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El grupo CLH inicia servicios de suministro de combustible en el aeropuerto de Tocumen de la Ciudad de Panamá

EFE.- CLH Panamá, filial de CLH Aviación, ha comenzado a prestar servicios de operación, mantenimiento y puesta a bordo de combustible en el Aeropuerto Internacional de Tocumen, situado en la capital panameña y en el que operan unas 40 aerolíneas que vuelan a 80 destinos en 35 países de Europa y América.

Según indicó la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), la compañía también ha iniciado sus actividades en los aeropuertos de Panamá Pacífico y Río Hato-Scarlett Martínez.

También tiene previsto comenzar a operar durante el mes de octubre en el aeropuerto Enrique Jiménez de Colón y próximamente en el de Enrique Malek.

CLH Panamá ha renovado todos los equipamientos, ha contratado a cerca de 100 personas y ha incorporado 45 nuevos vehículos de suministro, entre unidades repostadoras, vehículos dispensadores y carros hidrantes, fabricados expresamente para este proyecto.

La filial de CLH Aviación se adjudicó a finales del año pasado el concurso convocado por el Gobierno de Panamá para suministrar a estos 5 aeropuertos.

La adjudicación fue ratificada por la junta directiva de la sociedad Aeropuerto Internacional de Tocumen y refrendada por la Contraloría General de la República.

CLH Panamá gestionará las instalaciones de combustible de los 5 aeropuertos, incluyendo el servicio de puesta a bordo, en régimen de concesión durante 10 años y como operador único, y construirá una nueva estación de servicio en el aeropuerto de Tocumen.

Un consorcio español resulta entre los precalificados para la construcción de una línea eléctrica en Panamá

EFE. –  Cinco consorcios integrados por empresas de España, Brasil, Colombia, Canadá, China, Francia e India resultaron precalificados en el proceso de licitación para la construcción en Panamá de una línea de transmisión eléctrica de 500 kilovatios.

Así, la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETESA) indicó que precalificaron Interconexión Eléctrica, S.A. E.S.P. (Colombia), China Electric Power Equipment and Technology Co. Ltd. (China), Consorcio Chiriquí Transmisora de Energía (España), Consorcio Four Seasons (India, Francia y Brasil) y el Consorcio de Transmisión Vasco Núñez de Balboa (Canadá y España).

Según la entidad, estos consorcios cumplieron con los requisitos técnicos, legales y financieros necesarios, entre los que se encontraban haber desarrollado 3.000 kilómetros de línea en los últimos 20 años o tener unos activos de 5.000 millones de dólares. El paso a seguir, según ETESA, «será publicar los pliegos de condiciones de licitación en el portal de PanamáCompra», el portal donde se recogen todas las licitaciones del Gobierno.

Con la consecución de este proyecto, la línea será la más grande que operará en Centroamérica y en el país, ya que las tres que funcionan actualmente en Panamá lo hacen a 115 y 230 kilovatios.

En este sentido, el gerente general de ETESA, Gilberto Ferrari, explicó el pasado mayo que el proyecto se realizará en dos fases: primero se construirá la línea de transmisión, la subestación de Chiriquí Grande y la ampliación de la denominada subestación Panamá III, y después se ejecutará «la energización a 500 kV de la línea».

Además, el contrato será de tipo BOT (build-operate-transfer), lo que implica que el contratista tendrá una concesión de entre 20 a 35 años y que será responsable del financiamiento, el diseño, la construcción, la operación y el mantenimiento del proyecto durante ese tiempo, añadió el directivo.

Finalmente, la cuarta línea de transmisión cruzará el Canal de Panamá, además de atravesar la comarca indígena Ngäbe Buglé, una de las más grandes del país y donde viven más de 150.000 personas. Las otras líneas de trasmisión transcurren por la vertiente del Pacífico. 

 

Panamá inaugura la primera planta de GNL de América Central y aspira a convertirse en un hub energético

EFE. – Panamá aspira a convertirse en un «hub» energético regional después de inaugurar la primera planta de generación de energía a base de gas natural licuado y la primera terminal de recepción de ese hidrocarburo de América Central, un megaproyecto de 1.150 millones de dólares.

