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Entrevista con el ministro

Publica El País una entrevista con el ministro de Energía, Álvaro Nadal, realizada por Miguel Ángel Noceda. Evidentemente se trata de una entrevista ad hoc con motivo del conflicto abierto con la solicitud de cierre de las centrales de carbón por parte de sus empresas titulares, convertido actualmente en el principal caballo de batalla en el ámbito energético en España. Entrevista en la que Nadal reniega que el Decreto presentado sea una respuesta a la reciente solicitud de Iberdrola que algunos medios denominan un «reto al Gobierno» o, como diría el ministro, a la «política».

El ministro Nadal consigue colocar un titular La política energética la hace el Gobierno, no las empresas, reclamando la capacidad de la política para decidir, hacer y deshacer, vía normativa, el marco legal apelando a la «política» en el mismo sentido que utilizan Pablo Iglesias y los retroprogresivos: un modo de pensamiento que confiere todo el poder a la «política” ganadora de unas elecciones y elevada hacia el Gobierno, ante el que los agentes económicos, entre ellos las empresas, están concebidos para ser unos meros brazos armados ejecutores, más allá de su naturaleza empresarial. Potestad que emerge como una amenaza sotovoce de nacionalización de las empresas o de sus activos como han recogido ciertos medios.

Por ello, especialmente en el campo energético, sería preciso distinguir entre política (como proceso de ejercicio de autoridad en la toma de decisiones ejecutivas desde el ámbito del Gobierno, el Parlamento y los organismos reguladores), política (como conjunto de miembros de la clase política y dirigente) y políticas como definición clara de las estrategias que un país se plantea hacia el futuro para organizar una actividad, en un marco jurídico y de gobernanza compartido (en este caso, en la energía y, concretamente, en la electricidad) para conseguir el «bien común». Dicha distinción no es una cuestión menor, puesto que el ministro Nadal mezcla en sus declaraciones intencionalmente estos tres conceptos.

Partamos del hecho de que, en realidad, España no tiene políticas energéticas, que es lo que se trata. Cuestión que, evidentemente, si que le corresponde al Gobierno y, obviamente, a la representación política. Definir un marco completo y predecible dónde actúen los agentes. No tiene un esquema de transición energética, unos objetivos estratégicos de los que se deriven unos objetivos intermedios y finalistas para su consecución, con unas acciones asociadas a los mismos, y que garantice una definición, entre otras muchas cosas, del mix de generación o de los mecanismos estratégicos de potencia de reserva.

Tampoco se define el modelo de gobernanza empresarial, el modelo de mercado (de generación y de comercialización), de precios, tarifas y de competencia en las distintas actividades, el modelo de costes regulados, así como el esquema de ajuste a las directivas y directrices europeas. Por no tener, no tiene ni convicciones concretas, ni una visión integrada de todos los sectores energéticos (inclusive transporte, gas e hidrocarburos) además de evidenciar en muchas ocasiones una contraprogramación entre Energía y Medio Ambiente como se ha podido comprobar durante la reciente Cumbre de Bonn.

Tampoco existe un proceso político en su sentido estricto como mecanismo fiable de elaboración de una política energética, en el sentido de las políticas, basado en el ajuste al Derecho comunitario y al Derecho español, una traslación de los objetivos definidos de forma clara en el ámbito de dónde se ejerce la representación política, esto es en el Parlamento y, como decantación, un mecanismo transparente de estudio, análisis, participación y negociación con los agentes sectoriales.

Realmente, lo que existe en la electricidad es una tenaz lucha de sumo para el control de sus precios eléctricos a efectos de la opinión pública, con los procesos electorales en el punto de mira, que lleva a la congelación de los costes de acceso (aunque aumenten los elementos que lo conforman, como los pagos por interrumpibilidad, y se «intensifiquen» las relaciones cruzadas entre sus componentes, como en el caso de las tarifas de acceso por potencia para favorecer los «compromisos políticos» autonómicos del Ejecutivo). Y todo los demás, son expresiones ambiguas, genéricas y lugares comunes sobre el triángulo economía, medioambiente y seguridad de suministro.

Por lo demás, lo que el ministro reclama es el ejercicio de la autoridad política de forma discrecional y arbitraria, sin limitaciones.  Algo mucho más líquido, incluso en su relación con el Parlamento. Si hay que cambiar una norma previamente aprobada para absorber el déficit tarifario, se cambia, si con eso se compensan o enjuagan los costes de acceso para no subir los precios. Si hay que introducir nuevos mecanismos que afecten a la libertad de establecimiento de los agentes, se interviene. Nadal lo que quiere es una carta blanca y a todos los agentes del sistema eléctrico a su disposición. Eso es a lo que el ministro denomina «política».

Álvaro Nadal asegura que cerrar las centrales nucleares incrementaría un 25% el precio de la luz

Europa Press.- El ministro de Energía, Álvaro Nadal, ha advertido en el Congreso que cerrar las centrales nucleares del país acarrearía un incremento en el precio de la luz del 25%. Lo ha asegurado en respuesta a una pregunta de la parlamentaria de Unidos Podemos, Ione Belarra, sobre la pobreza energética. Además, Nadal también ha señalado que «cerrando las centrales de carbón en las puntas de invierno», algo que según el ministro ha propuesto el grupo parlamentario de Unidos Podemos, «supondría un 15% más de precio«.

