Iberdrola en el punto de mira

La aparición en la agenda pública de la operación de adquisición de Iberdrola por parte de ACS y EDF no ha podido ser más abrupta y proclive al escándalo. Y, al mismo tiempo, las fórmulas empleadas por los protagonistas para realizar los sucesivos desmentidos al respecto, del gobierno, de ACS y de EDF no dejan de transparentar el trasfondo configurado como un imaginario colectivo insistente. Una cosa es lo que pasa (la realidad), otra lo que se dice, otra lo que se transparenta y, finalmente, lo que se interpreta. Es pura teoría aplicada de la comunicación.

Así, por ejemplo, en su versión oficial ACS explica que “no había llegado a un acuerdo con EDF para adquirir Iberdrola”, las declaraciones de ayer Clos se remiten a las propias de ACS y, también las propias declaraciones del Presidente de EDF al respecto, dejan tantas sombras de dudas e interrogantes que va a ser difícil que puedan configurar una versión que sea tranquilizadora y creíble. Todos, en sus declaraciones, calculadamente ambiguos, ninguno ofreciendo versiones taxativas, claras y sin dobleces en su formulación. Más bien todo lo contrario, todos estos desmentidos confirman y engordan la versión intrínsecamente perversa y, a la vez, intrínsecamente conspiradora de la connivencia entre gobiernos y de que la operación se ha estado urdiendo en el plano hispano-francés y germano-español. Tanto es así que, las versiones oficiales confirman tanto en proporción directa y gracias a su expresión no verbal, todo lo que tratan de sofocar los desmentidos redactados por los abnegados jefes de prensa y su tendencia al disimulo. Menuda misión.

El primer problema, obviamente es de credibilidad, partiendo del dejà vu, de nuestra historia reciente, que nos remite a la operación contra Endesa. Una operación que casi parece un calco. La diferencia principal está en la oportunidad del momento, que puede evidenciar una cierta torpeza e incontinencia en su manejo. Fíjense para comprobar todos estos extremos en la postura del Gobierno, en que la empresa gala es pública, en las declaraciones de Clos (¿recuerdan las de la Cadena Ser la mañana que se supo públicamente la irrupción de Enel?) y en el ejercicio de defensa que ha comenzado a hacer el propio Ignacio Sánchez Galán. Ibedrola y Sánchez Galán saben que están en el punto de mira, por mucho que les intenten convencer de lo contrario.

Una de las primeras cuestiones a confirmar es si el gobierno ha amparado esta operación, habiéndole cogido el gusto al inquietante ‘mercadeo’ con las empresas españolas, a fin de que sean troceadas, divididas, jibarizadas y engullidas por operadores exteriores y preferiblemente con titularidad pública. Hoy nadie duda de la acción del Gobierno en la tramoya en la operación sobre Endesa y parece que los encuentros, las cumbres europeas sirven de escenario para cerrar operaciones de esta magnitud entre los distintos ejecutivos, en una persistente y muy extendida versión. ¡Qué afán!.

Por tanto, lo que si parece claro es que será una de tantas de esas cosas que ‘volverán empezarán a pasar’ a partir del 10 de marzo, en la mejor tradición de los gobiernos intervencionistas, al modo latino de ‘intervenir en la economía’. Es decir que está aparcada y latente. Va a ser difícil que esta cuestión se esconda, que se distraiga la atención en estos dos meses y se coloque debajo de las alfombras. Por lo tanto, este adelanto de planes, es una cuestión especialmente inoportuna para Moncloa, que debe estar escociendo especialmente. El hecho de que se hayan podido precipitar los acontecimientos fruto combinado de la crisis bursátil, la incontinencia especulativa a la vista de los bajos precios y del ensañamiento regulatorio, del denominado, efecto Nieto no hace sino introducir elementos de incertidumbre a que la operación llegue a buen puerto y, además, no tenga imprevisibles consecuencias políticas.

Si fuera así, antes o después de las elecciones, supondría un paso más en la política de intervencionismo y de almoneda de las empresas españolas, que confirma la configuración de la Moncloa y la Oficina Económica del Gobierno como ‘Gran Hermano’ del sector empresarial español. Lo que sí es evidente que Zapatero, su ministro de Economía, su ministro de Industria, el director actual de la Oficina Económica y el anterior, tener, no tendrán política empresarial ni energética para nuestro país, pero sí tendencia y facilidad para las relaciones.

No se trata, en este caso, ni en el de Endesa, de un ejercicio de proteccionismo hacia las empresas españolas, ni de posiciones contrarias contra los intereses (legítimos) de empresas foráneas, públicas, con más altas tarifas, estabilidad regulatoria, respeto por sus gobiernos y mucha liquidez, si les dejan. Se trata de que las empresas no son moneda de transacción, de la necesaria ajeneidad de un Gobierno a las operaciones empresariales, de no intervencionismo público, de que quienes tienen que decidir son sus accionistas ante un proyecto empresarial concreto, formulado en condiciones definidas y predecibles, no sean hostigadas regulatoriamente por la autoridad competente y se presenten en liquidación. Se trata de que no sean expuestas en un escaparate y se les devalúe por la propia acción de gobierno.

Todo ello, a la vez, confirmaría así nuevamente muchas cuestiones que estaban en el “candelabro”: el papel de Solbes en el Gobierno, antes y después de las elecciones (¡qué silencio el suyo en todo este escándalo desafortunado de precampaña!), el fuerte riesgo de la política empresarial del Partido Socialista en esta legislatura, la entrega de abundante munición a Manuel Pizarro en su papel de número 2 del Partido Popular y solidario de Sánchez Galán. Obviamente, en este estado el Partido Popular, con Pizarro, primer ejemplo de esta política, debe ser firme y coherente y evitar la tentación de la escena del sofá, máxime en un momento tan delicado e inoportuno como la campaña y la precampaña electoral.