Para el presidente ejecutivo de AES, Andrés Gluski, el cuál dirige la compañía estadounidense que construye el proyecto, «esta es la inversión más grande en un proyecto de infraestructura eléctrica en toda la historia de Centroamérica y el Caribe».

La planta, situada en la ciudad caribeña de Colón y de 381 megavatios (MW) de capacidad instalada, empezará a distribuir gas natural licuado por Centroamérica previsiblemente a partir de septiembre de 2019, cuando se concluya la construcción de un tanque de almacenamiento de 180.000 metros cúbicos. El tanque de almacenamiento tiene la particularidad de que permitirá cargar con gas tanto camiones como barcos pequeños, facilitando que este combustible, hasta ahora desconocido en Centroamérica, llegue a cualquier rincón de la región, explicó el directivo.

Gluski ha afirmado durante la inauguración que el la planta «es la más moderna y versátil terminal de gas natural licuado en toda América» y está previsto que acapare el 25% del mercado potencial de la región centroamericana.

Este proyecto «posicionará a Panamá como un hub de distribución de gas natural licuado, pues cuenta con una terminal, un tanque de almacenamiento y las ventajas logísticas de transporte terrestre y marítimo que ofrece el país», ha indicado por su parte el presidente panameño, Juan Carlos Varela.

Destaca que la planta, construida en apenas 27 meses, se abastece con gas procedente de Estados Unidos, en concreto de las nuevas terminales de Cove Point (Maryland) y Sabine Pass (Louisiana).

Por todo esto, la Agencia Internacional de la Energía ha señalado, en un informe el pasado noviembre, que el país norteamericano se convertirá a partir de 2025 en el mayor exportador del mundo de este combustible debido al auge de la extracción del gas esquisto o «shale gas».

«Gracias a la nueva tecnología del «fracking» -fracturación hidráulica- habrá una abundancia de gas de esquisto en los Estados Unidos a muy buen precio y por muchísimo tiempo», aseguró el máximo directivo de AES.

El secretario asistente de Energía Fósil del Gobierno de Estados Unidos, Steven Weiberg, dijo que el país ha exportado desde febrero de 2016, cuando empezó a vender el combustible, «1,3 millón de millones de pies cúbicos de GNL a 30 países en cinco continentes» y que «Panamá ha jugado un rol central en el tránsito de estos buques».

La ampliación del Canal de Panamá, en funcionamiento desde junio de 2016, ha permitido que grandes buques como los gaseros que transportan GNL crucen la vía interoceánica, ya que antes no cabían por las viejas esclusas.

Por tanto, la irrupción del gas natural licuado en Panamá diversificará y robustecerá además la matriz energética del país, muy dependiente de la energía hidráulica y de los derivados del petróleo, y abaratará la energía térmica.

 

 

El Foro Económico Mundial considera que la mayoría de los países latinoamericanos aún no están listos para la transición energética

EFE.– La mayoría de los países de América Latina todavía no están bien preparados para afrontar la transición energética, según revela un informe del Foro Económico Mundial en el que se analizan 114 países, entre ellos varios latinoamericanos. El análisis Promover una transición energética efectiva fue publicado en el marco del Foro Económico Mundial sobre América Latina, celebrado en Sao Paulo.

De acuerdo con esta evaluación, que clasifica a los países en función del estado actual de sus sistemas energéticos y su nivel de preparación estructural para adaptarse a las futuras necesidades energéticas, América Latina debe mejorar en varias áreas, como la innovación, el desarrollo del capital humano, la seguridad de las inversiones y la eficacia del marco institucional. El informe examina el desempeño de los sistemas energéticos actuales de los países bajo tres dimensiones: acceso y seguridad energética; sostenibilidad ambiental del sistema; y potencial de crecimiento. Asimismo, analiza en qué medida existen condiciones que faciliten una transición hacia un sistema de bajas emisiones de CO2.

Los países escandinavos y de Europa occidental encabezan el Índice de Transición Energética, con Suecia, Noruega y Suiza a la cabeza, en tanto que el Reino Unido (7) y Francia (9) son las únicas economías del G7 que se ubican dentro de los 10 primeros. En la región latinoamericana, los que muestran los mejores desempeños son Uruguay, que ocupa el puesto 13, Costa Rica (20), Chile (24) y México (28). De manera general la región obtiene una puntuación similar al promedio global en cuanto a la contribución del sistema energético al crecimiento económico, a la seguridad y al acceso, y por encima del promedio cuando se trata de sostenibilidad ambiental.

