Reunión Prodi-Merkel: Desconcierto generalizado

El Gobierno parece haber perdido el control de la situación en el tema de la opa a Endesa y ésta se ha convertido en una batalla a múltiples bandas en la que nadie tiene asegurado el éxito. Es mas, ninguno pierde la oportunidad de acercar posturas con otros, por muy distantes o enconadas que anteriormente estuvieran o al menos pareciesen. Desde que Eon entrara en juego, desde Moncloa siempre se ha intentado mantener la calma y hacer como que no pasaba nada. Sin embargo si hace meses, con la entrada de la alemana, se decía que Manuel Pizarro, presidente de Endesa, no querría pasar a la historia como quien entregó Endesa a los alemanes, ahora la patata caliente la tiene el Gobierno, que con su inicial apoyó a la opa española de Gas Natural abrió un problema que puede acabar en la situación actual tras la entrada de Enel con un «troceamiento» de Endesa a lo «metrovacesa».

Sin rumbo

Con titubeos, marchas atrás, y huidas hacia delante, el Gobierno ha intentado gestionar una opa que en los tiempos en los que vivimos difícilmente se puede oficiar desde los despachos de la Administración. Sobre todo cuando el mundo empresarial rinde la pleitesía justa a lo político, y como es lógico, se mueve al compás que dicta lo económico. Parece que va siendo necesario en Moncloa un curso, de esos que le prometían al presidente del Gobierno, de aprendizaje en «dos tardes», sobre operaciones corporativas. Tras la reunión del martes entre Prodi y Merkel quizás va a ser necesario también uno sobre diplomacia exterior y negociaciones.

Reunión Prodi-Merkel

El martes Prodi y Merkel mantuvieron una reunión en Roma de la cual solo ha trascendido, en relación al tema Endesa, que según los protagonistas “la solución más conveniente para los intereses de ambas empresas y de sus respectivos países pasaría por un pacto sobre Endesa” dejando esta cuestión “en manos de los directivos de las compañías”.

La sucesión de acontecimientos, incluida la posible salida de Acciona, tras mantener algunas reuniones con Eon, podrían haber echado abajo las negociaciones supuestamente llevadas acabo en la «operación Ibiza» de hace un mes. De esta manera Prodi habría acercado su posición hacia la de los alemanes por sí el pacto ibicenco queda finalmente en papel mojado

Reconocer el problema

El principal problema del ejecutivo ha sido desde el comienzo no ser consciente de la dimensión real del problema y lo difícil de atajarlo. Desde el principio, existía una falta de perspectiva por parte del Gobierno de las proporciones de esta situación. Lo más difícil es admitir que la opa, por muchas trabas que se le pongan, no está en manos del Gobierno, sino de los accionistas. Esta lección ya la aprendió Gas Natural y ahora parece que el ejecutivo pretende aprenderla en la repesca. Aferrarse a la más mínima posibilidad de no perder la españolidad de Endesa ha llevado a facilitarle la entrada a otra empresa extranjera, Enel, que además es de capital semipúblico.

Difícil final

Seguramente ya ayer, Eon le habría comunicado la noticia a Acciona para meterle presión para que acepte su oferta. Acciona, el rival mas débil en la opa debería estar a expensas unicamente de sacarle el mayor rédito posible a la operación. Mantener una posición de control es practicamente imposible. Por ello, su inversión ha pasado de ser estratégica a puramente financiera.

Acciona intentará sacar la mayor tajada posible de la venta de su participación ya sea en efectivo o en activos, y poder salvar los muebles. Ahora Caja Madrid dice que se mantendrá en Endesa a la espera de ver que capacidad de aguante tienen Acciona y Enel.

La situación, parece ser, ha degenerado en algo así como el el juego del despiste. Desconcierto generalizado y dificultad para vislumbrar el escenario final tras la opa alemana, esa es la conclusión. Quizá es el momento más opaco de todo este proceso. Cualquier situación es posible aún. Lo único seguro es que las palabras en estos negocios de la opa se las lleva el viento y hay muchos cuestionamientos en todos los actores. Sin embargo es mejor no sacar conclusiones precipitadas de las reuniones mantenidas, y aun menos de las declaraciones vertidas, porque los figurantes de esta opa, como buenos actores que son, saben escenificar cualquier papel. Y a buen seguro, no será oro todo lo que reluce.

OPEG: Europa empieza a verle las orejas al lobo

Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar, dicen. No podría ser más cierto el dicho. Hace apenas una semana Argelia anunciaba la subida del precio del gas a España. Un incremento cuya cuantía, por el momento, se desconoce oficialmente, pero se ha hablado de un 20% que probablemente termine por reducirse.

Sin que hayan pasado siete días, la prensa europea se hace eco de lo publicado en el diario ruso Kommersant, según el cual la próxima reunión del Foro de los países exportadores del gas (constituido en 2001 y que engloba a los países que controlan más del 70% de las reservas mundiales de gas), que se celebrará en Doha el próximo 9 de abril, será un momento propicio para anunciar la fundación del cártel gasístico.

El otro vecino es Europa.