La lucha promete ser cruenta y no ha hecho nada más que empezar. El hecho de que no haya salido nadie a cuerpo limpio confirma lo peor.

La energía, Caperucita Roja y la globalización

La historia siempre tiende a repetirse y por los caminos más inextricables. Generalmente el perfil personal se asemeja, persona que accede a un puesto de responsabilidad en la Administración, con envidiable juventud, procedente en términos ideológicos de áreas fronterizas de la izquierda con otros fenómenos que emplean el adjetivo revolucionario en su denominación. Hoy ese enfoque se ha diluido en otros fenómenos como el ecologismo o la antiglobalización.

Fruto de determinadas (y legítimas evidentemente, a la par que discutibles) convicciones ideológicas mantienen un enfoque de que la actividad de un sector económico ha de ser pública, principalmente, y además mantienen fuertes recelos hacia la iniciativa privada y las empresas. Ese tipo de perfil es un caldo de cultivo idóneo para los intervencionistas de tradición, que también los hay y en abundancia, dado que encuentran su agosto en influir en el predispuesto o predispuesta, y al tiempo, encontrar su parcela de influencia y poder.

Y, en el caso de que, como mal menor tenga que existir iniciativa privada, entienden que ésta tiene que tener fuertes controles, utilizar a las empresas como meros instrumentos al servicio del gran hermano planificador, de forma que se les determine qué tienen que hacer, cuando, de qué forma y a qué precio. Son por tanto una primera forma un tanto ‘chusca’ de outsourcing de la Administración de turno. Da igual que se trate de proveer servicios sanitarios que de proveer de servicios de telecomunicación o de energía. Es una forma de legitimar el intervencionismo, basado en que la consideración de lo que tiene que ser un servicio o un suministro es siempre un bien común o un bien público y su conocimiento reside en un planificador, que entre otros fines tiene el de maximizar su propio beneficio y ocupar los mercados y la actividad de los sectores.

En esto que nos situamos en el primer gobierno de Felipe González, y nos aparece como Directora General de Energía, Carmen Mestres. Mujer que venía precedida de un indudable perfil ideológico. Su apodo, malévolo y naif a la vez, era Caparucita Roja. Y todos recuerdan como su objetivo era, en los tiempos en que Iñigo de Oriol era presidente de UNESA, seguir una política fuertemente intervencionista con las empresas energéticas, hacer más bien de lobo que de Caperucita. Al parecer esos brotes revolucionarios duraron poco: el tiempo de conocer el sector y de que empezara a surtir efecto la necesidad de pragmatismo, algo que el propio presidente del Gobierno entonces imprimió en la Administración con mucha claridad y celeridad.

Entre el año 1982 y hoy han pasado más de veinticinco años y hemos asistido a un fenómeno imparable, la globalización. Un fenómeno que se caracteriza por la libertad de movimientos a nivel mundial, de capitales, de personas y de información. En los sectores económicos esto se traduce en que los inversores tienen muy pocas barreras de entrada y de salida de unos sectores a otros, y los entornos financieros se han hecho tremendamente eficientes con respuestas casi instantáneas, que recogen y descuentan las condiciones de un mercado. Por tanto, cuando en un sector como el energético español se le castiga duramente a través de la regulación, con una acción persistente y poco pensada, es fácil que las condiciones financieras del mismo ser reflejen en un castigo en Bolsa. Y, hemos hablado en estas páginas del efecto sobre Iberdrola (y como se ha facilitado que se adquiera por una empresa extranjera al haber reducido su valor), pero las consecuencias sobre Acciona (y el endeudamiento derivado de su operación corporativa junto con Enel para adquirir Endesa) y las propias Enel y Endesa, reflejan las consecuencias ignominiosas de esta actuación.

Todo cuento tiene su moraleja. La procedencia y trayectoria ideológica de cada uno no debe ser excluyente en ningún caso para el ejercicio de cargo público. Ni siquiera la situación y posicionamiento en el momento en que un cargo público está en ejercicio requieren la necesidad de conversión a un modelo en concreto. Lo que sí es la moraleja de este minicuento, es la necesidad de gestionar y dirigir un sector con pragmatismo e inteligencia, y no con dogmas, retos y enfrentamientos. Conociendo las implicaciones inversoras y financieras del mismo, conociendo las reglas del mercado de forma que sea más transparente y eficiente (tanto las actuales y anticipando las consecuencias de las mismas). Elaborando políticas de futuro claras y enviando señales nítidas a los agentes en lugar de contradicciones (fíjense lo que está pasando con las renovables o en la política medioambiental de derechos de emisión del carbono). Respetando los principios de legalidad y estabilidad jurídica, es decir regulando bien, que es la esencia de la inversión de los agentes, que puedan predecir el futuro. Comprendiendo las realidades de un mercado internacional en que la intervención de la Administraicón en un país en un entorno globalizado sólo puede ser negativa. Sin el apriorismo de ejercer la intervención, para buscar a toda costa arañar y erosionar a las empresas para jibarizarlas y dejar un sector convertido en un Gulag. En el ámbito energético, necesitamos, por tanto, gestores no intervencionistas, que sepan vincular a los sectores económicos con las políticas estratégicas (y lógicamente que las elaboren primero, claro).

Si no, acabaremos diciendo que viene el lobo. A lo mejor ya está aquí.

