energético e inversor, lo que merece por sí mismo un análisis pormenorizado y concreto, dado que esta potencia emergente se está uniendo a Chile como los países más serios del continente, en este caso con Lula a la cabeza. De esta manera y con esta decisión desinversora “aguas arriba” que se insinúa, habría campo libre para descapitalizar Repsol, dar a Dios lo que es de Dios y a Rivero lo que necesita Sacyr para tener oxígeno. La secuencia lógica que está detrás de este razonamiento es cómo atendiendo a un 20 % de la propiedad de una empresa, se debería modificar el plan estratégico de la participada para resolver los problemas financieros de la primera.

Al parecer hoy, el Consejo de Administración de Repsol acordará una reducción del dividendo previsto del 19 % que daña las expectativas de Sacyr (Luis del Rivero). Desde algunos medios se informa de que el problema es de mayor calado, pues la disconformidad del constructor murciano con la política de Repsol es más profunda que meramente la que se ha evidenciado con la política de dividendo y parece ser que se extiende a más aspectos de la política, estrategia y gestión de Antoni Brufau. En este embrollo, La Caixa, Fainé se mantiene equidistante y parece que tras la aprobación de este dividendo las espadas seguirán en alto y la batalla se trasladará a la Junta General, desde donde del Rivero reclamaría su posición accionarial y su presencia en el Consejo de Administración.

La batalla empieza ahora y se torna apasionante. Seguiremos.

Energía: economía y sostenible

El anuncio, precedido de una «big band», de la presentación pública de la cacareada Ley de Economía Sostenible y que realizó el pasado domingo el Presidente del Gobierno está en todos los medios de comunicación como «claim informativo». Misión cumplida. Se ensayó (y mucho), para la puesta de largo del anuncio del anteproyecto de ley y su aprobación por el Consejo de Ministros el próximo viernes, un nuevo formato de mítin del Partido Socialista, incluyendo presentadores y jazz, siempre atentos a las «megatrends» de la comunicación política.

Todo ello con una escenografía novedosa y con el apoyo de sectores más o menos arrinconados en los últimos tiempos dentro del partido del Gobierno, el ala más liberal del partido, junto con la presencia de Felipe González. Parece que se están dando determinados signos externos de intento de reformas y de tomar una posición más activa en lo que se refiere a la situación económica. Queda por saber si estos movimientos que detecta el sismógrafo del Gobierno van en serio o forman parte de una estrategia para conseguir la iniciativa política mediante respiración asistida pero, la realidad tiene que confirmar si son movimientos de fondo y si son reales o no. Es decir, si es realidad o son espejismos o engaños.

En todo caso, a estas alturas del campeonato, ya no valen los fuegos de artificio, los movimientos de mercadotecnia electoral más o menos posmoderna y el tiempo que resta hasta las próximas elecciones exige que el imaginario político se convierta en reactivación real. Por eso, esa ansiedad por conjurar la salida de la crisis, esa urgencia, aumentada por cada anuncio trimestral del PIB y del empleo, puede jugar muy malas pasadas, si todo esto que se anuncia, al final, se conforma como un reclamo vano o vacío. Habrá que estar muy atentos y marcar en corto la situación.

Por tanto, y en referencia a la Ley de Economía Sostenible, se ha escrito mucho, se habían anunciado grandes expectativas que se verán confrontadas con la realidad en la medida que puedan desatarse reformas que necesitan la economía española y sus instituciones, y uno de los capítulos más esperados, jugosos y suculentos iba a ser el dedicado a la energía.

De hecho, con innegable oportunismo político, la ley, en teoría, estaba llamada a subsumir la Ley de Energías Renovables y Eficiencia Energética. Partamos de un hecho: la energía es una de las cuestiones más importantes de nuestro tiempo y de la que depende el desarrollo económico, el bienestar social y el futuro de las sociedades. Sin ella, no se entienden hasta los movimientos geopolíticos y estratégicos. Fíjense, por ejemplo, en la campaña que llevó a Obama a la Casa Blanca, cómo realmente quizá el escenario más importante en donde se dirimía el debate en el espacio político era la energía (y de ahí las reacciones que está desencadenando con su interés en la transformación del modelo energético americano). Fíjense en la atención que se está prestando en los distintos grupos e instituciones transnacionales como el G-20 o la Unión Europea.

Este tema es importante también en nuestro país, que no cuenta con recursos de energía primaria y que ha venido comportándose con una abstracción de las fronteras pasmosa, con un intervencionismo generador de ineficiencias, consumo desmedido y déficit que al final era solucionado. Eso sí que genera costes y precios por obra y gracia del control tarifario administrativo. Por eso sorprende la frivolidad con la que se está tratando esta cuestión y la ajeneidad a las cuestiones de corte económico y medioambiental de nuestra errática (por inexistente) política energética. En el fondo, lo único que ha preocupado es cómo no trasladar el coste de la energía o cómo distribuir su impacto en los sectores industriales anexos a la misma (el caso del carbón o el reciente de la termosolar son palmarios). ¿Es esto sostenibilidad?

