Sonatrach encuentra dificultades en su intento de convertirse en comercializador de gas
El Gobierno de Argelia, a través de su compañía Sonatrach, de igual manera que otras potencias energéticas como Rusia, planea convertirse en un agente mas de los mercados a los que suministra, dando un salto en la cadena de valor del suministro de energía y colocándose directamente en el escalón que vende al consumidor final. Por ello, Sonatrach creó, en abril de 2006, una comercializadora con el objetivo de competir directamente en el mercado español. Actualmente, la empresa comercializadora de gas más importante en España es Gas Natural, con un 60% del mercado.
Para poder comenzar su actividad en España, Sonatrach ha solicitado al Ministerio de Industria autorización para su comercializadora. En estos momentos Sonatrach ya comercializa de forma indirecta, pues es propietaria del 30% de Cepsa Gas Comercializadora. Ahora, sin embargo, sus objetivos serán más ambiciosos. En Gas Natural, la decisión de la argelina ha causado preocupación, pues Sonatrach podría arrebatarle parte de la cuota que actualmente mantiene como empresa líder en el mercado de comercialización.
Sonatrach está aún a la espera de la respuesta del Ministerio, que a su vez ha pedido a la Comisión Nacional de Energía que se pronuncie sobre la solicitud para comercializar. Todavía ni la Comisión ni el Ministerio se han pronunciado al respecto. El Ministerio tiene tres meses para emitir juicio al respecto. En caso de no hacerlo, la solicitud de Sonatrach se resolvería por «silencio administrativo» negativo.
Para poder conseguir la condición de comercializadora, Sonatrach necesita demostrar capacidad «técnica», «legal» y «económica». Según fuentes consultadas por Energía Diario, Sonatrach, en principio, cumpliría estos requisitos sin problemas.
La modificación de la ley de Hidrocarburos
La próxima ley de Hidrocarburos, que actualmente se encuentra en trámite parlamentario, podría limitar a empresas como Sonatrach o la rusa Gazprom la entrada al mercado español. Para ello, una enmienda a la ley del grupo socialista, pretende que se pueda denegar o condicionar la autorización para ejercer como comercializador, en los casos en los que la empresa solicitante o la sociedad dominante del grupo al que aquella pertenezca, tenga la nacionalidad de un país no miembro de la Unión Europea en el que no estén reconocidos derechos análogos y se considere que pueda resultar una alteración del «principio de reciprocidad» para las empresas que operan en el mercado nacional.
Miedo a una «opep del gas»
Esta entrada de Sonatrach coincide en el tiempo con una idea que «suena con fuerza» durante las últimas semanas, referida al intento por parte de Rusia, de propiciar la creación de una «opep del gas». La agresiva política del gobierno ruso, a través de Gazprom, y su intento de formar una alianza con otros productores como Argelia, podría haber hecho saltar las alarmas ante la posibilidad de que los suministradores de gas de la Unión Europea adopten una posición común de fuerza que obligue a los países de la Unión a abrir sus mercados a la entrada de empresas estatales pertenecientes a sus países suministradores. En el caso de Sonatrach, con su entrada en el mercado español, seguiría los pasos de Gazprom tras su entrada en los mercados de Italia y Alemania.
Restructuración accionarial en Medgaz
Mientras, Medgaz, sociedad encargada de la construcción del segundo gasoducto que unirá Argelia con España, ha cambiado recientemente de socios, puesto que las empresas BP y Total han salido del proyecto inicial ante el elevado coste económico final del mismo, vendiendo sus participaciones de un 12% cada una a Iberdrola y Sonatrach.
Con esta reestructuración, la participación en el proyecto queda repartida entre cinco socios: Sonatrach, que aumenta su participación del 20 al 36 %, Iberdrola que pasa del 12 al 20 % y el resto que quedan como estaban Cepsa 20%, Endesa 12 % y Gaz de France 12 %.
Desde que se conociera la intención del Santander de abandonar el accionariado de Cepsa y comenzará a hacerse realidad la posible adquisición de Endesa por Eon, el Gobierno comenzó a preocuparse por el hecho de que el proyecto de Medgaz, impulsado por el ejecutivo español, quedara en en manos de una mayoría de empresas extranjeras entre las que se encuentra Sonatrach.
El Ministro de Industria Joan Clos trasladó esta preocupación a su homólogo argelino Chakib Jelil en una entrevista que ambos mantuvieron la semana pasada. Jelil se mostró receptivo a la idea de que Sonatrach cediera parte de su participación a Gas Natural, tal y como indicó, le había propuesto Clos.
Aunque la sugerencia del ministro fue bien acogida por Jelil, el resto de socios de Medgaz han mostrado su malestar tras la reunión de ambos ministros, puesto que dicen que Gas Natural “siempre se ha opuesto a la construcción de este gasoducto” y además no se ha puesto en contacto con Medgaz para mostrar su interés por participar en el accionariado. Los accionistas además han recordado que, en caso de que Sonatrach desee vender parte de su participación, el resto de socios tienen un derecho de tanteo sobre la participación. Gas Natural tiene en la actualidad un 72 % del primer gasoducto construido entre España y Argelia. El de Medgaz será el segundo que se construirá entre ambos países y unirá Argelia con Almería.
Para acabar de enredar la situación, la Comisión Nacional de la Energía podría estudiar el incremento de participación de Sonatrach en Medgaz en el marco de la conocida como función 14, reformada el año pasado con la aparición en escena de Eon y que analizaría el incremento de participación de Sonatrach en Medgaz teniendo en cuenta el carácter de «activo estratégico» del gasoducto.