El crudo vuelve a la senda de los 50 dólares

Las cotizaciones del crudo vivieron una convulsa semana de altibajos ante el cruce de datos sobre una posible recuperación de la demanda, aunque finalmente acabaron la semana con alzas de hasta el 14 por ciento e instalados sobre la marca de los 50 dólares/barril, inédita desde hace meses.

La semana comenzó con desiguales reacciones a la inesperada decisión el pasado domingo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) de no recortar sus niveles de bombeo, aunque sí ajustarse estrictamente al límite de 24,84 millones de barriles diarios, vigente desde el pasado 1 de enero.

En el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres, el crudo Brent de referencia en Europa bajó el 2,1 por ciento, hasta 43,98 dólares, como reacción al anuncio del cartel petrolero.

Por su parte, en la Bolsa Mercantil de Nueva York (Nymex), pese a que la sesión comenzó con el Petróleo Intermedio de Texas (WTI) cotizando a la baja, la sesión cerró con una ganancia de 1,10 dólares.

En el alza del WTI influyó la previsión formulada el domingo por el presidente de la Reserva Federal de EEUU, Ben Bernanke, sobre que la recesión económica en este país podría concluir este año y en el próximo iniciarse una recuperación, algo que animaría el consumo de «oro negro«.

Ya el martes, los datos sobre la recuperación de la actividad inmobiliaria en EEUU impulsaron el precio del Texas otro 3,8 por ciento hacia arriba, hasta marcar la cotización más alta desde principios de diciembre: 49,16 dólares por barril.

La tendencia alcista se interrumpió el miércoles en los mercados de Londres y Nueva York tras publicarse que las reservas de crudo en EEUU aumentaron la semana pasada en dos millones de barriles, sumando así un volumen total de 353,3 millones de barriles.

Ese dato, que supone un incremento del 15,5 por ciento respecto del volumen de hace un año, volvió a arrojar sombra sobre las cotizaciones al interpretarse como un nueva señal de la reducción del consumo de crudo provocado por la crisis económica mundial.

Una sombra que se transformó en optimismo el jueves ante las expectativas de que las medidas de la Reserva Federal de Estados Unidos puedan favorecer la recuperación de la economía en el país y avivar la demanda de combustibles, entre otros factores.

Así, el Brent saltó el 6,3 por ciento en su cotización y el Texas llegó a ganar un 7,2 por ciento después de que la Reserva anunciara el miércoles que comprará por primera vez bonos del Tesoro de largo plazo y más títulos hipotecarios y de deuda por un valor total de 1,15 billones de dólares, para intentar abaratar el crédito.

La escalada en los precios se vio favorecida, además, por el fuerte debilitamiento en las jornadas anteriores del dólar ante el euro y otras divisas, lo que abarata las compras de crudo y de otras materias primas que se negocian en la moneda estadounidense.

Así las cosas, y pese a un leve descenso en la sesión del viernes, debido a una cierta recuperación del dólar, el barril de Texas cerró la semana a un precio de 51,06 dólares, un 10 por ciento por encima de la cotización alcanzada hace una semana.

Más incluso subió el Brent europeo, que ganó un 14 por ciento sobre el cierre del viernes pasado y marcó un precio de 51,22 dólares por barril. Esta recuperación de los precios llegó acompañada de las advertencias de varios expertos del sector sobre el negativo efecto de un petróleo excesivamente barato.

Así, John Lipsky, subdirector del Fondo Monetario Internacional (FMI), aseguró esta semana que «cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro».

A esa advertencia, formulada en el transcurso de un seminario internacional organizado por la OPEP en Viena, se unió también la de varios responsables del cartel, que indicaron que los actuales precios retrasarán las inversiones para mantener y desarrollar la capacidad de producción.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri.

Un crudo demasiado barato amenaza con una fuerte escalada de precios futuros

La comunidad internacional no cuenta con un consenso sobre cuál es el precio adecuado para el barril de petróleo, pero los expertos del sector coinciden en que un valor muy bajo hoy amenaza con traducirse en una fuerte escalada futura.

La advertencia fue efectuada en Viena por varios responsables de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de consorcios petroleros internacionales y de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro», dijo el «número dos» del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, en un seminario internacional organizado por la OPEP.