La picana preelectoral energética o los augurios de Lampedusa

Lampedusa, en El Gatopardo, asentía que todo debe cambiar para que todo permanezca igual. Las ceremonias y fastos preelectorales, con sus ofertas, no dejan ver el bosque, el transfondo del ejercicio de poder político futuro, en el marco de las formulaciones ambiguas y propuestas más o menos calculadas en función de los colectivos a los que va dirigida la campaña de cada partido.

La Oficina Económica del Gobierno sigue a todo gas. Por todo Madrid circula que la Oficina Económica del Gobierno, con David Taguas a la cabeza, sigue ejerciendo de indisimuladamente, dirigiéndose de forma abrupta a las empresas y a distintos sectores económicos, pese a los requerimientos de Pedro Solbes de que se reduzca sustancialmente este Gabinete para la siguiente legislatura. Además, confirmando todos los augurios, parece que la desaparición de la escena pública de Miguel Sebastián fue momentánea y, por ello, solamente táctica, participando muy activamente en el programa socialista. Para colmo, las insinuaciones del diario Cinco Días sobre la operación de EDF e Iberdrola, vuelven a la Teoría de la Oficina: las empresas son moneda de cambio política, que el Gobierno se reserva el derecho de intervenir activamente en la vida económica haciendo ‘mangas y capirotes’ y que el intervencionismo en la vida económica puede ser moneda de cambio en el caso de producirse una segunda legislatura. Solbes no lo debería tolerar, es decir, no debería hacer buenas las palabras de Rajoy, de Ministro cansado, que hace un favor y, en su lugar, debería mandar, con un puñetazo encima de la mesa. Y si en las filas socialistas se le pide más implicación al Vicepresidente para resolver la imagen gestora del gobierno, con una pátina de tecnocracia, debe ‘cobrar’ por ello y ejercer. No vaya a ser que todo tenga que cambiar para que todo permanezca igual.

¿Hay programa oculto en energía? Esta pregunta que trataremos de desvelar en próximos números de Energía Diario, especialmente relevante, también es el resultante de la campaña electoral y de los programas de los grandes partidos políticos, que publicaremos en estos dos meses. Es curiosa la falta de concreción que se puede atisbar en los programas, y las expresiones inconcretas reservadas para las Convenciones en que se aprueban los programas delante de las cámaras, estando pactado el momento en que intervienen. Más que programas en el ámbito energético son ejercicios de buenas intenciones y de escapismo de los grandes problemas, que se han venido amasando y agravando en el ultimo año. Todo eso conduce a dos consecuencias: o no hay conciencia de los problemas, o las soluciones que están barajando son desconocidas o no se pueden decir. En este sentido, basta oír la retórica electoral consistente en distorsionar la realidad y ‘ocultar’ los aspectos negativos de la misma. Por ejemplo, en el caso de las emisiones de gases de efecto invernadero, nadie del partido en el gobierno cuenta lo que ha pasado en el 2007 (y en el fondo al final de la legislatura), mostrando el incidental dato del 2006 (intervención de Carme Chacón) y no se hace alusión a la responsabilidad en el Plan Nacional de Asignaciones en el sector energético (probablemente el más contaminante de la Unión Europea). A cambio, el Partido de la oposición haciendo el primo.

El Secretario y su campaña. Los periodistas de raza y colmillo americanos dicen que hay que evitar que la realidad te ‘chafe ‘ una buena noticia o un buen reportaje. Algo así sucede con la campaña del Secretario General de Energía, que circula paralela a la precampaña electoral, a la vista de todo el mundo y sin cortarse: Real Decreto Ley de detracción de emisiones, con su recurso ante la Unión Europea, intervenciones dos días antes de la Cumbre Hispano Francesa, paralización de las negociaciones con el sector fotovoltaico, fuertes revolcones desde la Comisión Nacional de Energía por la retribución de Red Eléctrica, del gas, aumento del déficit tarifario y un largo etcétera. Pero Nieto tiene madera de político de raza, creador de una imagen dura y rocosa, que dirige su propia campaña hacia metas más altas, por si en el futuro esto de la energía es más que una Secretaría General. Que conste.

Piden la dimisión de Ignasi Nieto ¡en su Girona natal! La plataforma No MAT ha pedido la dimisión o cese de Nieto por sus declaraciones dos días antes de la Cumbre Hispano-Francesa. El colectivo considera estas declaraciones manipuladoras e intoxicadoras, y a la luz de todo lo que se ha dicho después, inciertas, por ser finos, sobre todo si hasta la Red Eléctrica francesa lo desmiente. La verdad es que la lista de los que pueden pedir la dimisión de Nieto cada vez es más extensa, bien por sus actos o por sus formas. Y, si se hiciera un repaso de lo que serán estos dieciocho meses ominosos, seguramente saldrán más. Lo que está claro es que Nieto no es profeta en su tierra y si fuera por las relaciones con las empresas catalanas y las ‘butifarras’ regulatorias que les ha organizado, menos (por ejemplo, la detracción de derechos a Gas Natural, la negociación con Argelia, la distribución del Plan Nacional de Asignaciones, entre otros). Probablemente el grave descontento general (y especialmente, en Catalunya) con el equipo energético actual (catalán) del ramo, hará que en la próxima legislatura (para bien de todos) tengan que cambiar desde el primero al último. En pocos países se podría haber auspiciado un comportamiento semejante. España is different. Catalunya is different. Nieto is different. (Y eso que nadie le vio durante el apagón de Barcelona).