Sin embargo, varios países se quedan atrás porque no están preparados adecuadamente para la transición, según el informe. Es así que Perú se ubica en el puesto 34, Paraguay en el 37, Panamá en el 39, Ecuador el 48 y Argentina el 56. De manera particular, el informe menciona a Colombia (32) y Brasil (38) por tratarse de dos países que «cuentan con sistemas energéticos con buen desempeño debido a sus abundantes recursos naturales», pero que al mismo tiempo «tienen niveles de preparación bajos» para la transición«. Ello es debido a «deficiencias en materia de capital humano y fallos en sus instituciones y marcos regulatorios».

Los últimos países latinoamericanos que figuran en la clasificación son Guatemala (62), y El Salvador (69), mientras Venezuela se queda a cuatro puestos de cerrar la lista, el 111, sólo por delante de Kirguizistán, Sudáfrica y Zimbabue. A nivel global, el informe establece que el avance hacia la sostenibilidad ambiental se ha detenido y considera que la tendencia prácticamente plana en la intensidad de las emisiones de carbono lo demuestra.

Además de las repercusiones positivas para el clima, la mejora de los sistemas energéticos contribuiría a remediar la situación de 1.000 millones de personas en el mundo que actualmente carecen de electricidad, según el Foro Económico Mundial. Finalmente, el director de Industrias Energéticas del Foro, Roberto Bocca, sostuvo que el informe permite tener una visión del funcionamiento actual de los sistemas energéticos nacionales, así como una perspectiva «muy necesaria de lo que se requiere para lograr el éxito a futuro».

Un metanero de Shell será el primer buque con gas natural licuado que cruce el canal de Panamá

EFE.- El metanero Maran Gas Apollonia se convertirá el próximo 25 de julio en el primer buque con gas natural licuado (GNL) que cruzará el canal de Panamá en sus más de 100 años de historia, según el administrador de la ruta acuática, Jorge Luis Quijano. El navío, que tiene bandera griega y pertenece a la línea Shell, mide 289 metros de eslora (largo) y 45 metros de manga (ancho) y cuenta con capacidad para transportar 166.000 metros cúbicos de gas, precisó Quijano.

Un día después, el 26 de julio, transitará por el Canal de Panamá el British Merchant, otro metanero con GNL operado por BP Shipping Limited, con bandera británica y capacidad para transportar 138.283 metros cúbicos de gas, añadió el administrador. «Es nuestro nuevo segmento de negocio», indicó Quijano, quien ha señalado que existe en Asia una «gran demanda» de esos hidrocarburos procedentes de Estados Unidos.

El transporte de GNL es una de las oportunidades de negocio que se abren con la ampliación de la instalación. Hasta ahora era un mercado que no se había explotado porque los buques que se usan en la industria energética, los conocidos como neopanamax, no caben por las esclusas antiguas. La ACP estima que a partir del 2020 pasen cada año por Panamá cerca de 25 millones de toneladas métricas de GNL. La ampliación de la vía interoceánica se inauguró el pasado 26 de junio.

Panamá tendrá en 2018 la primera planta de ciclo combinado con gas natural de Centroamérica

EFE.- La ciudad caribeña de Colón, en el norte de Panamá, albergará la primera planta de gas natural de Centroamérica a partir de 2018, una planta generadora de electricidad «amigable» con el ambiente y que promete beneficios económicos. Es un proyecto para generar energía a base de GNL, construido por la empresa estadounidense AES en asociación con Inversiones Bahía del magnate panameño Stanley Motta, a un coste de 1.150 millones de dólares y que creará 2.000 empleos en su construcción y unos 200 en su operación.

La planta de 381 megavatios (MW) tiene previsto empezar a generar, a partir del primer trimestre de 2018, una electricidad menos contaminante que otros combustibles fósiles y también menos onerosa. La nueva central de generación utilizará la tecnología de ciclo combinado, que reutiliza el calor de los gases de escape de las turbinas de gas para obtener vapor que será usado por una turbina de vapor, que solo requerirá un tercio de agua de lo que las centrales convencionales demandan.