Si bien reconoció que la caída de los precios energéticos ha contribuido a bajar la inflación, el primer director ejecutivo alterno del FMI advirtió del alto riesgo que supone la elevada volatilidad del valor del «oro negro» y pidió medidas para limitarla, como una mayor transparencia del mercado.

«A largo plazo, una recuperación económica sostenida dependerá en parte de la evolución del mercado petrolero», dijo Lipsky tras pedir medidas concretas para evitar los desequilibrios que han marcado el sector en los últimos años. «Para evitar subidas y bajadas excesivas, todos deben aportar su parte», sentenció.

El FMI espera que los precios del crudo aumenten con la recuperación de la coyuntura mundial, «aunque no a un ritmo tan dramático como el registrado en 2007 y en la primera mitad de 2008».

El experto dijo que espera que de la reunión del G-20 prevista para el 2 de abril surjan «políticas sin precedentes para la economía global«, con estímulos para estabilizar los mercados financieros y medidas para lograr una mejor regularización de los mismos.

También varios responsables de la OPEP advirtieron de numerosos atrasos y suspensiones de costosos proyectos para mantener y desarrollar la capacidad de producción, debido a que han dejado de ser rentables tras caer el precio del barril en torno al 70%.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri. Recordó que en el conjunto de los doce países miembros de la organización que dirige, y que controla cerca de dos tercios de las exportaciones de petróleo en el planeta, ya se han aplazado 35 proyectos.

«Las compañías tienen que renegociarlos. Estos proyectos se iniciaron con un precio muy alto» y el abaratamiento del crudo va a aplazar la creación de capacidad varios años, vaticinó. «Si no tenemos un precio razonable, tendremos escasez. Déjenme dejarlo claro: (el precio actual) no es viable para la seguridad energética», insistió El Badri.

Por su parte, Jeroen van der Veer, director ejecutivo de la petrolera Royal Dutch Shell, recordó que aún más inviable es, en esta situación, el desarrollo de energías renovables como los biocombustibles.
«Es difícil ver cómo haremos competitivas» las fuentes alternativas frente a los fósiles combustibles que «son extremadamente competitivos», señaló.

Un crudo demasiado barato amenaza con una fuerte escalada de precios futuros

La comunidad internacional no cuenta con un consenso sobre cuál es el precio adecuado para el barril de petróleo, pero los expertos del sector coinciden en que un valor muy bajo hoy amenaza con traducirse en una fuerte escalada futura.

La advertencia fue efectuada en Viena por varios responsables de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de consorcios petroleros internacionales y de entidades financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Cuanto más bajen los precios ahora y cuanto más tiempo permanezcan bajos, mayor será el impacto negativo en el suministro futuro», dijo el «número dos» del Fondo Monetario Internacional (FMI), John Lipsky, en un seminario internacional organizado por la OPEP.

Si bien reconoció que la caída de los precios energéticos ha contribuido a bajar la inflación, el primer director ejecutivo alterno del FMI advirtió del alto riesgo que supone la elevada volatilidad del valor del «oro negro» y pidió medidas para limitarla, como una mayor transparencia del mercado.

«A largo plazo, una recuperación económica sostenida dependerá en parte de la evolución del mercado petrolero», dijo Lipsky tras pedir medidas concretas para evitar los desequilibrios que han marcado el sector en los últimos años. «Para evitar subidas y bajadas excesivas, todos deben aportar su parte», sentenció.

El FMI espera que los precios del crudo aumenten con la recuperación de la coyuntura mundial, «aunque no a un ritmo tan dramático como el registrado en 2007 y en la primera mitad de 2008».

El experto dijo que espera que de la reunión del G-20 prevista para el 2 de abril surjan «políticas sin precedentes para la economía global«, con estímulos para estabilizar los mercados financieros y medidas para lograr una mejor regularización de los mismos.

También varios responsables de la OPEP advirtieron de numerosos atrasos y suspensiones de costosos proyectos para mantener y desarrollar la capacidad de producción, debido a que han dejado de ser rentables tras caer el precio del barril en torno al 70%.