El precio del crudo sufre una elevada volatilidad al rebufo de la crisis bursátil

El petróleo se vio esta semana afectado por la extrema volatilidad de las bolsas internacionales, con fuertes caídas de los precios al inicio de la semana e importantes repuntes el jueves y viernes, paralelos con la recuperación bursátil.

Tras el derrumbe de las bolsas el lunes pasado, los precios de las principales clases de crudo bajaron hasta cerca de los 86 dólares por barril, un 15 por ciento menos que sus máximos alcanzados hace tres semanas.

Así, el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), de referencia para Estados Unidos, y el Brent, referente en Europa, se situaron el miércoles en su niveles más bajo en tres meses.

El crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alcanzó su punto más bajo el martes, con un precio inferior a los 84 dólares, algo que no sucedía desde el pasado 25 de octubre.

No obstante, con el anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos de bajar el tipo de interés básico en tres cuartos de puntos porcentuales, los mercados se recuperaron y con ello también volvió a subir el precio del «oro negro».

El viernes, el WTI cruzó nuevamente la marca de los 90 dólares por barril, al igual que el Brent, mientras que el petróleo de la cesta OPEP, calculado en base a 12 tipos de crudos, cerró el jueves a 84,58 dólares por barril.

Los operadores achacaron las nuevas subidas bursátiles al acuerdo alcanzado en el Congreso de Estados Unidos sobre el paquete de 150.000 millones de dólares en incentivos fiscales para la economía de ese país, que corre peligro de caer en una recesión.

Así las cosas, las cotizaciones del WTI y del Brent volvieron a subir al final de la semana para cerrar el viernes a 90,71 dólares y 90,90 dólares por barril, respectivamente.

Las subidas se produjeron a pesar de que el mercado constatara que las reservas de crudo almacenado en EEUU subieron en la pasada semana, superando incluso las expectativas de los analistas. Las reservas de crudo aumentaron en 2,3 millones de barriles y elevaron el total a 289,4 millones, un 9,1 por ciento menos que hace un año, según datos del Departamento de Energía (DOE) de EEUU.

Por otra parte, los analistas de la OPEP mantuvieron esta semana su pronóstico sobre la demanda mundial de crudo para 2008 en 87,1 millones de barriles diarios (mbd), sin cambios desde el mes pasado, aunque subrayaron el impacto de una posible recesión económica. «La incertidumbre repercute en el crecimiento de la demanda debido al aumento de los temores a una recesión en EEUU y a una desaceleración económica en otras regiones», resaltó la OPEP en su informe mensual sobre el mercado petrolero.

Los analistas del cartel petrolero de 13 países confirmaron así un alza de la demanda media de 1,3 mbd respecto al año pasado, aunque cuando se formuló el pasado noviembre este cálculo no se contaba con que la bolsa se tiñera de rojo a comienzos de 2008, un imprevisto que dificultará los pronósticos de consumo.

La OPEP asegura que la borrascosa situación económica mundial dificulta calcular la demanda, aunque el consumo invernal de los países ricos y el tirón de China, donde se trata de combatir la inflación congelando los precios de la energía, haga posible mantener la demanda sin revisarla a la baja.

Los analistas del cártel explican que la producción de sus competidores es «una importante variable» para ajustar su bombeo, algo que los ministros de sus países miembros tendrán oportunidad de hacer el primero de febrero en Viena. Así, después de mostrar su disposición a incrementar la producción cuando el mercado lo justifique, los 13 productores reconocen que con el ambiente económico actual existe un «alto grado de incertidumbre para la demanda estimada del crudo de la OPEP«.

EEUU ha solicitado reiteradamente en las últimas fechas que la OPEP abra los grifos en su próxima reunión de Viena, el 1 de febrero, para que un crudo más barato favorezca la recuperación económica.

Ricardo Hausmann: Un arancel variable evitaría la subida del precio del petróleo

Especialistas en desarrollo energético buscaban en el Foro Económico de Davos alternativas al alza del precio del petróleo, después de que los países productores aseguraran que hay capacidad para aumentar la producción, pero que no es seguro que se incremente.

El antiguo Economista Jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y actual Director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, Ricardo Hausmann, explicó a Efe que está promoviendo en el Foro una nueva estrategia para lograr mantener bajos los precios del petróleo, aumentar la producción y al mismo tiempo lograr un nuevo equilibrio energético gracias a los biocombustibles.

El ministro de Energía e Industria de Qatar, Al Attiyah, dijo en Davos en un panel sobre petróleo que los productores de crudo podrían incrementar la producción pero sólo si están seguros de que el mercado lo necesita, y no para influir en las fluctuaciones de los mercados donde cotiza. Al Attiyah manifestó que los productores opinan que el actual precio del barril de petróleo -que costaba 90 dólares por barril- no es consecuencia de una falta de oferta.

El primer paso para aplicar la teoría de Hausmann sería instaurar un arancel variable al petróleo.

– «La idea es establecer un arancel al petróleo si cuesta más de 60 dólares. De esa forma, lograremos que los productores aumenten la producción, y el precio bajará, porque ellos no van a querer ser sancionados con un impuesto», aseguró Hausmann.

– «Así, además, lograríamos que el biocombustible sea competitivo con el petróleo y conseguiríamos un nuevo equilibrio energético en el mundo», agregó el profesor venezolano.

– «Por ejemplo, los Estados Unidos tienen un arancel contra el etanol brasileño, eso es absurdo, no se dan cuenta que tendrían que poner un arancel al petróleo iraní, no a los productores brasileños», agregó.

El segundo paso en la estrategia de Hausmann sería acabar con los subsidios a la producción de los biocombustibles.