Y no ha tardado en responder Piebalgs a esta iniciativa a la que se sumarían como fundadores Rusia, Irán, Qatar, Venezuela y Argelia -el país que ha anunciado ya el incremento del precio a España-. El comisario europeo de Energía está preocupado por esos rumores de creación de lo que sería la OPEG, es decir, una Organización de Países Exportadores de Gas, y considera que, de confirmarse, sería «algo negativo». La Unión Europea y EEUU son regiones muy dependientes del suministro gasista de estos países.

Si hace algunos meses que en las conciencias de instituciones y gobiernos europeos habita la preocupación por la dependencia energética de la UE, en situaciones como la actual estos miedos se acrecientan. Y con razones de sobra. La dependencia energética de Europa, superior al 50%, y la de España, una verdadera isla energética, nos hacen muy vulnerables a vaivenes en los precios y a formaciones de cárteles que pretenden controlar un mercado y sus precios.

Las instituciones europeas prestan cada vez mayor atención a la necesidad de buscar fuentes alternativas de energía, no sólo para contaminar menos, sino también para poder producir electricidad y combustible dentro de nuestras fronteras y poder limitar nuestra dependencia del exterior.

Muy recientemente se han adquirido compromisos en la Comisión Europea para que los objetivos que se fijen en materia de renovables sean obligatorios y no meramente testimoniales. Hace menos de un mes, el Parlamento Europeo ofrecía unas jornadas sobre la necesidad de una política energética común. Entre las muchas conclusiones que entonces se conocieron figura la falta de una postura conjunta y coherente que nos haga fuertes frente a situaciones como la que estamos viviendo ahora mismo.

Según declaró en esas jornadas el vicepresidente del Parlamento Europeo, Jacek Sryusz-Wolski: «incluso si la UE es capaz, durante las dos próximas décadas, de modificar su rumbo hacia una mayor eficiencia energética y unas fuentes de energía renovable, nuestra dependencia de petróleo y gas no disminuirá dramáticamente; podemos reducir nuestra dependencia, pero no escapar de ella. En consecuencia, tendremos que buscar fuentes más allá de nuestras fronteras y cada vez competiremos más por la energía. Por ello debemos gestionar esa dependencia mediante política exterior e instrumentos legales«.

Puede que en este contexto la isla de El Hierro sea un perfecto ejemplo a seguir.

Renovables y la UE

La cumbre europea de la semana pasada ha supuesto un cambio en la estrategia europea a favor de una energía limpia, llegándose finalmente a objetivos vinculantes en lo referente al uso de estas energías en el ámbito de la UE. En concreto, se fijó el compromiso de que un 20 % del consumo energético de la UE en 2020 proceda de fuentes renovables.

El actual Plan de Energías Renovables (PER) español establece que un 12 % del consumo de energía primaria en España de fuentes renovables en 2010, por lo que, en principio, este objetivo podría ser compatible con el acuerdo alcanzado por los líderes europeos.

Seguridad a la industria y a los inversores

Sin embargo, el principal problema del PER español es que no es vinculante. Por ello, y para incentivar a la iniciativa privada a invertir en renovables, los días antes de la celebración de la cumbre europea, el mismo presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, abogó por la necesidad de que los objetivos acordados sobre esta materia resultaran vinculantes, como única vía para demostrar «credibilidad» en la lucha contra el cambio climático y para dar «seguridad» a la industria y a los inversores.

Que la iniciativa privada se decante por proyectos de carácter renovable exige una serie de condiciones, por ello, según Barroso, todos los empresarios con los que ha consultado la situación le han destacado la necesidad de establecer de «objetivos obligatorios» para poder hacer «planes de inversión a largo plazo».

Nuestro país es, desde hace tiempo, un caso de estudio por el rápido crecimiento e implantación que las renovables han tenido. La propia Comisión Europea, no muy dada a poner a nuestro país como ejemplo, señaló en su día a España como modelo a seguir en este terreno.

Posible incumplimiento del PER

Mientras en Europa se discute acerca del lugar que ocuparán las renovables en 2020, en España, desde que se abrió la puerta al cambio en el marco retributivo de las renovables, numerosas voces han alertado del posible incumplimiento de los objetivos que establece el PER.

El PER 2005-2010, aprobado por el Gobierno en agosto de 2005, se marcó como objetivo conseguir que el 12 % del consumo de energía primaria en España proceda de fuentes renovables. Sin embargo, con la situación actual, prácticamente todos los expertos consultados, empresas y asociaciones, consideran que es imposible el cumplimiento de objetivos y alcanzar 20.000 MW en el año 2010, si finalmente se realizan cambios y no se mantiene el marco retributivo actual.

El cambio del marco retributivo

Mientras Durao Barroso, da como claves de desarrollo del sector de renovables la seguridad a la industria y a los inversores, en España el cambio en la retribución de las renovables ha sido calificado como «retroactivo» y causante de una inseguridad creciente en el sector que pone en grave peligro la inversión.

La misma Acciona ha avisado que podría retirar de España su negocio de energías renovables si el ministerio de Industria sigue en su empeño de aplicar retroactividad en la reforma del real decreto de renovables.

La cumbre de la semana pasada exige, por tanto, una reflexión «a fondo» sobre el papel que se pretende que las renovables jueguen en nuestro país. El mismo Durao Barroso reflexiona esta semana acerca de los acuerdos llegados durante la cumbre y ha dicho “las empresas de la UE deben aprovechar la oportunidad de que la UE se convierta en el líder mundial de la energía limpia para impulsar el crecimiento y el empleo” añadiendo que, es para ello imprescindible un mercado energético “transparente, competitivo y bien regulado”.

