La petrolera estatal mexicana Pemex se marca como objetivo reducir deuda y salir de pérdidas en 2019 o 2020

EFE.- Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció un plan para reducir su deuda y abandonar las pérdidas en 2019 o 2020 mediante un «proceso de recuperación gradual, pero sostenido», según su director general, José Antonio González Anaya, que presentó el Plan de Negocios 2016-2021, que contempla escenarios «conservadores» y busca la rentabilidad de la empresa estatal en un entorno de precios bajos del crudo.

«Es el primer Plan de Negocios que toma como eje rector la rentabilidad», aseguró el directivo, quien añadió que comenzó a aplicarse «hace varios meses». El «reto a corto plazo», señaló, es ajustar la estructura de costes para que se adapte al escenario global de precios petroleros, acelerando la instrumentación de la reforma energética impulsada por el Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que abrió las puertas a la iniciativa privada en el sector petrolero.

En su último informe financiero, la compañía pública reveló que tuvo una pérdida neta de 13.528 millones de dólares en los primeros nueve meses de 2016, un 25,2% menor a la registrada en el 2015. González Anaya subrayó que las finanzas de Pemex son «mejorables, pero estables» gracias a iniciativas como el ajuste presupuestario por 5.128 millones de dólares anunciado en febrero, la reforma de su sistema de pensiones y las ayudas del Gobierno federal.

El Plan de Negocios está basado en «premisas realistas y supuestos conservadores», sin hacer previsiones «optimistas» sobre el precio del petróleo y los tipos de interés y los de cambio. Pemex mantendrá en sus tareas de exploración y producción la «disciplina administrativa» y se concentrará en aquellas «asignaciones rentables después de impuestos», dijo el director general. La petrolera tiene contemplado un «plan agresivo de farm outs«, las asociaciones estratégicas entre una empresa que tiene los derechos de explotación y producción y migra estos a otra o varias firmas. Esto permitirá incrementar la producción un 15% y «aumentar la rentabilidad de Pemex de manera importante», afirmó.

Las primeras alianzas en aguas profundas, someras y campos terrestres ya están en marcha, y González Anaya puso como ejemplo la licitación del bloque Trión del Golfo de México, en la que Pemex tendrá una participación del 45%. Explicó que la compañía pretende acabar con el «falso dilema entre Pemex y la Secretaría de Hacienda», porque los dos pueden «ganar«. «Si hacemos la implementación de los farm outs, se puede construir un escenario en el cual aumenta la recaudación en términos reales para Hacienda y a su vez existe un alivio fiscal para Pemex«, destacó.

En cuanto a su subsidiaria dedicada a la perforación y servicios, el objetivo es «transitar de dar servicio a Pemex para darlo a otras compañías», dado que cuenta con activos para ello, defendió González Anaya. Asimismo, las alianzas también serán clave en la transformación industrial, que incluye la refinación y el procesamiento de gas, para «revertir las pérdidas económicas y operativas» y en la actividad logística, con el fin de que se atienda a varios clientes «en un mercado competitivo».

Pemex trabajará para paliar un problema que el directivo calificó como «gravísimo», el robo de combustible. Además, Pemex reconoce que «falta mucho por hacer» en relación con la seguridad, ya que el índice de accidentes en la empresa sigue estando por encima del estándar internacional. El secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, afirmó que Pemex «requería un golpe de timón hacia la modernización». «El modelo regulatorio al que por décadas estuvo sujeta Pemex le hizo afrontar tempestades» y asumir «por sí misma» todos los riesgos geológicos, financieros y operativos, recordó.

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