– «Tenemos que acabar con el proteccionismo agrícola para poder lograr un equilibrio sostenible del mercado», dijo.

– «Y si se quiere subsidiar algo, que sea la investigación al desarrollo, pero no la producción», añadió.

Hausmann considera que no es lógico que se subsidie la producción de biocombustible, no solo porque distorsiona el mercado, sino porque tiene el perjudicial efecto de subir los precios de los alimentos. Algo que el ex ministro de Planificación de Venezuela considera absurdo, dado el espacio de tierra disponible.

– «Existen 700 millones de hectáreas aptas en el mundo que podrían usarse para la producción de combustible», y citó varios países que cuentan con tierras disponibles: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, Venezuela, Camerún, Congo y Zambia.

– «Y el agua no es un problema, en muchos casos ya está disponible en el subsuelo, en otros se puede usar la de la lluvia, no estoy para nada de acuerdo con Peter Brabeck-Letmathe«, afirmó Hausmann refiriéndose al consejero delegado de Nestlé.

Brabeck-Letmathe alertó ayer contra el masivo cultivo de biocombustibles en el mundo porque a su entender puede ser altamente perjudicial en los esfuerzos de evitar la escasez de agua, y señaló que para producir un litro de ese etanol se necesitan 900 litros de agua.

Hausmann ha desarrollado su teoría junto al sudafricano Robert Laurance, también profesor del mismo centro de investigación de Harvard. Ambos consideran que si se aplica, no sólo se logrará liberalizar el mercado agrícola, sino que se mejorará la seguridad energética del mundo.

Uno de los mejores sistemas gasistas del mundo

Ayer publicábamos en Energía Diario una entrevista con el Presidente de Enagas, Antonio Llardén, que cumple un año al frente del operador de transporte y del sistema gasístico en España. Es evidentemente que el desarrollo del mercado gasista en España ha sido muy importante y rápido, por lo que cobra especial importancia en el desarrollo del sector energético.

España es hoy uno de los mejores sistemas y mercados de gas del mundo. Esto ha podido conseguirse, en primer lugar, por la diversificación en el aprovisionamiento que procede de la combinación del importante número de plantas de regasificación y su combinación por la importación de gas a través de gaseoductos. Lo primero, combinado con lo segundo, permite también que la dependencia exterior se vea matizada por la capacidad de recibir gas con origen en múltiples países exportadores.

Para seguir siendo uno de los mejores sistemas gasistas del mundo, es preciso contar con una red muy flexible que facilite el desarrollo del mercado gasista. Con procesos de inversión y desarrollo de la red muy ágiles y también con sobrecapacidad, que garanticen la seguridad de suministro y atiendan los focos en los que se está produciendo la demanda de suministro.

También hay que afrontar, en este sentido, cuestiones como los almacenamientos subterráneos que son elementos llamados a incrementar la autonomía y seguridad de suministro. Estas infraestructuras tienen problemas propios de ubicación y emplazamiento (incluso de rechazo), de participación en las mismas del empresas privadas en su inversión y explotación y, consecuentemente, el derivado de la definición de la regulación de los mismos de forma estable, con un modelo retributivo coherente con lo que son los componentes de la inversión en términos de riesgo

Es en este contexto en el que hay que valorar el papel del operador de sistema y de transporte de gas. La importancia de sus actividades inversoras y de desarrollo de la red, como elemento que faciliten el mercado y que no suponga un cuello de botella, ni para la evacuación de energía desde las plantas de regasificación, ni para su acceso a masas geográficas y de población a este suministro. En este contexto, que haya fluidez entre el operador de sistema y transporte, las empresas y las Administraciones Públicas involucradas, es clave.

Esto no quiere decir que el sector gasista no tenga hoy varios gordianos. En primer lugar, el papel que el gas empieza a jugar en la propia generación eléctrica y su visión ‘dual’ con respecto al propio consumo directo residencial y empresarial. En segundo lugar, la situación empresarial y las relaciones con Argelia, verdaderamente tormentosas en el último año, fruto de la ausencia de lo que hemos denominado una ‘Administración Exterior Económica’. Ejemplo de ello son las negociaciones con Sonatrach acabaron con malos resultados para las empresas españolas (Gas Natural y Repsol) a cambio de que Industria abriera totalmente el mercado. Otro ejemplo, es que todavía no está claro la participación de Gas Natural en el proyecto Medgaz, Y, el papel estratégico de nuestro país como ‘hub’ entre África y Francia está ‘francamente’ desaprovechado en términos estratégicos y políticos. Y finalmente, la reciente polémica del ‘switching’ (o doble switching’, mejor dicho) en el mercado gasista se ha propiciado con la reforma de la Ley de Hidrocarburos, fruto de una anomia regulatoria, de una ausencia de ejercicio regulatorio.

Para seguir avanzando, se impone una visión gestora y estratégica de medio plazo, teniendo en cuenta el papel creciente del gas y las relaciones estratégicas que genera, evitando que entre en el tráfago político. Para ello, cada uno debe estar en su papel, regulador, operador de transporte, de sistema y empresas. Cada uno haciendo lo que debe. Como en todo.

Sobre el castigo al sector energético en la Bolsa y como lo amplifica la regulación

El ‘crac’ bursátil en que nos hallamos, fruto de la crisis de crédito, parece que se ha cebado en las empresas energéticas españolas (que tienen descensos más importantes que la media de los índices bursátiles). Un serio correctivo del que no es ajeno la actuación de la actual Administración, con la Secretaria General de Energía al frente y sus sucesivas medidas regulatorias, que no hacen sino amplificar en determinados sectores las consecuencias de una coyuntura desfavorable.