La complicada posición de Acciona

Las alternativas en la opa se suceden. La creación de un núcleo duro en torno a alguno de los actores implicados en la batalla eléctrica por Endesa se complica día a día y no parece haber una solución clara, por mucho que algunos vieran en la entrada de Enel la «solución española» tan esperada.

La entrada de Enel ha contribuido, aunque parezca un contrasentido, a complicar la situación y dificultar el complicado «encaje de bolillos» consistente en formar un grupo con una participación suficiente como para hacerse con el control de Endesa.

En un primer momento Eon se sintió acorralada ante la entrada de Enel. La «operación Ibiza» causó estupor en la sede de la alemana en Dusseldorf. Sin embargo, con el paso de los días, la alemana ha visto como su estrategia de desgaste, de paso lento pero firme puede dar sus resultados. La situación se torna complicada. Las combinaciones posibles y con ellas los escenarios a conformar se multiplican.

El rival más debil

Una cadena dicen, se rompe por el eslabón más débil. En la situación actual ese eslabón está reservado para Acciona. En un primer momento la entrada de Enel suponía un apoyo en su estrategia de control por la eléctrica española. Sin embargo, el porcentaje del que ya dispone la italiana, un 24,97 %, por encima del 21,3 % de la constructora hace suponer que, de lugarteniente de Acciona, Enel ha pasado a liderar su propia solución.

Acciona se mantiene a la expectativa y cada vez ve más lejos su propósito inicial de desempeñar un papel relevante en la gestión de Endesa. El principal problema surge cuando, en este complicado enredo de la opa a Endesa, los posibles pactos con otros actores en conflicto están supeditados a factores que van más allá de lo empresarial y se adentran peligrosamente en lo político. Mientras, se multiplican los rumores en torno a cuál será el verdadero grupo sobre el que se vertebrara el control de Endesa. Algunos piensan que podría incluso fraguarse un ulterior pacto Berlín-Roma que dejaría en evidencia y en papel mojado la conocida como «operación Ibiza» y la tan denostada «solución nacional».

La difícil posición de Acciona

La constructora se encuentra ante el difícil dilema que le plantea el sentirse el rival más débil de toda esta partida. Desde hace tiempo Acciona mantiene una posición cercana al 21 % en Endesa, sin haber declarado incrementos en su participación. Esta situación podría evidenciar que le está costando encontrar quién le financie la compra de porcentajes adicionales de participación en la eléctrica, o bien que podría estar planteándose la retirada.

La primera hipótesis podría considerarse plausible puesto que el alto endeudamiento de Acciona y el elevado precio que han alcanzado las endesas provocan que ésta sea una operación difícil de plantear a las entidades financieras, mas aún cuando se habla de utilizar como garantía real de un préstamo las acciones de una compañía, Endesa, que cotiza ya todas las primas habidas y por haber en su precio. Sobre todo porque, una vez que finalice la opa de la alemana, el día 29 de marzo, y en función del reparto accionarial existente -incluso con independencia de él- la acción podría «desplomarse».

Respecto a la retirada, y a estas alturas, el escenario que mas teme la familia Entrecanales, accionista mayoritario de Acciona, es el de una Endesa con un grupo de control no afín a sus interés, no ya tanto por el desplome de la acción – una acción prácticamente ilíquida después de la opa – sino porque este grupo de control decida variar la política de dividendos que tiene Endesa y con la cual Acciona pretende ir reembolsando el préstamo que en su día alcanzó para la financiación de su porcentaje de participación en Endesa por importe de unos 8.191 millones de euros.

Acciona no tiene músculo financiero suficiente para soportar como «comparsa» en el accionariado de la eléctrica si el resto de los socios deciden «cerrar el grifo» de los dividendos. Dicha posibilidad podría estar abriendo un crudo debate en el seno de la constructora debido a que algunos de los miembros pertenecientes a la familia Entrecanales optarían por vender su participación en la opa y retirarse con unas importantes plusvalías.

La actuación de un gobierno indeciso que actúa de forma inconexa y cambiante, mantiene a una Acciona constantemente a la expectativa.

Toda esta incertidumbre estaría volviendo dar fuerza a la posición de Eon, que cada día que pasa vería acrecentadas las posibilidades de conseguir finalmente una importante parte del pastel accionarial.

La ambigua posición de Caja Madrid

Aun así, mucho tienen que decir el resto de actores. La posición ambigua de Caja Madrid dificulta hacerse una composición de lugar sobre el escenario final de la opa. Principalmente porque, mientras sigan vigentes las restricciones de voto superiores al 10% del capital tras la suspensión de la Junta Extraordinaria convocada para el 20 de marzo, la influencia de la caja madrileña es igual a la del resto de actores principales, llámense Eon, Enel o Acciona.

Conexión Berlín-Roma

Por último, el ahora temido pacto Berlín-Roma mantiene aún muchas sombras desde una perspectiva empresarial, que no política.

