Entradas

El nuevo centro tecnológico de Genesal Energy es un «ejemplo de innovación» para la Xunta de Galicia

EFE.- El consejero de Economía, Empleo e Industria, Francisco Conde, señaló que el nuevo Centro Tecnológico de Energía Distribuida de la empresa Genesal Energy en Bergondo (La Coruña) es un «ejemplo de la innovación» por la que están apostando las pymes gallegas para fijar su actividad y crear empleo. «Desde su creación hace 21 años, Genesal tuvo como objetivo clave crecer de forma sostenible, haciendo del desarrollo tecnológico su elemento diferenciador», sostuvo el consejero.

En este sentido, se refirió al liderazgo de la compañía a nivel nacional en el sector de los grupos electrógenos que se debe en buena parte, ha dicho, a su ánimo innovador, reconocido recientemente con un premio que recibió de la Asociación de Ingenieros Industriales de Galicia a uno de sus proyectos de I+D+i. “La empresa cuenta con clientes de primera línea, factura cerca de 15 millones y genera 50 empleos directos de calidad», apuntó.

La empresa bergondesa suministra la energía de emergencia a importantes instalaciones como la central nuclear de Cofrentes en Valencia, y trabaja para infraestructuras gallegas como el aeropuerto de A Coruña o el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo. Además, su capacidad innovadora le ha permitido incluso instalar equipos portátiles preparados para funcionar en condiciones extremas de -20 grados en Finlandia. Esta empresa exporta el 65% de su producción a más de 30 países en cuatro continentes, y cuenta con delegaciones en Perú, Panamá, México y Dubái.

Las centrales nucleares españolas notificaron 46 sucesos al CSN en 2015, 10 más que en 2014

Europa Press.- Las centrales nucleares españolas notificaron al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) un total de 46 sucesos a lo largo de 2015, 10 más que en el ejercicio anterior, según datos del organismo regulador. Todos los sucesos notificados en 2015 se clasificaron como nivel 0 en la Escala INES, es decir, sin repercusión en las personas ni el medioambiente, salvo 2, que recibieron clasificación 1, considerados una anomalía y que se produjeron en los reactores I y II de Almaraz.

En ambos casos, la central notificó la omisión de algunas rondas de vigilancia que se realizan cada hora en las zonas donde existe un riesgo de incendio. El CSN precisó que esta situación no supuso riesgo alguno para la población ni para el medioambiente ni tuvo repercusión en el interior ni en el exterior del emplazamiento. En 2014, todos los sucesos se clasificaron como Nivel 0 en la escala INES.

Por centrales, Ascó (Tarragona) acaparó el mayor número de sucesos, con 17 en sus dos reactores; seguido de Vandellós II (Tarragona), con 10; Almaraz (Cáceres), con 7 en sus dos reactores; Trillo (Guadalajara), 5; Cofrentes (Valencia) 5; Garoña (Burgos), con 1 en situación de cese de actividad; y José Cabrera (Zorita), en proceso de desmantelamiento, con 1. Por otra parte, la Fábrica de Combustibles de Juzbado notificó en 2015 al CSN otros 2 sucesos, también calificados como nivel 0 en la escala INES, frente a un único suceso en 2014.

En todo caso, 3 de los sucesos notificados en 2015 corresponden en realidad a hechos ocurridos en años anteriores. Así, el CSN explica que como consecuencia del requerimiento de notificación efectuado tras una inspección sobre experiencia operativa realizada en 2014, en 2015 se recibieron 4 informes de sucesos notificables (2 de Ascó II, uno de Ascó I y otro de Vandellós II), cuya necesidad de notificación no fue advertida por las centrales cuando realmente ocurrieron.

Se trata de aspectos relacionados con las inoperabilidades de corta duración de sistemas y la realización de forma inadecuada de un requisito de vigilancia. El regulador atómico precisa que en todos los casos el titular adoptó las acciones necesarias para corregir la situación que motiva la notificación. Los sucesos no tuvieron repercusión en los trabajadores, las personas ni el medioambiente y se clasificaron con nivel 0 en la escala INES.

