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Tejerina subraya que las propuestas de la Unión Europea sobre cambio climático son las más ambiciosas del mundo

Europa Press.- La ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, aseguró que la propuesta de la Unión Europea y sus 28 Estados, incluido España, de cara a la Cumbre del Clima de París es «la más ambiciosa» del mundo. La ministra recordó que la ONU reclama a los 196 países que participarán en París a que se comprometan a emitir menos gases de efecto invernadero, que provocan un aumento de la temperatura, «y eso genera problemas».

En este contexto, recordó que la propuesta que llevará la Unión Europea a esta cita es una reducción del 40% de los gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990. Además, reiteró que todos los países se comprometerán a reducciones en París  y que la suma de todas debe lograr evitar que la temperatura suba más de 2 grados centígrados. En definitiva, Tejerina cree necesario un cambio de modelo productivo y argumenta que este Gobierno ha cambiado la política ante el cambio climático, favoreciendo la reducción de gases invernadero mientras que el anterior Ejecutivo se centró en la compra de derechos de emisión.

Por otro lado, respecto al caso Volkswagen, recordó que se ha pedido a Bruselas que cambie los test de emisiones de los vehículos para que sean fiables y se reduzcan los límites de partículas aceptadas. Además de la reducción de emisiones, el compromiso de la Unión Europea es alcanzar una cuota del 20% de energías renovables y España «va por delante en las previsiones». Sin embargo, reivindicó que para España es «muy importante» la interconexión eléctrica con el resto de Europa porque las renovables se producen «cuando la naturaleza decide» y, por ello, se necesita un mercado europeo «más grande».

World Climate e Iberdrola firman un acuerdo de colaboración para la Cumbre Climática Mundial

Servimedia.- La compañía World Climate firmó un acuerdo con Iberdrola mediante el cual la compañía eléctrica patrocinará la Cumbre Climática Mundial (World Climate Summit) que se celebrará el día 6 de diciembre en París, encuadrándose en la Cumbre sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (COP21) que se desarrollará en esas fechas en la capital francesa y que reunirá a los líderes de gobiernos, empresas y tercer sector para llegar a un gran acuerdo que permita limitar el calentamiento global por debajo de los dos grados centígrados.

World Climate es una plataforma que aglutina a líderes empresariales y organizaciones internacionales para desarrollar soluciones innovadoras a los retos del cambio climático y acelerar el progreso de la economía verde. La organización, gestionada por un equipo de estrategas internacionales con más de 50 años de experiencia en desarrollo sostenible e innovación, tiene por objeto contribuir a implantar un nuevo modelo económico más sostenible y respetuoso con el medioambiente, bajo en emisiones de carbono y que permita dinamizar el crecimiento y la creación de empleo.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, afirmó que la compañía está «sólidamente comprometida en la lucha contra el cambio climático y el desarrollo energético sostenible» e indicó que actualmente las emisiones de la compañía son un 30% inferiores a la media del sector eléctrico europeo, pero «aún podemos hacer más». «Nuestro objetivo en 2030 es reducir un 50% la intensidad de nuestras emisiones de CO2 sobre los niveles de 2007 y ser neutros en carbono para el año 2050,» añadió. El acuerdo incluye la participación del presidente de Sánchez Galán, en un debate sobre liderazgo, compromiso e innovación que analizará las principales acciones que los países deberán llevar a cabo tras el acuerdo climático.

Siemens implanta diversas medidas para lograr ser una compañía con cero emisiones en 2030

Europa Press.- Siemens, compañía alemana líder en tecnología, pretende ser la primera empresa del sector industrial del mundo en lograr una emisión cero de carbono en el año 2030 para lo que reducirá las emisiones de CO2 en un 50% en 2020, invertirá 100 millones de euros en la mejora de la eficiencia energética y prevé un ahorro anual de 20 millones de euros, según comunicó la compañía.

En concreto, para el año 2020, Siemens planea reducir a la mitad su huella de carbono, que actualmente alcanza aproximadamente los 2,2 millones de toneladas métricas anuales. Para conseguir sus objetivos, Siemens invertirá alrededor de 100 millones de euros en los próximos 3 años, con el fin de reducir el consumo de energía de sus instalaciones y edificios. Con la inversión en tecnologías innovadoras, como los sistemas de gestión de la energía y los sistemas de automatización de edificios y procesos de producción, así como los sistemas de transmisión de energía eficiente para la fabricación, Siemens espera reducir los costes de su energía en unos 20 millones de euros anuales.