Como hemos podido seguir, se trata de una política para ‘laminar’ los ingresos de las empresas eléctricas (con el fin de evitar crecimientos en la tarifa, dada la incapacidad política de presentarlas) a partir de rebañar y expropiar ingresos de las empresas eléctricas: eliminación de garantía de potencia, detracción de los derechos de emisión vía Real Decreto Ley. Por otro lado, la regulación actual atiende a modelos pasados, decimonónicos, que desconfian de un sector en que la competencia ha crecido sustancialmente en los ultimos años y no se tiene un modelo de adónde se quiere llegar. Y a un frentismo injustificado y suicida: Administración-Red Eléctrica vs.empresas y agentes sectoriales.

De todo esto, hay suficientes análisis financieros internacionales que circulan señalando con el dedo la inseguridad jurídica para las empresas energéticas españolas. Todo esta actuación y ejecutoria parte de dos premisas. La primera, de obviar el mundo financiero, quejarse de que injusto es el mundo del dinero en tiempos de globalización. La segunda, que las decisiones políticas tienen que ser digeridas los mercados como se le ocurra al regulador (o mejor dicho como se le ocurre al político metido a regulador) y no de acuerdo con el comportamiento (legítimo) de los agentes empresariales y económicos.

En conjunto y en sentido contrario, se sigue alimentando el déficit tarifario (al final de 2008 se alcanzarán casi a los 19.000 millones de euros). Dado que no hay aumentos de tarifa, y los que existen son inferiores a la inflación real, este déficit cada vez supone una mayor cantidad de principal e intereses que se ‘calza’ en la factura.

Consecuencia, la insuficiencia de la tarifa es mayor para atender a todos los costes y corre el riesgo de crecer en espiral. Mayor coste de la energía (de acuerdo a la propia evolución internacional y eso con los costes más bajos de Europa), mayor coste de la financiación del déficit, tarifa topada, mayor déficit, mayor deuda acumulada. ¿Podemos en este estado plantear al Banco de España que refuerce la calidad de los activos del déficit tarifario?. ¿Hay seguridad de que se puede financiar la porción de intereses y principal a través de la tarifa?.

Conclusión: ni campeones nacionales, ni empresas europeas. Riesgos para la inversión, erosión y abaratamiento del valor de las empresas. Revitalización de las teorías leninistas de involución del mercado hacia el Marco Legal Estable, basado en la retribución mediante costes declarados medios.

En todo caso, es preciso realizar una lectura atenta de estos resultados en la Bolsa, de las responsabilidades políticas, económicas y de mercado en las que nos hallamos (recuerden, hay más de una). A alguien tendría que preocupar la realidad sectorial y sus consecuencias presentes y futuras. Alguien que piense.

La CNE bloquea la pretensión de Red Eléctrica de ‘telefijarse’ su retribución a través de Industria

La Comisión Nacional de Energía emitió ayer, por unanimidad, un informe muy duro respecto de la pretensión de la Secretaria General de Energía de elevar la retribución de los activos de transporte de Red Eléctrica de España. Devuelve el decreto a Industria para que lo rehaga, se encargue un informe independiente y vuelva al regulador. Fundamentalmente, por el motivo básico (y lo que es peor, obvio) que consiste en que un agente del sistema no se puede fijar su retribución a sí mismo. El resto de motivos son consecuencias o causas de que esta posibilidad se dé en nuestro país: la pretensión de los transportistas únicos (TSO) en irrogarse en determinados papeles destinados a los reguladores principales e independientes. En eso, el Consejo de la CNE recoge la preocupación patente en el grupo de reguladores europeos, ERGEG y que parece avanzar de forma imparable. Esta es, por tanto, una de sus manifestaciones.

En este sentido, el Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Energía ha puesto las cosas en su sitio, ejerciendo plenamente de regulador independiente, en este caso, y aportando la ortodoxia que debería serle también exigida al regulador principal, en este caso la Secretaria General de Energía. Hay que valorar de forma especialmente destacable, teniendo en cuenta la composición del Consejo de la CNE, que haya sido tomado el acuerdo por unanimidad y que no se hayan visto condicionado por dos elementos de propaganda falazmante igualitarista: uno, la homologación teórica con la retribución de los activos de transporte de Enagás (en el sector gasista el valor de los activos de transporte se calculó tras un proceso de determinación de valores procedente de un estudio independiente dirigido por el regulador). Por otro, la campaña que condicionaba soterradamente las inversiones de REE a que se aprobara la retribución.

Por ello hay que hablar, a sensu contrario, obviamente de la propia pretensión de la Secretaria General de Energía de tramitar esta propuesta de Real Decreto, basándose únicamente en lo que le había aportado el propio transportista único. Autopagándose y adelantándose financieramente los flujos de caja. Evidentemente un regulador principal tan duro con determinados sectores no puede remitir una propuesta de Real Decreto en estos términos, de una forma tan poco imparcial, transparentando una vinculación y condicionamiento tan directo por el operador de transporte y monopolista único (también consagrado en este ultimo año)..

En segundo lugar porque se trata de una cuestión que tampoco puede abordarse de forma separada a las políticas generales (si se pueden llamar así) que sigue el Ministerio de Industria y el Gobierno. Es decir, si lo que se provoca una propuesta de esta índole, mediante cambios en el valor de los activos, es una elevación de esta retribución (regulada), la consecuencia es mayor déficit tarifario, elevaciones en la tarifa o Reales Decreto Ley para recortar la participación en la tarifa del resto de las actividades eléctricas. Consecuencia: para hacer una tortilla hay que romper huevos.