El gerente de AES Panamá, Miguel Bolinaga, señaló que se ha sido muy exigente al medir el impacto ambiental en el área donde se levantará. «El estudio de impacto ambiental indica cada una de las actividades que tenemos que hacer para evitar cualquier accidente con el gas; somos conscientes de las comunidades y fauna que hay a nuestro alrededor», aseveró.

El directivo dijo que los desechos que genere la planta generarán 0 partículas sólidas y un 80% menos de emisiones de CO2 al medio ambiente y destacó que tendrá un nivel de seguridad superior al que posee la cercana termoeléctrica Bahía Las Minas, en Colón. «Cualquier persona podrá verificar el consumo de combustible, así como ver todo lo que tienen que ver con el entorno ambiental cuando la planta esté lista en el 2018 mediante nuestra web», señaló el portavoz.

Bolinaga explicó que el complejo de gas representará el 17% de la matriz energética cuando comience a funcionar, y que ayudará a que se reemplace el uso de diesel y búnker, contribuyendo a un entorno saludable. La planta se levantará junto con una terminal portuaria de importación, que tendrá un tanque con capacidad de 180.000 metros cúbicos para almacenar el gas natural. Esta será suficiente para abastecer a AES Colón y otras que se construyan para el mismo combustible fósil, potenciando el desarrollo de otros usos como el gas natural vehicular, el reabastecimiento de embarcaciones que transiten a diario por la vía acuática y la exportación de excedentes a Centroamérica.

El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, señaló que el proyecto convertirá a su país en un centro de distribución de GNL para Centroamérica. También manifestó que al menos 2.000 trabajadores se emplearán en la construcción y unos 200 en la operación de la planta. A su vez, el presidente ejecutivo de AES Corporation, Andrés Gluski, destacó que el combustible será más económico con respecto a los demás derivados fósiles, y que el país reducirá la dependencia de la generación hidroeléctrica y el riesgo asociados a fenómenos climáticos. Recordó que AES opera desde hace 12 años una planta de gas natural en República Dominicana, que sirvió como modelo para ésta.

Actualmente la capacidad instalada de generación eléctrica del país es de alrededor de 1.770 megavatios y la demanda máxima roza los 1.400 megavatios. Se calcula que cada año aumenta la demanda de energía un 8%, por el dinamismo económico y el crecimiento de la población. AES proyecta que se reducirá el 15% el coste de la energía a partir del aporte del gas natural. El Estado implementa el Plan Energético Nacional 2015-2050 que incluye el gas natural como nueva fuente, suplementaria a la hídrica, de la que actualmente proviene el 53% de la energía que se produce en el país y los hidrocarburos como el búnker y el diesel (40%).

Estados Unidos busca disipar la «incertidumbre energética» en Centroamérica y Caribe reduciendo la dependencia del petróleo venezolano de Petrocaribe

EFE.- Estados Unidos prometió ayudar a disipar la «incertidumbre energética» en Centroamérica y el Caribe, en una cumbre destinada a promover la diversificación de fuentes de energía en la región y reducir de paso su dependencia del programa venezolano de petróleo subsidiado denominado Petrocaribe. La cumbre sobre seguridad energética en el Caribe fue presidida por el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, y este año también incluyó a los gobernantes de Centroamérica.

«La inseguridad energética es enormemente dañina» para la economía, subrayó Biden, que recordó que el 85% de la energía del Caribe procede del petróleo, por lo que destacó la necesidad de diversificar esa matriz energética incluso ahora que los precios del crudo están bajos. «Hay oportunidades increíbles en el entorno energético», dijo Biden. «Debemos aprovechar ese impulso para avanzar hacia una seguridad energética sostenible en nuestra región, que pueda resistir cuando inevitablemente suban los precios del petróleo», agregó. «Queremos que sus países tengan seguridad energética» para atraer inversión extranjera, lograr más crecimiento y, en consecuencia, «mayor prosperidad», destacó el vicepresidente.

