Dos estudiantes del MIT idean un sistema para generar energía a partir de los pasos humanos

Dos estudiantes de arquitectura del Massachussetts Institute of Technology (MIT) han sido los ganadores de un concurso internacional por un proyecto que consiste en aprovechar la energía generada por el ser humano como fuente de energía sostenible.

El concurso, que forma parte del Foro Holcim 2007, patrocinado por la Fundación Holcim para la Construcción Sostenible, está centrado en el tema de la transformación urbana.

James Graham y Thaddeus Jusczyk fueron los candidatos ganadores. Su proyecto pretende recoger los movimientos de la masa humana mediante el desarrollo de una «Granja de Gente». El principio de su propuesta se basa en la noción de que la producción de energía sostenible en el futuro se apoyará cada vez menos en el uso de centrales eléctricas estáticas y más en otras formas de micro-generación, más variada y dispersa, y procedente del agua, del viento, del Sol, de la actividad geotérmica, e incluso del propio ser humano.

Como demostración de su idea, han ideado una silla que aprovecha el acto pasivo de sentarse para generar energía. El peso del cuerpo sobre el asiento hace girar sobre sí misma una peonza, conectada a una dinamo que produce electricidad.

A partir de ahí, y con la ayuda de su profesor, los estudiantes desarrollaron el concepto de «Granja de Gente» hasta conseguir aprovechar la energía generada por el simple hecho de caminar. Así, mientras que la energía que produce el movimiento de una sola persona es relativamente leve, la energía que puede obtenerse de los movimientos de toda una población podría ser bastante significativa. Por ejemplo, un paso podría alimentar durante un segundo dos bombillas de 60 watios. Si multiplicamos ese paso por 28.500, la energía producida será suficiente para mover un tren durante un segundo. Y si lo multiplicamos por 84 millones… entonces tendríamos suficiente energía para «alimentar» el lanzamiento de un transbordador espacial.

La energía del movimiento humano se aprovecharía mediante un sistema de pavimentos activos, formado por bloques que se hundan ligeramente bajo el peso de los pasos humanos, absorbiendo vibraciones que de otra forma se desaprovecharían. Este sistema tectónico facilitaría la creación de nuevos paisajes urbanos en los que el movimiento de las personas jugaría un papel esencial.

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