Queda saber cual será la posición final de la Secretaria General de Energía al recibir este varapalo jurídico. Primero, esperar a que escampe el panorama electoral y evitar un escándalo institucional. Segundo, intentar colarlo en el dulce limbo legislativo del periodo interlegislatura. Tercero, en el marco de la política de lateralizar los informes indeseados que emite la Comisión Nacional de Energía a Industria. ¿Habrá un derrape, como en el decreto de retribución de los activos del gas? ¿Nieto le dará esquinazo a la CNE? ¿Remitirá la misma al Consejo de Estado, con cambios cosméticos y publicará esta norma? ¿Quedará la ortodoxia nuevamente en manos de las relaciones peligrosas vinculadas a la política?

Por cierto, ¿por qué no se nos ocurre entre las posibilidades razonables que triunfe el sentido común y la ortodoxia y comiencen los trabajos para fijar unos valores de forma independiente y se rehaga el Real Decreto?

Comportamientos políticos, comportamientos regulatorios e inspectores: leña al mono

La Comisión Nacional de Energía tiene entre sus funciones un conjunto de actividades inspectoras que están destinadas a salvaguardar el funcionamiento del sector energético, velando por sus principios de garantía de suministro, del acceso a la red, del correcto proceso de formación de precios y de funcionamiento del mercado. Todas ellas acciones, necesarias en cualquier Estado de Derecho que deben realizarse con rigor, desde el punto de vista inspector y de procedimiento, es decir, para que los derechos y consecuencias de los agentes implicados en un proceso determinado tengan garantías.

Por ello, la publicación la semana pasada en la nota de prensa que el organismo que preside Maite Costa de la apertura de un expediente sancionador a Unión Fenosa por un conflicto en el acceso ha levantado una fuerte polvareda, por lo claramente desproporcionado de la actuación, reabriendo nuevamente las lecturas alrededor de estas actuaciones de la CNE y de su trasfondo publicitario. Fuentes bien informadas, han confirmado a Energía Diario, que la compañía que preside Pedro López Jiménez, se vio sorprendida por la generalizada presencia en los medios de una cuestión casi incidental, máxime para una empresa cuya ‘especialidad’ son las redes, provocando un fuerte malestar y que este malestar ha sido trasladado por representantes de la compañía a un gran número de consejeros de la CNE.

En este último período (y situemos hitos): mandato de Maite Costa, tras la resolución de las sucesivas OPAS a Endesa, la actuación inspectora y punitiva de la Comisión Nacional de Energía ha querido cobrar una relevancia especial desde la vuelta del verano. El problema es que parece que el organismo que preside Maite Costa no ha encontrado hasta el momento, comunicacionalmente hablando, el tono adecuado, bien por las cuestiones que en determinado momento investiga, bien por las indicaciones que recibe para investigar o por la actuación en materia de comunicación que se desata desde la propia CNE.

En primer lugar, y como hecho más destacado, las declaraciones que el pasado mes realizó la propia presidenta Maite Costa en TV3, en las que anticipaba en el plazo de una semana una actuación en el sector de hidrocarburos respecto de una compañía petrolera. Unas declaraciones fuertemente inquietantes (y desafortunadas) que inundaron de especulaciones el sector, estando deshojando margaritas esa semana completa. Al final, incluso en una especie de pugna entre la CNE y la Comisión Nacional de Competencia (CNC), se cerró con unas inspecciones e investigaciones a gasolineras en zonas concretas del país.

Por el contrario, en cuestiones de gran calado, las investigaciones y expedientes de la Comisión Nacional de Energía han resultado bastante infructuosas: la investigación a Iberdrola encargada por el Ministerio de Industria (y basada en información remitida desde Red Eléctrica de España previa solicitud de la Secretaria General de Energía) sobre la actuación en referencia al R.D. 3/ 2006, casi acaba en un roce con el OMEL, al dirigirse varios consejeros a su Presidenta para requerir información sin conocimiento del consejo de la propia CNE. De esto, no se tienen conclusiones, no se sabe nada.

Por otra parte, en dos cuestiones clave, el apagón de interrumpibles que tuvo lugar a primeros de diciembre y en el que la Secretaria General de Energía azuzó a los servicios de inspección del organismo para que investigaran la indisponibilidad de determinadas instalaciones. La consecuencia fue que el propio Consejo de Administración anticipó también otra línea de investigación indeseada: la responsabilidad de la propia Red Eléctrica en la gestión de la indisponibilidad. De esto, todavía no se conoce nada tampoco.

La segunda cuestión clave es otra investigación precedida de su correspondiente correlato desde la Secretaria General de Energía tuvo lugar hace poco, cuando los precios del mercado mayorista alcanzaron en determinados momentos muy concretos los 132 Euros/MW. Una situación perfectamente normal teniendo en cuenta las circunstancias de oferta y demanda y que no ha derivado, hasta el momento, en identificar comportamientos incorrectos de mercado. De esto, todavía tampoco se conocen sus conclusiones.

Por si fuera poco, cuando la Comisión Nacional de Energía ha desarrollado quizá el expediente investigador más importante de su historia, el que se deriva del grave apagón de Barcelona, ha tenido un tratamiento desigual. Por un lado, hasta la publicación de sus conclusiones determinado la responsabilidad principal de Red Eléctrica de España y por otro, cuando se debían instrumentar las medidas técnicas y regulatorias. Esta ultima parte ha pasado muy discretamente escondida, después de varios aplazamientos, sobre todo para evitar abrir el debate sobre el transportista único y más cuestionamientos relativos al papel de REE.