Por ello, el hecho de fomentar un modelo energético sostenible (económica y medioambientalmente), así como eficiente es altamente importante y cobra una relevancia especial para que nos lo tomemos en serio. Casi trascendental. Lo que pasa es que la retórica no nos debe confundir y hay que seguir poniendo los pies en la tierra antes de caer en la más dulce y total renuncia a los postulados programáticos de la ley y su sonido de trompetas. Esa sostenibilidad supone reforma, transformación y cambio de modelo energético. Pero en serio. No se puede pretender un cambio de modelo e incrementar las ayudas públicas al carbón por la vía de trastornar todos los mercados energéticos y romper su lógica económica y medioambiental. O forzar el déficit tarifario o determinadas tecnologías renovables por compromisos colaterales con la política y el desarrollo regional. Y en medio de eso, exhibir una ley que tape la inconsistencia.

Por eso, sin hacer determinadas cosas en serio, no será creíble. Sin comportarse de forma coherente faltará la credibilidad necesaria en nuestra economía y en nuestras instituciones. Y sin tratar todo ello, mirando a los ojos a todos los agentes para abordar de una forma global las cuestiones que se derivan del problema energético, sólo serán pretensiones electorales postergadas o meros ejercicios de venta de mercancía mediática, poco sostenible en el tiempo.

Por otra parte, la sostenibilidad y la economía no sólo se deben cultivar en una ley, sino que deben ser el eje y norte de la actuación del Gobierno, en todas sus gestiones y actuación institucional. Sostenibilidad es buena regulación. Sostenibilidad son instituciones serias y creíbles, es resolver el entuerto de la CNE. Sostenibilidad es competitividad y mercado, con señales claras y estabilidad regulagoria. Sostenibilidad es definición de una política energética global. Es no dilapidar las primas a las energías renovables y utilizarlas correctamente. Sostenibilidad es no administrar estas primas con prodigalidad selectiva a partir de la generación de las burbujas a las que hemos asistido fruto de la mala regulación. Sostenibilidad también es acabar con un modelo de financiación dual del carbón, mediante subvenciones y precios altos, conjuntamente. Algo que ni es sostenibilidad, ni es economía.

Esperemos, por tanto, que esta normativa (tanto tiempo anunciada y que ha pasado por tantas vicisitudes en su elaboración) no defraude y entienda lo que quiere decir economía y sostenibilidad. Esperemos que las actuaciones políticas y decisiones del Ejecutivo se hagan en coherencia con el espíritu de estos dos términos. Si no, tendremos otro mantra nuevo, dentro del tacticismo gubernamental al que estamos acostumbrados, pero no habremos hecho nada. Seamos realistas, pidamos lo imposible: concreción a partir de este momento, coherencia y seriedad.

El crudo se fortalece a pesar de acabar la semana a la baja

El contrato para entrega en diciembre del barril del Petróleo Intermedio de Texas (WTI), la marca referencial para América, terminó el viernes en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex) a 76,72 dólares, un 0,56% menos que el jueves, pero un 0,48% más que al cierre de la semana anterior.

Paralelamente, en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el barril de Brent, referente en Europa, perdió en la jornada un 0,56% y concluyó a 77,20 dólares, un 2,18% más que el viernes precedente.

El precio del barril que usa como referencia la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), una mezcla de doce calidades de crudo, se mantuvo más estable, al pasar de 76,06 a 76,77 dólares en siete días.

El «oro negro» inició la semana con fuertes subidas, cuando el Brent y WTI avanzaron un 4,27% y un 3,34%, respectivamente, en coincidencia con las alzas en las bolsas y un debilitamiento del dólar frente al euro y otras divisas.

La depreciación de la moneda estadounidense abarata los contratos de materias primas que cotizan en el billete verde y propician así las compras de contratos de petróleo, así como la especulación financiera con esos activos como valores refugio.

Las subidas fueron favorecidas por datos económicos esperanzadores y por un inesperado descenso en el nivel de los inventarios (reservas almacenadas) de crudo y gasolina en Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de energía.

Cuando la mayoría de los analistas había vaticinado un incremento de esas existencias, el Departamento de Energía de EEUU reveló que los inventarios de crudo habían perdido en la semana anterior 900.000 barriles.

Sin embargo, el impulso alcista se vio frenado porque, pese a los retrocesos, la demanda continúa débil y los inventarios se sitúan aún muy por encima del nivel de los últimos años, al tiempo que en los últimos meses se ha venido almacenando un considerable volumen de crudo en buques.

Según la consultora JBC, los así llamados «inventarios flotantes» contenían a finales de octubre 45 millones de barriles (mb) de crudo y 95 mb de productos destilados, y continúan creciendo.

Actualmente «los precios del crudo no están determinados únicamente por los fundamentos del mercado petrolero», afirma JBC en su análisis.

La asesora con sede en Viena dice haber constatado que «los especuladores han influido marcadamente en los petroprecios».

Sea como fuere, el valor del crudo volvió a la senda bajista el jueves y el viernes, coincidiendo con el fortalecimiento del dólar y las pérdidas en las bolsas, pero sin perder todo lo que había ganado en las tres jornadas precedentes.

A pesar de que el barril se ha apreciado de forma sostenida desde principios de año, apoyado por un severo recorte de la producción de la OPEP, su valor medio en lo que va de año está muy por debajo de la media de 2008, y también es menor que la de 2007 y 2006.

En el caso de la OPEP, su precio medio en lo que va de 2009 es de 59,36 dólares, mientras que el de todo el año pasado alcanzó los 94,45 dólares.

