El CSN informa favorablemente de varias actuaciones para la reapertura de Garoña, cuyo informe tendrá listo a partir de julio

Redacción / Agencias.- El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) apreció favorablemente varias actuaciones en el marco del proceso de evaluación de la renovación de la licencia de la central nuclear de Garoña (Burgos), solicitada por Nuclenor hasta 2031, aunque el informe final sobre la cuestión se prevé para la segunda mitad del año. El informe tiene carácter preceptivo y vinculante; si es negativo obligaría al cierre de la planta y, si es positivo, dejaría la decisión última en manos de Industria.

Según comunicó el CSN, el pleno apreció favorablemente varias modificaciones que recogía la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) emitida por el organismo regulador en 2014. Así, acordó informar favorablemente de la revisión de las especificaciones técnicas de funcionamiento que pidió mejorar a Nuclenor para renovar su licencia, así como a la modificación de diseño sobre la independencia y separación física de circuitos y sistemas eléctricos de la división eléctrica B; las mejoras del aislamiento de la contención primaria y la modificación de diseño sobre la protección de equipos relacionados con la seguridad frente a la caída de la cubierta del edificio de turbina tras un incendio.

La decisión se ha adoptado por mayoría de los consejeros del pleno, salvo el de la consejera y exministra de Medio Ambiente Cristina Narbona, que ha votado en contra de todos los puntos a excepción de uno relacionado con la modificación de los requisitos de operación del edificio de almacenamiento de Garoña de material usado en el que se realizan actividades de reacondicionamiento de residuos radiactivos de media y baja actividad. Estas actuaciones estaban previstas en la guía de evaluación por el cuerpo técnico para evaluar y emitir el informe solicitado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, de cara a que el Gobierno emita o no una autorización para que la planta de Burgos vuelva a producir electricidad.

El titular de Garoña, Nuclenor, pidió al Ministerio autorización para volver a operar hasta marzo de 2031, es decir, hasta que el reactor llegue a los 60 años de operación. Esta circunstancia es inédita en España, de modo que supondría rebasar los 40 años de actividad en un reactor, como ocurrió hasta ahora con las centrales nucleares de José Cabrera (Zorita) y Garoña, que se encuentra en situación de cese de explotación desde 2013. El regulador atómico ha informado de que está previsto que la remisión de ese informe al Ministerio «se produzca durante el segundo semestre del presente año».

Todos los grupos parlamentarios del Congreso, salvo el PP, habían registrado en el CSN una carta para pedir al presidente del organismo regulador, Fernando Martí, una moratoria en el proceso de renovación de la licencia de la central burgalesa. Los representantes de PSOE, Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV, EH-Bildu, IU-Unidad Popular y Compromís demandaban en la misiva que se detenga el proceso de evaluación hasta la formación de un nuevo gobierno «al que corresponda la decisión final sobre el informe preceptivo que emita el organismo regulador».

«Otorgar una nueva licencia para que Garoña sea comercialmente explotada hasta 2031, aunque esté sometida a un informe condicionado por el regulador, podría permitir a las compañías propietarias la reclamación de pérdidas por lucro cesante, en caso de que el próximo gobierno decidiera mantener la actual orden ministerial de cese de explotación definitivo, causando graves problemas a la Hacienda Pública», alertan. Según subrayan, se trata de una renovación «inédita» en la historia de la seguridad nuclear de España porque permite una autorización administrativa de 17 años consecutivos, cuando «jamás en España se había dado una renovación de autorización de explotación por más de 10 años».

Por estos motivos, consideran que «es debida» una detallada explicación a la ciudadanía y a sus representantes en el Parlamento de las implicaciones técnicas, económicas y medioambientales que conllevaría esta «inédita renovación«. En este sentido, las formaciones parlamentarias firmantes recuerdan que Garoña está parada desde diciembre de 2012, «por decisión unilateral y voluntaria de su empresa propietaria», a la vez que advierten de que esta situación «no ha supuesto ningún problema» para el suministro eléctrico y «podría seguir en esta situación durante unos meses más».

1 comentario
  1. LuisBravo
    LuisBravo Dice:

    Garoña no cumple, ahora mismo, las normas mínimas de seguridad

    – test de stress- de la Unión Europa, tras Fukushima I ( reactor gemelo a Garoña,

    mismo modelo, e inaugurados con una diferencia de meses en 1971).

    Adaptar Garoña a la seguridad mínima exigida por la Unión Europa

    tiene un coste de más 300 millones de euros.

    Demasiado dinero para una nuclear obsoleta….se cerró el 16 diciembre 2012

    …y seguirá cerrada.

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