Para reducir sus emisiones de CO2 a largo plazo, Siemens llevará a cabo tres acciones adicionales: utilizar sistemas de energía distribuida en sus instalaciones de producción y en las oficinas de sus edificios para optimizar los costes; emplear sistemáticamente vehículos de bajas emisiones y conceptos de movilidad eléctrica en su flota mundial de automóviles; y dirigirse hacia una energía limpia al aprovechar nuevas fuentes de energía, como el gas natural o la energía eólica, cuyas emisiones de CO2 son prácticamente nulas. «Reducir nuestra huella de carbono no es solo responsabilidad social corporativa, sino un buen negocio», aseguró el presidente y CEO de Siemens, Joe Kaeser.

Siemens lanzará su programa de reducción de dióxido de carbono en su próximo año fiscal. Durante el programa, se invertirán unos 40 millones de euros en 15 plantas para mejorar su eficiencia energética. La cartera medioambiental de Siemens reúne diferentes tecnologías en el área de eficiencia energética y reducción de CO2. En 2014, esta cartera generó ventas de 33.000 millones de euros o el 46% de los ingresos totales de Siemens. Las soluciones de Siemens han permitido a los clientes reducir sus emisiones en 428 millones de toneladas métricas, una cantidad equivalente a la mitad de las emisiones totales de dióxido de carbono de Alemania.

Un experto llama a desarrollar las energías renovables para parar el cambio climático

Servimedia.- Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del deshielo del permafrost, la capa de hielo permanentemente congelada del Ártico, podrían tener un impacto económico 43 billones de dólares (unos 38,4 billones de euros) mayor de lo esperado a finales del próximo siglo. Por ello, el experto Kevin Schaefer asegura que «podemos reducir al mismo tiempo las emisiones de combustibles fósiles y hacer crecer la economía con el aprovechamiento de las mismas fuerzas del mercado que crearon el problema en primer lugar«.

Así se desprende de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y desde Estados Unidos por el Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés). El informe señala que este impacto económico justifica la necesidad de tomar medidas urgentes para reducir las emisiones originadas por el descongelamiento del permafrost ártico, que comenzó su deshielo en los últimos decenios como consecuencia del calentamiento global, según el NSIDC. A medida que el suelo helado se degrada, libera dióxido de carbono y metano, con lo que amplifica los efectos de las emisiones procedentes de la actividad humana.

Chris Hope, de la Universidad de Cambridge, y Kevin Schaefer, del NSIDC, realizaron los cálculos de los posibles impactos económicos globales de las emisiones de gases de efecto invernadero del permafrost ártico a partir de las previsiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). «Queremos utilizar estos modelos para ayudar a tomar mejores decisiones; vincular los modelos científicos y económicos es una manera de ayudar a hacerlo», dijo Hope, quien añadió: «Tenemos que estimar cuánto va a costar si no hacemos nada, cuánto va a costar si hacemos algo y lo mucho que tenemos que gastar para reducir gases de efecto invernadero».

Los autores trabajaron con un escenario de un rápido crecimiento económico y una proyección de aumento de las emisiones antropogénicas, originadas por el hombre, hasta una concentración atmosférica de CO2 de 700 partes por millón en 2100 y de cero emisiones a partir de ese año. Con ello, concluyeron que el impacto climático se incrementaría de los 326 billones de dólares inicialmente previstos a los 369 billones de dólares (330 billones de euros), lo que supone un aumento del 13%.

A este respecto, Schaefer explicó que «tenemos que invertir en reducir los costos de producción de la energía renovable y los gastos de almacenamiento de la energía, y crear un entorno con incentivos fiscales y otras medidas políticas óptimas«. «Esto creará un ambiente donde los consumidores, naturalmente, elegirán la opción de bajas emisiones de carbono, ya que es la mejor opción económica disponible», concluyó Schaefer.

La Unión Europea pacta defender una reducción global de CO2 del 50% en la Cumbre del Clima de París

Europa Press.- Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea pactaron defender una reducción global de emisiones contaminantes en un 50% para 2050 en la Cumbre del Clima que tendrá lugar en París en diciembre, y en la que se espera alcanzar un pacto que se pueda poner en práctica a partir del año 2020 y que sustituya al Protocolo de Kyoto. Por su parte, los ecologistas demandan «un futuro 100% renovable».