La fuerte caída anual, causada por la crisis mundial, ha mermado los ingresos de los países de la OPEP, pero fuentes de la organización dijeron a Efe que por ahora no se espera que por ello sus ministros decidan un nuevo recorte de la oferta en su próxima reunión del 22 de diciembre en Luanda.

¿Qué puede ocurrir si en Europa se enteran del enjuague del carbón nacional?

El interés que está suscitando el asunto del plan para promover la generación de electricidad mediante la quema de carbón nacional ha desatado un nuevo episodio con la publicación del voto particular del miembro del Consejo de Administración de la CNE, Luis Albentosa.

Un voto particular que desnuda de una forma extrema la maquinaria y el atrezo de la propuesta y deja a este Real Decreto en un estado de indigencia de difícil superación para el Ministerio de Industria. Un desnudo integral y frontal que enseña, desde un mecanismo de subvención garantizado al sector del carbón, la construcción falsa de los motivos estratégicos y de garantía de suministro, así como la utilización indebida del término «restricciones técnicas» para referirse a un problema de acumulación de «stocks» diseñado como una construcción eufemística, un conjunto de reparaciones, indemnizaciones y una ley del silencio asociada.

Múltiples efectos económicos, medioambientales, de expulsión de tecnologías, costes y daños de distintos tipos, mayores restricciones y más rigidices del sistema eléctrico, además de más desconexiones en los parques eólicos. Todo ello, con el marco de las declaraciones políticas que el Gobierno suscribe, a troche y moche, contra los subsidios a las tecnologías fósiles, con una prosodia medioambientalista que suena a opereta.

Sin entrar en más consideraciones, dado que el contenido del voto del Consejero es una bomba-lapa al Informe elaborado por la propia Comisión Nacional de Energía (CNE), tan meticulosamente calculado en su nivel de crítica, incluso hasta la propia réplica, incorporada en la respuesta de Carbunión subrayando su desagrado con el organismo regulador por ser revoltoso. Además la detonación y su onda expansiva revienta con toda su violencia y de forma completa el Real Decreto que dio origen al propio Informe.

Lo que si está claro es que en la Unión Europea se van a enterar y se están enterando del enjuague, puesto que el tema en cuestión interesa y la solución al carbón nacional causa máxima atención más allá de nuestras fronteras. En este caso, Bruselas, si hace una lectura atenta de la medida y del clarificador voto particular, tiene motivos para descubrir el inquietante «revés de la trama» y a la vez toda la trama asociada. Por último, la invocación a la concreción del «cambio de modelo productivo» existente en el último párrafo, tan ansiado y tan deseado, pero tan inconcreto, es una joya escondida, por si no se han dado cuenta al leerlo.

Analizaremos por eso, estos días y punto por punto, tanto los datos del Informe emitido por la Comisión Nacional de Energía (CNE), como los argumentos del voto particular que ha emitido este Consejero, poniendo lupa y detalle a cada cuestión. Lo que está claro es que nada será igual a la vista de su lectura.

Postdata: Por su parte Cristóbal Montoro se reafirmó en que el Partido Popular estaría en contra de cualquier medida que suponga el encarecimiento de la tarifa eléctrica. Si esto lo aplicamos a la propuesta de Real Decreto diseñado para impulsar la quema de carbón nacional y generar energía eléctrica, parece que será sí, aunque los consejeros nombrados en su momento por esta formación política están más sueltos que Ricardo Costa la mañana de su cese. ¿Estará esta posición antimercado, incluso contra la reforma liberalizadora del 1998, asociacida a las posiciones más intervencionistas? ¿Se deriva de su indepedencia teórica o de un movimiento defensivo dada su internidad?

Más información: Voto particular de Luis Albentosa

La posición engañosa de la CNE sobre el carbón nacional y el Ministro que entrega el carné de Greenpeace

Todos los medios de comunicación recogen hoy la posición de la Comisión Nacional de Energía respecto al decreto del carbón nacional, en términos cuasi laudatorios, cuestión que merece un análisis más o menos detallado. Las conclusiones del posicionamiento de la CNE respecto del Real Decreto, según lo que se ha podido conocer y a falta del Informe del organismo: no censura la medida, crítica al mecanismo previsto por el Gobierno «con el fin de minimizar su efecto» y también formula varias propuestas alternativas entre las que figura la sugerencia de un sistema de primas para el carbón nacional autóctono. En todo caso, una vez conocidos los Informes y los votos particulares, será cuestión de analizarlos con mayor profundidad.

Lo que sí parece claro es que hay un eje que no cuestiona el Consejo de Administración de la CNE y es la medida en sí: la potenciación de la generación de electricidad mediante carbón nacional a través del sector eléctrico y la ruptura del mercado eléctrico. Verdadero quiz de la cuestión. Nunca el colectivo retroprogresivo de la energía se habría cobrado una pieza tal como el Real Decreto ideado para fomentar la generación de electricidad a partir de la quema a todo trapo de carbón nacional, por tratarse de un «recurso estratégico» y por estar requerido a insuflar más pasta a este sector con cargo al sistema eléctrico, a la tarifa y a los consumidores. Por eso se le ha dado una denominación tan eufemística como procedimiento de resolución de restricciones técnicas por motivos de garantía de suministro.

