Energía Diario.- ¿Qué peso tiene la energía en las reuniones y en la actividad de la Comisión, que Vd. preside?
Xavier Albistur.- La energía abarca actualmente la mayor parte de la actividad de la Comisión, ya que ha sido una de las preocupaciones fundamentales de esta legislatura. Y en ello ha sido capital la confluencia de varias cuestiones: en primer lugar por la reforma de las renovables que acaba de promulgarse y, a la vez como todo el mundo conoce, los movimientos en torno a las OPAS a Endesa que han venido sucediéndose en estos dos últimos años, los proyectos o mejor dicho intentos de liberalización del sector, así como el debate de las tarifas eléctricas también han hecho acto de presencia en los trabajos de esta Comisión. Por otra parte, la energía nuclear se ha mantenido como un debate de fondo. Así, se creó la Mesa de Energía Nuclear en el Ministerio (de Industria), de la que formaban parte varios miembros de esta Comisión. La energía ha adquirido una relevancia que no es fácil de encontrar en el resto de actividades.
Lógicamente, se ha prestado atención también a otros temas. El turismo, porque empieza a detectarse una cierta crisis y, a la vez, la necesidad de un cambio de modelo que se desconoce hacia dónde va a derivar. La situación de la balanza de pagos, también ha sido una cuestión de interés. Así hasta que se ha producido la revitalización de la economía europea, hasta este año, ha habido enormes dificultades que han debilitado el comercio exterior, que ahora experimenta un importante impulso. El tema de la I+D también ha estado muy bien orientado, en esta legislatura, a través del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial).
Fundamentalmente se ha hecho un seguimiento de las políticas del CDTI, y ahí los programas Zénit han tenido mucho éxito. Pero el tema clave ha sido, de forma indiscutible, la energía.
Energía Diario.- ¿Quién comparece por parte de la Administración y del Gobierno en el ámbito de la energía, de la Comisión?
Xavier Albistur.- Desde esta Comisión del Senado, hemos hecho comparecer al secretario general de Energía, tanto al actual Ignasi Nieto como al anterior, Antonio Fernández Segura. También ha comparecido José Montilla, al menos una vez al año. A Francisco Ros le hemos hecho comparecer en dos ocasiones. También han pasado por aquí el director general del IDAE, Enrique Jiménez Larrea, y al anterior, Javier García Breva; la presidenta de la Comisión Nacional de Energía, María Teresa Costa. Por otro lado, han comparecido diferentes actores del panorama energético como Manuel Pizarro (Endesa) o el actual director general de Iberdrola, José Luis Sampedro. No hemos conseguido que comparecieran -la comparecencia es libre, no se puede obligar a comparecer más que a los cargos de la Administración- los presidentes de Unión Fenosa o Iberdrola. También hemos solicitado la comparecencia del comisario europeo de Energía, Andris Piebalgs, aunque no ha accedido.
Próximamente contaremos con la presencia del ministro chileno de Energía, Marcelo Tokman. Aquí (Comisión de Industria del Senado). Han comparecido varias personalidades de América Latina que han tenido que ver con el tema energético. Hemos tenido intercambios con el Senado checo, con una Comisión del Senado alemán, y también con representantes del Senado francés, aunque eso no lo hemos hecho en sede parlamentaria, sino en la sede de la Embajada de Francia.
Energía Diario.- En el ámbito energético, ¿Qué proyectos están actualmente en la Comisión del Senado? La reforma de la Ley del Sector Eléctrico y la reforma de la Ley del Sector de Hidrocarburos se están tratando actualmente.
Xavier Albistur.- Ahora están en marcha la transposición de las dos directivas, la que afecta al mercado de la electricidad y al del gas (reformas que se aprobaron en la tarde del pasado miércoles 30). Estas reformas se encuentran con una serie de enmiendas y una fuerte oposición por parte tanto de CiU como del PNV. El motivo fundamental de esa oposición es que creemos que el pacto que se ha producido entre el PP y el PSOE no ha sido, en este caso, para mejorar la ley previamente existente. Ha sido, simplemente, para actualizar algunos aspectos puramente técnicos. Pero la aplicación de las directivas, que suponían la reducción de las tarifas para enero de 2008, ha quedado aplazada hasta fecha indeterminada, dependiendo de las buenas intenciones que tenga el Ministerio a partir de 2009.
Energía Diario.- Además del motivo de la “ transposición de la directiva”, se han incluido otros elementos regulatorios. ¿Es razonable que se utilice ese procedimiento?