«Estamos afrontando una demanda baja y precios bajos. No creo que con un precio de 40 dólares (el barril de crudo), como lo vemos ahora, o quizás 45 dólares, podamos invertir en alguna capacidad adicional», resaltó el secretario general de la OPEP, Abdalá El Badri. Recordó que en el conjunto de los doce países miembros de la organización que dirige, y que controla cerca de dos tercios de las exportaciones de petróleo en el planeta, ya se han aplazado 35 proyectos.

«Las compañías tienen que renegociarlos. Estos proyectos se iniciaron con un precio muy alto» y el abaratamiento del crudo va a aplazar la creación de capacidad varios años, vaticinó. «Si no tenemos un precio razonable, tendremos escasez. Déjenme dejarlo claro: (el precio actual) no es viable para la seguridad energética», insistió El Badri.

Por su parte, Jeroen van der Veer, director ejecutivo de la petrolera Royal Dutch Shell, recordó que aún más inviable es, en esta situación, el desarrollo de energías renovables como los biocombustibles.
«Es difícil ver cómo haremos competitivas» las fuentes alternativas frente a los fósiles combustibles que «son extremadamente competitivos», señaló.

Atención al pajarito

La semana pasada pudimos conocer cómo los planes estratégicos de Gas Natural tras la ampliación derivada de la adquisición como consecuencia del lanzamiento de la OPA de Unión Fenosa pasaban por una reducción en más de 11.000 millones de euros (entre 11.000 y 13.000 millones) de las inversiones del grupo, que se centrará en las inversiones denominadas no orgánicas. Todo ello, en el marco del importante apalancamiento, de la dilución del beneficio de la compañía que se produce fruto de la ampliación, unido a que todavía la cotización de la compañía es cara comparativamente, de acuerdo a los PER que maneja el sector.

Lo primero que hay que señalar es que se debería poner el olfato de los órganos de regulación en esta reducción de inversiones, para que se garanticen las actividades reguladas. Recordemos que fruto del “procedimiento express” seguido en los órganos reguladores españoles del sector energético y de competencia, la operación se hizo sin pasar por la denominada función 14 que hace referencia a la seguridad de suministro y al efecto de esta operación sobre las actividades reguladas, cuestión que debería ser seguida en sus parámetros económicos y financieros, y en el grado de endeudamiento final con toda atención.

Podemos recordar que en un número importante de operaciones empresariales, los órganos de regulación realizan o establecen determinadas condiciones (aquí no se hicieron y las que se fijaron eran puramente testimoniales) que luego nunca se siguen. Es decir, de las que nunca más se supo, ni se dio información a la sociedad de su cumplimiento y efectividad. En este caso, fruto de estas “no condiciones” y de la advertencia relativa a la reducción de inversiones, sería razonable tener una vigilancia de esa función 14 distraída.

Del mismo modo, las autoridades de competencia y de supervisión energética tendrían que efectuar un seguimiento minucioso de los comportamientos en el mercado de aprovisionamiento de gas, del comportamiento en el mercado eléctrico de esta compañía, del tímido proceso de desinversión propuesto (completamente desviado del objetivo de fomentar la competencia al centrarse en la actividad eléctrica) y del cumplimiento del proceso de reducción de puntos de consumo. Sería necesario tener especial atención en el plano de la comercialización en las zonas donde hay solapamiento de las redes de distribución de gas y electricidad, de cara a que los consumidores tengan finalmente ofertas competitivas y capacidad de elección.

En suma, es hora de conocer cuáles son los resultados de las decisiones políticas y “económicas” y, al mismo tiempo, de ejecutarlas, de ser coherentes con ellas y cubrir sus posibles lagunas o zonas oscuras.

Por tanto, oído al parche, a retratarse. Atención al pajarito. Seguiremos informando.

Atención al pajarito

La semana pasada pudimos conocer cómo los planes estratégicos de Gas Natural tras la ampliación derivada de la adquisición como consecuencia del lanzamiento de la OPA de Unión Fenosa pasaban por una reducción en más de 11.000 millones de euros (entre 11.000 y 13.000 millones) de las inversiones del grupo, que se centrará en las inversiones denominadas no orgánicas. Todo ello, en el marco del importante apalancamiento, de la dilución del beneficio de la compañía que se produce fruto de la ampliación, unido a que todavía la cotización de la compañía es cara comparativamente, de acuerdo a los PER que maneja el sector.