En el fondo, la ruptura del mercado eléctrico, su seccionamiento, su troceamiento, su jibarización son pretensiones continuadas de quienes no han aceptado el modelo de liberalización del sector eléctrico desde 1998. Y son conocedores de que este Real Decreto supone una vía de agua, un mecanismo de voladura del proceso de liberalización por la acción de un Ejecutivo que gestiona mal las presiones, en una concepción latina en términos de subvenciones cruzadas de unos sectores hacia otros, aunque alteren el funcionamiento racional de los mercados, de la economía y de la energía.

Da igual que sea una medida que supone el aumento de la tarifa eléctrica (cosa que el organismo señala, preparándonos), que aumente la generación de emisiones efecto invernadero, que trastorne la política energética y medioambiental, que suponga el harakiri a las propias funciones de salvaguarda del mercado que tiene encomendadas este organismo regulador. Da igual que sea difícilmente sostenible desde el punto de vista económico y de garantía de suministro (como se pretende bautizar) y que, por otra parte, sea extremadamente difícil que soporte la prueba del nueve de la Unión Europea, en lo que se refiere a su consideración de ayudas de Estado.

Por eso, ayer el Consejo de Administración de la CNE en funciones aprobó un Informe cuidadosamente crítico, cuidadosamente condescendiente con una medida muy dudosa, criticable, ineficiente y cara. Todo ello bajo el influjo de posiciones antimercado y retroprogresivas que ha venido emitiendo el organismo y que no son ninguna novedad. Y, de paso, de rondón, se da un estacazo al mercado eléctrico.

Mientras, Miguel Sebastián, que sólo ha hecho lo que le dicen en este caso, se da de baja de Greenpeace, y pierde/entrega el carné de ecologista. Lo hace por las críticas que recibe de la organización ecologista dada su política energética y la política ambiental asociada, de tener esa consideración, una y otra. ¿Qué culpa tienen Sebastián y Greenpeace de todo esto? En todo caso, el Ministro haría bien en pensarse más esta decisión. Y la otra, porque los miembros de la CNE seguro que no entregan el carné. Al menos ése.

El crudo baja por el elevado nivel de reservas, aunque mejoran las perspectivas

«La mayoría de las señales apuntan a un mayor crecimiento de la demanda mundial de crudo en 2010; sin embargo, los factores de riesgos subrayan la necesidad de cautela«, señala la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en su informe mensual de noviembre emitido el miércoles pasado.

Uno de esos factores de riesgo lo constituyen los propios precios del petróleo, pues si éstos suben amenazan con ahogar la incipiente recuperación de la demanda que se espera para 2010.

La AIE, por su parte, señaló que la contracción de la demanda parece «aliviarse» en los países industrializados mientras que la demanda en los países emergentes «excede las expectativas».

Esto hace suponer que la demanda crecerá en el cuarto trimestre de 2009, por primera vez desde el segundo trimestre de 2008, agregó la agencia con sede en París en su informe emitido el martes.

Las dos organizaciones difieren notablemente en sus respectivos pronósticos para la demanda petrolera, con la OPEP colocando el consumo para el año 2010 en los 85,07 millones de barriles diarios (mb/d), mientras que la AIE lo sitúa en los 86,2 mb/d.

La OPEP estima que el crecimiento de la semana será el año que viene de apenas un 0,9 por ciento, frente al 1,6 por ciento de aumento pronosticado por la AIE.

Según los datos preliminares de la agencia, en septiembre pasado la demanda incluso aumentó «marginalmente» en los doce mayores consumidores de crudo del mundo, con un incremento del 0,03%, lo que podría interpretarse como «un síntoma de recuperación económica».

La demanda global, no obstante, disminuyó el 0,4%, precisan los analistas de la AIE y reconocen que el «modesto repunte» de la demanda registrada en septiembre en los grandes consumidores debe analizarse sobre la base de un consumo muy bajo en 2008.

Los precios empezaron a bajar al inicio de la semana tras conocerse los más recientes datos de reservas de crudo almacenado en Estados Unidos, que indican un inesperado aumento de 1,8 mb la semana pasada y quedaron en 337,7 millones de barriles.

Los inversores interpretan este dato como un síntoma de la debilidad del consumo de crudo y, por ende, de la actividad económica.

En cuanto a los precios, el petróleo comenzó la semana con fuerza al subir a niveles ya cercanos de los 80 dólares por barril, aunque fue perdiendo fuerza a lo largo de la semana.

El Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente para Estados Unidos, cerró la semana el viernes a 76,35 dólares por barril, un 4 por ciento menos que el lunes.

El Petróleo del Mar del Norte (Brent), la referencia en el mercado europeo, terminó la semana cotizando a 75,55 dólares por barril, un 2,9 por ciento menos que al inicio de la semana.

Por su parte, el precio del petróleo OPEP, calculado como promedio de doce tipos de crudos, se mantuvo estable esta semana, siempre entre los 76 y 77 dólares por barril.

«La volatilidad reciente de los mercados sugiere que los precios del crudo podrán permanecer en la franja alta de los 70 dólares en el futuro cercano», señalan los expertos de la OPEP en su informe.

La AIE destaca en su informe que el precio medio del barril en 2009 se situará alrededor de los 60 dólares por barril, aunque advierten de que la reciente subida del precio puede suponer un riesgo para la recuperación.

La OPEP tiene previsto reunirse el 22 de diciembre en Luanda para revisar la situación del mercado y reajustar eventualmente el nivel de su oferta.

