Iberdrola y Scottish Power ya son una

El Tribunal confirmó la reducción de capital de Scottish Power de acuerdo con la legislación del Reino Unido, según anunció la propia empresa en un comunicado dirigido a la Bolsa de Valores de Londres. Con esa autorización se hace realidad la integración de ambas firmas, cinco meses después de su gestación el pasado noviembre.

Las acciones de Scottish Power dejarán de cotizar en Londres a partir de hoy, coincidiendo con el inicio de cotización en Madrid de las nuevas acciones de Iberdrola.

Scottish Power anunció además la renuncia, según las condiciones del acuerdo, de su Consejo de Administración, formado por Charles Miller, Philip Bowman, Simon Lowth, Euan Baird, Donald Brydon, Peter Hickson, Nick Rose y Nancy Wilgenbusch.

La integración de las dos eléctricas fue aprobada a finales de marzo por las juntas de accionistas de ambas empresas, pero faltaba que el tribunal escocés diera luz verde a la operación, valorada en 17.100 millones de euros.

El acuerdo de compra suscrito entre las dos compañías establece el pago de una parte en metálico (el 52,3 por ciento) y de otra en acciones propias de la eléctrica española (el 47,7 por ciento restante).

El precio fijado es de 777 peniques (11,5 euros) por acción: 400 peniques en metálico, 365 peniques en acciones propias y 12 peniques a través de un dividendo especial.

Para cubrir el pago, la Junta de Accionistas de Iberdrola aprobó el 29 de marzo una ampliación de capital de 8.625 millones de euros, la mayor de su historia, mediante la emisión de hasta 263,4 millones de acciones nuevas.

La compra de Scottish Power recibió el apoyo del 99,45 por ciento del capital presente o representado en la Junta de Iberdrola, que se celebró en Bilbao.

El 30 de marzo, los accionistas de Scottish Power aprobaron, con el voto a favor de más del 97 por ciento del capital presente o representado, la fusión con Iberdrola.

Se trata de la segunda mayor operación realizada por una empresa industrial española en el exterior, por detrás de la compra de la compañía británica O2 por Telefónica en 2005.

El grupo resultante de la operación tendrá un valor de empresa de 66.000 millones de euros, sólo superado por EDF (127.000 millones) y E.ON (75.000 millones).

Iberdrola y Scottish Power acumulan fuertes revalorizaciones

Las acciones de Iberdrola y de Scottish Power acumulan una revalorización de 4.660 millones de euros desde que se anunció la operación.

Durante los últimos cinco meses, la cotización de Iberdrola ha subido un 11,7 por ciento, desde los 32,75 euros a los que cerró el 27 de noviembre (víspera del anuncio de la compra de Scottish) a los 36,6 euros del pasado jueves, último día de cotización del grupo escocés.

De esta forma, la capitalización bursátil de Iberdrola ha aumentado en 3.471 millones y ha pasado de 29.526 millones, el 27 de noviembre, a 32.997 millones, el pasado jueves.

Del mismo modo, las acciones de Scottish Power han pasado de 734,98 peniques a 802 peniques en el mismo periodo, con lo que su valor ha subido desde 16.384 millones a 17.573, 1.189 millones más.

Fitch rebaja la calificación de Iberdrola

La agencia internacional de evaluación del riesgo Fitch rebajó ayer hasta «A+» y «A» las calificaciones crediticias de Iberdrola, con perspectiva negativa, tras completarse la compra de Scottish Power.

Fitch, que mantuvo la «F1» a corto plazo de Iberdrola, confirmó las asignaciones de la eléctrica británica, «BBB+» y «F2» a corto plazo, con una perspectiva estable.

La rebaja aplicada a Iberdrola refleja el impacto negativo que la adquisición puede tener en el comportamiento crediticio del grupo combinado, con un deterioro de la deuda, indica la agencia en un comunicado.

La perspectiva negativa se debe a los desafíos potenciales de integrar las dos empresas y gestionar el grupo resultante.

Fitch controlará el progreso de su plan de refinanciación, y examinará la evolución financiera de la compañía combinada, que determinarán futuras calificaciones.

Las asignaciones de Scottish Power, que estaban bajo vigilancia negativa desde el 2006 a la espera de que se completara la operación con Iberdrola, fueron confirmadas, pero podrían verse aumentadas en el futuro dependiendo de los progresos de la integración del grupo.

Los principales retos para la empresa española consistirán en gestionar eficazmente las plantas de carbón, de las que el grupo escocés tiene un buen número. Fitch espera que personal especializado de Scottish Power continúe en la nueva empresa, que también deberá enseñar a Iberdrola a desenvolverse en el mercado británico, mucho más desarrollado que el español.

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