Desde un punto de vista únicamente empresarial, Enel está abocada a entenderse con Acciona. La italiana, que ha tomado el papel de líder en la cruzada antialemana, no tiene previsto lanzar una opa sobre Endesa, por lo que en el mejor de los casos –tras el cambio en la ley de opas- ésta alcanzaría un 30 % de la eléctrica española. Con este porcentaje, Enel necesita el apoyo de la constructora y sobre y ante todo que Acciona no venda su porcentaje de participación a Eon. La retirada de Acciona es prácticamente el único escenario factible en el que la alemana podría llegar a alcanzar mas de un 50 % del capital, y esto dejaría fuera de combate a la italiana.

Desde el punto de vista político aún puede pasar de todo, ateniéndonos a los antecedentes de esta batalla.

La OPA de Endesa,Enel frente a E.ON y los conflictos históricos en Europa por la enegía

A imagen y semejanza del pulso que el Imperio Británico y la Rusia zarista mantuvieron a finales del siglo XIX y principios del XX por la hegemonía en Asia Central, conocido como el «Gran Juego«, dos grandes potencias del sector eléctrico europeo, E.ON y Enel, pugnan ahora por el control de Endesa.

Al igual que en la Europa de los Imperios, la disposición de las fichas en el tablero dibuja un panorama complejo y en la partida participan otros actores importantes, en este caso Acciona, la constructora de la familia Entrecanales.

E.ON y Enel son dos de las cuatro mayores eléctricas de Europa (junto a la francesa EDF y a la alemana RWE) y están presentes en otros países comunitarios, aunque hasta ahora no habían medido sus fuerzas en el mercado español.

Enel opera en España a través de Viesgo, la quinta eléctrica por tamaño, que compró precisamente a Endesa en el año 2001, pero E.ON no había desembarcado todavía.

De momento, todas las opciones están abiertas. E.ON ha respondido a la entrada de Enel en el capital de Endesa con la renuncia, expresa o tácita, a las condiciones a las que había supeditado la opa, con lo que se asegura de que la oferta sigue adelante. El grupo alemán ha renunciado a suprimir los blindajes estatutarios, decisión que ha conllevado la desconvocatoria de la Junta Extraordinaria de Endesa, y ha explicado que está dispuesto a quedarse con una participación minoritaria en la eléctrica española, lo que implicaría retirar también la segunda condición, que era alcanzar más del 50 por ciento del capital en la opa.

Tras la entrada de Enel y la anterior de Acciona, que aspiran a alcanzar un 24,9 por ciento cada una, E.ON tiene prácticamente imposible cumplir esas dos condiciones. De momento, el grupo alemán mantiene la opa y tomará una decisión definitiva cuando concluya el periodo de aceptación, el 29 de marzo, y conozca con qué participación puede contar.

Llegados a ese punto, E.ON puede hacer efectiva la compra de las acciones -tiene de plazo hasta el 3 de abril- o abandonar la pugna. Si el grupo alemán decide quedarse con una participación minoritaria, el capital de Endesa quedaría repartido entre tres grandes accionistas, siempre que Caja Madrid opte por vender: por un lado Enel y Acciona, con sendas participaciones del 24,9 por ciento, y por otro E.ON, que podría alcanzar en torno al 40 por ciento.

No obstante, puesto que los blindajes estatutarios siguen vigentes, cada uno de los tres sólo podría ejercer derechos políticos por un 10 por ciento. En esa situación, resultaría clave acceder al Consejo de Administración de Endesa, un aspecto rodeado también de incertidumbres. La eléctrica española podría vetar el acceso de Enel, Acciona y E.ON, porque sus Estatutos impiden que sean consejeros representantes de empresas competidoras.

En este punto, la gran pregunta es qué se debe entender por empresa competidora. En un sentido amplio, las tres lo son: Enel y E.ON compiten con Endesa en el mercado europeo y Acciona lo hace en el campo de las energías renovables. Sin embargo, la dirección de Endesa podría aplicar una interpretación más restrictiva y concluir que sólo compite directamente con Enel y Acciona, ya que no coincide con E.ON en ningún mercado nacional.

Salvando las distancias, la situación en Endesa recuerda a la batalla por el control de Hidrocantábrico (ahora HC Energía) que se vivió entre 2001 y 2004, en la que participaron hasta cuatro eléctricas extranjeras -la estadounidense TXU, las alemanas EnBw y RWE, y la portuguesa EDP-, además de Cajastur y el Grupo Villar Mir.

De ese largo pulso salió vencedora EDP, que se hizo con el control de la compañía española. ¿Quién lo conseguirá en Endesa?

Energía ‘al dente’

La larga OPA a Endesa ha dado un quiebro nuevo. La aparición de un nuevo actor, en este caso la empresa italiana Enel ha dejado al parecer el escenario mucho más abierto, dejando muchas preguntas, más que respuestas en torno a su sorpresiva

En primer lugar, la posible interacción entre los gobiernos español e italianos. Es decir si existió un ‘convoluto’fraguado en Ibiza (la “operación Ibiza”), y que haya tenido posteriormente su continuidad en el encuentro del Ministro de Industria con la energética italiana. Todo ello precedido o mejor aderezado, de los guiños de Clos en entrevistas e intervenciones en los medios de comunicación (fruto de su intuición o de casualidad). Lo que si es evidente es que la disimulada satisfacción de muchos responsables del gobierno con esta solución latina, choca con el rictus oficial básico que se oía con E.ON “Este es un asunto puramente empresarial”.