Lo primero que hay que señalar es que se debería poner el olfato de los órganos de regulación en esta reducción de inversiones, para que se garanticen las actividades reguladas. Recordemos que fruto del “procedimiento express” seguido en los órganos reguladores españoles del sector energético y de competencia, la operación se hizo sin pasar por la denominada función 14 que hace referencia a la seguridad de suministro y al efecto de esta operación sobre las actividades reguladas, cuestión que debería ser seguida en sus parámetros económicos y financieros, y en el grado de endeudamiento final con toda atención.

Podemos recordar que en un número importante de operaciones empresariales, los órganos de regulación realizan o establecen determinadas condiciones (aquí no se hicieron y las que se fijaron eran puramente testimoniales) que luego nunca se siguen. Es decir, de las que nunca más se supo, ni se dio información a la sociedad de su cumplimiento y efectividad. En este caso, fruto de estas “no condiciones” y de la advertencia relativa a la reducción de inversiones, sería razonable tener una vigilancia de esa función 14 distraída.

Del mismo modo, las autoridades de competencia y de supervisión energética tendrían que efectuar un seguimiento minucioso de los comportamientos en el mercado de aprovisionamiento de gas, del comportamiento en el mercado eléctrico de esta compañía, del tímido proceso de desinversión propuesto (completamente desviado del objetivo de fomentar la competencia al centrarse en la actividad eléctrica) y del cumplimiento del proceso de reducción de puntos de consumo. Sería necesario tener especial atención en el plano de la comercialización en las zonas donde hay solapamiento de las redes de distribución de gas y electricidad, de cara a que los consumidores tengan finalmente ofertas competitivas y capacidad de elección.

En suma, es hora de conocer cuáles son los resultados de las decisiones políticas y “económicas” y, al mismo tiempo, de ejecutarlas, de ser coherentes con ellas y cubrir sus posibles lagunas o zonas oscuras.

Por tanto, oído al parche, a retratarse. Atención al pajarito. Seguiremos informando.

Una ampliación dilutiva pero con atractivo a medio plazo

Gas Natural aprobó la semana pasada una ampliación de 3.500 millones de euros con la que acomete la operación de lanzamiento de la OPA por Unión Fenosa, una operación que va a cambiar la compañía que preside Salvador Gabarró duplicando su capital social y el número de acciones en circulación de la “nueva” Gas Natural.

Los más beneficiados son los accionistas de Unión Fenosa, que van a contar con una oferta por 18,33 euros antes del dividiendo, lo que supone una prima en torno del 50% respecto de la cotización anterior al anuncio de la oferta. Por el contrario, desde el punto de vista de Gas Natural, parece que este es el momento en que se empieza a apreciar con la crudeza financiera de los números que el precio pagado por la gasista es alto. En este sentido, los minoritarios pueden estar satisfechos de las negociaciones realizadas por Florentino Pérez y ACS. De hecho, la oferta ha tenido que ser modificada por la caída de las acciones de GN, más de un 30 % en un mes. Así, la ampliación que se hace a la par (lo que supone duplicar el capital social de la empresa), una nueva acción por una antigua, sale a 7,82 euros, un 30 % más barata que la cotización de este viernes, que cerró en 11,12 euros. La semana pasada perdió un 11,18% de su valor.

Los analistas señalan que la operación tiene un efecto dilutivo para la acción de Gas Natural de un 36%, debido a que ha sido preciso aumentar mucho el número de acciones emitidas, dado que es necesario dividir el beneficio entre un número mucho mayor de acciones de las previstas inicialmente.

En la ampliación, Criteria y Repsol acudirán a la misma y mantendrán su actual participación en la nueva Gas Natural del 37,4 y el 30,8% respectivamente. Por su parte, participan en esta ampliación un sindicato de Bancos integrado por UBS, Santander, Barclays, BNP Paribas, Citi, ING, y Société Générale que aseguran el 31,7 % de la misma. Lo que parece que no es seguro es que Gaz de France mantenga su actual participación en la gasista del 8,83 % y que acuda a la ampliación.