El ministro ha recordado que ya existe un bono social aprobado con el consenso del conjunto de la Cámara, excepto el grupo que lidera Pablo Iglesias, en el que «se han fijado niveles de renta, se ha creado la figura del consumidor con vulnerabilidad severa y se ha establecido una aportación del 50% de la factura por parte del sistema energético, en lugar del 100% que hasta ahora corría a cargo de las comunidades autónomas».

Recuerda la anciana de Reus

Sin embargo, Belarra ha hecho alusión a los más de 5 millones de personas que todavía sufren de pobreza energética en España y a los más de 100 euros en el incremento de la factura de la luz que este año tendrán que asumir los españoles. La diputada de Unidos Podemos también ha traído a colación el fallecimiento de una anciana de Reus debido a que se iluminaba con velas después de que su compañía energética le cortara la luz tras no poder pagar la factura. Como respuesta, Nadal ha asegurado que hablar de este caso es solo «demagogia» y «aprovechamiento» para hacer política «no decente». «Nosotros haremos siempre una política en favor del consumidor, industrial o política«, ha sentenciado.

Iberdrola pide a la industria que siga su ejemplo de dejar el carbón y tome medidas contra el cambio climático

Europa Press.- Mientras hay políticos, como el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, que recriminan que el decreto publicado por el Gobierno central para endurecer el cierre de las centrales térmicas «no evita» que puedan clausurarse estas instalaciones, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha pedido a la industria de todos los sectores que «siga su ejemplo» y tome medidas contra el cambio climático porque considera que «el momento de hablar ya ha pasado; ahora es el momento de actuar».

Sánchez Galán ha explicado la decisión de Iberdrola de cerrar sus centrales de carbón para cumplir con su objetivo de reducir sus emisiones de carbono en un 50% en 2030. Así, ha garantizado que la multinacional seguirá haciendo su parte pero necesita que «otras industrias y compañías» sigan su «ejemplo». En este contexto, ha defendido que el camino hacia una economía descarbonizada, sostenible y competitiva «no es un problema sino una oportunidad única que crea valor para la sociedad en su conjunto». «Esta transición necesita esfuerzos continuos y responsabilidad compartida. Tanto las empresas como los gobiernos debemos trabajar juntos más que nunca con el fin de impulsar el mundo hacia un futuro energético más sostenible y económicamente viable«, ha concluido.

“No evita” cerrar las térmicas

Por su parte, Lambán anunció que el Ejecutivo autonómico de Aragón se pondrá en contacto con el Gobierno de España para aclarar los términos del decreto y enmendarlo, dado que «enducere las condiciones para el cierre de una térmica, pero no evita el cierre de una central». Ha añadido que «es fundamental que las centrales térmicas nutridas por carbón autóctono se preserven de una forma especial y esto no ha sido contemplado. La protección del decreto es endeble y otras centrales como las nucleares quedan más salvaguardadas«, ha considerado Lambán.

Greenpeace pide desbloquear los cierres

Por otro lado, la organización ecologista Greenpeace exigió al Gobierno español que, en coherencia con los compromisos adquiridos en el Acuerdo de París, no bloquee el cierre de las centrales térmicas de carbón de Iberdrola de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), sino que «dé un mensaje sólido de lucha contra el cambio climático y asuma un compromiso para el abandono de las energías sucias y a favor de las renovables».

En este sentido, Greenpeace ha aplaudido la decisión de Iberdrola de solicitar al Ministerio de Energía el cierre de sus 2 térmicas en España, que suman 874 megavatios (MW) y que emitieron más de 2 millones de toneladas de CO2 en 2016, al tratarse el carbón del combustible que más contribuye al cambio climático. Dicho plan de cierre incluye el compromiso de mantenimiento del empleo, algo «fundamental», según Greenpeace, para la necesaria transición justa del carbón a la energía sostenible».

Para la organización ecologista, el anuncio de cierre de todas las centrales térmicas de carbón de Iberdrola es «una victoria de la lucha contra el cambio climático», y considera que es «una de las novedades más positivas» de la Cumbre COP23. Greenpeace ha pedido al resto de las grandes eléctricas que operan en España (Endesa, Gas Natural Fenosa, EDP y Viesgo) que informen de sus planes de cierre de sus respectivas térmicas de carbón, para que el Gobierno pueda planificar un nuevo sistema eléctrico sin carbón a partir de 2025.

Subvenciones a los combustibles fósiles

En este sentido, recuerda que, de momento, 3 de las 5 grandes eléctricas (Iberdrola, Endesa y EDP) han pedido que los objetivos europeos de renovables se eleven del 27% al 35% para 2030, en el contexto del debate del paquete europeo de energía y clima. «Pero el Gobierno español no apoya ni más objetivos de renovables, ni más participación ciudadana, sino que quiere nuevas subvenciones para la energía sucia», lamenta.

Greenpeace pide ahora a Iberdrola que «dé el siguiente paso» y anuncie el cierre de sus centrales nucleares y se comprometa a reemplazar esa energía por nueva generación renovable y eficiencia energética, en vez de aumentar la quema de gas. «Una compañía que pretenda ser líder en energía limpia debe presionar por un futuro completamente renovable, facilitando la participación», subraya.

