Irán, el único que gana con la crisis del precio del petróleo, mientras Venezuela aboga por una “hoja de ruta”

EFE.- El ministro venezolano de Petróleo, Eulogio del Pino, abogó por la elaboración de una «hoja de ruta» para elevar el precio del crudo hasta los 60-70 dólares/barril, valor que Caracas considera «equilibrado», después de que en Doha no se llegara un acuerdo para congelar la producción. De hecho, el hundimiento global de los precios está dejando a Irán como uno de los pocos ganadores, posiblemente el único, de una crisis que también está cobrándose un precio político en muchos países.

La combinación de unos valores mínimos del petróleo, la mala gestión política del asunto por parte de Arabia Saudí y el resto de las monarquías del Golfo Pérsico, acérrimos rivales regionales de la República Islámica, y el fin del embargo internacional sobre los hidrocarburos iraníes han colocado al país asiático en la paradójica situación de que cualquier evolución que se produzca en este asunto redundará directamente en su beneficio. El fracaso de la reunión de Doha entre los mayores productores de crudo ha subrayado esta extraña posición de fuerza de Irán, cuya ausencia, aunque anunciada, fue clave en el desacuerdo.

Pero es que con acuerdo o sin él, con precios bajos o altos, o sin que nada cambie, Irán va camino de cumplir importantes objetivos políticos y económicos, viendo además con regocijo el fracaso de los planes de sus rivales. Lo cierto es que, acostumbrado a vender un volumen de petróleo muy por debajo de sus posibilidades, ahora cualquier barril extra que venda reporta beneficios para Irán por muy bajo que sea su precio en el mercado, algo que no puede decir ningún otro productor.

Por el contrario, un recorte en la producción de sus competidores que sirva para elevar el precio del crudo, como el debatido en Doha, permitiría a Teherán obtener mayores ingresos sin renunciar a sus intenciones de recuperar la cuota de mercado que tenía antes de la imposición de sanciones en 2011. Con las decenas de empresas que llaman a sus puertas para comprar petróleo tras el fin de las sanciones, Irán va camino de cumplir con su objetivo de inyectar 2 millones diarios de barriles al mercado a lo largo de 2016, lo que pone más presión a los productores agobiados por los bajos precios.

«El mercado es consciente de que los bajos precios no ayudan a la economía global ni a corto ni a largo plazo. El barril a 70 dólares es algo razonable, pero Irán está también satisfecho con un precio por debajo», reconoció el ministro de Petróleo iraní, Bijan Zanganeh. Con una economía infinitamente más diversificada que la saudí, y con la perspectiva de una oleada de inversión extranjera en el país que permita relanzar su economía, Irán puede permitirse esperar una recuperación del precio del crudo, algo que los árabes, desesperados ante el rápido deterioro de sus arcas, no pueden hacer.

“Ruta» para elevar el precio

Por otro lado, Eulogio del Pino insistió en el III Foro Nacional de Petróleo y Gas de Rusia en la necesidad de congelar la producción de crudo a los niveles de enero, como única vía para evitar la sobresaturación del mercado y propiciar la recuperación del precio. «Lo que proponemos es que esa discusión continúe en la reunión de la OPEP, y lo que planteamos es que los países que fueron a Doha sean observadores en la próxima reunión de la Organización el próximo junio», anunció. Del Pino se refería a que, al igual que en Doha, se invite a los países productores que no pertenecen a la OPEP, como Rusia, México, Tayikistán o Azerbaiyán.

«Seguir las discusiones es la mejor forma de poder llegar a un acuerdo que se nos ha hecho tan complicado», añadió el venezolano, que asegura que congelando ahora la producción «en el primer trimestre del 2017 se equilibrarían los precios entre 60 y 70 dólares». Según Del Pino, si no se congela la producción de petróleo, existe el riesgo de un nuevo desplome de los precios, lo que tendría graves consecuencias negativas tanto para los productores como para los consumidores y podría llevar incluso al «colapso de la economía mundial».

Polemizó con el ministro venezolano el presidente de la mayor petrolera privada rusa, Lukoil, Vaguit Alekpérov, quien se mostró escéptico ante la iniciativa y aseguró que no cree en la imposición de mecanismos reguladores en el libre mercado. El magnate petrolero indicó que el precio del petróleo «ya tocó fondo», cuando alcanzó 27-28 dólares por barril, y que ahora, pese a que no hubo acuerdo en Doha, se mantiene en torno a 42-43 dólares. «Esto quiere decir que entramos en un período de estabilidad de los precios y de tendencia de crecimiento. Estoy seguro que para comienzos del 2017 el precio del crudo será del orden de 50 dólares», subrayó.

El ministro de Energía de Rusia, Alexander Novak, expresó sus dudas de que los miembros de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) alcancen el consenso necesario para congelar la producción de crudo y auguró que esta medida puede perder su actualidad en unos pocos meses con los cambios que se observan en los mercados. En todo caso, Novak señaló que para este año se espera un incremento de la extracción de petróleo en Rusia, que puede superar 540 millones de toneladas, cuando en 2015 se extrajeron 534.080 millones.

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