En este escenario, JP Morgan aconseja esperar a que concluya y se liquide la emisión de valores antes de entrar en Gas Natural, dada, además, la limitada liquidez del valor. Por otra parte, considera que en ese momento se podrían conocer con mayor precisión las noticias relativas a la venta de activos. En términos de calendario, se prevé que el proceso de ampliación finalice el 3 de abril, que es cuando las nuevas acciones comenzarán a cotizar. Por otra parte, el largo plazo es lo más valorado por los analistas en la medida que la configuración como cuasi monopolio de aprovisionamiento, la integración gas y electricidad en el comportamiento del mercado eléctrico y también en la distribución (con varias zonas geográficas con solapamiento de redes) que ha permitido el gobierno, tras los informes de la CNC y la CNE, es interpretado positivamente en los análisis financieros que se han ido difundiendo estos días.

La ampliación, por su parte, va a costar del orden de unos 100 millones de euros en lo que se refiere a los gastos de la emisión. En total, un 2,87% de lo que se pretende recaudar con la operación. Según se recoge en el folleto registrado en la CNMV, estos gastos los asumirá la gasista sin que para ello precise acudir a financiación externa. Las comisiones suponen un 9,5% de las ganancias de Gas Natural en 2008, siendo la parte del león el coste del aseguramiento, 60 millones de euros.

Una ampliación dilutiva pero con atractivo a medio plazo

Gas Natural aprobó la semana pasada una ampliación de 3.500 millones de euros con la que acomete la operación de lanzamiento de la OPA por Unión Fenosa, una operación que va a cambiar la compañía que preside Salvador Gabarró duplicando su capital social y el número de acciones en circulación de la “nueva” Gas Natural.

Los más beneficiados son los accionistas de Unión Fenosa, que van a contar con una oferta por 18,33 euros antes del dividiendo, lo que supone una prima en torno del 50% respecto de la cotización anterior al anuncio de la oferta. Por el contrario, desde el punto de vista de Gas Natural, parece que este es el momento en que se empieza a apreciar con la crudeza financiera de los números que el precio pagado por la gasista es alto. En este sentido, los minoritarios pueden estar satisfechos de las negociaciones realizadas por Florentino Pérez y ACS. De hecho, la oferta ha tenido que ser modificada por la caída de las acciones de GN, más de un 30 % en un mes. Así, la ampliación que se hace a la par (lo que supone duplicar el capital social de la empresa), una nueva acción por una antigua, sale a 7,82 euros, un 30 % más barata que la cotización de este viernes, que cerró en 11,12 euros. La semana pasada perdió un 11,18% de su valor.

Los analistas señalan que la operación tiene un efecto dilutivo para la acción de Gas Natural de un 36%, debido a que ha sido preciso aumentar mucho el número de acciones emitidas, dado que es necesario dividir el beneficio entre un número mucho mayor de acciones de las previstas inicialmente.

En la ampliación, Criteria y Repsol acudirán a la misma y mantendrán su actual participación en la nueva Gas Natural del 37,4 y el 30,8% respectivamente. Por su parte, participan en esta ampliación un sindicato de Bancos integrado por UBS, Santander, Barclays, BNP Paribas, Citi, ING, y Société Générale que aseguran el 31,7 % de la misma. Lo que parece que no es seguro es que Gaz de France mantenga su actual participación en la gasista del 8,83 % y que acuda a la ampliación.

En este escenario, JP Morgan aconseja esperar a que concluya y se liquide la emisión de valores antes de entrar en Gas Natural, dada, además, la limitada liquidez del valor. Por otra parte, considera que en ese momento se podrían conocer con mayor precisión las noticias relativas a la venta de activos. En términos de calendario, se prevé que el proceso de ampliación finalice el 3 de abril, que es cuando las nuevas acciones comenzarán a cotizar. Por otra parte, el largo plazo es lo más valorado por los analistas en la medida que la configuración como cuasi monopolio de aprovisionamiento, la integración gas y electricidad en el comportamiento del mercado eléctrico y también en la distribución (con varias zonas geográficas con solapamiento de redes) que ha permitido el gobierno, tras los informes de la CNC y la CNE, es interpretado positivamente en los análisis financieros que se han ido difundiendo estos días.

La ampliación, por su parte, va a costar del orden de unos 100 millones de euros en lo que se refiere a los gastos de la emisión. En total, un 2,87% de lo que se pretende recaudar con la operación. Según se recoge en el folleto registrado en la CNMV, estos gastos los asumirá la gasista sin que para ello precise acudir a financiación externa. Las comisiones suponen un 9,5% de las ganancias de Gas Natural en 2008, siendo la parte del león el coste del aseguramiento, 60 millones de euros.