Es el propio seno del organismo donde más preocupa esta escalada de difusión de noticias alrededor de la CNE y sus investigaciones: por la presión que genera, que impide una actuación libre de los mismos. Todos los expertos consultados, y los propios agentes del sector, valoran la importancia y la necesidad, de la actuación inspectora e investigadora de la Comisión. Todos estos temas anteriormente enunciados, son importantes y requieren una visión profesional, coherente y planificada, como cualquier servicio de inspección público de una actividad regulada.

Además, por otra parte, esta actuación también se ve cuestionada a posteriori, según sus resultados. Así, la capacidad de articular respuestas regulatorias responsables, es decir consecuencias jurídicas y de ordenación del sector, es una cuestión que debe estar fuera de toda duda y que debería ser misión relevante de la CNE, frente a sus misiones de control y gestión, cada vez más abundantes. Esta función es la menos deseada desde el propio Ministerio. Y si, para mayor abundamiento, tenemos en cuenta que en otras actuaciones recientes como las OPAS el Ministerio ha tumbado el criterio de la CNE, nos podemos encontrar como las investigaciones y la inspección podrían constituir una vía para encontrar notoriedad y respetabilidad al organismo, inocua para el Ministerio, cuando no para orientar su actuación por los dictados que provengan de la Secretaria General de Energía, para endurecer o dulcificar su relación con las empresas según el momento.

En todo caso, lo primero son las garantías jurídicas, la actuación consciente y ajustada a procedimiento, la prudencia de actuar con las empresas, en un sector económico muy importante y con relación con todos los demás, valorando con rigor la acción sobre unos agentes que pueden tener consecuencias directas de una política de comunicación, dirigida desde la política, por la política y para la política (política es tanto que venga desde el Gobierno o desde los intereses políticos de sus actuales rectores, que tanto da). Si no, puede ser que la CNE caiga en el manierismo inspector o en el comportamiento investigador al servicio de intereses diferentes a sus objetivos y deberes como regulador independiente. Y las empresas, sometidas al tridente de la inestabilidad regulatoria del Ministerio, de la capacidad de ordenación directa de REE y de la inspección de la CNE en este plan, combinadas. Leña al mono.

El temor a una recesión en Estados Unidos enfría el precio del crudo

Los precios internacionales del petróleo han perdido casi un 10 por ciento desde que alcanzaran el simbólico máximo de 100 dólares por barril el 3 de enero pasado por el pesimismo sobre la economía de EEUU, el motor del consumo mundial.

Los temores alimentados por los malos datos económicos en EEUU, los números rojos de la banca, y los comentarios negativos del presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, han sido determinantes para causar un retroceso en los precios. Los nubarrones sobre la economía estadounidense volvieron a marcar la tendencia con los datos del pasado jueves de que la construcción de viviendas nuevas descendió cerca de un 25 por ciento en 2007, la mayor caída en casi 30 años.

Las recientes caídas del crudo se deben, según los analistas, al temor a una desaceleración del consumo por la caída del crecimiento económico mundial por la crisis hipotecaria en EEUU y el mantenimiento de los niveles de la producción petrolera.

Bernanke aseguró esta semana que la economía del país ha empeorado recientemente y que los riesgos de una caída en el crecimiento son más pronunciados, aunque no prevé una recesión.

La tendencia bajista durante esta semana comenzó el martes, entre expectativas de que las reservas de crudo almacenadas en EEUU habrían subido en la pasada semana, algo que se confirmó al día siguiente con un aumento de los inventarios de 4,3 millones de barriles.
Los precios internacionales reaccionaron a la tendencia bajista el viernes con una ligera subida tras unas pérdidas semanales en torno al 4 por ciento.

El Petróleo Intermedio de Texas cerró la sesión el viernes a 90,57 dólares el barril, después de encarecerse 44 centavos con respecto al día anterior, mientras que el Brent, referencia en Europa, acabó la semana en 89,23 dólares, 48 centavos más que el cierre anterior.

El petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), por el contrario, bajó ligeramente el jueves para cotizar a 86,30 dólares por barril, 12 centavos menos que el día anterior.

Ante los escenarios cada vez más pesimistas, el presidente estadounidense George W. Bush presentó un plan que incluiría, de ser aprobado, incentivos, rebajas fiscales y devoluciones impositivas de entre 145.000 y 150.000 millones de dólares, casi el uno por ciento del PIB de EEUU.

En un mercado en el que aún no se termina de ver claras las dimensiones de la crisis crediticia, la volatilidad y los nervios parecen ser la reacción a la incertidumbre. Ante el impacto que el petróleo tiene en la inflación, con cifras récord no vistas en más de una década en EEUU y en algunos países europeos, incluida España, Bush pidió también a la OPEP esta semana que abriera las espitas para enfriar los precios.

La OPEP, que controla dos tercios de la exportación mundial de petróleo, se mostró cautelosa ante la petición, que se produce a menos de dos semanas de la reunión ministerial del grupo en Viena el primero de febrero.

El ministro saudí de Petróleo, Ali Al-Naimi, la voz con más peso dentro de la organización, reconoció su preocupación de que «Estados Unidos caiga en una recesión». Pero acto seguido afirmó que «subiremos la producción cuando el mercado lo justifique, ésa es nuestra política», en la línea de otros dirigentes de la OPEP, que subrayan que una subida en un momento de débil demanda puede hacer colapsar los precios.

En este panorama la Agencia Internacional de Energía (AIE) mantuvo prácticamente sin cambios sus previsiones de la demanda en 2008, aunque podría rebajarlas si se degradaran las perspectivas de la economía estadounidense.