La operación que surgió del frío o como Gas Natural se zampó a Unión Fenosa

A la tercera va la vencida. Y parece que la operación de adquisición de Unión Fenosa al grupo ACS que preside Florentino Pérez, por parte de Gas Natural fue posible después de varios intentos del grupo gasista que había enfrentado previamente operaciones de mayor envergadura para hacerse con Iberdrola y con Endesa.

Operaciones que desde el punto de vista financiero eran de complicado encaje (fuerte apalancamiento y ecuaciones de canje en las que los papelitos de la nueva compañía sufragan la operación sin poner pasta por delante) y que, en el ultimo caso, en el de Endesa, desató el proceso que dio lugar al cambio de manos de la eléctrica. Así, Endesa en ese momento empezó a estar en un escaparate internacional hasta que se completó este proceso que ha sido casi paralelo. Por eso, es particularmente llamativo como Salvador Gabarró se lamentara en «El País» en una entrevista reciente de que la compañía de sus desvelos pasados pasase a manos italianas.

Por otro lado, también hay que reconocer que, en su momento la posición de Rodrigo Rato hizo todo lo posible para desbaratar el intento de operación con Iberdrola, y en aquellos tiempos, la Comisión Nacional de Energía, también tuvo que ver, y mucho en el sorpasso, para disgusto del hoy desaparecido Pedro Meroño.

Por eso, Gas Natural a partir de ese momento, como buen gato escaldado que del agua caliente huye, y con la prevención que se tiene en Catalunya a los asuntos que dependen del poder central, había preparado exquisitamente sus operaciones en el ámbito político con todos sus flecos. La operación de Endesa tuvo su período de sacristía en la Oficina Económica del Presidente y ésta operación, la “refinitiva”, de proporciones mucho más asequibles, también ha tenido su “cocina”. Eran los tiempos en que la energía estaba en manos del PSC, con el tridente Joan Clos, Ignasi Nieto y Maite Costa, con lo cual el camino parecía más allanado, pero en eso que llegó Pizarro, E.ON y Enel, por este orden y, un nuevo repliegue fue necesario para Gabarró, Villaseca y, en el proscenio, para Antoni Brufau. La piedra de toque era tener a Rodrigo Rato en la propia órbita de La Caixa.

Por tanto, el curso para Gas Natural empezó un año antes y se ha cerrado recientemente con la aprobación por parte de las Juntas de las dos empresas de la fusión y el cierre de la OPA. Partamos del hecho de que la integración de gas y electricidad tiene un sentido estratégico claro desde el punto de vista energético. Partamos del hecho de que Gas Natural tenía un tamaño antes de la fusión que no era ni grande ni pequeño, sino todo lo contrario y partamos del hecho de que la generación de tesorería de los contratos de suministro de gas oficiados en su momento por Alfonso Guerra había permitido generar un plus en la capacidad de cierto ensoñamiento con respecto a aspirar a metas empresariales de operaciones corporativas de mayor volumen y enjundia.

Pero también podemos colegir como la nueva empresa Gas Natural+Unión Fenosa ha reconfigurado de nuevo un monopolio en el aprovisionamiento de gas en nuestro país. Si la operación parece impecable desde el punto de vista de integración del gas y la electricidad (dónde se podría constituir un operador alternativo a las dos grandes eléctricas Endesa e Iberdrola), parece que la acumulación de capacidad gasista ha sido sobreseída tanto por los analistas energéticos, económicos y de competencia de los medios de comunicación, como por la propia Comisión Nacional de Competencia (a la que dedicaremos un artículo completo de este Resumen del Curso).

Del mismo modo, la CNC determinó unas medidas suaves (“cumplibles, asumibles”, que es lo peor que puede declarar un interesado el mismo día que se conocen) tanto en generación (con desinversiones fundamentalmente en electricidad) como en el ámbito de la comercialización, dónde además se producen solapamientos en la competencia en gas y electricidad, en determinados ámbitos geográficos, dónde seguramente las dos empresas son comercializadoras de ultimo recurso, respectivamente en los dos mercados simultáneamente.

Todo ello después de que desde el punto de vista del análisis de la operación se concluyera que la venta de Unión Fenosa se había realizado a precios altos (y beneficiosos, como es obligación del vendedor) para ACS y Florentino Pérez, lo que ha generado para el comprador, un fuerte apalancamiento, poco margen para las operaciones de desinversión obligatoria, necesidad de algunas voluntarias no estratégicas (que se tendrán que ejecutar en momentos malos para la venta) y, una cierta complicación larvada, con los derechos de tanteo con ENI en el caso de Unión Fenosa Gas (la pieza que sería la joya de la corona en el engarce de la operación) y también, aunque en menor medida, con Enel, a través de Eufer y su negocio de renovables.

En el plano directivo, las mayores críticas a la operación se derivan de la salida del equipo eléctrico de Unión Fenosa, en especial dos pesos pesados, dos históricos muy respetados y reputados en el sector: Honorato López Isla y Juan Luis López Cardenete, lo que se evalúa como dos pérdidas fuertes para la nueva empresa que debe reforzar sus equipos en el sector eléctrico. Por su parte la salida de José María Paz no ha tenido la misma unanimidad sectorial, más bien al contrario. En todo caso esta depuración directiva se está haciendo a golpe de talonario, lo cuál siempre endulza el trance, después de que Florentino Pérez acordara un incremento del bonus en el tiempo de descuento (¡qué símil este, el futbolístico!)

Luego, en todo lo externo, por parte de Gas Natural, si que ha existido más miramiento en lo que se conoce de la operación de cara a garantizar durante un tiempo, un cierto decoro, la imagen compartida y la atención a varios hechos diferenciales como, por ejemplo, el gallegusimo de la empresa adquirida.

Por tanto, esta operación surgió del frío gélido del fracaso de las operaciones anteriores y de la lección bien aprendida. Hoy, la nueva empresa, se enfrenta además a la caída de la demanda gasista y a unas condiciones de mercado difíciles marcadas por la crisis. Lo que está claro es que la nueva empresa tendrá que asumir un nuevo papel en el sector eléctrico y energético. Por tanto, así se zampó Gas Natural a Unión Fenosa. Ahora toca la digestión.

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