Xavier Albistur.- Evidentemente no, y ésa es una de las críticas que hacemos. Creemos que se debía haber transpuesto la directiva completamente, sobre todo en lo que afecta fundamentalmente a finalizar el proceso liberalizador y la desaparición de las tarifas, y después, haber hecho -si existía un acuerdo con el Partido Popular- una ley específica del sector eléctrico, y una del sector gasístico, para establecer todos los elementos regulatorios nuevos y adaptados a la nueva realidad.
Pero eso no se ha hecho ni siquiera con la reforma de la CNE, a la que se mantiene dependiente del Ministerio de Industria, sin reconocimiento de funciones, más bien confirmándole únicamente como misión, la famosa función 14. La definición actual de esta función 14 es una entelequia incluso para la propia CNE.
Por otra parte, se sigue sin hacer una nueva reordenación de esa Comisión en cuanto a su independencia del Parlamento, de la Administración y en cuanto a su ámbito de actuación. No se le atribuye, por ejemplo, la competencia en materia de tarifas eléctricas como establece la Directiva. Y, por ejemplo, todas las decisiones de la CNE son recurribles ante el Ministerio de Industria, es decir sus decisiones no agotan el proceso administrativo, que es lo que debería ser. El recurso debería de poder hacerse a la propia CNE, y no al Ministerio de Industria, y que fuese la CNE quien resolviera también en segunda instancia. A partir de ahí, la resolución de controversias debería tratarse en vía judicial. De la forma actual, la Comisión Nacional de Energía queda convertida en una ventanilla que recoge simplemente temas que van finalmente al Ministerio de Industria. No es un órgano regulador fuerte, ni esta ley lo va a reforzar.
Ésa es nuestra principal crítica a la reforma de la Ley del Sector Eléctrico. Se ha aprovechado para confirmar simplemente cuestiones técnicas, porque no llega a ser una reforma regulatoria cierta, ni a trasladar lo que establece la Directiva europea y que es lo que hasta el momento tenemos pendiente y nos reclama la Unión Europea en sus informes.
Hay algunas modificaciones, como el incremento de las sanciones, la introducción de las sanciones de carácter leve… Se distingue entre red primaria y secundaria; se reconoce que las CC.AA tienen competencia en la red secundaria, pero si esa red secundaria atraviesa varias Comunidades Autónomas, vuelve a ser competencia del Estado. Por un lado, se vuelve a decir que el operador del mercado sea propietario de la red, incluso de la red secundaria. Pero luego se permite, y se autoriza, que las CCAA y el Gobierno lleguen a un acuerdo para que en ciertos lugares, la red secundaria sea gestionada por un operador o por un distribuidor. Es decir, se están haciendo componendas, pero no se abarca verdaderamente una transformación necesaria para completar un modelo y adaptar el sistema energético, eléctrico y de gas a un mercado liberalizado, en el que la generación, la distribución y la posible comercialización queden separadas.
En esta reforma, la actividad de comercialización tampoco avanza: los comercializadores que no sean generadores, ni distribuidores tendrán que garantizar el suministro de alguna manera, y la ley tampoco va a aportar algo en esta cuestión. En el caso de una compañía que esté presente en los tres segmentos, sus activos se encuentran en todo el proceso. Pero, ¿cómo una empresa que se dedica exclusivamente a la comercialización puede garantizar que no dejará tirados a muchos clientes?
Ése es uno de los temas que nos preocupan, pero quedan muchos por solucionar. Como el hecho de que se remitan a la planificación muchas de las decisiones que haya que tomar en el futuro, que no quedan aquí claramente recogidas…
Energía Diario.- ¿Cómo valora el hecho de que se defina a Red Eléctrica como transportista único? En los medios de comunicación se ha cuestionado abiertamente por parte de varios expertos y en varias ocasiones el papel resultante de REE en esta reforma.
Xavier Albistur.- En primer lugar, habría que debatir si debe o no debe existir un transportista único, y cuál debería ser el papel de ese transportista. A nuestro entender, es interesante que exista un operador del sistema y un operador de mercado, ambas cosas. Pero ninguno tiene necesariamente por qué tener activos, en este caso de transporte. Seguimos anclados en aquella política de la expropiación de la red primaria, no ha desaparecido con el PSOE.