El porvenir no existe o el procedimiento de dar la vez

En estas que estábamos con la propuesta para aumentar la generación de electricidad mediante carbón nacional, cuando conocemos que se va a arbitrar un mecanismo para drenar el importante embolsamiento generado por el Registro implantado del Real Decreto Ley 6/2009 en las energías de régimen especial, fórmula que se ha hecho extensiva a todas las tecnologías renovables, inspirada en la solución adoptada en su momento para la industria fotovoltaica (R.D. 1578/2008) y cuyos resultados están siendo dudosos. En total, parece que se ponen en circulación unos 5.000 MW más de eólica y 2.339 MW de energía solar térmica, según los datos hechos públicos desde Industria.

El anuncio de que se producirá esta distribución de proyectos ha sido, en primera instancia, una noticia rodeada de cierta polémica y ambigüedad en su difusión, puesto que fue anunciada como una nueva “regulación” (que no lo es), es simplemente la distribución cronológica de la consecuencia de una alteración del entorno legislativo que establecía el Real Decreto 661/2007 vía Real Decreto Ley.

Por otra parte, parece que la segunda polémica al hilo de este anuncio es que esta calendarización de procesos se ha hecho con poco conocimiento de las entidades promotoras. Por tanto, vuelve a sorprender a parte del sector, en la medida que atiende a una visión parcial de todo lo que hay en juego con una medida así. Hay que tener en cuenta que estas tecnologías forman parte efectiva del sector eléctrico español y que los papeles entre fabricantes, promotores y empresas eléctricas (que no siempre coinciden) tienen que ser coherentes, de forma más global con la política energética y la política económica asociada, con su enfoque estratégico, presente y futuro. Lógicamente para que sea coherente debe existir previamente y no ser un ejercicio de cortoplacismo.

En paralelo, en un ejercicio de funambulismo semántico, se trata de hacer una equivalencia perversa de significados y es que esta medida es sinónimo de estabilidad regulatoria. Por tanto, estabilidad regulatoria es “desembalsar” la bolsa generada de proyectos y empezar a resolver los expedientes por el procedimiento de la disolución química a tres años. Y, todo ello, atendiendo a reivindicaciones lógicas de los sectores afectados, en especial aquellos que han notado más la caída de demanda de equipamiento. En todo caso, quede claro que temporalizar los proyectos no es estabilidad jurídica y seguridad regulatoria, porque sería confundir un almanaque con una ley.

Entre tanto, hay que recordar la validez de este compromiso con la estabilidad regulatoria que se puede percibir entre líneas. El Real Decreto Ley cuenta ya con una, puesto que el Ministerio de Industria, por medios interpuestos (Convergencia i Unió) realizó una intentona para abolir esta parte del Real Decreto Ley 6/2009 mediante una disposición adicional a una incidental ley sobre Sociedades Inmobiliarias. En el Congreso se produjo el retracto sorprendiendo a propios y ajenos.

Por tanto, sigue la peripecia de esta película, con una escena final imposible y prolongada de este Plan de Energías Renovables. De hecho, si la intención del regulador era intentar conducir la avalancha de proyectos que se podía producir con un “efecto llamada” (antecedentes por defectos regulatorios había y muchos) derivado del plazo que establecía el R.D 661/2007 (un año, por tecnología, una vez llegado al 85 % del cumplimiento de los objetivos del PER), con esta fórmula se ha conseguido otro efecto llamada no menos importante.

Las noticias, en términos de volúmenes, son que la potencia instalada solicitada en tecnología termosolar estaría en el entorno de los 2.300 MW distribuidos hasta 2013, mientras lo previsto en el PER son 500 MW. Nos situaríamos, por tanto, en casi cuatro veces más que la previsión. Por su parte, en el sector eólico el deslizamiento es proporcionalmente mucho menor. Podría haber del entorno de 8.000 MW solicitados en el prerregistro y se autorizarían 5.000 MW más hasta 2012, lo que dejaría la potencia total eólica en torno a los 23.000 MW, frente a los 20.155 MW, previstos en el PER. Por tanto, la idea del R.D. Ley 6/2009 ha conseguido justo lo contrario que lo que se pretendía inicialmente. Es un modelo que consiste en dar la vez, no por el procedimiento de la competitividad o calidad de los proyectos, sino gracias a la enorme e inusitada capacidad de un país con burocracias latinas para conseguir permisos, autorizaciones y papeles.

Pero las consecuencias de cara al futuro devienen de los volúmenes de primas que se encaraman a la tarifa eléctrica y cómo “calzan” el desarrollo de las energías renovables hacia el futuro en nuestro país para alcanzar los objetivos de 2020. El hecho de que se haya multiplicado por tres la potencia termosolar no es casual, y menos cuando los volúmenes de primas son de 260 euros por MWh, configurando por su impacto económico en el sector energético un sector fotovoltaico bis. De hecho, estos 2.339 MWh termosolares costarán tanto como 20.000 eólicos. Es decir la relación costes/contribución al sistema de las tecnologías no son equivalentes y hay que hacer esta reflexión en el marco de la política económica y energética. Todo ello como si no hubiera pasado. Se trata por tanto de deslices graves que abocan a que en el futuro se cuestione el papel de las energías renovables por una inadecuada ejecución y por la atención de determinados intereses espurios.