En segundo lugar, la capacidad de actuación de los reguladores de los mercados financieros ante operaciones de estas características. La Comisión Nacional del Mercado de Valores remitió una carta dura y firme a la empresa italiana y las respuestas fueron poco satisfactorias, o mejor dicho poco esclarecedoras. Todavía quedan pendientes decisiones y posibles actuaciones por parte de este organismo que dirige Manuel Conthe, que no se sabe finalmente de que forma se concretarán. Es hora de que los órganos reguladores de los mercados y de la energía ejerzan de lo que son, en lugar de estar más preocupados por la gestión de intereses y las afinidades electivas que por situar reglas claras y fiables

En tercer lugar, la ductilidad y laxitud con la que las autoridades y los órganos reguladores se apresuran a anunciar que no aplicarán la denominada ‘doctrina Rato’ a esta situación. En principio, la participación pública en Enel es mucho más alta (30%) que en E.ON (dado que se circunscribe a los länder). Por otra parte, los anuncios de la Comisión Nacional de Energía para facilitar al máximo el trámite por el organismo (sin que aún se haya pronunciado sobre los operadores principales) por la participación de Enel en Viesgo.

La quinta, si E.ON seguirá en una espiral de decisiones sin sentido con la compra de acciones de Enel, para forzar una posible negociación. La OPA de Gas Natural no tenía ningún viso de triunfar dada la propuesta financiera de la operación, pero sus gestores la asestaron confiados de su complicidad con el gobierno. En la OPA de E.ON, a pesar de las capacidades financieras de la germana, no se hizo con el manual delante: tomando una posición accionarial mediante adquisición en el mercado hasta llegar al 24,9% (como han hecho sus competidores) y, a posteriori, lanzar la oferta pública. Finalmente, una operación fuertemente opaca como es la entrada en pugna de la italiana Enel y de las posibles especulaciones de ‘metrovacesizar’ Endesa y repartirla entre Acciona y la italiana (un modelo, el de los repartos, muy catalán, por cierto).

Una vez sacudido el avispero, muchos pasos parece que se han dado para hacer un ejercicio de demostración de poder, frente a la lógica de los mercados y de las operaciones financieras. De hecho en ese punto, ya estamos muy lejos, por que nadie ha querido, parar un momento y dar su brazo a torcer y, muy pocos, han calculado estratégicamente los pasos siguientes suyos y las respuestas de los demás en todo este proceso.

Un día haremos una cronología de los errores de esta larga operación, algunos hasta consecutivos y que desafían la lógica empresarial y la de los mercados, por otras lógicas políticas. También tendremos que valorar sus consecuencias futuras, en términos de inseguridad para la inversión, condicionamiento a intereses políticos, de gobernabilidad de las empresas y sus consejos de administración, de daño a los órganos reguladores, de los efectos sobre los pequeños accionistas (¿quién piensa en ellos?), entre otras cuestiones.

Lo peor de todo, es que la situación ha estado muchas veces ‘al dente’ y la pasta se sigue cociendo. Y si no, preguntas como: ¿entrará también en plan desagravio EdF? ¿se judicializará nuevamente la OPA? ¿se verán obligados finalmente Acciona y Enel a lanzar una OPA por el 100 % de Endesa?. ¿Cuándo estará en su punto, realmente?

Segundo acto: Enel supera a Acciona como máximo accionista de Endesa y deja fuera de combate la opa alemana

Acciona 21 %, Enel 24,9 %. La suma de sus participaciones alcanza el 45,9 %. Junto con Caja Madrid (10 %) y la SEPI (3 %), un 58,9 %. Porcentajes suficientes para que la «solución nacional» tome forma y pueda bloquear, «de facto», la opa de la alemana. La oferta alemana está condicionada al levantamiento de los blindajes y a conseguir, al menos, una aceptación de su oferta del 50,01 %.

Una rápida maniobra

Enel ya ha dado el paso. Si ayer hablábamos de una posibilidad hoy es una realidad. Ayer por la mañana Enel, a través de un equity swap, compró un 7% adicional de Endesa. Ya por la tarde se confirmaba que la italiana disponía del 21 %, igualando a Acciona. Hoy alcanzará el 24,9 %, lo que la dejará al borde del lanzamiento de opa por Endesa. La rápida maniobra de Enel ha sido ejecutada a un precio medio de 39 euros por acción. En total, la italiana habría desembolsado unos 10.281 millones de euros por su 24,9 %.

De cara a la Junta General de Accionistas, y casi con independencia de la postura de Caja Madrid y la SEPI, el free float restante hace casi imposible el levantamiento de los blindajes para la alemana, pues el mínimo de quórum necesario para levantar los blindajes, el 50,01 %, no parece a estas alturas viable. Sobre todo porque la posición de la SEPI, revestida de neutralidad, podría ser simplemente la de abstenerse en la votación.

Interés en levantar los blindajes

Sabiéndose en mayoría, Acciona y Enel podrían plantearse levantar los blindajes, puesto que ahora son las más interesadas en poder ejercer sus poderes en Endesa en relación directa a su participación en la compañía. Sin embargo, ni Enel ni Acciona las tienen todas consigo. Los estatutos de Endesa podrían impedir que ambas participaran en los órganos de decisión de la eléctrica, pues, según su articulado, no se permite dicha participación a empresas o sociedades que mantengan “una posicion de dominio o control en empresas competidoras”, por lo que deberán ser precavidas con esa opción.