La importancia del compromiso de Iberdrola se pone de manifiesto, según Greenpeace, tras la publicación de los datos del Global Carbon Project, que revelan que las emisiones mundiales de CO2 aumentarán este año en aproximadamente un 2% después de tres años de haberse mantenido estables, con un crecimiento nulo. Este repunte se debe, según la organización, al «lento ritmo» de reducción de las emisiones en la Unión Europea y Estados Unidos y el «anómalo» crecimiento de las emisiones en China.

José Luis García Ortega, responsable del programa de cambio climático de Greenpeace España, espera que el anuncio de Iberdrola sea un «empujón definitivo» para que las otras eléctricas propietarias de térmicas de carbón definan una fecha para el cierre de las mismas y para que el Gobierno «marque un camino claro para un sistema energético 100% renovable en manos de la ciudadanía». «Es vergonzoso que tengamos un Gobierno más fósil que las empresas eléctricas», sentenció.

Energía activa el decreto para impedir el cierre de centrales eléctricas tras el anuncio de Iberdrola de clausurar sus térmicas

Europa Press.- El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ve necesario mantener el carbón dentro del mix energético y, por ello, el Ministerio ha activado el real decreto por el que regula el cierre de centrales eléctricas en España, que tendrá carácter retroactivo y con el que pretende asegurar que las decisiones de cierre sean «coherentes con los instrumentos de planificación energética» y «compatibles con los objetivos en materia de seguridad del suministro, sostenibilidad y precio de la energía«.

Este decreto se aplicará a todos los cierres que hayan sido solicitados desde la consulta pública que lanzó el pasado mes de julio sobre este tema y a los que aún no hayan sido resueltos por la Administración. Por ello, ha solicitado a Iberdrola que remita las cuentas de sus plantas térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) correspondientes a los últimos 3 años. A diferencia del régimen actual, que solo contempla la seguridad del suministro, este reglamento también valorará la coherencia del cierre con el cumplimiento de los objetivos medioambientales y del clima, así como los objetivos del Ministerio en materia de precios y la competencia del mercado eléctrico.

Energía ha explicado que denegará el cierre de una instalación «cuando amenace a la seguridad de suministro eléctrico o a la seguridad del abastecimiento de materias primas, así como cuando suponga efectos desfavorables en los precios de la electricidad, en la competencia en el mercado eléctrico y en el cumplimiento de los objetivos en la planificación de energía y clima vigente». El reglamento establece como ámbito de aplicación las instalaciones de producción de energía eléctrica de potencia superior a 50 megavatios (MW) con independencia de su tecnología, ya que son las que requieren autorización del propio Ministerio para su operación.

Para obtener la autorización administrativa de cierre de una central, será el titular de la instalación quien deberá entregar la solicitud ante la Dirección General de Política Energética y Minas, acompañada de una memoria justificativa en la que se detallen las circunstancias técnicas, económicas, ambientales u otras que fundamenten el cierre, información técnica de la instalación y un plan técnico y económico de desmantelamiento. Una vez recibida la solicitud, será el Ministerio de Energía quien solicitará los correspondientes informes de valoración del eventual cierre a REE, Enagás, CNMC y otros organismos. Energía, teniendo en cuenta los informes, resolverá la autorización o denegación de la solicitud.

Nadal creará ¿primas al carbón?

En caso de denegarla, el titular de la instalación deberá continuar con la actividad por sí mismo o transmitir la instalación a un tercero, lo que podrá hacer, si lo desea, mediante una subasta regulada por el decreto. Esta subasta permitiría establecer si la instalación tiene valor económico para un operador distinto y, siendo este el caso, facilitaría su transmisión para que la central continuase operando. Además, si no se transmitiera a un tercero, podría aprobarse un esquema de compensación por la continuidad de la actividad, que se diseñará para asegurar que se otorga «al menor coste posible» y, en todo caso, con un coste inferior al efecto que tendría la continuidad de la actividad.

«El Gobierno sabe y cree que necesitamos mantener el carbón dentro del mix energético», ha subrayado Nadal al ser preguntado por la solicitud de Iberdrola al Ministerio sobre el cierre de las plantas térmicas. Nadal ha señalado que la compañía energética ha tomado una «decisión empresarial», pero ha remarcado que este tipo de decisiones «tienen que ser compatibles con la política energética», que es la que define el mix energético. En este sentido, ha recordado que el Gobierno está abordando con diferentes partidos políticos el desarrollo de «medios normativos» que permitan que «siempre» sea la decisión de la política energética la que defina el mix.

Iberdrola solicitó al Ministerio de Energía el cierre de las plantas térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), que suman una potencia conjunta de 874 megavatios (MW), una decisión con la que completará el proceso de clausura de todas sus centrales de carbón en el mundo. Asimismo, indicó que el cierre de estas plantas no incidirá en la seguridad del suministro eléctrico, ya que tiene 5.695 MW de capacidad de respaldo en ciclos combinados de gas, ni afectará al empleo.