Fuerte volatilidad en el mercado de crudo

Los mercados de petróleo vivieron una semana de extrema volatilidad, empujados entre los temores a una caída de la demanda y un posible recorte de la producción de parte de la OPEP.

Tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que defiende los intereses de los países consumidores, como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), redujeron el viernes sus pronósticos de demanda petrolera mundial.

La AIE lo hizo en unos 300.000 barriles diarios, respecto a sus cifras de febrero, y fijó su pronóstico para este año en unos 84,4 millones de barriles diario (mb/d), 1,2 mb/d menos que en 2008.

Los expertos de la OPEP, por su parte, fijaron la demanda mundial en unos 84,61 mb/d, en torno a un millones de barriles diarios menos que el año anterior.

A mediados de la semana, los precios vivieron espectaculares altibajos en menos de 24 horas, cuando el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente para EEUU, bajó un 7,4 por ciento el miércoles, para recuperarse un 11,1 por ciento un días más tarde.

Lo mismo sucedió con el petróleo Brent, referente para Europa, que el miércoles bajó un 5,8 por ciento, para recuperarse un 8,7 por ciento al día siguiente.

Al final de la semana, los precios se tranquilizaron y bajaron el viernes menos del 2 por ciento a ambos lados del Atlántico.

Los contratos de futuros del WTI cerraron la semana con una baja del 1,65 por ciento, para una cotización final de 46,25 dólares por barril, mientras que el Brent bajó apenas un 0,19 por ciento y cerró a 44,93 dólares por barril.

El petróleo de referencia de la OPEP, calculado como promedio de 12 tipos de crudo (uno por cada país miembro del cártel), tuvo una semana más estable. Con un inicio de la semana a 44,14 dólares por barril, el crudo OPEP cotizó el jueves pasado (su último día de cotización conocido) a 42,14 dólares tras poco movimiento en las otras jornadas.

Tanto los analistas como los operadores del mercado tienen ahora sus ojos puestos en la próxima reunión ministerial de la OPEP de Viena, y en la que no se descarta una nueva reducción de suministros de crudo.

Los recortes de producción de un total de 4,2 mb/d (un 5 por ciento de la producción mundial), pactados el año pasado, no han tenido hasta ahora el efecto deseado por el cártel.

Eso se debe a la profundidad de la crisis económica mundial, que a su vez ha hecho que los países consumidores pidan a la OPEP reconsiderar un nuevo recorte del suministro.

El secretario de Energía de Estados Unidos, Steven Chu, señaló que la OPEP debe tener en cuenta el daño que pueden causar elevados precios de crudo para la economía global. «Seguiremos enviando un mensaje fuerte y claro a las naciones de la OPEP sobre la importancia de proteger la economía mundial de aumentos de precios significativos que no son buenos para ningún país», dijo Chu en una comunicado emitido en Washington.

Desde máximos históricos cercanos a los 150 dólares en julio de 2008, la cotización del crudo llegó a caer hasta los 35 dólares a finales de diciembre pasado, para luego recuperarse ligeramente.

No obstante, la OPEP se encuentra ante la dificultad de mantener un equilibrio entre lo que necesita el mundo para salir de la actual crisis y sus propios intereses.

La mayoría de los 12 países de la OPEP se encuentra bajo fuerte presión al haber calculado sus respectivos presupuestos nacionales en base a precios del crudo mucho más elevados que los actuales.

Además, bajos precios de crudo reducen el margen de maniobra para nuevas inversiones en el sector, lo que podría causar problemas de suministro y fuertes subidas de precios una vez superada la crisis.

En ese sentido, se entienden las declaraciones en Viena del ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, quien aseveró que «nadie está satisfecho» con los precios actuales, que deberían estar al menos en torno a los 70 dólares por barril.

Fuerte volatilidad en el mercado de crudo

Los mercados de petróleo vivieron una semana de extrema volatilidad, empujados entre los temores a una caída de la demanda y un posible recorte de la producción de parte de la OPEP.

Tanto la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que defiende los intereses de los países consumidores, como la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), redujeron el viernes sus pronósticos de demanda petrolera mundial.