Los responsables de las carteras de Medio Ambiente se han reunido con el objetivo de establecer el mandato negociador para la Comisión Europea y la presidencia del Consejo en la Conferencia de las Partes (COP21) organizada por Naciones Unidas, en la que se espera un acuerdo «ambicioso» y «vinculante», según indicó la ministra española de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, que debe «sentar las bases» para poner en marcha un «instrumento permanente de lucha contra el cambio climático» y lograr que la temperatura «nunca suba de los dos grados» en el largo plazo. Además, consideró necesario revisar los compromisos y que existan «mecanismos de medición».

De esta forma, la Unión Europea defenderá la necesidad de reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero para 2050 en un 50% con respecto a los niveles de 1990, con el objetivo a largo plazo de conseguir que el incremento de la temperatura global no supere los 2 grados. Según explicó el comisario de Energía y Acción por el Clima, el español Miguel Arias Cañete, este porcentaje equivale a una reducción de las emisiones del 60% con respecto a 2010, que estaría en línea con las cifras aportadas por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según siglas en inglés), que propone una rebaja de entre el 40% y el 70% en base a 2010.

Por su parte, la Unión Europea mantiene su compromiso de reducir «al menos» un 40% dichas emisiones hasta 2030, dentro de un objetivo más amplio que persigue conseguir una rebaja de entre el 80% y el 95% para 2050. Además, desde Bruselas pedirán en París el establecimiento de un mecanismo de revisión y verificación, con reuniones cada cinco años para «considerar y fortalecer» los compromisos cerrados, en palabras del comisario.

Se aportarán mecanismos económicos próximamente

Con respecto a la inclusión de la financiación en el acuerdo de París, un aspecto clave para la Unión Europea, Arias Cañete auguró que la financiación pública «no será suficiente» y resaltó que será importante encontrar fuentes de financiación privada. En este sentido, el comisario indicó que su departamento trabaja de forma conjunta con el comisario de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici,y que se conocerán más detalles tras el consejo de ministros de Economía del próximo mes de noviembre.

Arias Cañete destacó que se pactó una posición «muy sólida» para la Cumbre del Clima de París. «La visión que presentamos es ambiciosa, realista y clara sobre lo que queremos de París», subrayó. Así, recordó que un total de 62 países presentaron ya sus compromisos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, «cuatro veces más» que los adquiridos en el Protocolo de Kyoto.

Por su parte, la ministra de Medio Ambiente de Luxemburgo, que ostenta este semestre la presidencia del Consejo Europeo, Carole Dieschbourg, resaltó que se trata de un acuerdo «fuerte y responsable», y añadió que la Unión Europea «liderará» las negociaciones para alcanzar «un acuerdo global aceptable para todos». Asimismo, insistió en que es una «responsabilidad» para Europa llegar a un buen acuerdo en París y remarcó la importancia de la lucha contra el cambio climático.

Piden «Un futuro 100% renovable»

Mientras, distintas organizaciones ecologistas protestaron frente al edificio del Consejo Europeo, coincidiendo con la reunión de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea, para pedir a los políticos europeos que se pongan «del lado de los ciudadanos» y construyan «un futuro 100% renovable«.Así, decenas de personas asistieron a la convocatoria de Change Partnership, Climate Action Network Europe, Friends of the Earth Europe, Greenpeace, Nature Code, Oxfam, Transport&Environment y WWF.En este sentido, las organizaciones afirman que la Unión Europea tiene «el potencial y la responsabilidad» de hacer más para acelerar la «transición energética», y solicitaron «incrementar los esfuerzos» para combatir el cambio climático.

De esta forma, el director de Climate Action Network Europe, Wendel Trio, instó a los líderes europeos a articular objetivos climáticos «que reflejen la necesidad de un cambio hacia un sistema plenamente renovable«.»Los líderes europeos tienen que dejar claro lo que van a llevar a la mesa de negociaciones en París para reducir las emisiones antes y después de 2020, así como el apoyo financiero para la acción climática en los países en vías de desarrollo», ha añadido Trio.

La socialista Teresa Ribera advierte de que sólo fijar cifras de reducción de CO2 por países no es «suficientemente creíble»

Europa Press.- Teresa Ribera, encargada de Medio Ambiente en el equipo delsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, advirtió de que costará realizar una descarbonización sin tener en cuenta a los países vecinos y que «ya no basta» con establecer una cifra de reducción de emisiones de CO2 porque no es «suficientemente creíble», desde su experiencia como exsecretaria de Estado de Cambio Climático y exdirectora de la Oficina Española de Cambio Climático.