Iberdrola enmarca esta decisión dentro de su apuesta por las energías limpias y por acelerar su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007. El presidente de la compañía, Ignacio Sánchez Galán, afirmó que con la decisión del grupo de cerrar sus centrales térmicas en el mundo «el porcentaje de la capacidad de producción eléctrica del grupo libre de emisiones quedará en torno al 70%».

Iberdrola dice adiós al carbón solicitando a Energía autorización para cerrar las centrales térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia)

Europa Press.- El Ministerio de Energía «está estudiando» las solicitudes de cierre presentadas por Iberdrola para sus plantas térmicas de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia) pero ha reiterado que su «voluntad» es la de aprobar una normativa para regular el cierre de las centrales de generación eléctrica. Por su parte, asociaciones ecologistas valoraron «muy positivamente» la decisión de Iberdrola de completar el proceso de cierre de todas sus centrales de carbón en el mundo y han considerado que «ese es el camino«.

Las dos plantas de Lada y Velilla suman una potencia conjunta de 874 megavatios (MW). La compañía energética añadió que la petición de cierre no afectará al empleo. En concreto, señaló que recolocará al 100% de la plantilla, 90 empleados en Lada y 80 en Velilla, tanto en las labores de desmantelamiento de ambas plantas, que se extenderán durante 4 años desde la fecha de aprobación de cierre por parte del Ministerio de Energía y supondrán una inversión cercana a los 35 millones de euros, como en otras instalaciones de la empresa. Las zonas ocupadas por Lada y Velilla serán objeto de una restauración paisajística.

Asimismo, indicó que el cierre de estas plantas no incidirá en la seguridad del suministro eléctrico ya que la compañía cuenta con 5.695 MW de capacidad de respaldo en ciclos combinados de gas. Iberdrola enmarca esta decisión dentro de su apuesta por las energías limpias y por acelerar su compromiso de reducción de la intensidad de emisiones de CO2 en un 50% en el año 2030 respecto a los niveles de 2007. En esta línea, recientemente, y junto a otras relevantes compañías eléctricas europeas, la energética ha pedido a la Comisión y Parlamento Europeo que apruebe unos objetivos medioambientales más ambiciosos para el 2030, incrementando la cuota de energías renovables hasta el 35%, frente a la propuesta actual del 27%.

Desde 2001, la compañía eléctrica presidida por Ignacio Sánchez Galán ha clausurado en todo el mundo centrales térmicas que suman casi 7.500 MW de capacidad instalada. Destacan el cierre en 2013 y 2016, respectivamente, de dos grandes centrales de carbón en Reino Unido, Cockenzie y Longannet, cuya potencia conjunta ascendía a 3.600 MW. Asimismo, se han desmantelado en este periodo de tiempo casi 3.200 MW de plantas de fuel oil. Así el porcentaje de la capacidad de producción de electricidad libre de emisiones del grupo quedará en el 68%, elevándose en España hasta el 76%. Con 28.778 megavatios verdes, Iberdrola se ha situado entre las empresas líderes mundiales por capacidad renovable, sobre todo eólica (15.902 MW) e hidroeléctrica (12.756 MW).

Este anuncio de Iberdrola se produce en un momento en el que el Gobierno trabaja para conseguir los apoyos del resto de grupos políticos para desarrollar un decreto para regular el procedimiento de cierre de las instalaciones de generación eléctrica. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, que ha buscado sin éxito los apoyos parlamentarios de PSOE y Ciudadanos para regular este cierre de centrales a través de una ley, ha reiterado que esta decisión no puede depender únicamente de las empresas porque influye en la configuración del mix energético, un tema que debe ser competencia del Parlamento y el Gobierno.

El discurso de Nadal respecto a este tema se endureció a partir de mayo, después de que Enel, principal accionista de Endesa, confirmara que, en base a la vigente normativa ambiental y teniendo en cuenta las actuales condiciones del mercado, cerraría sus centrales de carbón de Compostilla (León) y Andorra (Teruel) antes del 30 de junio de 2020. Asimismo, Gas Natural Fenosa también anunció que acometería un «cese paulatino» de la actividad de su central térmica de Anllares hasta 2019.

Aplauso unánime de los ecologistas

Por su parte, la responsable del programa Clima y Energía de WWF España, Mar Asunción, valoró como «muy positivo que una eléctrica asuma ese compromiso». Asunción subrayó que la organización lleva pidiendo «desde hace tiempo» un calendario para el cierre de las centrales de carbón, algo que el Gobierno «no ha hecho». No obstante, consideró que este compromiso de Iberdrola de cerrar sus térmicas «no es suficiente, aunque es un buen paso», y le animó a hacer lo mismo con sus ciclos combinados y nucleares.

Por su parte, el director de Ecodes y la Comunidad por el Clima, Víctor Viñuales, calificó de «fenomenal» la decisión de Iberdrola y destacó que «ese es el camino desde el punto de vista del cambio climático». Viñuales, que animó a otras compañías a seguir el paso dado por Iberdrola, aseguró que con su decisión demuestra que «va por delante» del resto. Para el responsable de Ecodes, cambiar el mix energético por una apuesta renovable es «bueno para la atmósfera y también para la salud».