La AIE lo hizo en unos 300.000 barriles diarios, respecto a sus cifras de febrero, y fijó su pronóstico para este año en unos 84,4 millones de barriles diario (mb/d), 1,2 mb/d menos que en 2008.

Los expertos de la OPEP, por su parte, fijaron la demanda mundial en unos 84,61 mb/d, en torno a un millones de barriles diarios menos que el año anterior.

A mediados de la semana, los precios vivieron espectaculares altibajos en menos de 24 horas, cuando el Petróleo Intermedio de Texas (WTI), referente para EEUU, bajó un 7,4 por ciento el miércoles, para recuperarse un 11,1 por ciento un días más tarde.

Lo mismo sucedió con el petróleo Brent, referente para Europa, que el miércoles bajó un 5,8 por ciento, para recuperarse un 8,7 por ciento al día siguiente.

Al final de la semana, los precios se tranquilizaron y bajaron el viernes menos del 2 por ciento a ambos lados del Atlántico.

Los contratos de futuros del WTI cerraron la semana con una baja del 1,65 por ciento, para una cotización final de 46,25 dólares por barril, mientras que el Brent bajó apenas un 0,19 por ciento y cerró a 44,93 dólares por barril.

El petróleo de referencia de la OPEP, calculado como promedio de 12 tipos de crudo (uno por cada país miembro del cártel), tuvo una semana más estable. Con un inicio de la semana a 44,14 dólares por barril, el crudo OPEP cotizó el jueves pasado (su último día de cotización conocido) a 42,14 dólares tras poco movimiento en las otras jornadas.

Tanto los analistas como los operadores del mercado tienen ahora sus ojos puestos en la próxima reunión ministerial de la OPEP de Viena, y en la que no se descarta una nueva reducción de suministros de crudo.

Los recortes de producción de un total de 4,2 mb/d (un 5 por ciento de la producción mundial), pactados el año pasado, no han tenido hasta ahora el efecto deseado por el cártel.

Eso se debe a la profundidad de la crisis económica mundial, que a su vez ha hecho que los países consumidores pidan a la OPEP reconsiderar un nuevo recorte del suministro.

El secretario de Energía de Estados Unidos, Steven Chu, señaló que la OPEP debe tener en cuenta el daño que pueden causar elevados precios de crudo para la economía global. «Seguiremos enviando un mensaje fuerte y claro a las naciones de la OPEP sobre la importancia de proteger la economía mundial de aumentos de precios significativos que no son buenos para ningún país», dijo Chu en una comunicado emitido en Washington.

Desde máximos históricos cercanos a los 150 dólares en julio de 2008, la cotización del crudo llegó a caer hasta los 35 dólares a finales de diciembre pasado, para luego recuperarse ligeramente.

No obstante, la OPEP se encuentra ante la dificultad de mantener un equilibrio entre lo que necesita el mundo para salir de la actual crisis y sus propios intereses.

La mayoría de los 12 países de la OPEP se encuentra bajo fuerte presión al haber calculado sus respectivos presupuestos nacionales en base a precios del crudo mucho más elevados que los actuales.

Además, bajos precios de crudo reducen el margen de maniobra para nuevas inversiones en el sector, lo que podría causar problemas de suministro y fuertes subidas de precios una vez superada la crisis.

En ese sentido, se entienden las declaraciones en Viena del ministro de Petróleo de Venezuela, Rafael Ramírez, quien aseveró que «nadie está satisfecho» con los precios actuales, que deberían estar al menos en torno a los 70 dólares por barril.

El año del aterrizaje forzoso

Es el momento en que se están multiplicando los análisis relativos al primer año de la acción de gobierno del segundo ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero tras las elecciones del 9 de marzo de 2008. Corresponde, por tanto, hacer también un análisis de lo que ha sido este primer año en el ámbito energético del nuevo equipo del Ministerio de Industria, con Miguel Sebastián y Pedro Marín a la cabeza de este departamento del Ejecutivo. El nombramiento de Miguel Sebastián como Ministro de Industria, Turismo y Comercio concitó, en un primer momento, ríos de tinta en los medios de comunicación en la medida que su papel en la Oficina Económica del Presidente y su relación directa con Zapatero le daban una capacidad potencial de lateralización al Vicepresidente Pedro Solbes que ofrecía enormes suspicacias. Parece que el tiempo ha dibujado una relación mucho más estable de lo que parecía en un primer momento, todo ello unido al deterioro o los ciclos por los que ha pasado la relación Zapatero-Sebastián fruto de algunas declaraciones en concreto.