El director de Cofrentes defiende que la central nuclear puede operar a largo plazo

EFE.- El director de la central nuclear de Cofrentes, Tomás Lozano, aseguró, preguntado sobre si la vida de la central debería prolongarse más allá de los 40 años, que está preparada «para operar a largo plazo«, y esgrimió que la mayoría de los países opta por prolongar la vida de las nucleares.

En este sentido explicó que la central, que tiene 31 años, cuenta actualmente con un permiso de explotación válido hasta 2021. «Cuando una central está actualizada y cumple la normativa, está preparada para seguir funcionando», indicó el director de Cofrentes, quien explicó que, de los 45 millones de euros que anualmente invierte la central, 12 se destinan a innovación. Lozano ha comparecido en la comisión de Medio Ambiente de las Cortes valencianas a petición del grupo Compromís, que quería saber las medidas tomadas tras la petición de cierre permanente hecha por el director general de la Agencia Federal Nuclear Belga sobre los 20 reactores nucleares fabricados por la empresa Rotterdam.

Por ello explicó que tanto la fabricación como los materiales empleados en la vasija de Cofrentes son distintos a los de las centrales belgas, y además su fabricante fue japonés, no Rotterdam, mientras que las pruebas efectuadas demuestran que la vasija de Cofrentes está «intacta». Según ha dicho, el diseño de la central es «robusto» y mantiene «amplios márgenes» frente a terremotos extremos, inundaciones extremas o actos malintencionados, pese a lo cual se ha implantado un plan de acción para prevenir esos sucesos. Así, Lozano también ha explicado que la parte interior de las torres de refrigeración de la central se ha cambiado «por completo» y ha defendido que existe una actividad «incesante» de modernización y actualización de las instalaciones.

El director ha reivindicado la fiabilidad de la central, que lleva más de 6 años sin ninguna parada automática y con factores de funcionamiento superiores al 90%, y aseguró que está dentro de las 50 mejores en ratios de fiabilidad, de un total de más de 400 reactores mundiales. En el primer trimestre de 2016 estará completamente finalizado el centro alternativo de gestión de emergencias, un edificio tipo búnker preparado para albergar, en caso de emergencia, a las personas y equipos que tienen que intervenir.

Lozano aseguró que la instalación no impacta en el medio ambiente, pues después de tres décadas «se puede decir» que el fondo radiológico es similar al anterior a su construcción, y contribuye a luchar contra el cambio climático, pues no emite «gases de ningún tipo». Sobre si se construirá un almacén temporal de residuos, indicó que atenderán lo que diga el plan de residuos radiactivos, si bien actualmente el grado de ocupación de la piscina de Cofrentes permite que hasta 2021 se pueda guardar combustible.

Preguntado sobre si la central está preparada ante un ataque del terrorismo islámico, apuntó que se trata de una cuestión confidencial, pero explicó que los atentados del 11S marcaron «un antes y un después», y que hay colaboración «total» con el CNI, las fuerzas de seguridad y otros organismos. Finalmente, destacó que las localidades cercanas a la central reciben 13 millones de euros mediante impuestos, lo que contribuye a su desarrollo social y económico, y la Comunitat percibe 15 millones anuales por el mismo concepto.

La central nuclear de Cofrentes (Valencia) realiza un simulacro de emergencia

Servimedia.- La central nuclear de Cofrentes (Valencia) realizó su preceptivo simulacro anual, conforme a los requerimientos establecidos en su Plan de Emergencia Interior (PEI), con la participación de la Organización de Respuesta ante Emergencias (ORE) del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

La actuación del CSN se ha desarrollado desde la Sala de Emergencias (Salem), realizando el seguimiento del estado de planta y de las actuaciones del titular para la recuperación de las condiciones de seguridad. Según informó el CSN, el simulacro se inició a las 08.52 horas con la declaración de un incendio de duración superior a diez minutos en la subestación eléctrica. Tras este se ha simulado también la pérdida total de alimentación eléctrica y de la capacidad de refrigeración del núcleo del reactor.