A la cumbre asistieron, entre otros, los presidentes de Panamá, Juan Carlos Varela; Honduras, Juan Orlando Hernández; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y Guatemala, Jimmy Morales, junto con el vicepresidente de Nicaragua, Moisés Omar Halleslevens, y altos representantes del resto de países. La mayoría de los invitados a la cumbre pertenecen a Petrocaribe, un programa venezolano lanzado en 2005 e integrado por 18 países, incluidos Honduras, Guatemala, Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Belice y una decena de islas del Caribe.

No obstante, un funcionario estadounidense negó que la cumbre se convocara en reacción a Petrocaribe, porque la permanencia de los países de la región en ese programa «no excluye» que quieran buscar otras fuentes o atraer más inversiones privadas. «No van a escuchar que nadie mencione la palabra Venezuela en absoluto», aseguró el subsecretario adjunto de Estado de Estados Unidos para Centroamérica y el Caribe, Juan González. Aún así, indicó que muchos países miembros de Petrocaribe están «entrando en problemas fiscales, teniendo problemas a la hora de invertir en su infraestructura y su sector energético». “Actúan para asegurarse que no les afecten los altibajos de los precios energéticos», añadió González.

«Tenemos que seguir avanzando, junto a nuestros aliados en el Caribe y Centroamérica, para integrar y expandir nuestros mercados energéticos, potenciar su capacidad de transmisión y diversificar hacia fuentes más limpias de energía», indicó Biden. Según el vicepresidente, la gestión de la energía será clave para que el continente americano pueda tener «una clase media fuerte» y sea «seguro y democrático».»Estados Unidos se mantendrá del lado de nuestros aliados en la región», apuntó el vicepresidente Biden. Además, Estados Unidos se comprometió a apoyar los programas y actividades necesarios para «identificar y atraer» fondos públicos y privados para promover mercados de energía limpia en el Caribe.

Con motivo de la cumbre, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo (Usaid) anunció que pondrá a disposición de los países de Centroamérica y el Caribe un total de 10 millones de dólares en subvenciones para proyectos concretos, unos fondos que pueden solicitarse hasta marzo de 2017. Además, los mandatarios que asistieron a la cumbre recibieron el informe final de un grupo de trabajo que Obama lanzó en abril de 2015 para evaluar los retos de energía en Centroamérica y el Caribe. El informe alienta a una mayor integración energética en la región y aboga por duplicar la capacidad del Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (Siepac), de los 300 MW que produce actualmente a 600 MW.

El presidente panameño, Juan Carlos Varela, apoyó ese objetivo de mayor cooperación al expresar su respaldo al «proyecto de interconexión entre Colombia y Panamá», que sería «un hito en la integración de la infraestructura energética entre el centro y el sur de América, desde México a Chile«. En un discurso durante la sesión plenaria, Varela también defendió que Panamá tiene «una oportunidad única para ser un foco de gas natural licuado (GNL) para toda la región», dado que en 2018 abrirá la primera planta de generación de energía basada en esa fuente en toda Centroamérica.

El Canal de Panamá prevé un tráfico anual de 25 millones de toneladas de GNL en 2020

EFE.- El Canal de Panamá calcula que a partir de 2020 pasarán cada año por las nuevas esclusas «aproximadamente 25 millones de toneladas métricas de gas natural licuado (GNL)», según su administrador, Jorge Luis Quijano. «El descubrimiento de grandes reservas de gas en el área del Golfo de México, en Estados Unidos, abre la oportunidad para que se den las primeras exportaciones de gas licuado natural a través del Canal de Panamá hacia los países asiáticos, principalmente Corea del Sur y Japón«, explicó Quijano.

Actualmente no se transporta GNL por el Canal de Panamá porque los buques que se usan para ello son demasiado grandes y no caben en las esclusas actuales. La ampliación de la vía interoceánica, que se inaugurará previsiblemente a mediados de año, permitirá el paso de casi tres veces más carga y el tránsito de los llamado buques Postpanamax, que son los que habitualmente se usan en la industria energética. «También estamos esperando el lanzamiento de gas natural licuado en la ruta que une Trinidad y Tobago con Chile porque representará 6 días de ahorro en tiempo y casi 3.000 millas náuticas de ahorro en distancia frente a la alternativa del Estrecho de Magallanes», indicó.