Por ello, la asesora socialista subrayó que es «crecientemente importante» explicar cómo se va a desarrollar ese proceso para ganar credibilidad en el contexto de las relaciones entre países, y para valorar decisiones de inversión para cualquier actor privado. Ribera se refiere así a la Cumbre del Clima de París (COP 21), que se celebrará el próximo diciembre y para la que todavía no existe un texto de negociación. Esto es «lo más delicado en estos momentos», según señaló. La ahora directora del Instituto para el Desarrollo Sostenible y las Relaciones Internacionales (IDDRI) presentó el proyecto Deep Decarbonization Pathways, que recoge hojas de ruta para la descarbonización de 16 países.

Desde sus cargos en la administración, Ribera encabezó durante las legislaturas de Zapatero la delegación negociadora española en el ámbito internacional y asistió a todas las COP. Entre ellas, la Cumbre del Clima de Copenhague, que contó con la presencia de más de 100 jefes de Estado y de Gobierno y preveía cerrar el acuerdo que se persigue de nuevo este año en París pero que entonces, sin embargo, fracasó.

Ribera reflexionó sobre las negociaciones de París. En este sentido, cree que hay voluntad política para lograr acuerdos. «París puede ofrecer un tratado internacional en el que se incluyan reglas que garanticen el proceso de trabajo conjunto para los próximos años; y una señal del mínimo de ambición compartido en estos momentos a partir de la suma de todas las contribuciones de los diferentes países, aunque se sabe que ese mínimo está por debajo de lo que se necesita«, indicó.

Asimismo, destacó que los países tenderán a «ser prudentes» y que «llama la atención» ver cómo países en desarrollo, cuando entienden que la reivindicación de los 2ºC para ellos significa un escenario de descarbonización «muy importante», reaccionan con «sorpresa e incapacidad» mientras se preguntan por qué tienen que ir a un escenario de un nivel de emisiones per cápita «reducido». También, aseveró que la próxima reunión de Lima, que se celebrará a principios de octubre, es «clave» porque se presentará un documento que analizará el funcionamiento del sector financiero y que tendrá «un gran impacto».

Además, indicó que de París cabe esperar el cumplimiento de la promesa de Copenhague de garantizar la movilización de recursos por importe de 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020, con una senda «creíble y compatible», y con una parte dedicada a aspectos de solidaridad. No obstante, subrayó que se debe asegurar de «forma creciente» la coherencia en cualquier decisión de inversión, que los grandes reaseguradores, fondos de inversión, reguladores financieros y bancos de desarrollo, a la hora de evaluar proyectos y exigir transparencia respecto a los riesgos valorados para cualquier préstamo, tomen en consideración «estas verdades».

Respecto al proyecto sobre el proceso de descarbonización en 16 países (Australia, Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Corea, México, Rusia, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos), señaló que estos países, los grandes emisores, coinciden en las recomendaciones de impulsar las políticas de eficiencia energética, establecer una electricidad sin CO2, cambiar los usos eléctricos y que hay que comenzar estos cambios cuanto antes. Estas conclusiones son resultado del estudio de los escenarios de cada país en el proceso de descarbonización para llegar a 1,7 toneladas per cápita de emisiones para 2050, teniendo en cuenta la evolución demográfica, económica y los objetivos socioeconómicos.

De Kioto a París, la cuenta atrás para salvar el clima

Servimedia.- En 2005, el mundo dio su primer gran paso en la lucha contra uno de los mayores desafíos del siglo XXI: entraba en vigor el Protocolo de Kioto, el primer tratado internacional que marcó obligaciones legales de reducción de gases de efecto invernadero para los países industrializados. Los Estados que lo ratificaron redujeron en un 22,6% sus emisiones hasta 2012 y, aunque muchos lo han tachado de insuficiente, sentó las bases para futuros acuerdos sobre cambio climático. Como el que debe salir de París el próximo mes de diciembre.

Según Naciones Unidas, entre todos los países que ratificaron el Protocolo, 37 países industrializados y la Unión Europea, redujeron en un 22,6% sus emisiones hasta 2012, respecto a los niveles de 1990, gracias a Kioto, cifra que supera con creces el 5,2% que contempla el documento. España, como tal, no figura en el Protocolo, pero la Unión Europea «estableció la cuota de cada uno de sus Estados miembro, a base de directivas», según el responsable de Cambio Climático y Energía de Greenpeace en España, José Luis García Ortega. Y, aunque España se comprometió a limitar sus emisiones en un 15%, cerró el periodo 2008-12 con una caída cercana al 24%.