La ONU insta a los gobiernos y empresas a tomar medidas «urgentes» para cumplir los objetivos climáticos acordados en París

Europa Press.- La ONU ha instado a gobiernos y empresas a tomar medidas de carácter «urgente» para poder cumplir con los objetivos climáticos acordados en la Cumbre de París de 2015. Así lo recoge el VIII Informe de Brecha de Emisiones Emissions Gap Report de Naciones Unidas, publicado en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Bonn (Alemania).

Este informe considera que las promesas nacionales sólo representan un tercio de la reducción de las emisiones que se requieren para 2030 para cumplir con los objetivos climáticos, e insta a sector privado y acción subnacional a aumentarlas a un ritmo que ayudaría a cerrar esta «preocupante» brecha. El Acuerdo de París busca limitar el calentamiento global a menos de dos grados centígrados, con un objetivo más ambicioso de reducirlo a 1.5 grados. El cumplimiento de estos objetivos reduciría la probabilidad de impactos climáticos severos que podrían dañar la salud humana, los medios de subsistencia y las economías del mundo.

Según advierte la ONU, incluso la plena implementación de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas) condicionales e incondicionales actuales hace muy probable un aumento de la temperatura de 3 grados para 2100, por lo que exige a los gobiernos a hacer promesas «mucho más fuertes» cuando estas sean revisadas en 2020. En el informe, la ONU también alerta de la posible retirada de Estados Unidos de este acuerdo climático: «Si los Estados Unidos cumplieran con su intención declarada de abandonar el Acuerdo de París en 2020, la situación podría ser aún más sombría».

No obstante, el documento presenta formas prácticas de recortar las emisiones a través de una acción de mitigación en rápida expansión basada en las opciones existentes en los sectores de la agricultura, los edificios, la energía, la silvicultura, la industria y el transporte. Así, señala que las medidas enérgicas contra otros forzadores del clima, como los hidrofluorocarbonos, a través de la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal, y otros contaminantes climáticos de vida corta como el carbono negro, también podrían constituir «una contribución real».

«Un año después de la entrada en vigor del Acuerdo de París, aún nos encontramos en una situación en la que no estamos haciendo lo suficiente para salvar a cientos de millones de personas de un futuro miserable», advierte el director de Medio Ambiente de la ONU, Erik Solheim, que ha calificado este hecho de «inaceptable». «Si invertimos en las tecnologías correctas, asegurando que el sector privado participe, aún podemos cumplir la promesa que hicimos a nuestros hijos de proteger su futuro. Pero tenemos que abordar el caso ahora», añade.

El informe también pone de manifiesto que las emisiones de CO2 se han mantenido estables desde 2014, gracias en parte a la energía renovable, especialmente en China y la India. Esto ha aumentado las esperanzas de que las emisiones hayan alcanzado su punto máximo, ya que para 2020 deben permanecer en una trayectoria climática exitosa. Sin embargo, el informe advierte de que otros gases de efecto invernadero, como el metano, siguen en aumento, y que un aumento en el crecimiento económico mundial podría volver a poner fácilmente las emisiones de CO2 en una trayectoria ascendente.

El informe encuentra que las promesas actuales hacen que las emisiones de 2030 lleguen de 11 a 13.5 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e) por encima del nivel necesario para mantenerse en el camino de menor coste para alcanzar el objetivo de 2ºC. Una gigatonelada es aproximadamente equivalente a un año de emisiones de transporte en la Unión Europea (incluida la aviación). La brecha de emisiones en caso de establecer el objetivo de limitar el calentamiento a los 1.5 grados es de 16 a 19 GtCO2e, más alta que las estimaciones previas a medida que nuevos estudios estén disponibles.

Por otro lado, la ONU considera que las acciones prometidas por organismos no estatales y subnacionales (como las ciudades y el sector privado) podrían reducir la brecha de emisiones de 2030. Las 100 empresas emisoras más grandes del mundo que cotizan en bolsa, por ejemplo, representan alrededor de una cuarta parte de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, «lo que demuestra un gran margen para una mayor ambición».

Para ayudar a reducir estas emisiones, el informe propone que se eviten nuevas plantas de energía a base de carbón, así como acelerar la eliminación progresiva de las plantas existentes, asegurando el manejo cuidadoso de cuestiones tales como el empleo, los intereses de los inversores y la estabilidad de la red. Se estima que hay 6.683 centrales eléctricas de carbón en funcionamiento en el mundo, con una capacidad combinada de 1.964 GW. Si estas plantas operan hasta el final de su vida útil y no se adaptan con la captura y el almacenamiento de carbono, emitirían un acumulado de 190 Gt de CO2. El 85% del carbón depende e China, India, Turquía, Indonesia, Vietnam, Japón, Egipto, Bangladesh, Pakistán y Corea.

Para evitar rebasar los objetivos de París, el informe hace hincapié en la inversión en la tecnología en agricultura, edificios, energía, industria y transporte. Esas inversiones, con un coste de inversión de menos de 100 dólares por tonelada de CO2 evitada, a menudo mucho más baja, podrían ahorrar hasta 36 GtCO2e por año para 2030. Gran parte del potencial en todos los sectores proviene de la inversión en energía solar y eólica, electrodomésticos eficientes, automóviles de pasajeros eficientes, la forestación y la detención de la deforestación, según el informe, que señala que centrarse sólo en las acciones recomendadas en estas áreas, que tienen costes modestos o netos negativos, podría reducir hasta 22 GtCO2e para 2030.

