El Consejo de Seguridad Nuclear descarta que exista riesgo radiológico en Tarragona

El Consejo de Seguridad Nuclear ha descartado, tras inspeccionar la central nuclear de Ascó, que exista riesgo radiológico en la provincia de Tarragona, aunque está analizando las actuaciones del titular por posibles incumplimientos que puedan dar lugar a un expediente sancionador.

Según los resultados obtenidos por los inspectores del Consejo, el impacto radiológico de este suceso sobre los trabajadores, los miembros del público y el medio ambiente está «muy por debajo» de los límites reglamentarios establecidos.

El CSN ha clasificado provisionalmente el suceso como «Nivel 1» en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares, por las deficiencias en el control del material radiactivo. Esa escala abarca desde el 0 (sin trascendencia para la seguridad) hasta el 7 (accidente grave); de acuerdo con esta escala, el 1 es una «anomalía».

El Consejo está analizando si la vigilancia radiológica efectuada hasta ahora se debe complementar con medidas adicionales, y su presidenta, Carmen Martínez-Ten, ha pedido comparecer en el Congreso para informar del incidente. Además, el CSN informará de todo lo ocurrido en la Comisión Local de Información que ha convocado el Ministerio de Industria para el próximo miércoles, en la que estarán presentes alcaldes, vecinos y organizaciones de la zona.

Según la información facilitada por el Consejo de Seguridad Nuclear, sus inspectores han confirmado que el suceso que originó la contaminación se produjo durante las operaciones de limpieza en el edificio de combustible, que se realizaron durante la última recarga de la Unidad I, el pasado 26 de noviembre. Aquel día se recogieron con una aspiradora los restos de agua y lodos del canal de transferencia que no habían sido extraídos por la bomba de vaciado, y lo que se recogió -unos 50 litros- se vertió en la piscina de combustible gastado en una zona próxima a las rejillas de aspiración de la ventilación, contaminando así el sistema de ventilación de este edificio, ha aclarado el CSN.

La ventilación estaba funcionando en modo de emergencia, por lo que el caudal de aire se hacía pasar por una batería de filtros de alta eficiencia, que impide la posible emisión de material radiactivo al exterior. Tras días después de aquella operación se paró la ventilación de emergencia y se conectó la ventilación normal, que no filtra el aire, momento en que «con toda probabilidad» debió comenzar el arrastre de partículas contaminadas residuales, alojadas en los conductos de ventilación, hacia el exterior de la planta a través de la chimenea.

Según el relato de los hechos proporcionado por el CSN, el pasado 14 de marzo, en el transcurso de la vigilancia radiológica semanal en el exterior de los edificios, se detectó una partícula radiactiva en el suelo, próxima a la esclusa de equipos del edificio de contención de la Unidad I, que fue «inmediatamente retirada», y la empresa amplió la frecuencia de vigilancia en esa zona.

El pasado día 2, el titular amplió la vigilancia a zonas aledañas y encontró nuevas partículas en las terrazas del edificio de combustible, auxiliar y de penetraciones mecánicas, por lo que optó por volver a ampliar la vigilancia a las terrazas del resto de edificios y al suelo del emplazamiento dentro del doble vallado. En esta ampliación de la vigilancia se encontraron nuevas partículas dispersadas en la dirección dominante de los vientos, siempre en el suelo de la zona de la Unidad I, y el pasado viernes se incorporaron a la vigilancia las zonas exteriores al doble vallado dentro del emplazamiento de la central, y también se volvieron a encontrar «algunas» partículas radiactivas en la dirección dominante del viento. Entonces, según el CSN, se observó que el número de partículas disminuía con la distancia al foco de emisión, y no se encontró ninguna en las proximidades del Ebro.

Las partículas se han ido retirando «a medida que se detectaban», según el organismo que vela por la seguridad nuclear, que ha aclarado que ya tenía información de la contaminación del sistema de ventilación del edificio de combustible y del programa de descontaminación y limpieza del mismo, y que recibió la primera información sobre el hallazgo de partículas en el exterior el pasado jueves.

El viernes, tras analizar la información facilitada por el titular de la central, se estableció un plan de actuación que incluía el envío de un equipo de seis inspectores a la planta, que han realizado mediciones «independientes» y han recabado información sobre las actuaciones que se han llevado a cabo desde que ocurrieron los hechos.

Las partículas encontradas son fundamentalmente de Cobalto-60, Manganeso-54, Cromo-51 y Hierro-59, y el material se ha encontrado «en forma de puntos» y no de una contaminación uniformemente distribuida en el terreno.

La Comisión Local de Información de Ascó se reunirá el próximo miércoles de forma extraordinaria para analizar la fuga radiactiva ocurrida en noviembre de 2007 en la central nuclear Ascó I, que se conoció el pasado sábado después de que Greenpeace denunciara los hechos.

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