Por otra parte, sigue el pantano. Industria dilata el tiempo y aplaza, nuevamente , el nuevo marco retributivo para las tecnologías renovables no incorporadas en el Registro de Preasignación, que es realmente la cuestión relevante de cara al futuro. No hay prisa en las negociaciones y la comunicación sector-Administración se rige por el rigodón sin una articulación seria. El porvenir (que es lo que define la estabilidad regulatoria) no existe.

Y, por ello, es necesario nuevamente llamar la atención sobre la necesidad de contar con una regulación estable (de verdad, no sucedáneos, interpretaciones torcidas o falsificaciones), meditada, pensada y matizada. Que evite la tentación de “intervenir ahora” y pensar después, que comprenda las diferencias de tecnología y de retribución, de acuerdo a una política energética coherente y sostenible medioambiental y económicamente. Pero en serio. Con modelo, no con cortoplacismos, basados en la gestión de intereses que provoquen el harakiri futuro (o que lo deriven a terceros). Tres intentos de intervención momentánea que no tienen en cuenta los efectos futuros tienen en común una forma de entender el sector renovable que da vértigo. Es para pensárselo.

¿Hay relación entre la investigación de la CNC en UNESA y el decreto para priorizar la generación eléctrica mediante el carbón nacional?

Ayer comentábamos que la Comisión Nacional de Competencia (CNC) está participando en una ceremonia antiempresarial y antimercado, impropia de su función y cometido. Por ello, bajo ese contexto, este escenario sería uno de los elementos episódicos de la misma. Hoy buscaremos una interpretación más concreta a los últimos acontecimientos relacionados con el comportamiento de este organismo en relación al sector eléctrico, sobre todo en lo relacionado con la propuesta de aumentar la producción de energía eléctrica mediante carbón nacional.

Por ello, intentaremos señalar hechos, relaciones y casualidades (o causalidades) que se han producido en los últimos tiempos en el sector energético, desde la atención minuciosa de la realidad y con perspectiva histórica, cercana y lejana de la situación de partida. Son mecanismos más o menos evidentes, o que al menos transparentan comportamientos. Pero también son mecanismos que contienen elementos narrativos elípticos, basados fundamentalmente en relaciones y capicúas, en la existencia de hechos más o menos coincidentes y en declaraciones de intenciones explícitas.

La pregunta que deberíamos hacernos es si existe alguna relación entre la medida propuesta para aumentar la generación de electricidad mediante el carbón nacional y el hecho de que los investigadores de la CNC hayan entrado en la sede de la patronal eléctrica Unesa a la búsqueda de pruebas previa a la incoación de un expediente. Sobre todo en la medida en que la CNC desde el principio del proceso (y de forma cronológica) ha estado como una sombra, detrás (o delante, quién sabe) del sector eléctrico, reuniendo en este momento sus «ententes» pasadas para servirlas de manera acumulada.

Primero: el aviso y el primer anuncio de la investigación.

Al principio de este proceso, tuvimos información de que la CNC iba a vigilar muy de cerca la propuesta que el Ministerio de Industria para garantizar el suministro eléctrico, propuesta en forma de Real Decreto, y cuyo mecanismo servirá para incentivar la producción mediante la quema de carbón nacional acelerada y preferente. Una intervención en el mercado que parte de una reclamación de los sindicatos y patronales mineras en Rodiezmo y que Moncloa reelabora para que se atienda desde el sector eléctrico, con impactos generalizados sobre el mercado, sobre las empresas, sobre la tarifa y sobre las emisiones contaminantes. Algo que hubiera sido más fácil articular de forma directa, pero que la actuación política se encargó de complicar.

De manera coincidente con esas declaraciones, y a principios de todo este proceso, la CNC hizo pública una investigación al sector eléctrico, en términos de «totum revolutum», que englobaba todo lo pasado: desde cuestiones relativas al mercado de restricciones técnicas, suposiciones relativas a las casaciones al amparo del derogado Real Decreto 3/2006, cuestiones no avaladas por las investigaciones de la CNE sobre denuncias relativas a la concertación de precios en el OMEL, y remontándose hasta cuestiones bastante creciditas en edad, etc…. Todo bastante nebuloso e inconcreto pero contado con mucha salsa, como un «thriller». Hay que valorar, por ello, este primer dato: justo en el principio del lanzamiento de este proceso, Competencia dijo que iba a estar «vigilante» sobre el comportamiento de las eléctricas ante esta medida. Y, claro, no iba a estar vigilante, sobre la medida.

Segundo: el escándalo, un escenario que se complica.

Por otra parte, parece que la medida del futuro Real Decreto ha levantado fuertes y dolorosas ampollas en muchos sectores y sus efectos son más intensos y generalizados de los que se preveían en un primer momento. Se ha generado una fuerte controversia de proporciones mucho mayores que lo estimado y que, en algún caso, se quiere paliar por la vía de la demagogia y la retórica de la «justicia social» manipulada. Es innegable su acción intervencionista, como es innegable que los perjuicios de la misma van más allá de lo solicitado inicialmente por los propios agentes mineros, sobre todo por la obcecación con intervenir el mercado eléctrico. Hay escándalo e incluso riesgo de que se compliquen hasta las votaciones en el Consejo de la CNE.