Además, ambas empresas, Acciona y Enel, deberán ser «cuidadosas» en sus actuaciones. Eon está «esperando» la mas mínima prueba de que existe concertación para llevar la operación ante la SEC, la CNMV, los tribunales ordinarios o donde se preste.

De momento, si existe concertación – qui lo sá – la Comisión Nacional del Mercado de Valores será la que lo determine. De momento su presidente, Manuel Conthe, tiene la «patata caliente». Conthe, «purista» de la regulación del mercado, se encuentra ante la difícil tesitura en la que la solución nacional le ha situado.

Eon sigue con desconcierto los acontecimientos, viendo como Enel consigue alcanzar el 24,99 %. Le resulta imposible responder. Durante la irrupción de Acciona, Eon pudo reaccionar y elevar su oferta hasta los 35 euros por acción para contrarrestar la ofensiva del grupo presidido por José Manuel Entrecanales. El problema es que, en esta ocasión, la alemana no ha podido aumentarla -al estar el proceso de ofertas cerrado- y ya es tarde, porque la pretendida solución nacional se encuentra en mayoría.

Desde la sede alemana de Eon, en Dusseldorf, siguen con preocupación el curso de los acontecimientos. Su opa por Endesa está «fuera de combate». Además, la gestión de su equipo directivo está empezando a quedar en entredicho, al ver sus accionistas como la «liebre se escapa de la cazuela».

Un escaso porcentaje de aceptación

Pensando en el escaso free float que queda tras la entrada de Enel, el porcentaje de aceptación de la opa alemana podría apenas llegar al 40 %. Los accionistas de Eon se preguntan ahora por qué no haber comprado sólo un 24,9 %. Cuando Eon lanzó su primera oferta, de 27,50 euros por acción, Endesa cotizaba sólo a 25,48 euros. Su última oferta, de 38,75, supone un 52 % más. Ayer, las endesas cerraron a 38,45 euros.

La entrada de Enel ha ido acompañada de una caída en el valor de Eon. Desde la irrupción de la italiana su cotización ha perdido un 5,8 %.

La solución española, después «italoespañola», es, desde hoy, más italo que española. Acciona ya no es el mayor accionista de la eléctrica. Su relevo lo toma Enel. Para llegar a la solución «italoespañola» Acciona deberá incrementar su participación hasta el 24,9 %, igualando a la italiana. Además, Acciona necesita igualar a Enel si desea aspirar a co-gestionar, en igualdad de condiciones, Endesa.

La verdadera solución nacional, entendida como más española que italiana, sigue aparcada y pasa por ver el posicionamiento de Caja Madrid. Queda mucha opa por delante.

Carrera de obstáculos para Enel ante los reguladores

En sólo media hora, Enel consiguió hacerse con el 9,9 % de Endesa. Es la crónica de una rápida operación, casi express, de la que el mercado estaba en preaviso tras las declaraciones del ministro de Industria en esa misma mañana, referentes a la posibilidad de poder alcanzar finalmente la «solución nacional». Si el ministro conocía la operación con anterioridad, ese es otro cantar que parece podría dilucidar la CNMV. El regulador bursátil le ha pedido a Enel que le remita información acerca de los contactos “directos o indirectos, que ha mantenido Enel o sus directivos con personas o instituciones, públicas o privadas, con carácter previo a la toma de decisión”, lo que incluiría al ministro de Industria. Enel ya ha respondido, y ha reconocido, que su consejero delegado, Fulvio Conti, se reunió el 16 de febrero con el titular de Industria y con el director de la Oficina Económica del Gobierno, David Taguas.

Ayer, y dos horas después de la respuesta de Enel, Joan Clos reconoció haber mantenido dicha reunión, aunque negó que en ese encuentro se planteara la entrada de la eléctrica italiana en el capital de Endesa.

Sobre la rapidez con la que Enel consiguió alcanzar el 9,9 %, que tenía como objetivo, fuentes del mundo financiero aseguran que “quedó mucho papel dispuesto a venderse”, por lo que a ese precio, 39 euros, Enel podría haberse hecho con un porcentaje de participación aún mayor. Conseguir una participación relevante no sera, por tanto, el mayor obstáculo para Enel en este prometedor capítulo de la opa a Endesa.

De momento Enel, sin superar el 10%, con un 9,9 % del capital de Endesa, ha «burlado» el examen de la Comisión Nacional de Energía en lo referente al conocido como decreto anti-Eon. Sin embargo este quiebro es relativo. Durante el anterior Gobierno del PP, su ministro de Economía, Rodrígo Rato, impulsó una normativa que hará pasar a Enel por su primer obstáculo en la operación. Discurría 1999 y Electricité de France (EDF) «coqueteaba» insistentemente con la posibilidad de abordar el mercado español con la entrada en el capital de alguna de las eléctricas españolas, en concreto de Hidrocantábrico.

Ante aquel «acecho» insistente, Rato decidió redactar una ley, conocida por su objetivo como anti-EDF incluida en la disposición adicional vigesimo séptima de la ley 55/1999 y posteriormente modificada por la ley 62/2003 que no permite ejercer derechos de voto a las empresas de capital público que tomen participación en empresas que ejerzan su actividad en los mercados energéticos.