Las plantas térmicas y los ciclos combinados, pendientes de los límites de emisiones para acceder a los pagos por capacidad

Javier Angulo / Bruselas.- InnovaEl comisario de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, ha indicado que las mayores dificultades en las negociaciones para fijar los objetivos europeos para el horizonte 2030 se están dando en los mercados de carbono, donde la Comisión Europea y el Parlamento Europeo proponen fijar límites para poder acceder a apoyos económicos como los pagos por capacidad, para ejercer de respaldo de las fuentes renovables, o también a los fondos de modernización.

En este sentido, Arias Cañete ha señalado que la enmienda del Parlamento Europeo de establecer en 450 gramos kilovatio hora el límite de emisiones para las instalaciones que pretendan acceder al fondo de innovación y al de modernización perjudica a muchos países del Este, especialmente a Polonia, que tendría que hacer grandes inversiones para acceder a los fondos. Asimismo, reconoció también que el Parlamento Europeo está dividido en cuanto al límite de 550 gramos de CO2 por kilovatio hora establecido por la Comisión Europea para que las instalaciones de energía puedan acceder a pagos por capacidad, con un periodo de 5 años de adaptación para las existentes actualmente desde que entre en vigor la norma.

En lo que respecta al sector gasista, el presidente de la Comisión de Industria y Energía del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, se mostró partidario de apoyarse en el gas y los ciclos combinados en el proceso de transición energética en detrimento del carbón. “El gas es un combustible fósil pero es dos veces mejor que el lignito”, aseveró el expresidente del Parlamento Europeo. Cañete fue más comedido en este ámbito y llamó a escoger certeramente las inversiones para no poner en riesgo en ningún momento a la seguridad de suministro.

La sequía dispara las emisiones de CO2 procedentes de la generación de electricidad en 2017 un 28,13% respecto a 2016

Europa Press.- Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la generación eléctrica entre enero y septiembre de 2017 aumentaron un 28,13% respecto al mismo periodo de 2016, ya que la sequía ha provocado que la energía hidráulica cayera casi a la mitad hasta el 30 de septiembre, según datos de Red Eléctrica de España (REE).

Concretamente, la energía hidráulica disminuyó un 49,5% hasta septiembre y cayó un 29,1% durante el noveno mes de 2017 por la falta de agua, por lo que la demanda eléctrica en España se ha compensado con energía generada a partir del carbón y de los ciclos combinados de gas, que son energías más caras y también más emisoras de CO2.

Así, en lo que va de año se han emitido en el conjunto de España 52.990.411 toneladas de CO2 debidas a la electricidad, de las que 30.318.938 toneladas de CO2 se debieron a la generación por carbón y 10.069.124 toneladas de CO2 al gas (ciclo combinado). Estas cifras, suponen un 28,13% más que en el mismo periodo del año pasado (41.354.702 toneladas). El año pasado el carbón en el mismo periodo emitió 21.960.124 toneladas de CO2, es decir, un 27,52% menos, y el ciclo combinado, 8.614.516 toneladas de CO2, un 14,45% menos que este año.

Según datos de Red Eléctrica de España, por el contrario, la energía generada con carbón ha crecido un 39,5% en este año y, en la misma línea ascendente se sitúa el ciclo combinado, que ha aumentado un 42,6%, al mismo tiempo que la energía eólica disminuyó un 9,8% en lo que va de año, aunque repuntó un 4,7% en el mes de septiembre. En total, desde septiembre de 2016 a septiembre de 2017, la hidráulica ha generado un 42,6% menos de electricidad y la eólica ha perdido también un 12% en el mismo periodo. Asimismo, se genera un 25% más de energía con carbón que hace un año y un 44% más de ciclo combinado.

Importante descenso de las renovables

Los datos apuntan que en el último mes disminuyó un 5,9% la generación renovable para suplir la demanda eléctrica, pero si se compara con los datos de hace un año, la electricidad procedente de energías renovables se redujo en un 22,9%. Así, las emisiones de CO2 asociadas a la generación eléctrica alcanzaron 7.089.179 toneladas en julio; 6.038.501 toneladas en agosto y 5.720.637 toneladas de CO2 durante septiembre a nivel nacional. De estas, el carbón supuso más de la mitad de las emisiones de CO2 en julio, 4.098.000 toneladas de CO2; entorno a la mitad en agosto, 3.079.792 toneladas y 2.919.485 toneladas de CO2 por carbón correspondieron al mes de septiembre.

Según fuentes de Red Eléctrica, la falta de energía hidráulica por la sequía y de eólica, que disminuyó por la falta de viento, se está compensando con carbón y gas, mientras la nuclear permanece constante. En los datos, según subraya, tiene importancia Canarias, que fundamentalmente depende de combustibles fósiles, al no tener interconexión eléctrica. Así, en septiembre, las centrales nucleares, que no emiten CO2, aportaron el 24,9% de la generación y se convirtió en la fuente de energía con mayor peso en la producción eléctrica.