Lamentablemente, el hecho de que un grupo de países haya cumplido con sus compromisos legales no significa que las emisiones globales hayan parado de crecer. Porque, además, Kioto entró en vigor sin tres de los mayores contaminantes del mundo: sin Estados Unidos, que no lo quiso ratificar, y sin China e India, porque los países emergentes estaban libres de cumplir con estas exigencias. Según José Manuel Moreno, miembro del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC), las emisiones de gases de efecto invernadero «ni siquiera se han estabilizado». En la actualidad, según Moreno, las emisiones mundiales siguen aumentando a un ritmo de un 2,2% anual.

Para el segundo periodo de compromiso del Protocolo, que comprende del 2013 al 2020, se adoptó la conocida como Enmienda de Doha, una batería de modificaciones que hicieron más ambicioso el texto inicial e incluían ayudas para la adaptación de los países más vulnerables. El acuerdo que habrá de sustituir a Kioto más allá de 2020 se acordará, previsiblemente, en la Cumbre sobre Cambio Climático de Naciones Unidas que se celebrará en París este diciembre.

«Por parte de la Unión Europea, el compromiso es firme», señaló recientemente Federico Ramos, por entonces secretario de Estado de Medio Ambiente. En concreto, la Unión Europea se plantea reducir «hasta» en un 40% sus emisiones respecto a las de 1990, pero la propuesta no satisface a Greenpeace, que pide al menos un 55%». «En 20 años ya no estaría a nuestro alcance, con la tecnología actual, el detener un aumento de 2 grados de la temperatura mundial», advierte Moreno.

Para este miembro del IPCC, «el plazo para actuar es corto y la intensidad de las reducciones habrá de ir mucho más allá» de Kioto. «La meta», aseguró, «igual que fijaron los Gobiernos, no puede ser otra que evitar que el planeta se caliente por encima de los 2ºC, y eso implica reducciones de entre un 40 y un 70% de aquí a mediados de siglo y alcanzar emisiones netas nulas para finales de siglo».

Ecologistas en Acción pide una apuesta «real» contra el cambio climático en la Cumbre de París

Europa Press.- Ecologistas en Acción. confederación de grupos ecologistas de España, criticó los documentos presentados a nivel internacional para la Cumbre del Clima de París, la denominada COP21 que se celebrará del próximo 30 de noviembre al 11 de diciembre, y ha pedido una apuesta «real» contra el cambio climático que apunte a un nuevo modelo.

Según Ecologistas, los objetivos de los documentos base y los compromisos nacionales de reducción de gases invernadero «se alejan demasiado de las recomendaciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC)». El IPCC, integrado por expertos en calentamiento global, advierte de que «si no se realizan esfuerzos adicionales a los ya desplegados, se experimentarán aumentos en la temperatura media global en 2100 de 3,7 a 4,8 grados». El IPCC recomienda reducir las emisiones a nivel global en un 95% en 2050, algo que «atendiendo al crecimiento de la población y a las desigualdades existentes en las emisiones por cápita, debería traducirse en un escenario de emisiones prácticamente cero para la Unión Europea en 2050«, indicó.

Sin embargo, la confederación lamenta que los documentos presentados por Naciones Unidas y los diferentes países insistan en mecanismos «injustos», como los mercados de carbono, donde España gastó más de 800 millones de euros para cumplir sus compromisos entre 2008 y 2012. También consideran «falsas» las soluciones nacionales para el cambio climático, como la geoingeniería, la captura de carbono, la energía nuclear o las repoblaciones industriales: «Se aboga por continuar con un modelo ya agotado basado en el consumo excesivo de combustibles fósiles que nos conduce a un futuro donde los efectos del cambio climático pasarán una tremenda factura», denunciaron.

Ecologistas en Acción considera necesaria la creación de un Fondo Verde para el Clima que proporcione financiación pública para los países más afectados por el cambio climático, «totalmente independiente de instituciones como el Banco Mundial, que tiene una larga trayectoria de financiación de proyectos que han agravado el cambio climático, la corrupción y la pobreza«. Abogan por desarrollar urgentemente planes que permitan desarrollar una economía baja en carbono y «dar un impulso definitivo a una transformación integral» del modelo, como la agroecología y el comercio local de proximidad. Asimismo, creen que se debe prohibir la fractura hidráulica, dejar sin explotar la mayor parte de las reservas fósiles y abandonar las soluciones implementadas hasta el momento.