Una cosa es la red y las inversiones necesarias que hay que hacer en esa red y garantizar que esa red “malle” todo el sistema, todo el mercado, y que además garantice el suministro y la calidad del mismo. Pero lo que tienen que hacer el operador del mercado y el operador del sistema es, fundamentalmente, garantizar el funcionamiento de las redes y ser respaldo para la configuración del sistema eléctrico. Por otra parte, deben tener la autoridad y el apoyo jurídico suficiente como para que realmente, quienes sean propietarios físicos de la red en activo, actúen correctamente. Sería, en este caso, un gestor del sistema, que no tiene por qué tener activos ni cotizar en bolsa.
Éste es un tema que nosotros ponemos en discusión, ya que creemos que es necesario separar las funciones, porque son perfectamente separables. Ser gestor de todo el sistema no tiene por qué significar ser propietario. Eso lo puede hacer aquél que tiene redes de transporte, que tiene capacidad de las redes y que tiene que llegar en el mercado hasta el último cliente. En el modelo actual se ha optado por un operador que tenga todas estas funciones y además sea propietario de la red. E incluso de parte de la red secundaria.
Y esto propicia que se den situaciones absurdas, como que Red Eléctrica tenga que ser la propietaria de las redes de alta tensión que entran en las grandes ciudades. ¿Al final va a ser responsable de los apagones que se producen en el centro de las grandes ciudades? Yo a eso no le encuentro sentido. Podría encontrarle sentido si fuera solamente propietaria de la red, de las grandes redes de distribución, hasta que llegan a un punto determinado, donde se subdividen. No somos críticos con la existencia de Red Eléctrica, ni con la retribución a este operador, eso nos parece correcto. Somos críticos con la propiedad de esa red, ésa es la diferencia.
Energía Diario.- ¿Cómo valora entonces este pacto por debajo de la mesa entre PP y PSOE para aprobar esta reforma?
Xavier Albistur.- Es un pacto de conveniencia. El PSOE necesitaba salir de un atolladero del que no sabía cómo, y necesitaba hacerlo con la menor crítica posible de los partidos, sobre todo del Partido Popular. El PP iba a criticar todo aquello que supusiera modificar las leyes que en su día hizo el PP, que verdaderamente han sido muy positivas y han servido para impulsar la liberalización del sector energético, aunque por los resultados todavía quedan cosas por hacer. Al PP le interesaba que no se pusiera en cuestión todo aquello que planteó en su momento, la Ley del Gas y la Ley del Sector Eléctrico. Esta ley no pone en cuestión nada de eso.
Lo que hace el PSOE con la propuesta de este Gobierno es que no avanza, que no propone nada nuevo, ni modernizador, ni transformador, ni cambia estructuralmente el sector, ni al sistema, ni termina de liberalizarlo, es llegar a una componenda donde los dos se satisfacen mutuamente, es decir, una política de “a mí no me tocan lo que políticamente hice -y por lo tanto me sancionan mis decisiones políticas- y yo no me meto en complicaciones que me van a producir una crítica”. Lo que podamos decir CiU y a nosotros importa muy poco, como se ve.
Nosotros vamos a ser muy críticos en esta cuestión por el tono centralizador de esta ley. Porque lo que se ha hecho es una ley con el objetivo de centralizar más la actividad del Ministerio: absorber competencias que la ley reconocía a las Comunidades Autónomas, volverlas a transmitir para hacer más informes, para llevar finalmente todo en la Secretaría General de Energía, en definitiva al Ministerio de Industria. Y, al mismo tiempo, entregar las funciones que se prevé la Directiva europea para la Comisión Nacional de Energía.
Es lamentable que un Ministerio, en el que su responsable, el ministro proviene de una alcaldía y representa a un partido con fuerte presencia en las administraciones territoriales, del mismo modo que el Secretario General de Energía que también tiene esta misma procedencia, sean quienes persiguen como único objetivo restar competencias a las CCAA.
Finalmente, hay que destacar que se ha frustrado el diálogo prometido desde el gobierno. Prometieron todo tipo de diálogo y negociación con las CCAA, en particular con el País Vasco, y no han cumplido absolutamente nada de lo planteado, ni en las visitas a Bilbao del ministro de Industria y del secretario general de Energía, en reuniones con altos cargos del Gobierno Vasco. Es una historia de mucho oportunismo político: había que salir, la legislatura estaba a punto de finalizar, está casi liquidada y ahí está ese acuerdo.
El Ministerio de Industria ha fracasado en la gestión legislativa del sector eléctrico, ya que no ha sido capaz de innovar prácticamente nada, ni de dar una solución estructural que permanezca durante muchos años. El próximo Gobierno tendrá que volver a renovar todo lo que se aprueba ahora. Y además, amparándose en la transposición tardía e incompleta de las directivas….