En este escenario cuatro trabajadores han resultado contaminados y con heridas de diferente índole. Tres de ellos han sido atendidos y descontaminados en el servicio médico de la instalación, y uno ha sido trasladado al Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid).  La central ha comunicado la superación de los niveles de radiación en el interior de la instalación, así como emisiones radiactivas al exterior, subrayó el organismo.

Ante esta situación, el CSN, en contacto permanente con el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) activado en la subdelegación del Gobierno en Valencia, ha llegado a recomendar, dependiendo de la ubicación de las poblaciones, diferentes medidas: el establecimiento del control de accesos, la distribución e ingesta de pastillas de yodo, la evacuación o el confinamiento de los ciudadanos.  Ante los hechos simulados, la instalación llegó a declarar la categoría de Emergencia General de acuerdo a su Plan de Emergencia Interior, y el CSN ha mantenido activados a los grupos de apoyo de su Sala de Emergencias, tal y como establece el modo 3 de su Organización de Respuesta ante Emergencias.

La Audiencia de Valencia ratifica la absolución de los 16 activistas que entraron en la central de Cofrentes

Europa Press.- La sección tercera de la Audiencia de Valencia ratificó la decisión de un juzgado de lo Penal de absolver de los delitos de lesiones y desórdenes públicos a 16 activistas de Greenpeace y a un fotoperiodista que accedieron el 15 de febrero de 2011 al recinto de la central nuclear de Cofrentes para realizar una protesta contra la energía nuclear.

Los 16 activistas fueron condenados al pago de una multa por daños. En este caso, la sala aumentó la indemnización a la compañía eléctrica Iberdrola, que pasa de 26.779 a 29.012 euros, según consta en la sentencia. Al respecto, el tribunal cree que no es acertada la calificación jurídica sobre el menoscabo en los bienes de la central y desdoblar el resultado de la acción de los activistas, por lo que debe entenderse que el delito de daños, de mayor gravedad y alcance, abarca otros.

Consecuentemente, en la condena por daños incluye la totalidad del menoscabo en los bienes afectados por el comportamiento de los activistas, que deberán abonar a Iberdrola ese importe, correspondiente a 2.232 euros por la sustitución de la valla cortada y por 26.779 euros de la limpieza de la torre de refrigeración, con responsabilidad civil subsidiaria de Greenpeace. Con esta decisión, la sala estima parcialmente los recursos interpuestos por el ministerio fiscal y la empresa, aunque rechaza la petición de la Fiscalía de Valencia, que insistía en que se condenara a los 16 activistas de Greenpeace.

En cuanto al resto de delitos, para la sala, la sentencia recurrida está «motivada» y razonada porque considera que, «tras la valoración de prueba esencialmente personal, no concurren todos los requisitos del delito de desórdenes públicos, sin que dicho razonamiento pueda considerarse arbitrario o irracional». De igual modo, sobre las lesiones, indica que ningún testigo reconoció a ninguno de los acusados como autor, y no aprecia que sea arbitraria o irrazonable la sentencia como para justificar su anulación en el punto de valorar las pruebas.

Para la entidad ecologista Greenpeace, esta sentencia «corrobora de nuevo el carácter pacífico de la protesta, seña de identidad de la organización desde hace más de 40 años». «El intento de criminalizar el activismo pacífico por parte de Iberdrola ha fracasado por segunda vez. No van a evitar que sigamos pidiendo el fin de la insegura energía nuclear. Esperemos que a partir de ahora centren sus esfuerzos en el desarrollo de las energías renovables así como el abandono de las energías fósiles y nuclear», apuntó Mario Rodríguez, director de Greenpeace.

El 15 de febrero de 2011, los 16 activistas realizaron una acción de protesta pacífica en la valenciana central nuclear de Cofrentes. Pintaron Peligro nuclear sobre una de las torres de refrigeración, y por ello se enfrentaban a posibles penas de dos años y ocho meses de cárcel, así como a una multa e indemnizaciones de casi 360.000 euros para Greenpeace como responsable civil subsidiario.