Atención al pajarito

La semana pasada pudimos conocer cómo los planes estratégicos de Gas Natural tras la ampliación derivada de la adquisición como consecuencia del lanzamiento de la OPA de Unión Fenosa pasaban por una reducción en más de 11.000 millones de euros (entre 11.000 y 13.000 millones) de las inversiones del grupo, que se centrará en las inversiones denominadas no orgánicas. Todo ello, en el marco del importante apalancamiento, de la dilución del beneficio de la compañía que se produce fruto de la ampliación, unido a que todavía la cotización de la compañía es cara comparativamente, de acuerdo a los PER que maneja el sector.

Lo primero que hay que señalar es que se debería poner el olfato de los órganos de regulación en esta reducción de inversiones, para que se garanticen las actividades reguladas. Recordemos que fruto del “procedimiento express” seguido en los órganos reguladores españoles del sector energético y de competencia, la operación se hizo sin pasar por la denominada función 14 que hace referencia a la seguridad de suministro y al efecto de esta operación sobre las actividades reguladas, cuestión que debería ser seguida en sus parámetros económicos y financieros, y en el grado de endeudamiento final con toda atención.

Podemos recordar que en un número importante de operaciones empresariales, los órganos de regulación realizan o establecen determinadas condiciones (aquí no se hicieron y las que se fijaron eran puramente testimoniales) que luego nunca se siguen. Es decir, de las que nunca más se supo, ni se dio información a la sociedad de su cumplimiento y efectividad. En este caso, fruto de estas “no condiciones” y de la advertencia relativa a la reducción de inversiones, sería razonable tener una vigilancia de esa función 14 distraída.

Del mismo modo, las autoridades de competencia y de supervisión energética tendrían que efectuar un seguimiento minucioso de los comportamientos en el mercado de aprovisionamiento de gas, del comportamiento en el mercado eléctrico de esta compañía, del tímido proceso de desinversión propuesto (completamente desviado del objetivo de fomentar la competencia al centrarse en la actividad eléctrica) y del cumplimiento del proceso de reducción de puntos de consumo. Sería necesario tener especial atención en el plano de la comercialización en las zonas donde hay solapamiento de las redes de distribución de gas y electricidad, de cara a que los consumidores tengan finalmente ofertas competitivas y capacidad de elección.

En suma, es hora de conocer cuáles son los resultados de las decisiones políticas y “económicas” y, al mismo tiempo, de ejecutarlas, de ser coherentes con ellas y cubrir sus posibles lagunas o zonas oscuras.

Por tanto, oído al parche, a retratarse. Atención al pajarito. Seguiremos informando.

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