En segundo y tercer puesto se situaron el ciclo combinado, con el 17,2%, y el carbón, con el 14,9% respectivamente. En su conjunto, las renovables contribuyeron a la demanda eléctrica con un 29,8% del total y, debido a la disminución de la generación hidráulica junto con el aumento del ciclo combinado, volvieron a producir un descenso de la energía renovable del 0,5% respecto al 2016.

Si bien, del total de la energía generada, el 54,4% en septiembre fue libre de CO2 (renovables + nuclear). En la actualidad, a finales del mes de septiembre las reservas hidráulicas se situaron en un 29,2%, casi 17 puntos por debajo que en septiembre de 2016 y 3,4 puntos menos que en el mes de agosto. Según admite Red Eléctrica, en términos hidroeléctricos, el mes de septiembre fue seco respecto a la media histórica de este mes. En cuanto a la producción eólica peninsular en septiembre, llegó a 2.793 gigavatios hora, lo que supone un 4,7% más frente al mismo mes de hace un año.

Finalmente, el precio final de la demanda en la Península en septiembre fue de 56,36 euros por megavatio hora, lo que significa un aumento del 3% respecto al mes anterior y un 10,3% más frente a septiembre de 2016. Sin embargo, la demanda fue un 3% menor en este mes. Este dato también tendría relación con la sequía y la eólica, ya que la demanda se está abasteciendo con carbón y gas que España adquiere en el exterior, lo que provoca un aumento del precio.

Arias Cañete se muestra partidario de elevar el objetivo de renovables al 40% para 2030 a pesar de los sobrecostes

Europa Press.- El comisario de Acción Climática y Energía de la Comisión Europea, Miguel Arias Cañete, se ha mostrado a favor de elevar los objetivos en renovables fijados en el Acuerdo de París, que se establecieron en un 27% para 2030, y elevarlos al 40% a pesar de los costes mayores de lo previsto que esto supondría.

Arias Cañete ha explicado el escenario que se está viviendo en Bruselas con respecto a la implantación de renovables y que pasa por la «poca ambición» de la Comisión Europea, que prefiere mantener el reto en el 27% acordado, mientras que el Parlamento Europeo es más «tolerante» y apuesta por aumentar el objetivo a entre un 30% y un 40%.

En este sentido, ha destacado la labor del ponente de renovables, el socialista español José Blanco, que ha calificado de «excepcional» por su intención de llevar hasta el 35% la cuota de las energías verdes. Esta cifra sería, además, vinculante a los Estados miembros y también tendría objetivos nacionales. Preguntado por esta propuesta de Blanco, el comisario ha reconocido que no sabe si será posible asumirla, pero se ha mostrado «confiado». «Yo creo que va a proponer el 35%, pero si se llega al 40%, bienvenido», insistió el exministro español.

Arias Cañete ha recordado que este aumento de los objetivos sigue la línea de lo solicitado por el Congreso de los Diputados, que ha instado al Gobierno, a través de una moción de Unidos Podemos acordada finalmente con el PSOE y Ciudadanos y apoyada por Esquerra Republicana, PDeCAT, Compromís, UPN y Bildu, a defender en el marco comunitario objetivos verdes más exigentes y a marcar como objetivo un uso de renovables del 40% en 2030.

A pesar de apoyar esta iniciativa, el exministro ha reconocido que en Bruselas va a ser un «debate complicado» por las cifras que aporta cada órgano y porque aumentar los objetivos va a suponer un sobrecoste. En concreto, ha indicado que pasar de un 27% a un 30% supondrá hasta 1.600 millones más al año entre 2021 y 2030, mientras que llegar al 40% implicaría un aumento de 87.000 millones anuales en el mismo periodo.

Aún así, el comisario ha señalado que desde el Parlamento Europeo se ha solicitado una nueva modelización sobre renovables porque, según apunta Arias Cañete, cuando se realizó la propuesta se usaron datos de 2014 y, en estos 3 años, los precios de las energías verdes, «sobre todo la fotovoltaica, la eólica y la eólica marina, han descendido de forma significativa«. Así, ha explicado que «los costes de implantación son menores a los estimados» hasta el punto que alcanzar el 27% acordado en 2030 supondría 2.900 millones de euros menos al año, entre 2021 y 2030.

Durante su intervención, Arias Cañete también se refirió a los objetivos en emisiones y, en referencia a España, explicó que su horizonte de reducción en 2016 se situó en un 16%. En este sentido, se ha mostrado optimista y auguró que el país está «en camino de cumplir el objetivo para 2020». «Pero los de 2030 son más ambiciosos y las complicaciones empiezan con estos nuevos objetivos«, concluyó el comisario.

Otra de las cuestiones referidas por el comisario ha sido el de limitar los pagos por capacidad, tal y como reclamaba la moción aprobada por el Congreso, como un «último recurso» del sistema eléctrico. Preguntado por esta cuestión por varios de diputados, Arias Cañete asegura que, en ese sentido, su visión «coincide» con la postura expresada por la mayoría parlamentaria.