El escándalo, empieza a trascender en lo que se refiere a los costes, más de 4.750 millones de euros. Además, la distribución de su efecto va por barrios, en función de la estructura de generación que tiene cada empresa, los contratos de suministro de gas y carbón extranjero que tengan suscrito, las consecuencias medioambientales en materia de emisiones y derechos de emisión absolutamente ninguneadas y, finalmente, el efecto expulsión presente y futuro sobre otras tecnologías de generación. Es serio y la atención que empieza a prestar el mundo financiero desde el exterior sobre esta medida incluso asusta en determinadas instancias económicas.

Tercero: la persecución de la CNC a las eléctricas y el uso de la propaganda.

Ahora es conveniente echar la vista atrás y recordar. Y es que a la CNC, hasta el momento, no se le han dado bien los expedientes a las eléctricas, y eso que lo ha intentado con insistencia: todo lo que ha iniciado se ha quedado en cuestiones postergadas en el tiempo, ha sido cuestionado judicialmente, no ha sido avalado por los datos de la CNE, o del OMEL y lo restante, que es bastante poco, es pura bisutería denunciatoria, intentonas golpistas, por mucho que se quiera practicar el arte de la hipérbole.

Por otra parte, no hay que pasar por alto que la CNC tiene tendencia a utilizar la «pena del Telediario y de la nota de prensa» de forma especialmente frecuente, es decir, que tiene una tendencia a la utilización de métodos trotskistas de difusión y propaganda, método que alimentan de forma entrópica las investigaciones, y que se aprovecha del clima de escándalo permanente que vive el país, que «surfea» en la ola gracias a la presunción de culpabilidad y descrédito instalada en la sociedad española. Por eso, ahora se conoce que los investigadores han estado en la sede de la patronal Unesa, algo que de puro «naif» debería escandalizar.

Cuarto: la CNC, sus comportamientos liberalizadores y promercado peculiares y las relaciones entre sus protagonistas.

Hay que recordar que la CNC, en su actuación, no parte de una idea clara de lo que significan los mercados libres y eficientes. Sólo hay que echar un vistazo a la gran variedad de sus cuadros intervencionistas. Además, la CNC parece que parte de la convicción de que las empresas son intrínsicamente perversas e infractoras. Recordemos la reciente sentencia contra los métodos de captura de información indiscriminada de la CNC y la débil calidad (y recursos) de las investigaciones del organismo.

Asimismo, no podemos olvidar que la CNC es, en este momento, el martillo neumático del sector energético español con sus métodos de amasar expedientes y generación de sospechas. Y que su presidente, Luis Berenguer, (hombre cercano a Pedro Solbes y cuya salida le ha dejado sin referentes), el consejero de la CNE y ponente del informe que se elaborará en el regulador sobre el Plan del Carbón, Jaime González (leonés, del ala intervencionista y anti mercado eléctrico, cercano al Presidente del Gobierno y se dice también cercano a la propuesta de medida para fomentar la generación mediante carbón nacional con cargo a las empresas eléctricas) y Pilar Núñez (ex Red Eléctrica de España) mantienen una relación directa y estrecha entre si.

Y no podemos olvidar el interés de la CNC en suplantar y superponerse a la CNE en determinadas asuntos, cuestión que gira de forma casi obsesiva estos días en los medios de comunicación como medida incluida en la reforma de los órganos reguladores tomando la palabra y los deseos de Berenguer.

Por otra parte, para testar el cariz liberalizador de este organismo, su «independencia» y su vinculación con «instancias más altas», hay que recordar que la CNC consintió la creación de un monopolio en el aprovisionamiento de gas con su actuación en la operación de adquisición de Unión Fenosa por parte de Gas Natural. Una resolución que ya perseguirá a este organismo y a sus autores materiales. Precisamente, es en este tipo de actuaciones donde el organismo tendría que mostrar su ejercicio sin mácula. ¿Cómo es compatible una actuación tan asimétrica y desequilibrada en términos de la «supuesta defensa de la competencia»? ¿Está legitimado, por tanto, el organismo en estas condiciones a actuar así?

Y hay que recordar la falta de análisis respecto a cuestiones como los márgenes que pueden establecer las tarifas de último recurso para la competencia o las limitaciones que provocan las redes de transporte a la competencia, al suministro o la evacuación de energía, creando precisamente restricciones técnicas y encarecimiento de la energía.

Colorarios y reflexiones más allá de las teorías conspiratorias: nada es casual.

Vivimos en los tiempos de las ficciones y capicúas. Seguramente se trata de una ficción que esté a punto de hacerse realidad en forma de intervención de mercado y que determine una producción obligatoria, a un precio fijo y que, por ello, establece unos mecanismos de compensación por lucro cesante. ¿Qué posición tiene la CNC, sobre la naturaleza y sentido de la medida? En realidad, ¿esto no es lo que es antimercado de todo lo que se propone? ¿Esto no es lo que debería investigar y reprender la CNC, es decir, las agresiones al mercado que parten del regulador? ¿Hay que aceptar sin discusión esta medida? ¿Cómo puede ser, si el carbón nacional es menos «competitivo», que la CNC no denuncie la práctica de priorizarlo artificialmente?