El Canal de Panamá y la Agencia de Estados Unidos para el Comercio y el Desarrollo (USTDA) firmaron en junio de 2015 un acuerdo de cooperación técnica que incluye la realización de un estudio de viabilidad para impulsar la construcción de una terminal de GNL. Dicha terminal podrá «proveer el combustible a las plantas de generación eléctricas del Canal de Panamá y al mismo tiempo permitirá en el futuro el abastecimiento del gas a buques propulsados por este combustible, más amigable con el medio ambiente».

Sacyr gana un contrato de mantenimiento de redes eléctricas en Panamá de 21 millones de euros

Servimedia / EFE.- Sacyr, a través de su división industrial, se ha hecho con un contrato de operación y mantenimiento de la red de media y baja tensión en la zona oeste del país por un importe anual de 4,5 millones de dólares (unos 4 millones de euros) durante 5 años, 22,5 millones de dólares en total (unos 21 millones de euros).

Sacyr se encargará también del desarrollo del plan de electrificación rural. Según explicó la compañía, se trata del primer contrato de Sacyr que gana Sacyr Industrial en Panamá y fue adjudicado por la distribuidora panameña Edemet, filial de Gas Natural Fenosa. Sacyr Industrial está presente, además de en España, en Australia, Reino Unido, Bolivia, Colombia, México y Perú con diversos proyectos en sectores de petróleo, gas, infraestructuras eléctricas, plantas de energía o tratamiento de residuos.

Bill Clinton asegura que América Central es la región que más se beneficiará de las energías renovables

EFE.- El expresidente estadounidense Bill Clinton aseguró en Panamá que América Central es la región del mundo que más se va a beneficiar de las nuevas fuentes de energía, siendo también una zona de las que más sufre los efectos del cambio climático. «Es de las regiones que más se va a beneficiar económicamente del cambio en la manera en que producimos y consumimos energía», afirmó Clinton, que visitó el parque eólico más grande de la región, financiado en parte por la Fundación Clinton.

Centroamérica y el Caribe «se están deshaciendo de los derivados del petróleo para generar electricidad y están tomando el control de su propio destino. Los precios serán más bajos, se crearán más negocios y nuevos empleos. Es un ganar-ganar«, apuntó el expresidente. El parque eólico Laudato Si, que cuenta de momento con 106 aerogeneradores, aporta ya «90 millones de dólares de beneficio económico para Panamá«, indicó el que fue el presidente de Estados Unidos durante dos mandatos consecutivos entre 1993 y 2001. «Es una manera elegante de decir que tienen energía más barata«, añadió Clinton.

Los primeros 20 aerogeneradores fueron instalados en 2012 por la empresa de capital español Unión Eólica Panamá (UEP). El resto ha sido enclavado por el conglomerado internacional InterEnergy, el actual desarrollador y gestor del parque, que ha invertido hasta ahora cerca de 436 millones de dólares. En la actualidad, la capacidad de generación máxima del parque es de 270 megavatios, lo que representa entre el 6% y el 7% de la demanda de energía de Panamá. Sin embargo, cuando finalice la cuarta fase del proyecto en enero se generarán en total 337,5 megavatios de energía.

«Es un hito en la industria energética y ambiental de Panamá, ya que los resultados obtenidos durante la operación del parque nos demuestran que la energía eólica es una industria viable económicamente, pero lo más importante, amigable con el medioambiente», sostuvo el presidente de InterEnergy, Rolando González. La introducción de la energía eólica, según InterEnergy, evitará que Panamá emita cerca de 400.000 toneladas de dióxido de carbono y que compre 900.000 barriles de petróleo anuales.

Hasta septiembre el parque eólico aportó al sistema energético panameño un «ahorro de costos operativos de 88 millones de dólares», apuntaron desde InterEnergy. El 75% de la energía que se genera en este complejo se produce en verano, que es cuando hace más viento. «Lo más interesante de la energía eólica es su complementariedad con la hidráulica porque cuando deja de llover comienza a soplar el viento. En verano hay un nivel de generación muy importante», indicó el secretario de estado de Energía, Víctor Urrutia.