Según la redacción de la ley, la Comisión Nacional de Energía deberá emitir informe como consecuencia del caracter público de Enel. Sin embargo, este informe tendrá caracter preceptivo, y por tanto no vinculante, por lo que la decisión final quedará en manos del Consejo de Ministros que decidiría previo informe de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos

La ley indica que “desde que se produzca la toma de control” y “hasta que no se pronuncie el Consejo de Ministros”, “no se podrán ejercer los derechos políticos correspondientes”. Por tanto, el tiempo para conseguir la autorización, de cara a la Junta General de Accionistas de Endesa que se celebrará el próximo 20 de marzo, estarían ajustados.

Si pasa sin problemas esta prueba, y los precedentes y la coyuntura actual parecen estar de su lado, Enel podría plantearse incrementar su participación por encima del 10% y solicitar, esta vez si, autorización a la Comisión a cuenta del decreto anti-Eon. Fuentes consultadas por Energía Diario afirman que es previsible que Enel se muestre «ambiciosa» y no se conforme con un papel de secundario.

Eon va a por todas

Eon unicamente ha indicado que sigue firme en su empeño por conseguir hacerse con el control de Endesa. Ahora, todas las fuerzas de la alemana se centran en lograr demostrar que hay concertación y así obligar a Enel, CNMV mediante, a que ésta lance una opa sobre todo el capital de Endesa al igual que ella misma hizo.

Si llega el caso, Eon, que en toda su opa por Endesa ha demostrado que domina a fondo los terrenos movedizos de batalla legal –ya llevó a Acciona ante los tribunales de Nueva York por presunta concertación- recurrirá, si llega el caso, a los tribunales. Mientras, agotará las vías que le ofrece la SEC, el regulador bursátil estadounidense, o la misma Comisión Europea, en la que ya ha demostrado que tiene mano. En la alemana no piensan que sea el momento de la retirada.

«Operación Ibiza»

Esta vez sí. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, parece haberse metido hasta las «cachas» para que su «final feliz» que hace meses propugnó con motivo de la cumbre hispano-alemana se torne en realidad.

Llevábamos semanas sin ver ningún movimiento relacionado con la opa de Endesa. El foco informativo se había centrado en Iberdrola y en la participación de ACS en ésta.

Nada parecía presagiar que en otra cumbre, la XIV Cumbre hispano-italiana del pasado 20 de febrero, se estaba forjando la solución española tan esperada. Ibiza, en el marco incomparable de las Islas Baleares, uno de los feudos de Endesa mas deseados por Eon, por aquello del elevado número de compatriotas alemanes que en ella residen, habría sido el lugar elegido, curiosamente, para cerrar el acuerdo de entrada de Enel en Endesa.

La reunión entre el presidente del Gobierno español y el primer ministro italiano, Romano Prodi, habría dado sus frutos. La solución española, ahora «italoespañola», habría tomado forma con Enel, que a cierre de la sesión de ayer ejecutó un mandato para comprar una participación del 10 % en Endesa a un precio de 39 euros por acción, por encima, por tanto, de la oferta de Eon, 38,75 euros, y del precio de cierre de ayer, 38,12 euros. El coste de la operación rondaría los 4.130 millones de euros.

«Calma chicha»

La situación acerca de la opa de Endesa era, en los últimas semanas, de «calma chicha» y extrañaba el posicionamiento de Acciona, que últimamente apenas había participado en los medios y permanecía en una posición pasiva ante la sucesión de acontecimientos en torno a la operación.

Ni siquiera, según comentan fuentes del sector, se había pronunciado a cuenta del polémico decreto de renovables, cuando desde que la semana pasada el Ministerio de Industria se mostrara firme en su postura acerca del cambio en la regulación, se habían sucedido las críticas de los principales implicados, Iberdrola, las patronales APPA y AEE y hasta asociaciones ecologistas como Greenpeace, WWF-Adena o Ecologistas en Acción.

Sólo ayer tras la situación creada por la entrada por «sorpresa» de Enel, el Director General de Desarrollo Corporativo de Acciona, Juan Muro-Lara, aseguró que la compañía mantiene su posición y estrategia en Endesa frente a la opa del grupo alemán Eon. Además reiteró que la intención de Acciona es participar de manera activa en la gestión estratégica de Endesa.

Revés para Bernotat

La entrada de Enel en el capital de Endesa, favorecida presumiblemente por la reunión Zapatero-Prodi en lo que se podría denominar «Operación Ibiza» supone un duro revés para la alemana Eon, presidida por Wulf Bernotat.

La situación para la empresa alemana se torna complicada y Bernotat podría quedarse sin argumentos para justificar ante sus accionistas el alto precio ofertado por Endesa, 38,75 euros, cuando se está pagando por la acción una prima de control que no existe y además, seguramente, ni siquiera vaya a poder conseguir con su opa un 50 % de aceptación.

La difícil posición de Caja Madrid

La solución al «enigma» de la OPA sigue pasando por Caja Madrid. Con la caja madrileña, Enel y Acciona sumarían un 41 %, porcentaje suficiente para desbaratar por si sola la oferta de Eon. Además, Acciona tiene autorización para tomar hasta un 24,99 %, por lo que el porcentaje podría alcanzar el 45 %.