Por su parte, el Real Decreto de marras se denomina Real Decreto de Garantía de Suministro, cuando la garantía de suministro realmente se produciría si en estos momentos no se quemara el carbón (económicamente no es competitivo, como todo el mundo sabe) y se guardara para momentos en los que se produzca un alza de los precios del petróleo y de la energía, aumentando la oferta en momentos de encarecimiento. Otra ficción.

Como reflexión final, hay que señalar que lo bonito de las teorías conspiratorias es que permiten simplificar la realidad, sobre la base de intentar construir las relaciones causa-efecto o, lo que es lo mismo, que pueden proporcionar una explicación más o menos sencilla a problemas complejos. Lo que pasa es que esta conspiración no es sencilla, sino todo lo contrario, es muy compleja, tanto por sus protagonistas como por sus comportamientos, afanes e intereses. Y es también muy compleja, cómo no, en sus consecuencias.

Seguramente sólo sean capicúas todas estas relaciones personales entre los protagonistas. Probablemente, la aparición en la agenda pública de esta investigación sólo sea también otro capicúa más de la actualidad, más que un nuevo intento de campaña de disuasión hacia el sector eléctrico.

En todo caso, que ahora entre en liza la Comisión Nacional de Competencia en el sector eléctrico, oportunamente, por este procedimiento no deja de ser chocante y paradójico. A lo mejor no es una conspiración y sólo una alineación de los astros. Aunque, realmente, nada es casual.

El mal dato del empleo en EEUU frusta la reactivación del consumo del petróleo

Los datos sobre el paro en el mayor consumidor de energía del planeta tuvieron un impacto inmediato en el valor del «oro negro», que cerró el viernes a 77,43 dólares en Nueva York tras perder un 2,75 por ciento en la sesión.

Esas pérdidas echaron por tierra lo ganado durante las últimas jornadas y el barril de Texas, referente en EEUU, acabó la semana en los mismos 77 dólares en los que terminó el último viernes de octubre.

Lo mismo ocurrió con el precio del Brent, de referencia en el mercado europeo, que se depreció en Londres un 3,98 por ciento y cerró la semana en 75,87 dólares, apenas 67 centavos más que hace una semana.

Por el contrario, el valor del barril de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ganó 1,89 dólares en una semana y el jueves se vendió a 77,45 dólares.

El índice de desempleo en EEUU se situó en octubre en el 10,2 por ciento, después de que la economía estadounidense destruyera 190.000 empleos durante ese mes, una cifra que se suma a los más de siete millones de puestos de trabajo perdidos en la mayor economía del mundo desde que en 2007 comenzara la recesión económica.

Este aumento del desempleo preocupa a inversores y operadores, que temen que si persiste esa tendencia desfavorable en el mercado laboral la recuperación de la demanda energética en Estados Unidos será más lenta de lo esperado.

«Si el desempleo se incrementase sustancialmente por encima de las expectativas del Fondo Monetario Internacional del 10,15 por ciento en 2010, la demanda de gasolina va a erosionarse más aún», explicaron los analistas de la consultora JBC.

De acuerdo con los cálculos de JBC, «un uno por ciento de incremento del paro en EEUU reducirá la demanda de gasolina el año próximo en un 0,75 por ciento, alrededor de 70.000 barriles por día».

Los analistas apuntaron que la demanda de gasolina ya cayó un 3,3 por ciento en 2008 y alrededor del uno por ciento en lo que va de 2009.

Así, los datos sobre la destrucción de empleo en EEUU tuvieron más influjo en los mercados que el descenso de las reservas estadounidenses, que propició los repuntes de mediados de la semana.

Las reservas de petróleo en Estados Unidos disminuyeron en cuatro millones de barriles la semana pasada y quedaron en 335,9 millones, mientras que los inventarios de gasolina disminuyeron en 300.000 barriles.

Otro elemento que ha apoyado las subidas de los primeros días de la semana es la debilidad del dólar, la divisa que se utiliza para comprar materias primas, vistas cada vez más como un valor refugio ante la incertidumbre económica.

El valor del crudo ha subido este año un 135 por ciento, desde los 35 dólares que cotizaba en enero hasta el máximo de 82 que tocó en octubre. Aún así, todavía está lejos de su máximo de 147 dólares de julio de 2008.

Para el presidente de turno de la OPEP, el angoleño José Maria Botelho de Vasconcelos, un precio medio «razonable» para 2010 sería 80 dólares por barril.

Por su parte, el que será presidente de la organización en 2010, el ministro ecuatoriano de Recursos Naturales No Renovables, Germánico Pinto, ha considerado fundamental la «búsqueda de una estabilidad de precios, que sea adecuada para sostener los niveles de inversión que requieren, principalmente, los países productores».

Por el lado geopolítico, los mercados han seguido con preocupación la situación en Irán, el cuarto mayor exportador de crudo, agitado por las protestas de la oposición y por el conflicto con las potencias debido a su controvertido programa nuclear.

La última iniciativa para desbloquear el litigio atómico, el ofrecimiento de que Irán procese parte de sus reservas de uranio enriquecido en el exterior, está estancada ante las exigencias iraníes de que se revise su contenido.

A esta situación otro conflicto ha llevado cierta preocupación a los mercados. Las noticias de que la aviación de Arabia Saudí y su infantería intensificaron sus combates contra los rebeldes chiíes en el vecino Yemen ha despertado la preocupación de que el mayor exportador de crudo del planeta se enrede en la guerra civil de su vecino.