«Tiene que ser una opción de último recurso. No puede ser generalizado», ha aseverado, ya que si se efectúan aun pudiendo recurrir a una producción suficiente de otras energías, constituirían «lisa y llanamente una ayuda de Estado«. Así, ha abogado por que en la directiva se establezca «una definición muy limitada y acotada» de esta opción, pues cree que deben de ser «transitorios, no limitados».

Estos pagos por capacidad, defendidos por el ministro de Energía, Álvaro Nadal, permiten recurrir a energías de respaldo en momentos en los que las renovables no suministran suficiente potencia al sistema, retribuyendo de forma adicional para compensar el coste de mantener sin actividad estas centrales de generación, como las térmicas. Asimismo, Arias Cañete ha reivindicado el análisis de alternativas previo a esos pagos, como el de las interconexiones y que, si hay que recurrir a éstos, se hagan dentro de una dinámica de oferta y demanda para abaratar los costes.

Los límites de emisión para esos pagos por capacidad, sin superar los 550 gramos de CO2 por megavatio en línea con la propuesta de la Comisión. Para el comisario, estos límites no afectan a la elección de mix energético por parte de cada país, sino a los pagos por capacidad, dentro de un proceso progresivo de descarbonización. Los límites diferencian a las nuevas plantas, que si superan esos límites no son retribuidas, y las existentes, que tienen un plazo de 5 años. «Lo que se plantea es si hay períodos transitorios más largos para apoyar a las existentes», ha apostillado.

En todo caso, Cañete ha explicado que tanto el Parlamento Europeo como el Consejo de Europa son partidarios de limitar aún más las emisiones para estos pagos y llevarlos hasta 450gr/MW, un techo «más ambicioso que el de la Comisión», algo que comparte. Respecto a reservar un acceso prioritario a la red energética de las energías renovables, Cañete ha llamado a hacer «una reflexión más profunda» pues ha argumentado que estas posiciones podrían tener sentido «cuando eran marginales». «Piensen que vamos a llegar a una generación superior del 50%. Tienen que competir en mercado», sentenció.

El PSOE asturiano considera «una barbaridad» el cierre de las térmicas en 2020 que apoyó el PSOE en el Congreso

Europa Press.- Mientras el PSOE de León pide al secretario federal del PSOE, Pedro Sánchez, que rectifique su posición sobre las térmicas y el carbón, el secretario general del PSOE de Asturias, Adrián barbón, se ha mostrado rotundo y ha considerado «una barbaridad» el cierre de las térmicas en 2020, una cuestión que «no va a respaldar». Barbón se ha mostrado así contrario a la decisión que el Grupo Socialista adoptó en el Congreso de los Diputados apoyando la iniciativa de Podemos.

«La credibilidad de las personas se basa en la coherencia y si hace dos meses dije que estaba totalmente en contra del cierre de las térmicas porque consideraba que era una locura y hablaba de la necesidad de una transición justa, pues si lo dije entonces lo digo hoy», ha dicho Barbón. Así ha insistido en que su posición como secretario general del PSOE de Asturias es defender una transición justa, una posición que imagina “mayoritaria en los socialistas asturianos».

Piden rectificar a Pedro Sánchez

Por su parte, el secretario general de los socialistas leoneses, Tino Rodríguez, ha enviado una carta al secretario federal del PSOE, Pedro Sánchez, en la que le solicita una rectificación «inmediata» al voto a favor de una medida propuesta por Podemos que pone en peligro la continuidad de las centrales térmicas, en especial las tres existentes en León, y «asesta un duro golpe al carbón». El líder de los socialistas leoneses cree que este cambio de actitud del PSOE contraviene los compromisos adquiridos por Pedro Sánchez en León con los militantes leoneses y le pide que rectifique, que cambie de posición y no le dé la espalda a unas cuencas mineras que han confiado de manera mayoritaria en el PSOE.

Tino Rodríguez ha argumentado que los socialistas leoneses, «y con especial intensidad los alcaldes y militantes de los municipios mineros», han combatido «férreamente» el azote que ha sufrido el sector minero de carbón como consecuencia de los recortes y «maltrato ejercido por el PP desde la llegada de Rajoy al Gobierno de España«. El secretario provincial del PSOE ha indicado que está «radicalmente en contra» de la decisión que el Grupo Socialista adoptó en el Congreso de los Diputados, una decisión «cortoplacista y sin consenso en el seno de la Unión Europea que, de llevarse a cabo, supondrá la muerte total de las cuencas mineras».

Garantizar la seguridad de suministro

Rodríguez también ha recordado que los socialistas leoneses defienden que, en el modelo de transición energética que pudiera llegar a desarrollarse, el carbón autóctono sea reserva estratégica para «garantizar la seguridad de suministro y juegue un papel clave dentro del mix energético nacional» y añade que el PSOE de León defiende la pervivencia de las centrales térmicas «como un elemento de seguridad de suministro eléctrico».

Por último, Tino Rodríguez ha apostado por la defensa de la aprobación inmediata de un marco legal de garantía de suministro a través del denominado despacho preferente, que blinde el uso de combustibles fósiles autóctonos bajo la consideración de servicio público a través del mecanismo que se contempla en la Directiva Europea de Mercado Interior de la Electricidad y que países como Eslovenia y Eslovaquia tienen operativo en la actualidad.