Sobre el castigo al sector energético en la Bolsa y como lo amplifica la regulación

El ‘crac’ bursátil en que nos hallamos, fruto de la crisis de crédito, parece que se ha cebado en las empresas energéticas españolas (que tienen descensos más importantes que la media de los índices bursátiles). Un serio correctivo del que no es ajeno la actuación de la actual Administración, con la Secretaria General de Energía al frente y sus sucesivas medidas regulatorias, que no hacen sino amplificar en determinados sectores las consecuencias de una coyuntura desfavorable.

Como hemos podido seguir, se trata de una política para ‘laminar’ los ingresos de las empresas eléctricas (con el fin de evitar crecimientos en la tarifa, dada la incapacidad política de presentarlas) a partir de rebañar y expropiar ingresos de las empresas eléctricas: eliminación de garantía de potencia, detracción de los derechos de emisión vía Real Decreto Ley. Por otro lado, la regulación actual atiende a modelos pasados, decimonónicos, que desconfian de un sector en que la competencia ha crecido sustancialmente en los ultimos años y no se tiene un modelo de adónde se quiere llegar. Y a un frentismo injustificado y suicida: Administración-Red Eléctrica vs.empresas y agentes sectoriales.

De todo esto, hay suficientes análisis financieros internacionales que circulan señalando con el dedo la inseguridad jurídica para las empresas energéticas españolas. Todo esta actuación y ejecutoria parte de dos premisas. La primera, de obviar el mundo financiero, quejarse de que injusto es el mundo del dinero en tiempos de globalización. La segunda, que las decisiones políticas tienen que ser digeridas los mercados como se le ocurra al regulador (o mejor dicho como se le ocurre al político metido a regulador) y no de acuerdo con el comportamiento (legítimo) de los agentes empresariales y económicos.

En conjunto y en sentido contrario, se sigue alimentando el déficit tarifario (al final de 2008 se alcanzarán casi a los 19.000 millones de euros). Dado que no hay aumentos de tarifa, y los que existen son inferiores a la inflación real, este déficit cada vez supone una mayor cantidad de principal e intereses que se ‘calza’ en la factura.

Consecuencia, la insuficiencia de la tarifa es mayor para atender a todos los costes y corre el riesgo de crecer en espiral. Mayor coste de la energía (de acuerdo a la propia evolución internacional y eso con los costes más bajos de Europa), mayor coste de la financiación del déficit, tarifa topada, mayor déficit, mayor deuda acumulada. ¿Podemos en este estado plantear al Banco de España que refuerce la calidad de los activos del déficit tarifario?. ¿Hay seguridad de que se puede financiar la porción de intereses y principal a través de la tarifa?.

Conclusión: ni campeones nacionales, ni empresas europeas. Riesgos para la inversión, erosión y abaratamiento del valor de las empresas. Revitalización de las teorías leninistas de involución del mercado hacia el Marco Legal Estable, basado en la retribución mediante costes declarados medios.

En todo caso, es preciso realizar una lectura atenta de estos resultados en la Bolsa, de las responsabilidades políticas, económicas y de mercado en las que nos hallamos (recuerden, hay más de una). A alguien tendría que preocupar la realidad sectorial y sus consecuencias presentes y futuras. Alguien que piense.

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