Los expertos piden medidas para garantizar la demanda de petróleo tras la crisis

Esta es la principal conclusión a la que han llegado los expertos reunidos en el XX Congreso Mundial del Petróleo celebrado en Londres, que han coincidido en la necesidad de un «ajuste global» que permita asegurar el consumo de petróleo en todo el mundo cuando la crisis toque su fin y la demanda y los precios se estabilicen.

En este sentido, el secretario adjunto del Departamento de Energía de EEUU, Al Hegburg, aseguró que desearía ver en el mercado «tanto petróleo como sea posible».

Por su parte, Jean-Arnold Vinois, responsable de Política y Seguridad Energética de la Comisión Europea, insistió en la necesidad de acuerdos multilaterales que permitan «avanzar desde la dependencia hacia la interdependencia energética».

A su juicio, es tal la importancia de garantizar el abastecimiento energético que la Unión Europea ha incrementado sus exigencias mínimas para las reservas de emergencia de crudo.

Aunque ninguno de los dos políticos quiso especular sobre el tiempo que el mercado del petróleo tardará en salir de su particular crisis, ambos se mostraron confiados en que la demanda comenzará a recuperarse a medida que los «brotes verdes» de la economía se vayan consolidando.

El ministro de Exteriores holandés y experto en seguridad energética, Peter van Leeuwen, consideró que en un plazo de 2 a 5 años el precio y la demanda de petróleo volverán a su nivel normal, un momento «crucial» en el que la prioridad será conseguir que haya «oro negro» para todos.

Por su parte, los expertos recomendaron a la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que no permita que los precios vuelvan a cotas tan elevadas como las del pasado verano, ya que se trata de un nivel que no es sostenible a largo plazo y podría provocar nuevos desequilibrios en el mercado.

En julio de 2008, tanto el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, y el de Texas, de referencia en EEUU, alcanzaron su máximo histórico al cotizar a 147,27 y 150,12 dólares, respectivamente, más del doble de su valor actual.

Además de la seguridad energética, los ponentes también hicieron especial hincapié en la necesidad de replantear el «mix energético» operativo en la mayoría de países desarrollados y orientarlo hacia un modelo bajo en carbón, menos agresivo con el medio ambiente.

«Si nos dirigimos hacia una economía baja en carbón hay que empezar ahora mismo», indicó el miembro del Departamento de Energía estadounidense, que aseguró también que la nueva administración Obama «ha llevado a cabo muchos cambios estructurales en muchos temas, incluido éste».

Desde la Comisión Europea, Vinois insistió en el compromiso «20-20-20», que implica la reducción de un 20 por ciento de las emisiones en 2020, así como la mejora de la eficiencia en otro 20 por ciento y el incremento en este mismo porcentaje del peso de las energías renovables a finales de la segunda década del siglo XXI.

Así, destacó los proyectos europeos para diseñar plantas de recogida y almacenaje de carbón en Alemania, Países Bajos, Polonia, Reino Unido, Italia y España, que contará con una instalación en León.

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