En todo caso, antes de hacer este análisis, es necesario dibujar correctamente lo que es el escenario que fue el punto de partida, en la medida que este primer momento ha condicionado y condicionará en el futuro notablemente su gestión. Se cerraba en ese momento la pintoresca etapa de Joan Clos en el Ministerio de Industria (en posición dolce far niente), con Ignasi Nieto como Secretario General de Energía (intrépido, temerario y autoritario). Un extravagante tributo a determinados sectores del socialismo catalán que configuraron el equipo energético, si lo unimos al papelón de Maite Costa como Presidenta de la CNE.

En conjunto, una etapa de fuertes tribulaciones, justificaciones genitales en muchos casos, de un enfrentamiento abierto con el sector, desarrollo regulatorio atroz fuertemente desequilibrado, iniciativas muy precipitadas y espasmódicas, judicialización del sector, arbitrariedad e inseguridad regulatoria, deterioro del modelo de mercado y liberalización, sumisión a REE irrogada en regulador in péctore (a la que sólo le faltaban las autoliquidaciones de sus activos) y derroche del déficit tarifario “a todo trapo” en momentos en que la crisis económica no azotaba a la economía española y era posible buscar una transición, modelo latino, por plazos, dosificada, menos dolorosa, pero el problema es que no había convicción para realizarla.

Por tanto, si hacen la lista de los asuntos que tiene hoy en cartera el actual equipo Ministerial, casi se puede ver el paralelismo con todas las trapisondas heredadas del anterior equipo energético y que es necesario arreglar, con un comportamiento que se mezclaba con lo que Enric Juliana califica de “pensamiento mágico” (capacidad que atribuye a determinados miembros de la clase política catalana actual de pensar que con sólo desear algo se puede conseguir, como un Estatuto de Autonomía sin mácula). Así, por ejemplo, lo primero que tuvo que arreglar este equipo fue el disparate de la regulación de los mecanismos retributivos de la energía fotovoltaica (que se había desbocado por una política de incentivos insoportable y descontrolada, fruto de una mala regulación). En todo caso, ahora en este sector cunde la impresión de que ha habido un exceso de frenada.

Segunda cuestión de gran calado en este año: la negociación para resolver el sangrante y lacerante problema del déficit tarifario que hace daño a consumidores, empresas y al país en su conjunto y que fue cebado con la política de tarifa baja con precios altos de la energía y las materias primas incomprensiblemente seguida en la etapa anterior. Un proceso que parece que está llevando más tiempo del previsto inicialmente (un exceso de optimismo ha hecho apreciar un acuerdo final inminente en varios momentos), en el que el Ministerio de Industria dibujó una regla de tercios (consumidores, Administración y empresas), sobre la que después han existido injerencias desde Moncloa y de determinados sectores involucionistas y retroprogresivos del sector energético. Todo ello ha ido retrasando este proceso. En todo caso, el fracaso de la CNE en la subasta del déficit tarifario, mitad por la situación financiera del país y mitad por la incapacidad para gestionar los avales públicos de este activo, nos ha llevado al aterrizaje forzoso.

Traca final: la aplicación del modelo ISO en las redes, tanto gasista como eléctrica, recientemente conocida, con la intención de abordar uno de los temas más espinosos del sector energético español. Una medida que ha desbordado a Red Eléctrica de España y a su procedimiento para tenerlo todo atado y bien atado, de forma que el propio Ministro de Industria, Miguel Sebastián deja en evidencia a su presidente actual Luis Atienza en su pretensión de que no va haber cambios en REE. A lo mejor es que está releyendo “El Gatopardo”, pero es evidente que la cúpula directiva de REE no pasa por sus mejores horas tras la publicación de esta noticia.

En todo caso, podemos resumir que este equipo energético ha tenido un comportamiento mucho más cauteloso que el equipo anterior, además de tener que resolver los follones almacenados (muchos van a ir estallando en breve). Algo que es necesario y de agradecer para el sector energético y para la economía española, necesitada de volver a los métodos.