¿Por qué no te callas?

La frase que el Rey Don Juan Carlos profirió a Hugo Chávez con motivo de su comportamiento insidioso en la Cumbre Iberoamericana, ha dado la vuelta al mundo y ha tenido una repercusión que aún colea en los medios de comunicación, y que seguramente, perdurarán si se mantiene la incontinencia verbal del presidente venezolano, pertrechado por sus petrodólares y por la necesidad de ganar un plebiscito para instalarse en el poder. Es decir, que Chávez está en campaña.

Algo parecido en el sector energético, en una escala menor, pero tan importante para el sector como Chávez, fueron quizá las declaraciones de la presidenta de la Comisión Nacional de Energía, advirtiendo de la apertura esta semana de un expediente sancionador a una empresa de distribución petrolífera por actuaciones contrarias a la competencia. Toda la semana ha sido un trasiego de especulaciones que circulaban en el sector, que ayer tuvo su paroxismo mayor en lo minúsculo de la decisión difundida por los medios en este sentido. Según los teletipos de agencia, la Comisión Nacional de Energía, abriría un expediente informativo a una gasolinera en Jerez de la Frontera (a la que por cierto, se le requieren informaciones en uno de los actos procedimentales que sigue con habitualidad el organismo, y en la propia información conocida). Con lo cual, se ha tratado de desactivar claramente el perfil de escándalo que se preveía. Parece que, en primer lugar, tiene poco que ver con el perfil incendiario de lo ocurrido la semana pasada y que, comparativamente no se corresponde la expectación generada por la declaración mediática de María Teresa Costa, con el resultado de un enorme desasosiego tanto en las empresas como en los servicios técnicos del órgano regulador independiente, asediados por periodistas y empresas ante tamaña señal.

Del mismo modo, ayer el Consejo de Administración de la CNE trató también el informe de los servicios técnicos sobre la necesidad de crecimiento de tarifas hasta en un 30 %. El trasfondo es obvio, como la Comisión Nacional de Energía tiene que asumir su papel de ‘poli malo’ en el asunto de las tarifas, para que al final Industria, decida mantener estables e inamovibles las tarifas con respecto a la inflación, como si la tarifa fuera la tabla del IRPF.

El hecho es que, que este informe se filtrase a los medios de comunicación previamente a su tratamiento en el Consejo, fue algo que escoció especialmente entre los Consejeros en la sesión de ayer. Algo que se unió al estado sectorial generado por el anuncio de la presidenta en TV, en las empresas y en el propio organismo por el asunto de la investigación y sanción a una empresa petrolífera. De hecho, si en el primer caso, las deliberaciones del Consejo se refieren a un proceso informativo a una estación de servicio, en el segundo caso, el del informe sobre las tarifas y las deliberaciones sobre el mismo, los servicios de la Comisión salieron con el encargo de revisar y rehacer parte del contenido. Con lo cual, dentro de unos días puede que se vuelva a repetir este tráfago de información, y de versiones en los medios de comunicación para Administración en campaña, para escarnio de la CNE y beatificación del gobierno, a través del Ministerio de Industria y su defensa ‘apasionada’ del consumidor ‘inconsciente’ de sus costes.

En consecuencia, a veces, parece ser que una de las máximas de los periodistas es ‘no news, good news’. Es decir la mejor noticia es que no hay noticia, aunque pueda parecer que ha defraudado dadas las expectativas generadas desde hace una semana. No obstante, alguien debería evitar que estas cuestiones fuesen pasto de las portadas, tuviesen capacidad de generar inquietud e incertidumbre, sin que se tratara previamente en los medios de comunicación, generando un clima de alarma y preocupación en las empresas, agentes económicos, financieros, consumidores, etc… Desde estas instituciones es preciso información fiel, completa, precisa, explicativa y transparente de estos procesos de indudable impacto en los mercados y sectores económicos, garantizando la seguridad jurídica en las investigaciones que se realizan y la naturaleza pública de los órganos colegiados.

No vaya a ser que se instale el ‘chavismo verbal’ en la acción de la Administración y de los agentes reguladores, porque necesiten una campaña o participen en la que viene. No vaya a ser que alguien tenga que decir en algún momento a alguien «¿por qué no te callas?»

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