Medio Ambiente revisará en los próximos meses los objetivos de mejora de la calidad del aire

Europa Press.- La directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), Guillermina Yanguas, y el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo, han coincido en asegurar que la calidad del aire en España «ha mejorado mucho» en los últimos años, precisando que «aún queda camino por recorrer» en este aspecto.

Yanguas añadió que «según todos los estudios, la tendencia es positiva», aunque no quiere que se le «malinterprete» porque queda «camino por recorrer». En su opinión, esto se debe a los retos que existen como mejorar el ozono troposférico, a pesar de las mejoras introducidas con la aplicación por parte del sector energético de las «mejores técnicas disponibles, que ha permitido valores cada vez más estrictos», y a que «hay menores concentraciones» y «no se superan los límites» de dióxido de azufre, entre otros materiales. Igualmente ha puesto de relieve la «mejora considerable» de los niveles de partículas en el aire debido al «uso obligatorio» de filtros de partículas en los vehículos diesel y al establecimiento de «objetivos muy exigentes».

Yanguas, que ha recordado que el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó en 2013 el Plan Aire, un proyecto de 78 medidas para mejorar la calidad del aire «de forma realista y ambiciosa», también ha incidido en que la Comisión Europea estima que los beneficios del programa europeo Aire puro para Europa, con un horizonte temporal que llega hasta el 2020, son de unos 40.000 millones de euros al año. «Si tenemos dudas del camino que debemos seguir, estas cifras nos las deberían aclarar», manifestó Yanguas, que comentó que en los próximos meses se «revisarán los objetivos» de los planes del Gobierno, cuyas medidas también se están negociando actualmente en el Congreso de los Diputado, indicó. «Hay que avanzar más», afirmó.

Por su parte, Lora-Tamayo indicó en que la contaminación de interiores por utilización de combustibles fósiles «es una de las mayores causas de mortalidad a nivel mundial» y, con respecto a España, concretó que entre 2005 y 2013 el número de zonas que superaban el nivel aconsejable de partículas en el aire disminuyó «de 47 a 3». «Pero aún queda un largo camino por recorrer», advirtió a la par que defendió tomar como referencia los niveles de contaminación que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) en lugar de la Comisión Europea porque estos últimos «superan muchas veces» los de la OMS. Sin ser así, concretó que «un 98% de la población respira aire que supera los límites» estipulados.

Igualmente, incidió en que las ciudades españolas «aún se caracterizan» por ser «compactas y densas» y, según alertó, «el crecimiento del parque de vehículos ha creado un problema de contaminación«. Para resolverlo, tal y como detalló Lora-Tamayo, hacen falta medidas tecnológicas, como iluminación del transporte, por ejemplo, y otras «no tecnológicas», que se centran en reducir el número de vehículos a favor del transporte público.

Amigos de la Tierra reclama un acuerdo «ambicioso y obligatorio» en la Cumbre del Clima de París

Europa Press.- La organización Amigos de la Tierra presentó la campaña De camino a París; A cinco meses del inicio de la Cumbre del Clima de París, la organización considera que el acuerdo internacional de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero necesita ser «lo suficientemente ambicioso para evitar las peores consecuencias» del cambio climático. Además, considera indispensable que la forma jurídica del acuerdo sea estricta para forzar a los estados a cumplir con las promesas que formalmente se están anunciando ante Naciones Unidas.

Para la ONG, ante la trayectoria del proceso de negociación y la injustificada falta de avances, es necesario que sea la ciudadanía la que lidere el cambio de sistema hacia un modelo social y económico que respete los límites de La Tierra. Para el responsable del área de clima y energía de Amigos de la Tierra, Alejandro González, hablar de luchar contra el cambio climático y la reducción de las emisiones significa en realidad cambiar el modelo agrícola, el modelo de transportes, y centrarse en la economía para no generar residuos. «Por encima de todo hay que cambiar el modelo energético: consumir menos energía, de origen renovable y asequible para todas las personas«, añadió González.

La campaña reunirá testimonios sobre los impactos del cambio climático en las personas, cómo están afectando las prospecciones de petróleo y fracking o la deforestación. A su vez, la nueva web de la organización recopilará las experiencias y alternativas ciudadanas que están logrando dar los primeros pasos para avanzar en su lucha: energías renovables gestionadas de manera participativa y distribuida o la agricultura familiar. La nueva web de la campaña está disponible en varios idiomas y llevará las peticiones ciudadanas a París en noviembre: https://www.wearetheenergyrevolution.org/es/sobre-nosotros/