La situación preelectoral que se vive, ante la cercanía de las elecciones municipales, y el hecho de que, ahora si, su concurso será fundamental, colocarán a la caja en una difícil posición, a pesar de que en varias ocasiones haya mostrado su disposición a deshacer su participación y materializar plusvalías.

Por otro lado, el porcentaje que mantiene la SEPI en Endesa, un 2,95 %, pone la situación más difícil si cabe a Eon, pues el porcentaje real máximo de accionistas disponibles, y dispuestos a vender sus acciones, que acudiría a su opa, podría no superar el 52 %.

Enel no tomará, en principio, más de un 10 %

La empresa italiana presidida por Fulvio Conti no tomará una participación superior al 10%, para poder salvar el obstáculo de petición de autorización a la Comisión Nacional de Energía, por la cual y en virtud al conocido como decreto anti-Eon una empresa que tome una participación superior al 10 % debe solicitar autorización del regulador.

La petición de esta autorización, rebasando el 10%, podría complicar el éxito de la solución nacional, teniendo en cuenta que la Junta de Accionistas de Endesa en la que se decidirá el levantamiento de los blindajes se producirá el próximo 20 de marzo y que el plazo máximo de aceptación de la oferta alemana finaliza el 29 de marzo.

El caso es que con la entrada de Enel en juego, el mercado no sabe muy bien como reaccionar, puesto que su entrada podría precipitar la salida de Eon, que siempre ha mantenido «abierta la puerta» a una retirada en caso de que no se levantaran los blindajes o no se llegara a un porcentaje de aceptación de su oferta superior al 50 %.

En relación a los blindajes, se da la circunstancia de que si finalmente se consigue un consenso o núcleo estable en torno a la solución española, la misma Acciona podría estar interesada en levantar los blindajes, puesto que le permitiría ejercer un papel protagonista en la gestión de Endesa, al ser el accionista mayoritario.

Los accionistas de Endesa podrían ver un desplome de la acción si Eon se planteara desistir de su opa, lo que en principio no parece muy probable a la vista de la tenacidad que hasta ahora ha exhibido la alemana. En todo caso, en la tarde de ayer la CNMV decidió suspender cautelarmente la negociación de Endesa “hasta tanto no se esclarezcan las circunstancias de la posible adquisición de un
paquete significativo de acciones de la citada sociedad por la empresa italiana Enel”.

Las intenciones de Enel

La pregunta ahora es qué saca Enel de todo esto. En 2002, Endesa vendió Viesgo, entonces propiedad de la española, a Enel. Tras esta operación, con la que Enel nunca quedó satisfecha, pues al parecer Endesa le vendió chicharrón a precio de merluza, la italiana se ha mantenido siempre atenta a la caza de oportunidades que le pudieran abrir, en mejor ocasión, las puertas del mercado español. Está claro que su entrada puede ser una de esas oportunidades. Sin embargo, el hecho de que Acciona pueda seguir siendo el máximo accionista de Endesa le va a dejar un margen de maniobra limitado, por lo que podría suceder que su entrada tenga como objetivo conseguir, a posteriori, parte de los activos de Endesa. Para una empresa que hace pocos meses se planteaba adquirir Suez, esta compra del 10% parece «poco bocado». Según informaciones manejadas ayer, Enel podría incluso plantearse tomar hasta un 25 %. A diferencia de 2002, esta vez Enel no viene a que le den «chicharro por merluza».

Iberdrola se busca aliados para evitar las interferencias de ACS

Ignacio Sánchez Galán ha asegurado ya que no está tratando de blindar la empresa que preside, Iberdrola, contra ACS, controlada por Florentino Pérez. Ante las comprensibles dudas sobre si habrá, o puede haber, una fusión entre la eléctrica vasca y la gallega Unión Fenosa, Galán ha puesto sobre la mesa el argumento de que, por el momento, la regulación no permite una operación semejante.

Sin embargo, este jueves hemos conocido que Luis Portillo, el primer accionista de Inmocaral, ha recibido una oferta de Iberdrola para entrar en el accionariado de la eléctrica. Al menos, eso es lo que ha dicho Portillo en una rueda de prensa previa a la Junta Extraordinaria de Accionistas de Inmocaral, en la que no ha descartado aceptar la invitación. Y no se trataría de una participación insignificante. Atentos, porque en los próximos días podríamos tener nuevos datos al respecto.

La noticia trasciende pocos días después de que el BBVA optara por vender su participación en Iberdrola, para financiar la compra de un banco estadounidense. Y pocas horas después de que se supiera que Iberdrola va a lanzar una importante ampliación de capital para ayudarle a financiar el pago de Scottish Power, lo que a su vez diluiría las participaciones de los accionistas de la empresa.

Los últimos empresarios relevantes en entrar en el capital de la eléctrica vasca han sido Alicia Koplowitz, con un 2,5%, y Nicolás Osuna, con un 1,05%. Así hasta alcanzar un núcleo de accionistas afines que tienen en su poder más del 16% de la compañía. Entre ellos se cuentan la BBK, con un 10%, el vicepresidente y consejero delegado Juan Luis Arregui, con el 1,9%. La «otra» parte del capital obra en poder de la constructora ACS: un 12%.